— Es ropa de mi hermano menor, creo que te quedará. La mía es muy grande para ti — le comentó entrando de nuevo al laboratorio.

El chico le había dicho que le diría su nombre al estar vestido debido a que se le hacia incomodo. TaeIl pensó que también se sentiría incomodo en una situación así, por lo que no se negó.

Sonrió apenas lo vió ahí sentado, con las mejillas hinchadas mientras jugaba con el borde de la manta y sus piernas extendidas.

— Toma — le dió la ropa y su contrario la tomó gustosamente antes de sonrojarse un poco.

— P-podrías ¿Podrías voltearte? — preguntó tímidamente y TaeIl asintió riendo por lo bajo.

Esperó unos minutos hasta que el chico lo llamó para que se diera vuelta.

TaeIl fruncio el ceño al ver que el chico aún se encontraba en el piso.

— ¿Me ayudarías? — le preguntó bajito — Y-yo no... Yo no se como-

— ¿No sabes caminar? —

El chico asintió con sus ojitos húmedos. — Lo siento —

TaeIl caminó hasta el y se arrodilló a su altura

— No no, pequeño. No lo sientas. Perdondame a mí, no me imaginaba que no sabías caminar — el chico asintió y lo miró. La diferencia de altura era abismal. — Bien, levanta los brazos y sostente de mis hombros ¿esta bien? Voy a ayudarte — el chico volvió a asentir mientras sonreía.

Tal vez fue esa sonrisa...