✧c.-036
N/A: Otro capítulo bastante largo y de los que tanto me gustan a mí para despedir la semana xD
Cap dedicado a BANGTANVJEON ♡♡
Hoy os recomiendo 'Guy For That' de uno de mis artistas favoritos, Post Malone ft. Luke Combs.
[...]
La llegada a la cabaña de los Myung estaba siendo tranquila a pesar del calvario por el que habían pasado anteriormente, con un muy asombrado señor Hank guiando a Maoi-lee mientras hablaba de su familia. No podía creer estar subido sobre un cerdo y que este fuese su medio de transporte.
"Mi mujer siempre quiso tener una casita aquí, en la montaña. Era su sueño desde pequeña." Les contaba, señalando los alrededores. "Cuando nos casamos le prometí que ese sería nuestro primer objetivo."
TaeHyung tenía una sonrisa enorme en el rostro. "Ow... ¿Y lo fue?"
Desafortunadamente, Hank negó. "No, nos adelantamos y primero vino nuestro hijo mayor, Subinyeok, Subin para los amigos y todo aquel al que no le guste masticar piedras, ya sabéis... Mi mujer es fanática de eso también." Hizo un gesto con los labios, provocándoles una carcajada. "Por suerte, sí que fue nuestro segundo objetivo y logramos cumplirlo unos cuantos años después de nacer Subin, que tendrá más o menos vuestra edad. Veintiún años aproximadamente."
"Justo, sí." Ambos asintieron.
"Cuando nos acomodamos en la casita de la montaña y los tres estábamos rebosando en felicidad, decidimos darle un hermanito a Subin. Woongsuk Ryeong."
Jungkook levantó las cejas. "Toma ya, nombre triple compuesto y todo..."
La carcajada de Hank resonó por todo el bosque. "Sí, sí... Mi mujer y mi madre se llevan mejor que mi propia madre conmigo y soy su único hijo varón, imagínate... Supongo que le contagió su adoración por nombres largos."
"Son bonitos." TaeHyung dijo, a favor de las dos mujeres más importantes en la vida de Hank, quién asintió.
"Sí, bueno... Ella siempre tuvo esa ilusión por elegir los nombres de nuestros hijos y yo no tengo demasiada creatividad para eso, así que tampoco me opuse. Mi mujer era la encargada." Encogiéndose de hombros, dijo. "Hasta que nació el más pequeño y dejó que sus hermanos eligieran su nombre."
"¿Qué nombre le pusieron?"
"Coco."
TaeHyung y Jungkook se miraron momentáneamente entre sí. Luego, observaron al hombre.
"¿Tu hijo pequeño se llama Coco?"
"No, al final nos apiadamos de esa pobre criatura y elegimos un nombre de esos que tanto representa mi apellido. Se llama Haehwang."
"Un nombre cortito, oye."
"Ya... Le pusimos ese nombre para que fuera menos complicado, pero tampoco ha servido de mucho."
TaeHyung ladeó la cabeza. "¿Y eso por qué?"
"Porque sus hermanos mayores se empeñaron tanto en que se llamara Coco, que terminó adoptando ese apodo y ya no hay vuelta atrás." Bufó, viendo como parecían aguantar la risa tras mostrar su disgusto. Él chasqueó la lengua. "Lo peor es que ese nombre lo elegí yo..."
Finalmente, sin poder contenerse más, los más jóvenes dejaron escapar una carcajada conjunta. El señor Hank no tardó en fulminarlos.
"A su favor y con todo el respeto a su esposa, Haehwang es el nombre que más me ha gustado."
"Claro..."
"Pero también debo decir que Coco es muy bonito."
"Es nombre de perro. Lo eligieron por el perro de la vecina que se llamaba así y solían jugar con él cuando era un cachorro, hasta que la mujer se mudó. Mi hijo se llama como un perro."
"Ow..." Murmuró suavemente el pelirosa.
Ambos se atragantaron con su propia risa, tratando de ocultarla para no ser demasiado descaradas, incluso si habían establecido una confianza inmediata con aquel hombre en poco tiempo y sabían que Hank no lo tomaría como algo ofensivo. Tal vez por eso, fue que hasta Nuka rio.
