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✧c.-016

N/A: Empezamos la semana fuerte con este capítulo (Jungkook no puede decir lo mismo) xD.

Cap dedicado a  LITTLEKIMKTH ♡♡

Hoy os recomiendo 'HEAD OVER HEELS' Gun Boi Kaz, gracias al maravilloso Descubrimiento Semanal que siempre me salva todas las semanas.

[...]

Una semana y media más tarde, con los nervios a flor de piel y el miedo instalado en su estómago hasta un punto en el que ni siquiera podía probar bocado, TaeHyung miraba el cuerpo inconsciente de su querido y no tan gran amigo.

Jungkook llevaba dos días sin despertar. Sumido en un profundo sueño.

TaeHyung sentía que uno de los dos moriría pronto, sólo que su muerte sería causada por la preocupación excesiva, miedo irracional y nervios desorbitados.

"¿Y si no se despierta...?"

"Se despertará, Woongki, no digas eso."

"Yo tampoco tengo mucha fe en que lo haga, sinceramente..." Decía Wooyoung entre dientes. "¿Cuánto sueño puede tener para dormir de esa manera? Cuarenta y ocho horas, madre mía..."

Hyeongjun sollozó.

"Wooyoung, cállate."

"Oye, que a mí tampoco me gusta esta situación, ¿eh? Me he encariñado con el grandullón. Es divertido, agradable y muy interesante. No quiero que le pase nada, pero..."

"Que te calles."

Hyeongjun sollozó más fuerte.

Los siete se encontraban en el taller, rodeando el cuerpo de un bello durmiente Jungkook que llevaba siéndolo más de cuarenta y ocho horas, aclamados por TaeHyung, quien no tenía ni idea de qué hacer por sí solo. Todos parecían haber entrado en una especie de pánico conjunto.

Jungkook permanecía acostado bocarriba en el suelo, tapado hasta el cuello por la manta que TaeHyung había modificado por última vez para él y su nuevo tamaño. Ahora prácticamente no podía ser distinguido bajo esta.

"¿El doctor Choi no ha dicho nada sobre su estado, TaeHyung?"

"No... Dijo que las posibilidades de que algo así sucediera eran de una entre cien, p-pero no pensé que él sería parte de ese pequeño porcentaje..."

"¿Te dijo si había forma de despertarlo?"

TaeHyung negó. "Especificó que no debíamos forzarle a hacerlo porque ahí sí que podría tener consecuencias peores... Cuando esto pasa se supone que es porque el cuerpo entra en un estado de inconsciencia absoluta, donde sus órganos están adaptándose a los cambios que sufre."

"Bueno... ¿y-y qué tan grave cree él que pueda llegar a ser?" Jimin tomó la palabra, cuestionando lo que todos se preguntaban con temor, pues nadie deseaba recibir una respuesta negativa.

Apartando la vista del cuerpo ajeno para fijarse en los demás, los labios del pelirosa se apretaron. "No lo sé..."

Hyeongjun sollozó aún más fuerte.

"Dios..."

"A ver, chicos, pensemos en positivo, ¿vale?" Joowan hizo su mayor esfuerzo por ser la mente pensante del grupo, dejando atrás su propio nerviosismo. "Detecto actividad cerebral, y aunque no pueda escuchar sus pensamientos ni averiguar si está teniendo sueños o pesadillas, eso ya es una buena señal."

"¿Buena señal en qué sentido?" Se preguntaba el peli morado.

"Pues en el de que está vivo, Wooyoung. Tampoco es tan difícil de entender."

Este ladeó la cabeza. "Pero ya sabemos que está vivo, si respira y todo." Lo señaló, pues su pecho se movía rítmicamente de arriba hacia abajo. "El problema es que lleva dos días así."

Woongki se unió al llanto de su mellizo.

"¿Ha hablado en sueños?"

"No. Ni una sola palabra."

"¿Se ha movido al menos?"

"Por sí mismo no, el doctor Choi y yo hemos tenido que incorporarle para darle de comer y de beber cada cuatro horas durante estos dos días." Explicó, sintiendo una presión en el pecho cada vez que lo miraba. "Incluso dijo que vendría hoy temprano para ver si con otro tipo de medicina funcionaba, pero aún no ha venido..."

