✧c.-063
N/A: No tengo nada que decir sobre este capítulo más que... Entramos en la fase decisiva de la historia je, je, je xD
Cap dedicado a niconlechuga ♡♡
Hoy os recomiendo 'Pretty Lies' de Bazzi, otro de mis cantantes favoritos.
[...]
Un grito quejumbroso despertó al joven castaño en mitad de la madrugada, sobresaltándolo ante la cercanía de aquel sonido tan inesperado. Yim se dio cuenta, mirando alrededor, que esa no era su cama y que aquellos gritos pertenecían al individuo que dormía a su lado, quien se removía, desesperado, entre lamentos y lloriqueos.
"¡No, no!"
Jadeando, aquel grito volvió a sobresaltarlo, incorporándose sin saber muy bien sí debía acercarse a él o no. Parecía estar teniendo un muy mal sueño, sonando tan angustiado como temeroso.
"Tutor..." Susurró, ni siquiera necesitando encender la luz para reconocer su figura junto a él. El pecho del susodicho subía y bajaba con rapidez, de manera brusca.
"No, no por favor... No quiero, no... No puedo... Por favor, déjame. Por favor, no otra vez, p-por favor..." Sollozaba, luchando por respirar y salir de allí. De donde sea que estuviese en sus sueños. "¡No, no, no! ¡Déjame, te lo suplico! ¡No quiero, basta!"
Reaccionando al instante, Yim gateó hasta alcanzarlo, poniendo una mano en su abdomen y descubriendo que el corazón amenazaba con salírsele del pecho en cualquier momento. No sabía qué hacer, mirándole en completo estado de shock.
"Tutor, eh..."
"¡Vete, vete de aquí!" Dando golpes y patadas que afortunadamente Yim esquivó, Tutor sollozó más fuerte. "¡Eres un monstruo, no me hagas esto!"
"Tutor, despierta."
"¡Basta, no! ¡No me hagas esto, por favor!"
"Tutor, escúchame." Intentándolo de nuevo, Yim tuvo que esquivar un segundo y tercer golpe. "Por favor, detente."
"No, no... Ayúdame..."
El pelinegro comenzó a llorar en voz alta, hipando y meneando la cabeza de un lado a otro. Yim temió que alguno de los dos saliera herido ahí, por lo que luchando contra el cuerpo ajeno, lo inmovilizó como pudo, sosteniéndole el rostro. Sólo entonces, este se relajó un poco, aún respirando con dificultad e hipando.
"Tutor, ¿puedes oírme?" A tientas acarició su rostro, sonriéndole moverse.
"¿Yim?" Con algo de dificultad tosió, entrecerrando los ojos aún si ni siquiera así podría ver al castaño en medio de tanta oscuridad. Sonaba y se sentía absolutamente confundido, sin saber lo que sucedía a su alrededor. "¿Q-Qué pasa?"
"Creo que estabas teniendo una pesadilla, tal vez. ¿Te encuentras bien? Tu corazón va muy rápido."
Confirmando lo que este había dicho, Tutor se llevó una mano al pecho, descubriendo que su propio sudor había traspasado completamente la camiseta que Yim le regaló esa misma noche, empapándola.
"Sí, sí, estoy bien..."
"¿Seguro?" Yim sonaba preocupado. Aquello le dejó algo intranquilo. "Estás muy acelerado, Tutor. No sé con lo que has debido soñar, pero sea lo que sea ha sido tan fuerte como para que gritases, dieras golpes y patadas al aire."
Su corazón se detuvo por un segundo. No era la primera vez que le pasaba, de hecho llevaba algunos años sin tener esos famosos episodios nocturnos. De soñar con él, con esa voz horripilante que le acompañó desde niño, atemorizándolo. Sin embargo, esta era la primera vez que sucedía cuando alguien más estaba junto a él. La idea de que Yim hubiese salido perjudicado le heló.
"¿Golpes...?" Susurró, tragando el nudo en su garganta e incorporándose para observarle. "¿Acaso te he...? ¿Te he hecho daño?"
De inmediato, el castaño negó. "No, no, claro que no, tranquilo... He podido esquivarlos todos sin problemas, no te preocupes. Mi habilidad es más útil de lo que parece, así que estoy a salvo de posibles ataques nocturnos." Quiso bromear, sólo de esa forma viendo el alivio en su mirada.
