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✧c.-003

N/A: No puedo hacer otra cosa más que repetir lo emocionada que estoy por esta historia y todo lo que se viene en el futuro!! xD

Cap dedicado a Complexkim ♡♡

Hoy os recomiendo 'Stop Your Games' de Belle Sisoski, me encanta todo lo que hace.

[...]

"¿Estás bien? ¿Te has hecho daño?"

TaeHyung, quien ahora debía vivir con la mirada fulminante de un gigante pegada a la nuca, negó, incorporándose con torpeza gracias a la ayuda de Joowan, pues sus extremidades aún estaban entumecidas. En especial, tras aquella última caída.

"Estoy bien." Escupió, sin apartar sus ojos de los impropios mientras sacudía su ropa.

No podía creer el modo tan absurdo en que había terminado sobre su propia columna de cajas. En su propio taller. A manos de un gigante estúpido con complejo de paracaidista sin demasiada experiencia. Era ridículo, humillante y seguramente se había visto como tal.

"Eh, oye, ¿por qué hiciste eso?" Escuchó como Jimin le preguntaba al individuo, aquel que se había convertido oficialmente en su némesis.

Este lo señaló como si sólo con hacerlo bastara para justificarlo. "Me ha mordido."

TaeHyung soltó un gruñido, terminando de incorporarse y volando hasta el gigante con el ceño fruncido, muy predispuesto a defender su pobre orgullo magullado.

"¡Tú pretendías comerme!"

"¿Qué dices?" Extrañado, cuestionó, como si acabase de decir una absoluta estupidez. "¿Por qué iba a comerte? No como mosquitos, o lo que quiera que seáis..."

"Somos-"

El gigante interrumpió la explicación de Yim.

"Además, darte un bocado no llenaría ni el cero coma cinco porciento de mi estómago." Seguía diciendo, luciendo confundido. "Sólo pretendía verte más de cerca, eres muy pequeño. Nunca he visto una criatura como la vuestra antes."

Inmediatamente, la vergüenza y el arrepentimiento acompañaron a TaeHyung en el momento más surrealista de su vida. Sonrojándose, tragó saliva, entendiendo que había sido un tonto malentendido.

"Oh..." Susurró. "Lo- Lo siento por morderte, entonces... Supongo que me asusté. Después de que casi aterrizaras sobre mí en medio del campo y me tomaras como rehén durante horas, creí que sería tu comida."

"¿Tomarte como rehén? ¿Aterrizar sobre ti?"

El pobre gigante estaba cada vez más confuso. No comprendía nada de lo que decían.

"Sí... y sí."

"No te entiendo." Admitió, frunciendo el ceño.

"Yo estaba justo debajo de ti cuando caías al suelo. Fui a rescatar a mi cerdo mascota y perdí toda mi energía en el trayecto, no pude apartarme." Le explicó, queriendo simplemente darle información sobre lo que había ocurrido antes, durante y después de su caótica llegada, mas no que sonase como si estuviera culpándole.

TaeHyung podía haber muerto esa misma mañana, pero al fin y al cabo no había sido él quién cayó desde el cielo. Literalmente.

El gigante se mostró horrorizado, sus grandes ojos oscuros brillando con miedo y una culpa que, a pesar del desastre causado, no le pertenecía.

"Dios, ¿yo...? ¿Te...?" Titubeó.

Para alivio de Jungkook, quién parecía a punto de llorar, el pequeño pelirosa negó tan pronto como fue señalado, sabiendo lo que ocurría en su mente al escucharle decir eso y viéndose en la obligación de quitarle el peso de encima.

"No pasó nada. Por suerte Maoi-lee me empujó y la corriente terminó arrastrándome. Al final yo aterricé sobre ti."

"¿Sobre mí?" Con el ceño fruncido, esta vez se señaló a sí mismo.

TaeHyung asintió. "Así es."

Un pequeño suspiro abandonó los labios del azabache, frotándose la cara con ambas manos al no saber qué decir. No tenía recuerdos vívidos de lo sucedido, sólo la sensación de estar cayendo una y otra vez grabada en todo el cuerpo.

"¿Y qué- qué es eso de que te tomé como rehén? No recuerdo haber hecho algo así..."

"Cuando te despertaste comenzaste a dar manotazos al aire. La primera vez nos golpeaste a todos y caímos al suelo." Le explicó.

Jungkook miró a las otras criaturas, quienes asintieron, corroborando los hechos.

"Ow... Lo siento. No era mi intención."

"Tranquilo, está todo bien."

"Pero casi me rompes un ala..." Dijo Wooyoung en voz muy baja, abrazándose a sí mismo.

"La segunda vez le distes a todos menos a mí, que directamente me agarraste en un puñado y luego volviste a caer inconsciente durante las próximas horas."

"Hasta que llegamos con medicina y comida para ayudarte a recobrar la consciencia."

"Y así yo poder salir." Sentenciaba el pelirosa, tomando asiento en el suelo a pocos centímetros de donde él se encontraba, captando totalmente su atención cuando estuvo cerca.

Jungkook estaba sorprendido. No sólo por lo poco que recordaba y todo el caos que había causado sin intención alguna, sino de ver que ninguno de los presentes (ni siquiera TaeHyung, a quien había estado a punto de matar en más de una ocasión) parecían molestos con él. Nadie, ninguno de los presentes, se veía como si quisieran arrancarle la cabeza de cuajo y usarle como decoración.

Quizás, y sólo quizás, eran gente pacífica. O bichitos pacíficos, más bien.

"¿En serio?"

"Muy en serio, sí."

Él hizo una mueca, viéndose arrepentido. "Pues lo siento mucho, eh... No pretendía tomarte como rehén, pero supongo que estaba demasiado aturdido para ser consciente de lo que hacía." Admitió, suspirando. "Yo no... No sé ni siquiera qué hago aquí, ni cómo he llegado."

"Caíste del cielo."

"¿Del cielo?"

"Sí, Wooyoung estaba convencido de que eras un Megalodón."

"¿Woo... qué?"

Todavía no había desbloqueado la opción de conocer los nombres de todos y cada uno de las criaturas diminutas que le rodeaban.

"Wooyoung." Repitió TaeHyung, señalando al fondo.

Sólo entonces, siguiendo con la mirada hacia donde este apuntaba, descubrió a un chico a lo lejos. Tenía el cabello morado y un par de brazos que se veían fuertes, sin embargo, era mucho más pequeño que los demás.

"Yo."

"Él es Wooyoung, ellos dos son Woongki y Hyeongjun, hermanos mellizos, su hermano mayor Joowan, ese de ahí es Jimin, el que te mordió se llama TaeHyung y yo soy Yim." Otro de ellos, que se hacía llamar Yim, se tomó la molestia de presentarles. Jungkook le observó también.

Al contrario que Wooyoung, Yim era alto, prácticamente de la misma estatura que TaeHyung, el mosquito de color rosa que le había clavado los dientes en la mano.

"Oh..."

E incluso si su intención era aprenderse los nombres de todos (especialmente para no referirse a ellos como mosquitos y diferenciarlos por color de pelo o estatura) y memorizar sus características porque sentía que estaba en deuda con ellos por haberle salvado, había algo que no salía de su mente. Un detalle que, a pesar de toda la información que recibía por minuto, fue incapaz de pasar por alto.

"¿He caído del cielo? ¿Lo decís en serio?"

"Que sí, caíste del cielo tal cual como suena." Wooyoung asintió. "Fue alucinante, de repente se escuchó un rayo caer y cuando miramos arriba el cielo estaba partido en dos, una luz muy blanca y brillante nos estaba dejando ciegos. Luego apareció algo grande, inmenso, que eras tú, cayendo hacia abajo en picado. De no ser porque aplastaste todos mis árboles y me he quedado sin manzanas..." TaeHyung tosió, aclarándose la garganta. "Y sin amigo..." Añadió. "Me hubiese encantado repetir la experiencia."

"Pues qué extraño... Yo no recuerdo nada de eso."

"Es normal, debes estar conmocionado todavía por el golpe. Lo mejor es que comas algo, descanses y cuando despiertes lo verás todo más claro."

"¿Me voy a quedar aquí?"

"Sí... Es que no cabes en otro sitio." Jimin le respondió, señalando aquella habitación.

Sólo entonces, él mismo analizó dónde era que se encontraba con lujo de detalle. Era una habitación inmensa (aunque para Jungkook no tanto), llena de cosas pequeñitas como mesas, sillas, cajas de herramientas y trozos de tela por todas partes. Parecía acogedor, incluso si estaba tumbado en el frío suelo.

"De acuerdo." Accedía. Porque tampoco es como si tuviera otra opción.

"Pero TaeHyung se quedará contigo."

El mosquito pelirosa se señaló a sí mismo. "¿Yo?"

"Es tu taller..." Le recordaba Jimin, como si este hubiese obviado aquel pequeñísimo detalle.

"Ah, sí, cierto." Asintió, sonrojándose antes de mirar a Jungkook. "Yo me quedaré contigo, descuida. Primero debo buscar algunas mantas para darte, porque por la noche hace frío. Y una almohada. ¿O dos...? ¿Cuántas mantas debería traer? ¿Diez? ¿Once?"

"Más..."

"¿Quince?"

"Por ahí, sí."

"Vale." Asintió, memorizando todo lo que necesitaba antes de dirigirse al gigante, pues había pasado un detalle por alto de vital importancia. "Por cierto, aún no nos has dicho cómo te llamas."

"¿Yo?"

"Sí, tú."

Y él, que en un principio estaba indeciso sobre cuántos detalles dar sobre sí mismo a terceras personas (especialmente desconocidos) apretó los labios.

"Jungkook, me llamo Jungkook."

TaeHyung le otorgó una sonrisa brillante. "Encantado de conocerte, Jungkook." Le dijo. Jungkook asintió, tratando de devolvérsela.

"Encantado..."

De inmediato el mosquito de color rosa, quien seguía teniendo la vista fija del gigante sobre él, comenzó a moverse de un lado a otro sin parar, sus pequeñas halas revoloteando por todo el lugar que observaba con un dedo índice en medio de los labios, pensativo, como si estuviera intentando hacer algún cálculo mental. Pronto, la atención que Jungkook tenía puesta en él se vio opacada por un segundo mosquito de color morado, cuyo nombre creía recordar era Wooyoung, quien sostenía un plato increíblemente grande (no para Jungkook, claro) desde la base.

"Toma, grandullón, aquí tienes la comida."

Jungkook se la quitó de las manos nada más verlo, sintiéndose confundido al ver lo mucho que pesaba el plato (incluso para él) y no pudiendo evitar preguntarse cómo había sido capaz de soportar todo el peso sin ayuda.

"Gracias..." Susurró, mirando lo que le habían dado. "¿Qué es exactamente?"

"Es una sopa de trapa natans, con brotes de bambú fermentados, huevo y polen de hinojo." Explicó Jimin con una sonrisa. "Es la especialidad de mi madre. Tiene muchísimos nutrientes y te vendrá bien para recuperarte."

La mención de todos esos ingredientes en un mismo plato logró que el estómago de Jungkook, vacío y aclamando comida urgentemente, se cerrara de inmediato. Sonaba repugnante.

"¿Trapa natans...? Nunca he oído hablar de eso, ¿qué- qué es?"

"Son castañas de agua, uno de los frutos nacionales de Ae-Dexian-Thee. Las recolectamos nosotros mismos durante el verano y nos duras hasta finales de primavera."

Una pequeña arcada se formó en su garganta. "Oh..."

"Pruébala, te encantará."

Jungkook asintió, llenándose de valor. A su lado, Wooyoung, el mosquito de color morado que apareció por sorpresa junto a él soltó una risita.

"Sabe mucho mejor de lo que se ve, te lo aseguro."

Y él, que a pesar de asqueado también se encontraba hambriento y sin energías, respiró hondo, alzando la cuchara de madera para hacer exactamente eso. Temeroso, inseguro por si en el peor de los casos la sopa no sólo supiera asquerosa, sino que también estuviera envenenada, se llevó un poco a los labios. Absorbió sin hacer demasiado ruido, el liquido caliente llegando a su paladar en cuestión de segundos.

Sus ojos se abrieron de par en par, rápidamente maravillado por tal sabor.

La risa del mosquito morado resonó una vez más. "Rico, ¿eh?"

"Muy rico..."

"Te lo he dicho, grandullón. Disfrútalo."

Él le dio una sonrisita. "Gracias."

"¡Vuelvo en seguida, chicos!" La vocecilla de TaeHyung, que había continuado dando vueltas por todo el taller sin detenerse ni por un segundo, sonó. Y justo después, la puerta cerrándose indicó que se había marchado.

Jungkook no le quitó la vista de encima incluso cuando ya no quedaba rastro de él, buscando al mosquito azul en busca de respuestas.

"¿Dónde va?"

"A por mantas y almohadas para que puedas pasar la noche. Eres más grande que nosotros, así que necesitarás algo acorde a tu estatura. TaeHyung es especialista en eso, así que será quien se encargue."

Su gesto se torció, sintiéndose culpable. "Lamento ser una molestia..."

"No eres ninguna molestia en absoluto, Jungkook, tranquilo."

"Sí que lo soy... Casi mato a vuestro amigo en más de una ocasión y probablemente he causado muchos inconvenientes con mi llegada."

Jimin dejó escapar una risita, la sensación fugaz de algo estampándose en su brazo, lo que probablemente sería un golpecito amistoso por parte del mosquito azul, apenas haciéndose notar en un cuerpo como el de Jungkook.

"Conociendo a TaeHyung, eso que dices podría pasarle cualquier día de la semana sin que un gigante caiga del cielo."

Él también rio, dándole otro sorbito a la sopa de castañas. "¿En serio? ¿Es muy torpe?"

"Demasiado, te lo aseguro. Es la persona más patosa que conozco... De no ser porque tiene alas y puede volar, pasaría la mayor parte del tiempo tirado en el suelo."

La risa del azabache se volvió más sonora, imaginando todas las posibilidades que involucrasen al mosquito rosa en el suelo.

"¡He vuelto!"

El mencionado apareció por la puerta medio segundo después, su voz siendo lo único que podían reconocer de él, pues estaba completamente tapado por una montaña gigantesca de mantas gruesas, las cuales finalizaban tres pares de almohadas. El mosquito de color morado corrió en su dirección, segundos antes de que esa misma montaña cayera al suelo.

"¡Ay, no!"

"¡TaeHyung!" Le gritó Wooyoung, impidiendo una desgracia. El pelirosa suspiró, aliviado. "¿Por qué no me pides ayuda?"

"Porque puedo yo solo."

Su voz llena de inseguridad y algo conmocionada por el sobreesfuerzo que debía estar haciendo al transportar semejante cantidad de mantas, hizo que Jungkook esbozara una sonrisita.

Wooyoung bufó, yendo tras él con las seis almohadas. "A la vista está, sí..."

"¿De dónde has sacado todo esto?" Hyeongjun y Woongki, quienes llegaron hasta TaeHyung para ayudarle con las mantas que llevaba, quisieron saber.

"Taevin tiene un montón de estas en nuestro sótano que ya no utiliza, todas se las hice yo. Siempre que empiezan a salirle hilos por el uso, las deshecha y me pide que le haga una nueva. Constantemente."

"Ah... ¿Y qué piensas hacer con ellas?"

"Voy a unirlas todas, coserlas a lo largo y a lo ancho hasta conseguir una extra grande." Explicó, visualizando a Jungkook a lo lejos. Él hizo una mueca. "O al menos que pueda taparle los pies..."

Wooyoung soltó las almohadas en la mesa. "¿Y qué hay de esto? ¿Qué harás?"

"Prácticamente lo mismo. Quitarles el relleno, deshacerme de las costuras y juntarlo todo hasta conseguir una almohada gigante."

Jungkook, que escuchaba la conversación en silencio mientras terminaba su sopa de castañas, frunció el ceño al oírle mencionar todos y cada uno de los pasos que debía hacer para conseguirle una simple manta y almohada ajustadas a su tamaño.

"Oye, no es necesario que te tomes tantas molestias, puedo apañármelas así. Estoy bien." Dijo. El mosquito rosa le devolvió la mirada.

"No es ninguna molestia, quiero hacerlo."

"Pero te va a tomar mucho tiempo..."

"¿Esto?" Señalando las cosas que tenía sobre la mesa, alzó ambas cejas, antes de negar y soltar una risita. "No me quitará ni quince minutos, descuida. Tengo energía de sobra para parar un camión."

Sin entender demasiado el papel fundamental que su energía restante ocupaba en la ecuación, abrió la boca para replicar, pues realmente no necesitaba tantas comodidades para sobrevivir.

"Pe-"

"¡Manos a la obra!" Fueron las palabras finales de TaeHyung, antes agarrar aguja e hilo y que su pequeño cuerpo se moviera a la velocidad de la luz por toda la mesa. Tan rápido que Jungkook incluso le había perdido la pista aún teniéndolo delante.

Quedándose de piedra, Jungkook y su boca abierta observaron a la pequeña mancha rosa haciendo y deshaciendo las costuras de todas las almohadas que había traído consigo, sacando sus respectivos rellenos hasta amontonarlos en una esquina, únicamente sosteniéndose por las manos de Wooyoung. Todo eso en apenas diez segundos de reloj.

Jungkook no tenía palabras.

"¿Qué demonios...?"

A su lado, Jimin volvió a reír, la sensación de ese pequeño golpecito amistoso en su brazo apenas siendo notorio por segunda vez.

"Bienvenido al taller de diseño y confección de la familia Kim." Le dijo, señalando todo a su alrededor. "No te sorprendas mucho o te perderás la magia cuando suceda. Literalmente, además."

"P-Pero, ¿cómo...?"

"No hay explicación científica para nada de lo que estás viendo ahora mismo. TaeHyung es así." Respondió todas esas dudas que no podía verbalizar correctamente, mientras el azabache continuaba con su atención fija en la mancha rosa moviéndose de un lado a otro. "Se transforma en una máquina de carne, hueso y alas cuando está aquí. Es capaz de hacerte un vestido en dos minutos."

El azabache silbó, maravillado. "Joder..."

Un segundo después, TaeHyung ya había terminado de coser su nueva almohada extra grande.

"¡Almohada lista!" Anunció, dejando que Wooyoung la sostuviera al ser demasiado grande para que él mismo pudiera hacerlo. "Llévasela para que la pruebe, por fa."

"Marchando."

El mosquito morado fue directo hacia Jungkook, entregándole la almohada del mismo modo en que había hecho con el plato de comida.

"Toma, grandullón, mira a ver si es lo suficientemente cómoda para ti."

Jungkook simplemente la apretó entre sus manos, asintiendo. "Es perfecta. Gracias." Le dijo. Porque incluso si no lo era en absoluto y estaba mintiéndole descaradamente, no tenía pensado decir nada negativo al respecto.

"¡Perfecta, TaeHyung!"

El mencionado que había vuelto a transformarse en una manchita rosa voladora no dijo nada, sino que continuó su cometido, uniendo y cosiendo las dieciséis mantas —justas— que él mismo había seleccionado a dedo, queriendo que combinaran entre sí. Y, exactamente dos minutos después, como Jimin le había advertido, todo movimiento por su parte cesó, deteniéndose para alzar una manta gigantesca.

"¡Lo tengo!" Anunció, su pecho subiendo y bajando a toda velocidad, pero con los ojos fijos en Jungkook. "¡¿Te gusta?! He intentado que los colores combinen lo mejor posible para que se viese bonita. Me he inspirado en la ropa que llevas puesta."

Este asintió sin dudarlo, demasiado abrumado para hacer o decir nada más. "Me encanta, sí. Muchas gracias."

TaeHyung le dedicó su mejor sonrisa.

Algunas horas después, cuando ya hubo anochecido y pequeños cuencos vacíos de la comida que Jimin y Yim habían llevado para que todos pudieran cenar, apenas rodeaban a Jungkook, los dexianees se encontraban sentados a su alrededor.

"...Woongki y yo somos mellizos, los únicos mellizos de la región. Mi madre dice que es algo muy inusual en nuestra especie, así que la gente se extraña mucho cuando lo decimos."

"¿En serio?"

"Sí, al parecer es por un gen activo, sólo un cero coma seis porciento de la población lo tiene."

"Vaya..."

"¿Tú tienes hermanos?"

Jungkook negó. "No, soy hijo único. Bueno, soy único en general... No tengo familia. Mis padres murieron hace muchos años, cuando apenas era un niño."

Inmediatamente Woongki se arrepintió de hacer aquella pregunta. "Lo siento mucho..."

"Descuida, no pasa nada. Está bien." Aseguraba con una sonrisita, restándole importancia.

"¿Y cómo es la vida allí de dónde vienes? Imagino que debe ser un lugar gigante, ¿no? Considerando... Bueno, tu tamaño. Eres la criatura más grande que he visto en mi vida. Y creo que lo serás hasta el día en que me muera."

El azabache rio. "Probablemente..."

"¿Qué tipo de criatura eres, a todo esto?"

"Lo cierto es que no tenemos una definición exacta, ya que no podríamos considerarnos Gigantes entre nosotros mismos, pero sí que nuestra subespecie fue invadida por ellos en el pasado, así que conservamos muchas de sus características. Parte de nuestra altura, por ejemplo... Y tampoco somos Cércopes a pesar de que nuestros antepasados sí lo eran." Explicó, encogiéndose de hombros. "Supongo que somos una especie aparte."

TaeHyung estaba anonadado. "¿Fuisteis invadidos por los gigantes?"

"Hace siglos, sí. Éramos prácticamente vecinos, sólo nos separaba un muro lo suficientemente grande como para que nadie lo cruzara y ambas especies pudieran vivir en paz. Firmamos un tratado de paz por esa misma razón, pero durante la Guerra de Poder Marsyvall que mantuvieron contra los Cetus, permitimos que se adentraran a su reino a través del muro que compartíamos. Todo a cambio de enseñanzas."

"¿Enseñanzas?"

"Magia negra." Respondió. "Métodos, recursos, todo lo que pudierais imaginar y más. Debido a eso, nuestra especie actual fue portadora de magia negra a otros reinos y especies durante casi dos siglos, hasta que lo prohibieron. Ahora sólo muy pocos tienen acceso a ella, aunque no precisamente de la manera más legal."

Un silbido sonó, perteneciente a Wooyoung. "¿Y qué pasó entre esos gigantes y vuestra subespecie?"

"Los gigantes se enteraron de aquella traición, así nos invadieron de tal modo que los Cércopes estuvieron en peligro de extinción. Muchos de ellos, los pocos que lograron sobrevivir, terminaron siendo sus esclavos."

"Vaya..."

"¿Y cómo surgió vuestra especie?"

"De ahí mismo. Gigantes y Cércopes se juntaron hasta crear un linaje que poco después los propios gigantes se encargarían de desterrar. Mis antepasados tuvieron que empezar desde cero."

"Eso es horrible..." Masculló TaeHyung, sus labios formando una mueca de tristeza.

"¿Entonces no tenéis nombre ni nada parecido? ¿Sólo sois criaturas bastardas que simplemente existen porque dos especies se juntaron así porque sí?"

Jungkook rio por la honestidad del mosquito morado, asintiendo. "Pues sí, justo eso. Es la descripción más acertada que he escuchado hasta el momento... Aunque sí que tenemos nombre, somos Raekyem."

"Raekyem." Repitieron los mellizos al unísono.

"Suena bien, me gusta."

"¿Tiene algún significado?"

"Significa «criatura renacida» en lengua muerta."

"Wow..."

"Honestamente el nombre te viene como anillo al dedo." Señalaba Joowan, haciendo al azabache reír del mismo modo que a los demás. "¿Y tienes idea de cómo llegaste aquí? Es curioso. No todos los días el cielo se abre para que una criatura renacida aterrice en el campo de manzanas."

Jungkook volvió a reír entre, poniéndose un poco recto y aclarándose la garganta. Joowan, quien estaba atento a él, percibió la tensión en su cuerpo, antes de verle negar.

"Lo cierto es que no recuerdo nada en absoluto."

"¿Nada?"

"Nada de nada. No tengo ni idea de cómo llegué aquí." Explicó. "Sólo recuerdo estar cayendo eternamente y luego despertarme en este taller con muchas criaturas diminutas mirándome. Antes de eso son todo lagunas."

El gesto de Jimin se torció. "Eso es horrible."

"Lo es, sí." Asentía, volviendo a aclararse la garganta.

Por su parte, Joowan era plenamente consciente de que algo no iba bien, analizando a Jungkook como si así pudiera leerle la mente.

Antes de poder decir algo siquiera, el chillido de un ave en el exterior hizo que Jimin se pusiera en pie con rapidez, sus ojos abriéndose de par en par al notar que ese era su toque de queda advirtiéndole.

"¡Dios mío, es tardísimo!"

"¿Qué hora es?"

Wooyoung se acercó a la ventana. "Está super oscuro... Debe ser de madrugada."

"Deberíamos irnos antes de que alguien pase a buscarnos, probablemente mañana cuando todos vuelvan al campo y vean el desastre tendremos mucho que hacer."

Jungkook no pudo no sentirse culpable.

"Sí, vámonos ya. Mañana vendremos temprano e intentaremos buscar una solución."

"Será lo mejor, sí..." Joowan, cuyos ojos continuaban fijos en los del gigante, asintió. "Woongki, Hyeongjun, vamos."

Los mellizos se pusieron en pie, siguiendo a su hermano mayor.

"Adiós, Jungkook. Buenas noches."

"Buenas noches, Jungkook, Hasta mañana. Adiós, TaeHyung, que descanséis."

"Adiós, TaeHyung."

"Adiós, chicos. Hasta mañana."

Los tres hermanos se marcharon.

"Nos vemos mañana." Wooyoung también.

"Descansad."

"Chao, chao."

Jimin y Yim cerraron la puerta tras de sí, dándoles una última sonrisa a modo de despedida. Medio segundo después, TaeHyung cayó sobre la almohada, agotado y casi sobresaltando a Jungkook, quien miró a su izquierda sólo para ver al mosquito rosa ocupando una décima parte de la almohada.

Una risa involuntaria abandonó sus labios, lo suficientemente alto como para que TaeHyung le observaba con el ceño fruncido, extrañado.

"¿De qué te ríes?"

"De nada, es que eres muy pequeño y no me acostumbro..."

El mosquito rosa bufó. "No soy pequeño, tú eres exageradamente grande."

"También..." Volviendo a mirarle, soltó una segunda carcajada.

"¿Qué es tan gracioso ahora?"

Jungkook lo señaló como pudo. "Es que ocupas muy poco espacio en la almohada..."

"¿Cuánto espacio pretendes que ocupe? Es una almohada adaptada a tu tamaño, las que nosotros usamos son proporcionales a nuestra cabeza, y mi cabeza es un poco más grande que la yema de tu dedo pulgar." Explicó, al borde del sonrojo. La risa ajena incrementó. "¡Oye!"

"Lo siento, lo siento..." Se disculpó al instante. "No me rio de ti, sino de la situación, te lo prometo."

"Más te vale..."

"Aunque si te soy sincero, creo que no deberías dormir ahí. Es una muy mala idea."

Confundido, el mosquito rosa volvió a mirarle. "¿Por qué?"

"Me muevo mucho por la noche, cabe la posibilidad de que te aplaste por accidente mientras duermo. No me gustaría que pasase eso."

TaeHyung emitió un chillido, horrorizado, incorporándose con rapidez.

"¿Y- y dónde duermo...?"

Jungkook señaló el espacio vacío sobre su cabeza pelinegra, dando pequeños golpecitos ahí.

"Acuéstate ahí arriba, no habrá peligro ya que sólo me muevo de lado a lado y hay un buen trozo entre mi cabeza y la pared en donde sobra almohada para siete criaturas como tú. No acabarás aplastado."

Titubeando a la hora de acercarse de nuevo, este analizó el hueco restante en la almohada, efectivamente, entre la cabeza de Jungkook y la pared. Cabía ahí a la perfección e incluso sobraba espacio para hacer la croqueta durmiendo, así que no era una idea tan, tan terrorífica. Y, además, estaba lo suficientemente agotado como para pensar en buscar otra opción.

"Bueno..."

Con la sensación del mosquito pelirosa sobrevolando su cabeza y aterrizando en la almohada, Jungkook respiró, sintiendo cosquillas en el cerebro. Era algo extraño.

"¿Estás cómodo ahí?"

"Sí." Le escuchó decir en voz bajita. "Aunque he olvidado traer una manta para mí..."

"Ow..."

Mirando a su alrededor en busca de algo con lo que TaeHyung pudiera taparse, Jungkook no encontró nada en absoluto. O al menos, no hasta que miró su propia ropa, la cual se encontraba rasgada en los bordes, bordes que no dudó en jalar hacia abajo, desgarrando la tela y consiguiendo un trozo lo suficientemente grande para entregarle al pelirosa, quien jadeó por el ruido.

"¡¿Qué ha sido eso?!"

Tan pronto como se incorporó para mirar, vio un trozo de tela frente a sus narices.

"Toma, tápate con eso."

Él parpadeó, confundido. "¿De dónde lo has...?"

"Buenas noches, mosquito rosa. Que descanses." Fue lo que recibió en respuesta.

TaeHyung, perplejo, apenas pudo entreabrir los labios para desearle lo mismo, cuando fue consciente del modo en que acababa de llamarle y se sintió ofendido.

"¡¿Cómo me has llamado?!"

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