Al fin el momento había llegado, las tropas de todos los reinos estaban preparadas para avanzar a la ofensiva en unos pocos días, aquello ocasionaba que el castillo tuviera mas actividad de la acostumbrada, tal era el alboroto que el castaño se había encerrado en su habitación mientras realizaba algunas notas, tan concentrado estaba que no se dio cuenta que cierta persona había entrado por el balcón.

—Pareces muy ocupado, Dame-Tsuna— refunfuño cierta voz

El castaño ante aquella voz, se levanto alarmado de su asiento y miro al recién llegado, que parecía muy cómodo en su cama.

—Reborn— pronuncio cálidamente el castaño mientras una sonrisa adornaba su rostro

Enseguida y sin esperar respuesta, el castaño se lanzo sobre el mayor, ocasionado ambos rodaran cayendo de la cama, aunque eso poco les importo, pues al fin se veían.

—Andas un poco atrevido, ¿eh?— comento burlón

—Ahh...eto...eto, fue un accidente— contesto nervioso el castaño aunque se acomodo mejor entre los brazos del mayor

Ante aquella reacción del menor, Reborn no pudo contenerse y capturo los labios de castaño, mientras su mano izquierda se dirigía a apretar la nalga del menor, sin embargo poco antes de poder sabrosear aquel par de duraznos que el castaño se cargaba, el toque de las puertas los alarmo; enojado por esa interrupción jala de las manos a Tsuna y se transforma rápido en aquel dragon de piel de obsidiana, lo sube rápido a su lomo y emprenden vuelo hasta el bosque; una vez solos, cerca de una cascada, Reborn trato de traer el tema que había dejado pendiente antes de partir, sin embargo, noto algo extraño en la dulce mirada caramelo, tratando de quitar aquello y creyendo haría un poco más fácil el hablar, se levantó mientras tomaba a Tsuna de upa y corrió hasta lanzarse juntos al agua.

—¡Reborn!— reclamo el castaño ante la acción del mayor, pues le había agarrado de sorpresa

—Es mi venganza por estar en tu mundo y no conmigo— comento el mayor con una sonrisa arrogante

Reborn entonces dirigió su mirada hacia el cuerpo del chico pues la ropa ahora mojada se pegaba como segunda piel al castaño, tal era la vista que tenia que no resistió y sin importar que el castaño le estuviese reclamando lo beso.

Ante aquella acción ambos se comenzaron a dejar llevar por sus emociones, tocaban y exploraban sus cuerpos... uno de manera tímida, el otro desesperada; debido a eso Reborn opto por salir del lugar y lo llevo hasta donde un enorme árbol se encontraba, una vez ahí, la ropa de ambos fue desapareciendo, el mayor ya sin estorbos comenzó a besar el cuerpo ajeno, dejando marcas que evidenciaban que el castaño le pertenecía. En cambio el castaño soltaba leves gemidos y su mirada, ahora levemente oscurecida, recorría el cuerpo bien formado del Rey; este al sentirse observado rompió el beso y conecto su mirada con el menor, no hubo palabras pero se comprendían con solo verse, asi que al ver la disposición de su castaño Reborn se introdujo en el cuerpo del chico, que aunque se había encargado de preparar, apretaba como mil maravillas, el castaño gimió al sentirse lleno, y aunque dolía, le importo poco y comenzó a moverse pues el calor de su cuerpo era demasiado. El mayor notando la ansiedad en su amado, comenzó a moverse más rápido dándole al castaño la satisfacción que buscaba pues Reborn daba justamente en un punto que le hacia ver estrellas; el rey al ver las expresiones de Tsuna ante sus estocadas, sonrió malévolo y dirigió su mano hacia el miembro del castaño, una vez en él lo apretó de tal manera que el rostro del castaño se torno de puro placer, ojos cristalinos, mejillas sonrojadas, labios hinchados y su voz suplicando por más... 

Estuvieron asi un par de minutos mas cuando las paredes internas del castaño apretaron deliciosamente al miembro de Reborn, anunciando que no duraría más, asi que tratando de que ambos terminen juntos, el mayor ataco de nuevo la boca y la empezó a explorar, justo en ese momento el clímax llego a ambos, aturdiendo sus sentidos, sin embargo, se sonrieron y besaron.

Horas después de haberse bañado por su pequeña actividad y justo cuando el sol se ocultaba, el mayor se transformo y con mucho cuidado subió al castaño colocándolo esta vez detrás de sus orejas pues aquel lugar era demasiado blando y cómodo para el nuevo estado del menor, al llegar al palacio Reborn dejo a Tsuna en su habitación y se despidió con un beso mientras le indicaba le vería en la cena; ya vestido y aun con el cuerpo adolorido bajo a cenar, una vez llego Mukuro y Kyoya (a paso lento) se acercaron al menor pues se veía demasiado abrigado para una noche un tanto calurosa, mas no pudieron decir nada cuando estuvieron frente al castaño, ya que en ese momento la madre del chico y su maestro entraron con un aura que no presagiaba algo bueno.

—Buenas noches a todos— indico el viejo hechicero —pronto partiremos al combate y estoy seguro que muchos están seguros de que solo es un combate sin mucha importancia, pero están mal, este combate... este combate es el decisivo—

La mirada de Tsuna irradio pánico ante aquellas palabras que su maestro mencionaba y aquello no paso desapercibido para los príncipes ni para Reborn.

—Es por esto, que el plan cambia— toma una bocanada de aire para seguir pero cierta pelinaranja se adelanta

—Tsunayoshi, mi hijo, al ser el nuevo hechicero irá— soltó agonizante Nana

Reborn y Tsuna cruzaron miradas ante las palabras dichas, observándose en la mirada caramelo, miedo pero sobre todo tristeza, provocando que el mayor quisiera secuestrar al menor, llevárselo, alejarlo de todo, porque Tsuna era suyo.

Y ninguna tonta profecía se lo arrebataría...