"Menos mal... Lo siento, lo siento mucho aún así. No quería asustarte..."
"Está bien, no pasa nada, ¿de acuerdo? Has tenido una mala pesadilla y ya está. Lo importante es que estás bien."
A pesar de que le era imposible, Tutor forzó una sonrisa en su rostro, asintiendo.
"Sí, claro..."
Ojalá hubiese sido simplemente una pesadilla. Pero no lo eran, nunca lo serían y jamás lo fueron. Aquella voz le perseguiría de por vida.
"Intenta dormirte de nuevo, ¿vale? Todavía es temprano, podemos descansar un ratito más."
"De acuerdo."
Yim palmeó su hombro amistosamente. Él sintió como volvía a tumbarse a su lado, animándole a hacer lo mismo. Y lo hizo, pero sólo para no levantar sospechas y evitar preocupaciones innecesarias, pues permaneció toda la madrugada con los ojos abiertos, sin dejar de dar vueltas.
No podía seguir soportándolo más tiempo.
No muy lejos en la misma ciudad, a la misma hora, Jungkook y TaeHyung encontraban, todavía despiertos, disfrutando de su primera noche a solas como pareja oficial desde que el viaje terminó. Se había sentido como toda una eternidad.
"Te amo." Susurraba Jungkook, besando su piel desnuda. TaeHyung levantó la cabeza para darle un mejor acceso a su cuello. "Eres tan precioso, tan perfecto..."
El pelirosa suspiró. "No lo soy."
"Claro que lo eres, no digas tonterías." Inclinándose hasta alcanzar sus labios, depositó un casto beso sobre ellos. "Ya te he dicho que eres la criatura más bonita que existe y existirá en la tierra. Y sabes mejor que nadie que no miento."
"Bueno... Si tú lo dices..."
"Cualquiera que te mirase con los mismos ojos que yo lo diría." Atrapó su barbilla con dos dedos, empujando hacia abajo solo para tener un mejor acceso a su boca y chuparle el labio inferior, pasando la lengua por él hasta dibujar una franja de saliva. TaeHyung gimió. "No me gusta demasiado la idea, aunque sé que eso no cambiaría nada."
"¿Por qué?"
"Porque eres mío, ¿o ya te has olvidado de eso?"
TaeHyung negó de inmediato, aferrándose a sus hombros. "No, claro que no... ¿quién se olvidaría?"
"Espero que tú no."
"Nunca, Jungkook, sabes que eso no es posible ni de lejos." Aseguró, mirándole a los ojos, acariciando una de sus tersas mejillas tras apartarle el cabello de la frente. "Yo también te amo, creo que eso no es un secreto para nadie."
De los labios del azabache escapó una sonrisita. "No lo es, eres demasiado obvio."
TaeHyung se sonrojó con una rapidez abismal, haciéndole reír. Cuando quiso apartar la mirada, visiblemente avergonzado, Jungkook se lo impidió, tomándole por la barbilla y lograron que sus ojos se encontraran de nuevo.
"¿Por qué me evitas ahora?" Alzando las cejas, cuestionó. "Ser obvio no es nada malo cuando se trata de querer a alguien, yo también lo soy contigo. Siempre lo he sido."
"¿Siempre?"
Él asintió. "Me gustaste desde el primer momento que pude mirarte a los ojos." Fue capaz de admitir, enfocados en estos todo el tiempo, pasando los dedos por todo su cuerpo desnudo, sintiéndole estremecerse. "Así, de esta forma... Con esa cara tan bonita, tu sonrisa preciosa y el modo en que me mirabas, como si supieras que eras el único capaz de calmarme."
TaeHyung tragó saliva, su corazón latiendo errático, desbocado. "No... No lo sabía."
"Y era cierto." Habló de nuevo, impidiéndole decir cualquier cosa. "Estaba pasando por la peor etapa de mi vida, tenía miedo de todos y de todo, pero tú con tu simple presencia lograbas que todo pareciera bonito, sencillo..."
"Jungkook..."
"Incluso deseé ser tan pequeño como para poder tenerte entre mis brazos lo antes posible, como ahora." Se inclinó para besarle en los labios de nuevo. "Lo que tanto me aterraba y causaba un terrible rechazo, ahora es lo único que agradezco haber hecho. Y todo es por ti, TaeHyung."
