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✧c.-056

N/A: Espero no ser la única que echaba de menos a la pandilla de mosquitos, porque yo estaba deseando volverlos a traer, los amo mucho xD

Cap dedicado a Tesshyung ♡♡

Hoy os recomiendo 'where is god?' de uno de mis grandes amores, Jung Jin Woo, a quien echaba tanto de menos.

[...]

Jungkook pudo confirmarse a sí mismo que Ae-Dexian-Thee era su verdadero hogar cuando cruzaron la frontera subidos encima de Maoi-lee y un sentimiento de calidez, seguridad y cariño se apoderó de él, robándole una sonrisa inconsciente.

Aún si había recorrido Idexium por completo, conocido otras ciudades increíbles, otros paisajes completamente distintos y visitado lugares inolvidables, no podía dejar de mirar aquel bosque inmenso, de árboles altos y masas de agua en las que ya había estado anteriormente. Ese era su sitio, no le quedaba ninguna duda. Junto a TaeHyung, los chicos y el par de cerditos a los que casi consideraba sus hijos. Su familia.

"¡Por ahí vienen!"

"¡Los estoy viendo!"

"¡Ahí están, corred, corred, vamos!"

Sin embargo, la afirmación absoluta llegó en cuanto las voces de siete mosquitos de diferentes colores resonaron por todo Ae-Dexian-Thee, no siendo difícil para él reconocerlas al momento exacto en que aparecieron frente a ellos, volando como una plaga de abejas.

"¡TaeHyung, Jungkook!"

Curiosamente, Wooyoung, quien empujaba fuera del camino al doctor Choi San, fue el primero en alcanzarles, lanzándose sobre el pelirosa un segundo después de que este se bajara de Maoi-lee. Detrás, los otros cinco luchaban por alcanzarlos a toda velocidad, logrando que Jungkook dejase escapar una carcajada, esperando a que Tutor bajase junto a él.

"Cuánta gente..." Le oyó murmurar en voz baja, su carcajada volviendo a sonar.

"Así me sentí yo cuando desperté aquí por primera vez..."

"¿Cuándo despertaste aquí por primera vez?" Incrédulo y confundido respondió.

Jungkook no tardó en abrir los ojos de par en par, asintiendo. "Eh, sí... En mi primer día aquí, me dio un golpe de calor y terminé desmayándome. Cuando desperté, TaeHyung y los chicos estaban a mi alrededor." Explicó casi con dificultad. TaeHyung era al que se le daba bien pensar y actuar con rapidez en estos casos, no podía dejarlo a su suerte.

Recordándose a sí mismo que debía ser más discreto y conseguirse una boca pequeña la próxima vez si no quería que sus secretos saliesen a la luz, palmeó la espalda del nuevo integrante, animándole a que lo siguiera.

"Ven, vamos a presentarte con los demás."

"Eh, bueno..."

"¡Jungkook!"

Un entusiasmado Yim apareció frente a ellos, interrumpiendo cualquier cosa que Tutor estuviera a punto de decir cuando se lanzó a los brazos del azabache, abrazándole con todas sus fuerzas.

"¡Qué alegría volver a verte, grandullón! ¿Cómo estás?"

"Bien, muy bien." Reía, separándose sólo para señalar al individuo a su lado. "Este de aquí es Tutor, ¿lo recuerdas? Estuvo con nosotros durante la llamada."

Yim asintió con efusividad. "Claro que me acuerdo, sí. Hola, Tutor, encantado de conocerte en persona esta vez." Dedicándole su mejor sonrisa, hizo que el mencionado se sonrojase. "Bienvenido."

"Muchas gracias, eh..."

"Yim."

"Yim, eso. Muchas gracias, Yim. Encantado de conocerte, también."

Él no pudo no devolverle la sonrisa, tragando saliva con notable dificultad poco después, cuando Yim se giró en dirección a los demás.

"¡Jungkook!"

Tan pronto como dos voces sonaron a la vez, Jungkook se encontró a sí mismo siendo casi derribado por dos pequeñines muy similares.

