Problemas
Advertencias: violencia típica del anime.
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Un hombre mayor de cabellos negros caminaba por la ciudad de Yokohama esperando encontrar un alma desdichada para darle la oportunidad de sanar en conjunto de su alma gemela. Aizen Mō-ō es la deidad del amor, es obvio que sabe cuando este sentimiento afecta a los humanos.
Para su sorpresa dió con él en un abrir y cerrar de ojos. Un muchacho de cabellos grises hablaba con una niña de vestido rojo, no, ellos no eran su prueba de amor, pero su tema de conversación si.
“Maldito Akutagawa, me dejó tirado después de la misión” decía el de tirantes sosteniendo la bebida de su compañera, quien aún con esa cara estoica prestaba atención.
“Nunca me agradó, rechazó mi solicitud para cortar a Yasha unas cinco veces” respondió indiferente.
“Pues ni hablar, solo trabajo con él porque Dazai-san me lo pide”.
El “hombre” sonrió y se dió a la tarea de investigar al otro ser causante de la arritmia en el joven. Era un muchacho de ojos grises y gabardina negra, taciturno, y de aspecto desaliñado, perfecto para un romance adolescente.
—Soy bueno con estas cosas, hace poco reuní a la misma alma de distintos cuerpos— se dijo el sujeto de ojos ámbar—. Esto será divertido.
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Akutagawa caminaba por los pasillos de la mafia buscando a Chuuya, quien sería su compañero en la siguiente misión. Sus pasos se detuvieron al escuchar más eco de lo normal.
—Sincronizaste tus pasos con los míos, pero sé que estás ahí, muestrate— exigió listo para cortar al intruso con su habilidad.
—Vaya forma de hablarle a una dama— una mujer de cabellos azabaches y ojos ámbar salió de entre las sombras—. Es una bella noche…
Akutagawa usó su habilidad lanzando un ataque directo que apenas logró esquivar.
—Humanos incultos, ¿Por qué su primera reacción es lastimarme?— corrió en su dirección pero fue fácilmente atrapada de ambos pies—. ¡Es trampa!.
—¿Quién te envió?— preguntó hincándose cerca de ella para ver su rostro, e incluso jaló su cabello para distinguir con claridad sus facciones, un terrible error.
—La mismidad del amor.
Cayó de cara al piso desmayado. Bueno, se defendió más que Atsushi, eso era seguro
Nakajima salía de su departamento compartido sin la presencia femenina, él iría a comprar la cena y ella limpiaría la sala.
—Ayuda, me perdí— dijo una niña azabache de ojos ámbar.
—¿Recuerdas el número de tu madre?— era tan bondadoso, eso sería un problema a futuro.
—No, la eternidad no tiene eso— se acercó lo suficiente para tocar su pierna con delicadeza—. Vamos niño, demos un paseo.
Atsushi cayó desmayado casi al instante de oírla.
—Diste menos pelea que el otro…son muy compatibles.
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—¡Ayuda!— gritó el de cabellos grises abriendo los ojos de golpe. Su entorno era desconocido, parecía un cuarto de espejos—. ¿Qué es eso?.
Se acercó al otro cuerpo picando sus costillas hasta escuchar un tosido peculiar. El contrario se enderezó hasta sentarse de frente a la víctima.
—¡¿Akutagawa?!— lo llamó el tigre—. ¿Qué haces aquí? ¿Qué nos pasó?.
—Una maldita usuaria de habilidades nos atrapó, tenía esperanza de que fuera para algún experimento pero si estás aquí seguramente se trata de algún circo clandestino…
—¡¿Qué dijiste?!— notó que ninguno estaba atado—. La ciudad podría estar en peligro, debemos salir de aquí ahora.
Ambos comenzaron a golpear los cristales, pero nada sucedía. Fue entonces que la figura de un joven delgado de ojos ámbar y cabellera oscura se reflejó en una pared—. Bienvenidos a mi juego…
Akutagawa le dió un golpe en la mandíbula obteniendo un quejido de su compañero—. ¿Dónde está la mujer que nos trajo?.
—Soy yo, si prefieren esa forma puedo lucir mayor— sonrió sobando la zona agredida—. No intenten golpearme, no soy capaz de sentir dolor físico.
—¿Qué quieres de nosotros?— interrogó Atsushi—. Te daremos lo que quieras.
—Puedes quedarte con la alfombra de tigre— la seriedad de Akutagawa hizo que los contrarios fruncieran el ceño.
—Solo quiero que se enamoren, es sencillo y…
Ahora las dos víctimas lo golpearon haciéndolo chocar con un espejo.
—¡La agencia no tardará en buscarnos!— gruñó el más joven.
—Podemos derrotarlo nosotros solos.
—Se los dije, no intenten dañarme porque aún si no me lastiman, me molesta que no me dejen terminar mis oraciones— el joven se puso derecho para explicarles la dinámica—. Los dejaré hacer equipo, normalmente no es así pero ustedes son necios y tontos. Pueden hacer de todo, y no hay límite de tiempo.
Chasqueó los dedos haciéndolos perder nuevamente el conocimiento.
—Lo olvidé, haganme reir o ambos perderán sus almas.
Notas de la autora:
NO es un enemies to lovers, es un enemies to friends, to lovers (no me sale la primera) me es más fácil escribir cosas tristes y románticas si hay un cambio gradual entes los personajes.
Les recomiendo leer mi otra obra que involucra a esta deidad con los personajes de BSD para entender un poco más. No es necesario pero me harían un favor.
Si ven faltas de ortografía díganme. Gracias por leer.
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