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Devoted

Sunghoon contempla el rostro mallugado de su ahora ex, prestándole atención a cada una de las heridas que en este se presentan. El platinado suspira con pesar, mientras que su mirada recae. Sunghoon siente una profunda resignación, sabe lo que tiene que hacer a continuación. Sin perder más tiempo el platinado, toma el botiquín de emergencias. Cambia su vista hacia la pequeña caja, la abre de apuro, empezando a rebuscar con habilidad. Sunghoon sabe perfectamente donde esta cada cosa, un detalle que le hace sentirse ridículamente confiado. Sunghoon es ágil en tomar el suero y verter algunas gotas en un algodón.

Un palpitar inquietante al momento de acercar el algodoncillo, pero eso no lo hace limitarse en ponerlo de un tajo. Lo posa sobre la herida que yace justo en la mitad del labio inferior del moreno, dando pequeños toques, empieza su tarea de desinfectar los males. Y ahí está, ese inquietante gruñido, siente como le coloca la piel de gallina. Seguidamente se encuentra con lo que esperaba, la mirada fija de Jay. El chico no sabe muy bien lo que es el espacio personal, escasos milímetros se restan de sus rostros.

La mirada de Jay le recorre el rostro de Sunghoon con ímpetu, para luego descansar con fervor en sus labios. Sunghoon revuelve su mirar buscando algo, cualquier cosa en la que pueda distraerse de lo que ha presenciado. Esas impetuosas ganas de besar esos lastimados labios, sabe que son implícitamente ilegales. Su mente no debería ni siquiera considéralo, se siente un total pervertido ante su imaginación.

Sunghoon resopla en un intento por dar a notar sus sentimientos. _Dame algo de espacio personal Jay, ocupo curar tus heridas, antes que nada. _

Jay sonríe encantador, sonrisa que se convierte en mueca. El dolor de la cortadilla en medio de sus labios, es especialmente incomodo después de la solución. Maldice entre dientes y ante la mirada curiosa de Sunghoon. El chico esta tan atento a todo su ser, que la sola idea le hace querer acortar hasta la mínima distancia entre sus cuerpos. Se compone mientras deja que las ideas se drenen de su conciencia, quien parece no estar haciendo su trabajo adecuadamente.

_Tu podrías hacerlo mejor si te subieses justo aquí, sería mucho más cómodo para ambos. _Jay explica con un tinte claro entre calma y seducción.

Jay se encarga de hacerse hacia atrás, luego dar por terminado su acomode a través de un pequeña, pero certera embestida al aire. Dejando ese espacio justo en su regazo, un llamado claro para el platinado. Jay lo miro fijamente en espera, pero este solo se quedó mirando sus movimientos. Fijo en ciertas partes de su cuerpo, aquello lo hizo sentir alagado. Lo escucho dejar ir un jadeo ahogado, tuvo que contenerse para so sonreír de vuelta socarrón.

Sunghoon miro fijamente a Jay. _No puedo creer que seas capaz de decir cosas, no después de que te masacraras a golpes con esos tipos. _

Sunghoon cambia de tema de golpe o al menos eso trata de hacer. Con rabia toma el rostro de Jay de vuelta y regresa a lo que, al principio era su propósito. Sigue su tarea de dar toquecillos en la herida, ignorando uno que gutural ahogado. La herida parece ser superficial, pero tiene pinta de dejar cicatriz. Sunghoon evita imaginar más sobre el futuro, concentrándose en el presente de colocar la pomada. Esta se siente fresca en la yema de sus dedos, agradece que estos estén limpios.

_Pero mírame a los ojos, mírame un minuto..._Jay hace un sonidillo de ruego combinado con redención.

Jay le importa muy poco la aplicación de la pomada, roza sus labios sobre las yemas de los dedos de Sunghoon. Este no se molesta en quitarlo en ningún momento, sigue aplicando como si nada. Luego le mira al escuchar sus ruegos, como si se resignara a prestarle esa atención que tanto exige.

Sunghoon hace una mueca. _Estoy haciéndolo, no hagas que me arrepienta. _

Jay sonríe ante su batalla ganada, al ver esos ojos solo para él. Se traga el ardor de labios, sabiendo que el toque es como su medicina. Traicionero jala al platinado y de un momento a otro, este recae en su regazo. Sunghoon solo se deja hacer, como si el movimiento le hubiese ganado. No batalla cuando cae certero, ni cuando las manos de Jay juegan hasta ajustarse en su pequeña cintura.

_A ellos les fue divinamente peor, acabe con ellos sin problemas. _ Jay alega mordaz.

Sunghoon escucha con atención, mientras contempla como Jay habla sobre sus labios. No sabe la razón por la que eso le paraliza, hasta el punto de no querer siquiera forcejear ante el tacto de Jay. Se resigna quedándose ahí, porque sabe por experiencia, que es la única manera de tenerle quieto. Estar sobre el significa domínale, por más de que se sienta como todo lo contrario.

