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Quince


Lucia.

Como lo suponía, aunque la misa fue lo normal, las miradas de las que fueron mis hermanas no se detuvieron, incluso el cardenal me lanzaba miradas de vez en cuando, pero no sabia ¿Qué pensaban?

¿Se compadecían?

¿Me juzgaban?

¿Se notaban sorprendidos?

Tal vez ya me creían muerta, pero lo que se es que en ningún momento le cuestionaron a San ¿Qué había hecho conmigo?, despues de todo me tomo a plena luz del día, no es como si lo hubiera ocultado.

Ellos no se meterían en una decisión que el mayor benefactor de la iglesia tuviera, pero ni un mínimo de empatía hacia lo que me paso.

No me estoy haciendo la victima, porque en ningún momento fui tratada mal, al contrario, me demostró lo que es que tengan un real interés por uno.

San se levanto para la comunión, yo me quede sentada, pues sin la absolución no me atrevía a tomarla. Cuando termino la misa acompañe a San a las oficinas donde siempre dejaba el donativo, me quede esperando en el pasillo.

—Lucia —Julia se acerco a mi y me tomo de las manos —santo dios, creímos que estabas muerta.

—¿Quién le dijo eso?

—La madre superiora, ella nos dijo que habías sufrido un accidente lamentable, así que por eso desapareciste, pero nos pareció extraño que no te hicieran una misa o algo así.

—Entiendo.

—Pero me alegra que estes bien, mira que linda te vez, veo que vienes con el señor De Luca, ¿Qué haces con él?

—Julia —la madre superiora la reprendió —no debes hablar con ella, regresa a tus deberes.

Como era de esperarse, Julia reacciono ante el comentario de la superiora.

—¿Usted sabia que ella vivía?

—No hablemos de ello.

—Claro es mejor darme por muerta.

—Yo intente salvar tu alma, pensé que te habías encaminado hacia Dios, pero caíste ante el demonio mismo —se persigno —solo me quedaba orar por tu alma.

—El demonio dice, eso piensa de él, pero parece que el dinero que da a la iglesia no esta condenado.

San salió de la oficina, haciendo que las dos mujeres frente mío se quedaran congeladas, yo lo observe.

—¿Sucede algo princesa?

—Nada, ¿Podríamos casarnos aquí? me encantaría que fuera en esta iglesia, quiero que todas las que fueron mis hermanas estén presentes.

—Claro —tomo mi mentón —haremos que eso suceda.

Haría que la superiora observara como me caso con el demonio que repudia, no la dejare faltar a la ocasión...

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