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✧c.-029

N/A: Empiezan las aventuras de nuestras mini criaturas y yo no puedo estar más emocionada por lo que se viene en los próximos capítulos xD

Cap dedicado a LixandHy ♡♡

Hoy os recomiendo '10:35' de mi mujer Tate McRae y Tiësto.

[...]

El tan esperado día llegó.

TaeHyung se encontraba tan nervioso, ansioso y emocionado que había pasado la noche con los ojos muy abiertos y el cerebro más que despierto. Jungkook, que claramente tampoco podía pegar ojo si todo lo que escuchaba al intentar tratar de hacerlo era la respiración errática de TaeHyung y su cuerpo moviéndose de un lado a otro en el colchón, estaba en la misma situación.

Pero, sin duda alguna, lo peor llegó cuando tuvieron que despedirse de los demás. En cuestión de segundos, Jungkook se vio rodeado de pequeños mosquitos coloridos que lloriqueaban abrazados a ellos como lapas. Y de Wooyoung, claro, el mosquito fuerte que intentaba mantenerse impasible ante el hecho de que dos de sus grandes amigos estarían fuera por un tiempo. Todos sabían que no duraría mucho fingiendo, aún así.

"Acordaos siempre de usar el silbato, ¿de acuerdo?" Jimin repetía como por décima vez, sosteniendo la cara de TaeHyung entre sus manos. "Una vez para avisar de que habéis llegado al destino, dos para avisar de que salís y tres para alertar sobre problemas, ¿estamos?"

"Estamos."

"¿De qué nos sirve saber que están en problemas si ellos se encuentran en la otra punta del mapa?" Cuestionaba Wooyoung. "No podremos hacer nada, sería inútil..."

Jimin le dedicó una mirada fulminante que le mandó a callar en el acto.

"Olvídalo..."

"Ay, esto es lo peor de las despedidas. No os habéis ido y ya os estoy echando de menos." Lloriqueaba Woongki, secándose las lágrimas.

"Sí, lo odio. Me siento tan mal..."

Jungkook rio, acariciando ambas cabezas amistosamente. "Está bien, chicos. Volveremos tan pronto que no siquiera os dará tiempo a acostumbraros a nuestra ausencia."

"Eso, no os preocupéis. Será un viaje rápido." TaeHyung, que se separaba de Yim e iba hacia Joowan, dijo.

"Pero os vamos a echar de menos."

"Siempre que falta uno de nosotros se nota, imaginaos si sois dos personas..."

Tan pronto como los mellizos volvieron a quejarse, aferrados a Jungkook, este los miró con una sonrisa. Casi parecía que estaban programados para hablar uno detrás del otro.

"También os vamos a echar mucho de menos, chicos."

Sin embargo, a pesar del momento tan dulce, tierno y emocionante que compartían entre todos los presentes, alguien bufó. Wooyoung, siguiendo con su meta de no mover ni un músculo de la cara, continuaba de brazos cruzados, negando.

"Esto está siendo demasiado dramático para un viaje que va a durar solo unos quince días..." Decía, disconforme con tantas lágrimas derramadas. "Me vais a deprimir como sigáis así."

TaeHyung, que se acercaba a él para darle un abrazo de despedida, rio. Le conocía lo suficiente para saber la verdadera cara detrás de esa mueca tan impasible.

"Di que sí, Wooyoung, parece un velatorio." Se burló, rodeándole el cuello con ambos brazos. No tardó en sentir cómo temblaba. "Menos mal que tú no eres tan llorica y te da igual estar sin vernos más de dos semanas."

Wooyoung se aclaró la garganta, devolviéndole el abrazo a regañadientes mientras su pequeña coraza terminaba desmoronándose poco a poco.

"Sí..."

"Aunque te voy a echar de menos."

Su barbilla tembló. "Y yo, y yo."

Jungkoook se separó de los mellizos para abrazarle también, pues era el único que le faltaba por despedir.

"Yo también."

"Sí, bueno, será un poco raro pasar delante del taller y que esté cerrado..."

Los mellizos sollozaron.

"No había pensado en eso..."

"Ni yo..."

"Míralo por el lado bueno, no tendrás que estar de un sitio a otro ayudándome a recoger bayas, frutas, verduras... Son quince días en los que descansarás de ser el ayudante del costurero." Bromeaba el pelirosa, palmeando su espalda.

Las comisuras de Wooyoung se torcieron. "Claro, e-es verdad."

Una vez ambos, Jungkook y TaeHyung se separaron de él, suspiró, pudiendo respirar hondo.

"En fin, chicos, pues-"

"¡Esperad, esperad!" La voz de Choi San sonó a lo lejos, antes de que pudieran visualizar al susodicho volando hacia ellos a toda prisa. Una vez a su misma altura, sonrió. "Hola. Faltaba yo por despedirme."

Wooyoung volvió a bufar. "Afortunadamente..."

"Pensé que no ibas a llegar nunca, doctor. Qué alegría verte."

Abrazó a los dos a la vez, palmeando sus espaldas suavemente. "Sí, siento haber llegado tarde, pero estaba ocupado con un paciente y no podía salir antes. Menos mal que no hay mucho camino desde la consulta hasta aquí." Conforme se separaba, suspiró, rebuscando algo en sus bolsillos. "También te he traído esto como me pediste, TaeHyung, toma."

Tendiéndole lo que parecía ser un frasquito de pastillas, el pelirosa lo tomó tan rápido que apenas llegó a verse la estela de su cabello al viento, emocionado al reconocer de qué se trataba.

"¡Muchísimas gracias, San! Eres el mejor, no sabes lo feliz que me has hecho."

Este rio, apenas sonrojándose. "Creía que no llegaría a tiempo para poder dártelo. Recuerda que duran dos horas y no puedes tomar más de tres al día o te harán daño al estómago, ¿vale? Selecciona muy bien lo que vas a comer."

"Sí, descuida."

"Yo me encargo de recordárselo, no te preocupes." Jungkook le dijo, apretando el hombro izquierdo de TaeHyung.

"Bien, bien, perfecto. He hecho más pastillas de la cuenta con menos dosis en caso de que te apetezca tener algunas para ti, ya sabes... Su función inicial es potenciar sabores, también podría servirte. Son las verdes." Señalando las que se encontraban junto a las de TaeHyung, que eran moradas, dijo. "Estas de aquí."

"Te lo agradezco mucho, San, de verdad."

La sonrisa del susodicho se agrandó, pasando un brazo alrededor de los hombros de Wooyoung. "Es un placer."

"Bueno... Y ahora sí, ya que estamos todos juntos, es hora de decir adiós, chicos." Anunciaba el pelirosa, frotándose las manos. "Nos marchamos ya."

Jungkook rio, asintiendo. "Intentaremos traeros un recuerdo de cada sitio al que vayamos."

"¡Sí, por favor!"

"Espera un momento, ¿no te has despedido de Taevin?" Joowan quiso saber, mostrándose confundido al no verlo por los alrededores.

"Vino al taller temprano para traernos algunos dulces que mi padre había hecho y despedirse de ambos. Dijo que si estabais todos aquí terminarais contagiándole vuestra pena y acabaría llorando como un bebé." Explicó este, haciéndoles reír. "Está más contento de lo que me esperaba, así que puedo irme tranquilo. No le dará un infarto mientras estoy fuera."

"Eso es un alivio, sí... Me alegra que se lo haya tomado tan bien."

"Ya somos dos."

"Tres..." Mascullaba el azabache, haciéndoles reír.

Minutos después, subieron al lomo de un perfectamente entrenado por Jimin, Maoi-lee, quién previamente había sido equipado con algunas mochilas sin demasiado peso donde guardaron comida (la cual tenían gracias a Yim, los padres de TaeHyung y la madre del primer mencionado), bebidas para el camino, pequeños snacks como recompensa para el cerdito, mantas, lámparas de mano, utensilios para el aseo diario y ropa, mucha ropa.

