Lo que va de nuestro viaje, va bastante bien. Mejor de lo esperado.
Nos divertíamos haciendo bromas tanto en el hotel, como en la calle cuando salíamos. La gente nos miraba como si fuéramos unos locos inmaduros, y los empleados del hotel nos miraban como si contaran los días para que nos vayamos.
Y así como nos estábamos divirtiendo, también estábamos engordando. Solo una vez comimos una tranquila ensalada, pero nos aburrió y en la noche cenamos una hamburguesa enorme y repleta de cosas que si las digo, se me haría agua en la boca. Amo que esta chica me acompañe hasta en mis alocados menús.
Cuando me iba de viaje, y veía a miles de parejas sacándose fotos, o tomados de la mano, me burlaba de ellos, o mas que nada del hombre. Teniendo unas semanas libres decidía pasarla con su novia, o lo que sea que fuera esa chica que lo besaba, pensaba "Esta loco de remate" y ahora comprendo cuando la gente habla sobre el karma. Pase de no creer, a creer. Ahora yo estoy como esos hombres de los que alguna vez me burle.
Pero no me siento molesto, me siento feliz. Jamas pensé que me sentiría así en compañia de una sola mujer, sabiendo que quería que fuera la única en todo. Jamas pensé que iba a estar enamorado.
Si, joder. Dije e-na-mo-ra-do.
–¿Me has escuchado?
Nathalie me quita de mis cursis pensamientos.
–¿Qué cosa?
Se ríe y sonrío al ver como su rostro cambia ante esa enorme sonrisa, acompañada de ese perfecto sonido.
Me empalago de mi mismo.
–Te dije mas de tres veces que nos tenemos que ir ¿Donde tienes la mente?
–En ti.
–¿En mi?
–Si, y en lo estúpido que me has vuelto –se rie– No te rías. Solo tengo estúpidos pensamientos cursis.
–Dudo que sean estúpidos –me sonrie– ¿Me vas a decir qué pensabas?
–No.
–Anda, dime.
Me sonríe y suspiro.
–En que estoy enamorado, soy feliz, y te amo. En que quiero hacer una danza alegre y feliz, mientras canto canciones de felicidad. O que me gustaría correr por la pradera gritando que te amo –larga una fuerte carcajada, y me encojo de hombros– ¿Lo ves? ¡Me has vuelto todo un estúpido!
–Me encanta tu estupidez –me abraza sonriendo– Y seguro que esas canciones que cantarías serian todas de Lady Gaga o Justin Bieber.
Se burla de mi, y cuando la miro con mala cara, nuevamente larga una fuerte carcajada. Solo que esta vez me cruzo de brazos, mientras que Nathalie llora de la risa.
–¿Termino tu risa? –le pregunto mientras se seca las lágrimas.
–Si –me sonríe, y sus ojos se iluminan. Se de antemano que una broma esta dando vueltas por su cabeza.
–Te juro que si haces una broma más...
–¿No habrá sexo? –eleva ambas cejas sonriendo.
–Cancelare tu cuenta en Netflix –deja de sonreir– Y tus suscripciones a revistas de moda extranjeras.
–¡Bueno ya! –me río.
–No me provoques, Rochester.
–No me provoques tu, West –se cruza de brazos y me mira desafiante.
–Supongo que si seguimos este juego, no terminara para nada bien –hago su mismo gesto.
–Puedes rendirte.
Sonrío negando con la cabeza, y cuando la noto distraída, me abalanzo hacia ella y la acuesto en la cama. Pongo sus manos por encima de su cabeza, y con mi mano libre la torturo con cosquillas.
Se que las odia, bueno a nadie le gustan las cosquillas. Pero Nathalie se desespera mas de lo normal, y eso es muy gracioso para mi. Se ríe y se queja, pero yo sigo con lo mismo.
Cuando intento apretar su cuerpo con el peso del mio, eleva su pierna y su rodilla golpea mi entrepierna.
–¡Joder, maldita bastarda! –se ríe de mi cuando me retuerzo del dolor llevando ambas manos a mi pobre amigo– ¡Duele, duele mucho!
–¡Entonces no me hagas mas cosquillas! –dice entre risas.
–Duele... duele mucho –repito y deja de reír para acariciarme la cabeza– Si, no es esa cabeza la que me duele –acto seguido me da un golpe en la cabeza– ¡Auch!
–Ahora si te duele esa cabeza.
–¡Controlate, mujer!
Se ríe y se pone de pie, mientras que yo respiro profundamente para calmar mi dolor.
–¿Vamos a salir o vas a seguir llorando como una niña?
–Tú no entiendes lo doloroso que es esto. Golpeaste mi arma mortal.
Larga una carcajada y enarco una ceja.
–Si, como sea.
–Esta arma mortal te hizo gemir mi nombre.
–Pude haber fingido.
Me sonríe y me pongo de pie luego de un largo suspiro.
–Esta conversación ya no me esta gustando.
Se vuelve a reír, y esta vez me abraza.
–Te amo. Y prometo sanar tu arma mortal esta noche –me sonríe coqueta y le devuelvo la sonrisa– ¡Por Dios, eres tan fácil!
–Te odio –nuevamente se ríe ante mi y yo sonrío.
Salimos del hotel, y nos dirigimos a la playa. Habíamos pagado por clases de wakeboard, y ya nos encontrábamos equipados para las mismas, solo que no me gustaba como ese mono teñido de rubio miraba a Nathalie. Lo observaba serio y con los brazos cruzados mientras coqueteaba con ella en mis narices, Nathalie no se percato de ello, solo escuchaba las instrucciones.
–¿Estas lista? –le pregunta.
–Eso creo.
–Todo ira bien, bonita –sonrie.
¿Y este qué se cree?
–Bonita te va a quedar la cara si sigues coqueteando con mi novia.
El mono rubio me mira, y Nathalie sonríe negando con la cabeza. El chico finge que no me escucho y acompaña a Nathalie hasta el mar, y yo observo cada uno de sus movimientos y miradas. Nathalie se ubica en el lugar indicado y comienza su experiencia. Me rio cuando la escucho gritar.
El mono rubio se acerca a mi, y dejo de reír.
–Si, ya te escuche las indicaciones –le digo cuando veo su intento de explicarme.
–Bien –contesta serio– ¿Estas listo?
–Si.
Y me encamino hacia el mar, ubicándome en el mismo lugar que Nathalie se ubico, y una vez que el mono da la señal, mi experiencia extrema comienza.
Jodida, y perfecta sensación es la que siento en estos momentos. Me encuentro riendo, y sonriendo por todo lo que esto esta provocando en mi. Y Nathalie parece igual de feliz que yo, o incluso más.
Luego de nuestra increíble e inolvidable experiencia, fuimos en busca de esas deliciosas hamburguesas, las cuales ya comimos una vez.
Durante nuestra hora tarde de almuerzo, recibimos la llamada de Zoey. Cabe destacar que nos llamo a escondidas de sus padres, lo notamos cuando hablaba susurrando.
–Zoey, ¿saben tus papás que nos estas llamando?
La pongo en altavoz.
–No –nos reímos.
–¿Donde estas?
–En el armario.
–¿Y ellos?
–Buscandome.
Me vuelvo a reír.
–¿Por qué te escondes?
–Porque rompí el jarrón que el abuelo le regalo a mamá –sonrio negando con la cabeza, imaginando lo cabreada que debe estar Chloe, y Hunter calmándola mientras busca a Zoey que nos llama a escondidas– Los extraño, tíos.
–Y nosotros a ti, princesa.
–¿Zoey? –lo escucho a Hunter– Zoey, si sales de tu escondite prometo llevarte a ver una película.
–Yo no quiero una película, quiero un hermanito –le responde Zoey y con Nathalie nos reímos. Luego escuchamos como se abre la puerta del armario, y como Hunter la encuentra.
–¿Con quien estas hablando? –se puede escuchar como le quita el celular– ¿Paul?
–Si llegas a castigar a mi princesa, te la veras conmigo cuando llegue. Te lo juro.
–Y dale ese hermanito que tanto quiere –agrega Nathalie.
–Puedo llevarme a Zoey a mi departamento cuando lo hagan, no quiero que follen estando ella ahí.
–Incluso estando de vacaciones eres insoportable.
Me río.
–Me amas.
–Adios, Paul.
–Lo digo en serio, si la castigas, te la veras conmigo.
–Tú no me vas a decir como criar a mi hija.
Y me corta. Me quedo con muchas cosas para decirle, así que le envío un mensaje con una serie de insultos y amenazas, las cuales sonaban divertidas, pero a la vez muy en serio. Y como respuesta recibí un "Que te den, West"
–¿Vamos a caminar por la playa? –propone Nathalie.
–¿Luego sanaras mi arma mortal? –sonrie.
–Primero vayamos a la playa.
Pagamos por nuestras hamburguesas y salimos. Nos dirigimos a la playa y caminamos por la orilla del mar. El agua mojaba nuestros pies, y era una sensación agradable. Mas aun cuando el atardecer esta cayendo.
Abrazo a Nathalie y me sonríe abrazándome también. Seguimos caminando por la playa en silencio, observando el atardecer, observando como algunos niños seguían jugando en la arena.
Y al ver a esos niños, mi imaginación cursi voló una vez mas, llevándome a un momento de mi vida donde me encontraba siendo padre. Meses atrás no me veía en ese estado, pero ahora teniendo a Nathalie me veo así, y mucho mas.
Sonrío imaginándome cargando a un niño, y sonrío aun mas cuando la madre de ese niño es la chica que esta a mi lado.
Nathalie despertó una parte de mi que desconocía, una parte que le pertenece todo a ella.
–Hoy estas sonriendo mucho –me dice.
–Tengo razones para hacerlo –le digo mirándola a los ojos, y me sonrie– Te amo.
–Y yo te amo a ti.
Me gusta que con ella no se de la estúpida pelea de "Yo te amo más" no competimos por quien ama mas a quien, ambos sabemos que el otro nos ama como dice, y eso nos basta. Aunque si compitiéramos, se con seguridad que perdería.
Quiero decirle que quiero todo con ella, todo lo que alguna vez creí que no era para mi. Pero tal vez no sea el momento, tal vez crea que me estoy adelantando o algo, así que decido no hacerlo.
–¿Por qué me miras así? –pregunta.
–¿Como?
–Como si... no se –sonrie.
–¿Como si amara todo lo que has logrado en mi? –me mira– ¿Como si cada vez que te veo siento que soy feliz? –sonrie– ¿Como si cada vez que me regalas esa sonrisa me enamoro aun mas de ti? Si es eso posible.
Soy todo un maldito cursi. Y todo por ella, y para ella.
–Si, me miras así –se sonroja.
–Porque es así –le sonrio– ¿Dudas de mi?
–En absoluto.
–Bien.
Detengo mi caminata y me coloco delante de ella, cuando Nathalie levanta la cabeza para mirarme a los ojos, la beso. Y siento que es el mejor beso que tuvimos.
Playa. Mar. Atardecer. El sonido de los pájaros.
Se que guardare este recuerdo, y lo traeré a mi cuando las cosas se tornen difíciles por estúpidas peleas, o no me sienta de humor en mi rutina. Siempre que sienta que estoy a punto de perder la cabeza, volveré a este recuerdo, a este momento, y se que me sentiré nuevamente feliz.
Joder, Paul. Mírate lo jodido que estas.
Lo se, y me gusta.
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Simplemente ame escribir este capitulo y lo disfrute. Se que es corto, lo se y no me maten por eso y tampoco por dejarles con la intriga de que va a pasar jaja. Gracias por todo ♥
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