✧c.-039
N/A: Tuve que separar este capítulo en dos porque rozaba las diez mil palabras y he notado que eso me pasa mucho últimamente... Luego me quejo de mi vista horrenda xD
Cap dedicado a woojeonttk ♡♡
Hoy os recomiendo 'Pick Up The Pieces' de Jason Derulo, una de mis favoritas de todos los tiempos aunque sea viejita.
[...]
La aparición y desaparición inesperada de Minsu no había dejado indiferentes a ninguno de los dos. TaeHyung, que se encontraba desolado al no poder ayudarle como hubiese querido y Jungkook, quien desgraciadamente se veía a sí mismo más reflejado en él de lo que quizás debería.
TaeHyung no lo culpaba, por nada del mundo lo haría. Sin embargo, ni siquiera podía evitar el sentimiento de querer y no poder ayudar que lo invadía.
"Alegra esa cara, mosquito." Le decía Jungkook, frotando su brazo mientras lo mantenía abrazado, tratando de animarle. Él emitió un sonidito afirmativo, pero sabía que seguía decaído. "Minsu estará bien, ya lo verás. Seguro que encuentra su propio camino y las cosas mejoran para él."
"Ya..."
"Hazme caso, sé lo que digo. Las cosas mejoran con el tiempo, y aquí hay gente muy buena que seguro está dispuesta a ayudarle."
Los labios del pelirosa se fruncieron. "¿Y si él no quiere ayuda...?"
"Claro que la quiere, todos lo hacen, pero algunos no saben cómo pedirla ni tampoco aceptarla." Explicó, sin soltarle.
TaeHyung no dijo nada, simplemente se mantuvo en silencio con los labios formando una fina línea, claramente disgustado. Observándole, Jungkook suspiró, apretando su cuerpo un poco más.
"Oye, mira... Sé que para ti esto supone un disgusto muy grande, es normal. Para mí también lo es, en el fondo, porque me hubiese encantado ayudarle." Se sincero, viendo la tristeza en su mirada. "Pero también sé lo difícil que es todo esto desde la otra perspectiva, desde la de Minsu."
"Lo sé..."
"Minsu debe tener otros planes y sus propias razones para no querer acompañarnos. Y está bien, no pasa nada. Confío en que es un muchacho inteligente al que la vida lo va a tratar bien."
TaeHyung asintió finalmente, estando de acuerdo tras dejar escapar un pequeño suspiro. Era consciente de que martirizarse y llevarse la cabeza de pensamientos hirientes, preguntas que no tenían respuesta y dudas que jamás podría resolver, no serviría de nada. Ni siquiera le ayudaría a sobrellevar aquella pequeña decepción. Aún así, le dolía no poder brindar toda la ayuda que tenía a alguien más. Le hacía sentir impotente, molesto. Enfadado con el mundo.
Jungkook le acarició la mejilla, sacándolo así de su pequeña burbuja y consiguiendo que le mirase de vuelta. Su dulce sonrisa fue lo primero que vio, encontrando casi imposible no poder devolvérsela al instante.
"No me gusta verte así, mosquito..."
"Lo siento, es sólo que... Tenía otros planes, ¿sabes? Pero tienes razón, está bien. Las cosas no siempre salen como uno quiere por muy molesto que sea." Asintió, más que sí mismo que para él azabache, algo así como si tratara de autoconvencerse. Luego, suspiró. "Confío en que Minsu estará bien siguiendo su propio camino."
Jungkook también asintió. "Claro que sí."
"Ahora l-lo mejor es que nosotros también nos centremos en seguir con nuestro propio camino. Aún tenemos que prepararnos para ir rumbo a Li-Minn-Kwest y estamos aquí dando vueltas por la playa..."
Mirando a su alrededor, se encogió de hombros. "¿Y qué hay de malo? Me gusta la playa. Es bonita y apenas he visitado otras a lo largo de mi vida. Podemos quedarnos un ratito más."
TaeHyung le observó, consternado. "Pero vamos muy tarde, Jungkook..."
"Claro que no, vamos bien, ¿dónde está la prisa? Soy yo el que debe volver a casa pero parece que eres tú quien lo desea, mosquito..." Claramente bromeó, riendo. "¿Acaso quieres que me vaya pronto?"
De inmediato, este negó, casi horrorizado al haberle dado tal impresión.
