El Comienzo del Fin
-¡Buenos días, Onii-chan!-
El alegre saludo fue contestado por un patético gimoteo.
Las luz que se alcanzaba a filtrar por la ventana era la única prueba del paso del tiempo, pero ni eso o la voz de Illyasviel von Einzbern podían despertar al animal mutilado que fue alguna vez Emiya Shirou. Y había una simple razón para eso:
Emiya Shirou había estado despierto todo el tiempo.
El no podía perder la consciencia. Eso le evitaba el morir, o también el desmayarse...pero también le evitaba el dormir.
-¡Oh es cierto!- Illyasviel chasqueó los dedos al ver el reloj en la pared, que daba exactamente con las doce en punto.- Es un tanto tarde para ese saludo. Debería de estar diciendo: Buenas tardes.
Shirou solo podía observarla con una mirada asustada en sus ojos.
-Lamentó no haber podido jugar contigo antes, ¡pero es que me estuve divirtiendo toda lo noche con Sakura y Rin y no pude evitar el quedarme dormida!- dijo con sinceridad en sus palabras, aún que había algo en su mirada, un brillo peligroso que haría al más valiente correr asustado.
»¡Pero ahora finalmente podremos jugar!- grito de la emoción, antes de ver los "juguetes" que trajo consigo.- ¿Con que podríamos empezar? Podríamos utilizar la batería para autos, o tal vez el ácido- entre todo lo que trajo, finalmente salió algo a la vista que le iluminó la mirada.- ¡Esto servirá!
En sus delicadas y pequeñas manos, la pequeña Master de cabellos color blanco sostenía un soplete para soldar, junto a los guantes protectores y la máscara.
Shirou solo podía gimotear. Era lo único que podía hacer ahora además de observar todo a su alrededor.
-Ojou-sama-
Illya bufo un poco mientras guardaba sus herramientas, viendo al marco de la puerta donde Sella se encontraba.
La maid Einzbern posó su mirada en una vista que solo podría ser descrita como tétrica.
Lo que antes era el cuarto de Emiya Shirou era ahora la "sala de juegos" personal de Illyasviel. Donde el adolescente antes tenía un librero lleno de tanto material escolar como un par de lecturas personales, ahora se encontraban numerosas peceras de buen tamaño, cada una llena de un líquido verde un tanto espeso...y donde se encontraban los diferentes miembros cortados de este mismo.
El objeto de su lealtad se encontraba viendo la pecera de justo en medio, donde la cabeza (¡aún viva!) del ser que antes era Emiya Shirou solo podía ver con miedo a ambas peliblancas.
-¿Que es lo que quieres, Sella?- pregunto Illya un tanto enojada, ya habiéndose quitado el equipo de protección para poder hablar mejor con su maid.
-El desayuno se encuentra listo- comentó Sella, sabiendo que eso haría que la pequeña dejase de lado la cabeza por el momento.
-¡¿Que estamos esperando?!- comentó emocionada, corriendo ya hacia la cocina de la residencia.
Por un breve momento, Sella se permitió una pequeña y leve sonrisa.
Aún a pesar de todas las penurias por las que ha pasado, Illya tenía la cualidad de traer dicha y alegría a aquellos alrededor suyo con acciones y gestos simples.
Es gracias a esto que Grand Berserker esté en tan buenos términos con su Master, por que ambos entienden lo que es perder algo amado.
-Hablando de dicho Servant- pensó la Maid con los ojos entrecerrados, examinando el lugar.- ¿Donde se encontrará?
Era una pregunta válida, el Servant de azul raramente dejaba el lado de Illyasviel, aún en las peores circunstancias.
Algo lo debía de mantener ocupado.
...
Vergil lo podía ver todo claramente.
Una joven de cabellos rubios subía la colonia con una expresión decidida en su rostro, sus ojos destilando su convicción.
A un lado de ella, un mago de actitud bromista la acompañaba.
Hoy era el día. El día para el cual habían preparado a la joven tan arduamente.
Hoy era el día para sacar a la Espada de la Piedra.
Este era un día que el destino mismo marco...pero jamás se tuvo en cuenta una interferencia.
Las expresiones del mago y la joven fueron invaluables cuando llegaron a la cima de esa colina.
[Caliburn] o también conocida como la Espada de la Selección, aquella que decidiría al siguiente Rey después de la muerte del anterior, aquel Rey que unificaría al reino, la espada por la cual Arturia entrenó tan arduamente por tantos años...ya estaba siendo empuñada por alguien más.
