Cuando desperté fui a correr como es costumbre, regresé y me extrañó no encontrar a Suran él a cocina pero luego recordé que era su día libre, así que supongo quería dormir un poco más.

Me di un baño, y luego prepare mi desayuno, eran las 7:30 de la mañana cuando los pequeños piececitos de Suni me acompañaron en la cocina.

-Hambre- dijo tocando su estómago, eso me hizo reír, es tan tierna.

-Ven para que comas- la senté en una de las sillas y comencé a preparar su desayuno.

Literalmente lo atacó cuando lo puse frente a ella.

-¿Y tu mami mi amor?

-Duerme- asentí.

-Cuando termines quiero que empaquemos los juguetes que quieres llevarte a casa de los abuelos.

-¿Es hoy?- asentí

Continuó con su plato y cuando hubo acabado fuimos a su habitación, lancé una fugaz mirada hacia el cuarto de su madre el cual él se encontraba a puertas abiertas, dejado de esa manera por Suni cuando salió de este.

Desde hace dos semanas estas han estado durmiendo juntas, su madre se encontraba cubierta y dormida sobre la cama.

Entre guardar lo que debía llevarse y pelearme para llevarse más preparamos todo paso más de una hora, su madre aún no se levantaba.

-Debemos irnos en una hora- dije asomando mi cabeza por dentro de su cuarto, no se inmutó. -Suran- llame más fuerte. No la recuerdo con el sueño pesado.

Entré a este y me acerqué a su cama, seguía en la misma posición, no se movía, la toque y llame repetidas veces pero no se inmutó.

Entonces llevé mi mano a su cabeza, ardía en fiebre.

La senté en la cama aún medio dormida, sus brazos y piernas estaban igual.

Luego noté su pijama ensangrentada.

Sabía que se había lastimado en el entrenamiento canino, e ahí el porque de buscarla el día anterior, pero no pensé que estuviera tan mal.

-Debes darte un baño- abría sus ojos acostumbrándose a la iluminación del cuarto.

Negó -Estoy bien- No lo está.

Comencé a quitar su polera, llevaba un vendaje empadrado de sudor y sangre, la tomé y me encaminé con ella al baño.

-Estoy bien

-No lo estás, y te recomiendo que dejes de tocarme los cojones que no estoy para estupideces.- me hartaba lo terca que era.

La senté en el inodoro y comencé a llenar la tina con agua tibia.

Cuando estuvo lista la adentré, se mantuvo un rato ahí.

-Vuelve a jugar a tu cuarto mi amor- Suni se había adentrado en este para ver porque tardaba en volver con ella. Me obedeció sin más luego de dar una rápida mirada a su madre.

Cuando estuvimos solos esta salió de la tina y la ayudé a secar su cuerpo, se acomodó en la cama, comencé a retirar su vendaje para cambiarlo.

Le habían dado puntadas ¿como es posible que llegó a esa hora de la noche cuando debieron otórgale descanso?

Cuando estuvo lista ayude a colocarle un buzo largo y se metió nuevamente a la cama.

-Kim- cuando este tomó su teléfono no espere siquiera que hablara -Quiero saber porque a Jeon no le dieron descanso por su herida, tiene puntadas.

-Lo investigo y lo llamo- cerré y continué buscando las pastillas para la fiebre.

Luego las llevé a su cuarto con un vaso de jugo y espere para que las tomara frente a mi.

Mi teléfono sonó, eso había sido rápido.

-¿Y?

-Ella no la tomó, dijo que estaba bien y solo tomaría este día.

-Solicítala ahora, diles que regresará en 7 días.

-No creo que eso le haga gracia a Min, ella no es mi subordinada.

-Me importa una mierda lo que le agrade o no a Min, ella volverá en 7 días- cerré la llamada bajo la atenta mirada de esta. -Ni siquiera abras la boca, juro que si te atreves a quejarte acabarás amarrada a la cama.

Salí del cuarto y me dispuse a llamar a mi madre para avisarle que pospondríamos el viaje.

....

-¿Mami enferma?- preguntó Suni cuando la senté a almorzar, su madre no había salido del cuarto en todo el día, la despertaba para medicarla y volvía a dormir inmediatamente.

-Si, debemos cuidarla- asistió

Luego de haber comido me siguió al cuarto de su madre para que esta comiera la sopa que había hecho para ella.

Le tocaba medicamento así que cuando se hubo sentado en la cama se lo otorgué con un poco de agua.

-Tienes que darle un beso, mami dice que el jarabe y el beso me sanan, tienes que besar- me miraba con el ceño fruncido.

-¿Y si me besas tu?- su madre había interrumpido nuestras guerras de miradas, su voz era rasposa por la debilidad de su cuerpo.

La pequeña la besó - Así, vez- asentí.

Comenzó a comer y a pesar de que no estaba como en la mañana seguía bastante mal.

Su rostro estaba pálido por la debilidad pero sus mejillas rojas por la fiebre, ojeras enormes y labios resecos.

Luego de haber comido me llevé a Suni con migo y la dejé descansar un rato, había llamado al doctor del pelotón y este había mandado medicamentos e indicaciones para curar y vendar la herida.

Llame a Namjoon y avisé que iría solo unas cuantas horas en estos días que estuviera así, a pesar de que esta se la pasaba dormida no puede quedarse sola con las fiebres tan altas que ha estado haciendo.

...