"Oye, Hank." Jungkook se dirigió al hombre tras un corto silencio en el que esté simplemente se dedicó a darle indicaciones (con un tono exageradamente dulce de voz) a Maoi-lee y acariciando a un Nuka que se había encariñado con él. Hank le observó. "Hay algo que he notado a diferencia de donde TaeHyung y yo venimos y es que vuestras casas están todas en tierra firme, ¿cierto?"
Hank asintió. "Sí, de hecho creo que Ae-Dexian-Thee es la única región donde las casas están construidas sobre árboles."
"Lo es, sí." Terminaba por confirmar TaeHyung. "La inundación tuvo comienzo en toda la zona sur de Idexium, lo que viene a ser nuestra región, por lo que fuimos los más afectados."
"Oh, vaya... Eso tiene mucho sentido."
"De hecho hasta querían construir los edificios comunes y comercios sobre árboles, pero afortunadamente no llegaron a cerrar el acuerdo."
"Afortunadamente." Repitió con un suspiro. "Jamás pensé que no poder volar me traería tantos inconvenientes..."
Hank se mostró confundido, mirando al azabache con los ojos entrecerrados por lo que acababa de decir. "¿Cómo es eso de que no puedes volar, muchacho? Es la primera vez que lo escucho."
Jungkook abrió los ojos de par en par, tragando saliva al no saber qué responder. Había hablado demasiado rápido y con suma confianza cuando ni siquiera tenía una respuesta pensada para dar.
"Eh, bueno..."
"Jungkook sufrió un accidente cuando era pequeño." Habló TaeHyung con rapidez. Él asintió.
"Sí, eso. Un accidente." Repetía. "Se me cayó encima un..."
"Un árbol."
"Vaya..."
"Exacto. Eh... Un... ¿Un árbol?" Miró a TaeHyung con disimulo, extrañado. No sonaba creíble en absoluto.
Este ni siquiera se inmutó, meneando la cabeza de un lado a otro y aventurándose a dar más detalles para no parecer alguien sospechoso. "Jungkook tiene mucha fuerza y de pequeño le costaba bastante manejarla, así que ayudando a su familia en el huerto derribó un árbol sin intención. Por suerte cayó a un lado de él; por desgracia acabó aplastando sus alas."
"Dios, qué horror... Lo siento muchísimo. Debió haber sido muy doloroso." Expresó Hank, mostrándose comprensivo y consternado.
Jungkook no supo qué decir, desconociendo el hecho de que las alas de los dexianees tuviesen terminaciones nerviosas. A pesar de eso, él asintió. Si el señor Hank creía que debía ser doloroso, entonces así era.
"Muchísimo... El golpe me las destrozó por completo. Los médicos no pudieron hacer nada." Dijo, señalándolas con lástima. "Ahora son inútiles."
TaeHyung no tardó en fulminarle, ofendido por el modo en que se había referido a sus alas. Alas que, además, él mismo, con sus propias manos, había hecho. Era un insulto a su talento escucharle decir aquello.
"Aún así son muy bonitas, que lo sepas. No cumplirán su función inicial, pero al menos cuentas con la suerte de tener, probablemente, las alas más bonitas que hayan existido nunca."
Una risita abandonó los labios del azabache, moviendo su mano casi con timidez hasta alcanzar la espalda baja de TaeHyung, donde depositó algunas caricias en señal de reconocimiento. El pelirosa sonrió.
"Muchas gracias, Hank, para mí también son las más bonitas del mundo."
"No es nada. Deberías apuntarte a un concurso, seguro que ganas."
Él asintió. "Lo pensaré. Gracias."
Llegaron a la cabaña situada en la montaña de los Myung tan sólo unos minutos después, cuando Maoi-lee comenzaba a cansarse y Nuka bostezaba constantemente. TaeHyung había optado por darle de comer allí mismo, pues lo más probable es que ni siquiera llegaría al hogar de los Myung sin caer dormido por el camino.
Jungkook ayudó a Hank a bajarse primero, agarrando a TaeHyung inmediatamente después, rodeando con las manos su cintura antes de colocarlo sobre el suelo.
"Este lugar es asombroso, Hank." Señalaba él, mirando a su alrededor con los ojos brillantes, como platos.
La cabaña de los Myung era absolutamente majestuosa, ni muy grande, ni muy pequeña. Hecha a base de troncos de madera sobre una colina que ahora yacía teñida de blanco por la nieve y decorada por varias plantas naturales, además de pequeños farolillos indicando el camino.
"Sí, me encanta... Es espectacular."
"Me alegra que os guste, chicos, a mí mujer le va a hacer muy feliz que elogiéis la decoración, es todo obra suya."
TaeHyung asintió. "Así será. Los farolillos son preciosos y las flores ni hablar..."
Jungkook, por su parte, permaneció atento al horizonte que se vea desde allí, en lo alto de la montaña. Todo el camino que habían dejado atrás y la ciudad mostrándose diminuta frente a sus ojos le hizo soltar un suspiro. Definitivamente nunca vería nada igual.
"Venid, chicos, por aquí." Hank les guio hacia la entrada, yendo por delante. "¡Cariño, ya estoy en casa!"
TaeHyung sostuvo las cuerdas que permanecían atadas alrededor de Maoi-lee, no queriendo que se quedara atrás. Jungkook rodeos sus hombros.
"¡Subin, Ryeong, Coco!"
Tan pronto como Hank mencionó el apodo de su ultimo hijo, TaeHyung y Jungkook se miraron como si no pudieran creerlo, ambos dejando escapar un pequeño bufido.
"Tanto que se quejaba y él también lo llama así..." Mascullaba el pelirosa entre dientes, robándole una risita.
"¡Estamos en la cocina, papá!" Una voz masculina sonó. "¡Ven!"
"Salid un momento, haced el favor. Traigo visita."
Hank dijo, y exactamente cinco segundos después tres cabezas aparecieron apiladas sobre el marco de la puerta, con sus respectivos pares de ojos observándoles.
"¿Visita?"
"¿Quiénes son?"
"¿Y esos cerdos de dónde han salido?
Una mujer apareció tras ellos también, mostrándose confundida al ver a dos individuos en compañía de su marido. Aún así, no falló en darles una sonrisita.
"Hankseob, cariño, ¿cómo te ha ido en el trabajo?"
De inmediato, el mencionado se puso pálido, compartiendo una mirada cómplice con TaeHyung y Jungkook, quienes apretaron los labios. Hank rio entre dientes. Una risa nerviosa, casi maníaca.
"Verás..."
"¡¿Qué?!" El grito de la señora Myung ensordeció no sólo a su marido y a sus hijos, también a los invitados, incluso a aquellos que no podían siquiera hablar.
Se encontraban sentados alrededor de un sofá inmenso en la sala principal. El señor Myung a la izquierda, su mujer y sus hijos, Subin, Ryeong y Coco situados meticulosamente frente a él, mientras que TaeHyung y Jungkook permanecían a su lado, convirtiéndose en un apoyo necesario. Maoi-lee y Nuka, quien había entrado en un profundo sueño, yacían junto a la puerta.
El silencio reinó en aquella habitación, conforme los ojos de una mujer horrorizada se mantenían fijos en su marido. Hank tragó saliva.
"...eso."
"¡¿Casi mueres ahogado y nos lo dices así, como si nada?!"
"¡No vais a creer lo que me ha pasado hoy!" Así había comenzado minutos antes Hank. "Estaba terminando de sellar un túnel por debajo del lago Havoc, el que siempre está congelado, y se han derrumbado los cimientos encima de mí. He salido de milagro."
Como era de esperar, la reacción de los presentes no podía ser otra que la que había sido.
"No, no... Como si nada no..." Volvió a tragar saliva, viéndose atrapado. "Trato d-de quitarle hierro al asunto porque por fortuna se ha quedado en un susto."
"A lo mejor por eso se ha derrumbado el túnel." Ryeong, el mediano de sus tres hijos murmuró, mostrándose pensativo.
"¿A qué te refieres?"
"Al hierro. Si se lo has quitado, era de esperar que ese túnel se derrumbara."
Alguien se atragantó con su propia saliva. El hermano mayor y el más pequeño se miraron entre sí, mientras sus padres permanecían en silencio, sin saber qué decir. TaeHyung y Jungkook compartieron una mirada confusa.
Un segundo después, Subin, el mayor, le golpeó la nuca.
"¡Ouch! ¡Subin!"
"Deja de decir tonterías y céntrate, animal."
"No le pegues a tu hermano, Subinyeok, y no le digas esas cosas, que es muy sensible." Su padre le regañó, antes de que Ryeong comenzara a lloriquear. "¿Ves? Ahora se ha puesto a llorar por tu culpa. Pídele perdón."
