✧c.-092
N/A: Este capítulo me hace tan feliz que tengo muchísimas ganas de llorar. No me puedo creer que estemos en el final prácticamente cuando fue ayer que inicié esta historia. Me siento muuuy nostálgica xD
Cap dedicado a LittleDream521 ♡♡
Hoy os recomiendo 'Weekends' de una de mis bandas favoritas desde que soy adolescente, Big Time Rush. Los adoro.
[...]
La llegada a Psayd fue mucho menos caótica de lo que ambos pensaron, considerando la mala suerte que los acompañaba siempre. No llovió, no hubo ningún fenómeno meteorológico que supusiera un obstáculo para ellos. Ni siquiera un poquito de viento en medio de la noche. La oscuridad tampoco dificultó el viaje, especialmente porque Jungkook era capaz de ver el camino que tenían delante con facilidad. Parecía que el destino estaba finalmente de su lado... O simplemente que hacía buen clima.
"¡No le muerdas la cola a tu hermano, Nuka, haz el favor!" Chillaba TaeHyung, agarrando al cerdo más pequeño que no dejaba de juguetear con la cola del mayor, quién se quejaba, y devolviéndolo a su regazo. Él suspiró. "Cómo se nota que es una cría..."
Jungkook dejó escapar una carcajada. "¿Seguimos sin saber cuántos años tiene aproximadamente?"
"Jimin dice que alrededor de cinco o seis meses, debió nacer poco antes de que lo encontrásemos... Es un bebé." Murmuraba, observándolo y acariciando su suave pelaje, ahora que parecía relajado.
Nuka movió la colita de un lado a otro, demostrando felicidad con ese simple gesto. Ellos sonrieron al verlo. Sólo de pensar lo que esa pobre criatura había pasado siendo tan pequeño, a TaeHyung se le apretaba el corazón.
"¿Y crecerá mucho más?"
"No, al parecer no. Yo creía que era la misma especie de Maoi-lee, pero resulta que Nuka es un tipo de cerdo de bolsillo, ya sabes, en miniatura. Lo máximo que crecen son hasta siete centímetros y él ya mide cinco."
Un suspiro abandonó los labios de Jungkook, perplejo. "Joder... Va a ser enano toda su vida."
Y, de los de TaeHyung, un bufido. Ahí íbamos de nuevo.
"Pues como tú."
Jungkook lo fulminó al instante de escucharle decir aquello. "No me lo recuerdes, ¿quieres...? Todavía no puedo superar que seré enano eternamente." Pidió, luciendo verdaderamente angustiado por su nuevo futuro como criatura diminuta. TaeHyung puso los ojos en blanco.
"Nadie te obliga a quedarte con este tamaño, ¿sabes?"
"Claro que no, yo solito me obligo." Dijo, enfrentando la molestia ajena con una sonrisa triunfante, pues sabía que podía ganar contra ella. "No puedo seguir siendo gigante y tu novio a la vez... Por obvias razones."
Las mejillas del pelirosa enrojecieron con una rapidez apabullante. "Jungkook..."
"Y claramente prefiero mil veces ser tu novio, por lo que debo conformarme con tener este tamaño si la recompensa es tenerte a ti también." Este, por su parte, continuó hablando, logrando su objetivo. El corazón de TaeHyung se aceleró. "Así que por mucho que pierda gran parte de mi esencia, merece la pena."
TaeHyung se sonrojó.
"Oh, vaya... Eso es muy dulce por ti parte, Jungkook."
"Gracias." Él esbozó sonrisa dulce, encantado consigo mismo. La que TaeHyung tenía en sus labios se borró como si realmente nunca hubiese estado allí.
"Y me encantaría de no ser porque te has referido a ti mismo como enano y, por consecuente, a mí también." Dijo, no tardando en fulminarle.
"¿Qué?" Jungkook tembló ante el cambio repentino. "P-Pero, precioso, no..."
"Ya hemos llegado."
Antes de permitirle decir nada, TaeHyung bajó del cerdo y se alejó en dirección al hotel sin mirar hacia atrás, dejando al azabache solo, montado encima de un —también confundido— Maoi-lee.
Así es como comenzaban su primer viaje de novios, parecía...
Casi temblando, Jungkook fue tras él tan pronto como entendió que estaban en malos términos, guiando a Maoi-lee hacia el interior de aquel hotel donde Soobin los llevó la primera vez. Ahora, el hijo del alcalde de Psayd incluso había reservado la mejor habitación para ellos.
"Oye, mosquito..."
"¡Buenos días!" Su voz animada dirigiéndose a la recepcionista le interrumpió en seco, llegando junto a él cabizbajo. TaeHyung ni siquiera le miró de vuelta. Estaban en muy malos términos.
"Buenos días y bienvenidos."
"Muchas gracias. Somos Jungkook y TaeHyung, tenemos una reserva hecha por Choi Soobin."
La chica, que le devolvió la sonrisa de inmediato, asintió tras rebuscar en una ventana muy extraña y brillante que tenía justo en frente. "Oh, sí, aquí la veo. Segunda planta, habitación número siete, es una suite matrimonial, ¿cierto?"
"Cierto." Jungkook dijo con rapidez, antes de que TaeHyung pudiese negarlo en caso de que esas fuesen sus intenciones.
El pelirosa no tardó en fulminarle.
"Perfecto, pues aquí tienen su tarjeta." Sin borrar aquella sonrisa inmensa y mucho menos ser consciente de la tensión entre ambos, ella le tendió una tarjeta de color amarillo al azabache. "Ya no servimos cena, pero el buffet libre del desayuno comienza a las seis y termina a las doce, traemos frutas y vegetales de todo tipo y comida apta para mascotas."
Ambos asintieron.
"Genial, muchas gracias." Dijeron al unísono. Y, ni aun así, TaeHyung se molestó en mirarle.
"Que tengan una buena noche."
"Gracias."
"Muchas gracias."
Siendo el primero en alejarse incluso si era Jungkook quien llevaba la tarjeta para poder acceder al interior de su habitación, el pelirosa avanzó, yendo escaleras arriba en busca de ella. Maoi-lee y Jungkook le siguieron de cerca, este último haciendo todo lo posible por alcanzar su mano sin demasiado éxito. Muy, pero que muy malos términos...
Un pequeño suspiro abandonó sus labios, decaído.
"Mosquito, por favor..." Casi suplicó, arrastrando los pies y manteniendo la cabeza gacha mientras lo seguía.
Como era de esperar, TaeHyung no respondió, mucho menos se giró a mirarle. Simplemente siguió actuando como si fuese una sombra de sí mismo. Y, bueno, en su cabeza Jungkook totalmente lo merecía, mientras que en la suya propia, no tanto.
Él se detuvo frente a una puerta al cabo de dos minutos en los que, incluso si había alcanzado a rozarle los dedos, Jungkook no logró tomar su mano.
"Aquí es. Abre."
"Precioso..." Lo intentó sin descanso, mirándole con aquellos ojos grandes y brillantes que tanto efecto tenían en TaeHyung. A excepción de ese día, al parecer, pues el pelirosa a duras penas parpadeó.
Eso fue como una puñalada directa al ego.
"Abre."
A regañadientes y con un puchero adornándole los labios rojizos, Jungkook se adelantó para pasar la tarjeta por el sensor, abriéndola. Con disimulo, TaeHyung esbozó una sonrisita, borrándola tan pronto como él empujó dicha puerta y se giró, haciéndole una señal para que entrara primero. Y, con la barbilla en alto, así lo hizo, dejándole nuevamente atrás. Jungkook emitió un leve lloriqueo, siguiéndole de cerca.
Muy, pero que muy mal.
"Es una habitación bonita, ¿no te parece...?" Tomó la palabra, queriendo hacer el ambiente más ameno.
"Sí, me gusta." Sin embargo, la respuesta de TaeHyung fue tan seca que incluso amenazó a la lluvia que se aproximaba, mientras miraba a su alrededor. "Además, hay una cama y un sofá que parece bastante cómodo, eso me alegra... Parece que voy a dormir bien esta noche."
La barbilla del azabache tembló, temiéndose lo peor tras observar aquel dichoso sofá. "¿Qué quieres decir con eso? ¿Acaso piensas dormir en el sofá?"
Para su sorpresa y desconsuelo, en cuanto se giró para mirar de vuelta a TaeHyung, fue abrumado por la rapidez que este había tomado a la hora de instalarse allí mismo, colocando su manta favorita y amasando el cojín sobre el que descansaría. Definitivamente estaban mal, muy mal. Y eso él no podía permitirlo.
"Voy a dormir en el sofá." Afirmó, poniéndose en pie luego de comprobar qué tan firme era. "Y, efectivamente, es super cómodo. Me gusta."
"Pe- pero no podemos dormir separados..."
Ante el titubeo de Jungkook, TaeHyung frunció el ceño. "¿Quién dice eso?"
"Yo..." Casi susurró. "Hemos venido juntos a este viaje, es el primero que hacemos siendo una pareja oficial y-y después de todo lo que hemos pasado, no es justo que me hagas dormir lejos de ti sólo porque estás enfadado conmigo..."
La cabeza pelirosa se ladeó. "¿No es justo?"
"No."
"Pues a mí me parece que es muy justo dormir en sitios separados luego de que te refirieras a mi especie, por milésima vez desde que te conozco, como puñeteros enanos."
Jungkook negó inmediatamente. "No, no, yo no usé el término «enano» en ningún momento, eso es algo que has añadido tú."
Poniendo los ojos en blanco y dejando escapar un sonoro bufido, TaeHyung, con sus brazos en forma de jarra, decidió que no estaba dispuesto a discutir. Por ello mismo y mientras que el azabache expresaba su disgusto por lo que estaba sucediendo entre ellos en ese mismo momento, él aprovechó para agarrar su pijama.
"...por eso creo que es buena idea hablar las cosas. Ser pequeño no es malo, tampoco un enano... Aunque vosotros sois diminutos, tanto que ni siquiera entráis en la definición de «enano», y e-está bien, no pasa nada. A mí me gustáis de esa forma, me gustas tú..."
"Me voy a dar un baño."
La repentina voz de TaeHyung acabó con el romanticismo envuelto en sus palabras, sacándole de su pequeño monólogo.
"¿Eh...?" Emitió, viendo como acto seguido pasaba frente a él sin mirarle siquiera. Otra vez. Su ojo izquierdo empezó a contraerse por sí solo en un tic nervioso. "Pero, p-precioso, ¿y todo lo que acabo de decir...?"
Afortunadamente, sí se giró a mirarle. "Oh, ¿has dicho algo? No te he oído, cariño... Es que eres taaaan gigante y yo taaaan diminuto, que no alcanzo a escuchar tu voz. Una lástima, supongo." Y, como era de esperar, el sarcasmo hiriente en su tono de voz no pasó desapercibido.
Jungkook quería ponerse a llorar ahí mismo.
De hecho, es probablemente lo que haría de no ser porque estaba decidido a arreglar algo que, sin ser consciente, acababa de torcerse.
"Vamos, TaeHyung, no seas así..."
"¿Así cómo? ¿Enano?" Se mostró confundido, ladeando la cabeza. "Acabas de decir que te gustaba mucho que lo fuese, ¿has cambiado de opinión?"
"¿Q-Qué?" Al pobre Jungkook se le iba a salir el corazón por la boca. "No, no, c-claro que no, ¿cómo voy a...? Si me encanta, me encanta todo de ti. Tu altura, tu personalidad, tu cara, tu pelo, esas alas tan bonitas..." Tragando el nudo en su garganta, dijo, sintiéndose intimidado por aquel par de ojos que todavía lo fulminaban. "Lo único que no me gusta tanto es cómo me estás mirando ahora mismo..."
El pelirosa asintió, luciendo indiferente. "Ah, ya... Me alegro, entonces. Voy al baño."
Los ojos de Jungkook se llenaron de lágrimas, sintiéndose demolido, fracasado. Caído en combate, mientras veía cómo TaeHyung se adentraba en el baño. Lloriqueando una vez más, lo siguió cual cachorro dependiente de su dueño, cabizbajo y no sólo triste, también muy molesto. Le había dicho infinidad de cosas bonitas para ser recompensado con nada más que rechazo e indiferencia. Eso no era nada justo.
"Oye, ya está bien." Indignado, se reveló frente al amor de su vida, quien comenzaba a despojarse de sus prendas.
"¿El qué no está bien?"
Jungkook señaló el espacio vacío entre ambos, acortándola. "Esto. Me estás ignorando y actuando indiferente conmigo cuando no he hecho nada malo. Y no me gusta, es injusto, TaeHyung."
"Tú me has llamado enano."
"No te he llamado enano, me lo he llamado a mí mismo. Ya hemos hablado de esto antes, sabes que he sido un gigante durante los últimos veinte años de mi vida... Lo era hasta hace nueve meses, TaeHyung, por el amor de Dios... Ahora soy excesivamente pequeño para lo que solía ser; pero hablo de mí, no de ti. Yo, sólo yo." Se señaló a sí mismo esta vez. "No me importa que tú seas pequeño, porque eres precioso y te amo de cualquier forma."
Una pequeña sonrisita estiró los labios del susodicho, quien le observaba en silencio y atentamente, de brazos cruzados.
"Tampoco... Tampoco me importa realmente serlo, solo hago comentarios al respecto porque me sigue pareciendo chocante cómo todo ha cambiado en tan poco tiempo. Jamás imaginé que pudiera sacrificar lo poco que tengo y lo que soy por un grupo de haditas con dones y cabellos de colores a quienes les caí encima por accidente, ¿sabes? Y mucho menos hacerlo porque me enamoré de uno de ellos." Jungkook siguió hablando, balbuceando en algún punto de la conversación, pues comenzaba a sentirse nervioso. "Eso sigue sin importarme, en realidad. No me arrepiento ni me arrepentiría nunca. Jamás. Yo- yo elegiría pasar por todo lo que hemos vivido una y mil veces sólo si el resultado final seguía siendo este."
La sonrisa del pelirosa aumentó, su corazón latiendo desbocado.
"¿En serio?"
Jungkook asintió. "Claro que sí. Bueno, no... Todo no, me saltaría la parte en la que mueres por culpa de un monstruo asqueroso, pero como dijimos que dejaríamos a Sounik atrás, no lo he mencionado."
Una risa sonó en el cubículo. Todo rastro de indignación, molestia o rencor en el pequeño cuerpecillo de TaeHyung esfumándose conforme se le aceleraba el corazón más y más, afirmándose a sí mismo por centésima vez desde que conoció al individuo que tenía delante, que era la criatura más adorable y preciosa del planeta.
De esa forma, atrapó la parte superior del atuendo que llevaba, jalando de Jungkook hacia sí mismo de modo que sus pechos chocaron superficialmente, acortando la distancia que los separaba. Por supuesto, aquello sorprendió al azabache, quien a duras penas alcanzó a parpadear cuando ya tenía a TaeHyung besándole en los labios. Por supuesto, también, no tardó ni medio segundo en reaccionar, devolviéndole el beso con la misma intensidad y sosteniéndole la cintura con ambas manos.
El choque repentino hizo que TaeHyung perdiera un poco el equilibrio, trastabillando hacia atrás en dirección a la ducha, chocando contra la pared de madera y activando el sensor, provocando así que un chorro de agua fría cayese sobre sus cuerpos. El pelirosa chilló contra los labios ajenos, separándose.
"¡La madre que me parió!"
Jungkook rio a todo pulmón, satisfecho aun cuando él también había salido mal parado. "Eso te pasa por enfadarte conmigo." Se burló, siendo fulminado por él e inmediatamente retrocediendo con una sonrisa dulce. "Es una broma, precioso."
TaeHyung asintió, decidiendo que ignoraría aquello y suspirando cuando el agua pasó de ser fría a templada en cuestión de segundos, volviendo a tomar el cuello de Jungkook para acortar la distancia y besarlo. Una vez más, este correspondió de inmediato, sosteniéndole con fuerza y ladeando la cabeza.
Le arrebató la ropa mojada casi sin dificultad, lanzándola al suelo del baño, importándole muy poco que este quedase mojado. Sería un problema para el TaeHyung del futuro. Jungkook esbozó una sonrisa contra sus labios.
