✧c.-035
N/A: En este capítulo aparece mi nuevo personaje favorito (es broma. O bueno, casi, casi...) del que me he encariñado profundamente a pesar de su protagonismo fugaz xD
Cap dedicado a koookitos ♡♡
Hoy os recomiendo 'The End' de mi mujer, Halsey, que adoro.
[...]
Corrieron cuesta abajo durante los siguientes quince minutos. Sin mirar atrás. Sin detenerse. Tan rápido que TaeHyung temía que las patitas cortas de Maoi-lee cedieran en cualquier momento y el animal cayese al suelo en un golpe seco. Tenía la respiración acelerada y el corazón del mismo modo, notando cómo Jungkook lo sostenía con fuerza, aferrándose a él mientras sus manos permanecían alrededor de Nuka.
Cuando vieron que el peligro a su alrededor era nulo, TaeHyung se incorporó con rapidez hacia el cerdito más grande, sosteniendo su cabeza para que este pudiera escucharle. "Despacio, Maoi-lee, cálmate." Le dijo.
"Creo que estamos a salvo, no parece haber ningún animal más cerca." Escuchó al azabache decir, frotando su espalda y notando como la velocidad aminoraba.
"Sí..."
"¿Cómo estás? ¿Estás bien?"
Él asintió, sus piernas demasiado temblorosas para poder bajarse del cerdo siquiera. Debería haberle hecho caso a Taevin cuando este le dijo que sería peligroso, pero ya era demasiado tarde y hacerlo sería como atentar contra su propia libertad. Taevin le obligaría a pasar sus próximos años metido en una jaula.
"Respira, respira..." Susurraba el azabache, sin dejar de acariciarle la espalda de arriba hacia abajo, su leve tacto y el sonido de su suave voz logrando que se calmara poco a poco.
"Estoy... E-Estoy bien, no pasa nada... Tranquilo." Alcanzó a decir, tragando saliva con algo de dificultad. "Todo ha pasado demasiado rápido y me cuesta asimilarlo, pero estoy bien."
Jungkook asintió, todavía usando un tono de voz bajo, dulce, al decir: "De acuerdo."
"¿Tú estás bien?"
"Perfectamente."
"Alcancé a ver como Maoi-lee te embestía... ¿Estás seguro?"
"Al cien por cien, sí, claro." Asintió, pues realmente se encontraba sano y salvo. De una pieza. "Volé por los aires y aterricé sobre el lomo de un cerdo, pero gracias a eso no he sido devorado por ningún bicho, así que no puedo estar mejor. Maoi-lee me ha salvado la vida."
Esbozando una sonrisita, el pelirosa asintió, acariciando al susodicho mientras la dulzura en sus ojos iba dirigida expresamente a él.
"Sí que lo ha hecho, sí... Mi pequeño-gran Maoi-lee es todo un héroe."
A pesar del miedo tan feroz por el que había pasado minutos antes, no podía estar más orgulloso de su primera criatura, quien actuó de una forma tan rápida e ingeniosa para sacarlos allí casi sin pensarlo. Y lo más importante es que se aseguró de no haber dejado a nadie atrás en el proceso.
"Detente a un lado, grandullón, estamos bien aquí." Jungkook palmeó su costado para que siguiera las indicaciones, notando como Maoi-lee hacía lo pedido y se detenía junto a unos árboles cuya copa se encontraba cubierta de nieve, pues seguía nevando. "Eso es, muy bien."
Bajó con un suspiro tan pronto como se lo permitió, recostándose en el suelo de modo que fuese más fácil para Jungkook hacerlo, pues era consciente de que, a diferencia de su dueño, el azabache no podía volar a pesar de aquellas alas tan brillantes que se meneaban en su espalda con cada movimiento.
"¿Cómo vamos a volver a subir ahora? Lo más probable es que las autoridades corten el paso hacia esa zona de la montaña..." Se preguntaba TaeHyung, haciendo un mohín con los labios.
"No lo sé, pero estoy seguro de que encontraremos la forma, no te preocupes."
"Me preocupo porque estamos quedándonos sin tiempo, Jungkook." Le recordó, alzando los brazos en su dirección debido a que por sí mismo no podía bajar. "Este es nuestro cuarto día de viaje y estamos atascados en el segundo destino... Se supone que a estas alturas deberíamos haber avanzado mucho más."
El azabache meneó la cabeza. "No podemos hacer nada si el tiempo no está de nuestro lado, TaeHyung, lo sabes perfectamente."