El pelirosa tomó su rostro con ambas manos, mirándole, sus ojos llenos de gruesas lágrimas que amenazaban con salir en cualquier momento. "Si todo es por mí, y te creo, por favor vuelve a mí cuando sea el momento... No me dejes."
"Sabes que lo haré cueste lo que cueste, TaeHyung. Claro que sí."
Un par de lágrimas lo traicionaron al final, la voz del azabache sonando cálida y dulce contra sus labios apretados por el llanto.
"¿Lo prometes?"
"Me lo prometí a mí mismo cuando entendí lo que sentía por ti, así que sí, te lo prometo." Sus dedos volvieron a acariciarle el rostro con parsimonia. "No hay lugar en este mundo donde sienta que pertenezca más que este. Aquí, contigo, TaeHyung. Esta es mi casa, mi hogar... Donde sea que tú estés, ahí se encontrará mi sitio en la Tierra."
Asintiendo, sorbió por la nariz. "En ese caso, dejaré tu lugar vacío hasta que vuelvas."
"Nunca estará vacío, ¿lo recuerdas?" Viendo la confusión en los ojos ajenos tras decir aquello, tomó una de sus manos, llevándosela al pecho, acunándola. "Una parte de mí siempre estará contigo."
El corazón de Jungkook latió superficialmente contra sus dedos, acelerándose bajo su tacto cuando le acarició.
"¿Notas eso?" Mirándole para confirmarlo, le vio mover la cabeza. "Esto que sientes es sólo tuyo, TaeHyung, no puedo llevármelo conmigo aunque lo necesite. Te pertenece."
Él se estremeció, sintiendo cosquillas por todo el cuerpo.
"Entonces cuidaré de él hasta que vengas a completarlo como prometiste, ¿vale? Lo mantendré a salvo conmigo así como sé que tú harás con el mío, porque te seguirá a todas partes." Los ojos de Jungkook brillaron de un modo que TaeHyung no había visto antes. "No puedes dejar que ningún monstruo te haga daño, ¿de acuerdo? Debes cuidarlo."
"De acuerdo."
"Promételo, Jungkook."
"Lo haré mejor que nunca, precioso, te lo prometo. Ambos volveremos de una pieza."
Satisfecho, sonrió de oreja a oreja, besándolo. Eso era todo lo que necesitaba oír. "Así me gusta."
Acto seguido, TaeHyung le rodeó la cadera con ambas piernas, invitándole a dar el paso que ambos deseaban. Y, besando sus labios de nuevo, Jungkook se adentró en él, robándole un gemido espontáneo e inevitable.
A la mañana siguiente, siendo Jungkook el primero en despertarse y permitir a TaeHyung descansar más tiempo al ser el considerablemente más afectado por lo sucedido tan sólo unas cuantas horas antes, abandonó aquel colchón con una sonrisita victoriosa en el rostro, besando la mejilla de TaeHyung a modo de recompensa y tapando su cuerpo con las mantas.
"Jungkook..." Este se quejó, todavía en el quinto sueño.
En respuesta, el azabache chistó, acariciándole el pelo. "Descansa, mosquito, yo volveré en seguida." Aseguraba, depositando un segundo beso en su frente esta vez.
Sintiendo como TaeHyung volvía a dormirse de inmediato, este se apresuró en buscar su atuendo de dos piezas favoritos y ropa interior, colocándoselo antes de asearse un poco en el baño más cercano y bajar a la primera planta. Sabía que no tenían comida suficiente para prepararle a TaeHyung el desayuno que pretendía y merecía, ya que estaba decidido a despertarlo con un delicioso buffet a los pies de la cama.
"Falta fruta, huevos, verduras..." Buscando entre los armarios de madera, torció el gesto. "Semillas, avena, tofú... Joder, si faltan hasta cubiertos, por el amor de Dios, ¿qué es esto? No creo habernos descuidado tanto... ¿O sí?"
Incorporándose, resignado, suspiró, cerrando las puertas. No le quedaba más remedio que salir él mismo a por víveres, como TaeHyung llevaba haciendo desde que tenía uso de razón.
No era su primera vez trabajando en el huerto, ya que casi todo el tiempo salía para acompañar a TaeHyung y ayudarle, pero sí era la primera vez haciéndolo completamente solo, ya que por norma general el pelirosa siempre se le adelantaba.
