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✧c.-042

N/A: Amo a este TaeHyung más que a nada en mi vida xD

Cap dedicado a Yaaz_O ♡♡

Hoy os recomiendo 'Used To Be Young' de mi artista favorita desde que soy un feto (o sea, toda la vida je je), la única e inigualable, Miley Cyrus.

[...]

TaeHyung estaba casi convencido de que los desastres y desgracias dejarían de acompañarlos a lo largo de su viaje desde que dejaron Nama Ann atrás. Desde que cruzaron la frontera, en realidad. Estaba casi convencido de que, tras ser perseguidos por un beringal cuesta abajo en lo alto de la montaña, casi asesinados por una tribu salvaje y tener que destrozar a golpes el lago que llevaba más de una década congelado, no tendrían que volver a pasar por algo así.

Inocente de él...

"¡Jungkook, socorro!" Gritó con todas sus fuerzas, dando vueltas y vueltas en aquel vórtice arenoso que le impedía ver, respirar e incluso hablar con normalidad.

La dichosa arena le entraba en los ojos, en la boca y probablemente incluso había inundado sus pulmones. El sonido del viento, de su propia respiración agitada y de sus pensamientos aterrorizados no le dejaba escuchar nada más.

Todo a su alrededor daba vueltas. Hasta él mismo lo hacía. Vueltas y más vueltas, sin parar. Comenzaba a sentirse un poquito mareado.

"¡Jungkook!" Gritó de nuevo, pero no obtuvo ninguna respuesta por su parte.

En realidad, lo raro sería haberla obtenido, pues Jungkook, al igual que él, no hacia más que girar y girar alrededor de sí mismo, usando sus manos como escudo para evitar ser golpeados por pequeñas piedras, hojas y cualquier cosa que hubiese levantado el viento.

Se estrelló contra una montaña de arena, creyendo que ese sería el tramo final de aquel reto inesperado que les había colocado el destino; pero no. Arrepintiéndose al instante por ser tan ingenuo, no tardó en sentir como ahora su cuerpo iba cuesta abajo.

"No fastidies..." Murmuró para sí mismo, sintiendo como la piel de su brazo se rasgaba contra los granos de arena contra los que estaba deslizándose.

"¡Jungkook!"

De nuevo, la voz de TaeHyung sonó, gritando su nombre, por lo que levantó la mirada en su búsqueda, hallándolo tras él. El pelirosa había aterrizado a unos metros de diferencia, deslizándose del mismo modo, chocando contra piedras, hojas, atravesando pequeñas montañas de arena y cualquier cosa que se le atravesara en el camino.

"¡TaeHyung!" Gritó de vuelta, tratando de estirar el brazo para alcanzarlo, pero aquello fue inútil.

"¡Ayúdame!"

"¡No puedo alcanzarte!"

Intentó aferrarse a una, dos, hasta tres piedras, queriendo detener el horrible destino que parecía desear verlos muertos sin mucho éxito. Sólo consiguió golpearse en los brazos, rasparse los dedos y la espalda en el intento, pero nada bueno.

"¡Socorro, Jungkook!"

"¡Intenta agarrarte a algo, TaeHyung!"

El pelirosa, con lágrimas en los ojos, negó. "¡No puedo!"

Jungkook sentía que iba a vomitar.

Temía que algo como eso pudiera significar su final después de todo a lo que había sobrevivido. Simplemente sonaba absurdo, ridículo. Casi humillante.

Morir tras ser atrapado por una tormenta de arena, rebozado cual chuleta de cerdo frita sobre un deliciosa salsa Worcestershire y acompañado por un poco de arroz... ¿podía ser peor acaso?

Y sí, tal vez podía. Por ello mismo, es que quizás todo a su alrededor se detuvo. O a lo mejor, la razón de eso fue que el suelo bajo sus pies dejó de existir. Sí, a lo mejor era eso. Se dijo a sí mismo. Parecía razonable, o al menos lo suficiente para que la sensación de caer directamente al vacío no le tomase por sorpresa. Aún así, lo hizo, y su grito resonó por todo el desierto tan pronto como vio el vacío a sus pies.

"¡Dios!" Dejándose las cuerdas vocales y viendo como el corazón le salía disparado por la boca, Jungkook no podía creer lo que estaba sucediendo.

No, no, otra vez no, por favor... Lloriqueó la voz muda en su cerebro, atormentada por el trauma del pasado.

"¡Jungkook!"

Cayó, cayó y cayó al vacío (menuda novedad, ¿no?), escuchando los gritos de TaeHyung de fondo y viendo un oasis de dimensiones desorbitadas a lo que parecían ser treinta metros hacia abajo. El corazón, definitivamente, se le salió por la boca, observando su final tan cerca que incluso podía saborearlo.

¿De verdad así terminaría todo?

Entonces, como si aquel destino del que tanto se quejaba quisiera darle una respuesta inmediata, todo se detuvo abruptamente. O más bien, él se detuvo abruptamente. En seco. Un sonido estrangulado abandonó sus labios.

La pequeña mochila que llevaba a sus espaldas había quedado colgando de la única rama sobresaliente de aquel inmenso baobab, y con ella, el propio Jungkook.

Sólo entonces, suspiró, aliviado.

Hasta que el grito ensordecedor de TaeHyung sonó mucho más cerca de él está vez y lo siguiente que vio, fue su cuerpo cayendo en picado justo delante. Sus reflejos, que no eran pocos y ahora parecían haber cobrado vida propia, actuaron más rápidos que su cerebro, obligándole a extender los brazos, los dedos y atrapar la camiseta de TaeHyung antes de que fuera demasiado tarde, dejando al pelirosa colgando hacia abajo.

Por segunda vez suspiró, mucho más aliviado mientras hacía uso de su fuerza bruta genética y elevaba a TaeHyung hasta dejarlo a su misma altura, cara a cara. Parecía angustiado, hiperventilando y con una mueca de puro horror.

Casi había olvidado su fuerte miedo por las alturas.

"Te tengo." Dijo, en apenas un hilito de voz, rodeándolo con sus brazos. "Te tengo, mosquito."

El pelirosa se aferró a él inmediatamente, mirándole a los ojos. "Dios..."

"Sí, eso ha estado cerca, muy cerca..."

"Pensé que iba a morir."

Jungkook asintió. "Yo también, p-pero te dije que no tenías permitido morirte cerca de mí y soy un hombre de palabra, no podía dejarte..."

«Crack».

El sonidito de algo quebrándose pareció sonar, siendo casi inaudible. Ambos se miraron, asustados.

"¿Qué ha..."

«Crack, crash, crack».

TaeHyung palideció. "Oh, oh..."

«Crack.»

Medio segundo después, la sensación de caer permanentemente al vacío le dejó casi helado. Tanto, que ni siquiera fuerzas para gritar. Sólo sintió que caía y caía sin parar, mientras los brazos de Jungkook permanecían alrededor de él, sosteniéndole con fuerza.

Cerró los ojos con fuerza, siendo víctima del vértigo inmediato que se apoderó de él y únicamente siendo capaz de respirar cuando la gravedad dejó de hacerse notar, un sórdido «plop» resonando en tercera persona, como una gruesa gota de agua cayendo a un charco, cuando aterrizaron sobre aquel oasis, zambulléndose en él por menos de tres segundos, justo los que le tomó a Jungkook hasta reaccionar y empujar a TaeHyung con rapidez hacia arriba, sacándolo del agua.

"TaeHyung, TaeHyung, ¿estás bien?" Dirigirse a él fue lo primero que hizo, sosteniendo su cara con una mano y apartándole el cabello para así poder verle mejor. "¿Estás bien?"

Este asintió, manteniendo los ojos cerrados y respirando con algo de dificultad. "Sí, e-estoy bien..." Alcanzó a responder, tratando de llenarse los pulmones de algo que no fuese agua dulce.

No podía creer que hubieran sobrevivido a una caída como esa. Que él lo hubiese hecho, en realidad.

Miró a su alrededor completamente horrorizado, tal vez en busca de las extremidades que debía haber perdido tras la caída y aún no notaba, o quizás sus pobres dientes; pero no había nada de él regado por ninguna parte. Estaba enterito. De una pieza.

Entonces, sin dejar de observar, perplejo, a todo aquello que le rodeaba, incluido el propio azabache, supo por qué no estaba cruzando el portal hacia el más allá con la famosa parca a sus espaldas, acompañándolo en su nuevo viaje. Jungkook había amortiguado la caída con su propio cuerpo.

"¿Estás herido?" Seguía cuestionando. "¿Te has hecho daño?"

