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✧c.-041

N/A: Llevaba desde Call Your Attention sin escribir tantas desgracias seguidas y no recordaba lo divertido que era. Me encanta tanto que estoy planteándome seriamente escribir una historia así de caótica xD

Cap dedicado a hijadelincendio ♡♡

Hoy os recomiendo 'Moonlight' de Cira Grandi, mi verdadero descubrimiento semanal. 

[...]

El ferribús se detuvo en el pequeño muelle junto a la frontera que separaba Baehmsue de Li-Minn-Kwest, aquella ciudad que estaba prácticamente desértica recibiéndolos con un sol infernal que amenazaba con quemarles la piel, mientras bajaban despidiéndose de la señora Dong y su hijo, el capitán del ferribús, Leehan.

Una vez cruzaron la frontera y llegaron a lo que, les juraron sería, un lugar paradisíaco, TaeHyung y su cara se convirtieron en un poema jamás escrito.

"¿Qué demonios?" Esas fueron sus primeras palabras, con la boca casi rozándole el suelo. O la arena, más bien.

Y es que la ocasión lo merecía. Su indignación, el cambio brusco de humor y esa cara tan larga que se le había puesto repentinamente.

Desierto. Lo que tenía frente a sus narices no era más que el desierto. El desierto más amplio, caluroso, arenoso y menos ambientado que había visto en su vida. Aunque tampoco había visto muchos (por no decir que ese era el primero y probablemente, después de ese viaje, único). Él simplemente no daba crédito.

"¡Este calor es infernal!" Chillaba TaeHyung, como siempre, quejándose. "¡¿Cómo es posible que alguien pueda vivir aquí sin morir calcinado, cocido, horneado o de una maldita insolación?!"

De los labios del azabache brotó una risita. "¿No crees que estás exagerando?"

Y TaeHyung, que seguía quejándose para sí mismo, únicamente siendo capaz de escuchar sus propios lloriqueos, bufó. Eso era todo lo que hacía. Quejarse, andar, bufar y abanicarse con la mano.

"¡Estoy sudando tanto que a este paso siento que voy a morir derretido!"

"No vas a morir derretido, TaeHyung."

Por supuesto, eso tampoco lo escuchó.

"¡Y encima se me están quemando los pies!" Volvió a lloriquear. "¡¿En qué momento Leehan pensó que hacernos ir descalzos por el puñetero desierto sería buena idea?! ¡Me huelen los dedos a chamuscado!"

Jungkook suspiró, observando su figura desde atrás.

¿Cómo podía alguien tan pequeño y con la estética de un algodón de azúcar, ser tan sumamente ruidoso al quejarse? Él ni siquiera le encontraba sentido.

"¡Me estoy desintegrando en mi propio sudor!"

Otro suspiro abandonó los labios del azabache, meneando la cabeza de un lado a otro. Odiaba que los demás se quejaran de todo y cualquier cosa a la vez, sin embargo, con TaeHyung no surgía el mismo efecto. No estaba molesto, sólo... un poquito irritado.

"¿No huele a cerdo a la parrilla? ¡Creo que las patas de Maoi-lee se están asando, Jungkook!" Chilló, horrorizo conforme olisqueaba el aire a su alrededor, aprovechando los últimos treinta minutos que le quedaban se la pastilla activadora.

Y el susodicho, sin paciencia y mucho menos ganas de encontrar a la criatura que más quería en el mundo irritable, por una razón totalmente absurda, bufó, deteniéndose justo cuando este se giraba para mirarle, ocasionando así que TaeHyung chocase contra él.

"¡Jungkook, Maoi-lee huele a cerdo!"

"Es un cerdo." Respondió sin más, manteniendo sus cejas en alto.

TaeHyung negó. "¡No! A cerdo cocinándose, a carne... ¡se está cociendo poco a poco bajo el sol, Jungkook!"

Y vaciando todo el aire en sus pulmones con un suspiro prolongado, supo que no podía soportarlo más. El calor no era un aliado para TaeHyung y, por consecuente, tampoco lo era para sí mismo. No si volvía a la criatura más dulce e hiperactiva de todo Idexium en una bomba de relojería.