Así mismo y siguiendo sus impulsos, diez minutos después, Jungkook se encontró bajo un enorme naranjo, zarandeándolo mientras que a sus pies yacía el cubo donde acumulaba toda la fruta y verdura conseguida hasta el momento, habiendo arrasado con las plantaciones de tomates, pimientos, maíz, calabazas, uvas y fresas, las favoritas de TaeHyung.
"Cae, naranja de los cojones, cae..." Siseaba para sí mismo, siendo esa la única fruta que se le había resistido.
"¿Necesitas ayuda?"
Tras él, la figura de un muchacho joven, alto, de cabello azul oscuro y cuyo rostro era casi idéntico al de Jimin con algunos años de más, apareció, esbozando una sonrisa amable.
"Eh, hola..."
"Veo que se te resisten las naranjas." Bromeó tan pronto tuvo su atención.
Su gesto se torció. "Pues un poco, no te voy a mentir..."
Aquel chico dejó escapar una risita.
"Déjamelo a mí, no te preocupes. Esto es pan comido." Aseguraba, esperando a que se apartara del árbol para hacer lo que debía. Una vez el azabache se alejó considerablemente, zarandeó el tronco sin tocarlo siquiera, algunas naranjas cayendo directamente hacia el cubo. "Tú debes ser Jungkook, ¿verdad? Ese que vive con TaeHyung... He escuchado a mi hermano Jimin hablar mucho sobre ti, pensé que no te conocería nunca."
"Sí, soy yo... Tú eres Hyungsik, ¿cierto? También he escuchado hablar de ti."
"Oh, ¿TaeHyung te ha hablado de mí?"
"Para explicarme quién había arreglado el desastre que ocasioné, sí. Gracias por eso." Masculló, entendiendo que no se trataba de una amenaza cuando Hyungsik pareció decepcionado. Él rápidamente se arrepintió. "De hecho, ahora veo que eres tan bueno como él me había dicho."
Sólo entonces, este dejó escapar una risita, luciendo satisfecho esta vez.
"Gracias... Lo cierto es que fue un poco chocante para mí llegar y ver ese pedazo de agujero en la tierra, con todos los árboles caídos alrededor, pero teniendo en cuenta tu fisionomía, me alegro de que sólo fuese un pequeño accidente." Dijo. Jungkook también rio.
"Lo siento, fue sin querer."
"Tranquilo, no te preocupes. No es un reclamo en absoluto, soy consciente de lo que has pasado para llegar hasta aquí." Hizo un gran intento por halagarle. "Creo que es admirable."
"Te lo agradezco, Hyungsik." Sinceramente dijo el azabache, agachándose hacia su cubo en cuanto las naranjas lo rebosaron y levantándolo. "Y gracias por esto, planeaba prepararle el desayuno a TaeHyung y nos habíamos quedado sin nada de comida en el taller. Me has salvado."
La sonrisa de Hyungsik se volvió más dulce ante la mención del pelirosa. "No es nada."
"En fin, me marcho ya... No quiero que se despierte sin su sorpresa. Nos vemos."
Alejándose tan sólo unos metros tras despedirse de él con un movimiento simple de cabeza, la voz del individuo volvió a sonar.
"Eh, espera, Jungkook." Lo llamó, ocasionando que se diese la vuelta. Para el momento en que lo hizo, Hyungsik avanzaba hacia él. "¿Puedo preguntar qué... relación tienes con TaeHyung? Si no es ser demasiado invasivo, claro. Supongo que conoces nuestra historia."
Su gesto inevitablemente se torció.
"La conozco, sí, sé lo que hubo entre vosotros."
"Bien..."
"TaeHyung y yo estamos saliendo, si eso es lo que quieres saber."
Aquello pareció ser como un golpe de realidad para Hyungsik. "Oh, ya... E-Entiendo, sí... Lo suponía."
"¡Jungkook, Jungkook!" La voz aguda de Wooyoung llamándole a lo lejos rompió el tenso momento entre ambos, obligando nuevamente al azabache a girarse para verle correr, acompañado por Choi San.
"¿Chicos...?"
"¡Menos mal que estás aquí!" Jadeaba el peli morado, aferrándose a su brazo y apenas visualizando al hermano mayor de los Park. "Hyungsik, hola."
El doctor Choi corrió hacia él. "Jungkook, os estábamos buscando..."
