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☾ONE☽

Capítulo 1
¿Qué es de ellos?

Un niño de cabello celeste y ojos fucsia rojizos miró con indecisión la puerta frente a él. Era una puerta que se le hacía tan conocida y, a su vez, tan desconocida que tenía fuertes ganas de llorar y su cuerpo temblaba ligeramente confundido, era abrumador volver nuevamente a casa de una vez por todas, era simplemente agobiante saber que luego de vivir la mitad de su vida con un tío que lo manipulaba para herir a su prima, podría volver a su casa.

¿Su madre lo reconocería? ¿Su padre lo recordaría? Su mamá siempre fue un poco bruta, pero tenía un buen corazón y su padre siempre era la voz de la razón entre ambos, sinceramente era sorprendente el hecho de que, considerando las reglas de su clan, su madre tuviera un solo esposo y disfrutara más de la monogamia que de la poligamia como las otras mujeres de su clan.

"Jun" se mordió el labio indeciso si tocar la puerta frente a él o no.

Estaba aterrado porque sabía que los niños varones no eran precisamente apreciados dentro de los clanes serpientes y si uno o dos murieran, a nadie le importaría. En cambio, si él hubiera nacido mujer, todos harían hasta lo imposible por buscarlo y cuidarlo. Básicamente, le darían el mundo en bandeja y él podría elegir libremente a su pareja en vez de tener que luchar por una mujer que quizás, ni siquiera le fuera a mostrar un poco de la dulzura con la que su madre trataba a su padre.

La puerta se abrió suavemente y el niño salió de sus pensamientos mirando con incertidumbre y miedo al adulto que estaba frente a él.

—¿Kiram...? —murmuró el hombre frente a él que sostenía a un pequeño bebé en sus brazos.

—¿Papá...? —llamó tímidamente el chico, casi en un maullido desesperado como el de un gatito bebé en busca de su madre.

El hombre miró fijamente antes de que su rostro se contorsionara y sus ojos se aguaran a la vez que soltaba un pequeño gemido triste mientras caía de rodillas sin importarle que su hermoso yukata celeste pálido se ensuciara o arrugara mientras abrazaba fuertemente a su hijo con una sola mano, aún con el bebé en sus brazos, y empezaba a llorar amargamente con gruesas lágrimas cayendo de sus ojos fucsia.

Su hijo que creía muerto, había vuelto...

—Kiram, Kiram, Kiram —sollozó el adulto afligido mientras el pequeño niño miraba desconcertado y sorprendido como su rostro chocaba contra el hombro de su padre, e inconscientemente, se aferró al yukata del hombre mientras sus propios labios temblaban y sus lágrimas salían de sus ojos.

—¿Quién es el bastardo que se atreve a hacer llorar a mi esposo? —una frívola voz capaz de cortar el aire con un cuchillo salió de las sombras de la escalera antes de que se revelara a una mujer con facciones afiladas y rudas, pero hermosas, con una cicatriz que iba del mentón a su labio.

—¡Kiram! ¡Kiram ha regresado, cariño! —sollozó el hombre mientras dejaba que su cuerpo mostrara al niño perdido.

—¿Kiram no estaba muerto...? —habló la mujer y miró con shock al niño frente a él.

—¡Ese infeliz de Narendra! ¡Sabía que era un completo bastardo, pero no creí que haría toda esta mierda! —gritó ente lágrimas de rabia e impotencia el hombre.

—¿Narendra...? ¡¿Ese hijo de puta hizo que creyéramos que nuestro hijo estaba muerto solo para seguir atormentando a esa pobre mujer?! ¡¿Ese bastardo secuestró a su propio sobrino con tal de extorsionar a Roselyn?! —gritó llena de cólera la mujer mientras temblaba y sus ojos rojos como fuego brillaban peligrosamente en su expresión enfurecida.

—Animal de mierda —gruñó el hombre mientras apretaba a su hijo contra él—. Bebé, vas a tener que explicarnos muchas cosas, pero primero, ¿No quieres una chocolatada?

Kiram miró sorprendido a su padre y asintió ligeramente mientras dejaba que el hombre secara sus lágrimas, ¿Aun recordaba su bebida favorita?

El niño revolvió suavemente su tercera chocolatada bajo la mirada preocupada de su padre. Su madre estaba furiosa y se paseaba de un lado a otro en el patio como un león enjaulado mientras temblaba de ira con una expresión sombría llena de resentimiento y odio.

Por supuesto que Leya estaría envuelta en una rabia burbujeante, ¿Cómo no podría hacerlo? Escuchar a su hijo decir todo lo que tenía planeado el perro sarnoso de Narendra hacía que su sangre hirviera, pero en especial hacía que su corazón doliera por su pobre sobrina, la cual tuvo que vivir llena de sufrimiento, rabia, ira e impotencia mientras intentaba proteger a su hijo en vez de su hermano consanguíneo, el cual había muerto hace mucho, mucho tiempo.

Simplemente no podía creerlo, ¿Cómo podría? Pero su esposo le había advertido una y otra vez sobre los colmillos codiciosos de ese estúpido hombre y decidió tomarlo en cuenta, pero no le dio mucha importancia por su estúpida arrogancia al haber nacido como una mujer dominante de un clan poderoso y prestigioso como lo era el clan mamba negra, sin poner en sus ojos a ese hombre inferior y centrándose más en sus posibles amenazas femeninas.

Fue arrogante y por eso casi pierde un hijo si no fuera porque su sobrina estaba siendo engañada y se sacrificó una y otra vez por Kiram, incluso siendo casi utilizada como un mango para follar por esos asquerosos hombres que no la ponían siquiera en sus ojos y querían aprovecharse de una mujer fuerte que ya no tenía razones para vivir, alguien que ya no tenía nada.

—Papá... ¿Él es mi hermano menor? —preguntó distraídamente el niño mientras se llevaba una cucharada de crema a la boca y apuntaba al bebé en la cuna con la cuchara.

—Si, él es tu hermanito menor... —habló el hombre con algo de preocupación en su voz, estaba preocupado de que su hijo hubiera sido contagiado por las retorcidas ideas de su asqueroso primo de mierda—. También tienes otros dos hermanitos menores que están jugando con niños de otro clan.

"Él es mi hermano, mi familia. Y no dejaré que nadie toque a mi familia o amigos."

Kiram miró con una expresión complicada al bebé mientras su madre entraba a la casa.

—¿Está bien que lo quiera? —preguntó repentinamente en niño y su padre dejó caer la cuchara de palo en sus manos con sorpresa— ¿Está bien que lo proteja y cuide?

"Incluso si me enfrentase al mundo por él, no me importaría quien fuera mi oponente con tal de protegerlo."

—¿Sabes...? Un pirata, no —Kiram negó ligeramente mientras sus ojos se posaban en la chocolatada a medio terminar enfrente de él—. Un nakama de Arya, su capitán, me dijo que no le importaría enfrentarse al mundo con tal de proteger a su hermano, ¿Está bien pensar así? Ary-. No, Sa-chon, ella siempre peleó por proteger a su madre y a mí, no, a su hermano... yo... ¿Está bien pensar así? Ella... ella se veía tan... tan no sé, feliz por proteger algo y yo... y sus cartas llenas de palabras bonitas y de consuelo, con tanta esperanza.... Yo... ¿Está bien que quiera... que quiera intentar proteger y cuidar a mis hermanos menores en vez de verlos como competencia? ¿Está bien que no quiera luchar por la supervivencia del más apto y por demostrar mi superioridad?

Kiram se sorprendió cuando fue abrazado por sus padres y miró con torpeza a los adultos, ¿Por qué lo abrazaban? ¿Era su cumpleaños? No, su cumpleaños ya había pasado, entonces, ¿Qué situación especial era esta? ¿Era un día festivo o algo? Los abrazos solo ocurrían en días especiales, él no... él no había hecho nada memorable ni destacable para recibir un abrazo...

El clan serpiente no era tan demostrativo como su tía Roselyn ni tan afectiva y apasionada como su prima Arya, entonces, ¿Entonces por qué se sentía tan bien ese abrazo? No había logrado nada notable, no había hecho nada que los hiciera sentir orgullosos, no veía como su existencia era valiosa a pesar de todo lo malo que hizo por su egoísmo de querer volverlos a ver...

—Por supuesto que está bien —habló firmemente su madre y él la miró con sorpresa—. A la mierda las creencias del clan, a la mierda sus reglas y la mierda revivir a hidra, ¿A quién le importa esa mierda? Tampoco es como si fuéramos a lograrlo de todos modos, son un montón de leyendas y profecías sin sentido, ¿Por qué le toman tanto peso en primer lugar?

Kiram miró en shock a su madre, era la primera vez que escuchaba a alguien decir tales palabras y su padre estaba bien con ello, incluso la veía con orgullo y muy enamorado. Bueno, descarten lo último, su padre siempre ha tenido esa cara de tonta colegiala enamoradísima de su mayor.

—Kiram, esta es tú vida, tú propia vida. Tú decide qué hacer con ella, no dejes que los vejestorios te pudran la cabeza con sus ideas —gruñó la mujer molesta y luego miró hacia la ventana—. Tu recuerdas que dijeron que Arya había asesinado a todos los miembros de los clanes por los que pasó, ¿Verdad? Eso no es cierto, tal vez haya estado medio alucinando o demasiado aturdida, pero incluso herida ella le habló a tu padre sobre algunos clanes a los que atacarían mientras estaba arrepentida de ante mano por lo que tendría que hacer para mantener a salvo a su familia y, de alguna manera, tu papá logró convencer a algunos integrantes a venir a nuestra villa.

Kiram miró con los ojos temblorosos a su madre y se soltó del abrazo de su padre.

—Arya no asesinó a todos los miembros de los clanes que atacó, de hecho, en algunas ruinas dejó algunos huevos débiles que no tenían posibilidad de sobrevivir, pero incluso si esa posibilidad era solo del 5%, ella los dejó cuando pudo haberlos aniquilado. Tu padre recogió esos huevos y los crío con ayuda de los miembros de respectivos clanes a los que pertenecía. Si, ella mató y quemó muchos lugares, redujo a cenizas islas completamente sanas, pero no era tan despiadada como para seguir al pie de la letra las órdenes del hijo de puta ese.

—¿No sienten odio hacia ella...? —murmuró Kiram.

—No, la mayoría de ellos entienden la situación e igual estaban cansados del trato que recibían en sus respectivos clanes por pensar diferente, Roselyn no es la primera ni la última que ha escapado de su propio clan en busca de libertad y una persona a la que amar.

Leya miró con calma a su primogénito.

—Las leyendas sobre los híbridos son aterradoras, armas asesinas capaces de aniquilar todo a su paso, monstruos que impedirán el regreso de Hidra al mundo y monstruos inmortales que no morirán incluso cuando los apuñalas o le cortas la cabeza. Guardianes del inframundo que vagan por los páramos del lago de Lerna que es la entrada al infierno, los monstruos femeninos que pueden convertir a sus enemigos en piedra dependiendo de la maldición que caiga sobre ellas, esas son...

—Nagas, gorgonas, lamias y equidnas... —murmuró Kiram mirando a su madre temblorosamente.

—En lo personal creo que son puras patrañas de viejos para que los hombres no se vayan con mujeres más sumisas y dulces como las humanas ni que las mujeres se vayan con hombres humanos ya que son pocas mujeres en comparación con la población masculina... pero si algo tuvieron razón esas leyendas, es que Arya es un monstruo en las batallas —habló Leya mirando fijamente el den den mushi de grabación—. Su capacidad regenerativa y el preciso control del veneno no es algo fácil de conseguir, se ha de tener un don natural en ello y una ruptura constante de tus límites para conseguir algo tan atroz como lo que ella es capaz de hacer con su veneno o la regeneración antinatural que tiene.

—Ella fue torturada constantemente y envenenada todos los días sin siquiera darle antídotos, ni siquiera le daban tratamientos básicos después de sus batallas —habló el chico mirando hacia abajo.

—Mmm... eso explicaría en parte su brutal regeneración y su fácil asimilación a diferentes venenos, pero no explicaría su previsión casi profética sobre el campo de batalla y tácticas "enemigas" —meditó Leya pensativamente.

—Hermana dijo que su esposo venía de un clan guerrero, tal vez le haya enseñado técnicas o algo, incluso tal vez sea solo instinto —sugirió suavemente Darayam.

—Aun así...

—¡Papá! —gritaron dos niños mientras se empujaban el uno al otro entrando por la puerta.

—¡Me tiró el pelo...!

—¡Me hizo comer barro...!

Kiram miró con nerviosismo y algo de pánico a los dos menores, no esperaba tener a hermanos tan ruidosos y energéticos...no. No esperaba que un niño pudiera ser energético y tener sonrisas tan brillantes llenas de amor, diversión y entusiasmo.

Mientras tanto, en una isla muy lejana, una burbuja en forma de almohadilla de patita animal se estrelló contra el suelo bruscamente y el cuerpo moribundo de una mujer impactó con brutalidad en el suelo, creando lentamente un charco de sangre en el cráter en que había aterrizado.

Las horas pasaron lentamente mientras la sangre se iba secando y lentamente la mujer se fue levantando con los ojos apagados, sin importarle los gritos de su cuerpo implorando descansar o el dolor sordo en todos sus músculos, sin importarle el pitido en sus oídos o la sangre que no paraba de salir de su nariz ni como sus apenas cerradas heridas se volvían abrir.

Ojos fucias oscurecidos casi al vino tinto, miraron sus manos ensangrentadas mientras su lanza estaba a unos pasos por delante de ella, sus dedos pálidos estaban llenos de su propia sangre, lleno de rasguños, heridas y cortes, también de tierra que podría infectar sus heridas abiertas.

Entonces la miró.

Miró y no hizo nada durante unos minutos antes de levantarse sintiendo como sus heridas se abrían y emporaban a la vez que ella tomaba su lanza entre sus manos, sintiéndola más pesada que nunca.

Su cabeza estaba en blanco, no podía pensar y solo cuando la punta de su lanza chocó contra el suelo y se arrastró con ella en sus miserables pasos durante algunos metros, recién en ese momento fue capaz de soltar unas pequeñas lágrimas y algunos gemidos estrangulados, solo para soltar su lanza, caer de rodillas y taparse el rostro son desesperación.

Gritos adoloridos escaparon de lo profundo de su garganta seca y herida, no le importó desgarrarse las cuerdas vocales mientras seguía gritando y llorando desesperadamente a la vez que su cuerpo se sacudía bruscamente como si quisiera desgarrarse a sí misma con sus manos.

¿Era real o era mentira?

¿Se había enamorado, había amado, había formalizado y luego se habían separado tan bruscamente?

¿Ella había querido a personas y había sido amada y apreciada?

¿Ella realmente había conocido a la mano derecha del rey de los piratas?

¿Rayleigh siquiera en realidad conocía a su padre?

¿Había alguien que la conociera a ella aparte de sus enemigos?

¿Alguien la amaría alguna vez? ¿La querrían siendo la asesina que es? ¿Serían capaces de amarla una vez supieran todos los pecados que había cometido? ¿Era siquiera digna de ser amada?

Gritos.

Gritos, ruegos, llantos y sonidos inentendibles escaparon de su garganta lastimada antes de que sin poder contenerse golpeara el suelo con tanta fuerza que rompió la tierra circundante.

Y siguió rompiendo.

Y partiendo.

Y destruyendo.

Todo a su paso se volvía polvo mientras un aura aterradora la rodeaba en su descontrol completo, sus ojos blancos mientras gritos miserables escapaban de su garganta y las gruesas cuerdas de lágrimas caían sin cesar por sus ojos, desahogando su dolor con todo lo que estuviera a su alrededor sin poder controlar su propia mente rota en un hilo de depresión y agonía.

Sangre goteó de sus puños y luego tomó su lanza bruscamente y empezó a destruir todo a su paso una vez más, ignorando su cansancio, su fiebre, su cuerpo moribundo.

Intentando hacer desaparecer todo y consumirse a sí misma.

El primer capítulo y para el segundo tendrán que esperar mucho MUHAHAHAHA porque o sea, no sé muy bien como redactar este arco aún kfahhfjqks

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