"¡Cuánto tiempo!"

"¡Te hemos echado mucho de menos!"

Y él, con el corazón acelerado y las lágrimas agolpándose en las esquinas de sus ojos, acarició sus cabezas. "Y yo a vosotros, chicos... Os he echado muchísimo de menos."

El reencuentro con los demás mosquitos fue todo lo que Jungkook había imaginado que sería. Gritos, risas, mellizos llorando, Wooyoung peleándose con Choi San por ver quién abrazaba por más tiempo a Jungkook y un par de cerdos ansiosos por recibir atención. En especial, el más pequeño de los dos. Jungkook no imaginó que podía echar tanto de menos algo tan caótico, pero no le quedaba duda alguna que él lo hacía.

Esa gente pequeñita, voladora y llena de emociones era la mejor familia que un pobre gigante solitario como Jungkook pudiera haber pedido.

"Sois todos muy unidos, ¿verdad?" Caminando junto a Jungkook, Tutor quiso saber, ambos yendo atrás del todo, pues este último había permanecido mirando a su alrededor, hipnotizado por el paisaje.

Jungkook asintió. "Somos como una pequeña-gran familia, en realidad."

Tutor esbozó una sonrisita. "Me gusta eso, es... Es bonito."

"A mí también, sí... Nunca había tenido nada parecido hasta que los conocí."

"¿Nunca?"

Él observó a Tutor, suspirando antes de asentir. "Yo también soy huérfano, como tú... Mis padres fallecieron en un incendio cuando apenas tenía siete años. He estado solo desde entonces, hasta que llegué aquí y ellos aparecieron."

"Vaya... Lo siento mucho, Jungkook. Debió ser muy duro para ti."

"Muchísimo, sí." Admitió, asintiendo de nuevo. "Pero supongo que tarde o temprano llega esa gente a la que puedas llamar familia, ¿no? No estaremos solos eternamente."

Asintiendo también con una sonrisa triste, Tutor permaneció en silencio, mirando a su alrededor, más concretamente al grupo de chicos que iban por delante, charlando entre ellos, riendo y empujándose los unos a otros. Sí que parecían una familia.

"¿Dónde vamos, si se puede saber? No conozco este sitio."

"Oh, dejaremos nuestras cosas en el taller de TaeHyung e iremos a dar un paseo por el bosque, hay zonas que te van a encantar si eres un fanático de la naturaleza."

"¿En serio?"

"Sí, vamos. Está justo ahí." Señalando un almacén grande situado justo delante de ellos (ese era el primero que no veía construido sobre un árbol desde que llegó, por lo que fue casi una sorpresa para él), lo animó a que le siguiera, avanzando un poco más rápido hasta alcanzar a los demás, quienes habían entrado.

Sin embargo, Tutor se quedó quieto. Al no notar su presencia tras él, Jungkook se giró.

"¿Qué pasa? ¿Por qué no vienes?"

"Bueno, v-verás, yo... No creo que sea lo más adecuado, ¿sabes? Quiero decir, me marcharé en dirección al bosque tan pronto como pueda, si nos encariñamos demasiado será complicado para todos y no pretendo causaros más molestias. Ya habéis cargado conmigo mucho tiempo..."

El ceño del azabache se frunció inmediatamente tras oírle decir aquello.

"¿Cargado contigo? Tú has cargado con nosotros, en realidad." Lo señaló, recordando el momento exacto en que Tutor los sacó del teleférico. "Además, no causas ninguna molestia, ya te lo hemos dicho muchas veces."

"Ya, pero..."

"Y ya nos hemos encariñado contigo, en realidad. Si te vas ahora, TaeHyung estará muy triste."

"¿Por qué triste?" Quiso saber, siendo guiado hacia el interior de aquel taller prácticamente de forma inconsciente, pues había estado siguiendo al azabache mientras hablaban.