Así mismo, Jungkook se las arregló —mientras el pelirosa chillaba de fondo, conservando el horror en su mirada— para inclinarse, tomar el cuerpo de TaeHyung entre sus brazos y alzarlo en un movimiento rápido. De inmediato, sus gritos resonaron por todo el desierto, casi con eco.

"¡Jungkook, ¿qué haces?!"

"Mosquito, yo te quiero mucho, pero no creo poder aguantar este comportamiento tuyo hasta cruzar el desierto. Lo siento en el alma." Se disculpaba de antemano, golpeando suavemente el lomo de Maoi-lee. "Maoi-lee, agacha, por fa."

Así mismo, el cerdito más grande hizo lo pedido, agachándose de modo que él pudiese depositar a TaeHyung sobre su lomo.

Y TaeHyung, que no entendía nada de lo que sucedía a su alrededor, terminó confundido, sentado sobre su cerdo como si nunca hubiese rozado el suelo.

¿Qué acababa de pasar?

"P-Pero..." Titubeó, siendo incapaz de reaccionar.

Jungkook tampoco dijo gran cosa, simplemente se dedicó a rebuscar entre las pertenencias de ambos en la mochila, sacando y volviendo a guardar lo que no necesitaba, hasta dar con su objetivo inicial, bajo la atenta mirada del pelirosa. Le vio sacar un botecito pequeño de cristal, cuyo contenido TaeHyung no había visto nunca jamás.

Se trataba de una crema especial, o al menos, eso había deducido él, mientras observaba a Jungkook esparciendo el líquido semipegajoso en sus manos y acto seguido dirigirse a Maoi-lee, indicándole que le tendiera su pata delantera izquierda. Maoi-lee le hizo caso una vez más, permitiéndole untar aquella crema en sus pezuñas que, según el propio TaeHyung, empezaban a oler a quemado. Aquello no era cierto, pero era mejor prevenir que curar, así que Jungkook realizó el mismo procedimiento tres veces más, hasta que las patas del cerdo más grande estuvieran protegidas no sólo del fuerte Sol cegador, sino también de la arena hirviendo. Del mismo modo, sacó los sombreros que habían comprado días atrás, cubriendo primero la cabeza de Maoi-lee de modo que sólo sus orejas sobresalieran y haciendo lo mismo con Nuka, su sombrero siendo mucho más pequeño en comparación al de su hermano.

Quedándose con dos sombreros oscuros y del mismo tamaño en la mano, suspiró, dejándolos sobre el lomo del cerdo,

"Listo, ya no olerá a cerdo quemado, Maoi-lee y sus pezuñas están a salvo." Sentenció, sacudiéndose los restos de arena en las manos con un suspiro, tras volver a guardar la crema donde pertenecía. Luego, y por segunda vez, indicó a Maoi-lee que se agachase para así él poder subir, ocupando el lugar vacío entre TaeHyung y Nuka, quien inmediatamente se subió en su regazo. "Ahora sí, continuemos."

TaeHyung, aún perplejo por lo sucedido, se le quedó mirando conforme avanzaban. Jungkook le devolvió la mirada, riendo nada más notar su expresión.

"No me mires así, mosquito... Era necesario."

Sólo entonces, frunció el ceño. "¿Tratarme como a un saco de patatas era necesario?"

"¿Saco de patatas?" Él también frunció el ceño, divertido por la situación. "Yo sólo he hecho lo más conveniente para todos, ya que no parecías encontrar una solución a lo que te estaba atormentando por ti mismo."

"Casi me has lanzado encima de Maoi-lee, Jungkook."

Negando, resopló. "Claro que no, no seas exagerado, hazme el favor..."

Sus cejas se levantaron de modo que estuvieron a punto de camuflársele con el flequillo. "¡¿Exagerado?! ¿Yo?"

Jungkook meneó la cabeza, asintiendo.

"Efectivamente..." Dijo, los ojos de la persona que tenía a su lado y le fulminaban, tornándose aún más oscuros. Suspiró, relajándose. "Estabas quejándote del sol, de que se te quemaban los pies y no parabas de sudar como un cerdo."

"Los cerdos no sudan..."

