Prólogo
Se conocieron de manera tan normal que parecía una burla del destino ante sus siempre y curiosos encuentros con sus demás amigos...
Sucedió mientras el menor paseaba por el bosque buscando algunas hierbas que le había mencionado su maestro para ciertas posiciones curativas; tan feliz iba que no se dio cuenta cuando se adentro a cierta parte del bosque que se suponía estaba prohibida para aquellos del reino Vongola puesto que estaban enemistados con los países vecinos; aunque cuando al fin reaccionó la lluvia cayo sobre él, así que tratando de refugiarse corrió hasta una cueva que se observaba a lo lejos, una vez dentro escucho leves quejidos. Curioso y con su intuición un tanto alerta se adentró aún más buscando respuestas.
Cuando llego al final de su refugio temporal lo vió; apoyado en la pared, tomando su brazo ensangrentado y observándole con aquellos negros y profundos ojos como si de ónix se tratara.
El joven aprendiz de hechicero tembló ligeramente debido el escalofrió que sintió ante aquella mirada, sin embargo, pese a su timidez y aquella mirada se comenzó a acercar lentamente, pues el joven de aparentes 23 años parecía seriamente lastimado y el en su mochila llevaba algunas vendas y uno que otro utensilio para curación.
Una vez cerca el joven saco un pequeño ungüento de hierbas que había preparado antes, vendas y su pequeña varita de madera seca, el joven lastimado levanto su ceja ante lo que aquel jovencito de escasos 16 había sacado, sin embargo, cuando noto que este planeaba tocarlo, su mano sana, aunque ensangrentada se movió tomando con fuerza la del chico, quien soltó un leve quejido, mas antes de advertirle o amenazarlo, el joven azabache se desmayó...
Al parecer había perdido demasiada sangre.
El aprendiz ante aquel suceso se asustó, pero cuando presto al fin la suficiente atención noto con asombro que el joven se encontraba ¡ardiendo en fiebre!, así que rápidamente curo las heridas y enseguida tomo su varita para crear un pequeño pocillo para agarrar un poco del agua que caía y sumergir en el un pequeño trapo para colocarlo en la frente del mayor. Siguió con su labor toda la noche pese a que la lluvia hacia rato se había ido y aunque estaba consciente que su madre, su maestro y amigos se preocuparían, sabia que Kyoya o Mukuro lo cubrirían, después de todo como príncipes no eran cuestionados; así que con eso en mente se quedo la noche en vela cuidando que la fiebre del mayor no aumentara o la herida se abriese.
Una vez amaneció y el aprendiz al notar que la fiebre no había vuelto, se dedico a quitar el vendaje, ya sin este, sonrió al notar que la herida ya no sangraba, aun así para prevenir volvió a aplicar el ungüento para que no quedara cicatriz alguna, una vez hecho comenzó nuevamente a vendar con vendas nuevas, sin embargo, a casi nada de terminar el mayor se despertó y tomo el brazo del aprendiz fuertemente mientras sus ojos centellaban.
—¿Quién demonios eres?— susurro fríamente —¿Por qué me ayudas mortal?—
—Es-esto... Me... me lla-llamo Tsu-Tsunayoshi, p-pero... pero m-me dicen Tsu-Tsuna— tartamudeo el aprendiz — Y... No... no podía dejarte morir—
—Hmp... no pienso agradecerte— contesto el mayor mientras trataba de levantarse, sin embargo su cuerpo le traiciono ya que no pudo ni levantar bien su pecho cuando de nuevo cayo sobre las piernas del aprendiz castaño
—¡Cuidado!, aun no debes moverte, sigues débil después de la fiebre y tu herida— preocupado el joven respondió, mientras trataba de recargar en la pared rocosa al mayor
—Tch... esto no es nada— reniega el mayor
El joven aprendiz niega divertido ante la actitud del mayor y notando que su estómago pide comida se levanta, toma su mochila y saca de ella un pedazo de pan que parte a la mitad, un poco de queso y trozos de carne que había guardado por si acaso y prepara un par de sándwiches para tratar de calmar el hambre, poco después y sin ser visto crea un par de platos donde coloca el sándwich y le pasa uno al mayor quien mira aquello y sin decir nada lo toma para llevárselo a la boca; una vez terminan su pequeño aperitivo el aprendiz de cabellos castaños se levanta, ya que es hora de volver a casa y de acuerdo a su intuición el mayor ya quería estar solo, así que haciendo caso y bajo la mirada penetrante del mayor toma rumbo hacia la salida, mas antes de continuar se gira.
—Por cierto, olvide preguntar, ¿Cómo te llamas?—
—Reborn— contestó burlón el mayor ante aquel despiste del joven —Me llamo Reborn—
—Un gusto Reborn-san— responde mientras sonríe el chico
A los segundos da media vuelta y continua hacia la salida, debe darse prisa o sus amigos y familia pedirían un ejército para buscarlo y eso era malo, después de todo su intuición le gritaba que nadie mas que el debían ver así de vulnerable a aquel joven de 23 años.
Mientras el aprendiz se aleja rápidamente de aquella cueva, cierto joven de cabellos azabaches y con 23 años se encuentra sonrojado y atónito, pues jamás en su vida había visto una sonrisa tan hermosa como la que aquel joven le había dedicado.
Y así el primer encuentro de aquel pequeño aprendiz y quien se convertiría en su destino se dio...
sin presiones, sin riesgos,
simple y sencillo.
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Y comenzamos la semana del R27!!!!
Espero les guste! Me esforcé mucho y como esta semana andare con mucho estrés subiré más o menos a estas horas las historias que son de acuerdo al tema del día :3
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Bueno me despido, sigan leyendo!
Chaosu 🍰😘😘!
Pd. Editado y espero mejorado XD
Andare así con todas las historias que tengo y puse en borrador debido a cierta situación así que espero perdonen el spam en sus bandejas de lectura.
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