✧c.-057
N/A: Nos estamos acercando a mi parte favorita de la historia y no miento cuando digo que tiemblo de la emoción xD
Cap dedicado a abejitakim ♡♡
Hoy os recomiendo 'Monster' de DAY6, mi gran imperio romano hasta la fecha.
[...]
La primera noche de Tutor en el taller de los Kim fue mejor de lo que pensaba. Agradecido por no tener que escuchar ruidos extraños o vergonzosos provenientes de la parejita que dormía en la planta de arriba y acompañado por dos amables cerditos que custodiaron su cama mejor que cualquier ángel de la guarda, uno de ellos atreviéndose a dormir junto a él, incluso.
Era la primera vez en años que se sentía acompañado, cómodo con alguien que no fuera Mina o su propia sombra. Y se sentía bien, muy bien. Una sensación de plenitud que pocas veces lograba compararse a algo más, y ahora, sabiendo que la mantendría durante un buen tiempo, no la cambiaba por nada.
"¿Y cuánto tiempo lleváis TaeHyung y tú juntos?" Tutor quiso saber, aprovechando la ausencia de todos los demás ahora que se habían desperdigado por casi todo el bosque en parejas. Él había quedado a solas con Jungkook. "Porque parece que lleváis toda la vida juntos. Vamos, hasta podrías pasar por un matrimonio..."
Una carcajada abandonó los labios del azabache mientras negaba, casi sonrojado. "No, no, lo cierto es que no. TaeHyung y yo no llevamos más de tres días juntos, en realidad."
Tutor entrecerró los ojos, creyendo haber oído mal. Muy mal.
"¿Cómo dices?"
"Lo que oyes, le pedí salir la noche antes de llegar aquí. Antes sólo bromeábamos entre nosotros con que éramos pareja, también lo hacíamos en caso de que alguien más estuviera interesado o potencialmente interesado en el otro, ya sabes..." Encogiéndose de hombros, explicó.
El ceño Tutor volvió a fruncirse, señalándose a sí mismo. "Pero me lo dijiste a mí... ¿Acaso creías que yo...?"
"No, fue un acto reflejo."
"Oh, ya veo... Enhorabuena, entonces, espero que estéis juntos toda la vida y más."
Dándole una sonrisa dulce, pero triste a la vez, Jungkook asintió, mirando hacia abajo. Él era quien más deseaba que aquello fuese posible; sin embargo, el destino que le deparaba junto a TaeHyung no era tan virtuoso como ambos querían.
"Yo también lo espero, sí, gracias. Aunque desgraciadamente no sabemos cómo serán las cosas cuando me vaya de aquí... Eso es lo que más nos tortura a ambos."
"¿Irte? ¿Irte a dónde?"
Tutor parecía confundido. Jungkook asintió, sus labios apretados en una finísima línea.
"A donde pertenezco."
Aquella respuesta tan escasa como confusa, hizo que el pelinegro ni siquiera pudiera ocultar sus dudas, manteniendo el ceño fruncido en busca de algo más contundente.
"No te sigo, Jungkook..."
Sólo entonces y dispuesto a sincerarse una vez más, el azabache dejó escapar una bocanada de aire. "Yo no soy de aquí. Mi verdadero hogar, aunque lo siento como este, no lo es. Soy de Suraek Dee Bhadam, tierra de los raekhyem. No soy uno de vosotros."
"¿Eres un gigante?"
"Algo así, sí... Descendiente, más bien."
Tutor ni siquiera parecía sorprendido, como si esa no fuese la primera vez que oía hablar de gente como él. Aquello le hizo pensar en cuánta gente de su misma especie, cuántas criaturas diferentes se encontraban divagando por otros mundos como si nada. Y le daba esperanzas, en realidad.
"Vaya, no tenía ni idea... ¿Y por qué tienes que irte?"
"Alguien allí me espera." Respondió, aunque se corrigió al instante, negando. No lo tenía tan claro. "Creo. No... No lo sé, en realidad, pero yo necesito respuestas y cerrar ciclos. Por mí, por mí familia..."
El gesto de Tutor se torció, asintiendo. "Creo que te entiendo, sí..."
"Sabía que lo harías cuando te escuché hablar de tu hermano." Admitió, esbozando una pequeña sonrisa. Él se la devolvió.
La llegada de Tutor a sus vidas le había hecho sentir identificado, comprendido de algún modo. Los chicos y TaeHyung eran empáticos con él, entendían su situación, la respetaban y hacían cualquier cosa por ayudarle, pero había algo diferente en saber que alguien te entendería única y expresamente porque esa persona se encontraba viviendo lo mismo que tú. Y ese era Tutor.
"¿Es un familiar?" El pelinegro se atrevió a preguntar, mostrando interés.
"Mi padre murió sin poder reconciliarse con su madre y yo nunca conocí a mi abuela. Pensé que después de eso jamás tendría la oportunidad, hasta que apareció ella... Una mujer, la única persona que me acogió y pensó en mí cuando todos me dieron la espalda tras la muerte de mis padres... Creo que puede ser ella."
"¿Estás muy seguro?"
"A ratos... Todavía temo equivocarme y haber arruinado mi única oportunidad de poder ser feliz, ¿sabes?" Una risita que carecía de risa, siquiera de humor, abandonó sus labios. "Quiero decir, mi llegada a este sitio fue un error. Un castigo por haber desafiado a un monstruo. Debería estar muerto, pero tuve suerte. O al menos, me gusta pensar que la tuve cuando los chicos me encontraron."
Una vez más y sin entender nada en absoluto de lo que Jungkook decía, a pesar de que intentaba quedarse con toda información recibida, Tutor frunció el ceño.
"¿Por qué lo dices? ¿Y por qué un monstruo? ¿A qué te refieres con eso?"
"A la definición exacta de la palabra." Dijo, mientras apartaba un par de ramas rotas que le entorpecían el camino. Tutor permaneció en silencio a la espera de que siguiese hablando, así que eso fue lo que hizo. "Me topé con un tipo en la cárcel, confíe en él y en mí mismo creyendo que sería más inteligente y terminé sin mi preciado collar, cayendo al abismo, quedándome dos años de mi vida en un agujero negro y posteriormente aterricé aquí." Señaló su alrededor para luego echarle un vistazo a su acompañante. "Caótico, ¿verdad?"
La mueca en el rostro de Tutor era de pura incredulidad, mezclada con un poco de horror. Sólo un poco, pues él había vivido situaciones peores, mucho peores. Tanto, que jamás pensó en el hecho de que alguien fuera de su núcleo ''familiar'' pudiera vivirlas también.
"Caótico no, eso suena horrible..."
"Porque lo es. Es horrible." Le dio la razón, arrancando otro par de ramas secas.
"¿Cómo lo has soportado? Debió ser muy complicado... No me imagino a mí mismo viviendo algo así, honestamente." Murmuró, con la cabeza gacha, pensativo. Por más que lo intentaba, era incapaz de ponerse en la piel de Jungkook. "Ni siquiera sé cómo se siente estar en un agujero negro."
El azabache se encogió de hombros. "No se siente nada, en realidad."
Tutor levantó la cabeza para mirarle nuevamente, incrédulo. "¿Nada?"
"Pierdes la consciencia mientras el mundo sigue girando a tu alrededor... Para mí era como estar en coma. Tienes la mente en negro, no ves ni sientes nada. No recuerdo haber recuperado la consciencia en ningún momento y de haberlo hecho probablemente mi cerebro eliminase esa parte."
"Joder..." Meneó la cabeza, completamente horrorizado. "Creo que he desbloqueado un nuevo miedo después de escucharte..."
Jungkook dejó escapar una risita, asintiendo. De estar en su lugar, él también lo tendría.
"Lo peor no es sólo eso, sino que ahora me siento como un verdadero masoquista, ¿sabes?"
"¿Por qué lo dices?"
"Porque me he enamorado de la criatura más increíble que puede existir, tengo una familia maravillosa conformada por haditas diminutas. Tengo la oportunidad de ser todo lo feliz que me merezco y siempre he deseado, pero mi intención sigue siendo dejarlo todo atrás por un collar, lazos familiares y un lugar en el que ni siquiera soy bienvenido..." Bufando sutilmente, chasqueó la lengua. "¿Tiene sentido acaso?"
"Supongo que lo tiene."
Apretando los labios en una fina línea él le observó. "¿Tú crees? ¿En serio?"
Tutor sólo se encogió de hombros.
"Claro que sí, mírame a mí." Se señaló a sí mismo, dispuesto a ponerse como ejemplo, ya que era lo mejor que conocía. "Me costó dieciocho años de mi vida, un sinfín de traumas y muchas, pero muchísimas, luchas internas conmigo mismo, hasta salir de esa casa y dejar atrás a Padre. Podría disfrutar mi nueva vida después de tantos esfuerzos, pero no." Murmuró. "Aquí estoy, en medio del bosque, buscando a alguien que nunca quiso acompañarme."
"Pero es tu hermano, Tutor."
"Ya, el problema es que él nunca quiso venir conmigo ni mucho menos dejar a nuestro padre, soy yo quien está empeñado en sacarlo de ahí porque quiero que sea libre, como yo." Meneando la cabeza de un lado a otro, dijo. "Y lo cierto, lo más triste es que nunca seré libre del todo... ¿Entiendes?"
Jungkook asintió, porque sí lo entendía. Por desgracia. "Ya veo..."
"A veces no necesitamos que las cosas tengan sentido, ¿sabes? A veces sólo necesitamos ponerle un punto y final a eso que tanto nos atormenta. Y debemos actuar para poder lograrlo; retroceder atrás algunas páginas incompletas del libro hasta llegar ahí. Tú con esa señora que podría ser tu abuela y yo con Moze."
"¿Pero y si te arrepientes de continuar ese libro? ¿Y si es un error?"
El azabache parecía aterrado por equivocarse, algo que Tutor ni siquiera tenía fuerzas para señalar o siquiera juzgar. Errar cuando tu felicidad dependía de ello, cuando significaba que habías dejado todo aquello que querías y tanto te costó conseguir era realmente terrorífico.
Afortunadamente para él, Tutor tenía esas palabras que tanto necesitaba escuchar.
"Ese libro es tu vida, Jungkook. Tú escribes, deshaces y rehaces cosas. Cambias de personajes, escenas y localizaciones. Decides todo lo que está a tu alcance. Nadie más que tú."
Con suma lentitud asintió. "Ya..."
"Yo no sé cómo ha sido tu historia más allá de lo que me has contado, pero deberías cerrar etapas para poder dejar otras abiertas." Le aconsejó, palmeando su hombro. "Eso sí, evitando al monstruo, por favor... Sólo con escuchar lo que te hizo, ya hace que me sienta enfermo."
Una carcajada volvió a escapársele de los labios a Jungkook. "Lo es, créeme que lo es. Su apariencia es la viva imagen del alma tan podrida que tiene; aunque por desgracia todavía tengo que dar con él. Tiene mi collar. Esa rata inmunda de Sounik se lo llevó..."
"¿Y tan importante es?"
"Claro, le pertenecía a mi padre."
"Oh... Lo lamento." Apretando los labios en una mueca, dijo, sintiéndose conmovido por él. "¿Y ese tal Sounik es el monstruo del que hablas?'
Jungkook volvió a asentir. "Así es. Nos conocimos en la cárcel, me metieron ahí por un malentendido, pretendían sacrificarme vivo por involucrarme con el futuro príncipe sin saber que lo era y-"
"¡¿Sacrificarte vivo?!"
"Eso he dicho, sí. Yo lo veo algo extremista, pero bueno... Las leyes son las leyes, supongo."
"Las leyes son las leyes, Jungkook, ¿en serio? ¿Y lo dices con esa calma?"
Él simplemente se encogió de hombros, ajeno al espanto que había causado, mientras la voz de su acompañante podía percibirse como angustiada. "Sí, bueno... ¿Qué otra cosa puedo hacer? Afortunadamente para mí no pasó, al menos..."
"Madre del amor hermoso..."
El pobre pelinegro tenía el corazón en la garganta tras escucharle decir aquello, portando una mueca serena y un tono de voz relajado que no sonaba para nada adecuado con la brutalidad de los hechos que había vivido. Tutor desconocía cuán amplia era la fortaleza de Jungkook, viéndose como alguien risueño. Aunque quizás, viéndolo desde otra perspectiva, esa personalidad vívida y animada era la que había adoptado tras conocer a TaeHyung y los otros chicos.
"¿Y que pasó después, si se puede saber?"
"Sounik me dijo que podía sacarme de allí a cambio del collar... Yo acepté creyéndome más listo que él y con el pensamiento de salirme con la mía."