Subin negó. "No."
"Pídele perdón." Esta vez, la voz de la señora Myung sonó, sin necesidad alguna de parecer intimidante o amenazante siquiera cuando Subin tragó saliva, mirando a su hermano.
"Perdón..."
"Muy bien, así me gusta." Ella asintió, dándoles una rápida mirada a los invitados. "Y a ver si nos comportamos que tenemos visita. ¿Qué van a pensar estos muchachos de nosotros?"
TaeHyung se esforzó por sonreírles de vuelta, aún si no tenía ni idea de dónde meterse.
"No se preocupe, señora Myung, no pasa nada."
"Claro que pasa, ni siquiera me ha dado tiempo a presentaros como corresponde por culpa del lío que se ha formado." Suspiraba Hank, meneando la cabeza de un lado a otro. Luego, miró a su familia. "Estos chicos tan agradables de aquí son Jungkook." Señaló al susodicho. "Y TaeHyung."
"Encantado."
"Encantado de conoceros."
La señora Myung esbozó una sonrisa, mientras sus hijos asintieron simplemente. "Igualmente."
"Jungkook, TaeHyung, ya os he hablado de mis hijos de camino aquí, pero os los presento formalmente. Este es Subin, el mayor."
"Subinyeok..."
"Hola, encantado." Dijo, sonriente.
Jungkook no pudo evitar notar como aquella sonrisa, brillante y encantadora, iba especialmente dirigida a la persona situada a su izquierda. TaeHyung se la devolvió casi con timidez.
Señalando al hijo mediano, Hank ignoró a su mujer. "Este es Ryeong, el de en medio."
"Woongsuk Ryeong..."
"¿Qué tal? Hoy nos hemos encargado mis hermanos y yo del menú, espero que os guste mucho."
Subin resopló. "Tú cállate que no has hecho nada."
"¡Mentiroso!"
Hank se aclaró la garganta sonoramente, mandándoles a callar.
"Y ese de ahí es el pequeño, Haehwang."
"Coco." Los dos mayores no tardaron en corregirle.
Hank puso los ojos en blanco, bufando. "Lo que vosotros digáis..." Masculló entre dientes, poco después enfocándose en su esposa. "Esa dama tan guapa que veis ahí, se llama Yong-gamhan y es mi mujer. Hoy es su cumpleaños."
Ella se sonrojó, riendo entre dientes.
"Gamhan, solo Gamhan. Encantada de conoceros."
"Igualmente." Dijeron al unísono. "Y feliz cumpleaños, señora Myung."
"Felicidades."
"Muchas gracias, chicos."
Lo que trataba de decir es que, si hoy estoy aquí de vuelta en casa, es gracias a ellos dos. Jungkook y TaeHyung cruzaban la montaña escapando de un beringal enfurecido cuando me escucharon gritar y acudieron a mi rescate."
"¡¿Un beringal?! ¿Os perseguía un maldito beringal?"
"No nos perseguía, en realidad. Nosotros subíamos la montaña cuando él salió del bosque detrás de otra gente y alcanzamos a escaparnos." Explicaba el pelirosa, corrigiéndose inmediatamente después y señalando al cerdo más grande. "Bueno, en realidad él alcanzó a escapar y nos arrastró por el camino."
Coco no podía creer lo que estaba escuchando. "¿Vuestro cerdo os ha salvado?"
Ambos, Jungkook y él, asintieron.
"Y ellos me salvaron a mí." Finalizaba Hank, palmeando el hombro del que tenía más cerca, Jungkook. "Por eso están aquí, los invité para agradecerles con una buena comida y dejarles pasar la noche en la cabaña de invitados."
"Eh, b-bueno, sólo si no somos una molestia..."
"Claro que no, sois más que bienvenidos." Decía la señora Myung.
TaeHyung le dedicó su mejor sonrisa a modo de agradecimiento, sintiéndose aliviado.
Una hora más tarde y rodeando aquella mesa que ahora se sentía gigantesca, repleta de comida deliciosa (comida que TaeHyung estaba disfrutando con creces, habiendo incluso compartido sus famosas píldoras activadoras con la familia Myung para que pudieran experimentar los sabores también), bebidas y un ambiente demasiado agradable en el que por nada del mundo Maoi-lee y Nuka habían sido excluidos, comiendo junto a la mesa con ellos en sus respectivos platitos.
"...yo gritaba y gritaba desesperado, casi asumiendo mi muerte hasta que apareció TaeHyung corriendo despavorido hacia mí. Me dijo que no me preocupase y que iba a salir de ahí sí o sí." Contaba sus aventuras un muy alegre Hank, logrando que el pelirosa se sonrojase. "Agarró una piedra y comenzó a golpear con fuerza. Una, dos, tres, así hasta diez veces. El hielo de las narices no se rompía."
"Era una capa muy gruesa, a decir verdad... Me sorprende haber sido capaz de romperla."
"¿Lograste romperla tú solo?" Los ojos de Subin estaban fijos en TaeHyung cuando preguntó aquello, mirándole con asombro. Jungkook se centró en su comida nada más notarlo, aclarándose la garganta. "Porque eso suena como algo increíble."
"Lo es, definitivamente lo es."
El pelirosa se sonrojó aún más, riendo avergonzado. "Yo sólo hice lo que estaba en mis manos, literalmente. De la parte más importante se encargó Jungkook. Él sacó a tu padre de aquel lago."
"Cierto, cierto... Cuando se rompió el hielo y sentí que una mano me agarraba supe que llegaría a casa esta noche. Fue un milagro."
"Vaya..."
"Os agradezco muchísimo que hayáis salvado la vida de mi marido, no sabéis cuánto, chicos." La señora Myung alcanzó sus manos, dándoles un fuerte apretón a cada uno. "Hankseob me tiene en vilo todos los días desde que entró a trabajar en la mina... Este hombre es tan bruto que no sé cómo no se le ha derrumbado nada antes."
Hank bufó ante las palabras de Gamhan, fulminándole mientras los demás reían. "Ella no sabe decir nada bonito sin echarme mierda por encima..."
"No se dice mierda en la mesa, papá."
"Tú cállate." Subin golpeó la nuca de su hermano por segunda vez, mirando a TaeHyung de inmediato. "Oye, y... TaeHyung, ¿de dónde vienes? Porque no suenas como alguien de aquí."
"Venimos de Ae-Dexian-Thee, de hecho. Jungkook y yo llevamos algunos días recorriéndonos todo Idexium desde el sur."
"¿Y los cerdos van con vosotros a todos lados?" El pequeño, Coco, quiso saber.
Él asintió. "Sí, son nuestros acompañantes y Maoi-lee, que es más grande, también nos sirve de medio de transporte. Al pequeñito, Nuka, lo encontramos nada más llegar al bosque de Qyopsae y nos lo llevamos por petición de su propio dueño."
"Al pobre animal le habían atacado esos dichosos cazadores..."
"¿En serio?"
"Por desgracia sí, asesinaron a su dueña un tiempo atrás e intentaron hacer lo mismo con él." Respondió ante la sorpresa de los presentes con una mueca triste, asintiendo.
La señora Myung suspiró. "Qué lástima, pobre mujer..."
"¿Y cómo es que habéis llegado hasta aquí Jungkook y tú? ¿Os encontrasteis en el camino, o...?"
El gesto del azabache se torció nada más entender el motivo tras aquella inocente pregunta formulada por Subin, apretando los labios. ¿Cómo podía alguien ser tan descarado? Peor aún, ¿cómo alguien podía ser tan desvergonzado de flirtear con otra persona estando rodeado de gente? Y todavía peor, coquetear con TaeHyung estando él delante. ¿Es que no eran obvios en absoluto?
"¿Jungkook y yo?" TaeHyung los señaló a ambos. "No, venimos juntos. Es un viaje de los dos."
"Oh, ya veo..."
"¿Cuál es vuestro siguiente objetivo?" Quiso saber la señora Myung. "Sólo lo pregunto por interés, no porque quiera echaros, ¿eh? Podéis quedaros aquí el tiempo que necesitéis."
Una risita sonó. "Muchas gracias, señora Myung, aunque con una noche es más que suficiente, gracias. Mañana nos marchamos, si todo va bien, hacia el noroeste, Baehmsue."
"¿Mañana?"
