✧c.-049
N/A: Está siendo una semana verdaderamente horrible para mí, pero escribir este capítulo ha sido como un soplo de aire fresco. Me encantan estos dos por encima de todo xD
Cap dedicado a BlancaluzTorres4 ♡♡
Hoy os recomiendo 'While You're At It' de Jessie Murph, una de las voces más alucinantes que he escuchado hasta ahora.
[...]
Los siguientes días habían sido tal y como ellos esperaban: tranquilos, llenos de paz y de comida deliciosa que TaeHyung agradecía poder probar tras cada bocado. Justo lo que habían planeado para sus vacaciones inicialmente, sólo que la mala suerte y la desgracia se les debió unir a escondidas en el último momento.
Tanto él, como Jungkook y los cerdos estaban viviendo el sueño de cualquier criatura. Especialmente el de alguien como Jungkook.
"Dios... Esto definitivamente sí que es vida..." Suspiraba el azabache, cayendo hacia atrás en la arena.
Arena que le pertenecía a aquella playa donde TaeHyung él terminaron naufragando y siendo ayudados por una amable ballena (ahora TaeHyung compartía el mismo pensamiento), la cual casualmente tenía no sólo una entrada a pie muy accesible, si no una de las mejores aguas que TaeHyung había visto en su vida como alguien que vivía en el sur.
Jungkook había convencido al mosquito rosa de visitarla una vez más con el pretexto de recuperar aquella corona de flores que debido a la tormenta no pudo terminar (corona que, además, planeaba regalarle al propio TaeHyung como regalo de reconciliación. Este maravilloso detalle logró lágrimas en sus ojos exitosamente, por cierto.), y aprovechando la situación, decidieron preparar un pequeño picnic en la orilla.
"Y que lo digas..."
"Ahora entiendo por qué este era tu destino más deseado, es alucinante. Me encanta."
TaeHyung esbozó una sonrisita. "¿Verdad que sí? Azfarshk es una ciudad preciosa."
"Sí que lo es, sí." Asentía, mirando el cielo azul y dejando escapar un suspiro. Desearía poder quedarse allí de por vida. "¿Sabes lo que me encantaría hacer antes de marcharnos?"
Incluso si no estaba mirándole directamente a él, curioso, el pelirosa le observó. "¿El qué?"
"Visitar el cine de proyecciones. Cuando salí corriendo la vez que peleamos, una chica estaba repartiendo folletos publicitarios a todos y me entregó uno. Resulta que hace unas semanas inauguraron un nuevo cine cerca del ayuntamiento, al aire libre y todas las noches ponen una película al azar. Es gratuito." Explicaba, encogiéndose de hombros. "En Suraek De Bhadam teníamos uno, pero por desgracia nunca pude ir. Las entradas eran demasiado caras."
"¿En serio?"
Él asintió. "Sí, quizás suena como algo muy infantil, pero, no sé... Supongo que me hace ilusión."
"No creo que sea para nada infantil, creo que puede ser muy divertido. Me gusta la idea."
"¿Sí?"
Su sonrisita hizo que TaeHyung se derritiera. "Sí, por supuesto. Vayamos esta misma noche, ¿te parece bien? Podemos buscar un sitio en el que cenar después... Creo que venden helados."
"Oh, me encantaría." Asintió, con tanta efusividad que él no pudo no corresponderle, apretando su mejilla.
"Perfecto, pues ya tenemos plan." Sentenciaba el pelirosa, muy orgulloso y contento.
La sonrisa de Jungkook no se borró en ningún momento, pero sí se convirtió en una mueca de nerviosismo repentino cuando miró hacia el frente, relajado, y vio que se les acercaba una diminuta ola, la cual posiblemente moriría en la orilla y los alcanzaría.
"Eh... Agua."
"¿Qué?"
TaeHyung le miró, confundido.
"Agua." Repitió él, con los ojos desorbitados.
El pelirosa ni siquiera tuvo tiempo de decir algo cuando la arena bajo su cuerpo empezó a sentirse helada y una manta de agua lo arropó inesperadamente, como si estuviera a punto de irse a dormir. Cerró los ojos, la boca y dejó de respirar al instante, con el agua acunándolo por medio segundo exacto, antes de volver a su lugar. Él jadeó, mirando con sorpresa a Jungkook. Exactamente medio segundo después, ambos se echaron a reír a carcajadas.