"No, no, claro que no, ¿cómo voy a querer eso?" Murmuró, mirando sus propias manos sin dejar de negar. "Simplemente no quiero entorpecer el objetivo inicial de este viaje. No quiero que tus planes se retrasen por mí... ¿Entiendes?"
"Yo lo entiendo, tú eres el que no lo hace." Le dijo, confundiéndole.
"¿Yo?"
TaeHyung se señaló.
Él asintió. "Sí, tú. Ya te lo he dicho, mi objetivo inicial es disfrutar de tu compañía todo el tiempo que pueda, TaeHyung."
Sus mejillas no tardaron en enrojecer debido a aquellas palabras.
¿Cómo se suponía que debía reaccionar a ellas?
"Pero esos ingredientes..."
"Son importantes, muy importantes, no te lo niego." Dijo, pues la realidad seguía siendo esa. "Sin embargo, que tú estés aquí conmigo convierte lo que podría ser una verdadera mierda de viaje, en probablemente el mejor recuerdo que vaya a tener en mi vida, TaeHyung. Y-y quiero disfrutarlo, permitirme hacerlo..." Susurró aquello último, teniendo los ojos llenos de lágrimas sin poder evitarlo. "Aprovechar la que quizás sea mi única oportunidad de ser verdaderamente feliz."
Asintiendo, eliminó con rapidez, la primera lágrima que delató al azabache. "Yo también estoy disfrutando mucho este viaje, lo sabes, no quiero dar la impresión contraria porque no..." Se apresuró a decir, tragando el nudo en su garganta. "Me encanta estar aquí, contigo, todo lo que estamos viviendo juntos. Desgracias incluidas..."
"Y yo. Desgracias incluidas también."
La risita conjunta de ambos resonó. TaeHyung agachó la cabeza, suspirando.
"Es sólo que, bueno... No quiero ser... Eso. Ya sabes..."
Apartándole el cabello de la frente, Jungkook meneó su cabeza a modo de negación. "No estás siendo nada que no quieres ser, mosquito."
TaeHyung le sonrió. "Vale..."
"Es más, gracias a que eres de esa forma tan única, es que todo esto es aún más especial. No sería lo mismo sin ti." Le dijo, golpeándole la barbilla. "Por nada del mundo querría hacer este viaje con nadie que no fueras tú, los cerdos y la mala suerte que nos acompaña."
Maoi-lee, dándose por aludido, golpeó suavemente la espalda de Jungkook con su hocico, robándoles una carcajada.
"Creo que él se siente del mismo modo por ti."
Nuka emitió un chillido que no dejó a nadie indiferente.
"Espero que él también."
TaeHyung se movió para acariciar su cabeza, dando pequeños golpecitos.
"Seguro." Asentía, respirando hondo. Los ojos de Jungkook se mantuvieron fijos en él.
"¿Y tú?"
Devolviéndole la mirada al instante, sostuvo el rostro del azabache con una sonrisa. "Yo me ofrecí a hacerlo y lo seguiría haciendo infinitas veces más, Jungkook."
Jungkook le sonrió de vuelta, besándole la sien.
Permanecieron así un tiempo más, paseando junto a la orilla de aquella playa inmensa en dirección al puerto, con la brisa marina acariciándoles y las olas mojando sus pies descalzos mientras avanzaban, hundiéndose en esa arena fría, grumosa que inexplicablemente TaeHyung encontraba reconfortante. Disfrutando de su última noche allí antes de partir.
"Es increíble lo que cambia la vida desde esta perspectiva..." Murmuraba Jungkook, acariciando inconscientemente la espalda baja de TaeHyung.
El pelirosa le observó con interés. "¿A qué te refieres? ¿Qué perspectiva?"
"A esta, ser literalmente del mismo tamaño que un mosquito. Todo parece gigante a mi alrededor y no me acostumbro a pesar de que lo encuentro alucinante... No pensé que una roca de playa cualquiera pudiera ser diez veces más grande que yo. Nunca me había pasado."
"Bueno... Todo te parece gigante porque es gigante, Jungkook. La madre naturaleza es inmensa en comparación a nosotros." Señalando a su alrededor, dijo. "Los árboles, montañas, ríos... Todo se queda gigante a nuestro lado, independientemente de si medimos quince centímetros o dos metros. Si no, mira el mar y dime, ¿cuántos metros de profundidad crees que debe tener?"
Este suspiró, pensativo. "Muchísimos... Ni siquiera me atrevería a hacer un cálculo."
TaeHyung asintió, buscando algo más con la mirada hasta señalarlo. "¿Y ese barco de ahí?"
"Debe tener como cinco o diez metros de alto y quince de largo."
"Lo cuál es considerablemente mucho más grande que nosotros dos tanto en tu medida como en la mía, ¿verdad?" Le dijo. El azabache asintió. "Pues en el mar se vuelve diminuto. Ahí dentro todo es pequeñito."
"Sobre todo tú." Se burló.
De inmediato, TaeHyung le dio un puñetazo suave en el hombro, luciendo ofendido y molesto, robándole una carcajada. "¡Gilipollas!" Chilló, seguido de un segundo puñetazo.
"Oye, oye, menuda bestia... Sólo era una pequeña broma." Continuó burlándose, viéndole levantar la mano por tercera vez, en señal de amenaza. Él rápidamente retrocedió algunos pasos, impidiéndole alcanzarlo. "No, no, quieto."
TaeHyung voló tras él con la mano en alto. "Retíralo."
"Lo retiro, lo retiro."
"Y discúlpate por ser un maleducado."
Su ceño se frunció. "¿Maleducado? Pero yo no-"
El tercer golpe lo alcanzó en lo que duraba un parpadeo, aprovechándose de su distracción cuando se encontraba confundido. A veces olvidaba que, sin ser su don aparente, TaeHyung era mucho más rápido de lo que él sería nunca. Y también volaba, lo cual significaba velocidad extra.
"¡Ay!"
"Discúlpate por maleducado, te has burlado de mí."
"Que no me he burlado de ti, TaeHyung." Un cuarto golpe rozó su brazo mientras él reía. "¡TaeHyung, para!"
"¡Pues discúlpate!" Chillaba, conforme convertía sus ataques en una avalancha de pequeños golpes —con efectos de sonido producidos por su propia boca incluidos— que no parecían querer detenerse.
Jungkook atrapó los brazos de TaeHyung en un movimiento rápido, aprovechando el primer descuido e impidiéndole seguir tras rodear su cuerpo para inmovilizarlo. Él se quejó.
"Vale, ya está. Me disculpo por haberme burlado de tu diminuto tamaño."
Sólo entonces, un muy sonriente pelirosa que inicialmente asentía, satisfecho con su disculpa, se quedó quieto y callado al analizarla, sintiéndose aún más enfadado que la primera vez y removiéndose para ser liberado.
"¡¿Cómo que diminuto?!"
Él soltó una carcajada, negando e inmovilizándolo contra su cuerpo de nuevo con rapidez. "Es broma, es broma, mosquito. No te enfades, sabes que no lo digo en serio." Decía, frente aquel par de ojos que lo fulminaban. "Eres mi criatura favorita en el mundo, ¿cómo voy a querer burlarme intencionalmente de ti?"
"Porque eres gilipollas."
Entonces, fue el turno de Jungkook para verse ofendido, decaído e incluso triste.
"Anda... Qué feo ha sido eso que me has dicho."
"¿Feo? Sólo ha sido una pequeña ofensa, grandullón, no es para tanto." Dijo, sonriente, antes de lucir pensativo. Las cejas del azabache se alzaron, sorprendido ante aquel inesperado ataque. "Bueno, «grandullón» creo que ya no, ¿verdad? Quince centímetros es bastante pequeño para alguien que solía ser un gigante de casi dos metros... Casi me siento mal por ti. Con razón ves todo tan grande ahora. Pobrecito..."
"Vale, eso es muy cruel, aunque me lo merecía." Señaló en defensa impropia, no pudiendo no verse orgulloso de él. "Bien jugado."
TaeHyung le dedicó una sonrisa satisfecha. "¿Verdad que sí?"
"Sí, bastante."
"Gracias."
"Pero esta noche dormimos en camas separadas, que lo sepas." En un arrebato de pura indignación, dijo, haciéndole reír a carcajadas cuando se dio la vuelta, dispuesto a caminar en dirección contraria. Medio segundo después, el pelirosa saltó sobre él, aferrándose a su espalda.
"Eso no te lo crees ni tú."
Jungkook apretó los labios, negándose a sonreír incluso si lo estaba haciendo involuntariamente.
"Oye, ¿y esa señora?" Le escuchó decir, apenas levantando la vista del suelo para mirar hacia el frente.
"¿Eh?"
TaeHyung señaló a lo lejos con los ojos entrecerrados. "Esa señora de allí, junto al barco, parece que nos está saludando, ¿no? No distingo bien lo que hace con el brazo."
Mirando hacia el mismo punto, Jungkook notó que, efectivamente había una mujer a lo lejos mirando en dirección a ellos y zarandeando la mano en el aire a modo de saludo. Él no tardó en reconocerla.
"Es la señora Dong."
"¿En serio?"
"Sí, vamos a saludar." Le dijo al pelirosa, caminando más rápido en dirección a ella.
La mujer sonreía de oreja a oreja, aferrándose a su bastón con una mano y meneando la otra para llamar la atención de los más jóvenes, quienes llegaron a su lado en poco tiempo, dejando atrás aquella playa.
"¡Chicos, hola!"
"Hola, señora Dong." Dijeron casi al mismo tiempo.
"¿Cómo es que está tan tarde por aquí, señora? ¿Ha salido a dar un paseo?"
Riendo, ella negó. "Me voy a pasar unos días con mi hija pequeña a Azfarshk, siempre suelo ir a visitarla en esta época del año ya que allí no hace tanta humedad. Soy alérgica." Explicó, viéndolos asentir. "¿Y vosotros? ¿Dando un paseo nocturno?"
"Sí, algo así, estamos preparándonos para dejar Baehmsue e ir rumbo a la frontera de Li-Minn-Kwest."
"¿Ahora? ¿Tan tarde, chiquillos?" Su tono de voz y la mirada en su rostro rápidamente cambió a uno de preocupación. Ambos rieron, enternecidos.
"Sí, señora Dong."
"¿Y vais a ir vosotros dos solos?"
TaeHyung señaló al par de cerdos que tenían tras ellos. "Con nuestros queridos acompañantes, Maoi-lee lleva siendo nuestro medio de transporte durante todo el viaje, no es nada nuevo para nosotros, no se preocupe."
Estando de acuerdo con él, Jungkook asintió. "Sí, además el camino hacia la frontera es mucho más seguro de lo que parece, no hemos tenido ningún problema hasta ahora, ¿verdad?"
"Verdad."
Sin embargo, a pesar de lo seguros que parecían, la mujer continuaba viéndose angustiada, una mano en su pecho dándole más dramatismo a su postura consternada.
"¿Cómo va a ser eso? ¿Vais a estar toda la noche despiertos en el camino? ¿Sin dormir?"
"Claro que no, nos vamos turnando. TaeHyung duerme, yo me mantengo despierto mientras tanto y así sucesivamente hasta que llegamos a las cabañas para turistas que hay en cada frontera. Descansamos el resto de la noche allí y luego seguimos hasta llegar a la ciudad. Es la cuarta vez que lo hacemos."
"Qué horror, chiquillos..."
Ellos volvieron a reír, negando. "Está bien, señora Dong, no es para tanto."
"Mamá, el barco ya casi está listo para zarpar, ¿por qué no subes y te acomodas mientras?" Un chico alto, con un tono de color azul oscuro, aunque no tanto como el de la señora Dong, se acercó a ellos, posando su brazo alrededor de los hombros de la mujer, quien se giró hacia él inmediatamente. "Oh, buenas noches."
"Hola."
"Buenas noches."
"Estaba hablando con los chicos que me ayudaron ayer, hijo, te hablé de ellos, ¿lo recuerdas?" Se dirigió a su hijo, viéndole asentir antes de señalar a los susodichos. "Ellos son TaeHyung y Jungkook."
Él les tendió una mano amistosa que ambos apretaron. "Encantado de conoceros y muchísimas gracias por ayudar a mi madre. Me esperé lo peor cuando supe qué le había pasado y saber que hubo alguien ahí para socorrerla me tranquilizó mucho. Gracias en serio."
"Leehan es mi hijo mayor, es capitán del ferribús." Explicaba la mujer. "TaeHyung y Jungkook también viajarán esta noche a pie hacia Li-Minn-Kwest, estábamos hablando de eso."
"Oh, ¿a pie?"
"Bueno, a pie no, montados en Maoi-lee, nuestro cerdo y medio de transporte." Señalando al susodicho por segunda vez, una risita se le escapó de los labios. "La señora Dong estaba horrorizada por saber que iríamos solos hasta la frontera tan tarde, pero ya le explicamos que no es nada peligroso."
"Y tenéis razón, no es peligroso." Dijo, asintiendo. "Aunque el desierto casi que nos pilla de camino y, de hecho, muchos de los pasajeros se bajarán en la frontera, así que podéis uniros si queréis. Hay varios asientos libres y espacio de sobra para un ferricerdo y su ferricerdito."
TaeHyung, que inicialmente iba a rechazar su propuesta, no tardó en sopesarla, pues un tiempo atrás Jungkook había mencionado la ilusión que le hacía viajar en barco por primera vez. Recordar aquello cambió el trayecto de su decisión a una positiva, con los ojos brillándole intensamente al pensar en cómo reaccionaría él.
"¿Lo dice en serio?"
"Sí, por supuesto. Podéis tomarlo como una muestra de agradecimiento por ayudar a mi madre."
"Pero..."
"¡Claro que lo tomarán!" Respondía la señora Dong con rapidez, interrumpiendo lo que probablemente sería una respuesta negativa por parte del azabache. "Subid ahora mismo, vamos, niños. No pienso escuchar un 'no' por respuesta."
Su hijo rio. "Los asientos son reclinables y tienen almohadillas de algodón, para que descanséis bien. Son muy cómodos, os lo dice alguien que duerme en ellos a diario ya que siempre tiene turno de noche."
"Nunca he viajado en ferribús, ¿es seguro?"
"Es el medio de transporte más seguro que existe, que el mar no os engañe. No viajamos sobre aguas profundas ni tampoco cuando hay demasiado viento, así que podéis estar tranquilos. Esta noche sólo habrá un poco de lluvia y quizás tormentas lejanas, nada por lo de preocuparse."
Satisfecho, el pelirosa asintió, esbozando una sonrisita dulce mientras atrapaba la mano de Jungkook. "Genial, en ese caso, agradeceríamos mucho que nos dieras un par de asientos libres."
"Faltaría más."
"Pues venga, todos para dentro que esta cosa va a zarpar en nada."
Jungkook le observó mientras los demás avanzaban hacia el interior del ferribús, deteniéndole e impidiendo que él también lo hiciese.
"¿Estás seguro, TaeHyung?"
"Claro que lo estoy, ¿por qué no lo estaría?"
"Porque te da miedo el mar..." Le recordó, como si aquel hecho hubiese abandonado su mente en un momento previo. TaeHyung, que claramente seguía recordando sus propios traumas, se encogió de hombros.
"¿Y qué? Estaré bien, no te preocupes por eso, grandullón. Quiero vivir la experiencia."
"¿Seguro...?"
Él asintió de nuevo. "¿Tú no decías que no tenía que temerle a nada si estaba contigo?"
"Sí."
"Pues te estoy haciendo caso." Dijo, viendo como una sonrisita aparecía en sus labios.
"Bien... Me alegro que así sea."
"Yo también. Ahora sube al ferribús que nos quedamos fuera, corre." Jalando de su brazo, atrapó a Nuka mientras él se encargó de jalar de las correas que rodeaban el cuello de Maoi-lee, adentrándose con rapidez.
El interior de aquel ferri era impresionante, como si hubiese sido traído desde otra dimensión. Con asientos grandes, ventanas amplias que daban al mar y techos cubiertos. Estaba decorado por esculturas de otros marineros, plantas y cuadros de criaturas marinas mitológicas. Nada más verlas, TaeHyung supo que los mellizos hubieran alucinado de estar en su lugar.
"Chicos, aquí. Venid." La señora Dong, que ya estaba acomodada en su asiento, les hizo una señal para que se acercaran, tendiéndoles dos papeles a cada uno. "Tomad, estos son vuestros billetes."
"Oh, muchas gracias, señora Dong."
"Muchas gracias."
Ella les dedicó su mejor sonrisa. "Le he pedido a Leehan que os ponga cerquita de mí para que me hagáis compañía. Espero que no os moleste."
Tomando asiento junto a la mujer, TaeHyung negó. "Para nada, viajar junto a usted es un placer."
"Ay, qué bonito, chiquillo. Os lo agradezco mucho."
"Aquí pone que cada ticket tiene un coste de cuarenta y ocho mil wons aproximadamente, ¿tenemos que pagarlo justo antes de bajarnos o cómo funciona eso? Nunca antes he estado en un ferribús." Jungkook quiso saber, luciendo confundido.
"No hay que pagar nada, descuida."
Y él, como era de esperar, frunció el ceño. "¿Cómo que no? ¿Entonces...?"
La señora Dong se llevó un dedo a los labios, chistando tras guiñarle un ojo. TaeHyung y él compartieron una mirada de inmediato, sabiendo lo que aquello significaba.
"Pero, señora Dong..."
Ella volvió a chistar. "No quiero oír nada, ni una sola queja. Ayer invité amablemente a dos chicos encantadores a cenar y me rechazaron sin dudarlo, cuando yo sólo quería ser agradecida, así que no voy a dejarlo pasar esta vez. Tomáoslo como un regalo." Dijo, encogiéndose de hombros. Ambos le observaban con indignación, aunque la mujer se encontraba demasiado ocupada rebuscando en sus maletas. "Y cambiad esas caritas, he traído comida de sobra para alimentar a dos establos de ponis. Os va a dar una indigestión si seguís mirándome así."
"Señora..."
Antes de que pudieran decir algo más, la mujer sacó dos recipientes llenos de pastel de arroz con queso, salsa de tomate agridulce y verduras. "¿Queréis? Están calientes todavía."
Ahí, TaeHyung ni siquiera pudo negarse, pues su estómago enamorado de aquel apetecible plato decidió traicionarlo, rugiendo como si llevara años sin probar bocado. Jungkook dejó escapar una carcajada en cuanto vio cómo se le calentaban las mejillas, acariciando su espalda. La señora Dong también rio.
"Eso es que sí." Asintió para sí misma, tendiéndoselo. "Tomad, podéis quedaros con este. Tengo cinco recipientes iguales, a mis nietos les encanta."
Con las mejillas igual de rojas que el plato que estaba recibiendo, TaeHyung sonrió. "Gracias, señora Dong..."
"No hay nada que agradecer."
TaeHyung y Jungkook engulleron aquel platillo de pasteles de arroz en cuestión de minutos, efectivamente, como si llevasen años sin comer. Luego de eso, la señora Dong sacó otros recipientes con su famoso kimchi sin picante, mariscos salteados y verduras a la parrilla, empanadas de soja, huevo y zanahoria y una mayonesa de ajo que aceleró el corazón de TaeHyung, quien no dudó en compartir aquel enorme queso recién comprado con ella.
Al cabo de unas horas, con sus estómagos llenos y la dulce señora Dong descansando cómodamente en su asiento reclinable, TaeHyung y Jungkook aprovecharon que los suyos propios se encontraban pegados, sin ningún apoyabrazos entorpeciéndoles, para acurrucarse el uno contra el otro, mientras las gotas de lluvia empapaban los ventanales que tenían a la izquierda del azabache.
"¿Sabes, mosquito?" Murmuró en apenas un hilito de voz, sintiéndose perezoso. TaeHyung le respondió con un sonido afirmativo, en señal de que estaba escuchándolo. "Creo que en realidad no tenemos tan mala suerte."
"Hm... Estoy de acuerdo."
"Nos han pasado cosas horribles desde que iniciamos este viaje, pero al final del día todo nos sale bien." Siguió diciendo. "Nos encontramos una tribu que quería arrancarnos la cabeza y terminaron acogiéndonos en su asentamiento, dándonos comida, alojamiento y un compañero más de viaje."
"Cierto."
"Un oso casi nos come vivos, pero-"
"Un beringal..." Corrigió.
"Un beringal casi nos come vivos y el señor Myung casi muere frente a nosotros, pero en agradecimiento nos llevó hasta su casa con su familia, nos acompañó hasta la famosa mina de caliender e hizo que ese mal trago resultara inolvidable, y ahora..."
"Ahora la señora Dong y su hijo nos están llevando en ferribús hasta nuestro siguiente destino."
Jungkook asintió. "Tenemos buena suerte, en realidad."
"Mucha."
"Y estamos viviendo una de las experiencias más únicas que viviremos jamás..." Añadió, esbozando una sonrisita en cuanto miró por la ventana.
El mar estaba tranquilo, danzando de un lado a otro hasta romper en olas diminutas pero firmes. Gotas de lluvia mojaban los exteriores de aquel pequeño barco, empapando las ventanas y resonando sutilmente contra el techo.
"A mi padre le hubiese encantado estar aquí." Susurró, más para sí mismo que para TaeHyung, aunque este le escuchó, abrazándole un poco más fuerte.
"Supongo que de algún modo lo está."
Jungkook miró al pelirosa tras escucharle decir aquello. "¿Tú crees?"
Y este asintió, suspirando. "Aunque físicamente no estén, su memoria y recuerdos permanecerán contigo, acompañándote a dónde sea que vayas. Así que sí, de algún modo él también está subido en este ferri, disfrutando de esta experiencia a través de ti."
Una sonrisa apareció en sus labios, conforme los ojos se le llenaban de lágrimas al imaginar cómo sería vivir aquel momento con él. Con sus padres.
Probablemente su padre permanecería todo el viaje atento a la ventana, no queriendo perderse de ningún detalle, ensimismado por todo lo que el mar tenía para ofrecerles. Por la vista. El sonido de las olas al chocar, la suave brisa marina, aquel barco, el cielo inmenso. Y quizás, sólo quizás, se vería como un niño emocionado, como siempre que hacía algo nuevo con él. Como esas veces en las que salían a la montaña juntos, cuando su jefe permitía llevar acompañantes al trabajo y él era su primera opción. O todos los fines de semana, cuando salían a desayunar los tres juntos en la pequeña pastelería a las afueras de Sudaek. Las tardes de cuentos eternos, las mañanas de música alegre para despertar con ánimos y las noches donde cenaban hasta reventar mientras su padre contaba anécdotas del trabajo.
Todas y cada una de esas pequeñas cosas con las que demostraba a Jungkook ser su persona favorita en el mundo. Las que le impedirían olvidarse de él por el resto de su vida. De ellos.
Los dedos de TaeHyung acariciando sus mejillas, humedeciéndose en el proceso, le hizo ser consciente de que estaba llorando silenciosamente, sorbiendo por la nariz y sonriéndole para que no se asustara. Él le devolvió la sonrisa, besando su barbilla.
"¿Todo bien?"
"Sí, genial. Sólo les echo muchísimo de menos, pero sé que mi padre estaría disfrutando este viaje tanto como yo y eso me consuela. Me gusta imaginarlos felices."
"Estoy convencido de que siguen siéndolo, allá donde estén ahora." Dijo, sin dejar de acariciarle con las yemas de sus dedos. "Deben sentirse muy orgullosos de ver en quién te has convertido."
Con la barbilla temblando, ahogó un jadeo. "¿De verdad lo crees?"
"No lo creo, lo sé. Eres una persona fuerte, con el corazón más grande y bondadoso que pueda existir. Eres todo lo que tus padres hubiesen querido para el Jungkook del futuro, ese que ahora mismo tengo aquí delante." Eliminando una lágrima rebelde, susurró. "¿No te parece que esa es una razón de peso para estar orgulloso de alguien?"
"Sí, sí... Claro que lo creo."
"Entonces ten por seguro que lo estarán."
Jungkook sorbió por la nariz, permitiendo a las demás lágrimas recorrer su rostro libremente, sin pensamiento alguno de eliminarlas. Se inclinó hasta besar los labios de TaeHyung castamente, suspirando y abrazándose a él, quien descansaba sobre su pecho.
"Gracias, mosquito, te lo agradezco mucho." Susurró, apretando los labios. "Ellos me educaron para que atrajera a personas como tú a mi vida, así que sí, yo también estoy convencido de que deben estar muy orgullosos. Aunque no puedan conocerte como me hubiese gustado, p-pero lo están."
Con el corazón acelerado y las lágrimas amenazando en las esquinas de sus ojos, TaeHyung sonrió. "Me alegra saber que les hubiera caído bien."
"Muchísimo... No tienes ni idea de cuánto."
TaeHyung besó sus labios esta vez, acurrucándose contra él y llevando las manos hacia sus orejas en cuanto el sonido de la tormenta lejana se hizo presente, poniendo un poco tenso al azabache, quien se relajó nada más sentir su tacto, cerrando los ojos para permitirse a sí mismo finalmente descansar.
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