Maoi-lee comenzó a andar sin mirar atrás.

"¡Adiós, chicos!" Los mellizos chillaron al unísono.

Ellos, que avanzaban mientras movían sus manos en el aire a modo de despedida, sentían como sus corazones latían lo suficientemente rápido como para creer que se les saldría del pecho.

No podían estar más emocionados.

"Adiós, adiós a todos!"

"¡Qué tengáis buen viaje!"

"¡Gracias!"

"¡Acordaros del silbato!" Gritaba Jimin. "¡Uno llegada, dos salida, tres emergencia!"

Ambos asintieron a la vez. "¡Sí!"

"¡Tened cuidado!"

"¡Sí!"

Wooyoung, cuya fortaleza se derrumbó en cuestión de segundos, viéndolos alejarse a paso rápido, lloriqueó, siendo abrazado rápidamente por el doctor, cuya atención estaba fija en él.

"¡Os voy a echar de menos!"

TaeHyung y Jungkook rieron. "¡Y nosotros a ti, Wooyoung!"

"¡Prepárate para empezar nuestros entrenamientos cuando volvamos!" Le gritó Jungkook. Él asintió de inmediato.

"¡Lo haré!"

Finalmente, les perdieron la pista unos segundos después, tras adentrarse en las profundidades del bosque.

Acomodándose en el lomo de su cerdo mascota, TaeHyung respiró hondo, llenándose los pulmones de aire puro mientras observaba a su alrededor, maravillado con las vistas. En especial, cuando interceptó a Jungkook y su sonrisita dulce.

"¿Estás emocionado?"

Él asintió, devolviéndole la mirada. Nada más encontrarse con los ojos del pelirosa, su sonrisa se agrandó. "Mucho, sí... Tengo muchas ganas de ver lo que nos espera."

"Yo también."

De un momento a otro, Maoi-lee frenó en seco cuando una figura se presentó frente a él repentinamente. Jungkook alcanzó a sostenerse de los agarres, mientras que TaeHyung voló por los aires en un abrir y cerrar de ojos. Gritó. Su cuerpo, por fortuna, quedó suspendido bajo una fuerza externa, dándose la vuelta para ver a Choi Garam frente a su cerdo mascota, mientras sentía como lentamente era enviado de vuelta a su lugar. Jungkook lo atrapó inmediatamente, manteniendo un agarre firme en él.

"Señora Choi..."

"Me disculpo por aparecer de esa forma, no era mi intención sobresaltar a esa pobre criatura." Dijo, acariciando el hocico del cerdo. "Faltaba yo por despedirme y quería daros algo muy importante antes de que finalmente partáis."

Jungkook mantuvo su ceño fruncido. "¿De qué se trata?"

Y, en lugar de darle una respuesta verbal, simplemente acortó la distancia existente entre ellos, moviéndose hasta alcanzar a Jungkook y rodearle el cuello con lo que parecía ser un colgante, del cual colgaba una piedra preciosa. Hizo lo mismo con TaeHyung, dejando un tercer collar sobre sus manos.

"¿Qué es esto?"

"Es una Amerita, sirve para proteger de las malas energías externas. Así estaréis protegidos durante todo el viaje." Explicó, señalando la que había dejado en manos del pelirosa. "Esa es para el cerdo, los animales absorben todas las energías que le rodean y también necesitan protección. No os las quitéis, ¿de acuerdo?"

TaeHyung observó su pecho con el ceño fruncido, admirando aquella piedra. Era bonita, de un sutil color morado, combinando a la perfección con su atuendo.

"Huh, gracias..."

"Muchas gracias, señora Choi."

"No es nada." Asintió. "Ahora sí, me marcho para que podáis continuar con vuestro viaje. Tened mucho cuidado, volved de una pieza y ni se os ocurra hacerlo sin mis ingredientes, ¿de acuerdo?"

Ambos asintieron igualmente.

"Así será." Aseguraba Jungkook.

Y, sin mencionar palabra alguna, la señora Choi se giró, despareciendo entre los árboles como si ella nunca a estado ahí. TaeHyung suspiró, recuperándose del susto.

"¿Estás bien?" Jungkook puso una mano en su espalda baja, mirándole preocupado.

"Sí, sí... He volado por los aires literalmente, pero estoy bien. No te preocupes."

Una pequeña risita perteneciente al azabache sonó, mirándose mutuamente para segundos después contagiar a TaeHyung, ambos viéndose sumidos en lo que parecía ser una guerra de carcajadas sin fin.

Algunas horas más tarde, cuando el Sol comenzaba a esconderse tras los grandes árboles, TaeHyung se había permitido a sí mismo tomar un pequeño descanso en el regazo de Jungkook, quien acariciaba su cabello mientras ambos disfrutaban de la brisa fresca chocando suavemente contra sus rostros.

"Nunca había llegado a las profundidades del bosque, este sitio es alucinante..." Mascullaba el azabache, observando todo a su alrededor.

Y es que ciertamente lo era. El lugar con el que él estaba familiarizándose no era, ni de broma, una cuarta parte de lo que se escondía detrás de esos lagos de agua clara y acantilados empinados. Superaba todas sus expectativas.

Rodeados de árboles aún más altos, gruesos y frondosos, cuyas copas estaban conformadas por hojas casi perfectamente ovaladas, de un brillante color rosado. Las pequeñas montañas rocosas que bordeaban los límites del bosque resultaban casi hipnóticas, llenas de cascadas superficiales y arbustos. Hierba alta, fresca, mojada por sutiles gotitas de rocío e iluminada por aquel inmenso cielo, apenas tintándose de un potente color zafiro.

"¿Verdad que sí?" TaeHyung murmuró, mirando hacia arriba. Sus ojos brillaban con los restos de luz solar reflejándose en ellos. "Yo tampoco he estado aquí y me encanta."

"¿Nunca has llegado a esta parte del bosque?"

Él negó. "No desde que tengo memoria... Siempre me ha entrado la curiosidad de cómo sería recorrerme el bosque al completo, pero nunca tuve la oportunidad de hacerlo. Temía que Taevin sufriera un infarto si me veía hacerlo solo, ¿sabes?" Bromeó, consiguiendo que ambos rieran.

"Ahora lo estamos haciendo, así que tu curiosidad puede considerarse saciada."

"Sí, la verdad es que sí..." Asentía esta vez, sus labios curvándose en una pequeña sonrisita. "Y es mucho mejor de lo que esperaba, debo decir."

Los dedos de Jungkook trazaron un patrón invisible desde la línea donde nacía su cabello, cruzando por la frente hacia su nariz recta, formando un pequeño circulo en la punta. TaeHyung carcajeó suavemente, arrugándola tan pronto como sintió cosquillas.

"Eh, oye... Tengo una pregunta." Murmuraba el pelirosa tras un corto silencio.

"Dime."

"Cuando nos estábamos alejando de los chicos, le dijiste a Wooyoung que se preparara para vuestros futuros entrenamientos..." Recordaba, viéndole asentir. "¿Crees que te dará tiempo?"

"¿Tiempo?"

"A estar aquí cuando comience ese famoso torneo." Decía apenas en un susurro, como si temiese realmente la respuesta. "¿Qué pasaría si se te presentase la oportunidad de volver a casa antes de eso? Si la doctora Choi consigue que esté todo listo para ayudarte... ¿Te marcharías?"

Jungkook tragó saliva, manteniéndose en silencio y con los labios apretados, sin poder apartar sus ojos de TaeHyung. Suspiró, cerrándolos por un momento, para luego abrirlos y clavarlos en él.

"No lo sé, mosquito... ¿Tal vez?" Se encogió de hombros, angustiado por no poder darle una respuesta. "Sé que eso no es lo que quieres oír, tampoco es lo que me gustaría decirte, pero sinceramente no estoy seguro de lo que haría."

TaeHyung alcanzó a asentir. "Entiendo..."

"Me gustaría que me diese tiempo a hacer todo, ¿sabes? Pasar el máximo tiempo con ellos, contigo... Acompañar a Wooyoung a ese torneo y verle ganar, aunque aprecie lo suficiente al doctor Choi para no querer que su derrota sea humillante." Le dijo, oyendo su pequeña risita. "Pero lo cierto es que no tengo ni idea del tiempo que me queda aquí."

"Yo tampoco." Susurró, haciendo una mueca. "Y la verdad es que no quiero saberlo..."

Mordiéndose el labio inferior, Jungkook le permitió aceptar su silencio como una respuesta tranquilizadora, como lo que de verdad quería escuchar. Y es que él tampoco quería marcharse; pero debía hacerlo. Acarició sus mejillas con suavidad, dedicándole su sonrisa más dulce mientras inconscientemente trasladaba aquellas caricias hacia su labio inferior. TaeHyung se estremeció.

No pudo apartar los ojos de él, empujando de forma sutil su labio inferior hasta abajo y sintiéndose repentinamente ansioso. Hasta que no pudo evitarlo.

Inclinándose sobre TaeHyung, acortó la distancia que los separaba en un movimiento certero, rozando sus labios ínfimamente, sintiendo su aliento cálido y mentolado, su respiración acelerada antes de atraparlos con determinación. Le besó. Un beso lento, dulce, dónde no existía nada más que el silencio interrumpido por los chasquidos que sus propios labios producían al unirse y los pequeños jadeos que TaeHyung emitía, correspondiéndole de inmediato.

Chupó el inferior, trazando una línea de saliva hasta atraparlo de nuevo, tomándolo por la barbilla para que el acceso a su boca fuera pleno, introduciendo la lengua hasta rozar la suya propia. TaeHyung se estremeció, rodeándole la nuca con dedos temblorosos.

Luego, Jungkook se separó muy lentamente, sin dejar de acariciarle la comisura labial y mirándole a los ojos antes de que Maoi-lee aminorase la velocidad poco a poco hasta detenerse.

"¿Qué ocurre?" Susurró el pelirosa, incorporándose con un deje de confusión y vergüenza en su mirada. Tenía las mejillas rojas. "No hemos llegado todavía, ¿por qué se detiene?"

"Debe estar cansado, llevamos ocho horas en el camino y apenas ha querido parar a descansar..."

Escuchando a Jungkook decir aquello, optó por alzar sus alas y volar fuera del lomo de Maoi-lee, bajando hasta llegar frente a él. El cachorro parecía, efectivamente, cansado, pues sus ojos se mantenían entrecerrados, apagados y llenos de hastío. Sin embargo, encontró algunas fuerzas para saludar a TaeHyung con un par de golpecitos en el pecho, haciéndole reír.

"Mi bebé, ¿estás cansado?" Le dijo, acariciando su frente. "¿Te duele algo? ¿Tienes hambre?"

Jungkook llegó a su lado justo cuando Maoi-lee lloriqueó. "¿Qué le pasa?"

"Parece cansado... No creo que tenga hambre ya que hemos estado dándole snacks y porciones de su comida durante todo el camino, pero lo mejor será que paremos a descansar por aquí cerca y lo retomemos mañana temprano." Miró a su alrededor. "No faltarán más de tres horas para llegar hasta Qyopsae."

Este asintió, pasando los dedos por el suave pelaje del animal, cuya colita rizada se movió felizmente, aceptando las caricias y agradeciéndolas con algunos golpeteos suaves en el pecho ajeno. Jungkook carcajeó.

"¿Crees que podamos acampar aquí?"

"Sí, claro. Se puede acampar en cualquier parte del bosque siempre y cuando no pongamos en riesgo la salud de nuestra flora y fauna, así que está bien."

"De acuerdo, entonces iré sacando todo lo necesario, ¿vale? Tú mientras elige un buen sitio."

El pelirosa asintió, esperando a que Jungkook subiera de nuevo al lomo de Maoi-lee (que podía hacerlo gracias a unas cuerdas que Jimin había colocado para afianzar todas sus pertenencias y que estas no cayeran al suelo durante el trayecto) para guiar al animal hacia un lugar llano sobre aquella hierba tan alta, que le resultase atractivo.

Encontró la que sería su elección final tras algunos minutos dando vueltas sobre el pasto fresco, mojado, situando a Maoi-lee bajo un cerezo inmenso y ayudando al azabache a sacar todo lo necesario para pasar la noche allí.

"Me gusta este sitio, es bonito." Decía un muy sonriente Jungkook, terminando de colocar las cosas dentro de aquella pequeña caseta que los hermanos Kim habían fabricado. "Y parece acogedor para pasar la noche..."

TaeHyung le devolvió la sonrisa.

"A mí también. Además, hay un pequeño charco ahí en frente, así que podremos daños un baño antes de dormir. No es demasiado profundo, por lo que no necesito preocuparme demasiado sobre si voy a ahogarme o no." Bromeó, escuchándole reír entre dientes mientras negaba.

"Ni siquiera pienses en ahogarte conmigo cerca, mosquito."

"No lo hacía, por eso digo que no me preocupo." Le dijo, relamiéndose los labios. Su corazón se aceleró cuando el fantasma de los ajenos se manifestó, recordándole aquel beso. Tragó saliva, tratando de mantener la compostura. "Eh... ¿T-Tienes hambre? ¿Quieres comer algo?"

"No, estoy bien, tranquilo. Esperaré un poco... ¿Qué hora podría ser?"

"Apenas está anocheciendo, supongo que si normalmente anochece completamente a las nueve en punto de la noche y el Sol aún sigue viéndose, quedarán..." Estirando los brazos sobre él en dirección a este, TaeHyung apiló sus dedos horizontalmente hasta alcanzarlo con cuatro de ellos. "Sesenta minutos para que anochezca. Deben ser las ocho ahora."

Jungkook observó con curiosidad lo que hacía. "¿Qué haces con las manos?"

"Medir la distancia del Sol hasta el horizonte para saber cuánto tardará en esconderse por completo." Movió los dedos para que mirase hacia estos. "¿Ves? Cada dedo equivale a quince minutos."

"Oh..."

"Es una técnica que nos enseñó el padre de Jimin, siempre íbamos de acampada cuando éramos más pequeños con él y la señora Park. Les encantaba que aprendiésemos cosas nuevas estando con ellos." Explicaba, bajo la atenta mirada del azabache. "Gracias a eso sabemos pescar, identificar setas venenosas, orientarnos —aunque yo no tanto...—, calcular cuántas horas de Sol nos quedan hasta el anochecer y reconocer los animales sólo con el ruido de sus pisadas."

Jungkook parecía estar alucinando. "¿En serio?"

"Sí, es súper útil. Lo único es que yo eso de orientarme no he llegado a pulirlo del todo y siempre termino usando una brújula, pero bueno..." Se encogió de hombros, haciéndole reír.

"Vas a tener que darme algunos consejos de supervivencia en el bosque, porque sólo sé orientarme y milagrosamente." Dijo. Esta vez ambos rieron.

TaeHyung asintió. "Eso está hecho, descuida."

"¿Te apetece que nos metamos en el lago? Quiero darme un baño antes de que anochezca y el agua se enfríe aún más." Propuso mientras se ponía en pie, deshaciéndose de su prenda superior, pues el pelirosa le había facilitado un conjunto de dos piezas aún más cómodo que combinaba a la perfección con sus nuevas alas. Él tenía uno igual.

Tragando saliva, este apenas tuvo tiempo de responder cuando el torso desnudo de Jungkook apareció frente a sus narices.

"Eh, b-bueno... Va-vale..."

"Pues venga, vamos." Inmediatamente después, haciendo lo mismo con su prenda inferior, Jungkook quedó casi desnudo a excepción por el traje de baño que llevaba puesto.

TaeHyung sudó frío, sonrojado hasta las pestañas.

¿Por qué se desnudaba con tanta facilidad?

"¿Vas a meterte en el agua con toda esa ropa? Será complicado que se seque después, mosquito..."

"¿Eh?"

"Tu ropa." Señalaba el azabache. "¿No será mejor que te la quites?"

Sus mejillas enrojecieron de manera furiosa. ¿Acaso estaba haciéndole una sugerencia que no lograba captar?

"¿Q-Quitarme la ropa?"

Confundido por su comportamiento, Jungkook asintió. "Sí, claro... Llevas ropa de baño debajo, ¿no? Creo haberte oído decir que estabas más cómodo con ella puesta."

"Eh, sí, sí... Llevo ropa de baño, claro."

"Pues entonces quítate la ropa, será mejor. No tendrás que esperar a que se seque para ponértela de nuevo... Algo me dice que hará un poco de frío esta noche."

TaeHyung tragó saliva, comprendiendo a duras penas que Jungkook no estaba siendo un depravado a su alrededor, sino que simplemente quería hacerle las cosas más fáciles. Y suspiró, aliviado; aunque también decepcionado.

Procedió a despojarse de sus prendas, acomodándose la ropa de baño que le llegaba hasta los muslos para que no se subiera de imprevisto, claramente no siendo consciente en absoluto del modo en que Jungkook estaba mirándole, con los ojos brillantes y los labios entreabiertos. TaeHyung casi parecía su cena.

"¡Ya estoy!" Anunció, encontrándose con sus ojos oscuros, fijos en él y sufriendo un pequeño escalofrío. "¿Vamos?"

Jungkook le sonrió, tomando su mano para acto seguido jalar de él en dirección al pequeño lago, situado a apenas unos metros de distancia y bordeado por unos cuantos matorrales de flores blancas.

"¡Maoi-lee, estaremos aquí, no te asustes!" TaeHyung se dirigió a su cerdito, quien descansaba en una esterilla blanda, recuperándose tras un largo trayecto por el bosque. El animal levantó la cabeza para mirarlos, volviendo a su postura inicial inmediatamente después.

"Ten cuidado con las rocas, mosquito."

Afianzando el agarre en su mano, lo guio por una cuestecita diminuta que terminaba en la orilla del lago, entrando primero para comprobar la dureza bajo este y así asegurarse de que no se hundirían los dos juntos. Una vez la tierra en sus pies se sintió agradable y segura, jaló del pelirosa hacia él.

"¡Qué frío, Jungkook!" Se quejó con un chillido. Este rio.

"No está fría, está bien."

"¡Está helada!"

"Que no, exagerado... Ven, siéntate conmigo, verás como no es para tanto."

"¡¿Estás loco?! ¿Acaso quieres que me muera de una hipotermia?!" Horrorizado le dijo, antes de ser empujado hacia el regazo ajeno. "¡Jungkook!"

Este chistó, acomodándole sobre sus piernas y mojándole la espalda con agua, notado cómo se estremecía y lo fulminaba a partes iguales. Depositó un casto beso en su mejilla antes siquiera de poder escucharle quejarse por más tiempo, sonriéndole dulcemente.

"Eres un imbécil y te odio."

"Bah... Eso no es cierto, mosquito, y como no es cierto, no me afecta." Se encogía de hombros, acariciando su espalda. Ahora, TaeHyung no sabía si los estremecimientos se debían al frío o al tacto ajeno en su piel. "¿Ves cómo no es para tanto? ¿A que estás bien?"

"Bien congelado, gilipollas." Le fulminó, sus mejillas enrojecidas por la vergüenza.

Jungkook dejó escapar una carcajada, llevando sus dedos hasta el cuello ajeno. "Dices cosas muy feas para ser un mosquito tan guapo, TaeHyung, no te pega."

"Yo sí que te voy a pegar..."

La risa del azabache se volvió más sonora, inclinándose esta vez para besarle casta y sonoramente en los labios, tragándose sus quejas y eliminando el enfado que sentía con ello.

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