-Larga Vida al Rey Virgilio- comentó el individuo de cabellos blancos y ojos celestes.
Virgilio unificó el reino de manera exitosa. Junto a sus Caballeros de la Mesa Redonda, fueron los defensores de la paz en su tierra.
Bandidos eran ejecutados, pueblos en pobreza recibían ayuda de su Rey, los hambrientos recibían sustento y los huérfanos eran capaces de encontrar un hogar.
Era el Caballero perfecto, aquel a quienes todos los que vinieron después aspiraban a alcanzad.
Virgilio había sido capaz de crear un Edén para su pueblo.
Pero...siempre habrá serpientes en el jardín.
-El Rey no tiene humanidad-
-No entiende los sentimientos-
-Reina con puño de hierro-
-No es el legítimo heredero-
Esta en la naturaleza humana el destruir todo lo que tocan, como un cancer que se esparce sin control.
Así que Virgilio tuvo que "extirpar" esos tumores.
La gente se enteró de esto, y en lugar de ver a su Rey con el respeto de siempre, ahora lo veían con miedo, como si del mismísimo demonio se tratara.
Sus caballeros trataron de serle leales hasta el final, pero incluso ellos le empezaron a temer.
Arturia Pendragon, también conocida como Arthur Pendragon el Caballero de la Revolución, la enemiga más grande de Virgilio vio el miedo en sus ciudadanos, y amotinándolos, empezó una rebelión.
Todo el reino se puso en contra de su Rey, así que este no tuvo más opción.
Virgilio asesinó a todos sus antiguos súbditos, sus propios caballeros, la mujer que tomó como esposa e incluso la mujer que inició la rebelión, todo con sus propias manos, en la mítica Batalla de Camlann.
Al final, el Rey Virgilio se quedó solo en esa colina hecha con los cadáveres de su antiguo reino, viendo al cielo y recitando la misma frase una y otra vez.
-I need more power- eran las palabras que repitió sin cesar el Rey.
Esa fue la vida del Falso Espíritu Heroico Virgilio, aquel que la historia llegó a conocer tanto como el Rey de los Caballeros así como también el Rey Demonio.
...
Vergil abrió lentamente sus ojos. Una sonrisa un tanto siniestra se posaba en su rostro.
El Servant de la Locura se encontraba en el antiguo taller de Emiya Shirou meditando, tratando de mantener su mente tan calmada como siempre.
-Esa fue tu vida, Virgilio- comentó para sí mismo el semidemonio, viendo a [Caliburn], la cual mantenía en su regazo.
El momento en que hizo suya la Espada en la Piedra, Vergil creó una singularidad en el Trono de los Héroes, y creo al Falso Espíritu Heroico Virgilio, aquel otro que pudo empuñar a [Caliburn].
-Y pensar que Arturia sería la villana en mi historia- comentó con ironía el hijo de Sparda.
Después del combate entre Saber y Grand Berserker el día de ayer, el grupo Emiya trató de huir del lugar, Emiya Shirou actuando como un guardaespaldas para la retirada.
Todo fue en vano.
Un solo Reiju de parte de Illya fue suficiente para que Vergil se recuperara al 100%, y con su recién adquirida [Caliburn] fue capaz de dominarlos.
Horas de torturas siguieron para el grupo, donde Emiya Shirou fue dejado hasta el último, viendo como sus compañeras llegaron hasta el punto de pedir por la muerte con tal de que el dolor pare.
Quebrado, Emiya Shirou siguió poco después.
Decidieron quedarse con la Residencia Emiya como un botín de guerra, e Illya tuvo tiempo para estudiar las cosas de su difunto padre.
Oficialmente el grupo de Einzbern era el ganador de la Quinta Guerra del Santo Grial, pero las cosas aún no terminaban.
-Eiyū-Ō- escupió Vergil.
Gilgamesh aún seguía suelto. Si bien se estaba recuperando de las heridas que obtuvo en su combate contra el Grand Berserker, el Rey de los Héroes era un ser muy poderoso.
Las memorias que alcanzó a recolectar de Lancelot en la Cuarta Guerra le hicieron saber que Gilgamesh aún tenía más poder, poder suficiente como para destruir el mundo.
-Yo te matare- se juro a sí mismo, sus ojos brillando de color carmesí y su sombra alargándose.
Ni siquiera el Hijo de Sparda sabría que tan pronto tendría que cumplir esa promesa.
...
Varias horas después
El grupo de peliblancos se encontraba reposando en la sala de estar de la Residencia Emiya.
Sella se encontraba lavando los platos que utilizaron durante la cena, Leys e Illya se encontraban viendo la televisión, un anime de chicas mágicas que las tenía enteramente absorbidas a ambas, y Vergil por su parte se encontraba sentado en su lugar, con los ojos cerrados dando la impresión de estar dormido cuando en realidad se encontraba vigilante 24/7 de la barrera alrededor de la casa.
-Esto es lo que siempre había soñado- pensó Illya con una sonrisa, pareciéndole agradable la atmósfera en la que se encontraban.
Esta calma era algo que la Master Einzbern no había sentido en un largo tiempo, y se encontraba extasiada de poder volver a sentirla después de mucho tiempo. No había sido capaz de sentirse así de querida desde que Kiritsugu e Irisviel se habían ido.
A veces el Destino simplemente es cruel con la gente.
Como si de un interruptor se tratase, los sentidos a cierto grado mejorados de cada quien les avisaron del inminente peligro.
Haciendo uso de su Agilidad A++, Vergil reunió a las chicas homunculos y entrando en su estado de Nelo Angelo, utilizó su cuerpo como un escudo, para protegerlas de la inminente explosión que azoto la residencia, todo en cuestión de milésimas de segundo.
KAA-BOOOOM
Casi toda la parte frontal de la Residencia Emiya había sido envuelta en una explosión.
Vergil se quitó de encima de sus aliados, un tanto agradecido que nada de escombro les haya caído encimo, antes de salir de su estado de Nelo Angelo.
-¿Se encuentran bien?- les pregunto a las demás, no preocupándose mucho por sí mismo, ventajas de ser un Servant.
-Un tanto desorientadas- contestó simplemente Sella. Si bien sus ropas se encontraban manchadas de ceniza, no hubo algún daño grave al haber sido Vergil quien recibió la explosión.
-¡¿Quien osa atacarme?!- grito una muy furiosa Illyasviel. Su cara se encontraba toda sucia y él aura que emanaba de ella le podría helar la sangre a muchos...más todo esto se veía truncado al parecer una muy tierna rabieta infantil.
-Primero lo averiguamos, luego entras en un frenesí asesino- sugirió Vergil, ganándose una mirada de muerte de parte de Illya.
Vergil finalmente se permitió mirar hacia afuera, y por un momento pensó en cómo se debieron de haber sentido todas esas personas cuando invocó Temen-ni-Gru hacia tanto tiempo.
Alrededor de el, fuego se esparcía sin control por Fuyuki, los gritos de personas inocentes resonaban a la distancia, y el olor a muerte inundaba sus fosas nasales.
-Esta cuidad está maldita- dijo para sí mismo el Servant, antes de que su oído captara movimiento cercano.
Sin pensarlo mucho, Vergil comando una de sus [Espadas Convocadas] contra el ser que se acercaba.
El sonido de algo cayendo al suelo llegó poco después, aunque curiosamente sonó como huesos.
Con el ceño fruncido, Vergil apartó el humo que tenía al frente con solo su mano, para ver algo que no esperaba.
Era un esqueleto, aunque no un esqueleto humano.
-Una de las criaturas de Caster- murmuró.
-Pero eso es imposible- dijo Illya, a su espalda tanto Leys como Sella ya se encontraban listas para entrar a combate si era necesario.- Archer la asesino tanto a ella como a su Master. ¿Como es que no se disipó junto a ella?
-Eso no es todo- dijo Sella, viendo la criatura más de cerca.- Este ser fue creado recientemente. Menos de un día- informó.
-Y no está sola- comentó Leys, viendo como varios ya se empezaban a juntar alrededor de todos.
En un tiempo muy corto, un grupo de 30 soldados esqueletos rodearon al grupo Einzbern, y tenían sus armas en alto.
-Mueran- sentenció Vergil, sus [Espadas Convocadas] ya habiendo derribado a todos sus enemigos.
A lo largo de toda la ciudad, estos seres se encontraban esparcidos, asesinando a cualquiera que se encontrasen de manera indiscriminada.
-El Templo Ryodou- dijo de la nada Illya.
Sus acompañantes voltearon de verla extraño, pero esta misma tenía una expresión de que tampoco lo entendía. Simplemente era algo que sabía.
-Esa sería una de las localizaciones donde el Grial se manifestaría, pero Illya, tú eres el Grial- dijo Vergil, no gustándole para nada esta situación tan desconocida.
-Es que...yo...siento algo- repuso Illya, no pudiendo encontrar las palabras correctas para expresarse.- ¡Algo esta interfiriendo con el Grial!- dijo de manera exasperada.
Vergil se tuvo que dejar con el comentario en la punta de la lengua, para por puro instinto detener una daga que apuntó peligrosamente a la cabeza de Illya.
El grupo Einzbern se puso en guardia de manera inmediata, y Vergil decidió sacar a [Beowulf], la luz de este mismo iluminando entre las cenizas.
-Jajajajajaja- reía una voz entre las sombras, imperceptible incluso para la vista de Vergil.
Más sus otros sentidos lo podían captar.
Más dagas volaron contra el grupo Einzbern a toda velocidad, pero para el Servant de la Locura estaban en cámara lenta.
CLANG
Con una simple patada lateral fue capaz de crear un vendaval que los protegió a todos de los proyectiles entrantes.
Y ahí entre las sombras, una figura con máscara de esqueleto los observaba.
-¿Assassin?- pregunto Illya confusa.
-Ese no es el Assassin que Caster convocó- dijo Vergil con el ceño entrecerrado. Nada en esta situación hacía sentido para el.
-Se podría decir que yo soy el verdadero- comentó el ente con una voz ominosa.- Y el otro era solo un falso.
-¿Que es lo quieres, True Assassin?- pregunto Vergil al noveno Servant que se ha presentado en la Guerra.
True Assassin no dijo nada por un momento, solo vio al grupo de peliblancos a través de esa máscara suya, antes de contestarle a Vergil con toda la saña posible.
-Seihai-
Vergil estaba por actuar, sabiendo muy bien a quien se refería True Assassin, pero entonces el llego.
-¡FAKER!-
Teniendo que utilizar a [Yamato] para defenderse de un bombardeo furtivo de Hougus, Vergil no pudo evitar que True Assassin entre en su espacio personal.
Aún con la velocidad de reacción que tanto lo caracterizaba, Grand Berserker se vio abrumado por un momento del trabajo en conjunto de Gilgamesh y True Assassin. Por lo tanto, no pudo evitar que este último lo tocara con un brazo de los más inusual en el pecho.
Vergil rápidamente pateó lejos a True Assassin, pero ya era tarde, el Hougu del Servant de las Sombras ya se estaba activando.
-Zabaniya- anunció simplemente el Servant, un brazo completamente desproporcionado siendo mostrado.
-Agghh- Vergil perdió el equilibrio, sintiendo como algo trataba de ser robado.
Por suerte para el Grand Servant, el Amuleto que portaba rápidamente entró en acción y anuló la maldicion del Hassan del Brazo Maldito.
Todo esto pasó en menos de 5 segundos, pero ya era demasiado tarde.
-¡Berserker!-
El grito de su preciada carga pidiendo auxilio hizo que Vergil recuperara sus sentidos...solo para ver con terror como Illya se encontraba nuevamente a la merced de Gilgamesh.
-Nos volvemos a ver, Demonio inmundo- comentó el Rey de los Héroes, irá reprimida en sus facciones. Reteniendo a Illyasviel a punta de lanza.
Gilgamesh portaba de manera orgullosa su siempre confiable armadura de oro babilonica, aunque con un par de modificaciones.
El brazo izquierdo de la armadura faltaba, puesto que a su portador mismo le faltaba ese mismo brazo. Surcando la cara del Rey, evidentes marcas de quemaduras eran visibles, predominando en su costado izquierdo.
-Eiyū-Ō- escupió Vergil por su parte.
La tensión era mucha entre ambos. Ambos hombres que simbolizaban orgullo se veían como lobos, listos para demostrar quien era el superior ahí presente.
-Morirás- declararon ambos al mismo tiempo.
Y así, el final iniciará.
~~~
Y corte.
Capítulo corto lo se, pero este capítulo es de transición para lo que será el final de Devil's Fate(mentiría si les digiera que no estoy emocionado).
Bueno bueno, finalmente, Illyasviel von Einzbern pudo completar su objetivo inicial en la Guerra, y ahora ese aspirante de héroe está muerto.
El flash back que vimos era la historia del Falso Espíritu Heroico Virgilio, creado a partir de la manipulación de [Caliburn] con [Knight of Owner] de parte de Vergil.
El reinado de Virgilio duró más tiempo que el de Saber, y terminó aún peor que el de esta misma.
Bueno, me despido por ahora y nos vemos en lo que será una explosiva conclusión para este fic.
Adiós.
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