"Huh, muy poco inteligente eso." Con el gesto todavía torcido, le hizo saber. Como si Jungkook no lo supiera...
"Lo sé, pero no lo vi como una amenaza en su momento. Aunque sí lo era... Sounik me guio hasta un bosque y allí me atacó. Lo hizo lanzándome una puta zarigüeya a la cara mientras estaba aturdido, ¿te lo puedes creer?" Luciendo incrédulo al recordarlo, vio que Tutor se encontraba igual. "Luego me tiró por un precipicio hacia el abismo y permanecí en un agujero negro durante dos largos años. Inconsciente, sin saber lo que sucedía... Hasta que llegué aquí."
"Suena aún peor de lo que me imaginaba... Menudo monstruo..."
Tras otra risita, él volvió a asentir. "Nunca te acerques a un tipo que se ve como si cada centímetro de su piel estuviera pudriéndose poco a poco. Aunque tenga una voz amable."
Tutor también rio.
"Hecho."
"¡Chicos, chicos, la comida!"
TaeHyung apareció entre los árboles con rapidez, sus alas brillantes reluciendo bajo la luz de la luna. Jungkook sonrió nada más verle llegar con bandejas de comida, abalanzándose directamente hacia sus brazos.
"Hola, mosquito." Besando su frente, le saludó. TaeHyung apenas alcanzó a golpearle el estómago.
Tras él, Yim llegó. "¿Qué tal, chicos? ¿Cómo vais por aquí?"
"Bien, estaba pensando en tomar un pequeño descanso, me duele un poco la cabeza. No estoy demasiado acostumbrado a la oscuridad y me cuesta adaptarme." Explicó Tutor, tomando asiento en un tronco cercano.
"¿Tenéis hambre? Yim ha hecho sándwiches de mermelada salada y crema de nueces."
El estómago de Tutor sonó, delatándolo y haciendo a los demás. Sólo la diosa Aethee sabía lo feliz que TaeHyung estaba de saber que había alguien a quien le sonaba el estómago tan fuerte como a él cuando se sentía hambriento. Era una bendición dejar de sentirse solo.
"Lo tomaré como un sí, toma." Tendiéndole un par de ellos, dijo.
"Muchas gracias."
"¿Tú quieres, grandullón?"
Jungkook negó. "Todavía no tengo hambre, pero si me guardáis algunos para más tarde, lo agradecería mucho."
"Eso está hecho. Yo también estoy un poco cansado, no he podido dormir bien esta noche..." Un suspiro abandonó los labios de Yim, quien se dejaba caer junto a Tutor en aquel tronco. "¿Os parece bien si hacemos un intercambio? Descansaré un rato aquí y continuaré con la búsqueda."
Ambos, Jungkook y TaeHyung, asintieron. "No hay problema."
"Por mí tampoco, nosotros daremos un par de vueltas por los alrededores a ver qué tal todo."
"Genial, muchas gracias."
Así mismo, tal y como habían acordado, Jungkook y TaeHyung dejaron a los otros dos descansando sobre aquel tronco, comiendo sándwiches y simplemente hablando de banalidades mientras ellos avanzaban por el bosque, la energía interminable en sus cuerpos permitiéndoles quedarse en pie más tiempo.
"¿Sabes? Se lo he contado a Tutor." Mencionó Jungkook, mientras caminaba por el silencioso bosque con el pelirosa a sus espaldas. Este emitió un sonidito de confusión. "Lo de mi identidad, digo."
"Oh, eso..."
"Estaba indeciso sobre hacerlo o no, pero ya que es parte del grupo y queremos que se integre con nosotros, creo que era justo para él saber lo mismo que todos, ¿me explico?" Su gesto se torció. "Considero que es alguien en quien se puede confiar, por eso."
TaeHyung asintió. "Lo entiendo, sí."
"¿Te molesta?"
"¿A mí?" Cuestionó, manteniendo su ceño fruncido cuando le vio asentir. "¿Por qué me molestaría cuando es algo que sólo tú decides, tonto? Es tu secreto, no el mío. Si consideras que Tutor es alguien que deba saberlo, algo con lo que estoy totalmente de acuerdo, a mí me parece perfecto."
Una amplia sonrisa relució en los labios del azabache.
"Además, me resulta encantador que tu forma de incluirle sea sincerándote con él sobre quién y qué eres realmente, si te soy honesto..."
Él rio, sonrojándose. "¿Tú crees?"
"Claro que sí. La criatura que eres debajo de esas alas y esa altura ridícula es increíble, sólo unos cuantos hemos tenido el privilegio de poder verte en tu forma original, pero en ese momento eras alguien demasiado inseguro y desconfiado para notarlo. Tampoco te culpo." Señaló, logrando que su gesto se torciera, pues estaba de acuerdo. "Si le confías algo así a un desconocido como hiciste con Yeonjun, Soobin, Tutor o esa señora tan amable del barco, significa que vuelves a confiar poco a poco en los demás... Y considero que es una muy buena señal después de todo lo que viviste."
Pensativo por unos segundos, ni siquiera se permitió a sí mismo poner en duda lo que TaeHyung había dicho. Porque era cierto. Llegó allí aterrorizado, creyendo que cualquiera le haría daño después de un trauma tan grande y reciente, para terminar confiándole ciegamente su vida a un par de criaturas diminutas que hicieron hasta lo imposible para mantenerle a salvo.
"Hm... Yo también lo creo, sí. Tienes razón."
"Lo sé."
"Debes saber que no hubiese conseguido nada de eso sin vosotros, ¿verdad? De haberme topado con otras criaturas, nada de esto hubiese sido posible. Es todo gracias a los chicos y a ti. Especialmente a ti, mosquito."
El ceño de TaeHyung volvió a fruncirse. "¿Por qué a mí? No hice nada diferente al resto."
"Quererme aún sabiendo lo que soy y todo lo que eso conlleva."
Sólo tras esas palabras, fue que el pelirosa rio, enrojeciendo de pies a cabeza. "Pero eso no es algo que por mí mismo eligiese hacer, fue cosa tuya. Tú me hiciste quererte con esa personalidad tan encantadora, divertida y dulce."
"Ya, bueno..."
"Y de todos modos, ¿cómo no iba a hacerlo? Siempre me sentí seguro a tu lado incluso cuando eras gigante y yo le temía a las alturas. No quererte sería estúpido."
Con su corazón acelerado y cálido, Jungkook movió al pequeño mosquito rosa hasta que alcanzó a bajarlo de su espalda, colocándose frente a él y tomándole el rostro con manos grandes, frías pero cálidas ante el contacto directo contra su piel caliente. TaeHyung se estremeció, viendo aquellos ojos amplios, llenos de lágrimas que le observaban con tanta adoración. Y rio. Rio, eufórico, porque así se sentía la felicidad.
"¿Qué pasa? ¿Por qué me miras de esa forma? No es como si lo que te estoy diciendo sea nuevo para ti, ¿o sí?"
"No lo es, pero no me canso de escucharlo." Pasando los pulgares bajo sus pómulos, dijo. "Y también me gusta mirarte a los ojos cuando lo dices porque siento que necesito memorizar cada detalle todo el tiempo."
Frunciendo los labios, asintió, acunándole el rostro poco después.
"Ow, entiendo..." Dijo y acto seguido se inclinó para besarle castamente, separándose al instante con la única intención de mirarle a los ojos. "En ese caso y nunca olvides esto, te quiero mucho, Jungkook. Muchísimo."
TaeHyung le sonrió de oreja a oreja. El azabache le devolvió la sonrisa, besándole de vuelta.
"Yo también te quiero muchísimo, mosquito. Más que a nada."
Jungkook abrazó al amor de su vida con fuerza, permitiéndose a sí mismo disfrutar del calor que emanaba su cuerpo aún cuando el frío helado le calaba los huesos. Suspiró, sintiendo a TaeHyung acomodarse en su hombro mientras lentamente pasaba los dedos por debajo de aquella túnica que llevaba, acariciándole la piel desnuda que se estremecía bajo su tacto.
Algo moviéndose entre los árboles, al fondo, a espaldas de Jungkook, hizo que TaeHyung repentinamente fijase su atención en una figura esbelta y oscura que se alejaba a paso rápido, casi correteando fuera del bosque. Una mujer. Tan pronto como se dio la vuelta con un movimiento rápido, tal vez queriendo verificar que nadie más hubiese notado su presencia, fue que pudo verle el rostro. Un rostro que reconocería en cualquier parte como el de Choi Garam.
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