El Preludio a la Batalla
Un círculo de sangre seca, los cuerpos sin vida de una familia entera sentada al pie del televisor, las cortinas puestas dejando una oscuridad tenebrosa.
Esta escena fue creada por un loco que buscaba convocar un Demonio.
Dicho loco logró convocar algo, y acompañando a lo que el pensaba era un Demonio, dejó la escena del crimen atrás.
Es una pena...que no se haya asegurado de borrar el círculo de convocación.
La sangre seca extraída del cuerpo de la madre empezó a destellar de un rojo carmesí, electricidad estática danzando libremente.
Un destello cegador seguido de un poderoso vendaval marcaron el arribo de un Servant.
La figura apareció arrodillada en su lugar, antes de levantarse y examinar la escena con escrutinio.
El era un hombre, alto y de cabello blanco. Sus ropas eran principalmente moradas, con un estilo Victoriano, una gema roja adornaba el cuello de su saco y un solitario monóculo se posaba en su ojo derecho.
El hombre chasqueó la lengua en disgusto ante la situación que veía, con signos de lo sobrenatural si el cuerpo desgarrado de un infante que se encontraba por la entrada era un indicativo.
El hombre vio con tristeza un cuadro familiar que posaba en una de las paredes, gotas de sangre manchando varias partes de este mismo.
Solo pudo dejar la escena con un humor de tristeza, no sin antes asegurarse de hacer una llamada anónima a la policía para que puedan darle a esta familia un entierro apropiado.
-Servant Avenger, ah llegado- murmuró para si el Servant, perdiéndose entre la oscuridad de la noche.
Dos Días Después:
Avenger se había asegurado de mantenerse al intemperie durante su estadía en la ciudad y explorarla hasta el último detalle, no molestándose para nada con las temperaturas que le toco enfrentar.
Según la información que el Santo Grial le había proporcionado de la época moderna, se encontraba en Fuyuki, en la Cuarta Guerra del Santo Grial.
Su invocación fue de lo más peculiar, puesto que había sido invocado debido a la consciencia residual de la familia que había sido asesinada anoche, sin ningún tipo de Master.
No es que Sparda tuviese prisa, el [Amuleto del Sello] le otorgaba una especie de pseudo-[Invocación Independiente] debido a las cantidades masivas de Prana que podía absorber del mismo aire, haciendo la necesidad de un Master obsoleta.
La Guerra aún no comenzaba oficialmente, pero aún así Sparda podía sentir que todos los jugadores ya se habían presentado en el campo de juego.
-Solo es necesaria una simple chispa- musitó para sí mismo el Caballero Oscuro, pasando por un parque infantil.
THUD
Sparda sintió como algo chocó contra el, y volteando su vista hacia abajo, vio a una niña de como unos 7 años.
-Ite- murmuró para si la pequeña mientras se frotaba la frente.
-¿Esta bien, Ojou-chan?- pregunto Sparda con una sonrisa paternal en la cara mientras se agachaba y le ofrecía una mano a la pequeña.
-¿Eh?- unos orbes azules se abrieron en sorpresa, observando al extraño con escrutinio.
La pequeña tenía cabello castaño, arreglado en coletas laterales, y tenía puesto un pequeño abrigo rojo.
-A...Arigato, Oji-san- murmuró la joven, evitando ver al hombre a la cara, frustrada consigo misma por su torpeza.
Sparda reprimió una risa al ver la pequeña. Se denotaba que se portaba a si misma con mucho orgullo, muy parecida a su hijo mayor.
-¡Rin!-
Servant y humana voltearon simultáneamente al origen del sonido, viendo a una mujer madura dando largas bocanadas de aire mientras se dirigía con ambos.
-La madre de la niña- dedujo el Servant al ver la expresión culposa que la pequeña adoptaba.- Seguramente se alejó sin permiso.
Ella era una bella mujer adulta, su cabello se denotaba de un tinte verde, extrañamente coincidiendo con sus ropas y piel un tanto pálida.
-Rin, no te alejes así- comentó la madre a su hija, quien evitó mirarla debido a la vergüenza que sentía.
-Lo siento, madre- musitó la pequeña.
-Solo no lo vuelvas hacer- pidió la madre más calmada antes de voltear a ver al hombre que acompañaba a su hija.- Muchas gracias por encontrarla, señor...?
-Redgrave- mintió Sparda, sonriéndole a la mujer para asegurarle que todo estaba bien, era una suerte que haya cambiado sus ropas a unas más modernas para no llamar tanto la atención.- Johnatan Redgrave- se presentó el Caballero Oscuro.
-Es un gusto conocerlo, Redgrave-san- dijo la mujer con una sonrisa radiante, era obvio que era una buena persona.- Mi nombre es Tohsaka Aoi, y ella es Rin- indicó la mujer, presentándose tanto a ella misma como a su hija.
-Es un gusto- murmuró la pequeña.
-Bueno, no quiero hacerlas perder más de su tiempo señoritas- dijo Sparda con una sonrisa.- Que pasen buen día- comentó antes de empezar a marcharse, perdiéndose fácilmente entre la multitud.
Madre e hija vieron al extraño alejarse, no teniendo idea alguna que su esposo/padre bien podría ser asesinado por ese hombre amable que conocieron.
...
-Tohsaka- pensó Sparda para si mismo, sentado en la azotea de uno de los edificios más altos de la ciudad.- Y pensar que conocería a la familia de uno de los Masters el día de hoy- pensó, siendo cuidadoso de no alertar a nadie de su presencia en ese momento.
Sparda no había elegido este hotel de manera premeditada, puesto que sus propios instintos le avisaron que un Master se encontraba hospedado ahí mismo, habiendo fortificado una base de operaciones en los tres pisos más altos del hotel.
-No es un mal trabajo- comentó para sí mismo, admirando el empeño que el Magus puso en su proyecto.- Pero la locación pudo haber sido mejor pensada. Un Master sin escrúpulos bien pudo ordenar un Noble Phantasm de gran poder destructivo desde lejos. Debe de considerarse intocable con su Servant de cerca.
Sparda vio con cautela como el Master hospedado ahí mismo salía de su base de operaciones, su paso decidido, era claro que tenía un objetivo fijo ya.
Flanqueándolo se podía sentir una presencia sobrenatural cuidando sus pasos, pero había algo que se sentía extraño para el Caballero Oscuro, por lo cual decidió seguirlos desde las sombras.
Les tomó 20 minutos al grupo llegar a su destino, los muelles de la ciudad aparentemente.
-Una buena locación para un combate. Espacioso y alejado- evaluó Sparda, antes de ver que el Servant finalmente se presentase en su verdadera forma.
El era un hombre adulto, de cabello negro y con un atuendo verde ceñido al cuerpo que carecía de mangas. Su rostro era uno apuesto y tenía un lunar debajo del ojo derecho.
Lo que más llamó la atención de Sparda sin embargo fueron el par de lanzas que el Servant portaba.
-Lancer- dedujo para si mismo Sparda.
Si bien el par de lanzas estaban envueltas en una especie de vendajes de cuero con un encantamiento encima, Sparda podía reconocer la más que leve esencia que ambas emitían.
-Están malditas. Ambas lanzas- declaró Sparda, no habiendo forma de ocultar eso de un Demonio como el.
El Master de Lancer se posó cerca de unas chimeneas industriales, un punto ventajoso y a la vez riesgoso debido a su gran vista del campo de batalla.
Asegurándose que se Master ya se encontraba en su lugar, Lancer no hizo esperar más y abiertamente lanzó su aura al aire, su objetivo siendo más que claro.
-Un caballero honorable que siempre enfrentará a sus enemigos de frente- comentó Sparda, respeto palpable en su voz.- Sin duda fuiste un gran hombre en tu vida pasada Lancer- admitió Sparda, sintiendo de una vez como una nueva presencia se acercaba rápidamente, sin duda respondiendo al reto lanzado al aire.
Era hora del show.
XxXxX
Y corte.
Bueno, con este capítulo damos un verdadero inicio al Fic, donde vemos las condiciones en las cuales Sparda fue convocado.
Próximo capítulo será la mítica Batalla en los Muelles de la Cuarta Guerra del Santo Grial, donde las sorpresas se harán saber respecto a un par de agregados.
Sin más, me despido.
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