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✧c.-011

N/A: Este capítulo me pone muy feliz xD

Cap dedicado a i9394jy ♡♡

Hoy os recomiendo 'HE KNOWS' de Camila Cabello ft. Lil Nas X, me encanta.

[...]

"Entonces, ¿os ha ido bien en vuestra pequeña aventura?" Jimin quiso saber, volando junto a él de un lado a otro, mientras recogían bayas y otros frutos.

La llegada al taller esa misma madrugada había sido exitosa (y por exitosa hablamos de que ninguna masa de agua repentina cayendo del cielo impactó sobre TaeHyung, haciéndole caer nuevamente hacia un charco en el que morir ahogado), sin ningún percance, sólo dos amigos charlando de cualquier cosa mientras volvían a casa. Y, una vez llegaron, apenas tuvieron tiempo de cruzar más palabras cuando ambos cayeron dormidos.

Jungkook había despertado midiendo ochenta y seis centímetros, así que TaeHyung podía seguir respirando con normalidad.

"Ha ido genial, nos lo hemos pasado super bien." Aseguraba, su pequeña sonrisa haciéndose presente. "Creo que le ha venido muy bien para despejarse. Y a mí también, en realidad."

"Me alegra mucho saberlo, estaba preocupado porque tuvierais algún percance. Comenzó a llover muchísimo en cuanto os fuisteis... Quisimos ir a buscaros, pero temíamos no poder volver."

"Tranquilo, tuvimos suerte."

El ceño de Jimin se frunció. "Tú nunca tienes suerte..."

Como era de esperar, TaeHyung enrojeció hasta las pestañas. "La tuve porque iba con él, dejémoslo ahí."

Una risita sonó.

"¿Volviste a caerte en un charco?"

"Sí... Pero no fue mi culpa, que quede claro. Me tomó desprevenido a mitad de camino, caí a un charco y Jungkook se dio cuenta al poco tiempo. Estaba alucinando con la lluvia porque donde él vive apenas llueve, así que imagínate la escena..."

Jimin rio más fuerte. "Él encantado con la lluvia y tú a treinta centímetros luchando por tu vida en el fondo de un charco..."

Él también rio, incluso si estaba avergonzado. "Debe ser una imagen graciosa vista desde fuera, aunque yo sufrí un poquito. Pensé que no iba a sobrevivir y moriría ahogado en un charco." Suspiró. "¿Te imaginas cómo sería mi epitafio?"

"Algo así como... «Sobrevivió al casi aplastamiento de un gigante colosal, a una caída desde quince metros y a un tornado repentino; pero murió ahogado en un charco de agua."

"Agua de lluvia." Puntualizó, bufando. "Más ridículo aún."

"Sí, definitivamente sería bastante humillante, no te lo niego. Agradezco que Jungkook estuviera ahí para evitarlo."

TaeHyung asintió, vaciando sus pulmones. Él sí que lo agradecía.

"Por cierto, ¿y esa coronita que llevas de dónde la has sacado?" Jimin, que llevaba un buen rato admirando la corona de flores que su mejor amigo llevaba sobre el cabello y no encontraba la manera de preguntárselo, quiso saber.

"¿Esta?" Tocándose la cabeza, señaló. "Jungkook me la hizo, ¿a qué es bonita?"

"Preciosa." Asentía, alcanzándola para inspeccionarla de cerca. "Te queda muy bien, combina con... Con todo tú, en general. Estás muy guapo."

"Deberías decirle que te haga una, trajimos muchísimas flores para que pudiera hacer más. Resulta que una señora vendía en el mercadillo donde él trabajaba y le enseñó a hacerlas también. Se le dan genial."

Conforme TaeHyung explicaba, bajo la atenta mirada de su mejor amigo, recogía pedazos de algodón que a su vez iba guardando en aquella diminuta cestita que siempre le acompañaba.

"Me da un poco de vergüenza pedirle eso, ¿sabes?"

Este rio. "No deberías, Jungkook ya nos considera sus amigos y estará encantado de hacerte una igual o más bonita que la mía. Hazme caso."

"Bueno..." Apretando los labios, accedió silenciosamente. "¿Para qué quieres ese algodón? Creí que no tenías diseños pendientes por el momento, sino que estabas centrado en los zapatos para los mellizos y Jungkook."

"Sigo centrado en eso, pero he descubierto que si mezclo bolas de algodón con savia para endurecerlos un poco y que mantengan la forma, puedo fabricar tapones."

Esa explicación confundió sumamente a Jimin, cuyas cejas se alzaron.

"¿Tapones?"

"Tapones para los oídos, sí."

Su ceño se frunció. "¿Y para qué quieres tú tapones para los oídos?"

"No son para mí, sino para Jungkook. No está acostumbrado a las tormentas fuertes ya que donde él vive nunca llueve, así que se despierta por las noches sobresaltado. Se estresa, no crece..."

"Como una planta."

"Exacto, justo eso." Asintió, apretando los labios. "Pero que no te escuche decirlo o terminará desmoronándose."

Jimin rio. "Hecho."

"El caso es que quiero que descanse lo mejor posible, así que voy a hacerles unos taponcitos para los oídos."

"Un muy buen detalle por tu parte, claro que sí."

"Gracias."

Tan pronto como terminó de recoger algodón y ambos bajaron a sentarse cómodamente en el pasto, TaeHyung inició el proceso de aquellos tapones, mezclando el pequeño botecito con savia que había llevado, bajo la atenta de un muy curioso Jimin.

"¿Sabes? Siéndote honesto, pensé que Jungkook y tú os llevaríais mucho peor después de lo que pasó. Sueles ser bastante rencoroso cuando te lo propones."

El pelirosa dejó escapar una risita. "Sí, eso es cierto... Yo también pensaba igual, pero teniendo en cuenta su situación no podía guardarle rencor. No es como si él hubiese decidido aterrizar sobre mí o algo parecido."

"Claro que no."

"Además, es un chico muy agradable. Me cae bien, es... Divertido pasar tiempo con él. Me gusta."

Jimin asentía, estando de acuerdo con su mejor amigo.

"A mí también me cae bien. Es bueno saber que poco a poco nos estamos adaptando a él y viceversa."

"Claro."

"Aunque vayamos a echarle de menos cuando se marche..."

El corazón de TaeHyung dio un vuelco, quedándose en silencio y tragando saliva en cuando aquel comentario le hizo recordar que Jungkook no permanecería allí con ellos toda la vida.

"Sí..." Masculló, apretando los labios y sacándolo de su mente.

No solía pensar demasiado en el hecho de Jungkook volviendo a su tierra. Quizás porque lo veía como algo lejano o porque hacerlo le causaba una pena profunda, pues unas cuantas semanas habían sido más que suficientes para que se acostumbrara a convivir con un gigante.

Y prefería no seguir haciéndolo por el momento. Estaba bien así, creyendo que la estadía de su nuevo y gran amigo sería eterna. Incluso si no lo era.

"¿Tienes pensado hacer algo esta noche?" Preguntaba Jimin poco después, mientras visualizaba a TaeHyung terminar aquellos tapones y guardarlos en una cajita de bambú como envoltorio.

Él asintió. "Quiero llevar a Jungkook a donde todo comenzó: el campo, ya que necesito su ayuda para conseguir algunos limones. Yim me pidió que los recolectara por él, está muy ocupado con la receta del pastel de los mellizos y no puede salir de su cocina." Explicaba, admirando su obra de arte con orgullo y una sonrisita. "Así que debo aprovechar su altura y fuerza natural todo lo que pueda."

La nariz del peliazul se arrugó. "A Wooyoung no le va a gustar escuchar eso..."

"Bueno, tampoco es como si pudiera oponerse en su estado."

"También es verdad..."

"¡Esto ya está!" Anunció, llevando aquella caja al frente para poder verla desde otra perspectiva. "Creo que han quedado bien, ¿no te parece?"

En cuanto la devolvió a su regazo y Jimin pudo observarla, asintió. "Tú definitivamente tienes un don para esto."

"¿De verdad lo crees?"

"Todos estamos convencidos de eso." Señalaba, pues no era un secreto que las habilidades de TaeHyung eran inigualables, incluso si para él no podían ser consideradas 'especiales' en absoluto. "A Jungkook le van a encantar, por cierto. Estoy convencido de que son muy cómodos de usar."

Una sonrisita apareció en sus labios. "He intentado que sean blanditos pero prácticos, espero haberlo conseguido."

"Seguro que sí." Dijo por último, antes de que su atención se viera captada por el inmenso cielo azul tornándose progresivamente gris, con nubes oscuras apareciendo a lo lejos. Señaló hacia arriba para que TaeHyung también pudiera apreciarlo. "Aunque deberías darte prisa. Está anocheciendo y mi padre dice que esta noche volverá la tormenta. Si quieres conseguir esos limones sin volver a terminar ahogándote en un charco..."

Mirando al mismo punto, este chilló, horrorizado.

"¡No me fastidies!" Incorporándose de inmediato y llevando la caja consigo, exclamó.

No pasaría por la vergüenza y el estrés de casi morir ahogado en otro charco nunca más. O al menos, no en las próximas cuarenta y ocho horas. Necesitaba que su pobre orgullo se regenerase.

"¡Me voy ya mismo!" Le dijo. "Nos vemos mañana, adiós."

"Adiós, adiós..." Jimin volvió a reír, entretenido con sus reacciones. "¡Y ten cuidado con los charcos!"

TaeHyung, que ya iba a mitad del camino, bufó. "¡Muy gracioso!"

La risa del peliazul se volvió más sonora.

Tan sólo tres minutos después, yendo a toda prisa y rezando porque la lluvia se atrasase un par de horas más si era posible, TaeHyung llegó al taller con la lengua medio afuera y casi lloriqueando.

"¡Ya he llegado!" Anunció, dejando sus pertenencias a un lado.

Jungkook y el doctor Choi todavía se encontraban dentro, así que ambos se giraron para devolverle el saludo.

"Hola otra vez, mosquito."

"Hola, grandullón. ¿Cómo va todo por aquí, doctor?"

San le dedicó su mejor sonrisa. "Muy bien. Jungkook ya me ha comentado que estabas preocupado porque ayer fue un mal día y disminuyó menos de cuatro centímetros, pero no hay nada de malo en eso. Es completamente normal."

"¿En serio?"

"Sí, en serio. Más de lo que parece." Aseguraba, para alivio del propio TaeHyung. "No deberías asustarte si eso vuelve a pasar, ni tampoco si un día despierta midiendo lo mismo que la noche anterior. A veces el cuerpo se resiente, aún más en esta etapa cuando estamos tan cerca del objetivo."

Alguien se quejó de manera audible. Por supuesto, ese debía ser Jungkook, quien no tardó en ser fulminado por el mosquito rosa.

"Bueno... Es todo un alivio saber que no es algo malo. Estaba muy asustado."

Choi San asintió, su sonrisa volviéndose más dulce. "Pues estate tranquilo porque todo va bien. Jungkook está como un roble. Sano y muy fuerte."

TaeHyung respiró hondo, sintiendo su cuerpo más liviano tras aquella noticia.

"¡Qué bien! Me alegra mucho oír eso, doctor. Especialmente porque voy a necesitar esa fuerza tuya para esta noche, grandullón." Le decía, yendo de un lado a otro por el taller, sin ser consciente del modo en que ambos, Jungkook y el doctor tomaron sus palabras, compartiendo una mirada cómplice.

"Eh..."

"A ver, no sé yo si eso aún sea posible..."

Una risita conjunta sonó en el ambiente. TaeHyung, que seguía dando vueltas, no se paró a pensar en un posible doble sentido a sus palabras hasta que se giró y los observó con el ceño fruncido.

"Pero si no he dicho..." Confundido, fue a decir, sólo entonces recayendo. Sus mejillas adoptaron un fuerte color rosado. "¡Oye! No lo decía de esa manera, par de degenerados..."

El doctor y Jungkook rieron más fuerte.

"¡¿Cómo podéis pensar así?!" Casi hirviendo de la vergüenza, este chillaba, indignado. Señaló al azabache. "¡Sobre todo tú, gigante sinvergüenza! Sólo quería q-que me acompañaras al campo a recoger limones, nada más... Eres un cochino, cerdo y con una mente perversa."

"En defensa de Jungkook, debo decir que no has especificado."

Inmediatamente sus ojos fueron parar a Choi San, decepcionado de él.

"¡Pensé que no sería necesario!"

"Bueno..."

Recuperándose del ataque de risa tan repentino, Jungkook tragó saliva. "Bueno, bueno... Tranquilízate, mosquito, ha sido sólo una broma. ¿Quieres que te acompañe a recoger limones?"

TaeHyung asintió. "Son para el pastel que Yim está haciéndole a los mellizos por su cumpleaños. Me pidió que le hiciera el favor de recogerlos, pero no tengo la fuerza suficiente para zarandear el árbol y ya sabes que no puedo volar tan alto por mi miedo... Así que pensé que podrías ayudarme."

"Claro que puedo, aunque pensé que Wooyoung se encargaría de eso."

"Bueno... Él me lo pidió y accedí, así también aprovecho para mostrarte otros lugares. Además, Wooyoung tiene una fractura en el hombro, no puede hacer fuerza."

Choi San se giró hacia él. "¿Una fractura? ¿Qué ha pasado?"

"Nada grave, tranquilo. Hace un par de días llevamos a Jungkook al lago y Wooyoung se empeñó en mostrarle todos sus saltos, ya sabes cómo es..." Este asintió. "En uno de esos saltos, no calculó demasiado bien las distancias y chocó contra el suelo."

"Joder... ¿Y por qué no ha venido a la consulta?"

TaeHyung torció el gesto. "Creo que ya conoces la respuesta, doctor. Wooyoung preferiría amputarse a sí mismo el brazo antes que pedirte ayuda. Es muy orgulloso y testarudo."

"Ya veo, ya..." Asintió, poniendo los ojos en blanco e incorporándose para recoger sus pertenencias. Desgraciadamente conocía ese aspecto de Wooyoung más de lo que le gustaría. "Me marcho ya, chicos. Pasaré por su casa a ver si puedo luchar contra esa cabeza suya tan dura."

Ambos rieron entre dientes.

"Mucha suerte, doctor Choi."

"Gracias... La necesitaré. Nos vemos mañana."

"Hasta mañana."

"Que pase una buena noche." TaeHyung le dijo, tomando asiento frente a Jungkook.

Antes de alcanzar la puerta, el doctor se giró, recordando algo.

"Por cierto, Jungkook, ahí te he dejado ese botón para que me llames por si tienes alguna emergencia, ¿de acuerdo?" Señaló lo que había dejado sobre la mesa. "No dudes en usarlo independientemente de la hora."

Este asintió, dándole una sonrisita. "Claro. Muchas gracias."

"No es nada. Hasta mañana, chicos."

Acto seguido, el doctor Choi abandonó el taller sin mirar atrás. Cuando Jungkook volvió a mirar al frente, encontró que TaeHyung y su enorme sonrisa estaban enfocados únicamente en él, consiguiendo hacerle estremecer.

"¿Q-Qué pasa...?"

"¿Estás preparado para nuestra siguiente aventura?" Quiso saber, frotándose las manos. "Hoy serás un gigante agricultor, así que espero que lo estés."

"Lo estoy, sí... Aunque desgraciadamente me encuentro muy lejos de ser un gigante a estas alturas. Estoy a punto de alcanzar los ochenta y cuatro centímetros."

TaeHyung bufó. "Sigues siendo siete veces más grande que yo, Jungkook."

"Ya..."

"Y eso quiere decir que no has dejado de ser un gigante, así que alegra esa cara y ponte en pie. Tenemos una larga noche por delante antes de que empiece a llover. No quiero que vuelva a tomarnos por sorpresa y termine medio muerto en el fondo de un charco." Dijo, y al instante en que vio a Jungkook abriendo la boca con intenciones de reírse, lo fulminó, frenándole en seco. "Llegas a reírte y es lo último que haces."

"Vale, vale..."

Resignado, el azabache no tuvo más opción que seguir sus indicaciones, poniéndose en pie y yendo tras TaeHyung poco después, conforme este se acercaba a la puerta. Ambos salieron del taller casi en silencio (pues TaeHyung había comenzado a tararear una canción que ni él mismo parecía conocer la letra), esperando a que Jungkook cruzara el umbral para cerrar.

Una vez llegó al exterior, Jungkook suspiró, estremeciéndose en cuanto una fría brisa lo alcanzó. "Huh..."

"¿Tienes frío?"

"Sólo un poco, pero estoy bien. Me acostumbraré."

"Puedo ir a buscar una manta si quieres... Tal vez debería pensar en hacerte algo de abrigo para cuando haga un poco más de frío." Sopesó, sin esperar una respuesta por su parte. "Tal vez si te quedas hasta el otoño pueda hacerte un abrigo."

Jungkook se encogió de hombros, caminando junto a él. "Realmente no sé cuánto tiempo estaré aquí, así que no sabría qué decirte."

Sólo entonces y recordando la conversación que había tenido un tiempo antes con Jimin, TaeHyung observó al gigante, masticando su labio inferior. Una punzada de dolor había cruzado su pecho sin que tuviera oportunidad alguna de esquivarla.

"¿Tienes ganas de volver a casa?"

Él no respondió al instante, sino que permaneció en silencio durante unos segundos, pensando en su respuesta, pues tampoco lo sabía.

"Lo cierto es que no tengo casa, sólo un sitio al que volver. Y ni siquiera es mío, ni tampoco sé si me quieren allí..." Murmuró, encogiéndose de hombros. TaeHyung se le acercó aún más por instinto. "Aunque antes de ponerme a pensar en volver, debo recuperar ese collar."

"¿Y sabes cómo vas a hacerlo?"

"No tengo ni idea. Sounik podría estar en cualquier parte o en ninguna... Temo que llegar a él sea imposible."

De los labios del mosquito rosa brotó un suspiro. "Eso es una mierda, Jungkook..."

"Créeme que lo sé."

"Pero no te desanimes, ¿vale? Ya verás como encontramos la forma de dar con esa aberración de la naturaleza para que puedas recuperar tu collar." Trató de animarlo, oyendo su risa y sonriendo tras haberlo conseguido.

"Aberración de la naturaleza... Francamente podría llorar si alguien se refiere a mí así."

TaeHyung también rio. "Tú eres cualquier cosa menos una aberración, Jungkook, puedes estar tranquilo. Woongki y Hyeongjun lo describieron de una forma muy desagradable, así que, teniendo en cuenta todo lo que te hizo, lo considero como tal."

"Lo es, sí." Dándole la razón en su totalidad, dijo. "Aunque aprecio que no pienses en mí como una aberración, pero estoy convencido de que me veo como tal."

"¡Claro que no!"

El chillido del mosquito rosa no sólo resonó por todo el lugar, sino que le hizo parecer verdaderamente molesto, con el ceño fruncido y los labios apretados. Jungkook no pudo no echarse para atrás.

"Bueno, si tú lo dices..."

"¡Claro que lo digo! Llevas la ropa que diseñé y confeccioné para ti con todo mi cariño puesta, ¿cómo podrías verte feo?" Señaló, sumamente indignado. El corazón del azabache se calentó.

"Tienes toda la razón del mundo, mosquito, perdóname."

TaeHyung asintió, todavía con los labios fruncidos. "Te perdono."

"Oh, muchísimas gracias."

"Un placer."

Y tan pronto como el silencio se formó entre ellos, que avanzaban en dirección al enorme campo de cultivo, ambos soltaron una carcajada, sus cuerpos chocando de manera sutil (tan sutil que TaeHyung no salió disparado) al TaeHyung no poder mantener su falsa indignación por más tiempo.

Por supuesto, ninguno de los dos era consciente de que un par de ojos curiosos, atentos y que empequeñecían debido a una sonrisa victoriosa, se encontraban observándoles a lo lejos, entre los matorrales. Como los de un depredador visualizando a su próxima presa.

De haberlo sabido, probablemente hubieran echado a correr.

"¡Ya estamos aquí!" TaeHyung abrió los brazos, presentándole a Jungkook el campo y viceversa.

El azabache silbó. "Este sitio es más grande de lo que me imaginaba..." Dijo, mirando hacia arriba a los árboles inmensos. "Joder, y esos árboles parecen titanes."

"Son súper altos, sí."

"¿Y qué es eso?" Su dedo índice señaló un hueco en el pasto no muy lejos, hacia donde se dirigió. "¿Es un agujero?"

TaeHyung fue tras él. "¿El qué?"

"Ese hueco, en el suelo. Parece como si hubiese aterrizado un meteorito ahí."

De sus labios brotó una risita. "Pues casi, casi..." Mencionó, consiguiendo que Jungkook le observara sin entender. "Es la marca que dejaste al aterrizar, grandullón. No se puede deshacer."

"¿Q-Qué? ¿Mi marca...?"

"Claro."

Jungkook se sonrojó.

"Joder..."

"Pero no pasa nada, no te preocupes, no afecta en absolutamente nada. Sólo es un recuerdo del día que llegaste."

"¿Y la gente no hace preguntas al respecto?" Quiso saber, su voz temblorosa. "Como, por ejemplo, ¿de quién cojones es esta pedazo de marca en el suelo? Porque si fuera un ciudadano común y corriente, me haría ese tipo de preguntas."

TaeHyung negó. "Nadie vio nada ese día, estábamos únicamente los chicos y yo aquí, por lo que aprovechamos para inventarnos cualquier cosa."

"¿Cualquier cosa?"

"Así es. Dijimos que se levantó un viento muy fuerte y uno de los árboles se rompió en dos, dejando esta marca." Señalando el suelo, dijo. "Wooyoung tuvo que hacer uso de su fuerza para que fuera más creíble y así tener una coartada cuando Hyungsik, el hermano mayor de Jimin, viniera a encargarse del resto."

Jungkook no podía creer todo lo que salía de la boca del mosquito rosa, sintiéndose abrumado.

"Joder... ¿No crees que os habéis tomado demasiadas molestias?"

Este se encogió de hombros. "Era eso o que descubrieran lo que había pasado realmente. Y no íbamos a delatarte."

"Pero quizás hubiese sido más fácil hacer eso, ¿no?"

"¿Delatarte?" Cuestionó. Él asintió. "Hubiese sido más fácil, sí, pero solo para nosotros."

"Por eso lo digo, TaeHyung. Os habríais ahorrado muchos problemas."

Sin siquiera dudarlo por un segundo, el mencionado negó, viéndose serio. "Más fácil no implica necesariamente que sea mejor, Jungkook. Y vuelvo a repetirte que no nos causaste ningún problema ni a los chicos ni a mí."

"Pe-"

"Hicimos lo que debíamos hacer para proteger a quien sería nuestro futuro amigo." Su voz cortó lo que iba a decir, pues no quería que las inseguridades de Jungkook siguieran tomando la palabra por él, quien se quedó mudo. "Todos estuvimos de acuerdo, incluso yo cuando casi me aplastabas un minuto antes. Nadie se arrepintió de eso cuando lo hicimos ni tampoco ahora."

Tragando el nudo que poco a poco comenzaba a construirse en su garganta, el azabache asintió.

"Así que no, no nos hemos tomado demasiadas molestias, simplemente hicimos lo que creímos correctos. Y a día de hoy, casi un mes después, mantenemos ese mismo pensamiento en mente." Sentenció, dándole una sonrisa que Jungkook luchó por corresponder. "Además, yo no me avergonzaría para nada de dejar una marca de ese calibre en el suelo... Y menos con esa figura."

De los labios del gigante brotó una sonora carcajada.

"Cierto, cierto... Siempre me ha gustado ejercitarme y esa marca me deja en muy buen lugar."

"Claro que sí."

Con el corazón de Jungkook latiendo deprisa y repleto de un sentimiento cálido, casi estremecedor, este miró a TaeHyung tras soltar un pequeño suspiro.

"Por cierto, mosquito... ¿Crees que saber cómo animar a alguien pueda considerarse una habilidad especial?" Cuestionó en cuanto este le miró de vuelta. "Ya me entiendes, esas veces en las que sabes lo que decir exactamente para que la otra persona deje de sentirse miserable."

TaeHyung se mostró pensativo. "Bueno... Considero que es algo muy complicado de hacer, no cualquiera podría. Así que sí, tal vez sea una habilidad especial, ¿por qué lo dices?"

"Porque tal vez esa sea la tuya."

El corazón del pelirosa se aceleró. "¿Por qué dices eso?"

"Porque es justo lo que haces conmigo desde que te conozco."

Y sólo eso, aquellas palabras tan dulces, llenas de simpleza pero que tanto significaban para aquella criatura hastiada, dolida tras tantos años sintiéndose inútil por no tener nada que le hiciera mínimamente especial frente a otros, fue suficiente para que TaeHyung se sintiera único por primera vez en mucho tiempo.

Voló hacia Jungkook sin pensarlo, aterrizando contra su pecho y rodeándole el cuello. Este rio debido al sutil impacto, devolviéndole el abrazo.

"Eres el mejor gigante que he conocido nunca."

"Soy el único que has conocido, TaeHyung." Le recordó.

"Cállate."

Este apretó los labios, resignado. "Bueno..."

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