
✧c.-022
N/A: Este es, oficialmente, mi capítulo favorito hasta la fecha xD
Cap dedicado a hwgggg ♡♡
Hoy os recomiendo 'You Need Me Now?' de girl in red ft. mi mujer, Sabrina Carpenter. La amo mucho.
[...]
Tan solo un par de horas después de que todos se hubieran reunido en la orilla del acantilado, la fiesta terminó convirtiéndose en un completo caos. Algo que no sorprendía a nadie en absoluto, cabía decir.
Wooyoung intentaba molestar a Choi San lanzándole pequeñas bolas hechas de barro cuando creía que el doctor no se daba cuenta (inocente de él, claro), riendo en voz baja e intentando disimular siempre que se giraba para ver al culpable. Por supuesto, San ignoraba sus intentos por hacerle rabiar y continuaba con la conversación que mantenía con Jungkook como si nada. Eso no le gustaba a Wooyoung.
Los mellizos habían iniciado una guerra de agua en medio de la orilla, ocasionando que no sólo todos salieran perjudicados, sino que, además, la vida de un TaeHyung que se relajaba bajo la luz de la luna, se viera críticamente afectada cuando aquella guerra trajo lugar un oleaje muy particular que, de no haber sido porque tenía a Jungkook pendiente a él todo el tiempo y habiendo actuado con rapidez para sacarlo de allí, ahora sería comida para peces. Los mellizos terminaron llorando durante cinco minutos seguidos debido a la culpa tan inmensa que ese incidente les hizo sentir.
Por otro lado, el cumpleañero, estaba convencido que la promesa de no olvidar ese día jamás, la cumpliría incluso sin quererlo.
Afortunadamente luego de que Wooyoung se rindiera, el doctor Choi dejara de estar cubierto de barro, TaeHyung respira correctamente y los mellizos superaran el trauma de haber casi matado a su amigo, con todo lo que aquello conllevaba, Yim los reunió a todos exitosamente sobre aquella manta gigantesca.
"Me he tomado la libertad de preparar este menú por mí mismo ya que, como acordamos, serás mi rata de laboratorio culinaria." Decía este, mientras destapa algunos platillos.
Jungkook dejó escapar una carcajada, asintiendo. "Me parece perfecto."
"Y a mí."
"Primero, he mejorado mi receta de arroz glutinoso con mango y le he añadido más leche de coco para que sea todavía más cremoso." Señalando el plato concreto, dijo. El estómago de TaeHyung rugió cunado vio la comida en él. "Luego, he preparado pasta de dátiles con nueces y crema de piña. Esta receta es familiar, así que espero que lo aprecies."
De nuevo, el azabache asintió. "Ya lo hago, descuida."
Yim le dedicó su mejor sonrisa, destapando un tercer plato, sus manos algo temblorosas esta vez.
"El plato estrella es sorpresa y deseo que te guste más que cualquier otra cosa que he preparado nunca, Jungkook." Dijo, mientras observaba sus ojos emocionados. "Pastel de verduras con puré de patatas como base y tomate seco."
El estómago de TaeHyung rugió por segunda vez, siendo secundado por el de Wooyoung, mientras a Jungkook se le paraba el corazón momentáneamente, observando aquel plato con los ojos llorosos. Llevaba años sin ver uno igual.
Yim se aclaró la garganta, sonriendo con dulzura. "Sé que ni de broma superará al de tu madre y tampoco lo pretendo, pero ya que es uno de tus platos favoritos, quise intentar recrearlo de la mejor manera posible... TaeHyung me ayudó a conseguir todas esas verduras frescas."
"Realmente se las robé a mi padre." Bromeaba este, encogiéndose de hombros.
Jungkook tragó saliva, riendo entre dientes. "Se ve y huele exactamente igual como lo recordaba, Yim... Te agradezco muchísimo que te hayas tomado el tiempo de hacerlo. Significa mucho para mí."