"Pensé que iba a ahogarme por un momento..." Decía el pelirosa entre carcajada y carcajada, llevándose una mano al estómago. "Ya lo que nos faltaba..."
"Yo creí que nuestra racha de dos días sin desgracias iba a llegar a su fin... Qué horror."
TaeHyung rio más fuerte. "Lo sé, lo sé, sería el colmo."
"Aunque ahora que lo pienso, siempre sabemos cómo salir de los problemas, ¿verdad? Encontramos una solución independientemente de la dificultad a la que nos estemos exponiendo."
"Tú la encuentras, en realidad. Yo solo lloro y entro en pánico."
El azabache meneó la cabeza, en desacuerdo. "No, claro que no. Cuando la tribu nos interceptó de la nada, te encargaste de hacerles saber que éramos inofensivos, curaste a Nuka y gracias a eso nos dieron alojamiento y comida durante toda la noche." Le recordó. "Luego, cuando sucedió lo del beringal, fuiste tú quien escuchaste al señor Myung. De no ser por eso, jamás hubiésemos podido ayudarle y él no nos hubiera llevado hasta la mina."
"Pero..."
"Exactamente igual que durante la tormenta. Tuviste la valentía de recuperar nuestras cosas atascadas en lo alto del árbol y así poder curarme."
"También me rompí el ala por descuidado..." Recordó, con el gesto torcido.
"Y gracias a que fuiste descuidado, es que los doctores Kim vieron que estábamos detrás de las dunas, nos atendieron y en el proceso encontramos a Maoi-lee y Nuka."
TaeHyung apretó los labios, sintiéndose algo conmovido por las palabras de Jungkook. Tendía a infravalorarse mucho más de la cuenta después de haber pasado por momentos tensos, e incluso si a diario trataba de cambiarlo, no era tan fácil como creía.
"¿Y qué hay del otro día? Casi me ahogo y consigo que tú también lo hicieras. No hay nada destacable en eso, Jungkook."
Este dejó escapar un suspiro, meneando la cabeza de un lado a otro, en constante desacuerdo con él. Levantando las cejas, le observó atentamente. "¿Por qué estabas cerca del agua esa noche, a ver?"
"Porque te estaba buscando..."
"Exacto." Asintió, señalándolo. "Me buscabas porque estabas preocupado por mí, ya que sabías el miedo tan grande que le tengo a las tormentas y quisiste venir a darme los tapones. Tapones que, por cierto, tú mismo hiciste, TaeHyung, para prevenir mis dichosos ataques de pánico."
El susodicho tragó saliva. "Pero yo provoqué que te marcharas." Dijo, en voz muy bajita.
Una vez más, Jungkook negaba. "Tú no provocaste nada, TaeHyung."
"Lo hice."
"No, no lo hiciste. Fue un malentendido entre los dos, yo por no haberte dicho las cosas con claridad y tú por no tener toda la información que debías." Volvía a señalarlo. "Si hubiese sido honesto desde un principio, las cosas serían diferentes ahora."
"Bueno... No creo que fueran diferentes en absoluto. Quiero decir, todavía sigo odiando el hecho de que vayas a marcharte para siempre, pero ahora entiendo por qué lo haces. Eso es lo único que cambia de todo esto." Él se encogió de hombros. "Y no tener la información que tengo ahora tampoco me da el derecho de juzgarte a ti o lo que sientas por mí, porque eso fue lo que hice, al fin y al cabo."
Los ojos del azabache se entrecerraron. "Por supuesto que te da derecho, TaeHyung."
"¿Tú crees?"
TaeHyung parecía inseguro.
"Claro que sí. Siempre se ha dicho que uno sacrifica todo por amor, ¿verdad?"
"Lo he oído, sí... Pero personalmente no te dejaría sacrificar nada por mí, muchísimo menos después de saber por qué necesitas tanto volver a ese sitio del que provienes. No lo permitiría."
Aquella respuesta fue algo sorpresiva para Jungkook, sus cejas alzándose de inmediato. "¿Por qué no?"
"Porque no es justo para ti, tampoco lo es para la abuela Binna ni mucho menos para tu padre. Ella merece saber quién eres y tú mereces poder ponerle un punto final a la relación de tu padre con su madre." Girándose hasta quedar de costado, pudo mirarle a los ojos, quitándole el cabello del rostro. "Incluso si me va a doler como una puñalada en el pecho no tenerte aquí, sé que allí tendrás a alguien que cuidará de ti."
Con los ojos llenos de lágrimas, Jungkook se encogió de hombros. "Ni siquiera sé si tengo un parentesco con esa mujer o no..."
"¿Y qué? Que lo sea o no, no va a cambiar el hecho de que es algo que debes hacer."
"Pero si no lo es y he estado todo este tiempo equivocado, perderé lo que más quiero, TaeHyung."
Sus cejas se alzaron. "¿A mí?"
"Claro que a ti."
"A mí no vas a perderme, Jungkook, ya te lo dije. Una parte de mí irá contigo a dónde quiera que tú vayas y la otra permanecerá encontrando la forma de llegar hasta ti de nuevo. No me importa lo difícil que sea." Repitió, alargando el brazo para limpiarle las lágrimas cuidadosamente. "No te dejaré."
Jungkook sorbió sus propias lágrimas, respirando hondo y dedicándole una sonrisita. Confiar en las palabras de TaeHyung le daban un nuevo sentido a su vida, esperanza. Inclinándose hacia él, atrapó sus labios en un beso casto, permaneciendo unidos por varios segundos antes de separarse. Luego, le acarició la mejilla.
"Volveré a ti cueste lo que cueste, mosquito." Aseguró, en apenas un susurro. "Incluso si debo enfrentarme a Sounik de nuevo y volver a caer en esa espiral que es el abismo. No me importa."
TaeHyung pareció repentinamente horrorizado. "Claro que no harás eso, ni se te ocurra."
"Es algo que decidí hace tiempo, en realidad. No hay vuelta atrás."
"Jungkook..."
Él besó sus labios de nuevo, separándose en su totalidad después, sin ni siquiera darle la oportunidad de hablar cuando se puso en pie. "Venga, volvamos al hostal. Deberíamos darnos una ducha caliente y cambiarnos de ropa antes de ir al cine." Dijo, tendiéndole una mano. "Vamos, mosquito, levanta."
Y, suspirando, él lo hizo.
Llegaron a la habitación (compartida, por supuesto, pues incluso si TaeHyung planeaba hacer la broma de pedir dos separadas, Jungkook ya estaba pagando por una de matrimonio, adelantándose) tan sólo media hora después, con el pelirosa suspirando y quejándose debido a la tirantez que presentaba su piel luego de haber estado en contacto con agua salada por tanto tiempo, haciendo pucheros de vez en cuando.
"Odio esto... Debería haberme traído mi crema para no tener la piel tan seca..."
"¿Crema? ¿Tienes cremas?"
Él asintió, despojándose de su túnica mojada bajo la atenta mirada del azabache. "La madre de Yeonjun hace cremas para el rostro y cuerpo con diferentes tipos de aceites y aloe vera que ella misma cultiva en su huerto. Son increíbles..."
"Mi madre obligaba a mi padre usar una para las manos, decía que estaban tan rasposas que podía rallar un limón sólo con acariciarlo." Le dijo, haciendo a TaeHyung reír.
"Eso también le pasaba a mi hermano, hasta que Joowan le obligó a usarlas también. Ahora tiene la piel como la de un bebé... Qué envidia." Suspiró, mirándose a sí mismo en el espejo. Era su primera vez frente a uno después de tanto tiempo. Tenía algunos rasguños provocados por la infinidad de desgracias a las que se habían visto expuestos y pequeños moratones. "Yo parezco una pintura abstracta con todo esto... Mírame."
Apareciendo tras él, Jungkook admiró su cuerpo semidesnudo, únicamente cubierto por la ropa interior hecha a base de flores y tela que el propio TaeHyung había fabricado para ellos dos. Puso una mano en su cintura, observando su reflejo.
"Los rasguños y hematomas se irán en cualquier momento, mosquito, no te preocupes por eso."
"Pero se ven horribles."
"Son horribles." Coincidió, acariciándole la piel. "Sin embargo, después de todo por lo que hemos pasado, deberíamos agradecer tener sólo un par de rasguños superficiales y marcas moradas. Podríamos haber muerto."
Él suspiró, estremeciéndose por las caricias ajenas y asintiendo. "Sí, tienes razón en eso. Es un milagro que no hayamos muerto ahogados, despedazados o aplastados."
"Exacto."