Con lentitud, negó. "No, estoy bien..." Repitió, relamiéndose los labios. "¿Qué hay de ti?"

No permitió que hablase siquiera cuando descubrió que el agua se encontraba un poco manchada de sangre. Sangre que no le pertenecía a él, pero sí al propio Jungkook, cuyo brazo se encontraba lleno de rasguños semiabiertos. Inmediatamente lo sostuvo, horrorizado, encontrándose con sus ojos en cuestión de segundos.

"Mosquito..."

"¡Estás herido!"

Jungkook se soltó del agarre, negando. "No es nada, sólo son un par de rasguños. Cicatrizarán pronto."

"Pero estás sangrando, Jungkook."

"No es nada, en serio."

"Sí que lo es." Insistía el pelirosa, manteniendo los labios apretados. Miró a su alrededor por segunda vez, en busca de algo. "La mochila, ¿dónde está la mochila?"

"¿Eh?"

"La mochila que llevabas contigo, ¿dónde está? No la veo."

Copiando su acción de mirar alrededor, Jungkook meneó la cabeza en señal de negación, no pareciendo encontrarla por ninguna parte. Hasta que lo hizo, hallando dicha mochila sobre aquel árbol gigantesco de tronco grueso que les había salvado la vida minutos antes. Señalándolo con un dedo, hizo que TaeHyung mirase también, por lo que su cabeza se giró de inmediato.

"No fastidies..."

Ambos compartieron una mirada consternada, apretando los labios sin saber qué hacer.

"Ahí dentro están las medicinas, ¿cómo vamos a llegar hasta ahí para curarte las heridas?" Susurró, mirando hacia atrás, donde sus alas se encontraban, hacia abajo y empapadas de agua. Eran inútiles ahora mismo. "Mis alas no sirven..."

"Ya te he dicho que estoy bien, mosquito, no pasa nada."

"Y yo te he dicho que sí pasa. Estás sangrando, lo que significa que tienes una o varias heridas abiertas." Señaló su brazo. "Tener heridas abiertas y negarte a curarlas es como pedirle a tu sistema inmunitario que por favor deje de funcionar frente a cualquier infección que vaya a darte. Porque, créeme, se te van a infectar. Una infección conlleva a cosas malas, muy malas, como por ejemplo la necrosis, lo que provocará que deban cortarte el brazo..."

La cantidad de situaciones negativas que un (cada vez más progresivamente) alterado TaeHyung estaba poniendo sobre la mesa terminó sofocándole, tragando saliva. "Calma- cálmate, no hace falta que..."

"¡Y no quiero que te corten el brazo!"

Frenándolo al instante en que perdió los papeles frente al estrés, Jungkook sostuvo sus hombros, zarandeándolo sólo un poco, lo suficiente para que devolviera su atención a él.

"Oye, cálmate, ¿de acuerdo?"

"¡No!" Se negó en rotundo. "Voy a ir a por nuestra mochila y te voy a curar esas heridas quieras o no."

"TaeHyung..."

"¡Quieras o no, he dicho!"

Acto seguido, el pelirosa salió fuera de su campo de visión, tan centrado en lo que pretendía hacer que incluso llegó a olvidar el tener uno de sus mayores miedos presente, pues aún seguían dentro del agua. Jungkook ni siquiera pudo tomar la palabra una segunda vez tras escucharle gritar. Especialmente porque no las tenía, no cuando TaeHyung deslizándose fuera del agua con total seguridad y sin ayuda, fue lo primero que vio al girarse.

"¿Qué demonios...?" Susurró para sí mismo, perplejo. Él podía jurar que estaba temblando tan sólo hace unos instantes.

"¡Jungkook, ven!"

La voz de TaeHyung llamándolo a lo lejos fue suficiente para darse cuenta de que estaba allí solo y no había rastro del pelirosa, cuyo miedo irracional por el mar había sido el menor de los problemas.

"¡Jungkook!"

De nuevo, esta sonó, obligándole a reaccionar. Corrió fuera del agua en su búsqueda, sólo para encontrarlo subido en lo alto de una duna, de espaldas al sol y sin ropa, expectante a su llegada. Jungkook tragó saliva, acercándose a él.

"¿Qué haces ahí subido?"

"Secarme, mis alas están mojadas y las necesito para volar." Explicó, siendo capaz de moverlas tan sólo un poco. Su gesto se torció. "El problema es que no sé cómo he subido y mucho menos sé cómo bajar..."