"Ya lo sé, sé que no sudan, pero entiendes a lo que me refiero." Insistía, viéndole asentir. "Así que como no parecías por la labor de tranquilizarte y disfrutar de nuestro nuevo destino cómodamente, decidí que debía ponerle una solución a tu gran problema. Y eso hice. Ahora no se te queman los pies por la arena caliente, ¿o sí?"

TaeHyung negó, mirando sus propios pies rojizos. "No..."

"Jimin nos dio esa crema especial para las patas y pezuñas de los animales, dijo que protegían su piel del sol, frío excesivo... Ya sabes, cambios de temperatura que pudieran afectarle."

"¿Cuándo?"

"Cuando nos fuimos, ¿cuándo va a ser?" La obviedad goteó de su respuesta. "Me encargué de guardarla junto a los gorritos y termos de agua helada para que todo estuviera en el mismo bolsillo, así sería más fácil."

Los labios del pelirosa se apretaron mientras asentía sutilmente, luciendo pensativo. Sin embargo, no alcanzó a decir nada más cuando la sensación de algo posándose en su cabeza lo distrajo, mirando de inmediato hacia arriba para ver que Jungkook le había colocado aquel sombrero que compraron en su segunda parada, llevando el suyo propio.

"Ahora tú también estás protegido del sol, por lo que no pasarás tanto calor." Señaló, acomodándoselo. "¿Ves? Soluciones, mosquito."

TaeHyung esbozó una sonrisa, riendo entre dientes. "Sí, bueno... No puedo pensar en solucionar algo cuando mi cabeza es un caos. No soy racional cuando estoy incómodo, cansado o bajo cambios de temperatura, creo que ya te has dado cuenta de eso..."

"Crees bien."

Entonces, él agachó la cabeza, mostrándose avergonzado. "Lo siento, supongo..."

"No necesitas disculparte, TaeHyung, eso no es un problema para mí, tranquilo. Yo puedo ser racional y buscar soluciones por los dos."

"¿Tú crees?"

"Claro. Tú consigues cosas por tu cara bonita y yo las uso en los momentos necesarios, cuando entras en pánico y no sabes reaccionar. Trabajo en equipo se le llama, ¿no? Ya sabes, de algún modo nos complementamos, mosquito."

Sólo entonces y tras aquellas palabras que, no deberían causar nada en él, pero de algún modo terminaron haciéndolo (para sorpresa de absolutamente nadie), el pelirosa se sonrojó, sintiendo su corazón latir desbocado contra las costillas. Tan, pero tan rápido que incluso pensó que se le había salido de cuajo.

"Sí... Sí que lo hacemos, sí." Estuvo de acuerdo, tragando saliva mientras asentía.

Jungkook le devolvió la sonrisa, acariciando su nuca con suavidad, estremeciéndole de pies a cabeza. "Me alegra que estés de acuerdo."

TaeHyung dejó escapar un corto suspiro, apartando la mirada.

Tal vez, no debería tener aquellos sentimientos demasiado obvios y que con el paso del tiempo se volvían tan fuertes. O al menos, no por alguien a quien no volvería a ver. Pero, tal vez, también, ya era demasiado tarde para cuestionárselo a sí mismo. No podía dar marcha atrás.

"Este sitio no es tan malo como pensaba." Decía el pelirosa, mirando su desértico alrededor cuando llevaban un par de horas en el camino.

Aún si parecía no tener fin alguno, con montañas gigantescas de arena a los costados, yuccas de ramas largas y baobabs cuyos troncos eran considerablemente los más gruesos que había visto en su vida, y por supuesto, ninguno de los árboles llegando a producir algún tipo de sombra, no era tan malo. Ni siquiera cuando el sol seguía planeando dejarles ciegos, derretidos y con una conmoción de lo fuerte que pegaba.

"¿Ves? Te lo dije, al final termina teniendo su encanto... Además, nunca hemos estado en un lugar así antes y seguro que es divertido en cierto modo. Leehan dice que hay muchos oasis de agua cristalina y cantinas donde sirven comida exquisita, sólo nos falta encontrar todo eso."

Él asintió, dándole un sorbo al termo de agua casi congelada que llevaban en la mochila. "Con un poco de suerte, esta parada nos servirá para descansar de tanto caos..."

"Claro que sí, mosquito, tú relájate y disfruta. Igual hasta volvemos a casa bronceados."

"¿Tú crees?"

"Todo puede ser, ¿no?" Dejándose caer hacia atrás hasta estar tumbado sobre el lomo de Maoi-lee, Jungkook se encogió de hombros. "Anda, ven y túmbate a mi lado. Es muy cómodo."

Nuka se acomodó en su estómago, apoyándose sobre sus propias patas y cerrando los ojos, dispuesto a volverse a dormir. Como si no acabara de despertarse de una siesta que había durado aproximadamente tres horas.

"Bueno..." Encogiéndose de hombros también, copió la acción del azabache y terminó recostándose junto a él, suspirando. El sombrero era lo suficientemente grande como para proteger su cabeza y rostro del sol, así que no podía quejarse. "Supongo que tienes razón, se está muy buen así."

Girando el rostro para poder observarle con los ojos entrecerrados, le sonrió.

"¿A que sí?"

"Sí... Siento que podría volver a quedarme dormido en cualquier momento."

"Adelante, hazlo. Yo vigilaré el camino que nos queda y te avisaré en cuanto veamos algún sitio en el que poder descansar o parar para comer algo, no te preocupes."

"Hm, no... Prefiero sólo quedarme así, despierto. No quiero dormirme cuando puedo pasar tiempo contigo." Admitió, logrando que su corazón se acelerase. "Me gustan las conversaciones que tenemos en estos momentos."

"¿Te gustan?"

Y él lentamente asintió. "Creo que son lo mejor del viaje."

"¿Incluso...?"

"Incluso por encima de la comida deliciosa, sí." Aclaró antes de que hiciera la pregunta. Jungkook esbozó una sonrisa, admirándole de cerca ahora que TaeHyung había cerrado los ojos para simplemente descansar la vista de tanta claridad. Su nariz se arrugó. "¿Qué estás mirando tanto?"

Jungkook rio entre dientes. "A ti, mosquito. Eres adorable cuando me dices cosas bonitas."

"Pero siempre te digo cosas bonitas."

"Por eso."

TaeHyung se sonrojó hasta las orejas, haciéndole reír aún más fuerte y consiguiendo que ni siquiera pudiera controlar el impulso de alzarse sobre él y besarle en los labios, sorprendiéndole con tal acción. Sin embargo, no dijo nada, tan sólo se mantuvo en silencio mientras Jungkook volvía a su postura inicial, con una sonrisa radiante en el rostro. La misma que él intentaba ocultar al mantener los labios apretados.

"¿Qué crees que estarán haciendo los chicos ahora?" Cuestionaba el azabache con voz suave.

"¿Hm...?"

TaeHyung no alcanzó a escucharle la primera vez, así que repitió:

"Los chicos, ¿qué crees que estarán haciendo?"

Entonces, él se encogió de hombros. "Oh, pues ni idea... Yim debe estar a rebosar con los pedidos que entran todos los días al negocio de su madre, igual que Joowan y los mellizos. Wooyoung asumo que seguirá ayudando en la granja de los Park mientras discute a diario con el doctor Choi y probablemente Jimin esté adiestrando a su décimo ejército de chinchillas semanal, como siempre."

Una carcajada abandonó los labios del azabache, contagiándole. "Todo eso es tan gráfico que ni siquiera puedo discutirlo..."

"Lo sé, por eso mismo lo digo."

"No falta mucho para esa fiesta de la que Wooyoung tanto hablaba, ¿no?" Se giró a mirarle. El pelirosa se encogió de hombros.

"Un par de meses, como mucho... Inicia al poco tiempo de terminar el verano y ya hemos terminado septiembre prácticamente. Supongo que Wooyoung debe estar preparándose, en caso de que el doctor Choi compita también."

Asintiendo, suspiró. "Ojalá pueda ayudarle a ganar esta vez y me de tiempo a quedarme para verlo competir... Debe ser muy emocionante."

"Sí, lo es."

"Aunque también me he encariñado con el doctor Choi y no quiero que su derrota sea humillante, por lo que podría considerarse que estoy un poquito... dividido." Mencionaba, torciendo los labios. TaeHyung le observó. "No se lo digas a Wooyoung."

"No lo haré. Si llega a enterarse de eso que has dicho, tú pasarás a ser su enemigo público en lugar de Choi San."

Ver a TaeHyung tan seguro de lo que decía, preocupó a Jungkook. "Vaya... ¿Es para tanto?"

"Llevan en una enemistad unilateral más de ocho años, créeme que lo es. Wooyoung odia al doctor, o bueno... Odiarle, lo que se dice odiarle, no; pero sí que disfruta menos su presencia que cualquiera de nosotros." Explicaba, aunque Jungkook eso ya lo sabía. "Y el doctor Choi, bueno... Digamos que no comparte ese odio."

"¿Al doctor le gusta Wooyoung?"

"Y bastante, sí."

Su ceño se frunció, confundido. "¿Cómo es posible tener sentimientos por alguien que te odia?"

TaeHyung, como era de esperar, no tuvo forma de darle la respuesta que buscaba, así que se encogió de hombros. Él tampoco tenía ni idea, incluso si todos contaban con las mismas dudas.

"Sinceramente, grandullón, no tengo ni idea... Como persona que adora a Wooyoung al ser uno de mis mejores amigos, podría decirte un sinfín de razones por las que Choi San estaría interesado en él, pero desconozco de dónde proviene ese masoquismo." Admitió, escuchando su risita. "Tal vez, sabe que muy, muy, en el fondo, Wooyoung no lo detesta tanto como dice."

Frunciendo los labios, el azabache se mantuvo pensativo. "¿Y tú crees que eso es así?"

"Yo no creo que lo odie en lo más mínimo, sólo finge porque lo que sí odia es que San sea igual de fuerte que él y que en ese hecho exista la posibilidad de ser reemplazado. Wooyoung odia ser reemplazado."

"Pues como todo el mundo, ¿no...?"

"Sí, claro, pero lo suyo va más allá." Le hizo saber, torciendo un poco el gesto. "Wooyoung era el dexian más importante de la ciudad, al que todos acudían cuando necesitaba algo que implicase ejercer fuerza... Eso le hacía sentir importante, especial... Hasta que San descubrió su habilidad especial con el paso de los años y esa sobreatención que Wooyoung recibía se dividió. Ya no era tan especial para los demás vecinos, no acudían a él y bueno... Puedes imaginarte el resto."

Un bufido resonó, mientras Jungkook meneaba la cabeza. De algún modo, eso ni siquiera le tomaba por sorpresa. La gente era tan predecible que incluso resultaba complicado no verlo venir.

"Pero eso no es culpa del doctor Choi, él ni siquiera eligió tener la misma habilidad."

"Lo sé, por eso nadie lo culpa. En el fondo, ni el propio Wooyoung lo hace... Pero cuando eres el mediano de doce hermanos y no pasas desapercibido ni siquiera en tu propia casa, destacar por ti mismo es casi un milagro. Que de forma indirecta alguien llegue y te arrebate todo el mérito, no es agradable."

Entendiéndolo finalmente, Jungkook torció el gesto del mismo modo, no siendo difícil para él ponerse en el pellejo de Wooyoung. "No, definitivamente no lo es..."

"San no tiene ni ha tenido jamás la intención de competir con él, sin embargo, Wooyoung ya lo ha elegido como su enemigo público número uno y no parece estar por la labor de soltarlo, ni siquiera si él sabe perfectamente que es inofensivo. Es tozudo como nadie."

Otra risita resonó.

"Lo sé, créeme que lo sé... No sé si su cabeza es tan fuerte o simplemente es bruto como un braquiosaurio haciendo acrobacias, pero parece estar hecho de cemento." Bufaba, haciendo al pelirosa reír.

"¿Por qué crees que nos llevamos tan bien y que podríamos matarnos al mismo tiempo? Somos iguales."

Jungkook puso los ojos en blanco. "Y que lo digas..."

La risa de TaeHyung se volvió algo más escandalosa, golpeando su hombro. "¡Oye! ¿A qué viene esa cara que has puesto?"

"¿Cuál cara?" Este no tardó en hacerse el desentendido, tratando de ponerse serio incluso si era imposible. Señaló su propio rostro. "¿Esta? Es mi cara normal, mosquito. No sé a qué te refieres."

"¡Claro que lo sabes! ¡¿Acaso te molesta que sea así?!"

"No, claro que no... ¿Cómo piensas eso?"

Todavía notando la burla en su voz, TaeHyung no pudo quedarse quieto, usando sus manos para provocarle cosquillas y así devolverle el ataque a su manera.

"O sea, que sí tienes inconvenientes... ¡muy bonito, Jungkook, muy bonito!" Chillaba, pinchándole las costillas mientras el azabache se desternillaba de la risa. "Tienes algún inconveniente más que decirme, ¿eh? ¿Hay algún aspecto más de mí que no te guste?"

"No..."

"¿Mi pelo? ¿Mi cara? ¿Mis alas? ¿Brillan demasiado para ti?" Las movió conforme hablaba de ellas, luciendo desafiante al mismo tiempo en que no detenía su pequeña tortura.

Jungkook movió los pies, zarandeándolos a modo de protesta. "Que no, que no... Para de hacerme cosquillas, por favor. Me voy a mear encima de Maoi-lee."

"Oh, ¡pues a mí no me gustan los meones!"

"Entonces para o me convertiré en uno."

"Ese es tu problema, grandullón." Se encogió de hombros, trasladando las cosquillas hacia su abdomen, por encima del ombligo.

El azabache se retorció. "Basta... Basta, por favor... No aguanto las cosquillas."

"Así que también vas a quejarte de mis cosquillas, ¿eh? ¡Pues te vas a enterar!" Amenazando inmediatamente con volver a atacar sus costillas con las yemas de sus dedos que ya se encontraban arqueados, vio el modo en que Jungkook casi palidecía, meneando la cabeza con rapidez.

"No, no, no... ¡Para, para!" Antes siquiera de ser rozado, chilló, sosteniéndole las muñecas. TaeHyung le miró a los ojos. "No más cosquillas por hoy, mosquito. Se acabó."

"Eso lo decidiré yo."

Él volvió a negar. "Por nada del mundo, no. Se acabó." Repetía. "Y no, definitivamente no hay nada de ti que me moleste. Ni siquiera el hecho de que cambias drásticamente de personalidad cuando hace calor, no has dormido lo suficiente, te emborrachas o te sientes incómodo."

El corazón de TaeHyung no tardó en acelerarse. "Oh, eso es..."

Jungkook le interrumpió.

"Ni mucho menos que seas tan torpe. Eso tampoco me molesta en absoluto."

Y, por supuesto, la sonrisa que el mosquito tenía en su rostro, junto al leve sonrojo en las mejillas, cambió por una mueca de pocos amigos, fulminándole conforme se erguía.

No acababa de decir eso.

"¿Torpe?" Repitió, sus ojos oscuros y pequeños observándole. "¿A quién llamas tú torpe?"

Jungkook palideció nada más reconocer lo que él mismo había dicho, atragantándose con su propia saliva en cuando abrió la boca para explicarse.

"No, no... N-No me refería a eso, yo... No quería... No..."

"Me has llamado torpe..."

Él siguió negando, buscando la manera de poder explicarse sin parecer que estaba comiendo piedras (una comparación maravillosa que le había robado al señor Myung, por cierto). Sin embargo, ni siquiera fue necesario, pues por suerte o por desgracia, aquella disputa había llegado a su fin de una manera algo... Drástica. Ya que, cuando quiso darse cuenta, TaeHyung se encontraba volando por los aires tras ser azotado por un montón de granos de arena volátiles que impactaron contra ellos.

"¡Jungkook!" Le escuchó gritar, sin tener oportunidad alguna de reaccionar.

Lo siguiente que supo, es que él también estaba volando por los aires. Sin rastro de Maoi-lee o de Nuka bajo su cuerpo, sólo arena y más arena moviéndose a su alrededor.

Una tormenta de arena. Estaban metidos dentro de una puñetera tormenta de arena.

"¡TaeHyung!" Gritó tan pronto como fue consciente de lo que sucedía, alargando el brazo para atraparlo, pero fallando en el intento. Sólo pudo rozarle los dedos antes de que este fuera engullido por el vórtice de arena.

"¡Jungkook, socorro!"

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