Tal y como Jungkook esperaba, su respuesta llegó de manera visual, tan pronto como ambos entraron en el taller de TaeHyung para reunirse con los demás, quienes esperaban por ellos en el salón principal. En una esquina no demasiado pequeña, donde el propio Jungkook había permanecido cuando era gigante, se encontraba una cama de matrimonio, decorada con cojines y varias mantas. Y todos, casualmente, estaban atentos a él.

Y él, sin entender nada, miró a Jungkook, quién señalaba hacia aquella cama perfectamente amueblada.

"Bienvenido a casa..."

"¿Qué?"

"¿Te gusta?" Un muy entusiasmado TaeHyung se le acercó, su sonrisa reluciente de oreja a oreja. "Mi hermano se ha encargado de la base, es un gran carpintero. No sabía si prefieres colchones blanditos o más duros, pero mi madre me hizo el favor de hacerlo ya que yo estaba fuera de casa y esa es mi especialidad."

"¿Q-Qué?"

"Deberías probarlo para saber qué tal cómodo es y si debo añadir o quitarle algodón..."

TaeHyung seguía hablando, frente al pobre pelinegro que parecía a punto de colapsar, con su cabeza llena de pensamientos e información y el pecho impregnado de sentimientos mezclados. No entendía nada.

Casi hiperventilando, puso las manos frente a su cuerpo, deteniéndolo. "Espera... E-Espera un momento, por favor. No me estoy enterando de nada, eh... ¿De qué va todo esto? ¿Por qué hay una cama y me estás hablando de ella como si fuese mía?"

"Porque lo es."

Tutor se sentía cada vez más fuera de lugar. Confundido, tanto que incluso empezaba a definirse a sí mismo como un completo idiota.

"¿Disculpa...? Puedes- ¿puedes repetir...?"

TaeHyung dejó escapar una carcajada. "Dijiste que no sabías el tiempo exacto que te quedarías aquí y no tenías un sitio en el que quedarte, así que Jungkook y yo acordamos hacerte una pequeña habitación en este taller." Señaló a su alrededor. "No podíamos dejarte dormir en la calle y mucho menos después de que nos salvaras la vida esa noche, por lo que realmente espero que aceptes."

"Pero yo..."

"Sé que no vienes de visita, sino que buscas a tu hermano pequeño, tranquilo; pero también podemos ayudarte con eso. Somos muchos, entre todos seguro conseguimos algo."

En el momento exacto en que vio a todos los demás presentes asentir, pequeñas sonrisas dulces reluciendo en sus rostros, Tutor sintió un peso extra en su pecho que, apostaba, no se iría jamás.

Él necesitó tomar una respiración profunda antes de hablar. "¿Todos...?"

"Claro, somos como una piña, nos ayudamos entre todos."

"Literalmente «como una piña», porque sois tan grandes como un puñado de piñones." Se burlaba Jungkook, siendo fulminado inmediatamente por TaeHyung.

"Inclúyete, grandullón..."

"Soy tres centímetros más altos que todos vosotros, puedo permitírmelo."

TaeHyung volvió a fulminarle, dejando escapar un bufido y cruzándose de brazos. Yim, ajeno a todo, dio un par de palmaditas en el aire para captar la atención general.

"Bueno, los chicos y yo hemos preparado una pequeña fiestecita de bienvenida, así que podríamos ponernos en marcha tan pronto como Tutor se instale, ¿no?" Propuso, sonriente. "He preparado muchos platillos nuevos, os van a encantarán."

La mención de los famosos platillos de Yim fue suficiente para que a TaeHyung le sonara el estómago, desconcentrando a Tutor, quien tenía un debate interno consigo mismo y debido a eso dejó escapar una carcajada, negando.

Estaba bien siendo una oveja solitaria, o al menos, pasó muchos años creyéndolo. Solo, sin ayuda, sin nadie en quién refugiarse. Ahora podía contar con un par de manos amigas dispuestas a prestarle ayuda, algo que sólo un tonto rechazaría. Y él era de todos menos tonto.

Al cabo de media hora, cuando Tutor, aún incrédulo y conmocionado por la situación previa, terminó de instalarse en el taller del pelirosa, se unió a los demás en ese paseo por el bosque que le habían prometido, queriendo familiarizarse con el lugar ahora que pasaría un tiempo indefinido allí. No pensaba volver a casa sin su hermano, lo tenía más que decidido.

"A los chicos y a mí nos encanta venir aquí todo el tiempo." Le explicaba TaeHyung, situado en los hombros de Jungkook mientras caminaban los tres juntos atrás del todo. Tutor se había distraído con el paisaje. "Este bosque es precioso y gigante, el más grande de todo Idexium ya que abarca desde la frontera con Psayd hasta Nama Ann, al norte. No hay otro igual... Literalmente, además, porque es el único bosque considerado como tal."

"¿Tan grande es?"

Él asintió. "Muchísimo, sí, tiene miles y miles de hectáreas. Necesitas más de diez días para explorarlo por completo... y sin dormir."

"¿Lo has explorado antes?"

"No, yo no, Jimin sí, con sus padres y hermano mayor."

Tutor frunció el ceño. "¿Jimin...? ¿Quién es...?"

"El del pelo azul." Señalando al frente, Jungkook apuntó hacia Jimin, quien charlaba con el doctor Choi San.

"Oh, ya..." Una risita abandonó los labios de Tutor. "Lo siento, soy un poco malo con los nombres. Muy malo, en realidad... Sólo he memorizado los vuestros por obvias razones, el mío porque es mío y el de vuestro amigo Yim. A ese no le encuentro explicación, ahora que lo pienso..."

Riendo también, Jungkook empujó el cuerpo de TaeHyung hacia arriba, de modo que pudiera acomodarse mejor en su espalda, ya que se estaba deslizando.

"Te entiendo, Tutor. Cuando llegué aquí, el nombre de TaeHyung fue el primero que memoricé. Necesité días y días para memorizar los otros, hasta que me di cuenta de que era imposible y terminé asociando el color de sus cabellos a sus nombres." Explicó, volviendo a señalarlos uno por uno. "TaeHyung, rosa. Wooyoung, morado. Woongki, Hyeongjun y Joowan, verde, porque son hermanos. Jimin, azul. El doctor Choi, rojo. Yim, marrón y Yeonjun amarillo."

"Oh, ya veo... Es un buen método, supongo."

"¿Verdad?"

"Aunque originalmente el cabello de Yim era naranja, pero debido al Sol tan fuerte que tenemos aquí, se le aclaraba y debilitaba mucho, así que optó por pintárselo de un color más fuerte." Les hizo saber TaeHyung. "La madre de Yeonjun también hace tintes naturales."

Las cejas del azabache se alzaron. "¿En serio? ¿Tenía el pelo naranja?"

"Síp, en serio. Cuando nos juntábamos todos, siempre nos asegurábamos de que Yeonjun y Yim se sentaran juntos porque parecían un bol de cítricos." Recordando aquellos tiempos, esbozó una sonrisita, haciéndoles reír. "Yeonjun estuvo desolado cuando Yim se pintó el pelo y terminó siendo el único cítrico."

"Os conocéis desde hace mucho, ¿verdad?" Quiso saber Tutor.

En respuesta, él asintió. "Desde pequeños, sí... Dado que no éramos demasiados niños en la ciudad, estudiábamos juntos en la escuela de la señora Cha, madre de Joowan y los mellizos. Era un local pequeñito donde milagrosamente cabíamos todos con mesas y sillas, por lo que siempre hemos estado pegados como lapas. Mi padre y el de Jimin son amigos desde pequeños también, igual que mi madre y la de Yeonjun... Al final se hereda, creo."

"Eso es muy bonito, TaeHyung." Una sonrisa casi tímida jaló de los labios de aquel que había preguntado, por sus ojos cruzando una mueca triste que apenas duró.

"Estar rodeado de buenas personas es bonito en general, así que sí, soy bastante afortunado." Estuvo de acuerdo, apretando los labios. "Tengo una familia muy unida, un novio gilipollas pero maravilloso..."

Jungkook bufó. "Vaya, hombre..."

"...y un grupo de amigos que sigue creciendo por momentos con gente increíble."

