✧c.-009
N/A: Otro de mis capítulos favoritos para terminar la semana... No puedo evitarlo xD
Cap dedicado a Seudonimo23 ♡♡
Hoy os recomiendo 'Hero' de Charlie Puth, gracias al Radar de Novedades de Spotify.
[...]
La noche siguiente cayó sobre ellos tan pronto que ni siquiera pudieron disfrutar del día. Aun cuando Jungkook permanecía atento a la ventana más cercana, deseando que anocheciera lo más pronto posible para que TaeHyung y él salieran al exterior en busca de esas flores, mientras hacía su mayor esfuerzo por ignorar que había despertado midiendo noventa y cinco centímetros, sentía al mosquito rosa merodeando a su alrededor para tomar la medida exacta de sus pies y dibujaba cualquier cosa en una de las tablillas que le había robado al susodicho como modo de distracción, el tiempo había pasado más rápido de lo que esperaba.
Ahora se encontraba vistiendo su nuevo atuendo confeccionado por el mosquito rosa, descalzo; pero disfrutando de las piedras heladas contra las plantas de sus pies y siendo guiado por TaeHyung, quien volaba a su lado camino al bosque.
"¡¿No estás emocionado?! Esta será tu primera aventura en el bosque." Le decía, con una sonrisa de oreja a oreja.
Jungkook asintió, riendo. "Sí, mucho. ¿Tú sueles venir muy a menudo?"
"No, realmente no."
"Entonces también es tu primera aventura."
"Así es." Afirmaba, sus pequeñas alas sacudiéndose con alegría hasta escasos segundos después, cuando fue consciente de algo sumamente importante que había olvidado y se detuvo en seco. "¡Mierda!"
Su grito sobresaltó al azabache, quien extrañado le observó. "¿Qué ocurre?"
"¡He olvidado la súper manta!" Chillaba, luciendo desesperado. "Debo volver al taller a por ella, eh..." Miró a su alrededor, luego a Jungkook. "¿Te importaría esperarme aquí un momento? No tardo nada. Estaré de vuelta en seguida."
"Eh... Claro, no hay problema."
"Genial. En seguida vuelvo, e-espérame aquí. No te muevas."
Jungkook volvió a asentir. Medio segundo después, TaeHyung desapareció de su vista en formato mancha rosa, yendo tan rápido que ni siquiera tuvo tiempo a parpadear. Incrédulo, silbó.
"¿Cómo de rápido irá su hermano...?" Se preguntó en apenas un susurro, viendo la estela rosa que había dejado atrás.
Sus ojos se enfocaron en todo aquello que le rodeaba mientras esperaba la llegada de TaeHyung. El inmenso cielo teñido de un azul oscuro, nubes grisáceas y la luna brillando en todo lo alto. Le maravillaban todos los colores que era capaz de apreciar, a cantidad de flores halladas a lo largo del camino, un camino compuesto por pequeñas piedras casi cristalinas, las cuales se sentían heladas contra sus pies.
"¡Ya... Ya estoy aquí!" La llegada de TaeHyung le hizo sobresaltarse otra vez, inmediatamente buscando su silueta al escuchar su voz. Se sorprendió al verlo volando a ras del suelo, agotado y cargando con aquella manta inmensa que había cosido expresamente para él, convertida en un grueso cuadradito. "Había olvidado la manta..."
"Vaya, eso ha sido rápido..."
"Gracias." Dijo, llenándose los pulmones de aire con respiraciones profundas, mientras llegaba hasta el azabache y le tendía la manta, que se veía diminuta, poniéndose de espaldas a él. "Toma, hazme el favor de guardarla en la bolsita, por fa. Debe haber hueco suficiente."
Jungkook hizo lo pedido, abriendo los extremos de aquella bolsita que TaeHyung llevaba colgada a sus espaldas, la cual parecía estar hecha de enredaderas, trozos de tela disparejos y pequeños botones como decoración.
"¿Qué se supone que llevas ahí dentro?"
"Lo suficiente para pasar la noche y gran parte del día de mañana. Agua de rocío, comida, extracto de luciérnaga, dos almohadas y tu kit de medicinas y cuidados."
La mano del azabache se posó bajo aquella bolsa, notando el peso excesivo en ella. "¿No pesa mucho para ti?"
"Claro que no, tengo fuerza de sobra." Respondió de inmediato, llegando a sonar ofendido por tal insinuación. "¿Has metido la manta ya?"
"Es que me da miedo que te hagas daño..."
Un pequeño bufido resonó. "¿Qué cosas dices, Jungkook? No seas exagerado, anda, y termina de guardar la manta que a este paso no llegaremos nunca."
"Bueno, bueno..." Un poco inseguro, terminó haciendo lo pedido, guardando aquella manta en miniatura y suspirando tras cerrar la bolsa, aunque seguía sosteniéndola. "Ya, listo."
TaeHyung movió las alas, satisfecho de haber podido demostrar su agilidad, fuerza y resistencia.
"¿Ves? Sin problema, puedo con esto y más."
"Todavía no la he soltado." Señaló, acabando con sus ilusiones.
El mosquito rosa estaba definitivamente molesto después de eso. "¿Y a qué esperas?"
"Voy, voy..."
Finalmente dejándolo pasar y confiando en la fuerza de TaeHyung, soltó la mochila. El pelirosa, dispuesto a avanzar sin ningún tipo de dificultad, sólo atinó a acomodarse la mochila en los hombros cuando una fuerza bruta lo envió al suelo sin clemencia.
Su grito resonó por todo el bosque. Jungkook consiguió atraparlo al vuelo, evitando una posible catástrofe. Luego, soltó una carcajada que ni siquiera pudo evitar.
"¿Dónde ibas, mosquito?"
"¡No te rías!" Rojo a partes iguales (de la rabia y vergüenza) TaeHyung volvió a su lugar con los labios apretados. "Estaba distraído, no he podido reaccionar a tiempo, pero te aseguro que puedo."
Un para nada convencido Jungkook asintió, enfureciéndolo aún más. "Ya, ya, claro..."
Otra risita sonó. Las mejillas de TaeHyung pasaron de estar rojas a casi moradas.
"¡Que no te rías, he dicho!"
"Lo siento, lo siento..." Se disculpaba, respirando hondo y meneando la cabeza de un lado a otro. "¿Quieres que lleve yo la bolsa por ti? Seguro que eres super fuerte y puedes con dos más como esa, pero para mí no resulta ningún esfuerzo." Le dijo.
Y aun cuando TaeHyung reconoció la burla oculta en su tono de voz calmado, amable e incluso inofensivo, lo ignoró, accediendo con la barbilla en alto y los pies entrelazados, no queriendo pisotear su pobre orgullo. Había sido más que suficiente con casi pisotearse a sí mismo. Ridículo.
"Bueno, si tanto insistes..."
"Insisto." Jungkook accedió, apretando los labios para evitar sonreír.
Quizás el mosquito rosa no tenía la fuerza suficiente para llevar una mochila llena de cosas a sus espaldas, pero daba el miedo justo y necesario como para que nadie quisiera burlarse de él más de lo debido. E incluso de no ser así, Jungkook tampoco estaba interesado en hacerlo.
TaeHyung le entregó la mochila casi con una gotita de sudor recorriéndole la frente, rezando porque este la atrapara rápido. Y, para su suerte, los dedos de Jungkook agarraron un extremo, arrebatándosela cuidadosamente. Sólo así, TaeHyung pudo respirar hondo, aliviado. Tendría calambres musculares durante varios días, ya podía sentirlos.
"Agradecería que no le dijeras a nadie sobre este pequeño accidente..."
"¿Qué accidente?" Haciéndose el desentendido tan pronto como le escuchó decir eso, cuestionó.
El mosquito rosa le entregó una pequeña sonrisita. "Justo eso, gracias."
Jungkook rio.
"¿Nos quedaremos toda la noche en el bosque?" Quiso saber Jungkook, al cabo de unos minutos en los que avanzaban casi en completo silencio, únicamente la vocecilla de TaeHyung canturreando una canción que él desconocía sonando.
"Sí, volveremos a casa mañana por la noche. En principio no iba a ser de esta forma, pero mi padre dice que lloverá de madrugada y eso muy probablemente nos pille de camino."
"Oh, ¿la lluvia es un problema?"
TaeHyung asintió. "Y de los gordos. Llueve muy de vez en cuando, pero cuando ocurre lo hace en grandes cantidades. Nuestras alas se llenan de agua, pesan y no podemos seguir volando. Tampoco caminar ya que el suelo se encharca súper rápido."
"Vaya... Qué locura."
"Por eso siempre intentamos estar resguardados." Le explicaba. "Además de eso, también quería aprovechar nuestro pequeño viaje para conseguir los materiales que necesito. El cumpleaños de los mellizos se acerca, como ya dijimos ayer, y planeo hacerles un par de botas a cada uno. Ya tengo los diseños tanto de los tuyos como de los suyos. Os encantarán."
Tan pronto como este sonrió, Jungkook le devolvió la sonrisa. "Estoy convencido de que sí, mosquito." Aseguraba, dejando escapar un pequeño suspiro poco después.
"Tú vendrás al cumpleaños, ¿verdad? Estamos planeándolo todo para que puedas unirte."
Aquella pregunta y el hecho de no saber qué respuesta darle en absoluto, fue suficiente para que el azabache se quedara en silencio y TaeHyung buscara su mirada, preocupado por ello. Sabía que Jungkook aún estaba sensible tras conocer el tiempo exacto que pasó sumido en el abismo, cómo le afectaban esos dos años en los que su vida estuvo literalmente estancada. Sus ojos se suavizaron, temiendo haber hecho una pregunta errónea.
"¿Jungkook...?" Susurró, sólo de esa forma captando su atención.
El azabache levantó la mirada tan pronto como la vocecilla de TaeHyung sonó más cerca de él, hallándolo sobre su hombro y notando su preocupación.
Tragó saliva con dificultad, asintiendo. "Me encantaría ir, sí..."
"¿Seguro? No estás obligado."
"Sé que no lo estoy, pero quiero ir." Le dijo, sonando lo más honesto que podía, porque realmente quería asistir a la fiesta. TaeHyung no dejó de mostrarse preocupado por él, haciéndole suspirar. "Nunca antes he ido a un cumpleaños, mosquito... No sé lo que sucede en esas fiestas, ni cómo se siente celebrar el tuyo propio. Esta es mi primera vez."
Al instante, la preocupación en los ojos del pelirosa se esfumó, transformándose en pura ternura hacia su nuevo —y gran amigo—. "En ese caso, nos aseguraremos de que el primer cumpleaños al que acudas sea inolvidable."
TaeHyung le sonrió, obligándole a hacer lo mismo a él.
"Bien..." Asintió, respirando hondo. "Yo también debo... ya sabes, ¿llevar un regalo?"
"No, claro que no, sólo si quieres. No es necesario. Woongki y Hyeongjun estarán felices con tu simple presencia, tranquilo."
"Sí que quiero, en realidad." Apenas susurró, para sorpresa del propio TaeHyung, quien rápidamente esbozó una sonrisa. "No los conozco muy bien, a casi nadie de vosotros, e-en realidad, pero me gustaría darles algo. Parecen buenas personas."
"Eso es genial, Jungkook."
De nuevo, este le devolvió la sonrisa. "¿Me ayudarías con eso? El regalo."
"Por supuesto que sí." Accedía de inmediato, aliviando por completo su corazón ansioso. "Encontraremos el regalo perfecto, ya lo verás."
Siendo el único sobreviviente de una familia marcada por la tragedia, Jungkook no sólo se vio obligado a vivir por su cuenta a una edad tan temprana y madurar lo suficientemente pronto para poder seguir haciéndolo, sino que nunca antes había tenido personas cercanas a los que llamar amigos. Tampoco estaba seguro de cómo se sentiría tenerlos, pero podía asegurar que la compañía del mosquito rosa y los demás mosquitos no se sentía mal en absoluto. Le gustaba. Incluso si eran especies totalmente distintas.
"Gracias..."
"No es nada, descuida. Eso sí, primero vamos a lo importante." Dijo, su pequeño dedo índice señalándole los pies descalzos. Jungkook los miró también. "Necesitas algo con lo que cubrirte esas patas de gigante."
El azabache soltó una carcajada. "Piernas, tenemos piernas, no patas."
"Pues piernas, entonces. Me estresa verte descalzo todo el tiempo. Como, duermo, ¡incluso sueño! Con que vas por ahí sin zapatos... No puedo soportarlo."
"Pero es lo más normal allí de donde vengo." Le hizo saber. "Sólo los miembros de la realeza pueden usar zapatos, es algo muy simbólico. Quien no forme parte de ella y los use, estará siendo desleal."
TaeHyung parecía incrédulo ante tal noticia. "¿Y eso por qué?"
"Ellos pavimentaron el reino que conocemos desde cero, con sangre, sudor y lágrimas. Gracias a su sacrificio es que nuestra especie pudo tener una segunda oportunidad. Son los únicos merecedores de llevarlos, según las leyes de la dinastía." Explicaba, encogiéndose de hombros al ver el horror en su mirada. "Nosotros únicamente le debemos lealtad y respeto. Estamos a sus pies."
"Wow..." Tomándole claramente por sorpresa, el pelirrosa respiró hondo. "No quiero sonar ofensivo en absoluto, pero me parece bastante extremista..."
Jungkook volvió a encogerse de hombros, haciendo una pequeña mueca. "A mí quisieron cortarme la cabeza en medio de la plaza principal por acostarme con el futuro príncipe, sin saber que era el futuro príncipe. No llevar zapatos para seguir las leyes de la dinastía es lo menos extremista, con diferencia."
Por supuesto, el grito que TaeHyung dejó escapar era más que previsible. Y aun así, terminó sobresaltándole.
"¡¿Querían cortarte la cabeza?!"
"Eso he dicho, sí."
"¡¿Y lo dices así, sin más?!"
"Bueno... Me tomó por sorpresa, eso desde luego..." Musitó. "Aunque después de averiguar que mi compañero de celda era un monstruo que intentaba matarme, me tiró de cabeza al abismo y pasé dos años de mi vida cayendo en un agujero negro, para terminar aterrizando en el reino de la especie más pequeña existente..." Viéndose obligado a tomar una respiración profunda tras mencionar todo lo vivido, Jungkook tragó saliva. "...mi rey queriendo degollarme en público es lo que menos traumatizado me tiene."
TaeHyung quiso echarse a llorar. "Dios..."
"Lo de hacerme pequeñito prefiero ni mencionarlo porque no quiero ofenderte."
"No sabía que habías pasado por tanto tú solo..." Murmuró, observándole con preocupación. Jungkook, por tercera vez, se encogió de hombros. "Lo siento mucho."
"Tranquilo, mosquito, no pasa nada."
El susodicho abrió la boca para decir algo, tal vez demostrarle su apoyo, indicar qué tan fuerte su amigo le parecía o simplemente lamentarse por la mala suerte que había tenido —en cualquier caso, nadie nunca lo sabrá—, cuando la sensación de pequeñas gotitas de agua cayendo sobre él le hizo detenerse en seco. Tras eso, trató de gritar, viendo venir la catástrofe antes de que esas pequeñas gotitas se convirtieran en litros y litros de agua.
"¡No!" Chilló. "¡Jungkook!"
La fuerte lluvia empapó sus alas en cuestión de microsegundos, volviéndolas pesadas hasta el punto en que TaeHyung ni siquiera podía sostenerse en el aire. Debido a eso, su cuerpo cayó en picado hacia abajo, aterrizando en un charco como si de una piedra se tratase. Plof.
"¡Eh, está lloviendo!" Señaló un maravillado Jungkook, apuntando al cielo.
De su cabeza parecieron esfumarse las indicaciones que anteriormente TaeHyung le había mencionado sobre la lluvia, y, por supuesto, tampoco notó la repentina ausencia del mosquito rosa a su lado. Tenía la mirada fija en el cielo, hacia donde su barbilla apuntada. Demasiado hipnotizado con ese fenómeno atmosférico al que él no estaba, ni por asomo, acostumbrado.
Una sonrisa de oreja a oreja apareció en su rostro. "Esto es alucinante, mosquito..." Susurró, cerrando los ojos para disfrutar las gotas de agua cayendo sobre su rostro.
Porque para él eran solo eso, gotas de agua.
"Nunca he visto la lluvia, ¿sabes? En Suraek Dee Bhadam no llueve desde hace siete décadas, la magia negra ha arruinado nuestra climatología por completo." Se dirigió a él, quien se ahogaba de la manera más ridícula posible en un mísero charco de agua. "Me parece lo más maravilloso del mundo..."
Esta vez, respiró hondo, queriendo mantener ese momento en su memoria por mucho tiempo. "Pensé que moriría sin ver llover..." Continuó murmurando. "¿No te parece maravillo..."
Antes de siquiera poder acabar la pregunta se detuvo, mirando a su alrededor y sintiéndose confundido al no ver a TaeHyung cerca. Juraría no haberse desviado del camino, estaba cien por cien seguro.
"¿Mosquito?" Preocupado, llamó a su nuevo amigo, buscándolo con la mirada. "TaeHyung, ¿dónde te has metido?"
Sólo entonces, cuando decidió que lo más sensato era mirar al suelo, se horrorizó al ver una mano pequeña, diminuta, sobresaliendo de un profundo charco y moviéndose desesperadamente en busca de ayuda. Mierda. Reconocer aquella mano como la de TaeHyung fue más que suficiente para recordar las palabras del susodicho.
"Nuestras alas se llenan de agua, pesan y no podemos seguir volando. Tampoco caminar ya que el suelo se encharca súper rápido."
Jungkook palideció medio segundo después.
"¡Ay mi madre! ¡Mosquito!" Chilló, no dudando ni por un instante agacharse e introducir la mano en aquella pequeña acumulación de agua, sacando el cuerpo del pobre TaeHyung con rapidez. El corazón le bombeaba deprisa, amenazando con salirse en cualquier momento.
Si su acompañante no moría ahogado, lo haría él por el susto.
Tan pronto como su cabeza salió del agua, el mosquito rosa respiró hondo, tosiendo para escupir lo que había tragado.
"¿Estás bien? ¿Puedes respirar? ¿Te has hecho daño?" La voz de Jungkook casi sonaba lejana, pero sólo necesito que este lo sacudiera un poco, como si fuera un árbol al que quería despojarle de sus frutos, para que sus oídos se recuperasen. "¿Me escuchas? ¿Puedes verme? ¿TaeHyung?"
"Casi... Casi muero..." Susurró, pasándose las manos por el rostro.
"Lo siento. Lo siento mucho, n-no recordé lo que me habías dicho sobre qué tan perjudicial era... Era la lluvia para vosotros. Lo siento." Jungkook se disculpó tan pronto como pudo volver a respirar con normalidad, aliviado. "¿Te encuentras bien?"
TaeHyung sufrió un escalofrió que incluso el propio azabache sintió, temblando de frío.
"No..."
"¿Tienes frío?" Quiso saber. El mosquito rosa asintió, abrazándose a sí mismo.
Sin dudarlo siquiera, Jungkook afianzó sus dedos alrededor de él, inmediatamente llevándolo hacia el pequeño bolsillo situado en la parte superior izquierda de su nueva túnica, permitiéndole resguardarse de la lluvia allí. Luego, puso una mano sobre su cabeza, impidiendo que le cayera más agua encima.
"¿Así mejor?" Volvía a preguntar, la preocupación todavía siendo notoria en su tono de voz.
TaeHyung asintió. "Sí, gracias."
"Lo siento mucho, mosquito. Debí haberme dado cuenta."
La culpa en sus ojos y el arrepentimiento en su voz, fue suficiente para que el pequeño dexian dejase de estar molesto con el clima.
"Está bien, Jungkook... No es tu culpa, se supone que llovería de madrugada y se ha adelantado. Esto no pasa nunca." Le dijo, acomodándose dentro del bolsillo. "Por suerte todo se ha quedado en un susto."
Jungkook silbó. "Y que lo digas, vaya susto..." Le daba la razón, suspirando. "No puedes ahogarte cerca de mí, mosquito, por favor ten cuidado la próxima vez."
"¿Por qué?"
"Porque no puedo reanimarte sin matarte en el intento. Podría succionarte accidentalmente en un boca a boca, ya sabes. Sigo siendo bastante más grande que tú con sólo noventa y cinco centímetros."
El mosquito rosa no tardó en verse horrorizado. "Dios..."
Llegaron al bosque tan sólo quince minutos después, en los que TaeHyung se estuvo asegurando de sacar la cabeza del bolsillo cada cierto para verificar que estaban tomando el camino correcto y Jungkook no se había desviado, retomando aquella canción que había dejado a la mitad cuyo nombre aún no mencionaba.
Por su parte, completamente hipnotizado por cada zona que iban dejando atrás, Jungkook apenas tenía palabras para expresar la admiración que sentía.
Habiendo crecido en una región pobre, lúgubre y cuyo cielo siempre estaba oscuro aun cuando no era de noche, para él era como ver los colores por primera vez; incluso si todo a su alrededor seguía siendo oscuro.
"Ya estamos aquí." Anunciaba TaeHyung, saliendo al exterior ahora que había dejado de llover.
Sus alas, afortunadamente ya secas, le hicieron moverse alrededor de Jungkook felizmente.
El azabache miró todo aquello que le rodeaba. Era silencioso. Árboles grandes, de tronco grueso, piedras enormes bordeando de extremo a extremo y un pequeño riachuelo rodeado por matorrales cuyas flores prácticamente brillaban por sus colores tan vívidos.
"¿Es aquí?" Quiso saber.
"Sí, ¿te gusta?"
El sonido de algo aullando a lo lejos le sobresaltó, antes siquiera de poder abrir la boca.
"Bueno... Es bonito, muy bonito, sin duda." Dijo, sin dejar de admirarlo. "Pero no será peligroso pasar la noche aquí, ¿verdad?"
Una risita sonó, viéndose obligado a observar al mosquito rosa, quien era el dueño. "Claro que no, este sitio es muy seguro, no te preocupes." Aseguraba. "Aunque si tienes miedo, yo te protegeré."
No bufar inmediatamente ante aquellas palabras se sentía casi criminal, por eso mismo Jungkook lo hizo.
"¿Protegerme? Casi te ahogas en un charco hace un momento, TaeHyung." Le recordó.
Por supuesto, este bufó, viéndose muy ofendido al respecto, tanto que incluso se cruzó de brazos y levantó la barbilla, recordándose a sí mismo que no podía ser buena persona con nadie. Por supuesto, también, Jungkook rio debido a su mueca tan descarada.
"Eso no tiene nada que ver, graciosillo."
La risa del azabache se intensificó. "Ya, claro que no..."
"Y para que lo sepas, no pasaremos la noche a la intemperie si es lo que tanto te preocupa." Aclaraba, antes de señalar a lo lejos una enorme roca que Jungkook analizó, encontrando un hueco en ella. "Dormiremos en esa piedra de ahí, nos resguardará de la lluvia y del frío."
"¿Cabemos los dos?"
TaeHyung asintió. "Claro que sí, es gigante." Aseguraba, dándole una mirada de cuerpo completo y sonriendo. "No como tú, que te estás convirtiendo en un enano."
Jungkook le fulminó inmediatamente.
"Serás..."
"Vamos a dejar las cosas, venga. Necesito ponerme manos a la obra para recoger todas esas flores antes de que vuelva a llover." Dijo, echando a volar en dirección a dicha piedra, ignorando su mirada fulminante.
A regañadientes, el (ya no tan) gigante le siguió, cargando con aquella bolsa.
Ambos prepararon aquel que sería su refugio con rapidez, cubriéndolo con la enorme manta que desdoblándola cuidadosamente volvía a su tamaño original y dejando las dos almohadas encima, junto a la bolsita donde aún tenían comida, agua y el kit de supervivencia para Jungkook.
TaeHyung sacó una cesta de mimbre y un jarrón repleto de extracto de luciérnagas dentro, iluminando todo a su alrededor, que le entregó al azabache.
"Toma, sostén esto mientras yo me encargo de seleccionar las flores, ¿vale?"
"Vale..." Accedía, admirando aquel jarrón con curiosidad, yendo tras él una vez salieron del refugio. "Oye, ¿y cómo se supone que funciona esto? ¿Es una lámpara o algo así?"
"Se podría decir que lo es, sí. Jimin las hace para venderlas en el mercado, tiene una granja de luciérnagas gigante. Cuando estas mueren, ya que por lo general no duran más de sesenta días, inmediatamente conserva sus cuerpos para así poder extraerle los respectivos órganos lumínicos del abdomen y fusionarlos con oxígeno modificado en uno de estos tarros." Señaló el que él sostenía. "De ese modo tenemos luz continúa durante más tiempo sin que ellas sufran."
El azabache ladeó la cabeza. "Vaya... Qué interesante. No sabía que se hacía así."
"Jimin las hace así porque odia el método tradicional de meter un puñado de luciérnagas en un tarro hasta que mueran asfixiadas y dejen de producir luz. Le ha tomado mucho tiempo mejorar la técnica hasta que ha dado buenos resultados."
"Joder, eso sí que suena mal..."
TaeHyung asintió, agarrando un puñado de flores multicolor y mostrándoselas. "¿Te gustan estas?"
"Son muy bonitas, sí, me gustan. Y además combinan con mi traje." Señalaba, mirándose a sí mismo. Notando aquello también, el pelirosa rio. Jungkook le observó por unos instantes, aprovechando que le daba la espalda. "¿Puedo tomar unas cuantas también? Me gustaría hacer algo con ellas."
"Claro, por supuesto, agarra todas las que quieras. Crecen en muy poco tiempo."
Felizmente, él así lo hizo, arrancando un buen puñado y guardándoselas en el bolsillo donde anteriormente TaeHyung se había resguardado.
Más tarde esa noche, cuando ambos terminaron con gran parte de la comida que TaeHyung hizo para los dos y se encontraban sentados frente a frente en el interior de aquella piedra gigantesca, los ojos de Jungkook muy de vez en cuando se desviaban hacia el pequeño mosquito rosa, quien parecía sumamente concentrado en su labor de separar las flores por colores y agruparlas a en los compartimentos de su cestita. Llevaba así un buen rato.
Él, por su parte, usaba las suyas propias para una pequeña manualidad que le había resultado muy ingeniosa.
"¡Listo! Ya he terminado de separarlas todas." TaeHyung anunciaba, estirándose y bostezando. "Qué cansado estoy, Dios..."
"Yo también he terminado."
"¿Qué has hecho? A ver, a ver." Acercándosele para ver su pequeña —literalmente pequeña— obra de arte, el curioso pelirosa fue sorprendido por una corona de flores moradas que Jungkook había posicionado sobre su cabeza de forma repentina. "¡Eh!" Fascinado, se la quitó sólo para poder observarla. "¡Una corona!"
Luego, sus ojos viajaron hacia Jungkook otra vez, quien parecía muy orgulloso de lo que había hecho, observándole con una sonrisita.
"¿Te gusta?"
"¡Es preciosa, Jungkook!" Chilló, su corazón acelerado. "¿E-Es para mí?"
Él asintió. "La señora dos puestos alejada del mío en el mercado las vendía cuando yo era más pequeño. Me enseñó a hacerlas porque sabía que me gustaban mucho... Las mías no serán ni de lejos tan bonitas como las de ella, pero algo es algo."
"¡Me encanta, muchísimas gracias!"
"Es todo un halago que te guste, mosquito." Dijo, viendo el momento exacto en que volvía a colocársela sobre la cabeza, con una sonrisa de oreja a oreja. "Te queda bastante bien."
TaeHyung dio una vueltecita sobre sí mismo, luciendo aquella corona de flores felizmente.
"¡Y combina con mi traje!"
Su emoción tan evidente hizo al azabache reír, asintiendo. "Cierto, cierto."
"Creo que deberías hacerles unas parecidas a Woongki y Hyeongjun como regalo de cumpleaños, estoy convencido de que van a gustarles muchísimo."
"¿Tú crees?"
"¡Claro que sí! Le encantarán, Jungkook, son preciosas." Aseguraba. Este lo sopesó, pues realmente era un bonito regalo que podía hacerles. "Me sobran muchas flores de las que agarré antes, quédatelas y haz todas las coronas que quieras. Podemos volver en cualquier momento o ir a otras partes a por otras."
"Muchas gracias, mosquito."
"A ti por darme mi nuevo accesorio favorito. Estoy guapísimo."
Otra risita abandonó sus labios, pues era completamente cierto lo que decía.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro