Conflicto propio.
–Pe-perdón, pero creo no haber escuchado bien. ¿Podrías repetirlo?
–Lo siento, pero no puedo.
El demonio se quedo en completo silencio sentado sobre la banca, sabía que era muy probable de que esto sucediera, era muy probable de que fuera rechazado por el ángel, pero eso no le quitaba el dolor de escucharlo directamente de ella.
Estaba deprimido, ese era un sentimiento nuevo para él que jamas creía vivir por carne propia. Las emociones continuaban siendo un tema nuevo para él, después de todo solo conocía la emoción de la batalla y el dolor de las heridas de batalla..., pero el dolor que sentía en estos momentos era mucho peor que una simple herida.
"Las heridas sanan, pero un corazón roto nunca vuelve a ser el mismo de antes." Recordaba haber escuchado esas palabras en el pasado, pero ahora ni siquiera recordaba quien le había dicho esa frase..., pero por fin la había entendido.
Sus sentimientos era algo que no le importaban en lo absoluto, y tal vez era porque creía no tener otro sentimiento que no sea el odio. Gracias a un ángel descubrió que tiene mas emociones y también descubrió lo dolorosas que estas pueden ser. Por eso mismo nunca lo supo, pero sus emociones afectaban sus poderes, incluso ahora, mientras una tormenta roja se forma sobre su cabeza, el no se da cuenta de lo que sus poderes estaban provocando.
–Puedo preguntar... ¿por qué?
Pregunto sin ánimos, incluso cuando la pregunta parecía ser tonta él no quería irse sin conocer la razón de su fracaso y de aquello que le producía una punzada en su pecho.
–Bueno, la razón es por que...
La pregunta realmente no era necesaria, ya que el pensaba conocer la respuesta "tu eres un demonio, yo un ángel, somos de mundos opuestos." Después de todo, el pensó lo mismo.
–... nosotros no nos conocemos y pienso que conocer a una persona es la base para tener una relación.
Al escuchar dicha respuesta no pudo evitar sentirse un poco aliviado, incluso las nubes rojizas sobre su cabeza, las cuales habían dejado el parque completamente vacío por la presión que ejercían, comenzaron a perder su tonalidad tan sombría comenzando a ser más claras.
–Bu-bueno, entonces, ¿podríamos ser amigos? –pregunto completamente nervioso.
El ángel se quedó en silencio unos segundos haciendo que los nervios del demonio comenzarán a consumirlo lentamente, mostrando un tono gris en su mente y en el cielo.
–¡Sí, me encantaría, tener un amigo demonio suena divertido! –respondio ella con una enorme sonrisa en su rostro que derritió el corazón del demonio.
Con una sonrisa extraña el demonio miro al ángel, parecía como si un mundo de arcoiris rodeara a esta pequeña chica denotando una cierta belleza que no podía ser comparable con nada más… aunque realmente, las luces del arcoiris podían atribuirse a las nubes, las cuales no sabían cuál color era el indicado para la ocasión.
De esa forma una extraña relación comenzó, la amistad entre un demonio y un ángel, era algo de lo que jamás se había escuchado. Claro el demonio no pensaba en quedar solo como amigos, ya que estaba enamorado del angel y no podía evitar ni refutar esos sentimientos.
Lo primero que hicieron como amigos sucedió en ese mismo parque, lo cual fue, hacer absolutamente nada. Ambos se encontraban en silencio sobre la banca mientras las nubes en el cielo se dispersaban, ya que la mente del demonio también estaba dispersa, sin saber que hablar pensaba en las preguntas que podría hacer.
"¡Debes hablar, maldición, si no empiezas una conversación pensara que eres un maldito extraño antisocial!… espera, soy un antisocial."
Su desesperación parecía volverse más grande al pasar del tiempo mientras descubría que el jamás ha tenido una conversación real… a excepción contra sus enemigos cuando hace su típico monólogo victorioso. Sentía la necesidad de arrancarse el cabello por lo frustrado que se sentía.
–Sabes, jamás he estado en el infierno, ¿cómo es?
Para su suerte, y para suerte de su cabello, el ángel fue la primera en hablar rompiendo con el silencio incómodo… que realmente para ella fue un momento tranquilo que disfruto.
–Hmm, ¿cómo es el infierno? Es un poco difícil de responder ya que hay varios infiernos.
–¡¿En serio?! Vaya, todos deben de ser muy buenos amigos allá.
–… La verdad no es así, todos los infiernos están en una guerra constante para saber quién es el más poderoso y quién controlará el Inframundo. Incluso yo, busco el puesto del Rey Demonio para así…
Se detuvo un momento, no sabía que era lo que estaba apunto de decir, pero sí sabía que debía detenerse ya que podría espantar al ángel con aquella explicación tan sombría.
–… bueno, pero eso no es de importancia, cuéntame algo sobre ti.
–Hmm, ¿sobre mi? Veamos, realmente no hay nada tan impresionante sobre mi, simplemente soy un ángel trabajadora y de limpieza. Bueno, tal vez podría contarte lo que me gusta, me gusta ir a conciertos y ver a los cantantes, adoro los dulces y todo lo que tenga azúcar.
El demonio solo vio al ángel con ojos hipnotizados bajo aquel flequillo suyo, no podía creer que existiera alguien tan dulce como ella… de una forma metafórica.
–Aunque lo único que podría decir no me gusta de mi es mi estatura.
Al escucharla decir eso no pudo evitar sorprenderse, el ángel no parecía estar molesto incluso cuando estaba haciendo un puchero, inflando sus mejillas y cruzando sus pequeños brazos… el demonio había recibido un golpe crítico que estaba apunto de matarlo, todo por la ternura que la chica mostraba.
La conversación entre ellos continuo un rato, incluso el sol comenzaba a asomarse por el ocaso anunciando el inicio de un nuevo día, era momento para que ambos volvieran a sus respectivos hogares.
–Realmente me divertí, deberíamos vernos más seguido –dijo el ángel con alegría.
–… Sí, eso me gustaría.
Ambos se despidieron antes de caminar en direcciones opuestas, pero algo detuvo al ángel, no era algo físico, era una pregunta que se formuló tu cabeza. Rápidamente se dió media vuelta y grito aquella pregunta.
–¡Oye, aún no sé cómo te llamas!
El demonio, al escuchar la voz del angel se dió vuelta y con una sonrisa en su rostro le respondió.
–Lucifer, pero puedes llamarme Luci.
Dijo con tal confianza… la cual fue rota casi al instante cuando el ángel volvió a hablar.
–Lo siento, pero no puedo llamarte de esa forma.
Claro que el demonio se vio extrañado al escucharla decir eso, no veía un motivo por el cual no pudiera llamarlo de esa forma y no le encontraba sentido a lo que ella había dicho.
–¿Hay algún problema con mi nombre? –pregunto, no molesto, más bien algo deprimido.
–Ah, no, es solo que, yo me llamo Lucía y se me haría raro llamarte de esa forma, sentiría que me estoy hablando a mi misma.
Una vez más el demonio se quedó viendo extrañado al ángel, pero en esta ocasión termino riendo.
–Jaja, bien bien, entonces puedes llamarme como gustes, nos vemos pequeña Lucía.
Dijo en forma de despedida mientras se alejaba.
–¡Sí, nos vemos Lucifer!
Dijo ella con un tono dulce. El demonio tan solo levanto una mano mientras se despedía con esta, no quería voltear por una sola razón… no, no era para verse genial ni nada por el estilo, era tan solo que no quería mostrar aquel rostro estúpido que cubría su cara.
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Una vivienda en el mundo de los humanos, parecería ser una casa completamente normal por fuera, pero por dentro está guardaba grandes misterios.
Sentado en el suelo se puede ver a un chico normal, pero si uno se fijaba bien podía notar su piel blanca como la luna, unas alas rojas en su espalda y un par de cuernos pequeños ocultos entre su cabello, se trataba de un demonio.
Este se encontraba acariciando la cabeza de una pequeña criatura que se encontraba acostada sobre sus piernas, estaba boca abajo por lo que se podían ver ese pequeño par de alas en su espalda, lentamente ella se levantó del cielo al sentir que la mano del demonio se había detenido, en ese momento se puede ver un halo de luz sobre su cabeza, se trataba de un ángel.
–¿Qué sucede?
–Hmm, ¿Por qué?
–Bueno, dejaste de acariciar mi cabeza, pensé que estabas cansado, pero te ví distraído.
–Oh, no es nada, solo pensaba, en la vez que nos conocimos.
–Ya veo, haa~, aún recuerdo ese día. ¡Eh crecido dos centímetros desde entonces, jejeje!
El demonio tan solo vio al ángel riendo de alegría, el estaba feliz de la clase de vida que había conseguido.
Después de aquel día se habían vuelto buenos amigos, y poco a poco ambos comenzaron a enamorarse más y más hasta que finalmente comenzaron a salir.
Se habían mudado juntos al mundo humano ya que podrían vivir tranquilos, y desde entonces todo ha sido hojuelas sobre miel…, pero el demonio sabía, que algo vendría para arrebatarle su felicidad como siempre.
En fin, no hay que pensar en el futuro ni recordar el pasado, hay que vivir el presente, pues no sabemos cuándo esto puede terminar.
Y así descubrimos el más grande misterio de aquella casa, un hogar en donde viven un demonio y un ángel, creando una maravillosa historia llamada "Romance entre un demonio y un ángel".
--> Continuará?
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