En esta ocasión, tras reír por el repentino insulto de TaeHyung hacia Jungkook, Tutor volvió a esbozar una sonrisita. "Asumo que estás incluyéndome en ellos, ¿verdad?"

"Claro que sí. Eres nuestro amigo desde que nos ayudaste en la montaña."

"Pero fue intencionado..."

"¿Y?" Encogiéndose de hombros, cuestionó. "Ya te lo dijimos en su momento, pudiste simplemente llegar y hablar con nosotros para ganarte nuestra confianza; pero en su lugar optaste por ayudarnos. Luego de eso nos salvaste la vida, así que si tienes alguna razón para sentirte culpable por habernos 'engañado', deja de tenerla."

"Exacto, no te sigas culpando. TaeHyung y yo lo entendemos perfectamente, no hiciste nada malo."

Él agachó la cabeza. "Engañar es malo, chicos. Es lo peor que se le puede hacer a alguien."

"¡Ya estamos aquí!"

La voz de Yim interrumpió cualquier cosa que TaeHyung fuese a decir a continuación, deteniéndose en seco frente al lago al que siempre acudían tan pronto como notó la existencia de mantas en el suelo, comida, bebidas y pequeñas florecitas actuando como decoración.

"Ow..."

"Ahora sí que sí, ¡bienvenidos a casa!"

TaeHyung y Jungkook sonrieron de oreja a oreja, hasta que el estómago del pelirosa rugió tras ver tanta comida, terminando por sonrojarse. Luego, Jungkook se dirigió al nuevo integrante.

"No le des tantas vueltas, ¿de acuerdo? No pasa nada si nos engañaste, te perdonamos si eso te hace sentir mejor aunque jamás estuvimos molestos contigo." Palmeándole el hombro, dijo. "Ahora estás aquí como querías, así que haz lo que debas hacer. Nosotros te ayudaremos siempre que podamos, ¿vale?"

Lentamente, Tutor asintió, tratando de darle una sonrisa. "Claro, gracias... Muchas gracias."

"No es nada." Devolviéndole la sonrisa, dijo. "Pero será mejor que te des prisa en probar la comida, los platillos que Yim hace son increíbles y TaeHyung lleva sin comer nada desde el desayuno, así que imagínate lo hambriento que debe estar..." La carcajada del pelinegro resonó. "Además, esos dos de ahí..." Señaló al doctor Choi y a Wooyoung, quienes claramente no podían estar haciendo otra cosa que no fuese discutir. "Tiene la misma habilidad: superfuerza, o algo así, por lo que se alimentan como caimanes. Es una locura."

"Vaya... ¿Tanto?"

El azabache meneó la cabeza en señal de asentimiento. "Ya lo verás, ya..."

"Jungkook, Tutor, venid aquí, sentaos. Hay comida de sobra para todos." Yim los llamó, por lo que se acercaron al instante.

Tomando asiento en el pequeñísimo espacio junto a TaeHyung y Jimin, Jungkook ni siquiera necesitó decir o hacer algo cuando inmediatamente el mosquito rosa (que ya era oficialmente su mosquito rosa, en realidad) se le subió encima, adoptando su regazo como un nuevo asiento. Aquella acción tan simple le hizo sonreír con timidez, riendo en voz bajita.

"Prueba esto, grandullón, te va a encantar." TaeHyung empujó un trozo de algo que ni siquiera alcanzó a ver contra sus labios, engulléndolo.

"Aquí tenéis más píldoras, chicos." El doctor Choi San se pronunció, sacando un pequeño frasquito que llevaba consigo y colocándolo sobre la manta. Luego, miró al chico nuevo. "Sirven para activar nuestras papilas gustativas y el olfato, de esa forma le encontramos sabor a la comida. Son naturales, por lo que puedes tomarlas con libertad."

"Gracias, gracias."

"Tutor nos llevó a una cantina donde también tenían unas píldoras similares a estas. La señora que las fabricaba y cocinaba a la vez, las llamaba «grajeas». Tenían el mismo efecto."

San se mostró asombrado cuando TaeHyung mencionó aquello. "¿En serio?"

Tutor asintió. "Antes de formarse como cocinera, Mina era dueña de una tienda de alquimista junto con su hermana, pero las cosas no funcionaron y decidió cambiar de aires. Su especialidad eran las hierbas aromáticas, así que una de sus creaciones fueron esas grajeas, que poco después implementó en su propia cocina. Suele darlas como acompañamiento en cualquier plato."

"Pues eso es increíble... Me encantaría ir algún día a probar su comida."

"Es la mejor que he probado en mi vida, lo prometo. Nadie cocina tan bien como ella."

"Yo también quiero ir, entonces, a ver si me da inspiración para futuros platillos." Un emocionado Yim dijo, tendiéndole algunos cubiertos de bambú que él mismo había traído. "Toma, aquí tienes."

Tutor sonrió, aceptándolos. "Gracias... ¿Te gustaría abrir tu propio negocio?"

"En un futuro, sí, me encantaría. Mi madre y yo tenemos una pastelería."

"Me encantan los pasteles." Murmuró, observando cómo se ensanchaba su sonrisa. Él, casi inconscientemente, se la devolvió.

"Deberías pasarte algún día por allí, guardaré los mejores para ti."

El pelinegro se sonrojó de oreja a oreja, asintiendo. "Me encantaría, sí... Acepto tu propuesta." Dijo casi sin pensárselo, robándole una carcajada a Yim, quien se apresuró a señalar algunos platillos que tenían delante.

"TaeHyung me dijo algunas cosas que te gustaban, así que me he tomado el atrevimiento de hacerlas para ti. Espero haber acertado."

Afortunadamente para TaeHyung, el estómago de Tutor lo dejó en evidencia, sonando como un tigre con eco. Todos los presentes dejaron escapar una carcajada mientras él, avergonzado, se tapaba la cara entre risas. No tardó demasiado en sentir una mano amable palmeándole la espalda en señal de ánimos, ni siquiera necesitando mirar al dueño para saber que se trataba de Yim.

Al cabo de una hora, cuando todos terminaron la deliciosa comida que Yim y su madre prepararon, se encontraban descansando alrededor de las mantas, escuchando un poco sobre la historia que Tutor tenía para contar.

"¿...en serio te criaste con más de cien niños?" Muy sorprendido, Joowan cuestionó.

"Sí, sé que suena imposible, pero lo cierto es que así fue. Vivíamos en una mansión abandonada y éramos diez niños o más durmiendo en cada habitación."

"Por la mismísima Aethee... Qué locura..."

Tutor asintió. "Lo sé, lo sé."

"Entonces, ¿crees que tu hermano pequeño puede estar aquí, en Ae-Dexian-Thee?"

"Eso me dijeron mis informadores, sí."

"Así que tú has venido a buscarlo..." Añadió Yim, viéndole asentir de nuevo. "¿Y tienes alguna idea concreta de dónde pueda estar? ¿Con quién? ¿Algo...?"

"Padre tiene una cabaña en el bosque, escondida, muy, muy bien escondida. Nunca antes estuve aquí, por lo que no conozco la localización exacta, pero algo me dice que no debe estar muy lejos. Tal vez ya no esté bajo su poder, pero sigue siendo débil, como un cachorro que se queda sin su madre repentinamente." Explicó. "Moze es su favorito... O mejor dicho, del que más le interesa sacar algo, no dejará que se aleje así como si nada."

"¿Por qué le interesa tanto?"

"Por su don, puede transformarse en otras criaturas. Cualquiera que se os venga a la mente, Moze puede convertirse en ella con facilidad, especialmente en animales. Le encantan."

TaeHyung miró a su alrededor con los ojos como platos.

"¿Estás diciendo que tu hermano podría ser fácilmente uno de mis cerdos?" Cuestionó, horrorizado, sintiéndose observado aún cuando no era así.

