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✧c.-027

N/A: Amo a Jungkook y amo este capítulo sólo por él xD

Cap dedicado a KarenBaneL ♡♡

Hoy os recomiendo 'Brave' de James Arthur, como no, porque es mi artista favorito al que amo.

[...]

No pasó demasiado tiempo hasta que los chicos aparecieron entre los árboles, guiados por un efusivo Maoi-lee que se había estado guiando todo el camino por el olor de TaeHyung impregnado en una de sus prendas.

Jimin no sólo parecía preocupado y al borde de un infarto, sino que también se veía enfurecido. Por eso mismo, ahí se encontraba él, dándole la que —probablemente— habría sido la mayor regañina en la historia de un Jungkook huérfano, quién permanecía cabizbajo junto a un cohibido TaeHyung.

"¡¿Os parece normal?!" Chillaba el peliazul. TaeHyung se mordió la esquina del labio inferior. "¡El susto que nos habéis dado!"

"Yo..."

"¡Tú nada!" Lo silenció. "Os dije claramente que estuvierais pendientes del silbato para hacernos saber lo que ocurría en todo momento, ¡y no me habéis hecho ni caso!"

Jungkook suspiró. "No hemos tenido tiempo, Jimin. En cuanto llegamos aquí la señora Choi nos acechó, apenas pudimos decir algo antes de que ella hablara." Trató de explicarle. "Todo ocurrió demasiado rápido."

"¡Eso no es una excusa! Y, de todos modos, tendríais que..." Se calló repentinamente, frunciendo el ceño cuando fue consciente de la explicación que Jungkook acababa de darle. "Espera un momento, ¿has dicho la señora Choi?"

"¿Choi Garam? ¿La madre del medicucho de pacotilla?"

El azabache asintió.

"¿Ella fue quién os citó aquí?" Quiso saber Jimin, desconcertado, viéndole asentir por segunda vez. "¿Y por qué?"

"Al parecer estuvo presente el día que llegué, me vio aterrizar y todo eso... Sabe que no soy uno de vosotros. Pero no nos pidió que viniéramos por eso concretamente, sino porque quería hacer un trato conmigo."

Wooyoung frunció el ceño. "¿Un trato?"

"¿Qué clase de trato te ofrecería una mujer como Choi Garam, si se puede saber?"

"Ella también necesita algo de Sounik, ese tipo que me trajo hasta aquí, ya os hablé de él." Los chicos asintieron. "Dijo que tiene la forma de atraerlo, llamar su atención para que venga y supuso que me interesaría. También prometió conseguir la forma de ayudarme a volver a casa."

Manteniendo su ceño fruncido, Joowan miró momentáneamente a TaeHyung, quién permanecía en silencio. "¿Y todo eso a cambio de qué?"

En respuesta, Jungkook le tendió aquella pequeña nota que la mujer le había entregado momentos antes.

"A cambio de conseguirle lo que pone ahí. Toma."

Joowan la tomó y los demás se agruparon a su alrededor para poder ver el contenido, intrigados por saber de lo que se trataba.

"¿Qué es todo eso?"

"Son ingredientes para una poción en la que está trabajando." Explicó el pelirosa. "Mencionó que por sí misma no podía conseguirlos y los necesitaba urgentemente, así que ese es el trato."

Wooyoung cada vez se sentía más y más fuera de lugar, confundido a más no poder.

No era un secreto que la señora Choi Garam era una mujer discreta, a diferencia de su único hijo San, con quién únicamente compartía parte de su don, inteligente y —¿por qué no señalarlo?— muy poderosa. De las únicas personas en todo el reino, junto con a su difunto marido que contaban con libre acceso a la magia negra.

Por eso mismo, y sabiendo todo lo que tenía a su disposición sólo con mover un dedo, resultaba confuso entender por qué había acudido expresamente a Jungkook.

"Todo esto es muy raro..." Masculló Yim.

Wooyoung corroboró sus palabras, asintiendo. "Demasiado."

"Bueno... Lo mejor por ahora será que volvamos a casa, ¿de acuerdo? Es muy tarde para estar aquí." Señalaba Joowan, relamiéndose los labios en cuanto la mosca detrás de su oreja, advirtiéndole de que algo no iba bien, comenzó a sonar.

"Sí, estoy de acuerdo. Mañana nos reuniremos temprano para hablar mejor del tema."

Jungkook y TaeHyung asintieron, accediendo silenciosamente.

La vuelta a casa fue tranquila y silenciosa, rápida gracias a Maoi-lee y sus dotes de animal transporte, que facilitaron el largo trayecto, a pesar de sus patitas cortas.

Primero se despidieron de Joowan y los mellizos, quienes habían caído profundamente dormidos en los últimos cinco minutos. Yim bajó de un salto poco después, siendo seguido por Wooyoung y Jimin, quienes vivían a dos minutos de distancia el uno del otro. Por último, TaeHyung y Jungkook entraron en el taller con la compañía del propio cerdo mascota, que cayó rendido en su cama especial tras poner un pie en esta.

"¿Tienes hambre?" Quiso saber TaeHyung, despojándose de sus zapatillas. El azabache negó.

"No, sorprendentemente no... Sólo quiero meterme en la cama y dormir todo lo que pueda. Estoy agotado."

Haciendo una mueca, asintió. "Yo igual..."

TaeHyung no podía dejar de pensar en el encuentro con la señora Choi un par de horas atrás, sintiéndose angustiado y preocupado por lo que sellar un acuerdo con ella significaba.

A diferencia de lo que pensó que sería, no tenía miedo ni mucho menos le preocupaba que todo se tratase de una trampa, sino el hecho de que Choi Garam fuera la pieza que Jungkook necesitaba para volver a casa. Eso sí le asustaba y mucho.

"¿Va todo bien, mosquito?" La voz de Jungkook sonó un tiempo después, girándose para mirarlo a través de la oscuridad en su propia habitación.

TaeHyung emitió un sonido afirmativo, incluso si su preocupación no le dejaba dormir.

"¿Seguro?"

"Sí." Susurró, pero mentir no era su fuerte y nunca lo había sido.

"TaeHyung, no me mientas, ¿quieres? Puedo ver tu carita a pesar de estar a oscuras. Esa mueca que tienes no es de estar bien precisamente." Le dijo, en un tono de voz suave, aterciopelado. "¿Qué ocurre? ¿Es por esa mujer, la señora Choi?"

Él lloriqueó, viéndose atado de pies y manos.

"E-Es que no sé, Jungkook... ¿Estás seguro de que quieres hacerlo?"

Un suspiro prolongado sonó. Este asintió incluso si no podía ser visto por TaeHyung, quién se mordía los labios.

"Sí, ya te dije que sí, mosquito... No tengo más opción que esa."

"¿Tú crees?"

"Estoy convencido, por desgracia. No tengo forma de atraer a Sounik por mí mismo, me faltan recursos y muchos datos. Si quiero recuperar ese collar y volver a casa, debo aceptar el trato de la señora Choi. Confiar en ella." Suspiró, relamiéndose los labios.

Un pequeño chasquido sonó. "Lo sé, pero, ¿no te da miedo?"

"Bueno... La última vez que acepté un trato y confié ciegamente en alguien, terminé cayendo en un agujero negro y aterrizando dos años después sobre un mosquito. ¿Qué es lo peor que puede pasarme ahora?"

TaeHyung dejó escapar una risita. "No lo sé... Supongo que no hay otra cosa a lo que aferrarte."

"No lo hay, no. Tendré que buscar todas esas cosas raras en la lista y esperar a que la doctora Choi haga su milagro."

"¿Por qué hablas en singular?"

"¿En singular cómo?"

"Como si fueras a hacer todo eso solo."

"Porque no quiero involucrarte, mosquito. Ya es suficiente, los chicos y tú me habéis ayudado demasiado. Esto lo haré solo."

"¿Bromeas, Jungkook? No hay forma de que los chicos o yo te dejemos actuar por ti mismo cuando más nos necesitas." Aseguraba, viendo como se encontraba dispuesto a rechistar. Él negó. "Ni siquiera lo intentes, ¿quieres? No va a funcionar, sabes que soy testarudo por naturaleza."

"TaeHyung..."

El susodicho se inclinó peligrosamente hasta morderle la mejilla. "He dicho que no, grandullón. Acepta la derrota, así como yo acepté la mía hace un rato."

Jungkook bufó, resignado.

"Eso es, así me gusta."

Una risita sonó. "Bueno, aceptaré la derrota y tu ayuda, pero tú vas a prometerme que te desvincularás de todo esto si las cosas salen mal, ¿de acuerdo?" Pidió, mirándole a los ojos con algo de seriedad. "No sé en qué desembocará al final, pero si Sounik llegara a aparecer realmente, las cosas podrían ponerse muy feas, mosquito. Quiero que los chicos y tú estéis fuera del círculo."

TaeHyung movió su cabeza a modo de negación, viéndose intranquilo de repente. Jungkook notó el modo en que su parte del trato le afectó, sintiendo su cuerpo tensándose junto al suyo, ya que ambas camas permanecían pegadas.

"No, ni lo sueñes."

"Lo siento, pero no hay una opción negativa para esto que te pido, TaeHyung, tienes que aceptar sí o sí. Le dije a tu hermano que por nada del mundo haría algo para poneros en peligro y pienso mantener mi palabra. Sabes mejor que nadie cómo ha sido mi vida antes de llegar aquí... Jamás me perdonaría si algo os pasa por mi culpa. Si algo te pasa a ti."

"Jungkook..."

"No."

Negándose rotundamente a discutir algo que por sí mismo ya tenía más que decidido, Jungkook optó por sentenciarlo a su manera, atrapando la barbilla del pelirosa e inclinándose hacia él, besándole castamente en los labios. De ese modo, TaeHyung ni siquiera tuvo oportunidad de quejarse. No cuando todo su mundo se puso patas arriba en cuestión de segundos.

"Que descanses, mosquito. Hasta mañana."

Y como si no acabara de hacer lo que había hecho, Jungkook se giró en el colchón, acomodándose para dormir.

Mientras tanto, TaeHyung permaneció muy quieto y en silencio, todavía bocarriba, tratando de asimilar lo ocurrido aún si resultaba imposible. Tenía la boca semiabierta y los ojos abiertos de par en par, conforme el corazón le latía bruscamente contra las costillas.

Le había tomado tan de sorpresa que por un momento incluso había olvidado cuál era el tema principal de la conversación. Tanto que hasta su propio nombre era una interrogante.

Todas esas charlas consigo mismo no habían servido de una mierda.

A la mañana siguiente cuando todos se reunieron en el lago para hablar de aquel trato con la señora Choi y viéndose obligado a actuar como una persona normal (y no como alguien que horas antes había sido besado por un gran, gran amigo, con el que incluso dormía por las noches), TaeHyung mantuvo su cabeza ocupada hasta el punto en que ni siquiera tenía espacio en ella para rememorar lo sucedido.

"¿Por qué la señora Choi querría hacer un trato contigo cuando puede tenerlo todo por sí misma? Es muy extraño..." Decía Wooyoung, meneando la cabeza de un lado a otro.

Joowan, que tampoco entendía el punto de aquella mujer, suspiró. "Lo cierto es que no me entra en la cabeza siquiera. A parte de eso, ¿qué relación tiene ella con un monstruo como ese tal Sounik?"

"Dijo que necesitaba algo de él." TaeHyung respondió, moviendo los pies dentro del agua.

"Eso lo sé, pero, ¿qué puede necesitar?"

"Nada bueno, supongo... Hasta donde sé, Sounik había escapado de la cárcel en múltiples ocasiones y en todas ellas acudía a un conocido que usaba la magia negra para deformarle el rostro y que nadie pudiera reconocerlo. Por eso tiene ese aspecto tan... Repugnante."

Uno de los mellizos, Woongki, apretó los labios. "Quizás eso es lo que los vincula, ¿no? La magia negra."

"Es cierto... La señora Choi y su marido eran los únicos en Ae-Dexian-Thee y de los pocos en todo Idexium que tenían permiso de usarla. Tal vez ese sea su nexo."

"¿Creéis que ella es quien se encargaba de modificar su rostro para que no levantara sospechas?" Quiso saber Jungkook, mirándolos con el ceño fruncido. "Sounik especificó que su socio se encontraba al final del bosque, pero que no me llevaría con él. Allí, en Sudaek Dee Bhadam está prohibido el uso de magia negra, sin embargo, ese bosque es un punto perdido. Los límites acaban en cuanto entras en él."

Wooyoung apretó los labios. "De ser eso cierto, Choi Garam fácilmente habría construido un portal que la llevase directa hacia allí... Y quizás use ese mismo método para llevarte de vuelta a casa."

"Sí..."

"Pero no tiene sentido." Masculló TaeHyung, viéndose pensativo. "La señora Choi no parecía hablar de Sounik como su socio ni nada por el estilo. Ella tenía las mismas ganas que Jungkook de dar con él. La misma rabia contenida..." Meneó su cabeza. "Se refirió a él como un «ser despreciable, un bicho escurridizo que está en todas partes y no se deja ver». Esas fueron sus palabras exactas."

Jungkook asintió, dándole la razón. "Es verdad... Parecía muy asqueada con él."

"Quizás la traicionó y por eso ahora lo busca. Dijisteis que Sounik quería algo y ese 'algo' sólo lo tenía ella, ¿verdad?"

"Sí, ese 'algo' es su cebo para atraerlo."

"Según la señora Choi, se moría literalmente por tenerlo..." Mascullaba el pelirosa, apretando los labios mientras le daba vueltas a la conversación. Entonces, pareció recordar una parte en concreto que tomó demasiado a la ligera, sus ojos ensanchándose. "Eh..."

Jungkook inmediatamente le miró, preocupado.

"¿Qué pasa?"

"No había caído en cuenta hasta ahora... Cuando mencionó el secreto de Jungkook, dijo: "No eres uno de ellos", como si ella no formara parte de nuestra especie tampoco. Apenas le dimos importancia en ese momento por la situación, pero tal vez deberíamos sospechar de algo, ¿no creéis?"

El ceño de Yim se frunció. "Puede que fuese simplemente una forma de hablar."

"No sé..."

"Y de todos modos, no creo que investigar a alguien como la señora Choi sea nuestro movimiento más inteligente, no cuando nuestra única fuente de información es su hijo. San no debe saber ni el dos por ciento de todo lo que hace su madre."

TaeHyung torció el gesto. "También es verdad..."

"Involucrar a San no es la mejor idea."

Wooyoung bufó (como era de esperar, claro) ante las palabras de Woongki. "Qué graciosos, y lo decís ahora. Yo llevo años diciendo lo mismo y nunca me hacéis caso, ¿eh? A ver si empezamos a tomar nota..."

Una risita conjunta sonó.

"Deja de quejarte, pesado. Me refiero al tema de su madre."

"Bueno..."

"Por no hablar de que el futuro de Jungkook está en juego. Un mal movimiento y todo se iría a la mierda." Recordaba Hyeongjun. "No podemos permitir eso... Es la única que puede ayudarle."

Jungkook acarició el cabello de Hyeongjun, sonriéndole. "Bien pensado, gracias."

Por su parte, TaeHyung observó aquella tierna escena con el ceño fruncido, apartando la mirada tan pronto como el azabache giró la cabeza y sus ojos se encontraron. Un bufido abandonó sus labios.

De inmediato, la mano de Jungkook se posó en su espalda baja.

"¿Dónde está Jimin, a todo esto?"

"Buscando información sobre los ingredientes de la lista... La gran mayoría son minerales y objetos que no se encuentran tan fácilmente, así que creyó conveniente pedirle ayuda a su madre. Es una experta en la naturaleza."

"¿Toda su familia tiene una habilidad relacionada con eso?" Quiso saber Jungkook, pues realmente tenía curiosidad.

Yim asintió. "Sí, el padre de Jimin tiene la capacidad de saber cuándo y cómo lloverá, nevará, la temperatura exacta que tendremos sin equivocarse, su madre puede reconocer todas las plantas, minerales y setas, además de ser inmune a las más venenosas. Hyungsik, su hermano, puede hacer crecer árboles con un chasquido y Jimin... Bueno, ya sabemos todos cuál es su don."

"Pero no es una regla general. En su caso y en el de Joowan con los mellizos es pura casualidad." Wooyoung le hizo saber. "En el mío, mis padres y mis hermanos tienen habilidades distintas a las mías."

"Igual que en el mío."

"¡Chicos, chicos!"

Jimin apareció entre los árboles montado en un pollo gigante y tan amarillo como el cabello de aquella señora que conocieron en la playa. Parecía ajetreado, respirando con la lengua fuera aún cuando el ejercicio físico de correr no lo estaba haciendo él precisamente.

Hyeongjun y Woongki salieron disparados del agua, chillando para escapar de aquel animal.

"¿Qué haces subido en un pollo, Jimin? ¿Eres tan flojo que no puedes venir volando como los demás?"

Respirando hondo, negó, antes de tragar saliva y bajarse del pollo gigante. "Lo estoy entrenando, p-pero eso no tiene nada que ver ahora mismo. Quédate aquí, Bubli, no te muevas." Les hizo saber, buscando al azabache con la mirada tras enviarle una orden directa al animal. "Me temo que tengo malas noticias, Jungkook."

"¿Qué pasa?" TaeHyung preguntó en su lugar.

"Mi madre ha identificado todos los ingredientes que la señora Choi te ha pedido... Sólo uno de ellos puede encontrarse en Ae-Dexian-Thee y desafortunadamente es el más difícil de conseguir."

Wooyoung frunció el ceño. "¿Cómo que sólo uno? ¿Dónde se supone que están los demás?"

"Repartidos por todo Idexium, cada uno de ellos le pertenece a una región en concreto. Son siete en total." Haciendo una mueca, murmuró, consternado. "La buena noticia es que mi madre sabe cómo y dónde encontrarlos... La segunda mala y aún peor es que no hay forma de conseguirlos si no es yendo expresamente al lugar."

Los chicos se miraron entre sí.

"¿Eso significa que debemos ir nosotros?" Murmuró Woongki.

"Significa justo eso, sí..."

"¿Y cómo vamos a hacerlo? No podemos viajar así porque sí... Empieza la temporada alta y el mercado está a rebosar prácticamente a diario. Mis hermanos y yo tenemos que trabajar mucho."

"Mi madre también me necesita en la tienda... Hay muchos pedidos."

"En la granja también estamos hasta arriba..." Murmuró Jimin, luciendo decaído. "Tenemos tanto trabajo que hasta Wooyoung nos viene a ayudar los fines de semana."

"Cierto."

Jungkook tragó saliva, sintiendo un peso extra en el pecho. Por nada del mundo quería ser una molestia para ellos, no cuando lo habían acogido de tal forma que se sintió parte del grupo en menos de lo que duraba un parpadeo.

"No es necesario que me acompañéis en esto, chicos, si Jimin me da las indicaciones exactas puedo ir por mí mismo y arreglármelas. No es un problema para mí."

De inmediato, TaeHyung le observó, dándole un golpe en el brazo.

"¡Eh, grandullón, que yo no he dicho nada! ¿Por qué me excluyes?"

"Porque tú también tienes un negocio, TaeHyung."

Este negó. "Estoy libre hasta que llegue el otoño, ya he terminado y enviado todos los pedidos que tenía pendientes. Mi agenda está cerrada temporalmente, así que este viaje sería como unas minivacaciones, de hecho. Y me las merezco bastante."

Con el corazón latiéndole de manera brusca contra las costillas, Jungkook le sonrió, acariciando sus mejillas casi sin poder evitarlo. TaeHyung se sonrojó.

"¿Estáis seguros de que queréis hacer esto vosotros dos solos?"

"No tenemos otra opción, Joowan... Esperar no es viable cuando el tiempo es casi cronometrado."

"Ya, bueno..."

"Si vais los dos, nosotros nos ocuparemos de encontrar zabarita morada. Es el mineral más difícil de conseguir a pesar de que Ae-Dexian-Thee es su único lugar de origen." Explicaba Jimin. "Mi madre dice que se obtiene inmediatamente tras las lluvias ácidas, en los pantanos. Le preguntaré a mi padre si hay prevención de lluvias ácidas pronto."

Wooyoung y los otros cuatro asintieron. "Estaremos atentos, sí."

"¿No es peligroso? Son lluvias ácidas, chicos..."

"Oh, no, claro que no. No te dejes engañar por el sentido de la palabra, Jungkook, tranquilo. Son prácticamente lluvias de barro. El barro nos irrita la piel por su composición, por eso las llamamos lluvias ácidas. Pero no hay nada que un buen abrigo impermeable no solucione."

"¡Yo me encargo de eso! Haré uno para cada uno." Se ofrecía el pelirosa con rapidez.

Joowan señaló al azabache. "¿Ves? Todo solucionado. Aún si no podemos acompañarte como nos gustaría, seguiremos ayudándote desde aquí."

"Somos una piña." Decía Woongki, sonriente.

"Sí, sobre todo vosotros tres con esos pelos verdes que tenéis." Se burló descaradamente Wooyoung, bufando. Por supuesto, el hermano mayor, cuyo cabello verde era aún más oscuro que el de los mellizos, le dio un golpe en la nuca. "¡Oye!"

Jungkook dejó escapar una risita, incapaz de sentirse conmovido por la situación, asintiendo.

"Agradezco mucho todo lo que estáis haciendo por mí, chicos. En serio." Les dijo, suspirando. Su sonrisa se borró tan sólo un poco, tras encontrarse con aquellos pares de ojos que le observaban con cariño. "Aunque me gustaría también pediros algo, así como un favor silencioso. Algo que necesito que me prometáis."

"Claro, ¿de qué se trata?"

Él observó a TaeHyung antes de hablar, pues era el único que ya conocía esa charla. TaeHyung dejó escapar un suspiro, consternado.

"Necesito que me prometáis que, si las cosas se ponen feas, cosa que no dudo que vaya a suceder en cuanto Sounik aparezca, os alejaréis de mí de inmediato. No importa qué tan amigos seamos, pero no quiero que estéis cerca si todo se tuerce."

Los chicos se miraron entre ellos, manteniendo una expresión preocupada. Yim suspiró cuando los demás asintieron.

"Para nosotros las promesas son algo muy importante."

"Lo sé."

"Así que no vamos a prometerte algo que no vamos a cumplir, Jungkook." Le hizo saber. "No nos alejamos de ti cuando llegaste por primera vez, siendo un completo desconocido. Y no lo haremos si ese monstruo feo de cojones aparece."

Jimin meneó la cabeza, estando de acuerdo. "Exacto."

"No lo haremos." Los mellizos corroboraron.

"Aunque yo igual sí que cierro los ojos un poquito... Me dio miedo cuando apareció en tus sueños." Dijo Woongki, torciendo el gesto. Su hermano se sintió inquieto de repente.

"Bueno, e-eso sí... Era complicado de ver."

"Tú prometiste que me ayudarías a ganar a ese doctor de pacotilla en el próximo torneo, ¿cómo voy a dejarte solo con esa cosa?" Wooyoung se dirigió a él como si estuviera pidiéndole algo sumamente difícil de cumplir. "Soy un hombre de palabra, no puedo hacerlo."

"En mi caso, eres mi cobaya de cocina... Voy a tener que alimentarte bien si ese tal Sounik aparece, no queremos que te enfrentes a él con el estómago vacío."

Las lágrimas delataron al azabache, que ni siquiera pudo contenerlas. Incluso si su temor a ser un peligro para ellos era increíblemente grande, profundo y tan estremecedor como para arrebatarle el sueño, supo que no había nada que él pudiera decir para hacerles cambiar de opinión. Porque no sucedería. No lo dejarían.

Ellos lo habían adoptado como uno más. Incluso si llegó allí siendo una criatura diferente, gigante y casi monstruosa, terminó siendo parte de aquella familia de mosquitos coloridos, sin olfato ni gusto, cuyas habilidades especiales le dejaban sin aliento cada vez que las veía en acción.

"Gracias, chicos, muchas gracias..." Logró mencionar.

Sintió a TaeHyung acercándose aún más a él, limpiándole algunas que ya habían salido a delatarlo y luego llegar sigilosamente hacia su oído, susurrando algo que sólo él pudiera escuchar.

"Ahora viene el momento donde los besas a todos, ¿verdad?"

Mirándole con los ojos llorosos tan pronto como dijo aquello, Jungkook soltó una carcajada, negando.

"Qué va, eso sólo lo hago contigo." Susurró de vuelta, sus palabras siendo más que suficientes para que TaeHyung enrojeciera hasta las pestañas.

Joowan, a tan sólo unos metros de distancia, les observó totalmente horrorizado.

"No me jodas..."

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