✧c.-018
N/A: Capítulo donde oficialmente me convierto en una bola llorona en la esquina de mi habitación y encuentro perfecto para terminar la semana xD
Cap dedicado a TAYGOOV ♡♡
Hoy os recomiendo 'SOULSUCKER' de Waterparks, gracias al maravilloso Radar de Novedades que también me salva la semana con tremendos temazos.
[...]
El camino hasta donde tendría lugar aquella aclamada celebración, fue tan caótico que TaeHyung estuvo a punto de rozar el suelo con los dientes en más de una ocasión. Y de cinco.
Tan empeñado en querer andar se encontraba, sin ser ese su método de confianza para ir de un lado a otro, que terminaba tropezando hasta con las plantas.
"¡Maldito bosque! Al final me voy a matar, ya lo verás." Gruñía.
Jungkook, que lo sostenía tras su tropiezo número diez, dejó escapar una risita casi inaudible. "No entiendo por qué vas caminando si puedes volar perfectamente. ¿O es que acaso te has lesionado y no me lo has dicho?"
"No, claro que no. Estoy bien."
"¿Entonces?"
"Simplemente prefiero andar contigo ahora que tenemos el mismo tamaño, no quiero que te sientas diferente." Explicó, encogiéndose de hombros. "Antes no me molestaba tanto, porque siendo gigante la diferencia no era tan notoria, pero ahora..."
"Ahora tampoco." Finalizó por él. "No me importa si vuelas o caminas cuando vayamos juntos a cualquier lado, ni mucho menos me siento diferente o desplazado por no poder hacerlo yo también. Es normal. Tú vuelas, yo no. Yo solía ser gigante y tú diminuto... Está en la naturalidad de cada uno. No tienes por qué ir por ahí súper incómodo sólo por contentarme."
TaeHyung dejó escapar un bufido, optando por ignorar el hecho de que Jungkook lo había llamado 'diminuto' sin ningún tipo de tapujo.
"¿Incómodo? ¿Quién ha dicho eso? Estoy perfectamente."
Acto seguido, justo antes de que el azabache abriese la boca para responder, una piedra se cruzó en su camino, haciéndole tropezar de modo que el cuerpo de TaeHyung se fue bruscamente hacia delante, chillando en el proceso. Jungkook lo atrapó con rapidez, teniendo los reflejos suficientes para tomarle por la cintura.
Por supuesto, ahogó una carcajada. "Sí, sí... Ya veo lo bien que estás."
El mosquito rosa no tardó en fulminarle.
Andar cuando todo estaba prácticamente a oscuras no era lo suyo. Ahora quedaba más que claro.
Tan pronto como dejaron el bosque Antial a sus espaldas y lo cruzaron hasta llegar al otro lado, donde se encontraba la inmensa playa, esa de la que tanto había oído hablar, Jungkook silbó, maravillado una vez más.
"Ya estamos aquí, por fin..." Suspiraba un hastiado TaeHyung, relajándose.
El agua cristalina conseguía que la enorme y redonda luna llena se viera reflejada, pequeñas olas danzando de un lado a otro producto de la brisa marina. Arena blanca, adornada con diminutas caracolas, piedras coloridas y varias flores de cerezo traídas por los habitantes del pueblo. Y, a lo lejos, en lo alto de la montaña más empinada, podía distinguirse aquella cascada donde habían celebrado el cumpleaños de los mellizos.
Jungkook esbozó una sonrisa, respirando aire fresco. "Me encanta este sitio..."
"Es súper bonito, sí." Estando de acuerdo con él, TaeHyung asintió. "Pero ni de broma me meto al agua, que lo sepas. Debe estar helada."
"Como tú decidas, mosquito."
Relamiéndose los labios, miró hacia a todos lados mientras el azabache permanecía hipnotizado junto a él, incapaz de apartar la mirada de todo lo que tenía delante.
"Deberíamos ir a buscar a los demás, dijeron que estarían junto a las rocas preparando las tiendas de campaña."
Jungkook asintió.
"¡TaeHyung, cariño, hola!"
Una voz femenina y cargada de efusividad hizo que el azabache dejara de enfocarse en el paisaje que le rodeaba para mirar a la mujer que tenía delante. Era una señora de mediana edad, bajita y con el cabello amarillo oscuro atado en un moño.
TaeHyung le devolvió el abrazo tan pronto como la mujer se le lanzó encima.
"Hola, señora Choi, cuánto tiempo..."
"Sí que hace mucho tiempo, sí, ya apenas te veo por el pueblo." Frotándole el brazo cariñosamente, divisó a quien lo acompañaba en cuanto se separó. "¡Uy! ¿Y este muchacho tan guapo? ¿Es amigo tuyo?"
Ellos compartieron una rápida mirada.
"Eh... Sí, sí, es mi amigo, se llama Jungkook." Se giró hacia el susodicho. "Jungkook, e-esta es la señora Choi, hace los mejores trajes de todo Idexium."
"Tú haces los mejores trajes."
TaeHyung se sonrojó ante la confusión del azabache y la señora Choi dejó escapar una sonora carcajada. Ni siquiera estaba molesta o en desacuerdo con la opinión ajena, cosa que alivio al pelirosa.
"Eso no te lo discuto porque este muchachito hace maravillas, cielo; pero yo hago trajes para novias. Ya sabes, bodas y todo eso. Son mi especialidad."
"Oh... Entonces sí." Comprendiendo, asintió. "Encantado, señora Choi."
Ella le dedicó una dulce sonrisa. "Igualmente, Jungkook. Es un placer conocerte. Aunque me resulta muy curioso, oye... Nunca te había visto por aquí y eso que conozco a todo el mundo."
TaeHyung y él volvieron a mirarse como si se acabaran de quedar atrapados en un ascensor.
"E-Es que él no es de aquí, viene desde Psayd a quedarse una temporada conmigo en el taller." Se apresuraba en explicar, tragando saliva. "Necesito un buen ayudante ahora que viene la época más ajetreada de mi negocio, ya... ya sabe."
"Vaya, ¿también haces diseños?"
"Accesorios." Respondía el susodicho, siguiendo la corriente. "Hago coronas de flores, joyas artesanales, etcétera."
Los ojos de la mujer brillaron con intensidad.
"Eso es increíble..."
"Gracias."
"Mi hijo mayor, Yeonjun, lleva una temporada viviendo en Psayd, seguro que lo conoces..." Dijo, logrando que ambos palidecieran por un segundo. "TaeHyung y él son amigos desde niños, ¿verdad?"
TaeHyung no había recaído en ese pequeño detalle. Pequeñísimo.
"Sí..." Casi chilló, su voz sonando como tal, aguda.
"¿Lo conoces, Jungkook?"
"B-Bueno, yo..."
"Es alto, muy guapo, como su madre, tiene el pelo amarillo y los labios en forma de corazón, como su madre, también." Ella rio.
"No..."
"Se fue a Psayd porque quería abrir su propio negocio y al ser la gran ciudad, pues ya puedes imaginarte lo bien que le va por allí. Es dueño de una perfumería artesanal, él mismo se encarga de hacer los perfumes en su laboratorio y todo. Un éxito total."
"Vaya, eso es alucinante, p-pero lo cierto es que no conozco a casi nadie." Pudo decir finalmente, en cuanto se hizo el silencio.
Aquella respuesta confundió a la señora Choi. "Oh, ¿no?"
Jungkook se quedó callado.
"Es que Jungkook tiene demasiados clientes y se pasa el día encerrado en su propio taller confeccionando accesorios." TaeHyung se apresuró en decir, salvando la situación. "Por eso le invité a pasar una temporada aquí conmigo, para que cambie de aires."
Comprendiendo al instante, asintió con un prolongado suspiro, como si pudiera ponerse en la piel del azabache sin dificultad.
"Claro, claro, entiendo. Con tanto trabajo, todos necesitamos desconectar de vez en cuando, por supuesto. Es una muy buena idea, y más en un sitio tan paradisíaco como Ae-Dexian-Thee."
"Sí..."
TaeHyung, que finalmente estaba dispuesto a abrir la boca y despedirse de la mujer para que ambos pudieran seguir con sus caminos, apenas alcanzó a decir un simple «Eh...», cuando ella le interrumpió.
"Por cierto, Jungkook, ¿estás soltero? Dime que sí, por favor."
Jungkook no supo qué decir, una gran cantidad suposiciones horribles y posiblemente traumáticas llegando hasta él, haciéndole sudar frío y titubear sobre qué responder.
"¿P-Por qué lo pregunta?"
"Estoy buscando un buen marido para mi hija, Ludie. Quiero a alguien trabajador, con ambición, ¿sabes? La pobre no ha tenido mucha suerte en el amor..."
Nuevamente, Jungkook y TaeHyung compartieron una mirada horrorizada.
"¿Marido...?" La voz del azabache salió en apenas un hilo.
Ella asintió, sonriente.
"Lo siento, señora Choi, pero Jungkook no está interesado en casarse con nadie ahora mismo. Ha... Ha pasado por una ruptura recientemente y necesita tiempo. Mucho tiempo."
Jungkook meneó la cabeza de inmediato. "Muchísimo."
"Está mal."
"Muy mal. Muy, muy mal."
"Fatal."
"Sí."
"Vaya... Pues lo siento mucho, hijo, espero que todo mejore pronto..." Lamentándose, dijo, poniendo una mano en su antebrazo y apretando con suavidad.
"Gracias, señora Choi."
"Cuando te veas con fuerzas para rehacer tu vida, búscame y te arreglaré una cita con mi Ludie, ¿de acuerdo? Es una chica preciosa y súper inteligente, estoy segura de que te va a encantar."
Jungkook se atragantó con su propia saliva.
Afortunadamente para él, quien estaba al borde del colapso, un señor de la misma edad que aquella mujer la llamó, consiguiendo que se despidiera de ellos con rapidez y desapareciera en un abrir y cerrar de ojos. Sólo así, Jungkook pudo respirar con alivio. TaeHyung estuvo a punto de desmayarse.
"Joder, con la señora Choi..." Silbó, una vez no hubo rastro de la susodicha, mientras ambos se dirigían a las rocas. "¿Aquí por lo general la gente es tan descarada y tradicional? Porque esto no me había pasado nunca."
El pelirosa negó. "Creo que es sólo cosa de unos pocos, de normal no somos tan tradicionales en ese aspecto."
"Pues qué suerte la mía..."
"No te asustes, en el fondo la señora Choi es inofensiva, simplemente está deseando casar a su hija para que Ludie deje de lamentarse. Hasta a mí me ofreció ser el marido, ya que su hijo mayor, Yeonjun, y yo, somos amigos desde niños."
Jungkook se atragantó, sus ojos desorbitados mirando al pelirosa horrorizado.
"¿A ti también?"
"Sí, como lo oyes..." Asentía, suspirando. "Y de no ser porque empecé a salir con alguien más, hubiera continuado insistiendo."
Aquella información que para él era totalmente desconocida, le tomó por sorpresa, viéndose aún más sorprendido de lo que ya estaba antes, casi hasta que los ojos se le saliesen de las cuencas.
"¿Y con quién salías?"
"Pues con Park Hyungsik..." Respondió en medio de otro suspiro. "El hermano mayor de Jimin."
"Ow... No tenía ni idea."
"Tampoco te lo he dicho nunca, así que no había forma de que lo supieras." Encogiéndose de hombros, dijo. "Esa relación fue un fracaso total, no es que me apasione precisamente hablar de ella."
Jungkook hizo una mueca. "Huh, creo que te entiendo... Pero, no sé, en mi cabeza no entraba la idea de que hubieras tenido pareja."
"¿Y eso por qué?" Quiso saber, confundido ante la confusión ajena.
El azabache no supo qué responderle, y debido a su silencio y a la mueca que tenía en el rostro, TaeHyung terminó sacando sus propias conclusiones al respecto. Conclusiones que, por supuesto, no le gustaban en absoluto.
"Por favor, no me digas que se debe a que me ves como a un niño sólo porque soy pequeño..."
Inmediatamente, este negó. "No, no, claro que no, mosquito. Nunca jamás os he visto a ninguno de los chicos o a ti como niños por vuestro tamaño, ni nada parecido." Se apresuró en contestar, para alivio ajeno. "Es sólo que no me lo esperaba, sin más."
"Hm, bueno... Supongo que te entiendo."
"¡TaeHyung!"
"¡Jungkook!"
Las voces de los mellizos sonaron a lo lejos, mientras meneaban las manos en el aire enérgicamente para llamar su atención, de modo que se vieron obligados a terminar aquella conversación allí.
"¡Aquí, venid!" Wooyoung se les sumó.
"Vamos con los chicos, corre."
Fue todo lo que TaeHyung le dijo, antes de atrapar su mano y así guiarle con mayor determinación, pues había tanta gente a su alrededor, que este temía perder a Jungkook en cualquier momento o que tal cantidad de personas juntas en un mismo sitio fuera perjudicial para él.
Avanzaron entre todos los habitantes que reían, bailaban y bebían alrededor de sus respectivas fogatas, dejándolos atrás.
"¿Estás bien con el fuego?" TaeHyung susurró sólo para que él pudiera escucharle.
Entendiendo a lo que se refería, Jungkook asintió, mordiéndose el labio inferior. Realmente no le apasionaba en absoluto, cosa que TaeHyung supo descifrar en su mirada brillante, cargada de pavor.
"Le diré a los chicos que no encendamos nuestra fogata, he traído mantas de sobra por si acaso. No te preocupes."
Él trató de negar, pero aquel mosquito rosa no se lo permitió.
"No me reclames, grandullón, la decisión ya está tomada y no hay más que hablar. Los chicos lo entenderán, así que, como bien he dicho antes, no te preocupes por nada, ¿de acuerdo? Esta noche vamos a divertirnos mucho, para eso estamos aquí."
Tan pronto como asintió, con un suspiro abandonando sus labios, Jungkook esbozó una pequeña sonrisa.
"Bien... Gracias por eso, mosquito."
"Sabes que no es nada."
"Ya..."
"¡Aquí estáis!"
Los mellizos llegaron frente a ellos con rapidez, abrazándose a Jungkook como si estuvieran programados para hacerlo. Luego, hicieron exactamente lo mismo con TaeHyung.
"¿Ha ido todo bien por el camino? Yim dijo que os vio hablando hace un rato con la señora Choi."
"Sí, todo genial... Sólo les he presentado y luego le ha ofrecido a Jungkook casarse con Ludie, su hija pequeña. Ya sabéis, nada fuera de lo normal." Les hizo saber. Y, escucharlos bufar como respuesta fue la prueba que necesitaba para confirmar que, efectivamente, no era algo fuera de lo normal.
Aquello asustó a un pobre Jungkook que ya estaba traumatizado de por sí.
"A todo esto, chicos, ¿os importaría si no encendemos la fogata esta noche?" Pedía el pelirosa. "Esta mañana cuando recogíamos las bayas, me expuse durante mucho tiempo al sol y estoy un poco, eh... Sofocado."
"Oh, ¿te encuentras mal?"
"No, estoy bien, descuida. Simplemente no quiero exponerme a más calor."
Joowan asintió, manteniendo sus ojos en Jungkook por unos instantes. "En ese caso no se enciende ninguna hoguera y listo. Con algunas mantas será más que suficiente."
"Claro, no hay problema."
Para fortuna de Jungkook, todos estuvieron de acuerdo, asintiendo. Sólo así, pudo respirar de nuevo, aliviado, agradeciendo no tener que exteriorizar su miedo para ser comprendido.
Mirando a su izquierda, vio que Joowan le sonrió con dulzura. Él se la devolvió.
"Bueno, nosotros ya nos hemos encargado de montar las tiendas de campaña y organizarnos." Yim dijo, cuando se agruparon en las piedras tras soltar sus cosas. "Wooyoung y Jimin dormirán en la tienda roja, los mellizos en la verde, Joowan y yo en la blanca y vosotros dos en la azul, ¿de acuerdo?"
Ambos, Jungkook y TaeHyung, asintieron, mirando la que sería su tienda esa noche. No era una sorpresa que los eligieran para dormir juntos, pues se veía venir. Jungkook había pasado las ultimas semanas durmiendo junto al mosquito rosa. Ya hasta se había acostumbrado.
"¿Tenéis hambre?" Wooyoung quiso saber, yendo hasta las bolsas agrupadas a un lado en busca de comida. "Porque yo llevo sin comer nada desde esta mañana y me muero..."
Los mellizos asintieron.
"Yo también tengo hambre."
"Y yo."
"¿Qué habéis traído?" Preguntó Joowan, levantándose también.
"Le he robado la receta de los panecillos con queso a mí madre y he hecho dos bandejas para todos." Yim dijo, estirando el brazo hasta alcanzar su mochila. "Mi hermana preparó albóndigas gigantes de soja para alimentar a toda una nación, así que me he traído unas cuantas."
El estómago del mosquito morado gruñó de tal manera que este terminó sonrojándose mientras los demás reían a carcajadas.
"También he traído más licor de frutas, cacao en almíbar y arroz glutinoso con mango."
TaeHyung sufrió un escalofrío nada más recordar el terrible dolor de cabeza que aquellos dichosos licores le provocó semanas atrás, haciendo una mueca de puro horror. Notando aquello, Jungkook rio.
"¿Estás traumatizado, mosquito?"
Él suspiró. "Y que lo digas..."
Por segunda vez, las tripas de Wooyoung se hicieron notar.
"Joder, cuánta comida, Yim..." Le dijo, más hambriento que nunca.
Yim asintió, orgulloso. "Desde que Jungkook está aquí me siento más creativo de lo normal, ya que es el único que realmente puede saborear todo lo que preparo." Le dijo, mirando al susodicho. "Creo que eres algo así como mi conejillo de indias."
Este dejó escapar una risita. "Yo estoy encantado de serlo."
La sonrisa de Yim aumentó.
"Woongki y yo hemos preparado ensalada de trapa natans y algas, para continuar con la tradición de todos los años."
"Y bocaditos de coco." Le recordaba su mellizo.
"Eso, y bocaditos de coco."
Una vez más, el estómago de Wooyoung rugió, haciéndole quejarse en voz alta. Ellos volvieron a reír. "¿Podemos dejar de hablar de comida y directamente empezar a comer?
"Yo también me estoy muriendo de hambre..." TaeHyung se unió a sus quejas, apenas lloriqueando y apoyándose en Jungkook.
Poco después, terminaron agrupándose en un círculo perfecto sobre la arena, utilizando las rocas más grandes que tenían frente a ellos como mesa, para así poder colocar todos los alimentos y bebidas que habían traído, repartiéndolas de modo que fuera accesible.
"La ensalada está muy rica, chicos." Jungkook se dirigió a los gemelos. "Nunca antes había probado este tipo de algas en ningún plato y me ha sorprendido."
"Muchas gracias, Jungkook."
"Qué bien que te guste, es la primera vez que la preparamos nosotros mismos."
"Sí, lo cierto es que Woongki es bastante torpe en la cocina." Ante aquel comentario, innecesario a oídos del susodicho, Hyeongjun recibió un golpe por parte de su propio mellizo. "¡Ouch! ¡Woongki!" Sobándose el lugar afectado, lo fulminó.
El azabache dejó escapar una risita, devolviendo su atención a la comida.
"¿Cuál es tu plato favorito, Jungkook?" Quiso saber Yim, obteniendo rápidamente la atención de TaeHyung, pues sabía cuáles eran las razones ocultas tras aquella pregunta.
Jungkook se mostró pensativo poco antes de responder. "Hm, no sabría qué decirte... Me gustan prácticamente todos los platos que contengan carne, aunque sé que aquí no consumís apenas. Creo que si tuviera que elegir un plato sin carne, sería el pastel de verduras que preparaba mi padre."
"¿Pastel de verduras? Eso suena delicioso."
"Lo es, te lo aseguro." Asentía. TaeHyung notó como la emoción emanaba de su cuerpo tras mencionar a sus padres, sintiéndose enternecido. "De pequeño solía comer muy mal, ya que no me gustaban ni las verduras ni las frutas... A mis padres les causaba muchos dolores de cabeza."
Wooyoung suspiró. "Te entiendo, yo era igual. Mi madre me amenazaba diciendo que terminaría teniendo pesadillas con zanahorias gigantes persiguiéndome por toda la casa..."
Otra risita abandonó los labios del azabache. "¿En serio?"
"Y tan en serio, sí. En una ocasión incluso obligó a mis hermanos mayores a disfrazarse de verduras. Fue aterrador hasta que me di cuenta de que las verduras no tienen alas parecidas a las mías, no vuelan, ni se mueven como garbanzos en un terremoto... Ahí ya me di cuenta y nunca más pudieron engañarme."
La risa de Jungkook fue aún más sonora, contagiando al resto.
"Me hubiese encantado ver eso..."
Aclarándose la garganta en un intento por devolver la conversación al punto inicial, Yim esbozó una sonrisa.
"¿Y sabrías decirme los ingredientes que lleva ese pastel del que hablas, Jungkook? Me encanta descubrir platos nuevos y poder adaptarlos a mi cocina. Así pruebo cosas diferentes."
"No es nada complejo, en realidad, sólo échales todas las verduras que encuentres. Cebolla, zanahoria, pimiento, berenjena..., ya sabes. Ah, y patata, muchas patatas para la base, que es como un puré. Mi padre usaba tomate seco también."
El estómago de TaeHyung gruñó esta vez.
Wooyoung lo señaló, riéndose. "¡Eh, ahora te toca a ti!"
"¡Cállate, Wooyoung!" Chilló, avergonzado. "Lo siento, soy débil ante la comida..." Se disculpaba, encontrándose con los ojos de un muy entretenido Jungkook poco después. "No me mires así, me imagino el sabor de lo que estás explicando y termino con más antojos que una embarazada."
Este frunció el ceño, interesado en lo que había dicho. "¿Aún si no puedes saborear las cosas por ti mismo, lo harías si alguien te describe el sabor?"
Y, sorprendentemente, TaeHyung asintió.
"Me pasa desde pequeño, sí, igual que con los olores. Mi madre dice que es algo genético porque a ella y a mi abuela materna le pasaba lo mismo." Explicaba, encogiéndose de hombros. "Va de generación en generación, como la costura, supongo."
"Aunque no puede hacérselo a sí mismo." Puntualizaba Jimin.
"Cierto, no funciona. Yo creo que debe estar relacionado con la creatividad o algo así, no sé... Realmente no los percibo, pero mi mente me hace creer que sí."
El azabache silbó, encantado con aquella curiosidad.
"Vaya... Qué interesante."
TaeHyung volvió a encogerse de hombros. "Es prácticamente un peligro cuando estás rodeado de gente como ellos." Señalando a los demás, masculló, fulminándolos en cuanto rieron. "Una vez me hicieron comer pastel de patata y lo describieron como si fuera carne de cerdo a la parrilla. Tengo un cerdo de mascota. Vomité por tres horas seguidas."
"No va a superarlo nunca..."
"Jamás."
"Fue una broma sin mala intención, pero se nos fue de las manos." Se excusaba Jimin, apretando los labios. "Luego quise compensárselo describiéndole el sabor real, aunque ya no se fiaba..."
"No he vuelto a confiar en ellos desde entonces."
Jungkook rio, frotándole la espalda cuando notó que estaba verdaderamente molesto al recordar aquello. "Te entiendo, yo también me enfadaría. Fue algo bastante cruel."
"Gracias."
"¡Oye! Que nos arrepentimos mucho..." Se quejaba Wooyoung.
Un bufido abandonó los labios del pelirosa. "Sí, sobre todo tú, gilipollas."
"Pero, yo tengo una duda... ¿Cómo conocéis los sabores y olores exactos si no podéis percibirlos?" Cuestionaba, algo confundido. "¿De qué forma puedes imaginarte el sabor de algo que nunca has podido degustar por ti mismo?"
"Porque no podemos percibir el sabor exacto de las cosas, pero sí podemos notar cuando algo está muy dulce, salado, amargo... Nos guiamos por ahí."
TaeHyung asintió. "Claro. Por ejemplo, el limón es ácido y eso nuestro paladar lo distingue. Si hacemos un pastel de limón, sabemos que su sabor debe ser un poco ácido y dulce, aunque también llevan lácteos, así que le añadimos cremosidad, restando la acidez. Se trata de balancearlo todo."
"Tiene sentido, sí..." Comprendiendo a lo que se refería, asintió.
"Deberían hacer algo con lo que pudiéramos saborear cosas. Alguna pastilla o algo, que sea natural y nos permita captar sabores." Se quejaba Wooyoung, masticando su arroz. "O que TaeHyung comparta ese gen creativo de su cerebro y nos deje percibir sabores también."
El mencionado lo fulminó, negándose en rotundo. "Los cojones."
"Egoísta..."
Riendo por aquella pequeña disputa inofensiva entre ambos, Jungkook sintió como una bombilla metafórica se posó sobre su cabeza en cuanto miró hacia un lado y vio el arroz glutinoso con mango que Yim había traído. Sus labios se estiraron de manera inconsciente, sonriente antes de agarrar un poco con la cuchara de bambú.
"Mosquito." Llamó a TaeHyung, tocándole el brazo para llamar su atención. Este, que optaba por ignorar a Wooyoung, le observó de vuelta. "Quiero intentar algo, ¿me dejas?"
Y, viendo la cuchara llena de arroz y mango en su mano, apretó los labios. "¿Q-Qué quieres?"
"Prueba esto. Te describiré su sabor a ver si puedes imaginártelo."
"No..."
"No voy a engañarte como hicieron ellos, descuida."
Jimin hizo una mueca. "Que fue sin mala intención, hombre..."
Por su parte, TaeHyung estaba reacio. "¿Seguro? Porque como me engañes..."
"No lo haré." Insistía, acercando la cuchara a sus labios sin dejarle terminar de hablar. "Abre la boca y pruébalo, hazme caso."
"Bueno..."
Finalmente, este hizo lo pedido, separando los labios hasta que Jungkook introdujo la cuchara y el arroz glutinoso terminó en su lengua. TaeHyung comenzó a masticarlo, mirando a Jungkook expectante.
"¿Ya?" El pelirosa asintió. "El arroz no tiene mucho sabor por sí solo, es dulce gracias a la leche de coco y el azúcar, pero suave. La leche de coco tiene ese saborcillo dulce, como a nuez, muy cremosa. El mango sí que es bastante sabroso, bastante dulce y un poquito ácido."
Tapándose la boca, casi gimió, pudiendo saborearlo. Sus ojos estaban brillantes.
"¿Notas el sabor?"
"Es delicioso..."
Wooyoung agarró una cucharada del plato, llevándosela a la boca con rapidez. Jimin y los mellizos copiaron su gesto.
"Las hojitas de menta que Yim le ha añadido aportan mucho frescor."
TaeHyung volvió a asentir. "Mi boca se siente un poco fría."
"¿Te gusta?" Un muy entusiasmado Yim le preguntó.
"De los mejores postres que he saboreado en mi vida, Yim. Quiero más, por fa." Dijo, por lo que inmediatamente Jungkook le dio otra cucharada que, encantado, engulló.
"Toma, aquí tienes."
"Gafiaf."
"Disfrútalo, mosquito." Él le sonrió, limpiando algunos restos de la salsa en sus comisuras. El corazón de TaeHyung, inevitablemente, se aceleró por tal acción.
Algunas horas más tarde, cuando Jungkook terminó de describir el sabor de cada plato que le daba a TaeHyung probar (después de haberlo degustado por sí mismo) y todos estaban apunto de explotar por tanta comida engullida, se encontraban tumbados sobre la manta gigante que TaeHyung había llevado consigo, contando anécdotas aleatorias que se le iban ocurriendo y riendo.
"Durante el otoño, los dueños de los puestecitos del mercado se ponen de acuerdo para organizar un torneo y dar algo como premio." Comentaba Wooyoung, mirando al cielo. "A mí nunca me interesó, hasta que hace algún tiempo, decidieron que el premio de ese año sería una fragancia de rosas. Yo odio las rosas."
Sabiendo a cuál anécdota se refería y anticipándola, TaeHyung soltó una risita, su cabeza rebotando en el abdomen de Jungkook.
"Verás..."
Wooyoung también rio. "Pero a una chica que me gustaba, le encantaban, así que yo quise participar para ganarme esa dichosa fragancia."
"Qué romántico." Murmuraba Jungkook, escuchando atentamente.
"Sí, bueno... Terminó siendo humillante, pero concuerdo. Soy todo un romántico si me lo propongo."
"¿Humillante por qué?"
"Porque él no fue el único en presentarse al concurso, sino que Choi San también lo hizo." Ante el silencio de un Wooyoung reacio a contar esa parte de su anécdota, Joowan lo hizo. El peli morado bufó. "Una de las pruebas era derribar cincuenta barriles de madera en veinte segundos y, como ya sabes, ambos tienen la misma habilidad."
Wooyoung bufó otra vez. "No es la misma, yo soy más fuerte."
"Más fuerte y lo que quieras, pero Choi San ganó."
"Porque me clavé una astilla en la antepenúltima caja y ese malnacido se me adelantó." Se excusaba, con el ceño fruncido. "Al final me quedé sin perfume, casi pierdo el dedo y perdí mi reputación como la persona más fuerte del pueblo..."
El azabache levantó la cabeza de la manta para observarle. "¿Eres la persona más fuerte?"
"Ya no, ahora es el gilipollas del doctor."
"¿Y no hay forma de recuperar ese título? Tal vez participando en esas pruebas otra vez, pero con unos guantes para evitar astillarte la mano... No sé."
"Podría, pero debo prepararme mucho para conseguirlo." Encogiéndose de hombros, suspiró, lamentándose. "Y corro con la mala suerte de que ese gilipollas compita contra mí por segunda vez y me gane."
Otra bombilla metafórica se encendió sobre la cabeza de Jungkook. "Yo podría ayudarte."
"¿Tú?" TaeHyung frunció el ceño.
"Sí, yo. Se me da muy bien ejercitarme, podría hacerlo sin problema. Además, en Sudaek también hacíamos esos torneos cuando llegaba el verano y yo gané siete veces consecutivas. Es un don."
Wooyoung levantó la mitad de su cuerpo en un movimiento rápido, casi lanzando fuera de su regazo a los mellizos, que descansaban cómodamente sobre él.
Ellos se quejaron de inmediato. "¡Oye!"
"¡Ten cuidado, bruto!"
Por supuesto, los ignoró, demasiado interesado en la propuesta que Jungkook le había hecho. "¡¿En serio me ayudarías?!" Cuestionó, sus ojos como platos. "¡Eres el mejor del mundo, dame un abrazo ahora mismo!"
No dudó ni por un segundo en lanzarse sobre él (o, más bien, hacer el amago), tal acción siendo interrumpida por la mano del azabache, quien se posó en su pecho, echándolo hacia atrás entre risas, devolviéndolo al lugar inicial mientras le palmeaba la espalda.
"Cuidado, cuidado, hombre, vas a aplastar a TaeHyung."
"Lo siento... E-Es la emoción." Rio también, abrazándolo desde esa postura, de rodillas en la manta y a un costado del azabache. "Si me ayudas a ganar, te prometo que seré tu sirviente durante los próximos años."
Jungkook volvió a reír. "Bueno, esa es una oferta tentadora, aunque no creo estar aquí tanto tiempo."
Wooyoung apenas reaccionó.
"Es verdad..."
"¿Hasta cuándo crees que podrás quedarte?" Hyeongjun cuestionó, haciendo una mueca.
"La verdad es que no lo sé... Todavía debo encontrar a Sounik, recuperar el collar y luego buscar la forma de volver a casa sin morir en el intento. Espero que no me tome demasiado tiempo, honestamente..." Suspiraba él, mirando a su alrededor con desánimo. "Aunque echaré de menos este lugar." Dijo, acto seguido mirándolos. "Y a vosotros."
"Ow, Jungkook..." Los mellizos lloriquearon.
"Nosotros también vamos a echarte de menos. Mucho."
"Muchísimo."
TaeHyung se incorporó con rapidez, rígido como una vela y negándose a que alguien pudiera verle el rostro. No quería que notaran sus lágrimas traicioneras. Un pequeño silencio reinó entre los demás.
"Voy a la tienda a por una manta, tengo- tengo un poco de frío."
Su voz nasal alertó a Jungkook, haciéndole recordar aquella conversación que un TaeHyung enfermo por el alcohol y él tuvieron algunas semanas atrás. El nudo de la culpa y el arrepentimiento se instaló en su pecho, haciéndole suspirar conforme TaeHyung desaparecía de su vista, entrando en aquella tienda de campaña.
Los demás volvieron a sus anécdotas casi de inmediato, mientras él mantuvo la mirada fija en la sombra que TaeHyung había dejado con su marcha tan precipitada.
Sabía que su vuelta a casa era un tema de conversación casi tabú para él. Algo que lo ponía sensible. Y el corazón le dolía sólo con pensar en que estaba haciéndole daño a alguien que se había vuelto tan importante. No podía soportarlo.
"No te preocupes tanto, Jungkook." La voz de Joowan sonó a su lado. Se dio la vuelta para mirarle. "TaeHyung te aprecia mucho y probablemente le afecte pensar en el momento en que debas marcharte, pero estoy seguro de que lo entenderá."
"Ya..."
"Tú solo dale tiempo, ¿vale?"
Ante la sonrisa que Joowan le daba, se vio obligado a asentir, incluso si su corazón todavía seguía pendiente de TaeHyung.
Por ello mismo, terminó poniéndose en pie, decidido a no dejarlo pasar.
"En seguida vuelvo." Indicó, avanzando hasta llegar a aquella tienda de campaña que compartiría con el pelirosa, escuchando pequeños hipidos y lloriqueos que claramente sólo podían pertenecerle a TaeHyung.
No tardó en empujar hacia dentro las dos solapas que actuaban como puertas, adentrándose y encontrándolo en una esquina de aquella diminuta tienda, sollozando mientras permanecía abrazado a sí mismo. El corazón se le hizo añicos, ni siquiera dudándolo cuando fue hacia él.
"Mosquito..."
Este levantó la cabeza de inmediato. "¿Q-Qué haces aquí? Iba a salir justo ahora, es que no encuentro la manta..."
Negando, Jungkook lo envolvió entre sus brazos con fuerza.
"A mí también me pone muy triste la idea de tener que irme, ¿sabes?" Le dijo en apenas un susurro. "Incluso si aún no es el momento, pensar en ello hace que me sienta mal."
TaeHyung hipó, aceptando el abrazo y acurrucándose contra él.
No quería admitir en voz alta cuán dolido se encontraba, incluso si Jungkook ya podía imaginárselo, así que permaneció callado, simplemente escuchando mientras lidiaba con el dolor de su corazón.
"Nunca he tenido a nadie en mi vida como vosotros. Ni una sola persona desde que mis padres se fueron." Continuó diciendo, acariciándole la espalda. "Irme también implica que yo deba dejaros atrás. Y no me gusta, aún si es lo que debo hacer."
"Lo sé..."
"Por eso quiero disfrutar todo el tiempo que me quede aquí. Hacer cosas juntos, divertirme... Como nunca lo he hecho."
Él asintió, sorbiendo por la nariz.
"Quiero que mi estancia aquí sea inolvidable, mosquito." Terminó por susurrar, encontrando sus ojos cuando le observó. Acariciándole la mejilla, eliminó algunas lágrimas rebeldes que se escurrían hacia abajo. "No quiero olvidarme de vosotros jamás."
"Yo tampoco quiero que nos olvides..."
"Y no lo haré, créeme." Aseguraba, eliminando la última lágrima que cayó, antes de dedicarle una sonrisa dulce. "Alguien como yo no podría olvidar a alguien como tú, mosquito."
"Bueno... Más te vale..."
Devolviéndole la sonrisa después de reír casi tímidamente, TaeHyung le abrazó con fuerzas, apoyando la cabeza en su hombro y llenándose los pulmones de aire cuando le escuchó reír.
Alguien como él tampoco sería capaz de olvidar a alguien como Jungkook.
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