SAN.

Ave, o Maria, piena di grazia, il Signore è con te. E benedetto è il frutto del tuo seno, Gesù. Santa Maria, Madre di Dio, prega per noi peccatori, adesso e nell'ora della nostra morte. Amen

Termine de persignarme, como fiel devoto cada domingo venia a la iglesia, Santa Di Maria Maggiore. No faltaría que viniera el día que me habia convertido en el nuevo consigliere.

Poco a poco el apellido De Luca se hacia notar en la cosa nostra. A pesar de que mi madre era asiática, mi padre como buen siciliano  me enseñó qué nadie podía pisar el apellido, que ni sangre era italiana  y que le debía cortar la cabeza  a quien se atreviera a dudarlo.

Gracias a este pensamiento, pude llegar hasta aquí, me conocían por no tener piedad, por siempre llevar el control de la situación de una manera fría.

Hoy tendría una cena para empezar con mis nuevas tareas, había algunas caras que en verdad deseaba ver.

Me levante  del asiento para irme, pero como si el señor aun deseara premiarme  más, deja a mi alcance a Lucía, la bella monja.

Tiene poco que tomo el habito, la había visto antes, pero siempre venia acompañada de la superiora o había más gente alrededor.

Pero hoy esta sola encendiendo las velas del santuario.

Pobre dulce niña, no rezo tanto como yo.

—Tráiganla, pero si le hacen daño los mato.

Camine hasta el auto escuchando para esperar a mi pequeño regalo….