Los mellizos sollozaron a la vez.

"Tampoco tiene fiebre alta, ¿verdad?"

"Las primeras horas sí que tuvo un poco, no demasiado alta, pero sí que tuvo. Se le bajó en seguida con paños húmedos."

Jimin dejó escapar un suspiro, palmeando la cabeza del azabache. "Eso es una buena señal."

"Supongo..."

Encogiéndose de hombros con la sensación de que pronto echaría a llorar si seguía viendo a Jungkook de esa forma, TaeHyung no supo que más decir para tranquilizar a los demás ni mucho menos a sí mismo.

Los mellizos sollozaron a la vez, mucho más fuerte.

Joowan observó a ambos con el ceño fruncido. "Vosotros dos, ya está bien, ¿no? No hacéis otra cosa más que llorar como desgraciados. Callaos un rato o a este paso Jungkook se despierta sólo para daros un puñetazo a cada uno."

Por supuesto, las palabras de su insensible hermano les hicieron llorar todavía más fuerte.

"A estas alturas no sé si tengo más miedo de que despierte o de que no lo haga..." Decía TaeHyung, frotándose rostro con ambas manos. "La última vez que se fue a dormir seguía midiendo cincuenta centímetros exactos, llevaba días sin encoger ni un milímetro, y-y ahora..."

Wooyoung suspiró. "Ahora tiene el mismo tamaño que un bote de perfume..."

"Dios..."

Ajeno a todo el caos que se había desatado a su alrededor, un Jungkook profundamente dormido luchaba con su cerebro que parecía carecer de consciencia, oyendo murmullos a lo lejos, voces susurrando cosas que no podía diferenciar.

Se decía a si mismo que abriera los ojos, ansioso por querer entender lo que sucedía. La razón de por qué se sentía tan cansado, adolorido y débil. Como si su cuerpo no fuese su cuerpo.

"¿Qué haremos si no despierta?" Escuchó una voz decir, algo más claro esta vez.

Un quejido quiso abandonar sus labios, más nada en absoluto salió de estos. Aquello le hizo sentir aún más impotente.

¿Estaban hablando de él? ¿Cuánto tiempo llevaba dormido? ¿Qué estaba pasando?

Trató de moverse pero eso tampoco tuvo demasiado efecto, pues su cuerpo parecía estar atrapado donde quiera que estuviera tumbado, estancado.

"Parad de hacer preguntas que no vamos a poder responder, ¿queréis? Sólo aumentaremos nuestro estrés y debemos pensar con claridad." Una segunda voz se hizo presente.

De la garganta del azabache brotó un gruñido que ni siquiera sonó.

Necesitaba gritar. Quería gritar.

"Bueno..."

"Tienes razón..."

¿Por qué no tenía control alguno sobre sí mismo? No podía moverse, abrir los ojos ni tan siquiera hablar. Era desesperante, como estar en el mismísimo infierno.

"¡Haz algo!" Le gritó a su subconsciente, quien claramente ignoró tal orden.

Esto no podía estar pasando.

"¿Y cuándo se supone que va a venir el doctor?"

¿Doctor? ¿Para qué necesitaba un doctor? ¿Quién estaba herido? ¿Qué había pasado? ¿TaeHyung estaba bien? ¿Los demás chicos estarían bien?

"No sé... Dijo que pronto, pero ninguna hora exacta." Esa voz, indudablemente, le pertenecía al mosquito rosa.

Jungkook se sintió tranquilo al ver que él se encontraba bien, casi sonriendo (si pudiera moverse, claro). Aunque su preocupación no desapareció, ni mucho menos; sino que se mantuvo mas viva que nunca.

"No quiero que Jungkook se muera..."

Aquellas palabras helaron su sangre.

"¡¿Morirme?! ¡¿Yo?!"

"Basta ya de decir esas cosas, Hyeongjun, Woongki. Sois dos personas adultas, así que dejad de comportaros como niños y dramatizar. Aquí no se va a morir nadie, ¿de acuerdo?"

"De acuerdo..."

Él suspiró, aliviado. "Ah, menos mal..."

Medio segundo después, el sonido de una puerta pesada abriendo y cerrándose llegó a Jungkook. Al igual que la voz del mosquito rosa, reconocería los engranajes de aquella puerta en cualquier lado. Estaba en el taller.

"Ya estoy aquí, chicos." Se trataba del doctor Choi. "Siento haber tardado tanto en llegar, pero tuve que ir yo mismo a recoger las plantas medicinales y encontrarlas es un poco complicado. ¿Cómo va todo por aquí?"

"Mal, muy mal, doctor. Sigue sin despertar. Lo hemos intentado todo, pero nada..."

Alguien suspiró. "Bueno, pues veamos si con esto funciona."

Sacando lo que parecían ser hojas encurtidas de un pequeño bote que había traído consigo, logró que el ambiente estuviera rápidamente impregnado por un olor fuerte, desagradable. Tanto que, incluso sin sentido del olfato, pusieron olerlo mínimamente. Los mellizos se quejaron, Jimin estuvo a punto de desmayarse y Wooyoung sufrió dos arcadas seguidas.

"¡¿Qué es esa mierda que huele a mierda y parece mierda?!"

"¡Eso! ¡¿Y por qué puedo olerlo?!"

"Son hojas de morera fermentadas y encurtidas en vinagre de manzana, ajo negro y tomillo. Huelen así porque están recién hechas, pero servirá." Explicó, conforme las acercaba al rostro de Jungkook, poniéndolas bajo su nariz. "El olor fuerte enviará señales a su cerebro inmediatamente y con un poco de suerte recobrará la consciencia."

"¿Estás seguro?"

"Claro que sí, Wooyoung."

El mencionado torció los labios. "Es que en su lugar, lo último que querría sería despertar después de oler eso. Preferiría morirme."

Bufando, el doctor Choi puso los ojos en blanco.

En cuestión de segundos, Jungkook, quién continuaba luchando consigo mismo y si cerebro por despertar, sintió un bofetón sin manos tan pronto como a sus fosas nasales llegó un olor repugnante. Fuerte, ácido, casi a podrido.

Abrió los ojos casi de forma desesperada, tosiendo violentamente e incluso amenazando con vomitar.

"¡Jungkook!" Fue lo primero que escuchó, aturdido y asqueado por aquel nauseabundo olor que impregnaba sus fosas nasales, a punto de derretirlas. "¿Cómo te sientes?"

Jimin estaba a su derecha, TaeHyung a su izquierda, ambos mirándole con una mezcla entre alivio y preocupación.

Él no notó nada raro; aunque debería.

El pelirosa suspiró. "Menos mal que has despertado..." Dijo, para acto seguido tenderle un vaso. "Bébete esto rápido, toma."

"¿Q-Qué es?"

"Tú bébetelo."

E inmediatamente después, desapareció de su vista.

"Pero- pero... TaeHyung..." Lo llamó, todavía demasiado confundido y mareado como para poder reaccionar, alargando el brazo como si de esa forma pudiera alcanzarlo. "TaeHyung..."

Jimin seguía mirándole con atención. Aliviado, pero muy preocupado aún. Jungkook seguía sin notar nada raro.

"¿Cómo te sientes? ¿Bien? ¿Te duele algo?"

Él negó. "No, no..."

De fondo podía escuchar la voz del mosquito rosa muy ajetreado. Nada nuevo.

"Tomad, chicos, bebeos esto." Decía, paseándose por el taller con una bandeja repleta de vasos llenos hasta arriba de un líquido viscoso y amarillento. Hyeongjun y Woongki fueron los primeros en agarrar los suyos. "Os ayudará con el olor."

"Gracias."

"Muchas gracias."

Wooyoung le miró con desconfianza. "¿Qué es? Tiene un color muy raro..."

"Es un brebaje hecho a base de menta y miel, Jungkook me lo dio a probar cuando estuve enfermo por el alcohol y funcionó de maravilla. Sirve para todo tipo de intoxicación, tómatelo."

"Bueno..."

Tan pronto como Wooyoung bebió el contenido de su vaso, se acercó hacia Yim y Joowan, para seguidamente hacer lo mismo con el doctor Choi.

"Pruébalo, San."

"Gracias."

"¡Está súper dulce!" Chilló uno de los mellizos, con los ojos brillantes. "Y sí que funciona."

"Cierto, funciona." El doctor Choi estuvo de acuerdo, dejando su vaso en la mesa. "¿Está hecho de menta y miel, has dicho, TaeHyung?"

Este asintió. "Es una receta especial de Jungkook, él me enseñó a hacerla."

Volvió junto al mencionado tan pronto como tuvo oportunidad, entregándole el vaso restante a Jimin, quién lo tomó de inmediato. Sólo entonces, junto a un muy confundido pero finalmente consiente Jungkook, pudo respirar hondo.

"No sabes el susto que nos has dado, grandullón..."

"¿Q-Qué ha pasado?"

"Te quedaste dormido por dos días seguidos sin reaccionar. Sólo respirabas." Le explicó. "Incluso llegamos a pensar que estabas muerto..."

"Wow..."

El doctor Choi se le acercó. "¿Te sientes bien, Jungkook? ¿Tienes alguna molestia, dolor...?"

"Sólo tengo ganas de vomitar, pero es por el olor. Aunque ya se me está pasando." Dijo. Wooyoung, al fondo del taller, bufó. "¿A qué huele, por cierto?"

"Hojas fermentadas y encurtidas."

Jungkook no tardó en arrepentirse de haber preguntado. "Dios..."

"No había forma de hacerte despertar, así que tuvimos que buscar alguna muestra de que tu cerebro siguiera activo. Que seguías con nosotros. Y esta fue la más rápida." Se excusaba San, encogiéndose de hombros. "Probablemente la mas repugnante, pero también rápida."

"Y por suerte funcionó, que es lo importante." Añadió TaeHyung. "De lo contrario, el que no despertaría nunca hubiese sido yo. Estaba tan asustado que pensé que moriría."

Jungkook dejó escapar una risita, antes de sentir como el mosquito rosa lo envolvía en un fuerte abrazo. Apretado. Él correspondió de inmediato, pasando sus brazos por la cintura ajena sin dudarlo.

No fue una sorpresa poder rodear el cuerpo ajeno sin dificultad alguna, pues eso era algo que hacía frecuentemente. Sin embargo, caer en cuenta de que TaeHyung también lo estaba haciendo, sí le resultó algo más... Inusual. Y preocupante. Sobre todo, preocupante.

Separándose de inmediato, miró al pelirosa, viéndose aterrorizado en cuanto averiguó que ambos se veían casi de la misma altura. Luego, sus ojos repletos de temor observaron alrededor. Joowan, Yim, los mellizos, Jimin, el doctor Choi e incluso Wooyoung, se veían del mismo tamaño que él.

Las peores conclusiones llegaron a su mente. O todos habían tenido el maravilloso detalle de tomarse una pócima para alcanzar su tamaño, o él había llegado al objetivo inicial.

"No, no..." Susurró, entendiendo que debía ser la última obligatoriamente. "No..."

TaeHyung, que no tardó en entender su mueca de horror, asintió, con los labios apretados.

"¿P-Por qué? ¿Cómo...? ¿Cuándo?"

"Llevabas dos semanas prácticamente sin disminuir un solo centímetro desde la última vez, Jungkook. Antes de ayer, cuando me desperté estabas así, muy pequeño... No despertabas, no reaccionabas si te llamaba ni si te movía. Llamé al doctor San, y bueno..."

El mencionado asintió. "Habías entrado en una especie de coma producido por ti mismo, algo muy normal en estos casos si tenemos en cuenta que has ido cambiando de tamaño poco a poco al inicio y de una manera algo más brusca después. Tus órganos necesitaban acostumbrarse, tus músculos, todo... Así que tu sistema nervioso tomó la decisión final de dejarte inconsciente por más de cuarenta y ocho horas."

Frotándose la cara con ambas manos, Jungkook seguía negando, incapaz de creerlo. "P-Pero no es posible... ¿Tan rápido he llegado a los diez centímetros?"

"En realidad mides quince centímetros exactos." Le corrigió, un dato que ni siquiera consiguió dejarlo más tranquilo. "Y sí, claro que es posible. Cada cuerpo es un mundo, totalmente impredecible. Hablamos de esto cuando tomaste la decisión de cambiar tu tamaño y no es algo por lo que debas sentirte preocupado."

"Ya, seguro que no..."

"Lo digo en serio. Estás bien, Jungkook. Buena actividad cerebral, presión arterial correcta... Todo en perfecto estado. Conservas una buena parte de la fuerza, agilidad y resistencia que te acompañaba de serie, por lo que prácticamente podrías considerarte igual de fuerte que Wooyoung o yo."

Wooyoung, tal y como todos los presentes esperaban, dejó escapar un bufido. "En tus sueños serás igual de fuerte que yo, medicucho de pacotilla."

Ignorando su simple presencia, el doctor Choi continuó dirigiéndose a Jungkook.

"Como iba diciendo, Jungkook, es que lo importante de todo esto es que estés sano. Que tu cuerpo se adapte bien al nuevo tamaño, aunque a ti personalmente te cueste un poco más. Es normal."

"Claro que es normal, ha pasado de medir casi dos metros a quince centímetros... Eso sería un shock para cualquiera." Murmuraba Joowan, haciendo una pequeña mueca con los labios.

TaeHyung le dio un pequeño codazo. "Pero no le digas eso, hombre..."

Jungkook comenzó a sudar frío, frotándose el rostro con ambas manos antes de quitarse la manta enorme que cubría su cuerpo. Tenía las piernas cortas y los pies excesivamente pequeños. Y ni hablar de los dedos. Parecían crías de cacahuete.

Bajo la atenta mirada de aquellos que le rodeaban, se puso en pie con algo de dificultad, no tardando en sentir el agarre de TaeHyung y el doctor en cada brazo cuando perdió el equilibrio.

"¿Qué haces, Jungkook?"

"N-Necesito respirar. Aire. Aire... aire fresco." Tartamudeaba, tragando el enorme nudo en su garganta que se hacía más grande conforme avanzaba. Todo su alrededor se veía gigante en comparación a él. "Siento qu-que me ahogo..."

"¿Quieres que salgamos fuera y demos un paseo?"

Él asintió, desesperado. No podía respirar. "Por favor..."

TaeHyung no tardó demasiado en actuar, ayudando al no-tan gigante a desplazarse por el taller como si esa fuera su primera vez ahí, guiándolo en dirección hacia la salida mientras se convertía en su soporte. Jungkook tenía las piernas temblorosas, lo cual volvía increíblemente fácil perder el equilibrio.

"Esperad." La vocecilla de Yim sonó tras ellos, acercándose para depositar algo en los hombros del azabache. "Toma, ponte eso antes de salir."

"¿Q-Qué es?"

"Es una especie de capa para taparte la espalda. No tienes alas como nosotros, si alguien ahí fuera te ve y lo nota, no tardarán en darse cuenta de que algo falla. Hasta que encontremos la forma de ocultarlo, será mejor si la usas."

Lentamente asintió, dejándolo estar y continuando su camino hacia la salida. No tenía tiempo para pensar en todas esas cosas cuando sentía que en cualquier momento podría morir.

Wooyoung se les adelantó para abrir la puerta con la pequeña ayuda silenciosa del doctor Choi, quien desde abajo empujó disimuladamente, consiguiendo que, una vez estuviera abierta, los ojos de Jungkook sufrieran el impacto directo de la luz solar. Un destello brillante le hizo cerrarlos de inmediato, quejándose en cuanto sus retinas se vieron amenazadas con derretirse.

"Dios... Joder..."

"¿Estás bien?" TaeHyung se preocupó al instante.

"Creo que me acabo de quedar ciego..."

Una risita sonó.

"No has visto la luz solar por, al menos, tres meses, es normal que ahora te moleste. Ya te acostumbrarás." Le decía el doctor. "Yo me despido aquí, ¿vale? Debo atender a los clientes en la tienda. Si necesitas cualquier cosa, ya sabes lo que debes hacer. Pulsa ese botoncito y vendré en seguida."

Él asintió. "Claro, gracias."

"Gracias, doctor."

"Adiós, chicos. Hasta pronto."

Golpeando la barbilla de Wooyoung a modo de despedida e ignorando su reclamo inmediato, Choi San desapareció de su vista mientras Jungkook intentaba acostumbrarse a la luz.

TaeHyung le observó, poniendo una mano en su brazo. "¿Te sientes mejor?"

"Sí..."

Él volvió a asentir, manteniendo los ojos entrecerrados para así adaptarse a la claridad, pestañeando y finalmente viéndose apto para abrirlos del todo, pudiendo así apreciar aquello que le rodeaba.

Su corazón se aceleró, mirando a todas partes como si no pudiera creer lo que estaba viendo. Ae-Dexian-Thee era preciosa en las noches, pero de día era un mundo completamente diferente a lo que estaba acostumbrado. El sol apuntaba con fuerza desde el cielo, un cielo brillante, pintado de un azul cian que jamás había podido apreciar de cerca. Los árboles tan altos como los recordaba (quizás ahora un poco más...), con las copas verdes y los troncos gruesos, ásperos, repletos de fruta. Las flores de mil colores adornando sus respectivos matorrales alrededor del campo y las casas en todo lo alto, siguiendo el mismo patrón. Rosas, moradas, azules, amarillas. Era alucinante.

"¿Dónde quieres que vayamos, Jungkook?"

Jungkook, quien no tenía palabras para hablar, simplemente suspiró. Maravillado, asombrado, como si acabasen de sacarlo directo de un sueño.

"Este sitio es una locura..." Susurró, incapaz de apartar la mirada de todo lo que le rodeaba.

TaeHyung esbozó una sonrisita. "¿Te gusta?"

"M-Muchísimo, sí... Nunca he visto algo igual en mi vida. Es precioso."

"¿Te apetece que vayamos al lago? A esta hora el agua no está demasiado fría y estoy seguro de que un buen baño te ayudará relajarte. Debes estar muy tenso." Propuso Jimin, mirándole con interés. "Por el camino hay algunos puestecitos de comida, podemos comprar algo también. No has desayunado, así que no puedes rechazar mi oferta por nada del mundo."

"La madre de Yim hace el mejor pan de semillas con orégano, queso y tomate seco que puedas encontrar. Debes probarlo."

"Es cierto, sí."

Yim asintió. "Hoy justo sacamos varias tandas del horno de piedra. Te encantarán, Jungkook."

El estómago del azabache rugió. Todos rieron.

"Sí, definitivamente los compraremos."

Riendo apenas, asintió. "Me parece bien ese plan, sí..."

"¡Pues en marcha!"

Tan pronto como Jungkook accedió y se mostró más relajado, los chicos le guiaron hacia el centro de la ciudad, un camino que nunca antes habían tomado para llegar hasta el bosque. Se cruzaron con muchas personas que le miraban raro, confundidos, como si no entendieran quién era él. TaeHyung no dudó en hacerle saber que la razón no era otra más que tener un rostro desconocido para los demás, pues allí todos se conocían.

El centro de Ae-Dexian-Thee era inmejorable. Repleto de puestecitos de comida, una fuente gigantesca donde se encontraba la estatua de Aethee, aquella ninfa de la que tanto le habían hablado. Tiendas artesanales por todas partes, flores coloridas y tabernas en las esquinas.

Todo se veía muy colorido, olía exquisito y se respiraba un aire acogedor. Le encantaba.

"En unos días se celebra el homenaje anual que le hacemos a nuestra ninfa, ya te hemos hablado mucho sobre esa festividad, ¿verdad?" Joowan le decía a Jungkook, en el inicio de una anécdota, mientras se acomodaban alrededor del lago. Este asintió. "Pues cuando éramos más pequeños, Hyeongjun y Woongki fueron confundidos con luciérnagas por un grupo de elfos Zacaryes."

Este rio, viendo a los mellizos sonrojados hasta las orejas. "¿En serio?"

"Sí, estuvieron a punto de llevárselos de no ser porque el hermano mayor de Choi San lo impidió."

"Joder..."

"Fue el peor día de nuestras vidas." Murmuraba Woongki, apoyando los brazos en una de las piedras mientras sus pies chapoteaban en el agua.

Jungkook hizo una mueca, asumiendo lo horrible que debió ser para ellos dos, conforme el agua fría hacía contacto con su cuerpo. Se estremeció, jadeando y riendo por lo bien que se sentía, luchando por no avanzar demasiado y así evitar mojarse la cabeza. Era como volver a nacer.

"¿Te encuentras mejor?" Escuchó la voz de TaeHyung a lo lejos, dirigiéndose a él. Eso lo confundió.

Se giró a mirarle con el ceño fruncido, hallándolo sentado en las rocas con los pies sumergidos. En su inocencia, TaeHyung estaba dentro del agua con él, pues así habían sido los últimos días en los que el propio Jungkook se había convertido en su colchón hinchable de playa; pero no. Ya no era lo suficientemente grande para lograr que se sintiera a salvo allí.

"¿Jungkook?"

Su voz preocupada le llegó a los oídos, viéndose obligado a reaccionar y asentir, aclarándose la garganta. "Eh, sí... Estoy mucho mejor. Necesitaba esto." Le dijo. TaeHyung sonrió, viéndole acercarse. "¿Tú estás bien?"

"Bastante más tranquilo que esta mañana, sí."

Jungkook le dedicó una sonrisa apenada, apoyando los brazos contra las rocas para estar más cerca. "Siento haberte preocupado... No era mi intención, mosquito."

"No te preocupes por eso, está bien. Ya pasó."

"Vale..." Asentía, mordiéndose el labio inferior mientras analizaba sus expresiones. TaeHyung parecía intranquilo, aunque sus ojos tenían una mirada triste, desanimada. "Oye, y-y, ¿por qué no te unes a nosotros? Ya no soy tan grande como para servirte de bote salvavidas, pero eso no significa que tengas posibilidad de ahogarte."

Dejando escapar una risita, TaeHyung lució pensativo. "Huh, no sé..."

"Al menos inténtalo, ¿vale? Puedes quedarte aquí en la orilla si te sientes más seguro, sólo con agua hasta la cintura. Yo estaré contigo, no dejaré que te ahogues independientemente de si mido quince centímetros o diez metros."

Sus palabras tan dulces no hicieron otra cosa más que acelerar el corazón de un —aún— pensativo TaeHyung, quién terminó asintiendo.

"Bueno..."

"¿Lo intentarás?" Quiso saber, casi eufórico cuando este volvió a asentir. "Eso es genial, mosquito. Ven, agárrate a mí." De inmediato se puso en pie, tendiéndole sus manos para que las tomara como apoyo.

Sin dejar de reír, el pelirosa tomó sus manos, sintiendo un pequeño escalofrío cuando Jungkook entrelazó los dedos sin previo aviso, ayudándole a incorporarse. Luego, esos mismos dedos lo soltaron, yendo hacia su cintura para rodearla y levantarlo en peso. TaeHyung voló hacia el agua sin necesidad de usar las alas, sólo gracias a Jungkook y la fuerza que conservaba.

"¡Ay, está fría!" Chilló, pegándose al azabache de manera inconsciente aún cuando sólo la mitad de su cuerpo estaba sumergida. Jungkook no se separó, ni mucho menos lo soltó.

"Vamos hacia abajo, ¿de acuerdo? El agua te llegará al cuello, pero no te soltaré y aún estarás tocando el suelo."

TaeHyung asintió. "Vale..."

Y, acto seguido, con la ayuda de su no-tan-gran amigo, se sumergió casi por completo, de modo que sólo su cabeza era visible fuera del agua. El cambio de temperatura le hizo quejarse, pero también reír, eufórico por cuán valiente había sido.

Los ojos de Jungkook estaban atentos a él.

"¿Bien?"

"Sí, genial..." Le sonrió de oreja a oreja. "Muchas gracias."

Jungkook correspondió a su sonrisa que se hizo más grande. "No es nada, mosquito."

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