Despertar y que lo primero que sientas sean un enorme dolor de cuello, además de el cuerpo medio adormecido, no es bonito.

Había dormido en el auto, quería hablar con ella a primera hora de la mañana, no dejaría que se me escape otra vez.

Y ahí estaban, esta salía de la casa colgando una pequeña mochila en la espalda de la niña la cual llevaba dos coletas que la hacían ver bastante adorable.

Su madre por su parte llevaba su ahora rubio cabello amarrado en una coleta baja , pantalones desgastados y una camiseta cual quiera, se veía cansada.

Salí del auto cuando mi dolorido cuerpo me lo permitió, -Las llevaré- dije mientras pasaban por mi lado.

-No es lejos capitán, no se moleste.- respondió luego de salir de su sorpresa al verme ahí.

-¿Cree que no se que si lo es?- no necesitaba respuesta, -Hola princesa, buenos días- está vez me dirigí a la pequeña.

-Buenos días capitán- dijo con una enorme sonrisa en su rostro. -¿Nos llevará?- asentí -Vamos mami- dijo halando de su madre.

Estas subieron al coche en la parte de atrás y arranqué el vehículo. Las veía por el retrovisor y su madre se encontraba igual de nerviosa que la noche anterior, la pequeña por el contrario iba feliz mirando al alrededor en todo el trayecto.

..

-Adiós capitán, Gracias- dijo despidiéndose y haciendo una reverencia cuando nos bajamos del coche para dejarla en la guardería.

-Nos vemos más tarde pequeña- está se marchó con su madre y la esperé fuera. Algunos minutos después salió pasando por mi lado. -Suba al auto cabo.

-Debería irse capitán, ya le dije que no volvería.

-Y yo que si lo harán, suba, hablaremos mientras la llevo a su trabajo- lo pensó por varios segundos y acabó subiendo. -¿Cual es la verdadera razón para no volver?

-Corremos peligro

-El soldado Kim que conocí no le temía a nada.

-No queda nada de ese soldado,- dijo viendo por la ventanilla.

-¿Lo cree capaz de asesinarlas?- asintió -¿Y a mí tan negligente de no evitarlo?- negó -¿Entonces?

-No puedo ir a vivir a un pelotón, no soy solo yo ahora, tengo una niña de 3 años que necesita ir a la escuela, jugar en un lugar en el que no hallan soldados entrenando o disparando, convivir con niños de su edad, vivir una vida normal. Una vida que no podré darle si estoy ocupada entrenando, ¿pretende que vuelva allá cuando hace años no entreno?¿cuando debo  levantarme a las 5am a entrenar y llegar a mi dormitorio a las 9pm? ¿Cree que los niños se cuidan solos?¿cree que solo por desearlo sucede?- dijo a punto del colapso.

-La niña irá a la escuela, y vivirá una vida normal como dice. Y el entrenamiento solo serán unos meses hasta que obtenga su nuevo rango, en cuanto al horario para eso estoy yo, me haré cargo de mi hija, por eso vine aquí por ustedes.

-En cuanto se registre mi entrada él lo sabrá, sabrá donde estoy y lo jodera todo.

-Eso se puede arreglar.

-Claro que si, si tiene una manera de que la milicia me acepte con un nombre falso, claro- dijo sarcástica.

-No será falso, antes de volver deberán pasar a ser Jeon, ambas.

-¿Y com..? , debe estar bromeando, paré el auto- dijo desabrochando su cinturón.

-No lo haré, aún no llegamos

-Dije que se detenga- abrió la puerta, aveces olvidaba lo temeraria que era.

Cuando detuve el auto se bajo y cerró la puerta agresivamente para luego caminar en la misma dirección, ¡paciencia!.

...

-¿No se cansa?- dijo desde atrás del mostrador cuando me vio entrar a la tienda en que trabaja.

-Quiero ramen,- dije dirigiéndome al estante en que se encontraban.

Me atendió de mala gana y colocó el alimento en el microondas, está aún más agresiva ahora. Casi podía ver humo salir de sus orejas.

Comencé a comer frente a ella y esta solo me miraba con molestia, más no decía nada.

-Usted no es de por aquí- afirmó una señora entrada en edad que acababa de ser despachada.

-No, soy capitán de la policía, vengo porque el esposo de esta señora está prófugo por asesinato desde hace 3 años, así que debo vigilarla- sus caras eran un poema.

La señora la miró alarmada y se retiró con prisa y la otra mujer frente a mí golpeó con fuerza el mostrador.

-¿Que dije?- pregunté con inocencia.

-¡Es la madre del dueño, me despedirán maldición!

-Ohh, no sabía, es una pena, deberíamos irnos ya ¿no?

Rió incrédula -¿Irnos dice?, primero lo mataré- dijo y una exclamación de sorpresa se escuchó a nuestro lado.

La señora había vuelto con un hombre el cual supongo era el dueño de la tienda.

...

-Puede empacar lo que necesiten para el viaje, lo demás déjenlo aquí- dije a su lado cuando salió de la tienda, roja del enojo y con un sobre en la mano.

-Claro que empacaré, y claro que nos iremos, pero lejos de usted- dijo apretando los dientes.

Continuó con su camino, -Suba al auto- demandé.

-Cállese la boca capitán, porque juro que la romperé- estaba más molesta de lo que pensaba.

-Lo dudo- alcancé a decir antes que su cuerpo se abalanzara sobre el mío con rudeza.

La alcance a sujetar antes de tocarme colocando sus manos hacia atrás para inmovilizarla.

-Ya veo porque tiene miedo de volver, perdió su toque- la reté, si alguien era aún más competitiva que yo esa era Kim Suran.

Lo último que sentí fue mi cuerpo ser impactado contra él suelo y sus piernas correr frente a mí.

Será una larga mañana.

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