✧c.-012
N/A: El capítulo anterior me hacía feliz y este me hace querer llorar... xD
Cap dedicado a Karlitaekook ♡♡
Hoy os recomiendo 'Who are you' de Ginette Claudette, la encontré hace poco por tiktok y me encantó.
[...]
TaeHyung permaneció abrazado a Jungkook los siguientes diez minutos, hasta que la conmoción dejó de ser parte de él y pudo actuar como una criatura normal. Y, al poco tiempo, cuando el propio Jungkook también se recuperó de haber recibido la que probablemente sería la muestra de afecto más larga, honesta y real que le habían otorgado en los últimos trece años, la aventura comenzó.
O al menos, lo hizo para Jungkook.
"¡¿Estás preparado?!" La voz del pelirosa resonó por todo el campo.
Jungkook le observó con el ceño fruncido. "¿A quién le gritas si estoy a tu lado?"
Un bufido resonó. "Errrr. Respuesta incorrecta, grandullón. ¿Estás preparado o no?"
"Te he dicho que-"
"¡¿Estás preparado o no?!"
"¡Que sí!"
"¡Pues adelante!" Indicó, con los brazos abiertos. "Abraza a ese limonero hasta que se sienta más querido que nunca... ¡y luego zarandéalo para que caigan todos sus limoncitos al suelo! Yo me encargaré de atraparlos todos."
El azabache torció el gesto. "¿Estás seguro que no son demasiado grandes para ti?"
"Claro que no, ¿por quién me tomas?"
"Por la criatura más pequeña del mundo, TaeHyung, parece mentira que me hagas esa pregunta a estas alturas. Y nunca mejor dicho..."
Como era de esperar, este le fulminó con la mirada, cruzándose de brazos. "Zarandea el árbol."
"Bueno, bueno..."
Dejando escapar un suspiro, Jungkook hizo lo pedido, rodeando el grueso tronco de aquel árbol y afianzando el agarre en él, acostumbrándose a la sensación mientras verificaba que no se le fueran a resbalar las manos en cualquier momento. Una vez lo tenía todo controlado y la postura de su espalda era correcta, comenzó a flexionar los brazos para zarandear aquel árbol. Tal y como TaeHyung le había pedido.
Los limones comenzaron a caer exactamente medio segundo después.
"¡Así, así! ¡Sigue!" Chillaba el pelirosa. "¡Sigue así, Jungkook! ¡Más fuerte!"
Jungkook, sufriendo un escalofrío, se aclaró la garganta.
"Deja de decir eso, mosquito, por el amor de Dios... Quién te escuche va a creer que estás haciendo otra cosa completamente distinta."
Y como era de esperar, ya que en la mente de TaeHyung no había lugar alguno para la vulgaridad o los malos pensamientos subidos de tono, este frunció el ceño, sin comprender por qué Jungkook le decía eso.
"¿Qué cosa van a pensar que estoy haciendo?" Cuestionó, y tan pronto como aquella pregunta salió de sus labios, la respuesta le llegó como un boomerang, golpeándole la cara. Sus mejillas enrojecieron. "¡Ay, otra vez! ¡Jungkook, cerdo!"
"Has sido tú, no yo. No quieras echarme la culpa a mí."
"¡Es que no paras!"
"Has sido tú, repito, no yo."
"¡Yo no he insinuado nada de lo que has mencionado tú! Sólo te estaba animando para que continuaras, ¡cerdo!"
Bufando, el azabache se centró en continuar con su cometido.
"Los hombres siempre pensáis en lo mismo..."
"¿Los hombres? ¿Y qué se supone que eres tú?"
TaeHyung incluso pareció ofendido ante aquella pregunta. "Pues una persona decente y con la cabeza muy bien amueblada que no piensa en esas cosas tan vulgares todo el tiempo. Que veis un culo y os volvéis locos..."
"Ya, claro..." Volviendo a bufar, alzó ambas cejas. "¿Y en qué piensas tú?"
"En muchas cosas."
"¿Cosas como cuáles? ¿Acaso nunca te has imaginado a otra persona desnuda o has fantaseado con hacerlo? Porque me costaría mucho creer que no lo has hecho. Casi todo el mundo lo hace."
Inmediatamente, las mejillas del pelirosa enrojecieron.
"Eh, b-bueno, yo..."
Jungkook dejó escapar una carcajada, asumiendo la respuesta que buscaba sin que TaeHyung tuviera que verbalizarlo por sí mismo. E incluso si lo necesitara, este no podría hacerlo; porque para el momento en que Jungkook se giró de nuevo a mirarle, presenció como un limón aterrizaba de lleno contra su cabeza, lanzándolo al suelo.
"¡TaeHyung!" Exclamó, rápidamente acudiendo en su ayuda.
TaeHyung estaba tendido en el suelo, con los brazos extendidos a cada lado y el dichoso limón partido en dos junto a su cabeza. Afortunadamente para un Jungkook al que (por décima vez en la semana) se le había salido el corazón de sitio, se encontraba consciente.
"¿Estás bien, TaeHyung? ¿Te has hecho daño?"
"Mamá..."
"¿Te duele? ¿Puedes verme?" Alcanzando su rostro de forma cuidadosa, lo acunó con los dedos índice y pulgar. La preocupación era casi más grande que él. "Dime que puedes verme, por favor. ¿Me ves? ¿Me escuchas? ¿Puedes hablar?"
"Mi cabeza..."
El azabache respiró hondo, su corazón latiéndole con fuerza. "TaeHyung, respóndeme, por favor. ¿Me oyes?"
"Me he abierto la cabeza, Jungkook... Estoy muerto... ¿Estoy muerto?"
"No, claro que no." Negaba, viendo como su ceja comenzaba a sangrar. "Sólo te está sangrando la ceja un poquito, pero vas a estar bien, ¿vale?"
TaeHyung dijo algo que no pudo descifrar. "Ay, ay... ¿Sa-sangre? Cómo... No..."
"Tranquilo, no es nada. No te preocupes."
"Sangre... M-Mi cabeza... Me muero..."
"Sangre en la ceja, TaeHyung, no en la cabeza. Tu cabeza está bien."
"Aplastada..."
De nuevo, el azabache negó. "No está aplastada, sigue teniendo la misma forma, te lo prometo." Aseguraba, apretando sólo un poco el agarre en sus mejillas. "¿Notas mis dedos? ¿Puedes sentirlos?"
Tragando saliva, sus comisuras apenas se doblaron hacia arriba. "Ahora e-eres tú el que dices cosas malsonantes... Cerdo."
Jungkook volvió a bufar.
"Estás perfectamente, no cabe duda." Se dijo a sí mismo, suspirando. "Aún así volveremos al taller y le diré al doctor Choi que venga a revisarte, ¿de acuerdo? Para quedarnos más tranquilos."
"No, no..."
Incluso si sus quejidos fueron lo suficientemente audibles para que Jungkook le escuchara, este hizo caso omiso, alzando el cuerpo de TaeHyung y acunándolo contra su pecho como si de un bebé se tratase. Por el modo en que le observaba, comprendía que eso no le hacía feliz en absoluto, pero tampoco iba a permitirle volar por ahí con una conmoción cerebral.
Caminó dos pasos cuando TaeHyung volvió a chillar.
"¡Los limones!" Le dijo. "¡No te olvides de los limones!"
Suspirando y volviendo en sus pasos sólo para acceder a las órdenes de un desvalido mosquito, Jungkook se agachó como pudo, usando su brazo libre (sobre el que no descansaba TaeHyung) para amontonar los limones.
"Y mi cestita."
"Ya, ya, tranquilo."
"No te agaches mucho, a ver si me vas a tirar de cabeza." Murmuraba, manteniendo los labios apretados.
El azabache resopló. "Que no, te tengo bien cogido."
Una risita perezosa resonó.
"Je, je... Eso quisieras tú."
Sólo entonces, con los ojos como platos y las cejas casi en la frente, Jungkook le observó.
"¿Empiezo a preocuparme porque estés delirando justo ahora o es que simplemente te estás riendo de mí?"
TaeHyung se encogió de hombros, con la mirada perdida. Así que él, claramente, se preocupó mucho más, aferrándose a la cestita repleta de limones que acababa de amontonar e incorporándose con rapidez.
"Nos vamos a casa, mosquito."
Si Jungkook pudiera volar, él estaba convencido de que hubiese llegado al taller en tiempo récord, inmediatamente dejando el cuerpo de TaeHyung sobre la almohada y presionando varias veces aquel botoncito que Choi San le había otorgado para usarlo en casos de emergencia, manteniéndose junto a TaeHyung, sin apartarse ni un segundo de su lado.
"Quédate ahí, ¿eh? Ni se te ocurra moverte."
"Te dije que no hacia falta, estoy bien..."
"Ni de broma, mosquito, te has dado un buen golpe en la cabeza. Necesito asegurarme de que no te has fracturado algo."
Este resopló. "Seguramente me haya fracturado el cráneo y parte del cerebro, pero conociéndome eso no hará la diferencia. Puedo sobrevivir sin cerebro sin problemas."
Jungkook se frotó el rostro con una mano, respirando hondo. Que TaeHyung se viera tan relajado, despreocupado e hiciera tantas bromas sobre su estado cuando hacía tan solo unos minutos estaba escandalizado por la probabilidad de tener una fractura craneal, le preocupaba el demasía.
Un par de golpecitos en la puerta le hicieron suspirar. Ese debía ser el doctor Choi.
"¡Adelante!"
Acto seguido, la madera se arrastró por el suelo sin demasiada dificultad, antes de que el doctor Choi apareciera tras ella, portando un maletín y una mueca de preocupación.
"Doctor, hola."
San se acercó con rapidez. "Hola, buenas noches. He intentado venir lo más rápido posible, ¿qué ha pasado?"
"Es TaeHyung." Jungkook señaló a la criatura semimoribunda y quejumbrosa tendida sobre la almohada. "Estábamos recogiendo limones cuando uno cayó sobre su cabeza. Está sangrando."
Los ojos del susodicho se abrieron de par en par, horrorizado. "¡¿Me está sangrando la cabeza?!"
"La ceja."
"Ah..."
"Hm, si parece que te hayas dado un buen golpe..." Señalaba el doctor, analizando su ceja. TaeHyung tembló. "Vamos a limpiarte esa herida y cubrirla primero, luego vemos si hay daños."
Quejándose en voz bajita, este terminó encogiéndose, buscando refugio en el costado de Jungkook, quien lo mantuvo quieto, palmeándole muy suavemente la espalda para que se tranquilizase mientras el doctor se encargaba.
San pasó un paño húmedo para retirar la sangre, observándola más de cerca. "Parece ser algo superficial, no necesitarás puntos de sutura."
"¿No?"
"Aparentemente no, es muy pequeña. Voy a colocarte este algodón de seda con ungüento y esencia de Bastid, por unos minutos para que cicatrice rápido y no te deje marca, ¿de acuerdo? Sentirás un leve escozor que no durará mucho."
"Vale..."
Jungkook afianzó el agarre alrededor de su cuerpo, manteniéndolo quieto conforme el doctor se acercaba para cubrirle la herida cuidadosamente. TaeHyung se estremeció, quejándose en voz muy bajita y cerrando los ojos con fuerza, suspirando. A modo de apoyo, su dedo índice le frotó la espalda.
"Perfecto, esto ya está." Se separó, tirando todo lo que había utilizado en una bolsita desechable. "Vamos a examinarte el golpe."
"¿C-Cómo de grave crees que sea?"
"Eso averiguaremos ahora." Murmuró, para acto seguido abrir la mochila que llevaba consigo y sacar de esta un tubo de bambú que se iluminaba con dos golpecitos. "A ver, sigue este foco de aquí sin girar el cuello, sólo con tus ojos."
La luz chocó directamente contra los ojos del pelirosa, quién se quejó, tapándose la cara. "¡Ay!"
"¿Qué ocurre? ¿Te molesta?"
"Soy muy sensible a la luz, independientemente de haberme dado un golpe o no. Me pasa siempre."
Él asintió. "Bueno, intenta seguirla sin detenerte, ¿vale? Será rápido." Pidió de nuevo. "Recuerda no mover la cabeza ni el cuello, sólo los ojos. E intenta no parpadear mucho ni muy rápido o te marearás."
"De acuerdo."
TaeHyung hizo lo pedido tan pronto como el doctor volvió a encender la linterna, apuntándole la cara y viéndose obligado a acostumbrarse al contacto directo de la luz y sus ojos. San movió muy lentamente el foco hacia la derecha y hacia la izquierda poco después, hacia arriba y hacia abajo progresivamente, manteniendo los ojos de TaeHyung sobre ella todo el tiempo, siguiendo tales movimientos sin pestañear. Luego, la luz se apagó.
"Vale..." Murmuró para sí mismo, dejando la linterna a un lado. Sus dedos índice y corazón le golpearon la frente suavemente y sin previo aviso. Confundido, TaeHyung entrecerró los ojos. "Tus reflejos parecen estar bien."
"¿Eso es bueno?"
"Muy bueno, claro que sí." Para alivio del propio TaeHyung, respondió. "Ahora quiero que respondas rápido a unas cuantas preguntas que voy a hacerte, ¿te parece? Sin pensarlo, sólo responde lo que se te venga a la mente."
El pelirosa asintió. "Claro."
"¿Cuál es tu nombre?"
"TaeHyung. Kim TaeHyung."
"¿De qué color son las paredes del taller?"
"Eh... Ocre y... y beige. Wooyoung dice q-que parece un helado de vainilla." Respondió casi de inmediato. El doctor soltó una risita.
Jungkook miró a su alrededor, pues no se había parado a pensar en la combinación de colores hasta ese preciso instante, maravillado.
"Joder, es verdad..."
"¿Cómo se llama la persona que tienes a tu izquierda?" San apuntó al despistado azabache.
"Jungkook."
Luego, a sí mismo. "¿Y frente a ti?"
"Doctor Choi, Choi San."
"¿Qué estabais recogiendo Jungkook y tú cuándo tuviste el accidente?"
"Limones para un pastel."
"¿Quién va a hacer ese pastel?"
"Yim."
"Vale... Mira rápido a tu alrededor, ¿cuántos cuadros ves?"
Los ojos de TaeHyung viajaron inmediatamente a las paredes que los rodeaban. "Siete."
"Muy bien." Dijo, colocando su mano delante del ojo izquierdo ajeno, tapándolo. "¿Me ves bien?" El pelirosa asintió. "Mira detrás de mí, al fondo. ¿De qué color es el traje de la mujer que hay en el cuadro?"
"Blanco."
"¿Y tu pelo?"
"Rosa, e-es rosa..."
La mano del doctor destapó su ojo izquierdo para pasar a hacer exactamente lo mismo con el derecho. "¿Sigues viéndome bien? Nítido, claro... ¿Nada borroso?"
TaeHyung volvió a asentir, tragando saliva. "Te veo perfectamente."
"Vale... Jungkook está a tu lado, ahora sin girar la cabeza para verle por completo, dime de qué color es la ropa que lleva puesta. El color que más aprecies."
Haciendo lo pedido, miró de soslayo al azabache. "Rojo, rojo y negro."
"¿Y el cabello de la mujer en el cuadro que tengo detrás?"
Sus ojos rápidamente viajaron hacia el mismo cuadro de nuevo. "Negro también."
El doctor Choi asintió, separándose tras destaparle el ojo derecho. Algo desconcertado, TaeHyung parpadeó, acostumbrándose a ver de nuevo con ambos ojos.
"¿Te duele la cabeza?"
"Sólo el golpe, pero en general no."
"¿Sientes mareos?" El pelirosa negó. "Cierra los ojos, cuenta hasta cinco y vuélvelos a abrir." Indicó, esperando a que hiciera lo pedido. TaeHyung cerró los ojos y cinco segundos después estos se abrieron. Las cejas del doctor se alzaron. "¿Mareos? ¿Ves bien?"
"No estoy mareado y veo bien."
"Ponte de pie y vuela en línea recta hasta la puerta. Luego vuelve caminando. Quiero ver cómo vas de equilibrio."
En esta ocasión, soltó un quejido, estando lo suficientemente cómodo entre el cuerpo de Jungkook y la almohada como para no querer hacerlo. Sin embargo, accedió sin rechistar, incorporándose y alzándose en vuelo. Sus alas estaban un poco entumecidas, pero pudo llegar hasta la puerta sin problemas. Tampoco se estabilizó durante el camino de regreso, cuando lo hizo a pie.
El doctor Choi mantuvo su atención fija en él, meneando la cabeza a modo de asentimiento una vez llegó.
"Ya, doctor. Sigo sin estar mareado y creo que puedo andar perfectamente en línea recta sin titubear. Lo único que tengo son las alas medio deformes porque Jungkook me ha aplastado, pero nada fuera de lo común."
Como era de esperar, Jungkook soltó un bufido. "Ahora me va a echar las culpas a mí..."
"Pues en ese caso, TaeHyung, sólo tienes un limón menos y una minúscula herida en la ceja." Anunciaba para alivio de ambas criaturas, poniéndose en pie. Jungkook reemplazó su bufido por una carcajada. "Por lo demás estás perfectamente."
"Menos mal... Entonces, ¿no tengo que preocuparme?"
"Nada de nada. Lo máximo que tienes que hacer es quitarte ese algodón dentro de quince minutos y enjuagarte la herida con agua tibia." Indicaba, viéndole asentir. "Oh, y por supuesto traerme un trozo de ese pastel de limón que Yim va a preparar, como agradecimiento. Más allá de eso, con descansar y hacer lo que te he dicho es suficiente."
Una pequeña risita abandonó los labios del pelirosa. "Claro que sí, doctor, cuente con ese pedazo de pastel."
"Muchas gracias por venir tan tarde, doctor Choi."
El doctor, que terminaba de recoger sus cosas y se preparaba para volver a casa, negó, restándole importancia. Tampoco es como si pudiera quejarse, pues era el único doctor en la zona.
"No es nada, descuida." Dijo, para acto seguido avanzar hacia la puerta. "Que paséis buena noche. Descansad."
"Igualmente."
Una vez San se marchó, TaeHyung cayó rendido contra la almohada junto a Jungkook, cuya atención se mantuvo fija en él, oyéndole suspirar, agotado. Incluso si el mosquito rosa estaba fuera de peligro, Jungkook seguía mostrándose preocupado.
"¿Te duele mucho?"
TaeHyung negó. "Se me ha calmado bastante con la esencia de Bastid."
"¿Y qué se supone que es eso?"
"Es el tallo poroso de una planta curativa que deja la zona semi anestesiada, mientras hace desaparecer las heridas. Más o menos como lo que te pusimos cuando llegaste aquí."
El ceño del azabache se frunció. "No recuerdo tener demasiadas heridas cuando desperté..."
"Tenías dos arañazos en el cuello bastante profundos, uno en la mejilla, otro gigante en la espalda y varios repartidos por todo el pecho. Desconocemos si fueron producto de la caída o están relacionados con lo que Sounik te hizo..." Torciendo el gesto, le dijo. "Lo que no entiendo es cómo sobreviviste a esa caída, honestamente. Cualquier persona hubiera muerto."
"Ya... Yo tampoco estoy seguro, la verdad... Pero agradezco estarlo."
"Todos lo agradecemos, Jungkook." Aseguraba, volviendo a suspirar. De inmediato, se le vino a la cabeza el recuerdo de algo sumamente importante que había dejado olvidado. "¡Casi se me pasa! Tengo una sorpresa para ti."
Jungkook se señaló a sí mismo. "¿Para mí?"
"Sí, lo hice esta tarde mientras el doctor te revisaba. Jimin me acompañó... Está en esa mesita de ahí." Señalando el mueble junto a la puerta, dijo. "¿Te importaría acercármelo? Es una caja pequeña de bambú."
"Voy."
Tan pronto como formuló aquella petición, el azabache se puso en pie sin dudarlo, yendo hacia la mesa y hallando una caja redonda, hecha de bambú y decorada con pequeñas florecitas que TaeHyung le había pegado alrededor, formando su nombre. «Jungkook» Podía leerse justo en el centro. Él volvió con la pequeña criatura sin poder borrar una sonrisa que ni siquiera notaba tener.
"¿Es esta?"
"Sí, justo esa." Asintió, luciendo emocionado. "Ábrela, es tu regalo."
Tomando asiento a su lado de nuevo, Jungkook estaba más que ansioso por descubrir cuál era la sorpresa. Destapó la caja con sumo cuidado, encontrando dos bolitas firmes, suaves y blanditas, que parecían hechas de algodón. Sin entender lo que eran, miró al pelirosa.
"¿Qué...?"
"¡Son tapones! Para los oídos. Tus oídos, claramente." Respondía, aclarando sus dudas. "Puedes usarlos cuando haya tormenta, así dormirás mucho mejor."
El corazón de Jungkook se aceleró sin saber realmente por qué.
"Sé que dijiste que no le tenías miedo a las tormentas, sino que simplemente no estabas acostumbrado, pero aún así quise hacértelos. No soy un experto en nada de eso, de hecho esta es mi primera vez haciendo tapones... Mi hermano es el verdadero experto. Aunque creo que no me han quedado demasiado mal, ¿no?" Se acercó para observarlos de cerca, comenzando a titubear. "Los he hecho con savia y algodón, para que sean blanditos y cómodos. Supuse que te molestarían dentro de la oreja si los hacía con otro material, así que-"
Acallando su aparente desvarío de inseguridad con un fuerte (no tan fuerte en realidad, pues prefería conservar a su nuevo amigo de una pieza y no tener que empezar a relacionarse con una papilla que llevara el ADN de TaeHyung), soltó una risita, oyendo el pequeño quejido que TaeHyung emitió, devolviéndole el abrazo tan pronto como pudo.
"Me encantan, mosquito." Dijo una vez se separó, sacándolos de la caja para poder tocarlos. "Son suaves, blanditos pero lo suficientemente fuertes para que no se deshagan."
"¿Tú crees?"
Los ojos brillantes del mencionado le observaron, emocionado. Él no dudó en asentir.
"Son perfectos. Te agradezco mucho que quisieras tener un detalle tan bonito conmigo... En serio, TaeHyung." Dijo, y la sonrisa que este le dio fue tan dulce que sólo pudo corresponderla. "La usaré tan pronto como haya tormentas."
"Te avisaré para que estés al tanto, ¿vale? Así no hay más sustos de por medio."
"Eso estaría genial, sí."
Dejando escapar una risita, asintió, dejando la caja con tapones a un lado y acomodándose de vuelta en la almohada. Luego, suspiró, vaciando sus pulmones, mientras observaba al techo. Un agradable silencio se formó entre ambos.
Odiaba que su vida estuviera rodeada de tantas desgracias, que no pudiera contar una anécdota sin que el dolor apareciera de por medio. Odiaba no poder hablar de sí mismo por miedo a ser juzgado, señalado. No soportaba que se compadecieran de él y detestaba autocompadecerse incluso si siempre terminaba haciéndolo.
TaeHyung también suspiró, no teniendo constancia alguna de lo que ocurría en la mente de Jungkook. Él estaba feliz, contento y satisfecho por haber acertado. Jungkook le observó.
¿Sería juzgado por su nuevo amigo? Si supiera cuánta miseria arrastraba a sus espaldas, ¿lo miraría diferente?
Tragando saliva, miró al frente de nuevo.
"Sí que tengo miedo." Susurró, como estuviese intentando que su voz no se escuchara. El pelirosa le observó, confundido.
"¿Eh?"
"A las tormentas. Sí que les tengo miedo. Mucho miedo, en realidad... Desde que soy un niño."
"Ow..." Girándose en la almohada hasta quedar cara a cara con Jungkook, murmuró. "¿Puedo preguntar por qué?"
Los labios ajenos se apretaron, cerrando los ojos con fuerza antes de volver a abrirlos.
¿Sentiría pena por él? ¿Lo juzgaría siquiera?
"No llovía mucho donde yo vivía. Prácticamente nunca lo hacía, era algo muy inusual. Demasiado." Inició, sintiendo una presión extra en su pecho. "Pero sí lo hizo el día de mi séptimo cumpleaños, por la noche."
Jungkook miró a su izquierda sólo para comprobar que TaeHyung estuviera escuchándole. Este asintió, indicando que sí lo hacía.
"Ese no fue un buen día para mí, aunque debía de serlo... Era mi cumpleaños, al fin y al cabo, pero no. Discutí con mis padres porque no me prepararon la comida que yo quería para cenar. Mi favorita..." Rio suavemente al recordarlo. "Supongo que estaba siendo más caprichoso de la cuenta, ¿no?"
"Es algo normal, Jungkook, se trataba de tu día especial."
"Lo sé, lo sé... Quizás por eso me enfadé tanto. Discutí con ambos y me... me encerré en mi habitación. No quería hablar con nadie."
En cuanto sus ojos buscaron nuevamente al pequeño, este le sonrió con dulzura. Jungkook siguió hablando.
"Ellos siempre me daban mi espacio para que lidiara con cómo me sentía y luego pudiéramos solucionarlo los tres juntos. Era hijo único, así que no necesitaba pelear por su atención." Continuó diciendo. "Pero no... E-Ese día yo estaba más irritable que nunca, como si una parte de mí no soportara no ser el centro de atención cuando siempre lo había sido. Quería que me prestaran atención. Toda. Así que me escapé de casa."
"Ow..."
"Salté por la ventana aprovechando que vivíamos en un primer piso y me escapé al bosque en medio de la noche. Y llovía, llovía mucho." Las lágrimas se hicieron notorias en las esquinas de sus ojos, manteniéndose reacio a la hora de dejarlas ir. "Luego empezó la tormenta. Recuerdo que estaba cerca, súper cerca... El ruido era muy fuerte, casi podía quedarme sordo."
Instintivamente, TaeHyung se pegó a él.
"Mi padre tiempo atrás me advertía sobre la tormenta, que debía evitar masas de agua y estar cerca de árboles. Estaba en medio de un bosque, así que me dio miedo y quise volver a casa rápido." Su voz tembló, sorbiendo por la nariz. "Por el camino veía gente asomada a los balcones de sus casas, parecían consternados, preocupados... No entendía que pasaba. Hasta que descubrí fuego a lo lejos. Caminé más rápido. Corrí, queriendo llegar a mi casa cuanto antes..."
Un estremecimiento involuntario sacudió el pequeño cuerpo ajeno.
"...sólo para llegar y darme cuenta de que ya no había rastro alguno de ella." Susurró aquello, viéndose forzado a tragar el nudo en su garganta.
TaeHyung jadeó, rápidamente sintiéndose conmocionado. "¿Qué...?"
"Un rayo la alcanzó de pronto. Salió ardiendo en cuestión de segundos y arrasó con todo... Mis padres estaban dentro, n-negándose a salir de allí si no era conmigo." Con el rostro contraído por el dolor y las lágrimas traicionándolo, Jungkook sollozó. "Pensaron que seguía en mi habitación, i-intentaron abrir la puerta para sacarme y poder huir, pero las llamas llegaron hasta ellos."
"Jungkook..." Con sus propios ojos llenos de lágrimas, él no supo qué decir al respecto.
"Murieron por querer salvarme y-y yo ni siquiera estaba allí..."
En cuanto el primer sollozó sonó, rompiendo el corazón de TaeHyung en dos, este trepó hasta el pecho de Jungkook, abrazándose a su cuello para consolarlo. Jungkook cerró los ojos con fuerza.
"Lo siento, lo siento muchísimo, Jungkook..."
"F-Fue mi culpa, TaeHyung... Murieron por mi culpa..."
"No, no, claro que no." Se apresuró en decir con voz temblorosa, acariciando un costado de su cuello. "Tú no sabías lo que iba a pasar, no tenías ni idea. No tenías culpa de nada."
Jungkook sollozó. "Pero ya no están..."
"Por desgracia eso es cierto, tus padres ya no están. Aunque estoy convencido de que agradecen muchísimo que hubieras tenido la rebeldía de escaparte, que les hubieras desobedecido por una vez en la vida. Porque gracias a eso hoy tú estás aquí."
"No..."
"Sí, por supuesto que sí. Ellos quisieron salvarte y afortunadamente lo consiguieron." Separándose para mirarle, acunó su rostro con ambas manos. El azabache tenía los ojos llenos de lágrimas, devolviéndole la mirada. "Que estuvieras bien es lo único que ellos hubiesen deseado como tus padres, así que no te culpes por algo que no tenías forma de evitar, ¿de acuerdo?"
Muy a duras penas asintió, permitiendo que TaeHyung le quitara las lágrimas.
"Los echo de menos..."
"Es normal, grandullón. Y es bueno que los extrañes, que aún estén presentes en tu memoria, aunque no puedan estarlo físicamente. Aunque duela recordarlos en pasado."
"Duele mucho..."
TaeHyung asintió, sus manos luchando para quitarle el cabello de la frente. Él sabía que dolía. "Lo sé, sé que duele horrores, Jungkook, siento muchísimo que así sea. Ojalá pudiera hacer algo para ayudarte a cambiarlo, de verdad... Pero, creo... creo que entendiendo y sobre todo aceptando que nada de lo que pasó esa noche fue tu culpa, el dolor será mucho menor."
"N-No sé si podré hacer eso..."
"Podrás, claro que podrás. Sólo necesitas tiempo, abrazar a tu niño interior y decirle que respire tranquilo. Que deje de culparse." Sus ojos brillantes, llenos de dulzura, le observaron de tal modo. "Sé que tarde o temprano lo conseguirás."
Tomando una profunda respiración y tragándose las lágrimas, Jungkook apenas fue capaz de mover la cabeza para asentir. El pelirosa eliminó las pocas que quedaban en sus mejillas, acariciándolas de forma sutil. Él se estremeció, buscando sus ojos. TaeHyung le sonrió, acomodándose en su pecho, sin pensamiento alguno de alejarse.
"Gracias por confiar en mí para contármelo." Le dijo. "Me ayuda a comprender un poco más la razón detrás de lo increíblemente fuerte que eres."
Un par de lágrimas cayeron sin que Jungkook pudiera hacer nada para evitarlo. "Gracias a ti por no juzgarme... Estaba harto de hacerlo por mí mismo y no sabía si podría soportar que alguien más lo hiciera."
La sonrisa de TaeHyung se volvió aún más dulce.
"No soy nadie para juzgar el dolor ajeno, Jungkook. Mucho menos lo soy para juzgar el de alguien a quien considero mi amigo."
Otro par de lágrimas mojaron sus mejillas, asintiendo y dejando escapar una pequeña risita.
"¿Sabes? Creo que- que esta es la primera vez desde que llegué aquí en la que verdaderamente deseo tener tu mismo tamaño, mosquito."
TaeHyung también rio. "¿Y eso por qué?"
"Para poder abrazarte sin aplastarte en el intento."
Y riendo aún más fuerte, a la misma vez en que se sonrojaba, el pelirosa le rodeó el cuello con ambos brazos, ejerciendo la fuerza suficiente para que Jungkook se sintiera cálido, apreciado.
"¿Así?"
"Sí, justo así. Gracias."
"Cuidado con lo que deseas, grandullón. Porque te advierto que doy los mejores abrazos del mundo... Cabe la posibilidad de que no vayas a querer separarte nunca." Le decía, oyendo su risa de fondo y sintiéndole mover la cabeza. "Yo sólo aviso."
"Apuesto que sí."
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