Dejando escapar una carcajada, Tutor negó. "No, no, qué va... Él odia hacerlo, en realidad, sólo cuando Padre se lo pide es que accede. Mientras tanto permanece en su forma dexian, como cualquiera de nosotros."

El gesto de uno de los mellizos se torció, temeroso de preguntar. "No creerás que está en peligro, ¿verdad?"

"Con él nunca se sabe... Hasta donde tengo entendido, usa la habilidad de Moze para su propio beneficio, por lo que mientras le sea útil, lo mantendrá sano y salvo."

"Vuestro padre se aprovecha de él..."

"Se ha aprovechado de todos y cada uno de nosotros, en realidad."

Otro de los mellizos hizo una mueca. "En ese caso debemos encontrar a tu hermano lo más pronto posible. Si está cerca, por muy escondida que se encuentre esa dichosa cabaña, no será difícil dar con ella, ¿no?"

"Padre tiene muchos ases bajo la manga, no es tan fácil como creéis. Sus habilidades van más allá de abducir niños huérfanos y criarlos para que sean sus sirvientes."

"Joder... ¿Tan malo es?" Jungkook cuestionó.

"Es un monstruo."

Dejando escapar un suspiro, meneó la cabeza de un lado a otro. "Sólo he estado cerca de un monstruo en toda mi vida, no sé si pueda ser igual de terrorífico, pero rezo porque no lo sea... Lo que yo vi era repugnante."

"Todos los monstruos son iguales..."

"Pues como ha dicho Woongki, tendremos que prepararnos para encontrar a Moze lo antes posible." Yim insistió. "Podríamos reunirnos por las noches e ir de dos en dos, dividirnos para que así sea más fácil encontrar algo."

"Me parece buena idea, puedo fabricar más silbatos de sonido ampliado para ubicarnos los unos a los otros y saber dónde estamos en todo momento." Propuso el peliazul.

TaeHyung parecía horrorizado con la idea, aferrándose a Jungkook con miedo, imaginando la cantidad de cosas que podían sucederles en mitad del bosque. Aquel viaje le había dejado un pequeño trauma. Aunque no era el único, pues Tutor estaba más que convencido a rechazarles la ayuda. No quería involucrar a nadie más.

"No, p-pero no es necesario que os molestéis en hacer nada de eso, chicos, yo puedo arreglármelas solo, de verdad. Estaré bi..." Jungkook le interrumpió, meneando la cabeza de un lado a otro.

"Ya están metidos hasta el cuello, compañero, no hay nada que los saque de ahí. Te lo digo por experiencia."

Absolutamente todos, incluido un temeroso TaeHyung y dos temblorosos mellizos, asintieron.

"Cierto."

"Muy cierto."

"Es que..."

"¡Pero bueno! ¡¿Alguien puede explicarme qué es todo esto?!" Una voz algo lejana sonó. Una voz cargada de indignación y molestia que TaeHyung reconoció inmediatamente, girándose hacia ella. Taevin se encontraba junto a un árbol, sus brazos como jarras. "Llevo dos horas esperando en la entrada de la ciudad como un completo gilipollas, a ver si mi hermano y el zoquete de su amigo gigante aparecen por algún lado, ¡y resulta que estáis todos aquí comiendo felices!"

Una carcajada conjunta sonó.

"¡Taevin!"

El mosquito pelirosa se levantó, eufórico, corriendo hacia el otro mosquito pelirosa y estampándose contra él en un abrazo fuerte, lleno de cariño. TaeHyung también había echado en falta a su hermano mayor, incluso cuando era insoportable.

"¡Cuánto te he echado de menos!"

Taevin bufó, palmeándole la espalda con desgana, fingiendo estar molesto. "Sí, sí, me has echado de menos, seguro que sí..."

"¡Muchísimo! Te hemos traído café y cacao en polvo."

"Todo un detalle, gracias. Pero no creas que por traerme regalitos y darme abrazos voy a ignorar que hasta hace un segundo estabas sentado encima del gigante ese, que os he visto, graciosito."

Sonrojándose hasta las pestañas, TaeHyung dejó escapar una risita. "Bueno..."

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