"Los llevaré temprano a la mina antes de eso, por cierto." Comunicó Hank, aprovechando la mención. "Tomaremos un camino subterráneo dado que probablemente hayan cerrado el acceso vía montaña."
"Vamos en busca de unos cuantos ingredientes que nos hacen falta para una receta especial de nuestra, eh..."
"Mentora."
"Eso, de nuestra mentora. Ella nos ha enviado."
"Suena muy divertido, ¿acabáis de empezar el viaje o ya lo estáis terminando?"
"Empezando, este es nuestro segundo destino. A estas alturas tendríamos que haber avanzado mucho más, pero no hemos tenido la mejor suerte..." Jungkook le hizo saber, haciendo una mueca. "Aunque nos hemos encontrado con muy buena gente en el camino, así que no podemos quejarnos."
Gamhan dejó escapar una risita, frotando su brazo. "Qué encanto. Muchas gracias, cielo."
La cena transcurrió siguiendo el mismo patrón. Anécdotas varias que TaeHyung y Jungkook habían vivido a lo largo del corto viaje, anécdotas por parte del propio señor Myung y chistes que este hacía para animar aún más el ambiente, el tiempo pasando tan rápido que TaeHyung sólo alcanzó a notarlo cuando fue consciente de que se había pasado el efecto de la píldora activadora y la segunda porción de pastel que estaba comiendo no tenía sabor alguno.
Por ello mismo y dando la noche por finalizada, ambos decidieron retirarse con la compañía de Maoi-lee y Nuka en dirección a su cabaña para que la familia Myung pudiera descansar también.
"Estoy agotado..." Suspiraba TaeHyung, despojándose de su camiseta. "¿Acaso tendremos algún día tranquilo por delante?"
Jungkook se encogió de hombros mientras terminaba de ponerse los pantalones que el pelirosa había confeccionado para que pudiera servirle de pijama, tras haber salido de la ducha.
"Me hago la misma pregunta, honestamente... Pero se ve que no."
"Pues vaya mierda..." Bufó, agarrando su pijama también. "Voy a darme una ducha, ¿vale? No tardo."
"Descuida, aquí te espero."
Una vez TaeHyung suspiró, él se dejó caer en la cama, sintiendo inmediatamente como Nuka trepaba hasta alcanzar su abdomen. Esbozando una sonrisa, acarició al pequeño animal.
"También ha sido un día largo para ti, ¿verdad? Y más con esas patitas cortas que tienes..." Se burló con un tono de cariño, oyéndolo gruñir. Rio. "Es broma, chiquitín, no te enfades. Tus patas diminutas son un encanto, no te sientas acomplejado por ellas."
Nuka se acomodó en su abdomen, sentenciando aquella disputa.
"Muy bien, así me gusta."
Un par de golpecitos en la puerta hicieron que Jungkook levantase la vista con el ceño fruncido, extrañado.
"Eh... ¿Adelante?" Pronunció con algo de inseguridad, ladeando la cabeza. No esperaban a nadie, sin embargo, tampoco fue una sorpresa cuando la puerta se abrió y el rostro de Subin, el mayor de los hijos Myung, apareció tras esta. "Oh, hola, Subin."
Qué querrá el tonto este. Masculló silenciosamente la voz su cabeza.
"Hola, Jungkook, eh..." Él parecía avergonzado, mirando alrededor como si estuviera en busca de alguien. "¿Está TaeHyung por aquí?"
"Está dándose un baño, ¿por qué?"
"No, no, por nada, solo... Qu-quería preguntarle algo, simplemente. Nada importante." Negó, tragando saliva.
Las cejas del azabache se alzaron, no queriendo lucir intimidante frente a Subin pero tampoco siendo capaz de hacer algo para evitarlo.
Jungkook sabía que no debía ser descortés ni mucho menos brusco con alguien que les había brindado hospitalidad de una manera tan generosa, pero no podía evitar sentirse molesto por la presencia de Subin.
"Yo puedo resolverte cualquier duda si lo necesitas, dime." Lo animó.
Subin se aclaró la garganta. "Claro, eh... Tú- tú sabes si TaeHyung tiene... ¿Tiene pareja? Quiero decir, ¿está soltero?"
Un tic nervioso estuvo a punto de aparecer en el ojo izquierdo de Jungkook, quien trató de mantenerse lo más sereno posible. Ni siquiera sabía por qué actuaba de esa forma ni mucho menos por qué se sentía así. Tan sólo ocurría. No podía evitarlo.
