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DOUA

Cuando su padre se levantó, ella ya tenía servido el desayuno y estaba por terminar el suyo. El hombre se sentó y tomó su taza de café y dio el primer sorbo que lo relajó bastante. No hablaron por varios minutos ni siquiera un "Buenos días", pero siempre era así.

-Me alegra que lo hayas podido matar, pensé que ese monstruo iba a lograr escapar- llevó otra vez la taza a su boca, ingiriendo ese preciado líquido en la mañana o media mañana.

-Yo nunca fallo- dijo seca. Su padre la miró evaluándola, eso no le convenía, sino la descubriría. El hombre tenía un don especial para ver más allá y descubrir engaños, aunque ella llevaba mintiéndole ya tres largos años- ¿Qué pasó con el tuyo?- era la mejor forma de desviarlo de su escudriño. Y al ver la sonrisa de satisfacción de su padre lo logró.

-No sabes cómo disfruté cuando fui desmembrándolo parte por parte. Fue tan gratificante verlo chillar de dolor y suplicar por una clemencia que nunca llegaría- ella no tenía lástima por todos los vampiros que mataba, eran seres de la noche sin alma. Pero tampoco sentía alegría y emoción como su padre, simplemente no sentía nada. Era su trabajo y punto.

Pero todo eso cambiaba si se trataba de Nicusor. Cuando les habían asignado a los nuevos objetivos y el nombre de su amante era uno de ellos, sintió que algo dentro de ella se derrumbaba. Pero supo ocultarlo, no llegó a avisarle al vampiro, pero sí convencer a su padre de ser ella quien lo cace. Siempre que sea ella la que lo tuviera que matar, sabía que el vampiro estaría a salvo porque nunca sería capaz de matarlo.

-¿Cada vez que matas un vampiro, te imaginas que es él?- no quiso soltar esa pregunta, pero ya era tarde para dar marcha atrás.

Su padre se había quedado callado de repente, tensó sus hombros y apretó la mandíbula.

-No quiero hablar de eso ahora- dijo en un tono frío mientras se levantaba de la mesa.

-No has terminado de desayunar- dijo tranquilamente tratando que la pregunta anterior quedara en el olvido.

-Ya no tengo más hambre, me iré a entrenar- buscó sus armas y se dirigía hacia la puerta.

-Te acompaño- se puso rápidamente de pie para acompañarlo.

-No. Quiero estar solo- sin voltear hacia atrás, abrió y cerró la puerta. Marchándose sin despedirse.

Y Ruxandra se dio cuenta que había cometido un gran error.


+++


Cuando Thanos Ozana regresó a su casa, una pequeña vivienda ubicada en los suburbios de la ciudad de Cetatea Alba, en el Principado de Moldavia. Lo primero que vio fue la flecha ensangrentada y a su lado, la cadena con el emblema de los Montmorency-Laval, ambos estaban sobre la mesa.

Sonrió. Era la forma en que Ruxandra le pedía perdón, pero al instante sintió la culpa carcomiendo su interior. No debió tratarla así. La buscó con la mirada, pero la casa estaba muy silenciosa, así que supuso que no estaría en su interior. Apenas abrió la puerta trasera de la casa, justo la que daba al minúsculo jardín, la encontró. Estaba sentada en las escaleras y mirando fijamente al único árbol que había crecido en la propiedad.

Tomó aire y se sentó a su lado. Ella nunca volteó a verlo, a pesar de notar su presencia, seguía con la vista clavada al frente.

-A veces sí lo veo cuando mato a uno y cada noche antes de dormir pienso una y mil formas de asesinarlo, una más cruel que la otra- su tono era calmo pero serio. Ella pensó un momento sus próximas palabras.

-¿Y cuándo me miras a mí, qué es lo que ves?- una vez que su padre se había decidido a hablar, ella lo aprovecharía. Necesitaba sacarse todas las dudas. Thanos la miró, pero ella no.

-A Ruxandra Ozana, la mejor cazadora de vampiros de toda Rumania- dijo en un tono más alegre para intentar aligerar el ambiente, pero no funcionó. Ella volvió a hablar.

-¿Me odias?- intentó sonar indiferente, pero su voz denotó la preocupación de que la respuesta sea afirmativa. Thanos suspiró cansado y también miró al frente. Los sentimientos y la verdad eran un peso demasiado pesado para guardarlo por tantos años.

-Te odié- dijo sincero. Ella sintió que le faltaba el aire y tenía inmensas ganas de llorar- Cuando naciste, a pesar de tener el cabello de tu madre y parecerte un poco a ella, tus ojos eran idénticos a los de él. Oscuros como la misma noche y ese maldito. Quise matarte, pero tu madre tuvo una crisis y decidí ocuparme de ella. Así fue durante el primer mes, tu madre ocupaba todo mi tiempo, ella estaba mal, las crisis se repetían cada vez más y yo tenía miedo de no poder recuperarla. Apenas me ocupaba de ti, no te alimentaba por días pensando que morirías y me ahorrarías el trabajo, pero eras fuerte y parecías no necesitar alimentos. Entonces me rendía y te alimentaba, pero luego todo volvía a repetirse- hubo un pequeño silencio en el que ninguno habló. Pero luego, la voz de Thanos salió con mucho dolor- Hasta que tu madre murió, ese día sentía tanta rabia y dolor que fui directamente a matarte, pero cuando te volví a ver- su voz se quebró- No vi al monstruo que violó a mi esposa, sino a una niña que sólo quería vivir-tomó aire para no llorar- Y no pude lastimarte, sino que me aferré a ti. Ese malnacido me había arrebatado todo, mi paz, mi felicidad y a mi esposa. Yo decidí que esta vez sería yo quién le robara algo, por eso me quedé contigo.

-¿Entonces me viste como una forma de vengarte?- sonó ruda y dolida. No le importó interrumpirle. El otro negó con un movimiento de cabeza.

-Te vi como una niña que necesitaba una familia, igual que yo- la miró- Te vi como mi hija- por primera vez, ella lo miró. No había odio en sus ojos, sino emoción- No importa si no eres mi hija biológica, eres mi hija por elección y eso es lo más importante.

Lo abrazó y las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos. Ambos se entregaron a esa muestra de cariño, algo que no hacían a menudo por no decir nunca.

Sus vidas no habían sido fáciles. Hace veintiún años, Thanos Ozana estaba felizmente casado, pero todo cambió cuando un vampiro violó a su mujer. Intentaron seguir adelante pero todo comenzó a ir cuesta arriba, su esposa estaba embarazada pero tenían la esperanza que sea de su marido. Eso le dio fuerzas de continuar, pero al nacer sus ojos demostraron lo contrario. La niña era hija del vampiro y por lo tanto una dhampir. La mujer comenzó a sufrir crisis y cada vez su mente se perdía más, hasta que una mañana se suicidó, acabando con todo su sufrimiento.

Ruxandra había entrenado desde los siete años para ser una cazadora, a pesar de tener un padre éste nunca fue muy demostrativo y teniendo en cuenta todo su pasado y su propia naturaleza, ella siempre tenía la duda sobre lo que su padre sentía por ella.

Thanos se separó de su hija con lentitud, suspiró para bajar el nudo en su garganta.

-Muchas veces me dije que estaba cometiendo un error y pensé en entregarte a la organización para que hagan contigo lo que creían correcto, pero luego me arrepentía. Luego las dudas volvían, no sabía qué lado de tu naturaleza iba a ganar, si te basarías en la razón de tu lado humano o por los instintos asesinos de los vampiros- Thanos tomó las manos de su hija y la miró con cariño- Todo cambió cuando cumpliste dos años y me llamaste por primera vez papá, ahí supe que había hecho lo correcto y que todo estaría bien.

Ambos sonrieron y se volvieron a abrazar.


+++


-Odio a estos bichos. ¡La vida es tan irónica! Toda mi vida alimentándome de sangre y ahora estos insectos se quieren alimentar de mí. ¡Malditos mosquitos!- Nicusor caminaba bastante enojado por la espesa selva, mientras intentaba matar a los insectos que lo atacaban- ¡¿Dónde demonios se les ocurre ir a vivir a este par?!- ya hablaría seriamente con sus hermanos. Está bien que se quieran ocultar, pero la civilización era mucho mejor, esto parecía el fin del mundo. Ese lugar que ni existía.

Al ir avanzando, la hierba y los árboles comenzaban a disminuir y la luz solar comenzaba a filtrarse y llegaba a iluminar el suelo, algo impensado momentos antes. Incluso los mosquitos habían desaparecido.

Frente a él se levantaba una gran casa que brillaba demasiado. Estaba hecha de oro puro, entonces sus hermanos debían ser bastante ricos, sólo que no sabían elegir lugares para vivir.

-¿Pero miren quién ha venido a visitarnos? Parece que el viento nos trajo sorpresas- miró a la rubia despampanante que habló sarcásticamente. Tenía puesto un vestido rojo que le llegaba hasta las rodillas y un gran escote, su hermana siempre era una atrevida. No entendía de dónde sacaba esa vestimenta, ya que no era algo común de la época. Seguramente la acusarían de prostituta, era mejor que se quedase a vivir en la selva.

A su lado estaba su otro hermano, él vestía como el típico señorito inglés, con un traje gris y bien arreglado. Sus hermanos eran raros, ¿cómo podían vestirse así viviendo en medio de la selva?

-Vine porque me necesitaban, ustedes mismos me llamaron- dijo en forma de burla. Mireia lo miró con odio, se dio la media vuelta y entró.

Bastián, su hermano menor comenzó a reír, pero era apenas audible. Seguramente por el fuerte carácter de Mireia, ahora sentía un poco de pena por su hermano, ¿qué cosas habrá tenido que soportar viviendo con tremenda loca?

-Me alegra que estés aquí. Hace mucho que no nos veíamos- dijo en tono alegre- Vamos, no querrás que Mire se enfade- y con su habitual despreocupación fue detrás de los pasos de su hermana.

Nicusor sonrió casi imperceptiblemente. No lo reconocería, pero tal vez había extrañado a su hermano. Pero a su hermana no, de eso estaba seguro.­

No quedándole otra opción, siguió a sus dos hermanos al interior de la casa.

Llevaba cerca de una hora escuchando a su hermana, sus maldiciones, sus quejas y no sabe cuántas cosas más. Bastián jugaba con un objeto entre sus manos y Nicusor intentaba prestarle atención.

-Lo que me quieres decir es que llegó un grupo y quiere ocupar su territorio- interrumpió el monólogo de Mireia. Ella asintió.

-Y no podemos permitirlo. Este es el mejor lugar que hemos encontrado, aquí los humanos nos consideran dioses y una vez a la semana nos ofrecen a miembros de su tribu como ofrendas. Y lo más importante: no hay cazadores- terminó la mayor.

-¿Qué información tienen?- volvió a cuestionar. Entendía a sus hermanos y estaba dispuesto a ayudarlos. Después de todo no podía volver.

-Los Báthory de Ecsed son una familia noble de Hungría. Llegaron hace poco, pero son diez integrantes. Y nosotros somos dos- dijo el menor- Ahora entiendes el problema en el que estamos.

-Tres- lo corrigió Nicusor- ¿Hay otras familias en los alrededores?- necesitaban conseguir más apoyo.

-Al este se encuentra un grupo bastante numeroso, cerca de doce personas, son los Piuchén- Mireia hizo una mueca de desagrado ante la mención-, pero no tenemos muy buena relación. Ellos son algo especiales- dijo no sabiendo muy bien cómo explicarse.

-Son animales salvajes y rabiosos. No tienen el mínimo de comportamiento, sólo chupan la sangre de cualquier cosa que se mueva. Incluso no me sorprendería que se unieran a nuestros enemigos. Y son de un nivel inferior a nosotros, ellos no son puros- dijo despectiva la única mujer del grupo.

Nicusor asintió sabiendo que podían irse olvidando de tenerlos como aliados, aunque sea una lástima, eran un gran grupo. Sólo esperaba que se mantuvieran neutros, o de última ya idearía un plan para evitar cualquier alianza enemiga.

-Al oeste cerca de la laguna están los Trelke Wekufe, son apenas cinco, pero tienen grandes habilidades y por suerte estamos en buenos términos. Pero olvídate de engañarlos, ellos descubren cualquier mentira-continuó Bastián. No era de los mejores peleadores y no tenía habilidades sorprendentes como sus hermanos, pero sabía tener muy buenos contactos y fuentes de información. Era diplomático y educado, él no se ganaba enemigos sino aliados- Y mucho más al norte están los Camazotz, son el grupo más grande y fuerte. Pero están demasiado lejos y tienen un gran territorio, no se meterían en algo tan pequeño como esto.

-Es increíble. Soy una pura, no debería estar pasando por esta situación- ambos hombres decidieron ignorarla. Mientras ella seguía maldiciendo.

-Entonces hay que trazar el plan. Conseguir a los Trelke Wekufe como aliados y evitar que los Piuchén formen una alianza con los Báthory de Ecsed.

Bastián sonrió al escucharlo, era bueno tener a su hermano de vuelta.


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Créditos a De English: Image created for the Blazon Project of the French Wikipedia - Trabajo propioiEl código fuente de esta imagen SVG es válido.Este gráfico vectorial fue creado con Inkscape por Jimmy44, CC BY 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2641216 por la imagen. Es el emblema de los Montmorency-Laval.

DOUA: "Dos" en rumano.

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