"Me alegro que te guste."
"¿Huele bien?" Quiso saber un muy curioso TaeHyung, mirándole con ojos brillantes.
El azabache volvió a reír, mostrándose enternecido antes de menear la cabeza en señal de asentimiento y llevar una mano hasta su frente, apartándole el cabello que le impedía ver sus ojos.
"Huele delicioso."
"Pues espera a oler los pasteles, porque por cómo se ven, estoy convencido de que huelen aún mejor." Frotándose las manos, Joowan dijo, sus ojos en forma de corazón mientras se relamía los labios.
Yim soltó una risita, casi avergonzado, antes de destapar dos platos a la vez. Un pastel de cumpleaños con tres velas de cera de abeja hechas a mano de encontraba bajo el envoltorio. Y en el otro plato, una variedad inmensa de pastelitos pequeños se encontraba.
A TaeHyung, Jimin, Wooyoung y a Hyeongjun les rugió el estómago como si de una función del circo se tratase.
"Por la mismísima Aethee..."
"Son pasteles de avena con distintas cremas. Cacao, vainilla, coco, fresa, limón y plátano. Algunos tienen dúo de sabores y hay otros que son de frutos silvestres. El pastel es completamente de cacao, vainilla y un poquito de café para humedecer la base."
"Quiero hundir la cara en esa pedazo de bandeja y morir ahogado en ella sin piedad..."
San miró a Wooyoung, el dueño de aquella extraña filia, con las cejas elevadas. Claramente, prefería no hacer comentarios al respecto.
"TaeHyung se ha encargado de las velas, mira." Jimin dijo, tendiéndoselas.
Tan pronto como Jungkook tuvo aquel set de velas artesanas en sus manos, desvió la mirad hacia TaeHyung, quién mantenía una sonrisita orgullosa en los labios.
"Debo decir que la cera de abeja no es mi material favorito para trabajar, pero creo que esas velas me han quedado decentes... Sólo espero que Taevin no note que he metido la mano en su taller más de lo debido."
Joowan rio. "Créeme, lo notará."
El pelirosa torció los labios. "Bueno... Al menos habrá merecido la pena."
"Son perfectas, TaeHyung." Decía Jungkook, recibiendo una sonrisa por su parte.
"Muchas gracias."
"¿Por qué hay tres velas?"
Ante la pregunta de Jimin, TaeHyung se aclaró la garganta, con sus ojos fijos en el azabache, quién apenas había recaído en ese detalle. Sobre sus manos tenía dos velas con el número dos talladas y una con el número cero. Él también se sintió confundido.
"Es cierto..."
"Sé que técnicamente cumples veintidós años, p-pero no estaba seguro de cuántos querías celebrar." Dijo, apretando los labios en una mueca. "Saliste de tu reino cumpliendo veinte años exactos y llegaste aquí a punto de cumplir veintidós... No sabía si querías contar esos dos años como parte de tu vida o simplemente volverlos a vivir."
Aquel acto tan puro, simple, pero sumamente significativo, fue suficiente para que el corazón del azabache se acelerara, alcanzando la mejilla de TaeHyung y acariciándola entre sus dedos.
"Aprecio mucho que tuvieras en cuenta eso, mosquito." Le dijo, logrando que aquella sonrisa en su rostro se volviera algo más amplia. "Me quedaré con el veintidós."
TaeHyung asintió. "Perfecto."
"Sí." Estuvo de acuerdo.
Quizás esos dos años perdidos estaban en blanco. Vacíos. Quizás recordarlos sería doloroso, confuso. Le traería muchos dolores de cabeza, eso estaba claro. Pero no quería tomar el camino fácil y deshacerse de ellos como si nunca hubieran existido. Desgraciadamente eran parte de él, al fin y al cabo. Un suceso que lo acompañaría toda su vida, sin importar cuánta oscuridad hubiera ahí atrás. Y tal vez, eran la puerta a su nueva vida. A la segunda oportunidad que merecía.
"Antes de que empecemos a comer..." El doctor Choi se aclaró la garganta, acaparando toda la atención. "Me gustaría decir que, aunque no he traído comida ya que soy bastante pésimo en la cocina..."
Wooyoung, como no podía ser menos, le interrumpió con un bufido. "Menuda sorpresa..."
San rápidamente se movió sobre él, tapándole la boca.
"...pero ya que hace unos días escuché a alguien quejarse por no poder saborear la comida y anhelando que existiera algo para conseguir que eso fuera posible, quisiera daros un pequeño obsequio a casi todos." Soltando al confundido pelimorado conforme sacaba de sus bolsillos una bolsa intacta, comenzó a repartir lo que parecían ser caramelos.
"¿Qué?"
"¿Qué es esto?"
"Son pastillas naturales que normalmente se usan para potenciar el sabor. Sin embargo, en este caso he triplicado la dosis hasta conseguir que nuestro olfato y gusto se sobreestimulen, activándose. El efecto no es permanente, por desgracia, sino que tarda dos horas en desaparecer."
Todos los presentes se mostraron impresionados, especialmente Wooyoung.
"¡¿Eso quiere decir que voy a poder saborear la comida?!"
"Así es."
"¡Yo quiero!"
"¡Y yo!"
Los mellizos se lanzaron sobre el doctor Choi primero. Luego, lo hizo TaeHyung.
"¡Dame una, por favor!"
"Tomad, tomad, hay una para todos... He traído incluso para ti, Jungkook, aunque suponía que no ibas a necesitarla, pero por si acaso..."
"Afortunadamente mi olfato y gusto están intactos." Reía. "Aunque agradezco el detalle."
"¡¿Y qué hay de mí?!"
En cuanto la voz de cierto mosquito morado sonó, en un tono evidentemente quejumbroso, Choi San observó al dueño con las cejas en alto.
Cualquiera diría que había esperado ot este momento toda su vida.
"¿Tú? ¿Ese que siempre me llama doctor de pacotilla, aprovecha cualquier situación para reírse de mí y hasta hace un rato intentabas hacerme una escultura de barro conmigo dentro...? Creo que tienes la realidad un poco alterada, Wooyoung..."
"¿Me vas a dejar sin vivir la experiencia, en serio?"
Para el doctor aquello no sonó como algo malo en absoluto, así que se encogió de hombros, mostrándose indiferente.
"¿Por qué no?"
"Porque eso sería muy cruel."
De nuevo, se encogió de hombros, luciendo impasible, como si quisiera algo más de él. Algo que, independientemente de cuánto Wooyoung pudiera detestarlo, sabría que sucedería.
Apretando los labios, Wooyoung, por su parte, era consciente de que no existiría ningún tipo de piedad hacia su persona.
No le quedaba otra opción.
"Eh... ¿Por favor? Yo también querría una de esas pastillas. Soy el que se quejaba, después de todo..."
"Muy bien, así se hace." Accediendo finalmente, fue a darle la pastilla, aunque se retractó antes de que ese pudiera tomarla. "Hm, pero antes..." Abultó los labios hacia él, enviándole un mensaje que horrorizó (e hizo sonrojar descaradamente) a Wooyoung, quién no tardó en reaccionar, chillando.
"¡Dame esa pastilla!"
Riendo, el doctor así lo hizo, entregándole una de tantas que había traído consigo.
"Ojalá funcionen, porque he traído aún más licores que la última vez. Me encantaría que todos pudiéramos probarlos."
"Funcionan a la perfección, descuida. Llevo una semana y media trabajando en ellas sin descanso. Taevin, Hyungsik e incluso mi madre dicen que los resultados son inmejorables, así que no hay nada por lo que debáis preocuparos." Aclaraba el doctor, rebosante de orgullo. "¿De qué son esos licores, por cierto? Me interesan."
"Esta vez los he hecho de sandia ácida, mora, piña y coco, cacao y vainilla."
"Te ha dado últimamente por el cacao, la vainilla y el coco, ¿eh?"
Yim se encogió de hombros. "Trato de incorporar sabores nuevos a mi lista y tengo que aprovechar que es temporada de cacao."
"Cierto."
TaeHyung se relamió los labios conforme tragaba aquella pastilla son dudarlo siquiera.
"Vainilla, ¡qué rico! Yo quiero probar eso..."
Jungkook le observó mientras reía. "¿Vas a volver a beber?"
Esa pregunta tan simple le hizo sonrojarse.
"Sí... Bueno, es que me gustaría probar los demás sabores ahora que San nos ha facilitado esa pastilla. Deben estar riquísimos... ¿Crees que podrías hacerme ese brebaje de la otra vez si me enfermo por el alcohol hoy también? Por favor."
Y, sin dudarlo tampoco, Jungkook asistió. "Por supuesto que sí, mosquito. Haré de sobra para todos, no te preocupes."
"Muchas gracias."
La sonrisa que el pelirosa le dio en agradecimiento aceleró su corazón sin previo aviso y de una forma tan brusca que le hizo sentirse inexplicablemente confundido.
"Toma, Jungkook, prueba el pastel de verduras primero. Quiero saber si lo he hecho bien." Tendiéndole una cuchara repleta de verduras, Yim pidió.
Jungkook se agachó hacia él hasta introducirse la cuchara de bambú hasta la mitad de su boca, atrapando el contenido y masticándolo, saboreándolo. De inmediato, el sabor de todas las verduras salteadas y con la cantidad de sal perfecta, junto al suave y cremoso puré de patata explotaron en su paladar. Tragando, él suspiró. Los ojos se le habían llenado de lágrimas.
Volver a probar aquel pastel después de tantos años se sentía como viajar en el tiempo y estar en casa, sentado en la cocina mientras veía a su madre cocinando, ambos esperando la llegada de su padre.
Era como un abrazo al corazón.
"Sabe justo como lo recordaba, Yim..."
Este le dedicó una dulce sonrisa, emocionado. "¿Te gusta?"
"Es increíble, sí. Me encanta." Asintió, relamiéndose los labios. "Muchas gracias."
TaeHyung le quitó una lágrima rebelde y solitaria que simplemente quiso delatarlo, sonriéndole tan pronto como los ojos del azabache viajaron hasta él. Jungkook le devolvió la sonrisa, agarrando otra cuchara del montoncito y llevándola hasta el plato donde Yim había colocado el pastel de verduras para llevarse un pedazo. Condujo la cuchara hasta los labios de TaeHyung.
"Pruébalo, toma. Sé que lo estás deseando."
Y, riendo, el pelirosa así lo hizo, teniendo los ojos brillantes mientras engullía la comida. La mezcla de sabores explotó en su boca instantáneamente, tan pronto que necesitó unos segundos para acostumbrarse al hecho de que, por primera vez en la vida, estaba saboreando la comida sin tener que utilizar su imaginación.
"¡Madre mía! ¡Sí que funciona!"
Todos los presentes que le observaban con expectación, adoptaron su misma mirada.
"¡¿Funciona?!"
"¿Puedes saborear la comida?"
"¡Sí que puedo!" Asentía, tan emocionado que juraría echarse a llorar en cualquier momento. "¡El pastel está delicioso, Yim! Es alucinante..."
El mencionado soltó una risita, sonrojándose conforme veía una lluvia de cucharas ansiosas frente a él, atacando su fuente de pastel de verduras y puré cremoso.
"¡Qué rico!"
"No puedo creer que esté saboreando comida por primera vez..." Decía Wooyoung, suspirando. "Y lo peor de todo es que son verduras... Mi madre estará muy orgullosa."
Junto a él, el doctor Choi soltó una carcajada. "¿Qué se dice en estos casos...?"
Como era de esperar, sabiendo que por su parte esperaba un agradecimiento, Wooyoung no tardó en fulminarle.
"Que ya podrías haber inventado esas capsulas cuando Yim hizo esa lasaña frita, doctor de pacotilla..." Bufó, poniendo los ojos en blanco. La risa del doctor fue aún más sonora, así que él lo fulminó de nuevo.
La comida servida en varios platillos voló más rápido que nunca, tanto que el cocinero llegó a preguntarse si, tal vez, había hecho menos cantidad de la cuenta e incluso cuestionarse si debía volver a casa sólo para traer un poco más. No quedó rastro alguno de aquel pastel de verduras, tampoco del arroz glutinoso con mango y mucho menos de la tarta o siquiera los pastelitos. Todos habían sido devorados sin piedad alguna.
"¡Yo quiero licor de vainilla!" Chilló TaeHyung, ansioso, mientras levantaba su vasito para que le sirvieran.
"Voy, voy."
"¡Date prisa, no quiero que se me pase el efecto de la pastilla, Yim!"
Jungkook soltó una risita debido a la efusividad que demostraba, luciendo casi desesperado mientras zarandeaba el brazo de un lado a otro, posando su mano en la espalda baja del pelirosa para evitar que de la emoción se levantara del suelo.
Yim vertió un poco del licor en el vaso de TaeHyung. "Toma, impaciente..."
"¡Muchas gracias!"
Sin parpadear siquiera, se lo bebió de un trago, el sabor dulce de la vainilla impactando de lleno en sus papilas gustativas mientras el alcohol le quemaba la garganta. Él tosió bruscamente.
"Q-Qué rico..."
"¿Estás bien, mosquito?"
"Como nuevo." Asintió, sin dejar de aclararse la garganta cada dos segundos. Su gesto se torció. "Joder..."
Jungkook dejó escapar otra risita, palmeando suavemente su espalda esta vez.
"¡Quiero más!"
"Ahora te sirvo más, TaeHyung, espérate. Aún queda mucho licor en la jarra y más de una hora hasta que se nos vaya el efecto de la pastilla, no seas tan ansioso, hazme el favor."
"De chocolate."
Ignorando lo que Yim acababa de decir, este directamente le puso el vaso delante de las narices. Cuando Yim y su mirada fulminante, dispuestos a rechazarle, lo encararon, se encontraron con los ojitos de TaeHyung brillantes y suplicantes, pestañeando con rapidez. Por supuesto, Yim no podía decirle que no.
De todos sus amigos, TaeHyung siempre había sido la debilidad de cada uno de ellos. Sin excepción. Ni siquiera Wooyoung, quien aseguraba querer matarlo la gran mayoría del tiempo.
"Toma, anda... Pero hasta dentro de un rato no vuelvo a servirte, ¿vale?"
El licor de cacao cayó en su vaso.
"¡Muchas gracias, Yim!"
Y, una vez más, TaeHyung se lo bebió de inmediato. El mosquito cocinero soltó un suspiro. No tenía remedio.
"¿Por qué no comenzamos a dar los regalos?" Propuso Joowan, frotándose las manos con notoria emoción. "Seguro que Jungkook está impaciente por abrirlos todos."
La sorpresa en los ojos del azabache no tenía precio.
"¿Habéis traído regalos?"
"Pues claro, Jungkook. ¿Qué clase de cumpleaños sería este si no hubiésemos traído regalos para darte?" Le dijo uno de los mellizos, mientras empujaba el que había llevado consigo. "Toma, abre este. Es de Woongki y mío."
"Esperamos que te guste mucho."
Un poco conmovido por la situación y viendo como todos los presentes se movían para sacar un regalo envuelto de sus mochilas, Jungkook se obligó a tragarse las lágrimas y no llorar; incluso si podía sentir el modo en que su corazón latía, tan fuerte y brusco, antes de ser arropado por una cálida manta aterciopelada.
Había olvidado lo que era recibir regalos. Cómo se sentía.
Abrió el primero de muchos cuidadosamente, encontrándose una base de madera barnizada y decorada en los bordes por flores coloridas. Del otro lado, un cuadro hecho a mano le hizo soltar un jadeo.
"¿E-Esto es...?"
"Somos nosotros." Señalaba Hyeongjun, con una pequeña sonrisa. "Queríamos regalarte algo que pudieras llevar contigo siempre, así que decidimos pintar un cuadro. Yo me he encargado del paisaje y Woongki de pintarnos a todos, es su especialidad"
"Así es." Su mellizo asintió. "Nos inspiramos en el día de nuestro cumpleaños, cuando vinimos aquí. Ese grandullón de ahí eres tú." Apuntó con su dedo índice donde el azabache se encontraba, tumbado en la arena junto a los demás mosquitos de cabellos coloridos. "El de tu bolsillo que sobresale es TaeHyung, a tu izquierda estamos Hyeongjun y yo, a la derecha Joowan y en el frente Wooyoung, Jimin, Yim y el doctor Choi."
"¿También a mí?"
Ambos asintieron. "Claro. Gracias a ti es que está sano y salvo, no podíamos no incluirte, doctor."
"¡¿Por qué habéis dibujado al doctor de pacotilla a mi lado?!" Un muy ofendido Wooyoung chilló, haciendo a los demás reír. "Es una pregunta muy seria, no sé de qué os reís tanto..."
Jungkook se limpió una lágrima solitaria, respirando hondo. "Es precioso, chicos... M-Me encanta."
Los mellizos sonrieron aún más, abrazándole con todas sus fuerzas.
El segundo regalo le pertenecía a Jimin, quien había fabricado una lámpara de extracto de luciérnagas con forma ovalada para que pudiera colocarla junto a su nueva cama. Jungkook sentía que guardarse tantas lágrimas sería perjudicial en cualquier momento. El tercer regalo, que claramente le pertenecía a Wooyoung, eran dos troncos pequeños y huecos, forrados con algo de tela y plástico y rellenos con piedras.
"Así puedes hacer ejercicio y mantenerte fuerte para cuando me ayudes a entrenar." Fueron sus palabras exactas, robándole una carcajada al azabache.
El cuarto regalo que abrió era de Joowan y este le había otorgado un perfume —que llegó tan sólo unos días antes desde Psayd, gracias a Choi Yeonjun— hecho con flores exóticas y bayas, recordando los deseos de Jungkook por tener su propio perfume. Él no tardó en prácticamente bañarse en él, recibiendo halagos de TaeHyung, a quien también le había encantado aquella fragancia.
Jungkook estaba pletórico, emocionado de saber que todos se habían tomado su tiempo para oír lo que necesitaba o simplemente le gustaba.
Y ya que Yim se había encargado de preparar todo el menú, su regalo, el número cinco, era una tanda de pastelitos de cacao y, como si fuera poco, un vale que contaba por diez para todas las veces que quisiera comer ese famoso pastel de verduras. El mosquito cocinero había prometido, con una mano en el pecho, preparárselo sin rechistar. Después de eso y como penúltimo regalo, Choi San, médico por vocación, pero fanático de la música como hobby, le había entregado una pequeña cajita de música con un amplio repertorio de melodías que, asombrosamente, a Jungkook le fascinaron.
"TaeHyung me dijo que esta canción es su favorita y siempre que la canta le preguntas cómo se llama, así que la he añadido para que te puedas aprendértela también."
"Es todo un detalle, San, me encanta. Muchísimas gracias." Decía, admirando aquella cajita con los ojos brillantes.
"Me alegra mucho que te guste."
"¿Sabes? Mi madre tenía una cuando yo era pequeño y siempre decía que cuando creciera, iba a dejármela de herencia." Bromeó, dejando escapar una pequeña risita."
El doctor también rio. "Menuda coincidencia..."
Por último (pero ni de broma menos importante), el regalo de TaeHyung llegó a sus manos envuelto en una bolsa gigantesca que incluso al pelirosa le costó sacarlo de la mochila, necesitando ayuda de Wooyoung para poder conseguirlo.
"He intentado que sean bonitas y cómodas, aunque no sé si habré acertado porque en mí mismo no puedo probarlas ni tampoco en alguien más." Algo inseguro comentaba, tendiéndole aquella bolsa casi con manos temblorosas. "Espero que te gusten mucho, aun así."
"Todo lo que haces me gusta, mosquito. No tiene sentido que digas eso."
Wooyoung silbó. Yim golpeó su nuca de inmediato.
"Más te vale..." Masculló, haciéndole reír. Él sonrió, su corazón bombeando con rapidez mientras veía expectante como Jungkook abría la bolsa.
Y, con lo que el azabache se encontró allí dentro no era ni por asomo algo que esperara ver. Las sacó temeroso, no queriendo dañarlas bajo ningún concepto, sólo deseaba poder observarlas de cerca, prácticamente igual que los demás, quienes no tenían idea de lo que podía ser.
"¿Eso es...?"
"¿Son alas?"
Ante las preguntas de los mellizos, TaeHyung asintió, sus ojos fijos en Jungkook, quien buscó los propios de inmediato. "Quise que tuvieras unas también, que combinen con tu ropa, cabello... Como las nuestras. No son alas funcionales, así que desgraciadamente no podrás volar, pero de ese modo será más cómodo para ti salir a la calle. Ya no necesitarás llevar esa túnica gigante para taparte la espalda." Explicó, esbozando una pequeña sonrisa. "Oficialmente ya eres uno de nosotros, igual de pequeño, aunque la idea no te encante, y con alas."
Jungkook, que apenas tenía capacidad para hablar o expresarse como le gustaría, asintió, tragando el nudo en su garganta.
"La idea me encanta, de hecho." Le dijo. "Y estas alas son preciosas, TaeHyung. Me encanta el color, la forma y que hayas pensado en mí con cada cosa que me has hecho."
El corazón del pelirosa también se aceleró, su suspiro convirtiéndose en una risita. "Sabes que lo hago encantado."
"Lo sé, por eso te lo agradezco." Le dijo, golpeando su barbilla con un dedo índice, antes de enfocarse en los demás, uno por uno. "A todos, en realidad. Gracias no sólo por vuestros regalos, sino por tomaros el tiempo de hacer esta fiesta para mí y convertir lo que siempre fue un día corriente, en uno de los mejores de mi vida. Muchas gracias, chicos. De verdad."
Tan pronto como esas palabras abandonaron sus labios, las lágrimas también lo hicieron, mojando sus mejillas. Sin embargo, no se sintió ridículo, pues se encontraba en igualdad de condiciones con casi todos. Incluso Wooyoung, cuyas mejillas estaban empapadas.
"No me hagas llorar, desgraciado..." Se quejó. Choi San le tendió un pañuelo, mientras los demás reían. "Gracias, doctor de pacotilla."
"De nada."
"A nosotros nos hace muy feliz que estés aquí, independientemente de cómo haya sido el proceso." Jimin dijo, siendo el portavoz. "Desde el primer momento te convertiste en uno más del grupo y adoramos que así sea."
El resto asintió sin dudarlo. Jungkook dejó escapar más lágrimas, aferrándose a TaeHyung, quien corrió a abrazarlo con todas sus fuerzas.
"Y-yo también, en serio lo hago. Lo agradeceré siempre." Susurró, acariciando la espalda del pelirosa con suma lentitud, respirando hondo de modo que pudiera ignorar el golpeteo incesante de su corazón, mientras sentía la cabeza ajena apoyándose en su hombro, relajado.
"Todos lo hacemos, grandullón."
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