SASE
Se podía escuchar el ruido del agua al caer por la pequeña cascada, también los diferentes pájaros que habitaban esa parte de la selva, algunas pisadas de los animales salvajes que habitaban el lugar, pero esto sólo hacía al claro mucho más hermoso y tranquilo.
Nicusor abrazó a Ruxandra por la cintura mientras la besaba y ella llevó sus brazos por sobre los hombros.
-Me gusta que te lo dejes crecer- dijo el vampiro mientras tocaba suavemente su cabello. No estaba largo, apenas había crecido por debajo de sus orejas, pero Nicusor estaba encantado.
Ella solo sonrió y volvió a besarlo. Desde que se conocieron, hace tres años atrás, Nicusor vivía insistiendo en que quería verla con el pelo largo, pero ella siempre se negó a dejárselo crecer debido a que era cazadora. Pero ahora ya no más, tenía una vida diferente y no perdía nada con darle ese pequeño gusto a su amante.
Habían sido tres semanas intensas, confusas, complicadas y a veces inaguantables, como sí de un momento a otro todo iba a explotar y se terminarían matando entre ellos. Mireia era una mujer muy complicada y que la odiaba a muerte, el sentimiento era mutuo. No se llevaban bien, a la primera de cambio comenzaban a pelear, la vampira no la quería ahí y soltaba frases sarcásticas y crueles cada vez que tenía oportunidad (básicamente siempre), pero ella no se quedaba atrás y le respondía cada una de sus pullas.
Nicusor saltaba a defenderla siempre y la relación con su hermana estaba más que tensa, podía cortarse el aire con un cuchillo. El único que podía calmar la situación o al menos postergar un poco la explosión de la bomba que sentía que no duraría mucho, era Bastián. El chico era simpático y alegre y siempre tenía un comentario gracioso o los regañaba como si fueran unos niños, a pesar que él era el menor de los tres hermanos. Era despreocupado y siempre restaba importancia a cualquier insulto que llegaba a recibir de sus dos hermanos mayores cuando estaban enojados.
A pesar de ser un vampiro, Bastián le caía muy bien. En cambio, Nicusor seguía sospechando de él y no perdía ni un instante en recordarle que no se fiara de él.
-Nunca dejarás ese tema de lado, ¿no?- dijo entre risas, mientras volvía a besarlo. Él sólo sonrió burlonamente en respuesta.
Acababan de tener relaciones y no pudieron resistirse a tomar un baño en ese hermoso claro. El agua era cristalina, la cascada le daba un toque hermoso y los árboles a su alrededor ese punto de privacidad para hacer algo tan íntimo, un acto de entrega hacia la persona que uno quiere.
Nunca se habían dicho te amo o habían hablado de sus sentimientos por el otro, no lo creían necesario, preferían vivir el momento. Les gustaba estar juntos, la pasaban bien y eso era todo lo que necesitaban.
-No creo que debas acercarte tanto a Bastián- soltó de repente Nicusor, Ruxandra bufó molesta y se separó un poco de él, pero aún seguían abrazados.
-¿Otra vez con eso?- dijo irritada- A mí, Bastián me parece agradable.
-Odias a todos los vampiros y deseas su muerte. Pero vez una sola vez a mi hermano y te parece el mejor chico del mundo- soltó enojado y aflojó un poco el agarre en la cintura de la cazadora.
-¿Celoso?- dijo burlona, él solo rodó los ojos- Sólo tengo el presentimiento de que tu hermano es alguien de fiar, pero para que te quedes tranquilo y me dejes de joder, lo investigaré- el otro asintió- Y ahora, dejemos de hablar de tu hermano y continuemos con lo que estábamos haciendo antes de que te dieran tus ataques de celos- soltó con gracia y él la fulminó con la mirada.
Ella le dio un beso rápido y se sumergió en las aguas, había descubierto que le encantaba nadar. Él volvió a sonreír y a los pocos segundos la siguió. Tenían todo el día y el resto de sus días, para disfrutar la compañía del otro.
+++
Se arregló su elegante e impecable vestido y comenzó a caminar para regresar a su casa. Donde se encontraría otra vez con esa cazadora, no podía entender como una vampira pura como ella tenía que convivir con esa dhampir y como si fuera poco, era la asesina de los de su raza.
No confiaba en ella, nunca lo haría, como tampoco confiaba en Nicusor. Su hermano había tenido el descaro de traerla, a una enemiga mortal. Y a pesar de que ella se había opuesto desde el principio, Bastián finalmente aceptó, y fueron dos contra uno.
Aunque no quiso, tuvo que llamar a Nicusor, ellos solos no hubieran podido enfrentar a la amenaza que representaban los fallecidos Báthory, y estaba agradecida (aunque no lo reconociera en voz alta) con él, pero pensó que se iría apenas terminar, pero se equivocó. Su hermano se quedó con ellos a pesar de no verse por siglos. En un principio no le pareció tan mal, ella seguía siendo la líder y Nicusor no había dado señales de querer serlo, y por otro lado, ya eran tres y era mejor que sean más, así estarían mejor preparados por si se presentaba otro problema. Pero el quiebre sucedió cuando se le ocurrió traer a esa dhampir cazadora, había cruzado todos los límites y ella no soportaba vivir con alguien como Ruxandra. Estaba segura que esa mujer los traicionaría y los terminaría entregando, después de todo ese era su trabajo: asesinar vampiros.
Pero ella estaría preparada para ese momento y estaba segura de contar con la ayuda de Bastián, su hermano menor era en la única persona en quién confiaba.
-Eres una cualquiera- esa desagradable voz sonó a sus espaldas. No soportaba a Warakusi, la vampiro era la novia de Lariku.
Una impura resentida y celosa, que no soportaba que su novio prefiera a Mireia antes que a su "novia oficial". Pero si alguien tenía que elegir entre las dos, para Mireia era obvio que la elegirían a ella, la impura estaba muy por debajo de su nivel.
-¿Hablas por experiencia propia?- preguntó en forma de burla. La otra mujer entrecerró los ojos con furia.
-No sé qué pretendes, pero aléjate de Lariku- dijo en forma de advertencia. Mireia soltó una carcajada.
-Yo no quiero estar cerca de él, pero es el mismo Lariku quien me busca- dijo con arrogancia y comenzó a caminar, pero Warakusi se interpuso en su camino.
-¿Qué es lo que realmente pretendes? Te jactas de ser una pura y nos menosprecias por ser un nivel más bajo, pero no dudas en revolcarte con uno de nosotros- dijo si comprender la mentalidad de la desagradable vampiresa.
-Lo que yo quiera no te incumbe. Y si no logras satisfacer a tu hombre, no es mi problema- soltó con veneno y luego se marchó.
Warakusi miró hacia donde se había ido la rubia y solo pudo sentir la rabia recorriendo todo su cuerpo.
-Juro que te mataré.
+++
Llevaba cerca de una hora sentado en el mismo lugar, detrás de unos árboles y con la vista fija en algo o alguien, pero como se encontraba un poco alejada no podía saber que estaba mirando el vampiro.
Bastián suspiró.
-¿Qué haces aquí, Ruxandra?- preguntó con cansancio. La cazadora se sorprendió, era buena en su trabajo y nunca nadie la había detectado, excepto Nicusor, ese día se conocieron y empezó todo.
Pero seguramente su hermano tenía la misma habilidad de detectar presencias como Nicusor, aunque este le había dicho que Bastián no tenía ninguna habilidad, al menos descubierta, sólo era bueno buscando información. Pero ahora lo dudaba, tal vez Nicusor tenía razón al desconfiar de él.
-Esa pregunta tendría que hacértela yo a ti- dijo saliendo de su escondite y caminando hacia el vampiro, pero alerta. Nunca había que bajar la guardia, mucho menos cuando se desconocía al enemigo.
Bastián por fin se levantó y se dio la vuelta, Ruxandra dejó de caminar y estaba muy dispuesta a atacar si era necesario. El vampiro volvió a suspirar.
-Eres tú quién me estaba siguiendo- dijo muy serio. Este no era el Bastián alegre y simpático que conocía, sino todo lo contrario, alguien frío y oscuro, alguien que le daba miedo.
-Nicusor no confía en ti y yo quería saber qué hacías durante tus largas caminatas por el bosque- prefirió ser sincera con él y decirle la verdad, no ganaba nada con ocultárselo.
-¡Vaya par de hipócritas y mal agradecidos!- soltó con ironía. Ruxandra se sorprendió y por inercia tuvo la necesidad de retroceder un paso, pero no lo hizo- Siempre los trate bien, a ti te recibí con una sonrisa y te defendí de Mire. Nunca me metí en sus vidas o los critiqué, nunca les pregunté nada o los juzgué. Pero ustedes dos se creen con el derecho de hacerlo. Tú apenas me conoces hace unas semanas y Nicusor la última vez que me vio apenas era un niño- en su mirada había dolor y una profunda rabia- Sólo a dos personas dejaría que opinen sobre mi vida y una de ellas es Mire, pero tú y Nicusor no cuentan. Así que mejor metanse en sus asuntos y si algo les molesta, entonces váyanse de aquí, nadie se los impide porque aquí sólo son invitados- y se marchó.
Sin decir una sola palabra más, se fue y no esperó una respuesta. Aunque Ruxandra tampoco le hubiera podido contestar porque sentía que el chico tenía razón, ellos no eran nadie para meterse en su vida.
-¿Eres su novia? ¿Tú eres como él?- la voz la sacó del shock en el que se encontraba y giró la vista hacia dónde provenía el sonido.
Una mujer de avanzada edad, con la piel morena y su cabello blanco, estaba parada en el mismo lugar donde antes había estado Bastián.
-¿Quién eres?- dijo alarmada mientras situaba su mano sobre el mango de la espada.
-Tranquila, soy Sac Nicté. Y sólo quería saber si eras la novia de Bastián- su voz parecía denotar un poco de tristeza. Ella se relajó y alejó su mano de la espada, pero no se movió.
-No, podría decirse que soy algo así como... ¿su cuñada?- dijo un poco dudosa, ya que con Nicusor nunca había hablado sobre la relación que tenían. La mujer esbozó una pequeña sonrisa.
-Entonces eres la novia de Nicusor- ella se sorprendió porque la mujer conociera a todos, pero luego vino otra duda a su mente.
-¿Qué quisiste decir con qué si yo era como él?- la otra mujer suspiró y parecía bastante cansada, tal vez era por la edad.
-¿Eres un vampiro?- todas sus alarmas se dispararon, esa mujer era humana, no podía saber nada. Volvió a tensarse.
-¿Qué es lo que sabes? ¿Y cómo lo sabes?- la mujer solo negó.
-Lo suficiente y eso ya no importa. Sólo me acerqué a ti para pedirte que lo cuides, no lo dejes solo, por favor- la mujer le estaba suplicando por Bastián. No entendía nada de lo que estaba pasando, pero cuando quiso volver a preguntarle, ésta ya se alejaba caminando.
Entonces, ¿Bastián observaba a esa mujer cada vez que salía a caminar por el bosque? ¿Pero quién era ella?
+++
-Es por ella- no quiso que sonara como una afirmación, sino como pregunta.
Bastián estaba sentado sobre una roca y con la mirada perdida. Cuando Ruxandra volvía a la casa después de esa charla extraña con Sac Nicté, lo encontró. Al principio dudó de acercarse, Bastián se había mostrado muy agresivo al ser descubierto y ella no quería otra vez incomodarlo porque sabía que tenía razón. Nicusor y ella no tenían derecho de inmiscuirse en su vida, no cuando Bastián nunca lo había hecho con ellos. Nunca una pregunta sobre su pasado, todo lo contrario a Mireia que los vivía atacando. Tal vez nunca preguntó porque ya lo sabía, después de todo era el mejor buscando información, pero igual nunca soltó un comentario malintencionado y eso demostraba lo respetuoso que era. No como ella y Nicusor.
-La conocí hace 67 años, ella era una joven hermosa y no superaba los 20 años- sonrió al recordarla y Ruxandra se sentó a su lado- Su cabello era muy largo y negro, igual que sus ojos, su piel parecía estar bronceada siempre. La atracción fue inmediata y vivimos un tiempo maravilloso, siempre en secreto. Los dos nos amábamos, pero la felicidad no dura para siempre. Ella era una princesa y como tal debía casarse con alguien importante. Su padre, Hunac Cell era el cacique y señor de Mayapán, la prometió en matrimonio al señor de Itzamal- respiró hondo y continuó- Planeábamos fugarnos y vivir nuestro amor sin miedos, pero alguien se nos adelantó, el señor de Chichén Itzá la secuestró el mismo día que escaparíamos, el día que se celebraría su boda- bajó la mirada al suelo- Hunac Cell y el señor de Itzamal se volvieron locos y decidieron cobrarse tal afrenta. Desataron una guerra y terminaron destruyendo toda la ciudad de Chichén Itzá, y a Sac Nicté la casaron con el señor de Itzamal. Ese día me di cuenta que lo nuestro nunca funcionaría, si escapábamos nunca estaríamos en paz, nos cazarían sin dudarlo. Y ella no se merecía eso, por eso me aleje. Pero la amo demasiado y todos los días a la misma hora voy a ese punto en el bosque, ese mismo lugar donde la conocí, la besé por primera vez e hicimos el amor. Y la observo desde lejos, porque desde hace 67 años ella también va todos los días al mismo lugar y hora.
Las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas y Ruxandra lo abrazó, dejando que haga lo que ningún vampiro había hecho jamás: llorar.
+++
-Me siento tan mal por desconfiar de él- dijo totalmente conmovida.
-Yo también- dijo sincero. Ruxandra le había contado la historia de amor truncada y un poco de culpa había aparecido en su pecho.
-Eso me pasará a mí- Nicusor giró el rostro para verla, ambos estaban sentados en el suelo y la espalda apoyada en un árbol.
-No entiendo
-Que el paso del tiempo hará estragos con mi cuerpo, yo no soy inmortal. Envejeceré y un día moriré, yo creo que eso es lo que más le duele a Bastián, el no poder volverla a ver.
-Eres una dhampir, sabes que no envejecerás como cualquier humano...- Nicusor quiso continuar, pero Mireia salió de la casa con escopeta en mano y apuntó al bosque.
-¿Qué haces?- preguntó Nicusor y pudo ver por el rabillo del ojo como aparecía Bastián.
-Un humano viene hacia aquí, y por su olor es un cazador- explicó la vampiresa sin bajar el arma. Todos se tensaron- ¡Esta maldita cazadora nos entregó- gritó colérica.
-¡Eso es mentira! ¡Yo no hice nada!- trató de defenderse la dhampir, pero escucharon los pasos apresurados de alguien y todos se prepararon para atacar. Pero Ruxandra nunca pensó ni se imaginó quien aparecía frente a sus ojos.
-Padre...
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