"Sí, sí que tiene."
La decepción cruzó los ojos de un apenado Subin con rapidez.
Te jodes. La voz en su cabeza sin sonido dijo, acompañado de una risita silenciosa.
"Ow... ¿E-Eres tú por casualidad?"
Por supuesto, asintió. "Claro."
"Vaya, eh... Qué bien. Me alegro..." Le sonrió, dando un paso hacia atrás. Jungkook empezó a sentirse un poco culpable. "Bueno, no os molestaré más, seguro que estáis super cansados después del viaje... Descansad. Buenas noches."
"Buenas noches, Subin, hasta mañana. Gracias."
Subin desapareció de su vista tan pronto como apareció. O incluso más.
Esbozando una sonrisita satisfecha y victoriosa, masticó su labio inferior, levantando la cabeza sólo para llevarse el mayor susto de su vida.
"¡Joder!" Exclamó, llevándose una mano al pecho.
TaeHyung, con las cejas alzadas y la cabeza ladeada, le observaba desde la puerta del baño, manteniendo sus manos en forma de jarras a cada lado de su cuerpo. Claramente él había escuchado todo. Y claramente también, se sentía igual de eufórico que el azabache. Pero eso él no debía saberlo.
"¿Qué haces ahí parado, mosquito? ¿Sabes el susto que me has dado?"
Como era de esperar, TaeHyung ignoró su pregunta, esperando a que se incorporase para lanzarse sobre él sin previo aviso. Jungkook cayó de espaldas a la cama, jadeando por la sorpresa y no dudando en atraparlo.
"¡Eh, oye! Ten cuidado..."
"Cállate." Lo silencio, rodeándole el cuello con ambos brazos. "Dime, ¿cuándo nos hemos convertido en pareja, que no me he enterado?"
Sólo entonces, este dejó escapar una carcajada. "Cuando ese chico del bar, Yoongi, estaba ligando descaradamente conmigo y tú parecías querer arrancarle la cabeza, mosquito, ¿no te acuerdas? Le dije que lo éramos para frenarlo. Temía por su salud."
"Claro, claro..." Bufaba, mas no lo negó. "Eres un mentiroso, grandullón, ¿sabes eso?"
Encogiéndose de hombros, ni siquiera se defendió. "No me importa."
Sus cejas se alzaron. "¿No te importa?"
Y el azabache negó, emitiendo soniditos negativos, manteniendo los ojos fijos en la boca húmeda de TaeHyung, quien notándolo se estremeció, sonriendo antes de acortar la distancia que los separaba y atrapar los labios ajenos.
Correspondió al beso de inmediato, afianzando el agarre alrededor de su cintura y apretándole la piel con suavidad, oyéndole suspirar mientras adentraba su lengua en la boca ajena, buscando la impropia sólo para batallar con ella. Los chasquidos de sus labios uniéndose y separándose sin cesar llenaron la habitación hasta un punto en el que TaeHyung se vio obligado a separarse, cortando el hilito de saliva que aún los unía con otro beso casto, jadeando.
"E-Estamos en la casa de alguien más..."
"¿Y?" Susurró contra sus labios.
"Que esto no es nada ético, Jungkook..."
Jungkook le besó de nuevo. "Intenté engañar a alguien que pretendía ayudarme a salir de la cárcel, TaeHyung, ¿ves que me importe la ética?"
Por supuesto, aquello sólo logró que el pelirosa se estremeciera.
"Claro que te importa, n-no te hagas el interesante."
Una risita sonó.
"¿El interesante?"
"Sí... Sólo quieres ponerme nervioso porque sabes que me gustas, pero eres igual de consciente que yo sobre esto." Le besó de vuelta, mirándole a los ojos poco después. "Yo también te gusto, así que si planeas jugar conmigo tendrás que hacerte cargo después. Este no es el sitio más adecuado."
Jungkook esbozó una risita, manteniéndose en silencio, pues aquello era mucho mejor que responder. Le besó por última vez, el chasquido resonando por todas partes.
"Buenas noches, mosquito."
Él rio. "Que descanses."
Sin embargo, no se soltaron. TaeHyung giró hasta darle la espalda, acomodándose, permitiendo que lo abrazara para luego caer rendidos.
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