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✧c.-015

N/A: Siento que este TaeHyung es el verdadero 'hay que meterlo en una cajita', pero lo amo como a nada xD

Cap dedicado a  letfaraway ♡♡

Hoy os recomiendo 'Somewhere In Between' de uno de mis solistas favoritos, Bazzi.

[...]

Al día siguiente, haciéndole frente a un TaeHyung con una evidente resaca, que no parecía recordar nada de lo sucedido la noche anterior, e incluso si por sí mismo había sido incapaz de pegar ojo, únicamente pensando en la conversación que habían tenido, Jungkook se dijo a sí mismo que no necesitaba recaer en el hecho de que algún día ya no estaría ahí y que, tal y como TaeHyung había dicho, nunca más volverían a verse. No le gustaba.

Y si había algo que le gustaba aún menos, era saber que había amanecido midiendo treinta centímetros menos.

Ahora, era él quien estaba verdaderamente preocupado.

"¿Seguro que no es algo malo, doctor?"

El doctor Choi San dejó escapar una risita, dejando a un lado los restos del trozo de pastel que Yim había hecho por el cumpleaños de los mellizos y TaeHyung le había dado en agradecimiento. "Que no, tranquilo."

"¿Seguro de verdad?"

"Segurísimo, sí. Ya hablamos sobre esto y te dije que era lo más normal del mundo. Un día puedes despertar midiendo exactamente lo mismo que el anterior y al siguiente has menguado medio metro." Repetía. "Al principio no, porque lo haces de forma gradual y para que tu cuerpo no sufra cambios violentos, pero una vez se adapte... Puedes esperarte cualquier cosa."

"Pues no me gusta esto..."

A sus espaldas, la risita de TaeHyung fue inconfundible.

"Ahora quién es el tonto que se asusta, ¿eh, grandullón?" Se burló descaradamente. "Oh, bueno, no... Grandullón ya no, porque mides medio metro."

"¡Mosquito!" Ofendido, el azabache le observó, su ceño fruncido. "Un respeto."

Este se encogió de hombros, indiferente. "¿Qué? ¿Qué pasa? Tú te burlas de mi estatura y yo hago lo mismo con la tuya. Es un trato justo, ¿verdad?"

"Para mí sí que lo es." Concordaba el doctor Choi.

"¿Ves?"

"Pues para mí no. Me ofende muchísimo que uses mi estatura actual como objeto de burla... Es una falta de respeto absoluta que nadie debería tolerar, y menos yo. Tengo sangre de gigantes corriendo por mis venas, mis antepasados se codearon con ellos en las peores batallas... ¿Cómo voy a permitir eso?"

TaeHyung bufó, repitiendo en voz baja y burlesca lo mismo que acababa de decir él. Jungkook, molesto por sus constantes burlas, atrapó su pequeño cuerpo al vuelo.

"¡Eh, oye!" Chilló, sintiendo como era transportado repentinamente. "¿Qué crees que haces?"

De un momento a otro, el mosquito rosa estaba frente a frente con el rostro de un muy ofendido e indignado azabache, que le observaba con los ojos entrecerrados. TaeHyung ni siquiera tuvo miedo, pero la cercanía le estremeció de pies a cabeza.

Un corto trayecto, cabía recalcar.

"Mido casi medio metro, pero sigo siendo, al menos, cuatro veces más grande que tú, mosquito; así que no me subestimes."

Como era de esperar, el pelirosa volvió a burlarse, imitando su tono de voz vagamente. "No me das miedo, Jungkook."

Este bufó. "Pues debería."

Y, por supuesto, la sonrisa que TaeHyung le dio no pudo ser otra que una encantadora, dulce, en la que claramente continuaba burlándose de él. Después de hacerlo, le dio varias palmaditas en la mejilla.

"Eres adorable, grandullón. Ni volviendo a tu tamaño original me darías miedo."

Otro bufido abandonó los labios del susodicho, quien luchaba por ocultar su sonrojo.

Aclarándose la garganta sólo para hacerse notar, el doctor Choi, que terminaba de recoger sus pertenencias en silencio, consiguió su objetivo.

"Sois francamente un par encantador, chicos." Les hizo saber. "Y me encantaría seguir aquí presenciando vuestra rutina diaria, pero debo ir a visitar a un ser tozudo, ignorante y muy fuerte cuyo hombro aún no termina de recuperarse. Volveré mañana por la noche a ver cómo sigues, ¿de acuerdo?"

Ambos asintieron. "De acuerdo. Gracias por sus servicios, doctor Choi."

"Eso. Saluda a Wooyoung de nuestra parte."

"Por supuesto, lo haré si no me arranca las cuerdas vocales antes." Bromeaba, aquello siendo más cierto de lo que realmente le gustaría. "Gracias por la tarta, por cierto. Dile a Yim que estaba deliciosa."

"Cuenta con ello."

San se marchó poco después, dejando un silencio tras su partida que TaeHyung no tardó en romper.

"¿Puedes soltarme, por fa? Todavía me duele un poco la cabeza." Pidió, sólo entonces recordándole a Jungkook que seguía suspendido en el aire gracias a él.

"Oh, claro." Accedía al instante, dejándolo sobre su pecho. "¿Mejor así?"

Él asintió. "Muchas gracias, grandullón."

Jungkook dejó escapar un bufido, rodando los ojos. Creía firmemente que TaeHyung comenzaría a llamarlo de esa forma sólo para recordarle que cada vez era más, más y más pequeño.

"¿Hay algo que te apetezca hacer hoy?" Quiso saber, mirándole desde abajo. "Ya han empezado los preparativos para el festival que se celebrará pronto y probablemente la zona céntrica de la ciudad esté abarrotada de gente hasta la madrugada. Los chicos deben estar allí aún."

"¿Tú no tienes pensado ir con ellos?"

Rodando de un lado a otro hasta que cayó fuera del cuerpo ajeno, TaeHyung negó, suspirando mientras se acomodaba en la almohada. "Hm, no... Me ha pegado muy fuerte la enfermedad del alcohol y tampoco sabía cómo te sentaría despertar midiendo treinta centímetros menos repentinamente... No quería dejarte solo."

Como era de esperar, e incluso él mismo anticipaba, Jungkook bufó.

"Apuesto a que vas a repetirlo hasta el cansancio sólo porque sabes que es ofensivo para mí, ¿verdad?" Quiso saber, oyéndole reír.

TaeHyung se giró perezosamente, quedando frente a frente con él. "Lo cierto es que no."

"Ya, seguro..."

"Hablo en serio, grandullón. Lo repito porque me emociona saber que todo está funcionando y poco a poco nos estás alcanzando. Quiero que seas pequeño, de mi estatura, para poder incluirte en todos los planes independientemente de la hora. Los chicos y yo estamos deseando que así sea."

El corazón de Jungkook se aceleró, una pequeña sonrisa inconsciente apareciendo en su rostro. "Ow... Eso es bastante dulce por tu parte, mosquito."

"Lo sé." Dijo, elevando la barbilla en señal de orgullo. Riendo suavemente, terminó soltando un pequeño quejido en cuanto le palpitó la cabeza e incrementó su dolor. Llevó una mano hasta esta, frotándola mientras lloriqueaba. "Me cago en mi vida..."

"¿Qué pasa? ¿Te duele mucho?"

"Bastante, sí. No acostumbro a beber nunca y ayer me pasé de la raya. Es horrible..."

"¿Acaso no tenéis remedios naturales para combatir la famosa resaca? O enfermedad del alcohol, como le llamas tú."

TaeHyung se encogió de hombros, viéndose algo decaído. "No tengo ni idea."

Manteniéndose en silencio, Jungkook abultó los labios, permaneciendo atento al mosquito pelirosa mientras su cabeza daba vueltas y vueltas, maquinando algo con lo que poder serle de ayuda. Un minuto después, aquel montón de luciérnagas metafóricas que hacían la función de bombilla se posaron sobre su cabeza.

"Creo que yo sí tengo algo que pueda servirte para el dolor."

"¿El qué?"

"Hojas de menta, ¿tenéis hojas de menta por aquí? Si son frescas, recién arrancadas de la planta, mejor."

"Hm, sí... Hay una plantación al norte del bosque Antial, puedo llevarte si haces el favor de ser mi medio de transporte. Estoy demasiado cansado y mareado como para andar por mí mismo..."

El azabache rio, no dudando ni un segundo en aceptar. "Por mí no hay problema, aunque estoy empezando a pensar que debo cobrarte por ser tu vehículo personal... Uno debe sacarle partido a todo."

TaeHyung frunció el ceño, frotándose ambos ojos antes de ser él quien esta vez se encogiera de hombros, no teniendo problema alguno en acceder. Quizás porque aún estaba perjudicado por el alcohol, adormilado, o porque realmente iba a acceder sin saber de qué forma.

"Bueno... ¿y con qué vas a cobrarme?"

"Todavía no lo sé, mosquito, dame tiempo." Fue su respuesta. "Por el momento intenta descansar hasta que nuestra aventura nocturna de hoy inicie, ¿vale?"

Él negó, aunque continuaba perezoso. "Tengo muchas cosas que hacer... Debo hacer mantas para el festival. Las nuestras, de los chicos, mi familia y algunos clientes que me han encargado varias."

"¿Dices para acampar?"

"Así es. Todos los años recibo muchos encargos por estas fechas..." Otro suspiro abandonó sus labios, dejándose caer de nuevo contra la almohada.

"Bueno, pero puedes descansar un rato y luego te centras en todos esos quehaceres, ¿no?"

TaeHyung volvió a negar. "No... Odio no ser productivo, siento que pierdo tiempo muy valioso y más aún cuando mi agenda está llena de tareas."

"Joder, mosquito..."

"Oh, y también tengo que empezar tu nueva túnica antes de que anochezca, o de lo contrario no vas a poder salir de aquí. Has encogido demasiado." Lo señaló, junto a un pequeño suspiro. "No me tomará mucho tiempo, pero necesito diseñarla primero, quiero que quede bonita."

Sólo de esa forma, Jungkook miró hacia abajo, hacia su propio cuerpo. Aquella túnica le quedaba gigante. Tanto que ni siquiera parecía estar hecha expresamente para él.

Un escalofrío recorrió su cuerpo. "Dios..."

Quería llorar.

Cuando la noche cayó, dando paso a su aventura nocturna diaria, Jungkook y TaeHyung se encontraron a sí mismos de camino al bosque. O bueno, más bien Jungkook lo hacía, pues el mosquito rosa, derrotado por aquella cruel y dolorosa enfermedad del alcohol, había utilizado todo su tiempo libre para completar tareas en lugar de simplemente descansar. Debido a eso, ahora Jungkook, tal y como había prometido, se vio obligado a convertirse en su transporte personal.

"¿Falta mucho para llegar?" La vocecilla perezosa de TaeHyung sonó, acomodándose en el cuello de Jungkook, donde colgaba cómicamente.

"Y yo que sé, TaeHyung, ¿a mí qué me preguntas? Eso lo tendrás que saber tú, ¿no? Eres el que nos está guiando al bosque. Yo ni siquiera conozco este sitio."

Una risita sonó. "Ay, es verdad... Lo había olvidado."

"Pues sí que te ha dejado mal el alcohol, sí..." Reía Jungkook también, meneando la cabeza de un lado a otro. "Con razón Yim insistía tanto en que dejaras de beber, tienes muy poca tolerancia y aún menos aguante."

"En mi defensa diré que no sabía cuánto porcentaje de alcohol tenían los licores..."

Jungkook rio más fuerte. "Bueno, ahí no puedo culparte. Eran tan dulces que el alcohol ni siquiera se notaba, así que lo entiendo." Decía, corroborando para la suerte de un avergonzado pelirosa. "Estoy seguro de que si llega a comercializar con ellos entre otras especies, va a obtener las mejores ganancias. Al menos en Sudaek Dee Bhadam, sería muy bien recibido."

"¿Y eso por qué? ¿Acaso sois un pueblo de alcohólicos?"

"No, claro que no, pero sí que tenemos muchas cantinas repartidas por toda la ciudad. El alcohol es nuestro producto más vendido y consumido. Contamos con las plantaciones de maíz, caña de azúcar y remolacha más grandes del mundo."

TaeHyung hizo una mueca, torciendo los labios. "Pues lo que yo decía... Un pueblo de alcohólicos."

"El alcohol no sólo se utiliza para beber, bruto, también es un antiséptico."

"¿Qué dices?"

"Lo que oyes."

"¿En serio?" La sorpresa en su voz le hizo entender a Jungkook que no sabía de lo que hablaba. Él asintió, aclarándose la garganta. "¿Y cómo hacéis eso? Es la primera vez que escucho algo así... No tenía ni idea."

"Pues obteniendo etileno del petróleo, se mezcla con ácido sulfúrico para hidratarlo y así obtener alcohol etílico. Claramente ese no te lo puedes beber, pero sirve para otras cosas importantes como desinfectar, disolver... Se usa mucho en medicina." Explicaba, teniendo a un mosquito rosa a sus espaldas que escuchaba con gran atención. "Vosotros tenéis plantas curativas y nosotros alcohol hecho a base de petróleo."

Un pequeño silbido sonó contra su nuca. "Qué interesante... No sabía que vuestra especie era tan avanzada en ese aspecto. Aquí es prácticamente imposible conseguir petróleo."

"Nuestras reservas petrolíferas están al norte, así que sólo una parte de nuestra población tiene acceso a ellas para poder comerciar. La economía es buena gracias a eso, pero por otro lado también afecta a la contaminación." Torciendo el gesto, suspiró. "Apenas hay luz natural durante el día, no llueve y la sequía nos consume. Es horrible."

TaeHyung se estremeció, meneando la cabeza de un lado a otro. Él era un fanático de la naturaleza, le encantaba pasar tiempo al aire libre, estar en contacto con ella siempre que tuviera oportunidad. No ver la luz del sol por la mañana al despertar sería lo más cercano a vivir una pesadilla en tiempo real que pudiera llegar a pasarle. Ni siquiera podía ponerse en el lugar de Jungkook.

"Suena como tal..."

Él asintió. "Por eso para mí llegar aquí y ver estos paisajes tan naturales, bonitos y llenos de luz fue un cambio radical. No estoy acostumbrado a esto."

"Lo entiendo. Honestamente yo tampoco me acostumbro y he estado rodeado de este ambiente toda mi vida." Volvía a suspirar, aferrándose a su cuello cuando sintió que se deslizaba hacia abajo. "Es tan bonito que a veces temo que sea parte de un sueño."

"Eso es justo lo que me pasa a mí, mosquito. Este sitio me hace sentir más vivo que nunca." Con una pequeña sonrisa en los labios, murmuró, observando la luna inmensa sobre ellos. Aún a oscuras era precioso. "Y eso que pude haber muerto durante mi aterrizaje..."

Riendo, el pequeño puño de TaeHyung chocó contra su espalda a modo de regaño. "¡No digas eso!"

"Vale, vale, lo siento..." Se disculpó con rapidez, secundando a su risa.

"Y con respecto a lo que dices, me alegra mucho saber que mi ciudad te hace sentir así, porque estoy convencido de que será aún mejor una vez puedas ir por ahí sin preocupaciones. Cuando nos alcances." Aseguraba, sonando tan orgulloso que no cabía en sí mismo. "Podrás ver la ciudad amaneciendo, atardeciendo... Todos los colores que ahora no puedes. Te va a encantar."

Ensanchando la diminuta sonrisa en su rostro, Jungkook asintió, pues sabía que eso era cierto. "Lo estoy deseando, créeme."

"Y yo."

Medio segundo después, su cuerpo se deslizó hacia abajo por sí solo, la espalda de Jungkook actuando como un tobogán interminable. "¡Ay!" Chilló, no dándole tiempo siquiera de agarrarse. "¡Jungkook!"

Este inmediatamente sintió como apenas resbalaba, viajando desde sus hombros hasta la espalda baja en tiempo récord. Por suerte, fue más rápido que él, reaccionando de inmediato al atraparlo antes de que fuera demasiado tarde. Luego, llevó a TaeHyung hacia el frente para poder verlo, verificando así que se encontrase vivo, de una pieza.

"¿Dónde ibas?"

Como era de esperar, en su tono de voz no pasó desapercibida la burla.

"A ningún lado. Como me aburría tanto, he decidido probar si sería buena idea usarte como tobogán y así patentar tu espalda como un parque de atracciones a partir de hoy." Respondió, rojo de la vergüenza. "¡¿A dónde voy a ir, Jungkook?!"

Otra carcajada más fuerte que las anteriores resonó en el bosque, mientras el azabache acomodaba a TaeHyung entre sus brazos, sosteniéndolo de forma que estuviera cómodo.

"Qué mal genio tienes, ¿eh, mosquito? Definitivamente el alcohol te sienta fatal."

"Es que tener un amigo tonto tampoco ayuda mucho."

Jungkook no tardó en adoptar una expresión exageradamente ofendida, llevándose la mano libre al pecho para darle aún más dramatismo a su pose.

"Oh, ¿soy tonto?"

"Mucho." Asintió.

Acto seguido, Jungkook levantó la barbilla, indignado. "Pues que sepas que me parecen muy crueles esas palabras que me estás dedicando. No soy tonto. Soy un pobre gigante incomprendido que ha perdido su esencia por culpa de un monstruo repugnante, avaricioso y traicionero..."

TaeHyung puso una mano en alto, frenándolo.

"¡Echa el freno!" Le indicó. "No puedes usar la carta del victimismo conmigo, es injusto."

"Es la verdad."

Él negó. "No lo es, porque si tú eres un pobre gigante incomprendido, entonces yo soy un pobre y desafortunado mosquito indefenso al que casi lo aplasta el culo gordo del gigante en cuestión. Que no teniendo suficiente con convertirme en puré de hada, me mantuvo aprisionado entre sus garras durante horas, me lanzó por los aires en dos ocasiones, bañó con sopa fría e incluso estuvo a punto de dejarme morir en un charco." Lo señaló, haciendo frente al pobre gigante indefenso que se había quedado sin habla. "Y no mencionemos lo del limón, porque se me saltan las lágrimas..."

Para cuando Jungkook quiso darse cuenta, la barbilla de TaeHyung temblaba, amenazando con ponerse a llorar falsamente en cualquier momento. Lo observó por algunos segundos, quedándose maravillado con la facilidad que tenía para actuar, incluso quitándose algunas lágrimas imaginarias que definitivamente no tenía.

Aunque lo que sin duda alguna lo dejaba maravillado, era aquella sensación de culpabilidad que llegaba a sentir aún sabiendo que solo fingía.

"Tú... Tú e-estás fatal de la cabeza." Susurró. El pelirosa asintió, luciendo impasible.

"Lo sé."

"Es increíble... Me encanta."

Sonrojándose, este sonrió. "Vaya, gracias, grandullón. Qué halago."

De un momento a otro, Jungkook lo soltó, provocando que TaeHyung cayera al vacío sin previo aviso.

"¡Jungkook!"

Su grito resonó por todo el bosque, antes de ser atrapado de nuevo como si nada.

"¡¿Qué se supone que haces?!"

"Nada. Como dijiste que estabas aburrido y pensabas patentar mi espalda como un parque de atracciones, he creído conveniente usar mi privilegio de gigante para que puedas probar la caída libre." Respondió, esbozando una sonrisa. "Divertido, ¿eh?"

El puño de TaeHyung impactó contra su pectoral izquierdo.

"Ouch..."

"Divertidísimo."

Jungkook avanzó con una sonrisa radiante, victoriosa.

Llegaron al otro extremo del bosque Antial tan sólo cuarenta y cinco minutos después en los que TaeHyung no paró de quejarse por lo débil que se sentía debido a la «enfermedad del alcohol» y lo malo que Jungkook era con él, cantar su usual repertorio de canciones desconocidas para el azabache y ponerse en diez posiciones distintas con las que únicamente buscaba estar más cómodo.

"Aquí, es aquí." Señaló a lo lejos, donde unas macetas gigantescas y verdosas se encontraban, llenas de hojas de menta. "Son esas de ahí."

Jungkook no tardó en acercarse hasta ellas, analizándolas. "¿Puedo agarrar unas cuantas?"

"Claro que sí, las que quieras."

"Bien..." Asintiendo, hizo eso mismo, llevándose unas cuantas hojas consigo. "¿Has traído la miel?"

"Sí, está en la mochila."

Despojándose de la bolsita que llevaba colgada en su espalda, TaeHyung la abrió, sacando de esta un pequeño botecito de cristal donde había guardado algunas cucharadas de miel, entregándoselo al azabache.

Una vez lo tomó, se dirigió a la roca más cercana, dejando al mosquito sentado a un lado mientras él agarraba una piedra diminuta del suelo, soplándola. Luego, metió las hojas de menta en el respectivo tarro de cristal, aprovechando que la miel era lo suficientemente líquida como para hacerle soltar su pobre jugo, usando la piedra como apisonadora.

TaeHyung observó atentamente lo que Jungkook hacía, sus ojos curiosos manteniéndose fijos en él.

"Esto ya casi está, mosquito..." Le hizo saber, sacando cuidadosamente las hojas que ya no le servían y dejándolas a un lado. Seguido de eso, le entregó el tarro de cristal al susodicho. "Toma, bébete esto."

"¿Es seguro...?"

Jungkook bufó. "Comes insectos, TaeHyung, no me seas quisquilloso, ¿quieres?"

Resoplando igualmente, el pelirosa le dio un sorbo al contenido, un poco a regañadientes, bebiéndoselo con desgana. Una mueca de desagrado apareció en su rostro.

"Ow... Está muy dulce."

"Lo sé. El licor ese que te bebiste estaba todavía más dulce y no te quejaste tanto, ¿eh?"

TaeHyung le fulminó. "¿Es cosa mía u hoy te has despertado queriendo usarme como tu diana personal? Porque me parece que esto es excesivo..."

Tan pronto como dijo aquello, una carcajada brotó de los labios de Jungkook, quien negando le apartó cuidadosamente el cabello de la frente, palmeando su regazo poco después, atento a sus muecas. "Lo siento, lo siento, mosquito, es que replicas mucho y yo sólo quiero ayudarte. Esa cosa que bebes es dulce a morir, pero sirve bastante con la resaca. Te ayudará, créeme."

"Si tú lo dices..."

"No lo digo yo, sino mi madre. Mi padre trabajaba en un taller donde hacían alcohol y algunas noches llegaba a casa indispuesto por el aroma, así que ella le preparaba eso. Funcionaba siempre."

El corazón de TaeHyung no tardó en apretarse, sintiéndose conmovido aún cuando la historia ni siquiera tenía que ver directamente con él; pero los ojos brillantes del no tan gigante mientras hablaba de sus progenitores, fueron más que suficiente para hacerle sentir así.

Sonrió, antes de que Jungkook lo hiciera primero.

"Entonces sí que te creo."

"Así me gusta." Acomodándole el cabello de vuelta sobre la frente, dijo. "¿Empiezas a sentirte mejor? El efecto es casi inmediato, así que deberías notar algo ya."

TaeHyung movió la cabeza a modo de asentimiento, dándole otro sorbo. "Apenas me duele la cabeza en comparación a lo mucho que me dolía antes y sorprendentemente sabe mejor con el paso de los segundos. Está rico. Me gusta."

"Te dije que confiaras, mosquito. Soy muy bueno preparando brebajes."

"Ya veo, ya... Es una suerte que no sólo tengas talento para hacer coronas de flores, sino también con las bebidas que deberían ser desagradables."

Hinchando el pecho con orgullo, Jungkook esbozó una sonrisa. "Claro que lo es. Ha sido pura coincidencia que dos personas como tú y como yo se hayan encontrado, teniendo en cuenta que ambos somos buenos usando las manos."

Inmediatamente el pelirosa se atragantó con el brebaje, mirando a Jungkook con los ojos como platos antes de dejar escapar una carcajada.

"Buenos con las manos..." Repitió entre risas. "Ahora no soy yo el único que dice cosas malsonantes sin intención, ¿eh?" Sus carcajadas se volvieron gradualmente más sonoras y expresivas, hasta el punto en que no sólo contagió a Jungkook, sino que fue empujando el cuerpo de su dueño poco a poco hacia atrás y le hizo caer de la roca. "¡Ay!"

"¡TaeHyung!"

Jungkook no tardó en estirarse sobre la roca, viéndolo tirado de espaldas en el suelo sin moverse. Hicieron contacto visual, comenzando a reír de nuevo a carcajadas.

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