Kiritsugu veía el mundo a su alrededor en blanco y negro.

Esa era la mejor descripción para explicar las cosas.

Era una especie de sala de banquetes, llena de gente que venía a celebrar alguna especie de ocasión.

Era la época medieval si el estilo de ropa decía algo.

Desde las mejores galas de los nobles hasta simples harapos de los plebeyos, parecía que todo un reino se había reunido aquí.

-Ciudadanos del Reino de Camelot- anunció un caballero desde las puertas más grandes y ostentosas.- Con ustedes, el Rey Virgilio y nuestra nueva Reina...¡Mordered!

Los aplausos no se hicieron esperar para nada, todo el reino viendo con adoración a su amado rey y su flamante nueva reina.

-¿Avenger? ¿Saber?- se preguntó a si mismo Kiritsugu, no pudiendo creer lo que veía en frente suyo.

Virgilio era la imagen misma de lo un caballero aspiraba a ser. Noble y de porte orgulloso, Virgilio tenía una sonrisa radiante al ver a su amado pueblo.

Mordered por su parte era la gracia femenina encarnada. De unos hermosos ojos azules, y su cabello del mismo color que el oro que llegaba hasta su cintura, mantenía su cabeza en alto. Su figura, aunque un tanto escondida por ese hermoso vestido rojo que tenía, tenía las curvas que toda mujer mataría por tener en los lugares adecuados.

Desde la mesa central, un grupo de caballeros que destacaban entre tantos, recibía con copas en alto a los recién casados. Felices cada uno por que su rey por fin haya encontrado a la mujer adecuada.

Todos se encontraban tan centrados en la pareja, que solo Kiritsugu parecía notar un par de figuras ocultas entre las sombras.

-¿Estas segura de que esa cosa cumplirá su objetivo, hermana?- cuestionó una voz fría, con mucho veneno en su tono mientras veía a la feliz pareja.

El ritmo cardíaco de Kiritsugu aumentó considerablemente al verle la cara a la primera figura.

-Saber- murmuró el hombre.

Puede que se vea más madura, y que su expresión sea una de un tirano cruel, pero era sin duda alguna Arturia Pendragon, la Saber que invocó.

-Tus preocupaciones sin infundadas, amada mía- dijo una voz suave y tersa, al mismo tiempo que unos delgados brazos abrazaban a (No)Saber del cuello.- Nuestra hija cumplirá su propósito.

-No te apegues tanto a una herramienta más, Morgana- dijo (No)Saber, su tono jamás cambiando en ningún momento.

Lo último que Kiritsugu vio con claridad antes de que todo se nublara en el sueño, fue el propio reflejo de Virgilio en los ojos de aquel ser que se parecía a su Servant.

XXX

Emiya Kiritsugu despertó con brusquedad. Su respiración agitada y su corazón corriendo a mil por hora.

El sueño que tuvo todavía fresco en su mente.

Con los detalles todavía claros para el, Kiritsugu abrió la gaveta que se encontraba al
lado de su cama y de inmediato se puso a anotar cada detalle del sueño en una libreta, asegurándose de no pasar por alto algún detalle por más pequeño que fuese.

-¿Que fue ese sueño?- se cuestionó el Magus Killer, agarrandose la cabeza en frustración.- ¿Por que se sintió tan real, pero a la vez tan falso? ¿Quien es Virgilio?

Viendo los rayos del sol filtrándose por la ventana, Kiritsugu se sacudió de esos pensamientos. Ahora no era el momento para develar la verdad detrás de ese sueño.

Tenía una Guerra que ganar.

XXX

-¡Gray-chan, eres tan kawai!- exclamo Irisviel, apretujando a una pequeña de cabellos grises entre sus brazos.

-Sa...Saver- llamó la pequeña a su Servant, en un desesperado intento por un rescate.

-A mi ni me mires renacuaja- comentó el Servant de la Salvación divertido, viendo la escena desde un sillón que más que seguro cuesta más que todo un departamento.

Luego del fiasco en el Hyatt anoche, Saver y Avenger se encontraron finalmente cara a cara.

Padre e hijo no intercambiaron muchas palabras, pero el menor prometió ir a visitar a la mañana siguiente para discutir mejor la situación.

A la mañana siguiente, apenas Eva vio al menor de sus hijos lloró libremente y lo abrazó hasta el cansancio.

Fue una escena conmovedora, e incluso Maiya no pudo evitar el derramar un par de lágrimas, recordando a aquel hijo que perdió hacia mucho tiempo atrás.

Aunque, nadie se llevó una conmoción mayor que Saber, y no es que fuera por la presencia de Saver en si, sus jaquecas que sufría ya regularmente con el simple recuerdo de un par de ojos azul celestes, sino por la Master misma del peliblanco.

Gray, un ser creado para servir como la reencarnación misma del Rey Arturo.

Decir que Arturia estaba horrorizada era quedarse corto. Prácticamente crearon a una pequeña sin identidad alguna solo con tal de recrear a aquel rey de tiempos lejanos.

La aldea donde vivía Gray era controlada por una sola familia, todos ellos declarando ser los descendientes de sangre del Rey Arturo.

Aún a la edad de 5 años, Gray llego a entender que no tenía identidad como su propia persona, solo era un cuerpo destinado a aguardar el alma de Arturia.

Fue por esta misma búsqueda, un deseo, de individualidad, que Gray fue seleccionada como una Master para la Cuarta Guerra del Santo Grial, y Saver fue aquel que respondió al pedido de socorro de la pequeña.

Cabe decir que en cuanto Irisviel posó su mirada sobre Gray, esta se enamoró profundamente de la ternura natural de la pequeña.

Como resultado, aquí y ahora la mujer de cabellos blancos se encontraba apretujando de lo lindo a Gray.

-Alguien...cambie conmigo- pidió avergonzada la niña de cabellos grises.

-Si quieres puedo ir yo- dijo una especie de cuadrado con cara dentro de una jaula a un lado de Gray.

-Y yo también- comentó Dante divertido.

SMACK

-¡OUCH!-

Dante volteo para fulminar con la mirada a quien lo golpeó, más tuvo que tragar en seco al ver la mirada que Eva le dirigía.

-Jejeje- se rio de manera inocente el Demonio Rojo.

Sparda veía la escena divertido desde las puertas de la estancia, una sonrisa en su rostro al ver a Eva tan feliz. Era algo que conmovía su corazón de Demonio.

Saber se encontraba al lado del Servant de la Venganza, su mirada clava en Gray y en su familiar, Add. Dejando el propósito detrás de la creación de la niña de un lado, había algo en ellos que la llamaba.

Sin que Saber lo notara, su mirada pasó hacia Saver, enfocándose en el rostro del peliblanco específicamente.

Sin que esta misma lo notara, todo lo que no fuera el rostro de Saver empezó a perder luz y enfoque, y prontamente la mente de Saber divago con ella misma.

Flashback:
El Caballero de la Revolución se encontraba de rodillas en una montaña de cadaveres.

A sus espaldas, todos los caballeros que alguna vez conformaron la Mesa Redonda se encontraban muertos.

El propio Caballero de la Revolución estaba a medio camino de seguirlos, puesto un costado de su estómago se encontraba desgarrado y sangraba profusamente.

Partes de su casco se encontraban destrozadas, lo que permitía el ver sus ojos y un par de mechones de cabello.

Unos ojos verdes esmeraldas, regularmente reflejando indiferencia o maldad, se encontraban llenos de miedo y pavor.

Miedo por el Demonio de cabello blanco que observaba todo desde la cima de la colina.

Su cara, simulando aquellas esculturas de mármol de Emperadores de la Roma antigua, se encontraba salpicada de sangre. Todo su cuerpo se encontraba bañado en la sangre de su antiguo pueblo.

Su mera presencia hacia disminuir la temperatura en el ambiente, pero su ira quemaba como mil soles.

-Este...es el fin Virgilio- declaró el Caballero de la Revolución. A pesar de sus heridas y su estado tan lastimero, su actitud era la de un vencedor.- Tu gente, tus caballeros, tu reina...¡TODOS ELLOS TE HAN TRAICIONADO!

Una mirada dementé se apoderó del Caballero, y replegando su casco, se reveló que su expresión coincidía con su rostro.

-¡Admira el reino que creaste! ¡El reino que TU ME ROBASTE!- clamó el desquiciado Caballero.- Dime, ¿como se sintió? ¡¿COMO SE SINTIO EL AMAR A ESA COSA CREADA SOLO PARA TRAICIONARTE?! ¡DIME, REY DE LOS CABALLEROS!

»¿Sentiste desesperación, rabia, impotencia?- mofo, antes de sacar una carcajada demente.- ¡ASÍ ES COMO YO ME SENTÍ ESE DÍA EN EL QUE ME ROBASTE TODO! ¡¿Tienes una idea de cuantos años sacrifique para convertirme en un rey perfecto?!

»¡¿Y TODO PARA QUE?! ¡TODO PARA QUE TU ME LO ROBARAS!- exclamo con tanto veneno y coraje como podía reunir en ese momento tan precario.- Dime lo que se siente, Rey de los Caballeros.

-Rey de los Demonios-

SLASH

-*PUAGHHH*-

-Todo lo que he hecho, todo lo que he conseguido, ha sido con un solo objetivo en mente- Virgilio torció su lanza sagrada, [Rhongomyniad] en el estómago del Caballero de la Revolución.- Poder.

Con una leve patada, Arturia cayó de bruces contra el suelo, su mirada enfocada en el recién bautizado Rey de los Demonios, mientras este alzaba su mano izquierda y la posaba en frente de su rostro, cerrándola con fuerza.

-I need...-

Fin del Flashback:

-...more power- dijo Saber en tono de trance antes de caer desmayada contra el suelo, justo al mismo tiempo que Kiritsugu venía llegando por la otra entrada.

-¡Saber!- exclamaron Irisviel y Eva al mismo tiempo.

Sparda inmediatamente levantó a Saber del piso mientras Dante despejaba el sillón donde se encontraba sentado para que la rubia pudiera acostarse.

-¿Que fue lo qué pasó?- cuestionó Kiritsugu, acercándose también al grupo que se formó en torno a Saber.

-De un momento para otro su mirada se perdió y lo siguiente que supe fue que se desmayó- comentó Sparda, viendo por si Saber si no tenía alguna herida que pudieron haber pasado por alto.

-Creo que la oí decir algo- aportó Eva.

-Si- concordó Sparda, haciendo memoria a lo que dijo.- I need...I need more...-

-I need more power- finalizó Dante, una mirada seria en su rostro. No le gustaba lo que se estaba planteando en frente suyo.

Eva rápidamente empezó a revisar a Saber, buscando alguna causa mágica que haya causado el desmayo de la Servant de la Espada, antes de que su ceño se frunza al ubicar sus manos a la altura del pecho de la rubia.

-Algo está sumamente mal con Saber- declaró la Servant de los Hechizos.- Su Saint Graph, aquello que establece su conexión con el Trono de los Héroes, esta...esta desestabilizada.

-¿Que quieres decir con eso Caster?- preguntó Kiritsugu, solo para no recibir respuesta.

-Eva- dijo Sparda esta vez, poniendo una mano en el hombro de su esposa.

-Saber...Saber podría desaparecer- declaró de forma seria.- Saber podría desaparecer, no solo de esta Guerra, sino del Trono de los Héroes en si.

XxXxX

Corten, rueden e impriman.

Así es queridos lectores...¡Mordered Pendragon era la esposa de Virgilio! El Caballero de la Traición pasó a ser la Reina de la Traición.

¡Este es el verdadero alcance que las acciones de Vergil provocaron!

Y ahora Saber está desvaneciéndose debido a esto, su cuerpo actual está entrando en conflicto con la información resguardada en el Trono de los Héroes.

(Se que fue corto pero entiendan que estoy construyendo algo aquí gente, muchos capítulos serán así).

Nos vemos :v