Continuó admirando su cuerpo semidesnudo a través del espejo. Su piel sutilmente bronceada, decorada con pequeños lunares distribuidos por todas partes, algunos perdiéndose bajo la ropa interior. Él suspiró, acariciándole la cintura mientras se relamía los labios. Era pequeña y sus manos se acoplaban a los costados como las piezas de un puzle incompleto. Tenía el abdomen plano, levemente marcado por el ejercicio y los hombros anchos, aunque un poco más pequeño en tamaño que los suyos, igual que la espalda, de donde dos preciosas alas nacían, extendiéndose hacia fuera y los costados, llegando a producirle cosquillas en el pecho. Le fascinaban. Sus piernas y brazos eran delgados, pero tenían la fuerza suficiente para hacer lo que quisiera con ellos. Era precioso en todos los sentidos.
TaeHyung tragó saliva. Los ojos de Jungkook en su cuerpo poniéndole nervioso, haciéndole sentir intimidado.
"¿Por qué me miras tanto...?"
Jungkook depositó un pequeño beso en su cuello. "Te estoy admirando."
"¿Admirando?"
"Sí, admirando. ¿Te incomoda?" Quiso saber, viéndole negar. "No puedo dejar de hacerlo, de mirarte. En mi vida he visto a alguien tan bonito como tú, TaeHyung."
Un escalofrío le recorrió la espina dorsal. "¿Crees que lo soy?"
"Lo eres, sí, definitivamente. Tu cara..." La alcanzó, acariciando sus mejillas. "Y tu cuerpo..." Repitiendo la misma acción de vuelta en su cintura, dijo. "Son preciosos. Eres precioso."
Sus alas chocaron contra el pecho desnudo de Jungkook, acariciándolo. Se observaron mutuamente a través del espejo. "Tú también eres precioso."
"¿De verdad?"
Él asintió, girándose para poder mirarle a los ojos cara a cara, mordiéndose el labio inferior. Su corazón bombeó deprisa. Los dedos alrededor de su cintura le apretaron con suavidad, dejando una sutil marca que erizó todos sus vellos. Usando ambas manos para acunar el rostro ajeno, fue su turno esta vez de admirar al otro.
"Me gustan tus ojos. Son grandes y brillantes, muy bonitos." Comenzó en apenas un susurro, pasando los dedos por las esquinas de estos. Luego, bajó hacia su nariz, trazando el tabique con el dedo índice. "Tu nariz también, y tus mejillas." Las acarició del mismo modo en que él había hecho, deslizándose hacia sus labios. Él sonrió, acercándose hasta besarlos castamente. "Me gustan mucho tus labios, en especial cuando sonríes. Tienes la sonrisa más dulce y bonita que he visto en mi vida."
Jungkook se sonrojó. TaeHyung pasó ambas manos por su abdomen desnudo.
"Nunca he dicho nada sobre tu cuerpo porque creí que me haría ver como un pervertido, pero de hecho envidio lo fuerte que eres en todos los aspectos y una parte de mí encuentra bastante satisfactorio eso." Admitió, haciéndole reír.
"¿En serio?"
"Sí... Supongo que no sabía lo mucho que me gustaban los hombres musculosos hasta que te conocí." Se encogió de hombros, apretándole los brazos. "Aunque creo que ni siquiera tiene que ver con los hombres en general, sino contigo. Me dan miedo las alturas y estoy enamorado de un gigante... Es contradictorio, pero nunca se sintió como tal."
Con el corazón acelerado y las mejillas ardiendo, Jungkook suspiró, afianzando el agarre en su cintura hasta pegar sus cuerpos. Se inclinó hacia él, buscando sus labios que estaban a su disposición desde el principio y capturándolos en un beso ansioso, húmedo y hambriento, casi desesperado. TaeHyung rodeó su cuello, ladeando la cabeza y sacando la lengua para lamer la de Jungkook, causándole un escalofrío que ni siquiera tuvo tiempo de disimular cuando atrapó sus muslos traseros y lo elevó, caminando con él en brazos hacia quién sabe dónde.
"¿Dónde v-vamos?"
"Al baño. Tenemos que ducharnos, ¿recuerdas?"
"¿Juntos?"
El azabache se separó sólo para observarle. "¿Quieres?"
Y sin siquiera dudarlo, TaeHyung asintió, no molestándose en darle una respuesta verbal cuando decidió atrapar sus labios de nuevo, mientras Jungkook lo guiaba a ciegas hacia el baño, encerrándose en él.
Depositó el cuerpo de TaeHyung bajo el chorro de agua caliente que caía por a través de un tallo de bambú anclado a la pared, mojando sus cuerpos semi desnudos y haciéndolos jadear por el cambio de temperatura. El pelirosa se estremeció, aferrándose a él y echando la cabeza hacia atrás, permitiéndole depositar pequeños besos en su cuello húmedo mientras él pasaba las manos por su cabello.
"La película va a empezar pronto, Jungkook..." Advirtió entre sutiles jadeos.
Mientras los dedos del azabache continuaban acariciándole la espalda, este suspiró. "Lo sé..."
"En ese caso, no podemos entretenernos demasiado."
"Eso también lo sé." Asentía, depositando un casto y último beso en sus labios, acto seguido separándose. "Date la vuelta."
"¿Qué?"
"Voy a enjabonarte la espalda, date la vuelta. Así saldremos de aquí más rápido, venga."
Y asintiendo, él lo hizo, dándole la espalda. Jungkook se inclinó junto a él hasta alcanzar el botecito con gel esencial de frutas, esparciendo un poco en sus manos para formar espuma y masajear la piel de TaeHyung, quien se estremeció, jadeando y torpemente echándose hacia atrás, casi recostándose sobre él. Jungkook sonrió, pasando los dedos por su espalda, hombros, cuello e inclusive el pecho. TaeHyung suspiró.
"¿Te gusta?"
"Sí... Tenías razón cuando dijiste que eras bueno con las manos..."
Una risita abandonó sus labios. "No lo decía por eso, pero gracias de todos modos."
TaeHyung enrojeció.
"¡Ay, Jungkook!" Chilló, echándose un poco más hacia atrás, hasta pegarse completamente a él, de modo que pudiera facilitarle el acceso a su cuerpo. Sin embargo, terminó estremeciéndose, notando una dureza externa contra su parte trasera. Él jadeó, sorprendido. "Eh..."
La carcajada del azabache llegó a sus oídos con facilidad. "No te asustes por eso, mosquito."
"N-No me asusto..." Susurró, rojo hasta las pestañas y casi temblando por la impresión.
Jungkook rio más fuerte, acariciándole los huesos de la cadera. "Ya, seguro..."
"Puedes..." Él se aclaró la garganta. "¿Puedes enjabonarme también el cabello? Me gusta cuando alguien más lo hace, es relajante. Por favor."
"Claro que sí, mosquito. Date la vuelta otra vez y cierra los ojos."
Y con una sonrisita satisfecha, él lo hizo, dándose la vuelta con los ojos cerrados. De inmediato, los dedos de Jungkook llenos de gel con aroma a frutas se perdieron entre sus hebras rosáceas, masajeándole el cuero cabelludo. TaeHyung soltó pequeños suspiros, su mueca de relajación siendo tan enternecedora a ojos del azabache que ni siquiera pudo evitar el impulso de inclinarse y besarlo. TaeHyung sonrió tímidamente.
"Qué carita..." Susurró, encantado con lo que veía, una sonrisa de oreja a oreja reluciéndole en el rostro.
TaeHyung rio. "¿Qué le pasa a mi cara?"
"Que es preciosa, ya te lo he dicho."
"Oh, ya, lo sé. Soy muy guapo."
"Eres mucho más que guapo." Le dijo, inclinándose para un segundo beso. Al separarse, el pelirosa abrió los ojos, encontrándose con los impropios atentos a él. "Eres la criatura más bonita que ha existido y existirá jamás."
TaeHyung volvió a sonrojarse, dejando escapar una risita y ocultándose en el cuello ajeno, como si no quisiera que viera lo que causaba en él, incluso si lo sabía de antemano.
Jungkook le abrazó de vuelta sin dejar de reír, acunándolo entre sus brazos.
Salieron de la ducha tan sólo unos minutos después, cuando TaeHyung le devolvió el favor y cuidadosamente le lavó el cabello, depositando pequeños besos por toda su cara en el proceso y repitiéndole halagos sin parar, sabiendo que Jungkook no estaba acostumbrado a ellos incluso si TaeHyung tenía millones para destacar. En cuestión de media hora, ambos se encontraban vestidos y listos para salir de nuevo, permitiendo que ambos cerditos, agotados y sin fuerzas para salir, permanecieran en la habitación descansando.
"Es raro salir sin esos dos..." Comentaba el azabache, sus dedos buscando los del pelirosa y entrelazándose tan pronto como los alcanzó. "Y eso que los hemos perdido en varias ocasiones."
"No me lo recuerdes porque me pongo a llorar." Se quejó, haciéndole reír. "Y sí, es muy raro. Aunque me resulta increíble lo rápido que Maoi-lee se ha adaptado al viaje, a ti y a Nuka. No pensé que sería tan fácil."
"¿Tiene dificultad por adaptarse a otras personas?"
"No, pero es bastante poco sociable... A los chicos ya está más que acostumbrado, especialmente Jimin, pero contigo ha sido super rápido. Ha conectado de inmediato."
Los labios de Jungkook se estiraron en una sonrisita. "Eso es bueno, ¿verdad?"
"Muchísimo, sí. Creo que se ha encariñado contigo y eso me alegra mucho."
"Yo también me he encariñado con él... Con los dos, en realidad, nunca había estado con un cerdo tan pequeño como Nuka y eso ha despertado un nuevo sentimiento en mí. Es agradable... Me gusta mucho." Admitió, su sonrisa siendo correspondida por TaeHyung, quien se inclinó para depositar un casto beso en su mejilla.
"¡Pasen y tomen asiento, pasen y tomen asiento! La película comenzará en diez minutos. ¡Diez minutos! ¡No olviden agarrar el cubo de palomitas recién hechas! Son imprescindibles."
"Mira, ahí debe ser el cine, vamos." Aferrándose a la mano de Jungkook, TaeHyung jaló de él hacia donde un señor de mediana edad se encontraba.
"¡Pasen y tomen asiento, la película comienza en diez minutos!"
"Buenas noches." Saludó él, su sonrisa de oreja a oreja. "¿Todavía hay asientos libres?"
"Por supuesto, sí. Dense prisa en escoger los mejores, esta noche proyectaremos Rango, una de mis películas favoritas." Señaló la pantalla que tenían detrás, la cual era inmensa. "Asegúrense de agarrar un cubo de palomitas por persona y disfrutar."
Ambos sonrieron de oreja a oreja. "Muchísimas gracias."
"Disfruten."
Tan pronto como se despidieron del amable señor, fueron directos a la mesa donde una cantidad exagerada de cubos a rebosar de palomitas saladas, dulces y con diferentes especias se encontraban. TaeHyung no había visto tantas en su vida, quedando maravillado.
"¿De qué sabor las quieres?"
"Hm... No sé, ¿cuál vas a escoger tú? Podíamos elegir una diferente cada uno y así compartirlas." Propuso, viéndose encantado con su propia propuesta.
Y Jungkook, cuyas manos inicialmente estaban dirigiéndose a la sección de palomitas con especias extra picantes, las alejó de inmediato, optando por algo más simple: palomitas de mantequilla.
"Mantequilla."
"¡Ay, qué rico! Yo voy a elegir las que tienen queso en polvo, ¿te gustan esas o prefieres otras?"
"Me encantan esas." Aseguró, viendo su sonrisa crecer.
Agarrando sus palomitas elegidas, atrapó la mano del azabache una segunda vez. "Perfecto, pues vamos a elegir un sitio en primera fila, para que podamos ver bien la película."
"Mejor en segunda fila o tercera, puedes marearte si estás tan cerca de la pantalla."
"Oh, ¿tú crees?" Confundido, le miró, viéndole asentir y tomando asiento junto a él cuando escogió un lugar en la tercera fila, cerca de unas chicas. "¿Aquí? Pensé que querrías sentarte cerca, para vivir mejor la experiencia."
"Estoy contigo, mosquito, sólo con eso estoy viviendo la experiencia al máximo."
Los ojos del susodicho se inundaron en lágrimas inmediatamente. "Qué cosas tan bonitas dices..."
El orgulloso azabache sólo sonrió, manteniendo la barbilla en alto.
Por primera vez en su vida desearía ser un dexian en su totalidad. Pequeño, con alas y con una habilidad especial, una de su preferencia. Una que le permitiera a TaeHyung ver con certeza todos y cada uno de sus sentimientos por él, que supiera cómo sólo su presencia le hacía sentir infinidad de cosas.
Si tan sólo supiera cuánto lo quería...
Tan pronto como la película inició, sintió un peso extra en su hombro, mirando en esa dirección para ver la cabeza pelirosa de TaeHyung apoyada sobre él, suspirando. Una sonrisa inmediata apareció en sus labios, inclinándose para depositar un pequeño beso ahí.
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