"Ya..."
"Además, habíamos acordado que este viaje no sólo se resumiría en ir, conseguir algo e irnos otra vez, ¿recuerdas?" Le recordó él a TaeHyung esta vez, viéndole asentir después de soltar un pequeño suspiro. "Pues entonces no te martirices, ¿vale? Es la primera vez que sales de Ae-Dexian-Thee en toda tu vida y tal vez sea nuestra única oportunidad para estar a solas hasta que tenga que marcharme. Vamos a disfrutarlo aún con todos estos inconvenientes."
Asintiendo de nuevo y notando sus mejillas algo calientes, accedió, viéndose mucho más calmado incluso si su corazón era un caos en ese momento. Todo lo que Jungkook decía, hacía o pensaba sobre ellos no podía evitar ponerle ansioso, nervioso.
"Está bien, sí. Tienes razón, Jungkook."
"Perfecto, así me gusta. Ven aquí." Poniendo ambas manos en su cintura para ayudarle a bajar, murmuró, sosteniéndole con fuerza hasta elevarlo y dejarlo junto a él en el suelo. "Bienvenido a la tierra, mosquito." Bromeó, robándole una carcajada tan pronto como logró estabilizarse.
"Muchas gracias."
Nuka, quien aún yacía sobre el lomo de su —ahora— hermano mayor, se removió de un lado a otro, inquieto, buscando que la atención de cualquiera estuviera sobre él para ayudarle a bajar también. Emitió soniditos a modo de queja, meneando la colita al sentirse desplazado. Afortunadamente, Jungkook lo notó, dejando que TaeHyung fuese hacia el cerdo más grande.
"Ow, ven aquí, chiquitín." Se dirigió a él en un tono de voz excesivamente dulce, agarrándolo entre sus brazos sin posibilidad de alcanzar el suelo. Agradeciendo el gesto, Nuka frotó su hocico en el pecho ajeno, provocándole cosquillas. "Oye, oye, que me haces cosquillas..."
Tan pronto como siguió a TaeHyung y rodeó a Maoi-lee hasta alcanzarlo, vio como el pelirosa sostenía su rostro —o al menos, lo máximo que sus diminutas manos le permitían—, mimando al cerdo con caricias y pequeños besos alrededor de su hocico. El dexian, que no podía evitar mostrarse preocupado por la salud de su amigo peludo-sin-pelo, sonreía de oreja a oreja, permitiendo a Maoi-lee devolverle las caricias con ímpetu. Por nada del mundo iba a rechazarlo.
"¿Maoi-lee se encuentra bien?" Quiso saber, saludando al animal con un par de golpecitos en su cabeza.
TaeHyung asintió. "Está perfectamente, sí. No tiene heridas, tampoco parece nervioso... Todo genial, por suerte. ¿Nuka está bien?"
"Perfectamente también, estaba algo inquieto haciendo un pase de modelos ahí arriba, esperando que lo bajásemos, pero por lo demás no hay nada de lo que preocuparse. Creo que todos estamos bien a pesar del susto que nos hemos llevado."
"No es para menos, pero sí..." Respirando hondo, aliviado de saber que no corrían peligro ninguno de los cuatro, murmuró.
Un pequeño bufido sonó, antes de que la voz de un muy molesto azabache, a quien la preocupación y el miedo se le había esfumado por completo, sonara. "Vaya mierda, en realidad... La primera vez en mi vida que veo nevar y tiene que aparecer un puñetero oso colosal amenaza con matarnos..."
TaeHyung rio, negando. "No era un oso, era un beringal, Jungkook, aquí no hay osos."
El ceño del azabache no tardó en fruncirse. "¿Un berin... qué?"
"Beringal. Es como un gorila gigantesco y peludo que en lugares de baja temperatura y mucha nieve, como en estas montañas. Suelen ser bastante tranquilos, en realidad, no te atacan si te ven desde lejos." Encogiéndose de hombros, explicó. "Imagino que alguien quiso pasarse de listo y acercarse más de la cuenta, por eso terminó así."
"Joder... Pobre animal, ¿no?"
"Quedan muy pocos por esta zona, la tasa de fertilidad en las hembras ha decaído bastante en las tres últimas décadas. Podría considerarse que están casi por extinguirse, es una verdadera pena."
Jungkook suspiró, asintiendo. "Y tanto... Me ha dado hasta pena y eso que casi nos mata del susto..."
Otra risita sonó. "Es fácil empatizar con los animales, o eso es lo que siempre nos ha dicho Jimin. Nosotros actuamos a la defensiva cuando nos sentimos amenazados, intimidados... Aunque raramente atacamos ya que el fin de esa amenaza no es acabar con tu vida. En ellos es diferente, cualquier amenaza va a tener como propósito hacerles un mínimo de daño."
"Diría que eso es exagerado de no ser porque vi lo que le hicieron a Nuka sólo porque sí..." Masculló, observando al pequeño animal que ahora descansaba sobre sus brazos. "Menuda mierda..."
"Al menos ese beringal y especies depredadoras como la suya sí pueden defenderse; otras como Nuka, Maoi-lee o incluso una tan grande como sería el caso de Jaspito, no. No son agresivos, ni siquiera tienen instinto de supervivencia." Admirando del mismo modo a Nuka, TaeHyung suspiró. "Por suerte ellos dos están a salvo..."
Jungkook volvió a asentir, vaciando sus pulmones en cuanto sintió que el ambiente a su alrededor se tornaba delicado, triste.
"Bueno, mosquito, vamos a dejar tanto sentimentalismo a un lado porque voy a terminar llorando y sinceramente no es lo que más me apetece ahora." Pidió, robándole una carcajada. "No me ha matado de miedo un beringal furioso y no pretendo morir de pena. Vamos a animarnos."
"Tienes razón, tienes razón... Vamos a-"
"¡Socorro!"
Una tercera voz lejana y cargada de angustia interrumpió al pelirosa, cuyo ceño se frunció, mirando a Jungkook para verificar que él hubiese escuchado lo mismo.
"¿Has oíd..."
"¡Ayuda!"
Jungkook entrecerró los ojos. "¿Oyes es-"
"¡Que alguien me ayude, por favor!"
"Parece-"
"¡Auxilio, por favor!"
Ambos optaron por simplemente mirarse, notando que la voz perteneciente a un hombre sonaba más cerca de lo que creían en un inicio. Jungkook dio un par de pasos, orientándose conforme los gritos se volvían más y más nítidos.
"Creo que proviene del bosque, debe haber alguien por ahí en apuros." Señaló el lugar que mencionaba.
"Vamos a echar un vistazo, ven."
TaeHyung le arrebató cuidadosamente a Nuka de las manos, depositándolo sobre el lomo de su hermano mayor antes de acercarse a Jungkook.
El ceño del azabache se frunció. "¿Qué? Pero..."
Y sin necesidad de decir algo más, notó como TaeHyung atrapaba su mano, jalando de él mientras iniciaba el camino hacia las profundidades del bosque. Jungkook le observó, preocupado, admirando el modo en que TaeHyung ni siquiera parecía haber estado a punto de morir hacía minutos antes debido a una bestia que se escondía ahí.
Mantuvieron a Maoi-lee y a Nuka tras ellos conforme avanzaban, sus ojos en todas partes, queriendo estar alertas en caso de que otro animal se encontrase cerca.
"¡Socorro! ¡Ayuda, por favor!"
En cuanto aquella voz volvió a sonar, esta vez alcanzando a oírla como si el susodicho en cuestión estuviera a menos de diez metros de distancia, TaeHyung se detuvo, mirando por los alrededores hasta poder situarse. Jungkook señaló hacia el frente.
"Viene de ahí, entre esos árboles."
Menos mal que uno de ellos sí que podía orientarse...
Siendo él quien esta ocasión jalase del otro, Jungkook avanzó, llevando a TaeHyung consigo pero manteniéndolo tras él en cada paso que daba, negándose a que estuviera de frente contra cualquier posible peligro, aún si era el propio Jungkook quien se encontraba desprotegido.
"¡Por favor, que alguien me ayude! ¡Estoy atrapado!"
"Por aquí, debe estar cerca."
"Sí, eso parece."
El sonido de alguien prácticamente sollozando, desesperado y pidiendo ayuda a gritos terminó por ser claro. Jungkook soltó a TaeHyung para empujar dos ramas que obstaculizaban su camino y así permitir al pelirosa y compañía pasar, yendo tras ellos e inmediatamente sosteniendo la mano ajena.
Frente a ellos, nada más que un rio helado se encontraba.
"¿Ves algo? ¿Alguien?"
"No, nada..." Meneó su cabeza, confundido.
"Ni yo... Qué raro..."
Con el ceño fruncido, TaeHyung miró alrededor. "¡¿Hola?!" Pronunció en voz alta.
Sólo entonces y gracias al sonido de su propia voz, alguien gritó.
"¡Aquí, aquí, por favor! ¡Estoy aquí!"
Aquella voz que habían escuchado durante todo el camino provenía del lago congelado, y lo que ellos pensaban que era un llanto desesperado, no era más que el sonido de alguien luchando por no ahogarse.
TaeHyung corrió hacia la orilla, topándose con una boca, ojos y la nariz de un pobre hombre que golpeaba con todas sus fuerzas —mas sin éxito alguno— el hielo que cubría todo el lago, siendo únicamente capaz de respirar y pedir ayuda al sacar la cabeza momentáneamente por un pequeño agujero. Jungkook llegó tras él, jadeando.
"¡Socorro!"
"Oh, por Aethee..." Susurraba el pelirrosa, poniéndose de cuclillas para estar más cerca del individuo. "N-No se preocupe, ¿de acuerdo? Vamos a sacarle de ahí."
Jungkook se agachó junto a él. "Agarra una piedra y rompe el hielo, mosquito, yo lo sacaré."
TaeHyung asintió, poniéndose de pie al instante. "Voy, voy."
"Señor, ¿puede oírme? Vamos a romper la capa de hielo, necesito que alcance el fondo del lago para no lastimarse. Agarre mi mano en cuanto la vea, ¿de acuerdo?" Pidió, viendo como el pelirosa llegaba junto a él, sosteniendo una piedra casi más grande que sí mismo. El señor asintió. Jungkook observó a TaeHyung. "¿Listo?"
"Listo."
Acto seguido, golpeó con todas sus fuerzas la capa gruesa de hielo que se había formado sobre un lago de agua cristalina cuya corriente seguía activa bajo la congelación.
"¡No se rompe!"
"Dale más fuerte."
"¡Eso intento, pero no funciona, Jungkook!"
Viéndose apurado ante la probabilidad de que aquel pobre hombre estuviera siendo arrollado por las corrientes de agua, o asfixiándose al mantenerse mucho tiempo debajo, trató de golpear más fuerte, hasta que logró quebrar dicha capa y esta alcanzó a romperse en varios trozos. Jungkook no tardó en sacarlos, lanzándolos lejos.
"Rápido, Jungkook, o la corriente se lo llevará."
"Eso intento." Asentía, introduciendo su mano inmediatamente después, moviéndola hasta poder alcanzar al hombre, quien se aferró a él con fuerza. "¡Lo tengo!" Anunció, jalando forzosamente hacia arriba.
TaeHyung se quitó la manta que cubría su cuerpo, preparándose para cubrir al susodicho una vez se encontrase fuera del agua. Sucedió poco después, una vez el azabache logró sacarlo completamente, empujándolo fuera del lago. El hombre, que jadeaba, temblando de frío y por su vida, fue depositado con algo de brusquedad sobre la hierba mojada, prontamente cubierto por una manta gruesa. Dos pares de ojos preocupados le observaban.
"Ya está, está a salvo, no se preocupe..." Frotando sus brazos para hacerle entrar en calor, TaeHyung le dijo. Él asintió. "Hable, no se quede callado. Necesitamos comprobar que no tiene agua en los pulmones."
"Tengo frío, mucho frío..." Alcanzó a decir en apenas un susurro, tragando con dificultad. "Todo pasó muy rápido..."
"¿Qué pasó? ¿Cómo cayó al lago si está completamente congelado?"
"Bajo- bajo tierra... Me dedico a hacer caminos bajo tierra que lleguen al bosque y conecten con las montañas para trabajadores como yo. Mineros." Pronunció, temblando de frío. "E-Este lago siempre ha estado congelado, así que me pidieron hacer uno bajo sus cimientos para poder cruzarlo. Va directamente ha-hacia las minas, así que es un gran atajo, pero justo cuando terminaba todo se vino abajo..."
Ambos, TaeHyung y Jungkook, se miraron.
"El beringal..." Pronunció el pelirosa, observando al hombre poco después.
"Me quedé atrapado entre los escombros hasta que empezó a entrar agua y más agua. Alcancé la superficie esperando poder romper el hielo, pero era imposible..." Jadeó en busca de aire.
"Nosotros le escuchamos desde la montaña, nos habíamos quedado atrapados también al bajar. Un beringal apareció en medio de la cordillera cuando quisimos llegar a las minas de caliender y tuvimos que huir..." Suspiraba TaeHyung, dedicándole una sonrisa forzada. "Probablemente eso fue lo que derrumbó el túnel."
"Eso parece, sí." Asintió, logrando regular su respiración. "Agradezco muchísimo que me hayáis salvado. Estaba convencido que moriría ahogado de no ser porque vosotros llegasteis..."
Jungkook movió la manta hasta cubrirle el cuello. "Nos alegra haber podido ayudar."
"Habéis hecho algo más que ayudar." Aseguraba, viéndose aliviado de poder decir aquello. "Si hubiese muerto aquí nadie me habría encontrado, mi mujer y mis hijos jamás sabrían dónde estoy. Me habéis salvado la vida."
Con el corazón en un puño, TaeHyung sonrió. "Ha sido casualidad..."
"Yo lo llamo tener suerte."
"Yo también." Concordaba Jungkook, pues él había contado con la misma.
El hombre logró incorporarse a duras penas, gracias a la ayuda de TaeHyung. No parecía ser muy mayor, probablemente estaría entrando en los cuarenta.
"No haga movimientos bruscos, señor, debe estar congelado."
"Lo estoy, créeme." Bromeó, dejando escapar una risita en cuanto los contagió y tosiendo. Una vez se recuperó, permaneció abrazado a sí mismo. "Ay... No sois de aquí, ¿verdad? Parecéis y habláis como turistas."
Ambos asintieron.
"Venimos desde Ae-Dexian-Thee, estamos de turismo por las regiones en busca de algunos ingredientes, aunque se nos han torcido un poco los planes." Explicó el pelirosa, apretando los labios. "Aunque por suerte o por casualidad eso nos ha llevado a usted."
"Menos mal... Aunque lamento que vuestros planes se hayan torcido. ¿Qué buscabais?"
"Caliender prensado, íbamos de camino a las minas cuando ese animal apareció." Repitió Jungkook.
Aquel hombre frunció el ceño, viéndose pensativo. "Probablemente hayan cerrado todos los caminos de la montaña que conduzcan hacia las minas. Ahora que está nevando es complicado acceder con los beringales cerca, por eso creamos caminos subterráneos."
"¿Y hay forma de acceder a esos caminos?"
"Sólo acompañado por un minero, por temas de seguridad, ya sabéis." Dijo, observando sus muecas consternadas, algo que le confundió. "¿Y esas caras? Os acabo de decir que soy minero."
"Pero usted está herido..."
Él negó. "Dos tazas de esa sopa deliciosa que hace mi mujer y estaré como nuevo en menos de doce horas. Creedme, no es la primera ni será la última vez. Mañana mismo seré vuestro guía turístico."
"No queremos causarle molestias, señor."
"Podéis tutearme, muchachos, no hacen falta tantos términos. Y lo digo en serio, me habéis salvado la vida, llevaros hasta las minas es lo mínimo que podría hacer a cambio. Soy un Myung y los Myung somos gente de palabra."
El ceño de TaeHyung no pudo no fruncirse. "¿Qué es un Myung?"
"Mi apellido."
"Oh..."
"Me llamo Myung Hankseob. A mi madre siempre le han gustado los nombres que te hicieran ver como si estuvieras masticando piedras a la hora de decirlos..." Masculló, disconforme. Los más jóvenes rieron. "Con que me llaméis Hank es más que suficiente."
"De acuerdo, señor Hank."
"Sin el señor, por favor."
"De acuerdo, Hank." Repitió esta vez, siguiendo sus indicaciones. Él sonrió, asintiendo. "Yo soy TaeHyung, por cierto, y él es Jungkook." Señaló al azabache, poniendo una mano en su hombro.
"Encantado de conoceros." Devolviéndoles la sonrisa, trató de incorporarse, lo cual se volvió dificultoso teniendo en cuenta su condición tan pobre. "Vaya, hombre..."
Jungkook no tardó en sostener su brazo derecho, ayudándole lo más rápido que pudo. Así mismo, el señor Hank alcanzó a ponerse en pie con una velocidad que le dejó ciertamente pasmado, observando al azabache con los ojos como platos e incluso silbando.
"Menuda fuerza tienes, ¿eh...?"
El azabache se sonrojó, riendo. Y, tan pronto como Hank se dio la vuelta, encontrándose con otros dos pares de ojos de otras dos criaturas totalmente diferentes, se sobresaltó, tropezándose con sus propios pies.
"¡Coño!" Gritó, sobresaltando también al más pequeño, Nuka, quien se tumbó bocaabajo en el lomo de su hermano mayor. "¡¿De dónde han salido esos dos cerdos?!"
"Vienen con nosotros, son nuestros compañeros."
"Qué susto me han dado..." Suspiró, llevándose una mano al pecho. "Bueno, creo que ha sido mutuo." Señalaba, mirando a las dos criaturas a modo de disculpa. "Perdonad, ¿eh...? Es que no estoy acostumbrado a veros tan de cerca."
Jungkook agarró a Nuka, acariciando su cabeza en cuanto notó que estaba intranquilo y comenzaba a lloriquear. "Tranquilo, tranquilo..."
"Lo siento."
"No se preocupe, apenas están recuperándose del susto que vivimos hace un rato, así que ellos también se encuentran un poco sensibles." TaeHyung le dijo, sonriendo. "Nuka, el más pequeño, es tan sólo un cachorro, le atacaron hace muy poco. Su dueño es parte de una tribu y nos pidió que lo llevásemos con nosotros después de eso."
El señor Hank no tardó en verse consternado. "Joder, pobrecito... ¿Le atacaron siendo tan pequeño?"
"Así es, sí. Los cazadores que habitan en el bosque de Qyopsae mataron a su dueña."
"Esos desgraciados no tienen alma. Muchos de ellos aparecen en las cuevas de los beringales queriendo usarlos para sus sacrificios del demonio y siempre se llevan la peor parte. Nadie siente lástima por ellos." Escupió con desagrado. "Me alegro de que al menos ese pequeñín ahora esté a salvo con vosotros..."
TaeHyung le dedicó una sonrisa a modo de agradecimiento.
"Por cierto, ¿os apetece una buena comida? Hoy es el cumpleaños de mi mujer y mis hijos le han preparado su menú favorito, pero como son tres hombres, brutos como su padre, probablemente no hayan sabido medir cantidades y sobre comida para cinco reuniones familiares. Estoy convencido de que cuatro invitados más serán bienvenidos."
Jungkook y TaeHyung volvieron a mirarse. "Oh..."
"Tenemos la cabaña de invitados vacía, así que podéis pasar la noche allí. Mañana temprano os acompañaré a la mina y estaré más tranquilo sabiendo que no debéis cruzar otra vez la montaña." Añadió, su sonrisa dulce enterneciendo a TaeHyung. "Os lo debo por haberme salvado la vida, al fin y al cabo."
"¿Está seguro de que no es una molestia?" El azabache se mantuvo indeciso, pues incluso si no planearon pasar una segunda noche en aquella región, estaba convencido de que en aquel hostal no volverían a correr con la misma suerte.
Lo que el señor Hank les ofrecía era casi un milagro.
"Estoy segurísimo. Mi mujer adora tener visita y mis hijos se van a poner como locos, en el buen sentido, al ver a esas dos preciosidades." Dijo, refiriéndose a Maoi-lee y Nuka. "Y para mí será un placer."
"Bueno..."
"Aceptad, venga. Lo estáis deseando." Bromeó esta vez, haciéndoles reír.
TaeHyung asintió, esbozando una sonrisita tímida. "De acuerdo, aceptamos su oferta, Hank. Gracias por su hospitalidad."
El hombre le devolvió la sonrisa.
"No se le agradece a alguien a quien acabáis salvarle la vida, sino al revés."
Sus sonrisas se volvieron más amplias.
"Ahora sí, marchando. Necesito darme una ducha de agua caliente o mañana amaneceré siendo el hombre de hojalata..." Dijo, teniendo la intención de iniciar el camino rumbo a su casa. Sin embargo, TaeHyung le detuvo.
"Espere, espere."
"¿Qué pasa?"
El pelirosa señaló al cerdo más grande. "Es nuestro medio de transporte, suba. Maoi-lee nos llevará."
Hank no pareció procesar muy bien aquella información.
"¿Qué?"
"Maoi-lee, ven, corre." Pedía TaeHyung, teniéndole una mano al susodicho, quien inmediatamente corrió hacia ellos, su colita rizada moviéndose de un lado a otro. "Agacha."
Tan pronto como el cerdo siguió sus órdenes, Jungkook ayudó al señor Hank a subirse y sentarse en su lomo. TaeHyung, sosteniendo al cerdito más pequeño, los alcanzó poco después, dándole varios golpecitos para que se moviera. Maoi-lee se puso recto.
"Debe darle las indicaciones."
"Ow... Todo recto, criatura."
Así mismo, Maoi-lee hizo lo pedido. Hank silbó, estupefacto, sus ojos como platos.
"Por la diosa todopoderosa Nam..."
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