CAPÍTULO 5. TE QUIERO, ME GUSTAS.
Reborn se encontraba paseando por el jardín leyendo un viejo libro que su amigo Nono le había obsequiado, aunque no podía concentrarse pues cierto caballero suyo había decidido acompañarlo y no paraba de hablar.
—A la otra, traeré también a Lal— comenta molesto el azabache —Así estarás tranquilo y me dejaras en paz—
—Demasiado tarde su altísima, Kora— dice divertido el rubio —Aunque sabe su alteza... algo me dice que pronto su molestia se pasara, Kora— suelta mientras observa que cierta persona se dirige hacia ellos
—¿Mmm...?— contesta el mayor y esta a punto de golpearlo al notar esa sonrisa desquiciante en su guardia cuando cierta voz interrumpe
—Oh... Reborn, ¡al fin te encuentro!— dice un agitado castaño —¿damos una vuelta por la ciudad?—
—Esta bien... no tengo algo mejor que hacer Dame-Tsuna— contesta el azabache —pero espero que los lugares a los que me lleves sean interesantes—
El castaño sonrío y asintió, poco después mira al rubio preguntando con la mirada si el también los acompañara, a lo que Coronello solo niega sonriente, dejaría a la parejita sola, pues talvez así su rey le perdona.
Al alejarse del jardín y tomando camino hasta la entrada del castillo, el rubio nota que un curioso par parecía seguir al castaño y como su rey no parecía notar eso, decidido seguir a los obvios acosadores. Una vez en la ciudad el castaño feliz, le mostraba lugares que apreciaba o le mostraba atracciones que intuía le agradarían al mayor, aunque este parecía desinteresado de todo lo que el castaño le mostraba o platicaba, de pronto al dar la vuelta en cierta calle, el castaño escucha su nombre.
—¡Tsuna!— grita una chica de cabello y ojos castaños mientras se lanza a abrazar al chico, todo bajo la mirada oscura del rey Arcobaleno
—Haru...— intenta decir el castaño —Haru, me estas asfixiando—
—Oh, lo siento Tsu, desu~— se disculpa la joven mientras suelta al castaño
Indiferentes a los pensamientos del Rey, quien en su mente había torturado ya de mil maneras a esa chica por el atrevimiento para con SU castaño, los jóvenes se entretuvieron unos minutos platicando sobre lugares exóticos que podrían interesarle al mayor; sin embargo, el rey al no escuchar la plática creyó que el castaño se había olvidado que él, el increíble rey del gran reino Arcobaleno le acompañaba, así que tomo la mano del castaño molesto y lo jalo.
—Bueno, gracias y una disculpa Haru— grita el castaño, mientras la chica suelta una risilla ante el comportamiento de aquel rey
—¡Reborn, basta!, me lastimas— eleva su tono de voz el castaño una vez el mayor estuvo varias calles lejos de las personas
El rey ante aquel grito, sale de su molestia y suelta al castaño, quien al verse libre comienza a masajear su muñeca roja.
—Reborn, ¿Por qué hiciste eso?— suelta mientras ve al mayor
—No deberías dejar que ella u otros te toquen con mucho entusiasmo— gruñe el mayor en respuesta
—Ella es una amiga de la infancia— dice y es cuando se percata de la molestia en la mirada del mayor —Espera... ¿Estas celoso?—
—¿Ah? Como si pudieras ponerme Celoso, Dame-Tsuna— levanta su voz, casi gritando
Tsuna bajo la cabeza ante aquella reacción, pero lejos de entristecerse o molestarse, se avergonzó, pues aquello que su madre llamaba intuición, le decía que el mayor gustaba de él; y aunque creyeron no habían sido vistos o escuchados la verdad era otra, ya que a unos metros de ellos y bien escondido un rubio soltó la carcajada ante la estupidez hecha por su rey.
—Kufufufu~, ¿Así que tú también los estas siguiendo, eh?— dijo una voz tras de el
—¿Ustedes?— comento "sorprendido" el rubio —Príncipes, ¿Por qué los siguen?—
—Es divertido, además de que la alondra y yo somos los guardianes de la castidad de nuestro pequeño Tsuna, no dejaremos que alguien como tu amo lo corrompa, a menos sea su destino, antes no... Kufufufu~— comenta el príncipe Mukuro con una pose de que su vida depende ello
—Protegeremos al omnívoro— Habla Kyoya, quien por primera vez no pelea con su hermano por el apodo que uso
Sin embargo, al estar tan atentos a su plática sobre sus acciones, la pareja de hechicero y rey se alejaron del lugar, tomando camino rumbo al bosque... el mismo bosque donde ambos se habían conocido. Una vez llegaron las imágenes de su encuentro inundaron la mente del mayor, ocasionando a los minutos chocara con la espalda del castaño, pues este se había detenido en un pequeño riachuelo que había, sonriente ante el suceso anterior, el joven se alejo un poco y se sentó en la hierba, poco después el azabache sin importarle la escena que había hecho, se hecho a dormir pero acomodo su cabeza en las piernas del castaño; acción que sorprendió al hechicero, pero no dijo nada, solo espero hasta que se durmiera y comenzó a acariciar el cabello del mayor, pues la curiosidad de cómo se sentía le había ganado, así que espero para saciarla.
Minutos después noto como el mayor ya se encontraba dormido, así que aprovechando la guardia baja, llevo su mano a su cabello y para sorpresa de este, era suave; sin embargo, y para sorpresa del menor, el rey azabache no se había dormido, solo cerro sus ojos por la incomoda luz, aunque poco a poco comenzó a abrirlos, pues las manos del castaño le tenían cautivado y con ganas de más.
—Lo siento— comento avergonzado el castaño al notar que era observado
—Yo no te he dicho algo— comento Reborn mientras una sonrisa adornaba el rostro del castaño ante la respuesta que el mayor le había dado.
El castaño siguió acariciando el cabello del azabache mientras su corazón latía a mil por hora y una calma que nunca había sentido le rodeaba.
—Reborn...— nombro el castaño, haciendo que el mayor abriera los ojos y le mirara —Te quiero— susurro mientras cerraba sus ojos por la vergüenza que sentía ante tal declaración
—Tsunayoshi...— nombró el mayor mientras un pequeño calor se instalaba en sus mejillas y su corazón parecía bombear sangre mas rápido.
Sin estar completamente consciente de lo que hacía, el rey levanto su brazo, lo coloco tras el cuello del castaño y lo acerco a él, Tsuna al sentir aquel brusco movimiento abrió sus ojos ocasionado que Obsidiana y Caramelo se encontraran, dejando ver que lo dicho por el menor había sido sincero, Reborn sonrió levemente ante aquella verdad y sin esperar mas poso sus labios sobre los del castaño comenzando entonces un tierno beso que poco a poco subía de intensidad, minutos después se separaron pues el castaño necesitaba aire o se desmayaría en brazos del mayor y eso no era lo que deseaba.
—Me gustas— comento Reborn mientras observaba como el castaño daba bocanadas al aire, claro que cuando el rey soltó aquellas palabras se sonrojo aun mas y una sonrisa aun mas hermosa que las de antes, cubrió su rostro.
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Un par de días pasaron después de la confesión de ambos y aunque estaban atascados de reuniones, en las tardes o noches se escapaban al bosque, todo gracias a la parte dragón del mayor, les encantaba pasar el tiempo solos, juntos recordando su encuentro o contándose lo que hicieron aquellos años que no se vieron, sin embargo, no duro mucho su tiempo juntos porque descubrieron a cierto príncipe y guardia espiándolos; aun así todo iba bien para ellos, pese a las escenas de celos del mayor o las horas extras que de pronto el castaño tuvo con su madre, sin embargo, las cosas no siempre serán como se espera, pues este día y por consenso de todos, se acepto cierto plan ofensivo contra el enemigo, que causaba que cada rey volviera a su reino para preparar a sus tropas.
Todos salieron del lugar dejando como siempre a la pareja sola, excepto cierto Príncipe de cabellos azabaches/azulados y los habitantes del reino Arcobaleno, el azabache estaba por secuestrar a su novio por última vez, hasta que volviera, para ir al bosque; cuando este se negó, pues su amigo Kyoya le necesitaba así que se disculpó y dio medio vuelta, aunque antes de salir hablo.
—Te veré más noche, prometo compensarte esto Reborn— y salió mientras daba leves palmadas en la cabeza del príncipe
Una vez llegaron a la habitación del príncipe, este salto a golpear paredes, muebles y hasta su cama.
—¿Kyoya, que pasa?— pregunto el castaño preocupado por el comportamiento de su amigo
—Me casare una vez acabe la guerra— anunció molesto
—¿Qué?— grito sorprendido el castaño
—Me casare con el Rey Dino— finalizo con un ligero sonrojo
—¿Ah?, ¡pero eso es bueno!— grito el castaño emocionado, pues sabia de los sentimientos de su amigo por el Rey del reino Cavallone
—¡No!, no lo es, pues parece que le gusta alguien...— comento mirando al castaño — el no quiere casarse conmigo Omnívoro, esta siendo obligado—contesto frustrado Kyoya
Tsuna no supo que contestar ante aquella respuesta, pues si mal no recordaba Reborn le había confirmado que su "primo" Dino estaba enamorado del príncipe Kyoya, así que no entendía la reacción del oji marrón, mientras tanto afuera de aquel cuarto, un azabache sonreía, solo debía lograr que su primo y el príncipe Kyoya se juntaran.
Pues así tendría un estorbo menos para poder comerse completamente a su castaño...
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