=Perdóname=
Pov Lucy
—No puedo.
Daniel me mira a los ojos, como intentando ir más allá de lo que estos muestran, penetrando cada rincón de mi alma.
Su mirada refleja cansancio y tristeza, supongo que no era la respuesta que ansiaba oír.
—Si fue por algo que dije... —empieza a balbucear.
—Es más bien lo que no dijiste, en realidad —él intenta tocar mi mejilla, su mano está temblando; no mucho, pero temblando al fin. Yo me aparto evitando ser demasiado brusca pero eso no quita que le esté doliendo—. Quiero preguntarte algo y necesito, por favor te lo pido, necesito que seas sincero conmigo.
Él asiente frenéticamente. Puedo sentirlo, sé que tiene miedo, y yo igual; tengo miedo a que se aleje de mí, que desaparezca de mi vida como papá lo hizo.
La idea de perderlo me asfixia, es molesta pero ya no puedo guardarme esto. La curiosidad, ah, la curiosidad no sólo matará al gato, sino también a mí.
Respiro profundo, trato de mirar fijamente a los ojos acaramelados de aquel que una vez tuvo la gentileza de cuidar mi frágil corazón. Corazón que nuevamente se ha roto por mi culpa.
《Mi culpa... Sólo es mi culpa...》
—¿Cuándo pensabas decirme lo de Amanda?
La pregunta le ha caído como un balde de agua helada, quizás, no lo sé, su expresión eso me dice. No distingo ya entre el asombro y ¿arrepentimiento? Sí, definitivamente la pregunta lo tomó de sorpresa.
—¿De qué hablas? —es increíble que sea eso lo único que dirás Daniel.
—Ya lo sé todo —¿por qué mi voz sale más quebrada de lo usual?—. Lo de la fiesta, lo de tu borrachera, que te acostaste con... Me lo ocultaste por tanto tiempo, ¡y yo creyendo que era por algo que había hecho mal! ¿Hace tiempo querías estar a solas con ella?, ¿hay otras más aparte de Amanda? ¡No me sorprendería! ¡¡Dime algo, maldita sea!!
Ya no me importa tener que gritar en medio de los pasillos, ignoraré las cabezas de los estudiantes que se asomen a ver qué es todo este escándalo.
Sólo deseo que Daniel me responda, que aclare todas mis dudas.
《Reacciona, mi amor... Por favor, haz que mi sufrimiento se acabe aquí》
Pov Daniel
Estoy paralizado.
Me siento enfermo, sucio, con ganas de arrancarme los ojos.
Hasta aquí, en este día, jamás imaginé una situación similar.
Lucy está justo frente a mí, sus perlados ojos se han transformado en intensos rubíes, las lágrimas de tristeza se tornaron agrias de la furia que seguro siente.
No tengo idea de cómo se enteró lo de Amanda y tampoco quiero saberlo.
Ya no puedo seguir ocultándolo si ella está enterada, no puedo continuar esta farsa, este maldito engaño que me costó mi relación; estoy muerto en vida.
—Es verdad lo de la fiesta, y lo de la borrachera no te lo negaré —sus labios, esos finos y deliciosos labios, comienzan a temblar ante mi respuesta—, pero eso de que me acosté con Amanda no es más que una mentira.
—¿Cómo saberlo?
—Sólo lo sé —era cierto, algo dentro de mí me gritaba que esa mierda no era real y que la perra de Foster me había engañado. Pero ya no seré igual de estúpido—: Lamento no habértelo dicho antes pero tienes que entenderme, ¡no sabía cómo hacerlo! Te hubiese gustado que llegara un día y simplemente dijera: "Oh, hola Lucy, ¿sabes algo? No sé si es algo seguro o no pero creo que me acosté con la hija de puta que hizo de tus años en la preparatoria un infierno". ¿Cómo hubieses reaccionado ante eso, Lucy?
Sus cuencas se llenaron de agua nuevamente, agacha la mirada mientras murmura algo que no puedo entender. Me alarmo cuando noto una pequeña bandita elástica que lleva en la muñeca izquierda, la cual estiró y soltó para que impactara en su delicada piel.
《Se está haciendo daño》
La piel blanca se torna roja.
Una expresión de dolor invade su cara.
《Detenla》
Sus manos vuelven a temblar, comienza a jugar con sus delgados dedos. Muerde con fuerza su labio.
《Por favor, detenla》
—No es tu culpa, Lucy —tomo su mentón logrando que me mire al fin—, nada de esto es tu culpa. ¿Oíste? Tú no hiciste nada malo. Perdóname... Sólo eso te pido, si quieres hasta me pongo de rodillas y te beso los pies pero por favor, ¡perdóname!
Pero siento cómo ella se aleja de mí, otra vez, y mi alma deja mi cuerpo para despedirse por última vez. Le miro con confusión, Lucy se limita a sonreír, mas sé que su sonrisa es falsa y está un poco más rota que su corazón.
—Yo te perdoné hace mucho, Daniel, desde el primer día que comenzaste a ignorar mis llamados, desde la primer noche en que tu rostro no se desvanecía de mi cabeza. Nunca saliste de mi corazón, jamás dejaste de ocupar mi mente y eso me molestaba... Porque yo creía que tú te habías olvidado de mí y me preguntaba por qué no era capaz de olvidarte también.
Quiero decirle que estaba equivocada, que olvidarla era una de las cosas más imposibles para mí, que yo tampoco podía arrancarla de mi corazón, que mi alma anhelaba estar cerca de la suya así como la de ella deseaba estar junto a la mía.
Debí imaginarme lo que haría después de esas palabras que me atravesaron como dagas.
Pero entiendo que quizás no lo hice por dos razones:
Una porque soy demasiado estúpido.
Otra por temor a perderla para siempre.
Ahora comprendo que habría sido mejor tenerlo como una posibilidad, porque pensarlo no era más doloroso que verlo con mis propios ojos.
《Adiós para siempre, mi hermosa Lucy Wilson》
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