Una risa abandonó los labios del azabache, quien fue rápidamente fulminado.

"No te rías, maleducado."

"Lo siento, lo siento." Se disculpó sin dejar de reír, para acto seguido dar un par de pasos hacia él, extendiendo sus manos de modo que pudiera alcanzarlas. "Ven aquí." Le dijo. Una vez TaeHyung se aferró a él de vuelta, lo sostuvo por la cintura, levantándolo en peso hasta dejarlo nuevamente en el suelo. "Listo."

"Gracias..."

Jungkook depositó un caso beso en sus labios. "No es nada, mosquito."

Suspirando, TaeHyung se separó, volviendo a mover las alas para comprobar su estado. Estaban totalmente secas de nuevo, para fortuna de ambos.

"Voy a subir a por la mochila, espérame aquí, ¿vale?"

"¿Lo harás tú solo?" Apenas murmuró, no pudiendo no mostrarse preocupado.

El pelirosa se encogió de hombros. "Bueno... Hasta el momento no he adoptado la habilidad especial de Jimin como para poder hablar con los animales y pedirle a los pájaros que me acompañen, así que sí, tendré que hacerlo yo solo."

Como era de esperar, Jungkook le fulminó, detestando la burla evidente en su tono de voz.

"¿Hacía falta ser tan desagradable?"

"No sé, ¿hacía falta hacer preguntas tan tontas?"

Él se sintió muy ofendido.

"No son preguntas tontas, idiota, sólo estoy preocupado por ti."

Y la sonrisa que TaeHyung le dio en respuesta, fue la razón de que terminase recordando por qué no podía molestarse con él por más de dos minutos. ¿Cómo podría estar enfadado con alguien que tenía esa carita?

Suspiró, meneando la cabeza ante la sensación de impotencia total que le invadió, antes de sentir cómo sostenían su cara.

"Ow, grandullón... No tienes que preocuparte, ¿vale? Iré y volveré antes de lo que dure un parpadeo. Todo está bajo control, no pasa nada." Aseguraba, jugueteando con sus mejillas como si estas fueran un cubo de Rubik. El azabache asintió. "Tú quédate aquí, ¿de acuerdo? No te muevas, no hagas nada, ni mucho menos pongas ese bracito tuyo cerca de la arena."

"De acuerdo..."

"Bien, pues en seguida vuelvo."

Separándose de él, TaeHyung llenó sus pulmones de aire conforme se alejaba a paso lento, dirigiéndose hacia la corteza de aquel árbol, titubeante, sabiendo que la mirada del azabache estaba puesta en él.

"A ver cómo cojones subo ahí arriba sin matarme..." Susurró para sí mismo, con los labios formando una fina línea.

"Difícil. Te vas a matar." Su voz irracional dijo, sonando tan seca que casi le hace llorar.

Él suspiró. "Menudos ánimos..."

Cerró los ojos, llenándose de valor antes de llevar a cabo el plan, alzando sus alas al vuelo y subiendo hacia la única rama que sobresalía, medio rota y apenas sin hojas, de la cual colgaba su preciada mochila. La atrapó con manos ultra temblorosas, sintiendo su propio corazón acelerado, tanto que incluso estaba reacio a abrir la boca por temor a que se le saliera.

"Bueno, esto ya está..." Murmuró, aferrado a aquella mochila. "Ahora queda la peor parte..."

La vocecilla en su cabeza rio.

Casi instintivamente miró hacia abajo, al suelo. Todo comenzó a darle vueltas en cuestión de segundos, notando como se le subía el corazón a la garganta. Él sollozó, cerrando los ojos de inmediato.

"Ay, mamá..."

Había sido muy valiente para dar el paso, pero con las prisas y los nervios se había dejado la valentía atrás.

"Qué cosas..." Él también rio, sintiéndose inexplicablemente nervioso y tenso.

"Te vas a caer, ya lo verás."

"¡Mosquito!" Desde abajo, Jungkook lo llamó. Viéndose obligado a abrir los ojos y mirarle, encontró la preocupación plasmada en su rostro. "¿Va todo bien ahí arriba?"

"¡Sí, todo genial!" Chilló de vuelta, sólo para que se quedara tranquilo. "¡En seguida bajo, no te preocupes!"

"Mentiroso..."

"¡Ay, cállate!" Volvió a gritar, al borde del colapso.

Jungkook frunció el ceño. "¿Qué me calle por qué? Si no he dicho nada..."

Él rápidamente enrojeció, negando con la cabeza. "¡N-No era a ti, lo siento, grandullón! Estaba hablando conmigo mismo."

Y decir aquello en voz alta no fue tranquilizador en absoluto.

"Por la mismísima Aethee, estoy hablando solo..." Se dijo, en apenas un susurro. "Me he vuelto loco..."

"Eso sí que es verdad."

Un gruñido abandonó sus labios, optando por lanzarse de cabeza al abismo (o lo que era lo mismo, volver a bajar y llegar junto a Jungkook, sólo que de forma dramática y sufriendo muchísimo en el proceso), aterrizando en el suelo y sintiendo como Jungkook lo atrapaba al instante, ayudándole a estabilizarse.

"Ya tengo la mochila, así que ponte cómodo que vamos a curarte esas heridas." Dijo tras un suspiro, señalando una roca de arena.

"No son tan graves en realidad..."

TaeHyung continuó señalando aquella roca, enviándole un mensaje silencioso que no tardó en captar, acotando la acción y tomando asiento. El pelirosa se sentó a su lado, abriendo la mochila para sacar todo lo necesario: Alcohol, agua, extracto de manzanilla y algunos trozo de tela con el que cubrir y tratar las heridas.

"¿Preparado?" Quiso saber, mirándole con atención. Jungkook asintió. "Dame el brazo."

Tan pronto como Jungkook apoyó el brazo en el regazo ajeno, este lo sostuvo con cuidado, esparciendo un poco de agua sobre las heridas que, si bien no sangraban, se encontraban rojizas contra su piel, y dando pequeños toquecitos con el paño de tela. El azabache no emitió ruido alguno, ni siquiera hizo una mueca cuando fue observado por él. TaeHyung pensó que quizás, su tolerancia al dolor era alta, sólo entonces recordando todo lo que había pasado hasta llegar a esa altura.

"No parecen profundas, eso es bueno."

"Te dije que no eran para tanto, sólo son pequeños rasguños."

"Aún así no iba a dejarlo estar, Jungkook. Incluso hasta los pequeños rasguños necesitan cuidados." Le dijo, dejando a un lado el trapo y agarrando otro, humedeciéndolo con más agua y el extracto de manzanilla, que terminó escurriendo sobre su brazo. "¿Escuece?"

"Para nada, estoy bien."

Él asintió, soplando para que se secara más rápido.

"¿Qué ha sido eso, por cierto?" Quiso saber, encontrando confusión en su mirada. "Lo que nos ha traído hasta aquí... ¿Era una tormenta de arena?"

"Eso parecía, sí. El padre de Jimin dijo que no son muy frecuentes y menos en esta época del año, pero se ve que no tenemos la suerte de nuestro lado y ha tenido que suceder justo cuando estábamos nosotros en medio..." Bufó, apartando el segundo trozo de tela y agarrando la botella de licor. "Cuidado, esto sí va a escocer."

Jungkook mantuvo los labios apretados, viéndolo venir. Sabía que la sensación del alcohol chocando directamente contra su piel magullada y semiabierta lo golpearía con fuerza, incluso si trataba de hacerse el duro o evitarlo. No podría fingir. Y, tal y como pensaba, así fue. Cerró los ojos con fuerza tan pronto como las primeras gotas se deslizaron contra los bordes de aquellas heridas, su piel comenzando a arder, sintiendo frío y calor al mismo tiempo.

"¿Duele?"

"Un poco..." Admitió, asintiendo.

"Lo siento, grandullón."

El gesto del pelirosa se torció, apartando la botella unos segundos después, cubriéndole el brazo con el tercer paño limpio y manteniéndolo en su lugar con una pequeña cuerda de cáñamo que habían podido rescatar de los cuidados que Nuka necesitó durante sus primeros días.

"Ya está, herida limpia y curada... Confiando en tu historial de los últimos meses, no tardará demasiado en cicatrizar, aunque nos hayamos quedado sin medicina natural para acelerar el proceso.

"No pasa nada, podré sobrevivir a tener el brazo abierto unos días más." Bromeó, no tardando en horrorizar al pelirosa.

"¡Jungkook, por el amor de la diosa Aethee, no digas eso!"

Su carcajada resonó por el bosque, rodeando la espalda ajena con su brazo no lesionado y manteniéndolo en su lugar cuando TaeHyung hizo el amago de alejarse, productor del horror que sentía.

"Ya, ya, es broma... Cicatrizaré rápido, no hay problema. Gracias por tus cuidados, mini doctor Mosquito."

"No es na..." La sonrisa que estaba por darle y, personalmente, Jungkook encontraba bastante dulce, se esfumó tan pronto como recayó en el modo que había sido llamado, transformándose en una mirada fulminante, de pocos amigos. "¡¿Cómo que mini doctor Mosquito?! ¡¿Otra vez, Jungkook?!"

La risa del susodicho fue aún más sonora, viendo venir los golpes que merecía antes incluso de que tuvieran lugar e impidiéndolos al sostener sus manos suavemente.

"Quieto, mosquito, no ataques."

"¡No soy un mosquito! ¡Suéltame, deja que te arañe esa cara fea!"

Jungkook esquivó aquel absurdo intento de ofensa, arrugando el rostro y negando. "Oh, no, no, feo no. Puedes llamarme cualquier cosa, como «pobre», «huérfano» e incluso «desgraciado», pero feo no. No soy feo."

"Eres gilipollas."

"Eso también." Asintió, estando de acuerdo.

"Y muy imbécil también."

Él se encogió de hombros. "Negociable."

"Y te odio."

Sólo entonces, Jungkook le observó como si acabara de clavarle una estaca en todo el pecho, atravesándole el corazón de punta a punta. "Retira eso ahora mismo, mosquito. No es verdad."

"Lo retiraré sólo si tú dejas de llamarme mosquito y tratarme como a una persona con enanismo, cuando en realidad tengo la altura perfecta para mi especie."

Su gesto se torció. "Entonces vamos a estar enfadados todo el viaje..."

"¡Vete a la mierda!"

TaeHyung emitió un gritito que casi le hizo parecer como si estuviera a punto de ebullición, sobresaltando al azabache, quien alcanzó a atrapar su brazo justo cuando estaba por alejarse de él, impidiéndoselo.

"Eh, ¿dónde se supone que vas?"

"A donde tú no estés, imbécil."

Sus ojos se suavizaron con una rapidez apabullante. "¿Me dejas?" No fue complicado para él lucir como un cachorro triste, desolado. "¿Herido y todo?"

El pelirosa bufó. "Dijiste que estabas bien hace un rato, ¿ahora se supone que estás herido?"

"Sí, y mucho. Mira." Le mostró el brazo que él mismo se había encargado de vendar hacía tan sólo unos minutos atrás. "¿Cómo vas a dejarme aquí así? Una tormenta de arena me ha arrollado cuesta abajo, he caído desde un precipicio por segunda vez en mi vida y casi muero ahogado en el fondo de un oasis... ¿No te parece cruel hacer eso?"

Cruzándose de brazos frente a él, que permanecía sentado en la roca, se mantuvo impasible, con la barbilla en alto y los ojos entrecerrados, a pesar de tener el corazón acelerado por el modo en que Jungkook le observaba. Entonces, este optó por jugar su carta maestra, colocando ambas manos en las caderas del pelirosa y alzando las cejas, dándole un aspecto mucho más vulnerable.

"Personalmente pienso que es muy cruel..."

TaeHyung sufrió un escalofrío.

"Personalmente pienso que eres idiota." Musitó, viéndole asentir. Jungkook aprovechó la situación para empujarle sólo un poco más cerca de sí mismo.

"Lo sé... Es un defecto genético, no puedo hacer nada. Mi madre solía decirle a mi padre todo el tiempo que lo era también." Encogiéndose de hombros, dijo. "Pero también soy muy buen chico."

"Ya..."

"Y te quiero mucho."

Un suspiro abandonó los labios de TaeHyung. "Sí, claro..."

"Mucho, mucho, mosquito." Insistió, acercándose para depositar un casto beso en el abdomen ajeno. Por supuesto, eso no hizo otra cosa más que alterar el organismo de un TaeHyung que luchaba por mantenerse fuerte.

Tragando saliva, trató de dar un paso hacia atrás, buscando salir de las garras del lobo sin demasiado éxito, pues Jungkook lo mantenía quieto en su lugar. Cuando miró hacia él se encontró con su mirada llena de adoración y una sonrisa dulce, terminando por ponerle todos los vellos de punta. El muy desgraciado era encantador.

Un segundo beso fue a parar a su abdomen. TaeHyung suspiró.

"No hagas eso... Me pones nervioso." Admitió, topándose con su sonrisa en respuesta.

"Lo sé."

Él bufó, sintiendo como las manos de Jungkook lo empujaban más cerca de sí mismo de nuevo, hasta que, sin darse cuenta, estaba sentado sobre su regazo. Frente a frente, a tan sólo unos centímetros de distancia.

"Eres un imbécil."

"Ya hemos acordado que eso es cierto, no es necesario que lo repitas todo el tiempo."

"Sí que lo es." Masculló, frunciendo los labios. "Y no me mires con esa cara porque no voy a dejar de estar enfadado contigo incluso si intentas parecer adorable. No funciona. Has usado «mini» y «mosquito» para referirte a mí en una misma frase. Mi rencor es lo mínimo que mereces."

"No, claro que no... Además, ser mini no es malo, ¿verdad? Tú mismo lo dijiste cuando tratabas de animarme porque estaba demasiado decaído tras alcanzar la meta de quince centímetros."

Otro bufido escapó de sus labios. "No usé la palabra «mini» en ningún momento."

"Pero se sobreentiende..."

"Que no."

"Que sí, TaeHyung. No es un insulto ni un intento de burla, tampoco lo es que me dirija a ti como «mosquito», porque ese fue el primer pensamiento que tuve sobre vosotros cuando desperté y os escuchaba zumbando cerca de mi oreja. Cuando te vi por primera vez, tan pequeñito en comparación a mí, con esas alas y esa mini carita..." Acarició su barbilla suavemente.

TaeHyung sintió que podía derretirse en cualquier momento, especialmente cuando Jungkook, quien se encargaba de acortar la distancia poco a poco entre ambos, no tuvo más espacio con el que acabar y sus respiraciones comenzaron a mezclarse.

"No es mini..."

"Lo era para mí cuando te conocí, eras diminuto. Y siéndote sincero, a día de hoy me sigue pareciendo asombroso cómo siendo tan pequeño puedes ocupar tanto espacio en mí."

El corazón de TaeHyung dio un vuelco, latiendo de forma errática y desbocada contra sus costillas, tanto que casi necesitó aferrarse a Jungkook para no caer, incluso si su cuerpo se encontraba errático. Suspiró, relamiéndose los labios, acto que no pasó desapercibido para el azabache.

"¿Dónde has aprendido a decir esas cosas?"

Jungkook se encogió de hombros. "En ningún lado, es encanto personal. ¿Funcionan, al menos?"

Y él asintió, mordiéndose el labio inferior mientras lo hacía.

Esbozando una sonrisa inmediata, Jungkook no dudó en acortar la distancia que los separaba, atrapando los labios de TaeHyung entre los suyos propios y besándole con lentitud. Sintió unos dedos en su cuello, acoplándose a los costados mientras él ladeaba la cabeza, encontrando así un mejor ángulo con el que poder profundizar el beso cuando empujó su lengua dentro de la boca ajena. TaeHyung jadeó, devolviéndoselo con la misma intensidad, chupando el ápice y luego formando una fina línea de saliva en el labio inferior.

Cuando el aire a su alrededor se volvió pesado, caliente, TaeHyung se separó primero, tragando saliva y respirando hondo.

"¿Eso significa que ya no estás molesto conmigo?" Jungkook quiso saber.

"Algo así, sí..."

La sonrisa que le dio fue radiante, atrapando su barbilla para un último y caso beso, cuyo chasquido resonó en la soledad de aquel inmenso oasis.

"Por cierto, ¿no sientes que falta algo?" Cuestionaba TaeHyung, viéndose repentinamente confundido.

Jungkook levantó las cejas. "¿Algo como qué?"

"Pues no sé..." Mirando a su alrededor, verificó si algo parecía fuera de lugar, pero no era capaz de encontrar nada que resultase extraño. "Pero siento que algo falta, sólo que no logro adivinar qué es..."

"No tengo ni idea, la verdad." Él se encogió de hombros.

TaeHyung, que seguía observando a su alrededor, frunció el ceño, apenas notando algo. Y entonces, sus mentes parecieron funcionar al unísono, compartiendo una mirada tan cómplice como horrorizada.

"Los cerdos..."

TaeHyung estuvo a punto de desmayarse.

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