_Fingiré que te creo, así ya dejas de joderme, de una buena vez por todas. _ Sunghoon hace una pequeña pausa. _Ni siquiera debería de estar aquí, no sé porque demonios sigo viniendo a ti. Atender a tus llamadas solo significa una cosa para mí, problemas. _

Sunghoon termina de decir sus verdades, justo sobre la cara de Jay. Luego simplemente sigue con lo suyo, curar el resto de las heridas del rostro. Hay una en la ceja, le pone atención a esta. Desinfecta recibiendo menos quejas, pero puede sentir apretones departe de Jay. La presión en sus caderas, que luego se desvanece en caricias.

Sunghoon ignora aquello a capa y espada, tratando de enfocarse en un punto fijo. Toma las tirillas de heridas y las coloca una a una, hasta rellenar el largo de la herida. Todo parecía ir bien con ignorar al moreno, hasta que esta demanda su atención. Un agarre firme en su cuello y es todo para que sus ojos vallan a donde fueron reclamados.

Jay sonríe con gracia. _Soy tu problema favorito, por eso siempre vienes a mí. _

Jay se dedica a dar caricias en el cuello del platinado, sube hasta llegar a rozar aquellos labios. Siente como estos tiemblan al toque, como se remojan de inmediato. Jay contempla la mirada ansiosa de Sunghoon, frustrado hasta la raíz. Empieza a contemplar cuanto tiempo le tomara terminar, lo que ya parece estar comenzando entre ambos.

_Te odio..._ Sunghoon suelta mordaz.

_Me amas. _Jay ronronea.

_Jay por favor, tu y yo ya no..._Sunghoon corta abruptamente.

Jay desvanece sus caricias, dejándose ir hasta el cabezal de la cama. Mira con inocencia a su chico, como si no hubiese probado sus nervios. Un amargo sabor a realidad se ocupa en su garganta y aprieta más que mil sogas. No piensa tragarlo despacio, pero al menos lo intenta. Su mandíbula marcándose en un desafío, evidente ante su enojo. Revuelve su mirada, hasta ocuparla otra vez en Sunghoon.

_Entiendo lo que quieres decir, no necesitas repetirlo una vez más. _Jay suelta aquella frase.

Sunghoon mira fijamente a Jay. _Dime la razón por la que te peleaste con esos hombres y te pido de antemano que no intentes mentirme. Sé cuándo lo haces Jay, puedo verlo en tus ojos. _

_No te lo diré..._ Jay advirtió

_ ¿Por qué no lo harás? _ Sunghoon reclamo.

_No querrás saberlo, saberlo podría herirte. _ Jay hablo en voz baja.

Sunghoon respiro profundamente. _Eso no es cierto, no me herirá más de lo que estoy. _

Jay miro fijamente a Sunghoon. _Ellos estaban hablando cosas sobre ti, cosas que no podía permitir que dijesen. _ Jay hizo una mueca. _ En realidad ellos no merecen, siquiera pronunciar tu nombre. _

Jay no puede evitarlo, tiene flashes vivaces de aquel momento. El ver a esos chicos hablar entre ellos de Sunghoon, el solo hecho de escucharlos pronunciar su nombre. Hubiese estado buen con aguantarse aquello, si tan solo no hubiesen dicho nada más. No fue exactamente así, ellos siguieron con su mierda. Hablando de Sunghoon como si de un objeto se tratase, sorteándose quién sería el próximo en follarselo. Entre ellos estaba el mismísimo Jake, anunciando que les daba el permiso de secundarlo cuando quisiesen.

En cuanto a Jay y sus cabales, fue más que suficiente. No se limitó en enfrentarles, sin decir mucho los enfrento como pudo. Eran tres de esos idiotas, pudo con dos fácilmente. Rompió las bocas de cada uno de ellos, para que no volviesen a hablar mierda de su ángel. Luego se enfrenta Jake, lo tomo ya cansado verdaderamente. Logro golpearle la cara, pero este se defendió provocándole heridas.

Sunghoon hizo una mueca. _Infinidades de veces te lo he dicho, no tienes por qué escucharles. En resumidas cuentas, yo, ya no soy nada tuyo. _

Jay miro fijamente a Sunghoon. _ ¿Entonces que debería de hacer? _ Jay alzo la voz. _Dejar que todos te llamen puta cuando les plazca. _Jay dejo ir un amargo. _ Fingir que no me hierve la sangre cuando les escucho rebajarte, no puedo evitar defenderte por sobre todas las cosas, incluso si ya no eres mío Sunghoon. Yo te..._

Jay se mordió la lengua antes de siquiera decirlo, nunca lo había dicho antes. Era talvez su desesperación o quizás simplemente lo sentía. Le amaba como para defenderle, como para sellar sus labios ante lo de Jake. No quería que alguien le rompiese el corazón a Sunghoon, incluso cuando el mismo lo había hecho. Muy egoísta de su parte, pero no se arrepentía en lo absoluto.

_Puedo hacer eso por mi cuenta Jay, recuerda de dónde vengo. _ Sunghoon hablo apacible. _No necesito a alguien problemático como tu defendiéndome, es obvio que solo traes problemas a mi vida. Esa es la razón por la que lo nuestro nunca funciono y sabes que nunca funcionara. Estoy mejor con Jake ahora, tu deberías buscar a alguien tan bueno como él. _ Sunghoon miro a Jay con lastima.

Sunghoon se levantó de golpe, total ya había terminado. No tenía por qué seguir aguantándose los reclamos de Jay, es obvio que solo estaba siendo el macho alfa de siempre. Siempre queriendo protegerle de quien sabe que, él sabía cuidarse bien solo. No por algo había vendido su cuerpo, por tanto, viviendo lo peor de lo peor. Todos esos lujos que había obtenido, habían tenido un precio el cual pagar. Su cuerpo seguía siendo el mismo, pero su alma estaba perdida.

_ ¿A dónde vas? _

Jay corre hasta poder tomar la mano de Sunghoon y entrelazarla con la suya. Lo atrae sin vergüenza alguna y este solo le hace un pequeño forcejeo. Su mirar fijo retándole, extrañaba aquella personalidad desafiante. Aún recuerda como Sunghoon solía defenderse de aquellos clientes asquerosos, lo último que esperabas de él, era verle partiéndole la cara a cada hombre que intentaba propasarse.

_A donde debería. _Sunghoon asegura.

Sunghoon se suelta del agarre bruscamente y camina rápidamente hacia la puerta de la habitación. Lleno de ira ante lo interminable, ese juego de apretar y aflojar constante. Desea que pudiese terminar, pero sabe que aún es inestable. Se apura a tomar el pomo de la puerta, en busca de gíralo y salir de ahí de una vez por todas.

_Tu ni siquiera lo amas, solo estas con él para olvidarme. _ Jay vocifera.

Jay ve como Sunghoon se gira de golpe y le mira enteramente a los ojos. _Yo jamás le haría eso a Jake. _Los labios de Sunghoon se sellaron después de decir aquello.

_Por la forma en la que tu voz tiembla, el cómo tus ojos se vuelven llorosos. Puedo leer tan bien tu cuerpo, no necesitas responderme. Si viniste hasta aquí por tus propias cuentas, al menos ten la valentía de aceptar lo obvio. _Jay sentencia.

Sunghoon miro fijamente a Jay. _Incluso si acepto mi realidad ante ti, eso no cambiara nada entre nosotros. Solo terminaremos usándonos el uno al otro, es un circulo interminable Jay. _

Sunghoon hablo entre líneas, sustentando lo obvio. Jay y sus interminables suplicas por una noche más ¿Cuantas veces más iba a engañar a Jake? ¿Cuantas veces se había besado con Jay en los pasillos de la universidad? Pasillos por los que también paseaba de la mano de Jake. Talvez la gente si tenía razón sobre él, era una total zorra. Sus días en el club, le perseguirían para siempre.

_Prefiero tenerte en este círculo interminable de tormentas, que perderte para siembre en la calma. Permíteme tenerte una vez más, solo una vez más. _

Jay se acercó después de decir aquello, Sunghoon no se movió para nada. El chico parecía paralizado, pero atento a sus movimientos. Jay no tuvo que hacer mucho después de ello, solo tuvo que llegar lo suficientemente cerca. Esos labios no dudaron en atraparle, esos brazos aceptándole esas piernas justas a su cadera. Sus cuerpos encajando a la perfección, mientras sus labios no se quedaban atrás.

Constante en su camino de vuelta a donde pertenecían, aquella cama en la que lo habían hecho miles de veces. No era tan difícil de entender como todo escalo demasiado rápido, como sus manos buscaban despojar cualquier cosa que les impidiese seguir. Sus cuerpos sin prendas que estorbasen, solo fue la excusa perfecta para saborear. Probada a probada, sensación por sensación. La habitación reduciéndose en sonidos de placer, que se ahogaban a medida que su amor se consumaba.




Jay fue el primero en abrir los ojos al día siguiente, los incansables rayos de luz le cegaban. Incluso con los ojos cerrados, gruño de mala gana, al no poder soportarlo más. Hubiese maldecido ante como la naturaleza lo despertó de la manera más incómoda, pero se encontró perdonándola casi de inmediato, al ver la imagen frente a sus ojos. Su ángel yacía frente a sus ojos, envuelto entre sábanas blancas. Su pecho relucía lechoso, iluminado por los rayos de luz del amanecer. Tan divino ante sus ojos, que no dudo en contemplarlo un momento más.

Los flashes de la noche anterior, lo hicieron recordar todo. Entonces lo azoto aquella incomodidad en sus labios, se suponía que no debía abusar de ellos. Mas había valido totalmente la pena, había besado a la persona que más amaba. El dolor era lo de menos, todo valía completamente la pena. Se lanzó a tomar a Sunghoon hasta que se unió totalmente a él en un mimo.

Le escucho gruñir por debajo de su toque, pero al final se acomodó en su pecho sin problemas. Dejando un par de besos, repartiendo caricias. Jay solo contuvo una boba sonrisa, recordándose que aquello era solo temporal. Debía ser paciente y esperar a que Sunghoon abriese los ojos. No pensaba decirle de lo de Jake, Sunghoon jamás le creería. No con su historial de mentiras, no podía competir con Jake. El supuesto chico perfecto ante Sunghoon. Mas se conformaba con al menos seguir teniendo un poco de Sunghoon y hacer pagar a Jake de por medio.

_Deja de sostenerme así, sabes que me iré de todos modos. _

Sunghoon hablo con aquella voz mañanezca, sin vergüenza levanto de golpe. Contemplando su obra de arte, sonrió ante lo que veía. Sus perfectas uñas en manicura, habían hecho estragos en el pecho de Jay. Mas no le apetecía curar esas heridas, su placer culposo siempre había sido hacerlas en Jay. Sunghoon no pudo ocultar son sonrisa de dientes afilados, al ver las mordidas en los hombros de Jay. Sus ojos finalmente descansaron en la uve remarcada en Jay y los pequeños besos permanentes, que había dejado ahí.

_Te sostengo como lo que soy, alguien al que todavía le perteneces. _

Jay hablo entre líneas, pero en su cuerpo se notaba de antemano. Su cuerpo lleno del rastro de Sunghoon, era la viva prueba de que seguían siendo del otro. Pero Jay, especialmente Jay, se sentía completamente de Sunghoon. Cada día lo comprobaba más y estaba dispuesto a demostrarlo en el futuro. No iba a seguir ocultando sus sentimientos como un cobarde al que sus padres le negaron el amor, escribiría su destino de una forma diferente. Aceptada a Sunghoon con sus virtudes y defectos, no volvería a dejarse llevar por lo que decía la gente.

_Puedes irte cuando quieras, te dejo ir por el tiempo que necesites. Sé que volverás tarde o temprano, soy tu más grande debilidad. _ Jay hablo apacible.

Sunghoon solo miro fijamente a Jay, para luego ir a por sus labios. Plantándole un beso en el que poco a poco, fue montándose sobre su regazo. Justo al terminar de probarlo por completo, lo volvió a ser una vez más. Succionando el labio inferior de este, escuchando un gemido bajito de parte de Jay. La mirada fija de este en sus labios, se podía leer su deseo de poseerle, era halagador. Sentirse deseado por Jay, seguía sintiéndose demasiado bien. Sunghoon tuvo que contenerse para no seguir dando giros sobre esas caderas, de seguir siendo guiado por el agarre fuerte que Jay seguía ejerciendo en su cintura.

Sunghoon respiro profundo. _Hasta nunca Jay. _

_Más bien... hasta luego. _ Jay repaso su mirada en Sunghoon.

Luego el moreno simplemente, dejo un cálido beso en la frente del pálido. Lo sintió suspirar relajado, para luego alejarse. Evitando su mirada, con unas evidentes mejillas sonrosadas. Jay sonrió ante la imagen, le pareció bastante adorable. Después de todo Sunghoon, era el chico miel sobre hojuelas. Dulce como la miel, delicado tal hojuela.

Le vio levantarse con lentitud, incluso le ayudo a componerse. Contemplando como las sabanas abandonaban su cuerpo y este se retiraba sin vergüenza alguna. Dándole una mirada regañona, al notar como lo miraba fijo mientras recogía su ropa. Jay no escatimo en ver cada detalle de ese trasero, mucho menos de esa cintura. El como la ropa embonaba a la perfección y hacia todo verse bien. No tan bien como cuando la desnudez reinaba, pero en definitiva bien.

Esperaría pacientemente, hasta que la farsa de Jake se cayese. Jay se sentía perverso al siquiera pesarlo, se despidió con un guiño de Sunghoon. Tratando de verse como el fuckboy que era, tratando de ocultar lo colado que estaba del patinador. Incluso cuando sabía que, probablemente aquello estaba pintado en toda su cara. 





Hola. Vengo a hacerle justicia a este ship de Enhypen, aportando un poco de mi cretividad humildemente. Escribi esto inspiradisima, pero encontrar un titulo fue complicado. Es la primera vez que me bloqueo asi con titulos, no debi haber perdido mis borradores de titulos alternativos.  

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