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–Estas a punto de recibirte –me dice Norman, el director en el departamento de pediatría.

Me había citado para hablar sobre la situación de mis estudios.

–Si, solo quedan los exámenes finales –le sonrío, sintiéndome seguro de mi mismo.

–Bien. Paul te tuvimos en la residencia por mucho tiempo, y los niños te adoran.

–Y yo a ellos –vuelvo a sonreír.

Norman me sonríe, para luego quitarse las gafas y mirarme fijamente a los ojos.

–Hay un lugar para ti en el sector de pediatría.

–¿Qué? –parpadeo varias veces, como si estuviera bromeando conmigo. Lo ultimo que supe era que no había lugar para otro pediatra en el hospital, siempre supe que una vez que me reciba, iba a tener que buscar trabajo en otro lugar.

–Si, hay un lugar disponible y es todo tuya una vez que te recibas. Ya lo discutí, y todos esperan a que ocupes ese lugar.

–Guau... –es todo lo que consigo decir, y Norman se ríe.

–Confiamos en ti –asiento, y aun no lo puedo creer. Este hospital confío en mi desde siempre, me recibió siendo un simple muchacho que creía que no se iba a recibir nunca. Y pese a todo lo que costo, aquí me encuentro, a punto de recibirme y con un trabajo seguro– ¿Quieres el lugar?

–Demonios, si –se rie– Lo siento. Solo no esperaba esta noticia. Me estaba preparando para despedirme de todo esto, y ahora... –sonrio negando con la cabeza, creyendo que Norman seguía bromeando conmigo– Gracias, Norman. 

–No hay de que, Paul. Estoy muy orgulloso de ti, ¿recuerdas cuando creías que el titulo nunca iba a llegar a ti?

Norman fue una de las primeras personas en que confió en mi. Siempre me apoyo con el estudio, y me ayudo cuando era necesario.

–Costo eh... –admito riendo.

–Si luchas por lo que quieres, la vida te lo da –sonrio, y el rostro de Nathalie se instala en mi mente. Ella, Nolan y todo lo que nos esta pasando.

–Gracias, en serio.

–Ya deja de agradecer –se rie– Y ahora vete antes de que me ponga romántico y te abrace.

Largo una fuerte carcajada y él se suma a mi.

Salgo del despacho de Norman sonriendo, sintiéndome feliz. Podría incluso estar cantando una canción, bailando como si estuviera en una comedia musical. Cantando y bailando como si fuera un protagonista de  Glee. Pero me tengo que controlar, bailare luego.

Necesito compartir esto con la pandilla, así que me dirijo al sector en donde se encuentran, y allí están, dibujando y riendo. Cada vez que entro a este sector, echo de menos a Miles.

–Tengo una noticia para darles... –digo al entrar, y ellos dejan de dibujar para mirarme– Muy pronto me van a ver siendo un pediatra de  manera oficial.

Chris grita de emoción, y Thomas aplaude riendo. Me sumo a su festejo, y respondo a sus preguntas. Incluidas las preguntas que me hacen sobre Nolan.

Cuando salgo de la residencia, lo único que quiero hacer es llegar al departamento y compartir esta noticia con mi hermosa familia. Y para festejar con ellos, compro una torta de súper chocolate, que se que le gustaría a Nolan. 

Llego al departamento cantando, y James me mira como si estuviera loco. Más allá de no ser la primera vez que me ve llegar así.

–¡Llegue! –grito una vez que entro al departamento, y escucho la risa de Nathalie viniendo de la habitación de Nolan, para luego verla salir a ella junto a Nolan y Zoey.

–Hola, tío Paul –me saluda Zoey.

–Hola, papá –sigue Nolan, y luego viene ella, la razón de mis principales sonrisas. Mi maldito lugar favorito en el mundo. Nathalie me sonríe, y deja un beso en mis labios.

–¿Qué te ocurre? –me pregunta Nathalie– Estas... raro. Pero un raro lindo.

–Es que tengo una noticia para darles –miro a los tres, aunque Nolan y Zoey no me están mirando ya que se encuentran entretenidos en una conversación entre ellos, y solo Dios sabe que ocurre ahí.

Le sonrío a Nathalie, y ella me mira con ojos interrogantes.

–Paul nos tiene que decir algo chicos –les dice, y ellos ahora si prestan atención.

–¿Qué trajiste, papá?–pregunta Nolan al sentarse en el sofá.

–Primero nos tiene que decir algo, Nolan –lo regaña Zoey, y él asiente. El poder que tiene Zoey sobre Nolan ahora es tierno, pero cuando sean grandes y siga siendo así, no va a estar bueno.

–¿Y bien? –pregunta Nathalie.

Suspiro profundamente y dejo la súper torta de chocolate sobre la mesa de café. Llevo mis manos a la cintura, y pienso cual es la manera correcta de decirlo.

–No se si saben, pero ya casi estoy a punto de recibirme –los tres asienten– Y hoy me dieron la noticia de que tengo un trabajo seguro cuando me reciba.

–Espera... dijiste que no había más puestos –dice Nathalie.

–Si, pero al parecer hay uno disponible y me lo quieren dar a mi.

–¡Paul, esa es una noticia increíble! –Nathalie se pone de pie, y me abraza sonriendo.

–¿Y ustedes no me van a abrazar? –miro a Nolan y Zoey, que luego de sonreírme me abrazan.

–¿Ahora si puedo saber qué hay en la bolsa? –insiste Nolan, y Zoey lo mira con los brazos cruzados– ¿Por qué me miras así?

Me río, y saco de la bolsa la súper torta. Los ojos de Nolan se iluminan de emoción y de inmediato corre a la cocina a buscar un cuchillo, y pequeños platos para las porciones.

Nolan es un loco fanático del chocolate, así que no tarda en comerse una porción, más allá de que Nathalie le haya dicho que coma despacio. Mientras observo a mi hijo devorar su torta de chocolate, me río de como Zoey lo mira como si estuviera loco y ella come su porción como toda una señorita.

–Me gusta verte feliz y entusiasmado –me dice Nathalie.

–Y a mi me gusta compartirlo con ustedes –le sonrío, y la abrazo. Ella me mira a los ojos y sonrie– ¿Qué? 

Vuelve a sonreír, y se encoge de hombros. 

–Mañana tenemos turno para la ecografía.

–¿Qué? 

Habia pasado un mes desde que nos enteramos del embarazo, esperamos mucho por este dia.

Nuevamente me siento sorprendido y ella se ríe.

–Mañana nos esperan en la clínica para la primera ecografía.

–Oh... mierda –es lo que consigo decir, y ella se vuelve a reír. 

–Tio Paul, no digas palabrotas porque cuando las repito me regañan –dice Zoey.

–Pero tú no las tienes que repetir –le contesta Nolan.

–¿Tú no las repites? –le pregunta Zoey.

–Nolan no dice palabrotas –le contesta Nathalie, y Zoey mira a Nolan.

–¡Eso es mentira!

–¡Callate! 

–Ayer me dijiste una palabrota –intento no reírme por la escena.

–¡Pero se me escapo! –Nolan nos mira– Se me escapo, en serio –le sonrío y Nolan mira a Zoey de mala manera– Eres una bocona. Ahora le voy a decir a tus papás de donde sacas tantos caramelos.

Se me es imposible aguantar la risa, así que largo una fuerte carcajada. Nolan y Zoey siguen en su pequeña discusión inocente, mientras que Nathalie y yo los observamos en silencio.

Luego miro a Nathalie, y miro su barriga aun no crecida. Mañana podre ver la pequeña presencia de mi hijo allí. 

Nathalie me mira, y le sonrío, ella me devuelve la sonrisa y me abraza.

Mañana sera un gran día.

Al día siguiente, dejamos a Nolan con sus abuelos y nos dirigimos  a la clínica. En cuanto nos anunciamos, nos sentamos en la sala de espera, y esperamos a ser anunciados.

Anteriormente estuvimos aquí sintiendo los nervios, pero ahora estamos aquí sintiendo ansiedad. Sea por el lado de ansiedad, o por el lado de nervios, la sala de espera es un invento del Diablo.

La doctora encargada de hacer la ecografía, nos llama sonriendo y la seguimos hasta una habitación de paredes rosas.

–¿Como has estado? –le pregunta a Nathalie– ¿Algun dolor? ¿Algo inusual?

–No, todo marcha bien –ella sonrie– Solo que parece que tengo más hambre de lo normal.

Ambas se ríen.

–Si, eso ocurrirá seguido –la doctora me mira– ¿Estan listos?

–Si, realmente listo –contesto por ambos, y Nathalie sonríe.

Nathalie sigue las instrucciones de la doctora, y se ubica en la camilla tal y como le indica. Yo me paro a su lado, y agarro su mano sonriendo. La doctora le pone gel por encima del vientre de Nathalie, y enciende una pantalla a su lado.

–Bueno, vamos a ver el primer rastro de su bebé –dice sonriendo para luego mirar a la pantalla. Nathalie me sonríe, y le devuelvo la sonrisa para luego ambos poner los ojos en la pantalla.

La doctora mira con el ceño fruncido la pantalla, y su rostro no me gusta.

–Supongo que es demasiado pequeño –dice confiada Nathalie, pero yo no me siento de la misma manera. El rostro de la doctora me da mala espina. La doctora deja de buscar, y nos mira. Sus ojos ahora parecen tristes.

Quiero que esto sea una jodida pesadilla.

–¿Hay algo ahí? –pregunta Nathalie con la voz quebrada, y cierro los ojos. No quiero escuchar la respuesta.

–Lo siento –dice ella, y abro los ojos. Su rostro demuestra que lo siente– Estos errores son absolutamente normales, aunque suene horrible decirlo –baja la mirada, y yo miro a Nathalie. Sus hermosos ojos azules se encuentran inundados de tristeza– Ambos son jóvenes, y sanos. Pueden volver a intentarlo –ninguno le contesta y ella suspira– Los dejo solos.

Dicho esto, la doctora sale de la habitación y nos deja a Nathalie y a mi en un silencio incomodo, triste y oscuro.

–Nathalie... –mi voz se quiebra, y cuando la miro esta llorando.

–Me había ilusionado, Paul –dice entre lágrimas y mi corazón se rompe en mil pedazos– Por más pronto que haya sido, sentía que había una vida en mi –seca sus lágrimas y se sienta. La rodeo con mis brazos, y la abrazo. La abrazo tan fuerte como si así fuera posible quitar todo su dolor. Nathalie llora en mis brazos, y yo lloro junto a ella– ¿Por qué tengo que ser un jodido problema? –hago que me mire y seco sus lágrimas.

–No eres...

–Si, lo soy ¿por qué no puedo ser como todas las demás mujeres que se embarazan de manera natural? ¿Por qué tengo que ser tan difícil? No quiero ser un problema, odio ser un problema, me odio... –cuando me mira a los ojos, suspira y seca mis lagrimas– Lo siento, Paul. No mereces esto, lo siento mucho. Esto es mi culpa, soy la culp...

–¡Basta! –grito entre lagrimas– Ya no sigas, ya no por favor. No quiero escucharte hablar así, me duele que hables así... Esto no es tu culpa, no es la culpa de ninguno de los dos. Y tú no eres un problema... –seco mis lágrimas sintiéndome furioso por no ser fuerte, tal y como se lo había prometido– Esta es nuestra lucha, y de nada sirve que te culpes. Hay cosas que tenemos que aceptar, y nosotros debemos aceptar que sabíamos en lo que nos estábamos metiendo. Duele, pero hay que aceptarlo.

El rostro de Nathalie se encuentra empapado de lágrimas, y me siento terrible.

Jodida ciencia. Jodida la vida que pone este problema en las mujeres.

–Estaba ilusionada... –vuelve a llorar, y la abrazo.

–Lo volveremos a intentar.

–Ya no quiero ilusionarme más, Paul...

Vuelvo a llorar junto a ella.

–Si luchas por lo que quieres la vida te lo da –repito lo que me dijo Norman hoy. Y por más que sienta mis esperanzas derrotadas, tengo que seguir luchando por ella– Lucharemos todo lo que tengamos que luchar, y cuando ya no tengas ganas de hacerlo... ahí estaré.

Nathalie llora en mis brazos, y la abrazo aun más fuerte.

–Lo siento, Paul... lo siento mucho...

Lloro junto a ella.

Nathalie me abraza, y yo a ella.

Ojala esto fuera una horrible pesadilla, y no la realidad.

#

Me costo escribir el final de este capitulo. Me imagine todo, y llore. No se si soy maricona o que, pero llore. Tal vez se esperaban esto, tal vez no. Como ya dije, hay que luchar junto a ellos.
Les dejo la cancion que escuche cuando escribia el capitulo Small Bump de Ed Sheeran.
Hasta pronto!

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