"Sí, eso, ¿dónde está TaeHyung?"
Jungkook mantuvo su ceño fruncido, confundido ante tanto ajetreo.
"TaeHyung está durmiendo en el taller, ¿por qué?"
"Porque al parecer mi madre ha averiguado algo sobre esa pieza de chatarra que le entregamos la semana pasada, pero no dirá nada a menos que tú estés presente." Explicó el doctor Choi. "Desconozco por qué esa es su única condición, pero lo es y debe cumplirse sí o sí."
"Tienes que venir con nosotros cuanto antes, Jungkook, es importante."
"De acuerdo, pues vamos, rápido." Él accedió de inmediato, mirando el cubo repleto de frutas y verduras en sus manos e inmediatamente dejándolo bajo aquel naranjo, buscando a Hyungsik. "¿Puedes cuidarlo por mí un momento, por favor?"
Este asintió. "Lo llevaré al taller de TaeHyung, mejor, estará en la caja de los pedidos, ¿vale?"
"Claro, muchas gracias, Hyungsik."
Siendo jalado por Wooyoung, Jungkook caminó con rapidez en dirección a la trastienda del negocio de los Choi, donde normalmente San pasaba consulta o atendía pacientes enfermos en busca de fármacos o plantas curativas. Él sólo había estado ahí un par de veces, pero jamás había cruzado la segunda puerta que llevaba directamente a la habitación privada de Choi Garam, quien se encontraba tras un mostrador casi kilométrico, sosteniendo ese trozo de gigante que sólo Jungkook, Wooyoung y San habían conseguido agarrar.
"Hemos vuelto, mamá, aquí está Jungkook."
"Encantada de volver a verte, Jungkook, ¿cómo ha ido ese viaje por toda Idexium."
La sonrisa que le dio fue demasiado amable para alguien que tenía una mirada tan vacía y oscura, estremeciéndole de pies a cabeza.
"Bien... Me han dicho que ha descubierto algo sobre el trozo de chatarra que le pedimos que investigara, ¿puede decirnos de qué se trata?"
Ella asintió, depositándolo sobre el mostrador para que pudieran observar de cerca. "Acercaos, venid." Pidió. Una vez hicieron lo pedido, señaló la inscripción más a mano. "¿Veis esto de aquí? No son caracteres al azar, sino runas."
"¿Runas?" Confundido, Wooyoung murmuró.
"Así es, sí. Esta en concreto quiere decir «lejos del ojo de», son runas utilizadas única y exclusivamente en el ocultismo. Magia negra, para que me entendáis."
San ladeó la cabeza. "Pero eres la única que puede hacer eso..."
"No, cariño, no lo soy." Negó, torciendo el gesto. "Esto de aquí no es un simple trozo de chatarra cualquiera, sino parte de una puerta. Alguien muy importante se escondía detrás de esto o escondía a alguien más en su lugar..."
"¿Alguien? ¿Alguien cómo quién?"
La señora Choi observó a Jungkook como si este no necesitara ninguna respuesta. Su cuerpo se heló.
"Sounik..." Susurró, tragando saliva bajo la atenta mirada de los demás. "Fue a él a quién escuché cuando estábamos en el bosque. Me habló..."
"Bingo."
San y Wooyoung fruncieron el ceño. "¿Sounik está aquí?"
"No, no del todo... Pero sí que está más cerca de lo que imaginaba, por desgracia. No ha sido complicado para él seguirnos la pista, como me temía." Garam emitió un sonidito perezoso, como si no se encontrase afectada ni sorprendida en absoluto, depositando algo sobre la mesa. "Supongo que esto ha tenido mucho que ver..."
Los otros tres se inclinaron para ver de qué se trataba. Una insignia, la misma que TaeHyung y Jungkook encontraron en el bosque junto a aquel trozo de puerta.
"Es el collar de Moze..."
"Mi hijo me lo entregó por accidente, asumo, pero me he tomado la libertad de examinarlo un poco para confirmar algunas sospechas que tenía y sí, estaba en lo cierto. Los símbolos que podéis ver en su cara trasera siguen siendo runas usadas activamente en la magia negra." Mostrándole la cara trasera de aquella insignia, dijo. "En concreto esta se lee como «situado en el mapa», que es la traducción más cercana que se le puede dar."
"¿Y qué quiere decir eso?"
Ella respiró hondo. "¿Habéis oído hablar de esos chips rastreadores que se le ponen a ciertos animales en la gran ciudad?" Preguntó, viéndolos asentir. "Pues esto es lo mismo, sirve para localizar a alguien en cualquier parte del mundo."
Sosteniéndose la cabeza visiblemente angustiado, Wooyoung negó.
"No entiendo nada..."
"El material de este collar y el de la puerta son los mismos, lo cual quiere decir que ambos le pertenecen a Sounik. Quien quiera que llevase este collar antes, a Sounik le interesaba tenerlo localizado."
"Tutor tiene el mismo, ¿no?" Cuestionó San, mirando a los otros dos presentes.
Jungkook asintió, su semblante volviéndose blanco cuando fue consciente. "Sí... Moze y él tienen el mismo collar."
"¿Y eso quiere decir que...?"
"Que Sounik es el padre de Tutor." El corazón de Jungkook se detuvo momentáneamente tras decir aquello. "Su monstruo y el mío han sido el mismo todo este tiempo, pero yo era el único que no lo sabía."
Ni siquiera podía escucharse a sí mismo decir palabras como esas sin que le sonaran absurdas.
Wooyoung se tambaleó, indispuesto ante tanta información para digerir. "E-Esto es demasiado, chicos..."
"Tranquilo." El doctor Choi lo mantuvo en su lugar. "¿Dónde se encuentra Tutor ahora mismo? Hablemos con él cara a cara, que nos dé una explicación. Seguro que debe haber alguna."
"Se quedó a dormir en casa de Yim esta noche."
"Bien... Vayamos, entonces."
El peli morado negó, aclarándose la garganta. "No, esperad, e-esperad... Necesito pensar un momento." Pidió, logrando que ambos se detuvieran. "Si ese monstruo se encuentra cerca, eso quiere decir que tendrás que cuidarte mucho de ahora en adelante, Jungkook. Debes tener cuidado."
"No es estrictamente necesario, en realidad." Murmuró la señora Choi.
Su hijo la observó. "¿Cómo que no, mamá?"
"Jungkook es un blanco fácil para Sounik, cielo. O al menos, eso es lo que él piensa, no es ni de lejos su objetivo."'
Aquello fue incluso más confuso para todos los presentes, quienes se observaron entre ellos en busca de respuestas. Respuestas que no podían darse mutuamente. Wooyoung miró a la señora Choi, su cabeza ladeada.
Cada vez entendía menos aquella situación.
"Entonces, ¿cuál se supone que es su objetivo?
La campana situada sobre la puerta sonó en cuanto esta se abrió, una señora mayor apareciendo tras esta con su bastón de bambú. Garam se aclaró la garganta tras reconocer a su clienta, decidiendo que no podía seguir perdiendo su tiempo con ellos.
"Garam, hola... Vengo a por esas gotas para los ojos que me recomendaste, no puedo terminar de leer mis libros. ¿Sigues teniéndolas?"
"Claro que sí, señora Hwang, pase." Asintió, esbozando una sonrisa dulce antes de observar a los tres jóvenes que permanecían expectantes. "Volved a casa, chicos. No es importante."
"Mamá..."
"Mi amor, hazme caso, ¿vale?" Siendo el doctor al único que se dirigía con dulzura, pidió, dándole una mirada que sólo Choi San podía entender.
Él asintió, jalando de Wooyoung hacia la salida. "Vamos a casa de Yim, Jungkook, venga."
"Pero..."
"Vamos, Wooyoung."
Con el corazón en un puño y la cabeza llena de garabatos, Jungkook se dio la vuelta, incapaz de soportar toda esa información recibida al mismo tiempo. Necesitaba respuestas, claridad, no más dudas, pero todo lo que Sounik causaba era eso. Desesperación, incertidumbre, confusión. Miedo.
«TaeHyung. Mantén tus ojos en TaeHyung».
La voz de Choi Garam retumbándole en el cerebro hizo que se detuviera abruptamente, como si un cubo de agua helada hubiese caído sobre sus hombros de forma repentina. Sus ojos se abrieron de par en par, girándose como si creyera que la tenía detrás. Pero allí no había nadie, la puerta estaba cerrada y ella se encontraba dentro.
"TaeHyung..." Repitió, el nudo en su garganta haciéndose más y más grueso.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro