✧c.-068
N/A: Ahora que ya estoy convencida de cuál será la próxima historia que, a ser posible, estaré publicando después de esta, creo seriamente que debería considerar montar mi propio puestecito de pañuelos desechables xD
Cap dedicado a jjk9597thv ♡♡
Hoy os recomiendo 'Run Away' de Euijin, una de mis voces favoritas.
[...]
TaeHyung fue el primero de todos en abrir los ojos justo cuando el Sol salía, encontrándose a sí mismo en medio del sofá, con Jungkook abrazado a él de un lado y la cabeza de Hyeongjun sobre su estómago, descansado cómodamente. De forma perezosa se incorporó, suspirando y esbozando una sutil sonrisa cuando fue a besar la mejilla del azabache, acariciando a Hyeongjun en el proceso, dispuesto a ponerse en pie. No podía seguir durmiendo o fingiendo que lo hacía.
No estaba orgulloso de admitir que cada vez dormía menos y se pasaba las noches en vela, viéndose obligado a abusar de las vitaminas sin que nadie (más que el doctor Choi, por supuesto, quien era el que se las administraba) lo supiera.
Volviendo a suspirar, agotado, salió del cúmulo de dexianees que se había formado en medio de la noche con algo de dificultad, torpemente al aún encontrarse adormilado y rodeado de piernas y brazos que le entorpecían aún la labor de bajarse del dichoso sofá.
"Por la mismísima Aethee, en qué momento accedí dormir entre semejantes buitres de goma..." Murmuraba, dando un saltito y bajando del sofá exitosamente.
Tras él, el sonido de alguien murmurando algo en voz baja y casi inaudible sonó, girándose para ver a un muy cariñoso Wooyoung descansando sobre el brazo estirado del doctor Choi.
Si fuera plenamente consciente de lo que estaba haciendo, ahora mismo querría arrancarse la cabeza.
Una risita abandonó sus labios, dejando atrás el sótano y subiendo escaleras arriba hacia la primera planta, donde todo estaba vacío. El señor Park aún no había vuelto de su expedición, la señora Park debía estar trabajando en el granero y Hyungsik probablemente aún dormía, así que él decidió vagar por el pasillo en dirección al pequeño balcón, necesitando respirar un poco de aire fresco.
Pensar en lo cerca que estaba Jungkook de lograr su objetivo no le emocionaba tanto cómo pensó que lo haría. Y él era consciente de que nadie podía culparle por ello, pues significaba que cada vez faltaba menos para tener que decirle adiós.
"¿Por qué todo tiene que ser tan difícil...?" Masculló para sí mismo, apoyándose en el barandal y cerrando los ojos con fuerza, su cabeza gacha.
No podía soportarlo.
"TaeHyung..." Una voz conocida, baja, sonó tras él, obligándole a levantar la cabeza y girarse de inmediato. Hyungsik se encontraba de pie a sus espaldas, luciendo preocupado. "¿Estás bien?"
"Oh, hola, Hyungsik... No sabía que estabas despierto."
Este asintió, llegando junto a él. "Mi madre me ha pedido ayuda, tengo que fertilizar más de quince cosechas antes de que comiencen las lluvias ácidas."
"Ya veo..."
"Me alegra verte por aquí de nuevo, por cierto. Hacía mucho que no pasabas por casa..."
Hyungsik esbozó una sonrisita dulce hacia él, quién no pudo evitar corresponder, moviendo levemente la cabeza. Había olvidado por completo el aprecio y la complicidad tan grande que sentía estando cerca de él. Fueron muy buenos amigos durante tanto tiempo, casi hermanos, antes de que todo se arruinara por sus errores.
"Yo también echaba de menos venir por aquí..."
La sonrisa de Hyungsik aumentó, sus ojos brillantes observándole en todo momento. "¿Y qué tal? ¿Cómo va todo? Oí a mi hermano decir que estabas recorriéndote todo Idexium en un viaje repentino, ¿es eso verdad? Se puso como loco durante días porque no podía localizarte."
TaeHyung rio, sonrojándose.
"Sí, sí, es verdad. Jungkook y yo organizamos un viaje a ultima hora por todo el país."
Ante la mención del azabache e incluso si esta no se borró, aquella sonrisa perdió intensidad, del mismo modo en que sus ojos eliminaron su brillo tan característico. Se aclaró la garganta, intentando disimular.
"Ya veo... Supongo que debió ser muy divertido, ¿verdad?"
"Ha sido el mejor viaje de toda mi vida, sí." Asintió, corroborándolo. Al contrario que Hyungsik, TaeHyung seguía sonriendo. "Lo cual es irónico, porque estuvimos a punto de morir en más de diez ocasiones, pero no me arrepiento de nada."
"¿Morir? ¿Tú? No me lo puedo creer..."
El pelirosa rio a carcajadas al ser señalado con una falsa expresión de horror, siendo ajeno al hecho de que había alguien mas escuchando aquella conversación, escondido en las escaleras del sótano.
"¿Verdad que es algo inusual en mí?"
"Súper inusual, claro. No te veo para nada estando en peligro. Vamos, es que ni soy capaz de imaginármelo..."
TaeHyung rio más fuerte. "Lo sé, lo sé, a mí también me tomó por sorpresa cuando esa tribu en Qyopsae amenazó con arrancarnos la cabeza. Fue algo inesperado, supongo."
Ahí, Hyungsik sí que se encontraba verdaderamente horrorizado, demostrándolo con sus ojos desorbitados. "¿Qué una qué quiso haceros qué?"
De nuevo, su risita sonó.
"TaeHyung, por el amor de Aethee..."
"No te preocupes, tranquilo, todo salió genial al final. Hasta volvimos con un nuevo compañero." Frotándole el hombro para que dejase de mirarle como si fuera un animal en peligro de extinción al borde de un acantilado, dijo.
"Bueno..."
"Además, no es ni de lejos lo peor que nos ha pasado."
Los ojos desorbitados de su acompañante viajaron hacia él de nuevo. "¿Cómo que no?"
"Eso."
Hyungsik resopló. "Tú no tienes remedio, TaeHyung..."
"Ni vidas. Si fuese un gato, ya las hubiera agotado todas. Tengo suerte de tener al destino de mi lado, porque de lo contrario..." Viendo su completa indiferencia, el más alto rio.
"Definitivamente sigues siendo el TaeHyung que recuerdo..."
"Pues claro que lo soy, tonto, nada ha cambiado desde que nos conocemos. O yo no lo he hecho, al menos."
Hyungsik rio suavemente esta vez, mirándole de soslayo. Para él tampoco cambiaba la sensación que tenía en el cuerpo estando cerca de TaeHyung, incluso si sus sentimientos no eran los mismos.
TaeHyung siempre sería su primer amor.
"Algunas cosas si han cambiado, yo creo..."
"Pero nada relacionado con nuestra amistad o al cariño que siento por ti, Hyungsik. Siempre vas a ser una persona importante en mi vida." Le hizo saber, logrando que su sonrisa se volviera dulce de nuevo, palmeándole la espalda.
"Tú también para mí."
Él le devolvió la sonrisa. "Gracias."
Hyungsik dejó escapar un suspiro. "Bueno... ¿Y qué tal con Jungkook? Pude conocerlo hace unas semanas y se ve que es un buen tipo."
"¿Os conocisteis?"
"Sí, en el huerto comunitario. Estaba recogiendo frutas y verduras pero las naranjas se le dificultaron, así que le ayudé. Dijo que eran para hacerte un desayuno sorpresa."
El pelirosa dio un saltito. "¡¿En serio?!"
"¿No te lo dio al final? El doctor Choi y Wooyoung llegaron a buscarlo para decirle algo sobre la señora Garam, así que me pidió que lo dejase frente al taller..." Su gesto se torció, avergonzado por haberse ido de la lengua. "Pensé que lo sabías..."
Para TaeHyung no fue complicado caer en cuenta de cuál había sido exactamente ese día y por qué no obtuvo su desayuno sorpresa al final, viéndose decepcionado. "Oh, sí... Digamos que al final se torcieron un poco las cosas."
"Ow... ¿Algo malo pasó?"
"Desafortunado, más bien." Se encogió de hombros, no queriendo darle más importancia de lo debido. "Pero bueno, respondiendo a tu pregunta, bien, todo va muy bien con Jungkook."
Hyungsik sonrió. "Me alegro mucho, en serio. Parece un gran chico."
La sonrisa del pelirosa, grande, boba, inconsciente y llena de dulzura le hizo cerrar el libro donde su historia con TaeHyung estaba escrita, de cuajo, cayendo en cuenta de que había encontrado a su primer amor en alguien más. Alguien que estaba lejos de ser él. Y por primera vez en mucho tiempo, podía aceptarlo.
"Lo es... Es el mejor del mundo." Asentía, suspirando. "Todavia estoy pensando en cómo voy a sobrellevarlo cuando tenga que irse..."
A pesar de que dejó escapar una risita, él sonaba repentinamente decaído, sin ánimos.
"He escuchado a mi hermano y a los chicos hablar sobre eso, sí... ¿Crees que podrás esperarle independientemente del tiempo que tarde en volver? Porque dijeron que volvería."
"No me importa tener que esperarle todo el tiempo que sea necesario, sé que lo haré; pero odio pensar en que algún momento tendré que despedirme, verle marcharse y no saber cómo será la vida para él una vez esté lejos, ¿sabes...?" Otro suspiro sonó. "Tampoco quiero pensar en cómo será mi vida sin él a mí lado."
Hyungsik le apretó el hombro, torciendo los labios. "Entonces no pienses en ello, ¿de acuerdo? Y menos aún cuando Jungkook todavía está aquí. Confía en que volverá y que cuando lo haga, el tiempo que habéis estado separados habrá pasado totalmente desapercibido."
"Tienes razón, sí..." Asintiendo sutilmente, trató de sonreírle a modo de agradecimiento. "Gracias, Hyungsik. Es agradable escuchar tus consejos cuando más lo necesito."
Este le devolvió la sonrisa. "No es nada, sabes que es un placer para mí."
"Gracias..."
"Mosquito, aquí estás."
Finalmente saliendo de su pequeño escondite y apareciendo en escena, Jungkook se aclaró la garganta, haciéndose notar. El rostro del pelirosa recuperó su brillo inmediatamente al verlo, su sonrisa de oreja a oreja apareciendo.
Corrió hacia Jungkook de inmediato, saltando a sus brazos a modo de saludo. "¡Grandullón! ¡Buenos días!"
Él rio, atrapándolo y besando su frente. "Hola... Te estaba buscando, Jimin me ha enviado a decirte que los demás se están levantando y pronto vamos a desayunar." Le dijo, mirando a su acompañante. "Hola, Hyungsik, buenos días."
"Buenos días."
"¿Ya están los chicos despierto?"
"En ello están, sí. Yim va de camino a preparar el desayuno, le dije que ayudaría con lo que pudiese."
"Oh, me apunto. Vamos, vamos, date prisa."
Jungkook volvió a reír tan pronto como le sintió comenzar a empujarle para sacarlo del balcón con insistencia, accediendo de manera casi inconsciente, pues así es como funcionaba todo entre ellos.
"Vale, vale..." Asentía, caminando de espaldas hacia la puerta. Sin embargo, antes de alejarse por completo, miró a Hyungsik. "¿Has desayunado ya? Seguro que Yim preparará comida para todo un ejército de ballenas."
"¡Eso! Únete nosotros, Hyungsik."
El susodicho rio también. "Tal vez en un rato, pero gracias por la invitación."
Ambos asintieron, antes de desaparecer por el umbral, con Jungkook aferrado a la cintura del pelirosa y este encantado sólo con su presencia. Escuchándolos reír mientras simplemente hablaban, Hyungsik suspiró, moviendo la cabeza para sí mismo.
El amor de su vida era feliz con su propio amor. Y la idea no sonaba tan mal, pues si TaeHyung era feliz, eso estaba bien.
Alrededor de una hora más tarde y aproximadamente cuatro en el camino (por culpa de los mellizos y lo curiosos que eran todos el tiempo, claro) la llegada al viejo mirador no sólo resultó ser lenta, tortuosa y se sintió interminable hasta el último minuto, sino que hizo a TaeHyung agradecer el simple hecho de que Jungkook existiera, pues si este no hubiera cargado con su cuerpo durante todo el viaje, se hubiera quedado dormido y olvidado en cualquier parte de las ruinas.
"Esto es agotador..." Dejando escapar un suspiro de justo eso, puro agotamiento, TaeHyung lloriqueó, apoyando su mejilla en el hombro de Jungkook, quien le acarició la pierna.
Wooyoung le fulminó de inmediato. "¿Tú de qué te quejas? Si ni siquiera estás caminando, desgraciado, vas encima de Jungkook."
El pelirosa se encogió de hombros, ignorándolo por completo.
Aprovechando al máximo la oportunidad, el doctor Choi cruzó todo el grupo hasta llegar a Wooyoung, pasando un brazo cautelosamente por sus hombros y sobresaltándolo en el acto.
"Yo puedo llevarte encima, si quieres."
Joowan, quien estaba junto a ellos, dejó escapar una carcajada. Y por su parte, Wooyoung empujó al doctor con fuerza, aunque sus manos se encontraban temblorosas, sudando frío ante la repentina cercanía.
"¡Tú, quita! No me toques, d-doctorucho de pacotilla."
Los labios de San se movieron en una sonrisa ladeada. "¿Estás bien? ¿Qué te pasa? ¿Por qué tartamudeas?"
"No tartamudeo, ¿qué dices? Sólo reprimo las arcadas que me produce tenerte cerca." Incapaz de ocultar el sonrojo en sus mejillas, pues todo en lo que podía pensar era en Choi San besándole la noche anterior, Wooyoung se alejó con mayor brusquedad, oyéndole reír. "Gilipollas..."
Yim y los mellizos se acercaron a ellos desde el otro lado.
"¿Habéis encontrado algo por aquí, chicos?" Preguntó Hyeongjun, sosteniendo a Nuka contra su pecho. "Nuka no ha detectado nada de momento."
"Maoi-lee tampoco, esto está vacío." Apretando los labios, Jungkook respondió.
"¿Seguro que era exactamente en este punto del mapa, Jimin? Igual nos hemos desviado sin darnos cuenta..."
Jimin, que sostenía un mapa a tamaño reducido, negó, sus ojos fijos en el papel. "Claro que no, es aquí. El antiguo mirador a la derecha, el pantano de los Osos al norte y el viejo saúco negro a quince metros. Estamos en el punto exacto."
Manteniendo su ceño fruncido, uno de los mellizos ladeó la cabeza.
"¿Pero no es muy complicado saberte las coordenadas de memoria y ser muy concreto? Porque yo, incluso habiendo participado en todas las expediciones infantiles que programaba tu padre cuando éramos niños, no logro situarme del todo... Además, éll ni siquiera es de aquí, ¿no?"
"Mi hermano tiene razón... No hay forma de que pudiera ubicarse con tanta facilidad."
El mellizo señalado esbozó una sonrisita orgullosa. "Vaya, gracias."
"Entonces, ¿cómo es que Tutor supo decirnos dónde escondió el collar exactamente?"
"No lo supo..."
La voz de Yim, quien había permanecido en silencio desde que se reunieron, sonó. Baja, suave, casi inaudible, como si las palabras hubieran salido de su boca inconscientemente. Los otros le observaron, confundidos.
"¿Eh?"
"¿Qué? ¿Cómo que no lo supo?"
Él negó, abusando del silencio cuando permaneció callado, pensativo. En su lugar, tan sólo diez segundos después de abrir la boca, comenzó a volar con rapidez hacia el gran y viejo saúco negro. Por supuesto, tal acción no hizo más que aumentar la confusión colectiva de sus amigos, quienes se miraron entre sí.
"¿Dónde vas, Yim?"
"¡Yim!"
"¡Espéranos!"
TaeHyung lloriqueó cuando Jungkook empezó a caminar rápidamente tras él, su propio cuerpo sacudiéndose por el trote ajeno.
"Yim, espera, ¿dónde vas tan deprisa?"
Deteniéndose frente al árbol, miró alrededor de su corteza, usando su dedo índice para guiarse, bajo la atenta mirada de ocho individuos que fueron tras él, movidos por la falta de respuestas e intriga. Jungkook fue el primero en llegar, junto con TaeHyung.
"¿Has visto algo?"
Yim señaló algo grabado en la corteza. Unos números que coincidían a la perfección con los que Tutor dejó en aquella hoja. "Esto de aquí." Murmuró. "Tutor no conocía las coordenadas exactas del viejo mirador, se guio por los números que vio aquí. Le expliqué que décadas antes de ser un mirador, todo esto era una laguna. Muchos árboles tenían grabadas las coordenadas más aproximadas para que antiguamente, expedicionistas como el padre de Jimin, mineros que venían desde otras regiones y muchos agricultores pudieran ubicarse con mayor facilidad si se perdían."
"Oh..."
"Tiene sentido entonces que pusiera esas coordenadas."
"Vinimos a este sitio la última noche que estuvo aquí." Añadió como parte de la información que se estaba guardando para sí mismo.
Wooyoung señaló el gran saúco negro, seguidamente haciendo lo mismo con su amigo, titubeando. "No me digas que aquí os... Vosotros... Bueno, ya sabes, os- os..." Al no encontrar las palabras más adecuadas, se aclaró torpemente la garganta.
"Nos besamos, sí." Dejando escapar un pequeño suspiro, dijo.
"Bien..."
"¿Dónde?" Joowan quiso saber.
Yim tragó saliva, sonrojándose de forma repentina. "¿Dónde qué?"
"Dónde os besasteis. Bajo el saúco, subidos a una rama... Ya me entiendes, el lugar exacto en el que sucedió."
"Pues en una rama, aunque ahora mismo no sabría decirte cuál... Y tampoco creo que sea demasiado relevante en todo esto, ¿no?" Casi parecía avergonzado de responder, pero su vergüenza se tornó en una mueca de confusión cuando vio a Joowan subir hacia las profundidades del inmenso árbol, perdiéndose entre hojas y ramas viejas. "¿Qué estás haciendo?"
Los demás volvieron a mirarse entre sí. "¿Dónde va ahora este...?"
"¿Qué hace?"
"¡Bingo!" Su voz sonó en un gritito victorioso, segundos antes de que el peliverde apareciese en escena con una bolsa de tela color naranja, tambaleándose por el peso de la susodicha. La sonrisa en su rostro era inmensa, de oreja a oreja. "Lo- Lo encontré, aquí está... Joder, cómo pesa..."
Wooyoung y el doctor Choi se movieron con rapidez para ayudarle.
"Te ayudo." Dijeron al unísono, compartiendo una mirada en el proceso.
"Gracias, chicos."
Sorprendentemente para los presentes, ni siquiera perdieron el tiempo en discutir, sino que ambos fueron directos al azabache sin emitir palabra alguna.
El corazón de Jungkook se detuvo tan pronto como estos se dirigieron a él, entregándoles la bolsa.
"Toma, esto es tuyo."
Y, de repente, él ya no se sentía tan ansioso, sino que incluso parecía inseguro. "Pero, ¿y-y si no es mi collar? Tal vez se trate de otra cosa... Quizás ni siquiera es para mí."
TaeHyung, que se había bajado de su espalda para poder observarlo todo más de cerca, puso ambas manos alrededor de sus hombros, masajeándole suavemente a modo de apoyo, pues sabía que era justo lo que Jungkook necesitaba ahora mismo.
"Abre la bolsa y así salimos todos de dudas, ¿te parece, grandullón?"
Aún inseguro, el azabache asintió, tragando el grueso nudo en su garganta.
Sus manos temblorosas se aferraron al par de asas de tela, separándolas hasta que el interior de aquella bolsa quedó descubierto. Miró hacia abajo sin quererlo realmente, sólo así topándose con un collar repleto y construido a base de piedras preciosas. Cuarzos. Exactamente igual al que la abuela Binna le entregó una semana antes de abandonar Suraek Dee Bhadam a la fuerza. El corazón le dejó de latir por tres segundos, cayendo al suelo cuando sus piernas desistieron.
"¡Ay!"
"¡Jungkook!"
TaeHyung se arrodilló a su lado, y junto a él, todos los demás, mirándole con preocupación. Él les devolvió la mirada. "Eh, cariño..."
"¿Te encuentras bien?" El doctor Choi puso una mano en su rodilla, mientras que los mellizos parecían estar a punto de llorar. Lentamente, asintió. "¿Qué sucede? ¿Es ese el collar que buscabas?"
De nuevo, asintió, sacándolo con manos aún más temblorosas. Un jadeo colectivo sonó.
"Por mi madre..."
"Santísima Aethee, qué cosa tan bonita..."
"E-Es precioso." Hyeongjun lo señaló con ojos en forma de corazón. "Es el collar más bonito que he visto en mi vida."
"Y cómo brilla..." Su mellizo parecía pletórico junto a él.
Todos movieron sus cabezas a la vez. "Sí..."
"Binna, e-ella... Ella era la mejor haciendo joyas. Nadie podía igualarla ni siquiera con años de práctica, lo supe desde el primer momento en que vi su puestecito artesanal." Explicó, rozando los trozos de cuarzo con los dedos. Tenía los ojos llenos de lágrimas. "Cuando me entregó este collar fue... Se sintió como si ella, d-de algún modo confirmase mi teoría, aunque ni siquiera lo hiciera de forma consciente, ¿sabéis?"
TaeHyung eliminó la primera lágrima que escapó del rebaño cuidadosamente. "Quizás algo dentro de ella también lo sentía."
"Sí, tal vez..." Sorbiendo por la nariz, asintió. "Me encantaría que fuese así..."
"¿Es el collar que tenía tu padre?"
Ante la pregunta de Wooyoung, Jungkook cerró los ojos con fuerza, volviendo a asentir. "Estoy convencido de que era el mismo, sí... Solía tener una foto de mis padres encima, siempre la llevaba conmigo, así que aún puedo recordarla con claridad. Fue tomada durante sus primeros años de pareja, mucho antes de nacer yo. Él tenía ese collar, el mismo."
"Comprendo... ¿y qué hay de la foto? ¿Aún la tienes?"
Esta vez, con un inexplicable nudo en la garganta, negó. "Cuando me metieron en el calabozo, los guardias se llevaron todas y cada una de mis pertenencias, entre ellas esa foto. Nunca pude recuperarla."
"Ow..."
Wooyoung apretó los labios, viéndose arrepentido de hacer aquella pregunta. "Lo siento muchísimo, Jungkook, no tenía ni idea." Se disculpó de inmediato, frotando su hombro.
"No, está bien, no pasa nada, tranquilo. Todavía la recuerdo a la perfección, así que no necesito llevarla conmigo. Es algo que jamás olvidaré, verla o no, no cambiará nada en absoluto. No te preocupes."
"Si nos describes cómo era la foto, mi hermano y yo podríamos recrearla en un dibujo." Propuso Woongki, una tímida sonrisa reluciendo en sus labios. El otro mellizo asintió.
"Oh, sí, podemos hacer eso. E incluso, si no es demasiado para ti, tal vez podríamos entrar en tus recuerdos para verla y así poder dibujarla sin fallar en un solo detalle. Woongki es súper bueno dibujando, quedará casi como una foto real."
"¡Qué buena idea, Hyeongjun!"
Los ojos de Jungkook volvieron a llenarse de lágrimas, dejando escapar un sollozo cuando ocultó su rostro. Al instante, TaeHyung se apoyó en él, frotándole la espalda.
Hyeongjun y Woongki lucieron preocupados. "¿Qué te pasa, Jungkook?"
"¿No te parece bien?"
"Quizás nos hemos precipitado, ¿no? Una foto tan valiosa no es algo que se pueda recrear así como si nada, menos si tiene un gran significado para esa persona."
"Ow... No había pensado en eso, tienes razón... Lo siento."
TaeHyung se apresuró a negar, frenando el intento de disculpa por parte de los más pequeños. "No, no, chicos, tranquilos. La idea es increíble y a él le encanta, sólo está llorando de emoción, no os preocupéis. Todo está bien."
Mirándose entre ellos, buscaron afirmación en el azabache una vez este levantó la cabeza.
"¿En serio...?"
Este asintió, sorbiendo por la nariz y apoyándose en el tacto de TaeHyung. "Me encantaría que pudierais recrearla, sí. Os lo agradecería muchísimo, de verdad."
Los mellizos parecieron considerablemente aliviados, recuperando sus pequeñas sonrisas.
"En ese caso, nos pondremos en marcha tan pronto como tú nos des la orden."
"Sí, exacto. Ahora que tienes el collar y no tienes que enfrentarte al bicho feo de Sounik, podrás estar más tranquilo y para nosotros será todavía más fácil acceder a tus recuerdos, tú solo tendrás que dormirte."
"Bien..." Volviendo a asentir, suspiró, recuperándose. "Me iré haciendo a la idea de que dos mosquitos con el pelo verde accederán a mis recuerdos, durante unos días. Luego os avisaré."
Los presentes dejaron escapar una carcajada conjunta.
"Hay algo más en la bolsa." Señaló Yim, tras un corto silencio.
"¿Eh?"
Señalando el trozo de tela que Jungkook todavía tenía en su regazo, volvió a hablar. "Hay algo más ahí dentro, parece una hoja de papel."
Actuando con rapidez al abrir la bolsa de nuevo, el azabache descubrió que, efectivamente, había un trozo de papel arrugado en el fondo. Sacándolo, miró a Yim con el ceño fruncido en una mueca de confusión.
"¿Cómo lo has...?" Fue a preguntar, sólo entonces recordando que este podría mirarle los intestinos por encima de la ropa si así lo quería. "Olvídalo..."
Yim rio entre dientes.
"¿Qué pone en la nota? ¿Puedo leerla?" Pidió Joowan. Jungkook se la dio de inmediato. "Gracias."
"Léela en voz alta."
Él asintió. "Bien, veamos..."
«Hola, chicos.
Cuando leáis esto yo ya estaré lejos. Muy lejos, más de lo que me gustaría, en realidad. Quizás os estaréis preguntando por qué he hecho esto o incluso por qué, si lo hice, tengo la desfachatez de escribiros una carta. Y sí, tenéis razón, yo tampoco querría leer nada escrito por mí después de todo, pero lo hago porque necesito despedirme de vosotros. De quienes me acogieron en una pequeña familia y me entregaron todo de ellos sin esperar nada a cambio, mucho menos una traición por mi parte.
Nunca he tenido nadie al que dejar atrás, de quien despedirme. Y quizás ni siquiera mereciese todo lo que hicisteis por mí, pero no hay forma en esta vida de que vaya a olvidarlo. Tampoco a vosotros.
Jamás olvidaré como TaeHyung y Jungkook me obligaron a subir encima de su cerdo, Maoi-lee, prometiendo llevarme camino a casa. Como todos los demás, Joowan, Wooyoung, el doctor Choi, Jimin, los mellizos Hyeongjun y Woongki, me acogisteis como uno más sin siquiera conocerme, el primer día en que llegué allí. (Sí, logré aprenderme vuestros nombres. Gracias, Jungkook)...»
Jungkook dejó escapar una risita, notando las lágrimas agolpándose en sus ojos y a TaeHyung recostándose sobre él, sollozando en voz baja.
«Ni mucho menos podré olvidar como tú, Yim, preparaste y cocinaste los mejores platillos que probaré en lo que me queda de vida. Como permaneciste a mi lado en esa fatídica noche, el modo en que me hiciste sentir cuando sentía que iba a morirme de miedo. La forma en que lograste calmarme sólo con quedarte junto a mí en la cima de un árbol gigante y seco... Ni nada de lo que pasó justo después de eso. Nunca. Jamás.
En un mes pueden pasar muchas cosas, muchísimas. Demasiadas. Y yo no estaba preparado para que la gran mayoría de ellas me sucedieran a mí, no cuando toda mi vida se ha basado en estar solo, esquivando obstáculos y enfrentando desgracias sólo porque quizás debían pasarme a mí.
Pero de todo eso, jamás pensé que escuchar la conversación de cuatro individuos en un teleférico y querer aprovecharme de ello, me llevaría a conocer el significado de algo tan lejano para mí: Familia. Una familia a la que no merezco pertenecer, aunque lo desee en el alma.
Lo siento. Siento no poder estar a la altura de todo eso que me habéis entregado.
Y gracias por hacer de mis últimos días de libertad, un buen recuerdo en el que pensar siempre que no pueda soportarlo.
Nunca os olvidaré.
Hasta siempre,
Tutor.
Posdata: Si habéis llegado hasta aquí, significa que Jungkook ha podido recuperar su collar y, con ello, que Sounik ya no será una amenaza para vosotros. Es mi forma de disculparme por ser un traidor.»
Los mellizos sollozaron, abrazados mutuamente mientras sus caras diminutas se encontraban repletas de lágrimas.
"Qué bonito..."
"Ha sido precioso..."
Alguien más sorbió por la nariz.
"¿Y yo por qué estoy llorando, si sólo hablé con él un total de diez veces?" Era Wooyoung, limpiándose las mejillas de manera brusca, molesto consigo mismo.
El doctor Choi palmeó su hombro. "Porque en esas diez veces, lograste encariñarte con él."
"Ya, bueno..."
Limpiándose sus propias lágrimas, Joowan tomó una profunda respiración.
"No hay duda alguna de que ha sido una carta preciosa y súper emotiva, Tutor se ha despedido de nosotros de la mejor manera posible a pesar de las circunstancias que le persiguen."
"Sí, es un buen chico..." Masculló el pelirosa, permitiendo que Jungkook eliminara aquellas desastrosas lágrimas que corrían por sus mejillas. "Ojalá podamos reencontrarnos con él en un futuro y las cosas le vayan mucho mejor. Merece un respiro de todo esto."
"Seguro que todo le irá mejor pronto." Yim esbozó una sonrisita, respirando hondo antes de mirar a Joowan. "¿Puedo quedarme la carta?"
Este asintió, entregándosela. "Por supuesto, sí. Toma."
"Gracias."
Con el corazón acelerado y la inconfundible sensación de que alguien le observaba a lo lejos, el castaño guardó aquella carta en sus bolsillos, decidiendo que la atesoraría incluso si eso significaba que su corazón dolería cada vez que pensase en ella.
"¿Por qué no volvemos a casa, chicos? Se está haciendo tarde, oscurecerá dentro de muy poco." Les dijo, frotándose las manos. "Preparé sopa de tofu y algas para todos."
El estómago de TaeHyung rugió tan fuerte como se esperaba. "Uy..." Susurró, sonrojándose hasta las orejas. Los demás rieron.
"Lo tomo como un sí. Vamos."
Así mismo y estableciendo un ritmo rápido para evitar que anocheciera sobre sus cabezas, todos comenzaron a alejarse en dirección a la ciudad. Todos a excepción de Jungkook, quién se quedó atrás, con una pequeña sonrisa en los labios y sosteniendo aquel collar contra su pecho, junto al trozo de cuarzo que se había extraviado por el camino.
"Muchas gracias, Tutor..." Susurró al aire.
«De nada, amigo.»
Y su sonrisa aumentó, asintiendo para sí mismo.
"¡Jungkook, ¿qué haces ahí parado?!" La voz de TaeHyung sonó a lo lejos, viendo su pequeña y preciosa cara mirándole con confusión. "¡Vamos, date prisa, que tengo hambre!"
Dejando escapar una carcajada, apretó el trozo de cuarzo solitario en su mano derecha, no dudando en correr hacia él, quien le esperaba de brazos cruzados y el ceño fruncido.
"Ya estoy aquí, mosquito."
TaeHyung continuó mirándole con confusión. "¿Por qué te has quedado ahí parado?"
"Por nada, tranquilo." Pasando un brazo alrededor de sus hombros, lo empujó más cerca de sí mismo. "Vamos, volvamos con los demás."
Y él se encogió de hombros.
"Bueno..."
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