"Deberíamos dormir temprano si mañana q-queremos ser puntuales, precioso..." Le recordaba el azabache, apenas separándose para así poder hablar.
"Lo sé." Dijo, sin embargo, no hizo nada por detenerse, introduciendo la lengua al interior de su boca.
Entonces, Jungkook decidió que no insistiría ni mucho menos impediría que, lo que fuese a pasar, pasase. ¿Qué clase de ser tan extremadamente tonto lo haría estando en su lugar? Porque él no sería uno de ellos, eso seguro.
Separándose de nuevo, apretó la cadera del pelirosa y deslizó sus manos hacia abajo, atrapando la tela rugosa del traje de baño que el propio TaeHyung había hecho, deslizándolo fuera de sí hasta dejarlo completamente desnudo. Sus manos, ahí, fueron directas a su parte trasera, amasándole las nalgas. TaeHyung jadeó.
"Date la vuelta." Susurró, conforme le besaba mejillas, su voz sonando más gruesa de lo normal.
Y él así lo hizo, girándose con piernas temblorosas, encarando la pared que tenía tras de sí. Sintió a Jungkook sostenerle la cintura, escuchando sus leves jadeos mientras se despojaba de sus prendas restantes para quedar en igualdad de condiciones con él. La idea del azabache desnudo y completamente mojado por el agua le hizo estremecerse, la sensación volviéndose más intensa cuando notó cómo pegaba el miembro duro contra su entrada. Le escuchó gemir y él suspiró, cerrando los ojos a la espera.
"¿Estás listo?" Susurró de nuevo aquella voz ronca. TaeHyung se limitó a asentir.
Poco después, tras depositar un beso en su cuello, Jungkook se adentró en él con lentitud, robándole un amplio gemido que, debido a las altas horas la madrugada y dónde se encontraban, se vio obligado a silenciar con su mano al mismo tiempo en que trataba de controlar los propios, pues aquellas angostas, húmedas y cálidas paredes lo recibieron de tal manera que se volvió bastante complicado.
"Silencio, precioso."
TaeHyung tragó el nudo en su garganta. "Lo siento..." Fue capaz de decir a pesar de tener dificultades para comunicarse con normalidad, demasiado cegado por la previa intromisión y como eso le hacía sentir. Había pasado un tiempo desde la última vez.
Jungkook volvió a depositar un beso en el cuello ajeno, comenzando a moverse y establecer un ritmo medianamente lento tras sentir que TaeHyung se relajaba, acostumbrándose a él. Le sostuvo la cintura para estabilizarlo y así él tener un punto de apoyo, echándose hacia atrás de modo que su miembro salía al exterior y únicamente permanecía dentro la punta, para acto seguido adentrándose de nuevo en una certera estocada. TaeHyung gimió de nuevo contra su mano.
"Joder, Jungkook... No- no puedo ser silencioso si sigues haciendo eso." Lloriqueó.
"Claro que puedes."
"No..." Apenas logró decir, cuando los dedos del azabache le apretaron la boca con fuerza hacia atrás, provocando que su espalda chocase con el pecho ajeno.
Las estocadas se volvieron más continúas, alcanzando su punto flaco cada vez. Sollozos abandonaban sus labios a pesar de que hacía un arduo esfuerzo por callárselos estos muriendo afortunadamente contra los dedos de Jungkook. Era consciente de que no duraría demasiado.
"No puedo..." Insistía, negando.
"Está bien, precioso, no tienes que aguantar si es así." Su voz calmada, gruesa, sonó contra la piel de su cuello.
Las paredes de TaeHyung lo apretaron con fuerza, volviéndole loco mientras se deslizaba dentro y fuera de él sin parar, sin bajar el ritmo o siquiera plantearse ir más despacio. Quería que fuese algo rápido. TaeHyung no iba a oponerse.
"Joder, joder..."
Oyendo aquellos gemidos que poco a poco le hacían perder la cordura, llevándolo a su límite, Jungkook le besó el hombro, pero no bajó la intensidad de sus movimientos, sino que lo sostuvo con mayor firmeza, sintiéndole temblar, temeroso de caer en cualquier momento. Por supuesto, él no iba a permitir que eso sucediera.
"Te tengo, mi amor, tranquilo." Le dijo, besando el hueco entre su cuello y hombro. Eres libre de dejarlo ir cuando quieras."
TaeHyung asintió, desesperado por hacer lo que el otro decía. Con los ojos llenos de lágrimas y la vista nublada. No podía ver nada en absoluto. Tenía el cuerpo empapado de agua y sudor a partes iguales, estremeciéndose debido a los sutiles gruñidos y leves gemidos que dejaba escapar contra su oreja. El incesante golpeteo del pecho de Jungkook contra su espalda le volvían loco, los muslos contra sus glúteos y sus manos apretándole con fuerza, dándole esa estabilidad, seguridad que tanto necesitaba, mientras la sensación de ser llenado, sentirse pleno, causaba estragos en él, llevándolo hasta el límite. No podía aguantar más tiempo. TaeHyung se deshizo en gemidos que jamás llegaron a ver la luz del sol, muriendo directamente contra los dedos del azabache.
"Jungkook... Kook... Jungkook..." Sollozó. Sus paredes se contrajeron alrededor del miembro ajeno, llevándole al clímax inmediato. "Oh, joder, Jungkook..."
Una profunda pero entrecortada respiración salió de los labios ajenos, jadeando, manteniéndose en pie mientras su semilla lo llenaba por completo, manteniendo los ojos fuertemente cerrados. Había sido mucho más intenso de lo que esperaba.
"Eso es, precioso, bien hecho, muy bien..." Jungkook le apretó el estómago, impidiéndole caer. Luego, depositó un beso en su nuca, aprovechando que tenía la cabeza gacha, recuperándose del orgasmo.
TaeHyung continuó jadeando, en busca de aire con el que llenarse los pulmones mientras Jungkook salía de él.
No pasó demasiado tiempo, cuando ambos se recuperaron del encuentro, hasta que Jungkook se encargó de limpiar el cuerpo ajeno con delicadeza, agua y jabón, limpiando los rastros de sí mismo y del propio TaeHyung, eliminando cada gota, depositando pequeños besos cada vez que tenía oportunidad. Así mismo, y gracias a la calma con la que actuaba, TaeHyung prácticamente cayó rendido en sus brazos, siendo víctima de un profundo sueño, finalizando la noche con el azabache llevándolo hacia la cama como si de un bebé se tratase y acostándose junto a él.
A la mañana siguiente, TaeHyung fue el primero en despertar, amaneciendo abrazado al azabache y recibiendo el día con un desayuno contundente en el buffet libre, para luego abandonar aquel hotel donde dejaron a Maoi-lee y Nuka, quienes fueron recibidos en una enorme sala de cuidados para animales acompañantes. Lo primero que hicieron de vuelta en la gran ciudad, fue, a petición de Jungkook, conseguir una cámara de fotos desechable.
"¡Qué bonitas se ven las fotos!" Exclamaba el azabache, viendo el resultado de aquellas que él mismo había tomado en la diminuta pantalla y mostrándoselas a TaeHyung. "¿Te gustan?"
Este asintió. "Son super bonitas, me encantan. Estoy deseando revelarlas cuando terminemos. Soobin dice que hay un estudio cerca, el dueño es amigo suyo."
"Oh, yo también." Efusivamente, zarandeó la cabeza.
Tan pronto como llegaron al famoso santuario de ballenas —e incluso un poco antes, también—, Jungkook inició una sesión de fotos con cada cosa que le pareciese alucinante. Como los fósiles, las viejas esculturas y las representaciones de dichos animales en comparación a los demás.
Jungkook representaba la felicidad a la perfección, viéndose tan eufórico y emocionado que TaeHyung no tenía hueco en la cara para aquella sonrisa inmensa.
"¡Mira eso!" TaeHyung señaló a lo lejos, un acuario abandonado que se conservaba perfectamente todavía, pero vacío. Y, sin dejarle hablar siquiera, movido por su propia emoción, el pelirosa correteó hacia dicho acuario. "¡Ven, Jungkook, rápido!"
Jungkook fue tras él.
"Son crías de ballena... ¿No es precioso?" Dijo, sus ojos brillando mientras observaba aquellos grandes —pero diminutos para su propia especie— animalitos nadar, jugando entre ellos, con una inmensa sonrisa. "Me encantan."
"Son adorables..." Corroboraba el azabache, apuntando la cámara hacia ellos y haciendo una foto.
Luego, miró justo a su lado, donde TaeHyung se encontraba, la sonrisa de oreja a oreja reluciendo en su precioso rostro. Para él fue imposible no capturar una escena tan bonita como esa, fotografiando al amor de su vida tan pronto como tuvo oportunidad y observando el resultado final, siendo esa su mejor obra de arte.
"Qué cosita tan preciosa..." Dijo en voz alta, captando la atención ajena.
TaeHyung no tardó en acercársele, curioso. "A ver." Pidió. Jungkook le mostró lo que había fotografiado con sumo orgullo, logrando que sus mejillas inmediatamente adoptasen un color rosáceo. "Pero si soy yo..."
"Lo sé, ¿no es lo más bonito del mundo?"
Sus mejillas enrojecieron aún más, riendo tímidamente y estirando la mano. "Dame esa cámara, ahora me toca hacerte una foto a ti."
"Toma."
De inmediato, TaeHyung se adueñó de aquella cámara, mirando los botones por encima para entender (o al menos hacer su mayor esfuerzo) cómo funcionaba. Una vez se familiarizó con ella, miró a Jungkook, apuntándole.
"Sonríe." Pidió. Jungkook hizo lo pedido, esbozando una sonrisa tímida. Su corazón se derritió. "Ow, pero qué grandullón tan guapo..."
Y, sonrojándose del mismo modo en que TaeHyung lo había hecho antes, Jungkook rio por su propia vergüenza. Encontraba increíble la facilidad del pelirosa para hacerle sentir tímido, aún cuando él a duras penas conocía la timidez.
La foto se hizo tan pronto como sus dientes salieron a relucir, inmortalizado la escena favorita del fotógrafo.
"Qué preciosidad..." Susurró, admirándola como si no tuviera al modelo justo en frente. Jungkook se colocó a su lado, queriendo ver. "Mírate. No me digas que no eres la criatura más bonita que existe."
"No lo soy, pero sí tú dices que es así, entonces lo soy." Accedió, encogiéndose de hombros. "Dame, vamos a hacernos una foto los dos juntos. No hemos tomado ninguna así."
TaeHyung le entregó la cámara de vuelta.
"Hagamos muchas del tirón, improvisando." Propuso, viéndole asentir. Él giró la cámara, apuntándose. "Sonríe." Ambos sonrieron. Hizo la primera foto. "Listo."
"¿Y ahora?"
"Beso en la mejilla."
Asintiendo, giró la cabeza en dirección al azabache para hacer exactamente eso. Ninguno de los dos contaba con que tenían las mismas intenciones, por lo que repentinamente sus labios chocaron por sí solos en medio de la foto.
"Huh..." Murmuró TaeHyung, ambos dejando escapar una carcajada en cuanto fueron conscientes de lo sucedido. Jungkook hizo una tercera foto.
"Perfecto, buena forma de improvisar, mosquito. Bien hecho."
Con las mejillas rojas, este golpeó su hombro. "Cállate..." Dijo, y al instante Jungkook las apretó, abultándole los labios. La cuarta foto se hizo. "¡Oye!"
"Esa va a ser mi foto favorita."
"¡Borra eso!"
"No. No se pueden borrar."
"¡¿Cómo que no?!"
"No se pueden."
TaeHyung lo fulminó. "Serás..."
El azabache, a pesar de su reclamo instantáneo, parecía muy orgulloso de su movimiento más reciente, dándole una sonrisa inmensa y golpeándole la nariz. Él a duras penas vio las intenciones del pelirosa de lanzársele encima a devolverle la jugada.
"¡Ven aquí!" Chilló, antes de saltarle encima y apretar sus mejillas, iniciando una pequeña guerra que quedaría inmortalizada para siempre.
Al final del día, ellos nunca podrían terminar en malos términos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro