Capítulo; 1.3
— ¿Esto resultará? Hyung, tengo mucho miedo — musitó en voz baja.— ¿Y si no resulta? ¿Y si no vamos al mismo lugar? Seonghwa hyung creo... Creo que no podré hacerlo
San no paraba de caminar de un lado a otro despeinando sus cabellos en busca de alguna otra alternativa, necesitaba encontrar una mejor solución, toda la seguridad que había adquirido hace minutos atrás se esfumó al escuchar a su mayor.
Por otro lado Seonghwa se encontraba junto al escritorio descansando su peso allí, conocía a su hermano a la perfección, básicamente no había nada que no hubiese visto, escuchado o tocado del menor.
Ambos estaban condenados desde el primer beso entre ellos, ¿qué más podían esperar? ¿Un milagro divino? Esas cosas no existían en la vida real.
— ¿Confias en mí? —inquirió el mayor tomando la mano de San para frenar sus pasos.
El menor de inmediato quedó estático, cada uno de sus pensamientos y posibles soluciones se habían esfumado con el simple tacto del mayor, era impresionante el poder que tenía su hyung sobre él, jamás le molestó tal cosa, al contrario, le fascinaba como le hacia sentir. Realmente todo lo que viniese de su hermano mayor era como un mismo regalo divino.
Es curioso pero, mientras que San cada noche le pedía al cielo por una oportunidad y una nueva vida en la que pudiese ser plenamente feliz con su hermano, Seonghwa por el contrario ideaba planes que a su parecer eran los más lógicos.
— Siempre —respondió casi de inmediato luego de que su hermano le atrajese a él para acurrucarle en sus brazos, brindándole aquella seguridad de amor puro que se tenían.
Seonghwa tomó el vaso con jugo de moras que estaba a su lado para así extenderselo al menor quien lo tomó entre sus manos con nerviosismo.
— ¿Dolerá? —preguntó sin verle.
— No lo hará, solo te dormirá —se encargó de explicar rápidamente el mayor mientras se encaminaba a la cama y palmeaba el lugar junto a él para que así pudiesen estar juntos.— Y cuando despiertes podremos estar juntos
— ¿M-Me lo p-promete, hyung?
— Lo prometo Sanie, ¿alguna vez te he mentido? —inquirió recibiendo un no por respuesta.
San suspiró mirando al rubio, podia ser un excelente plan o la más grande locura pero le seguiría hasta el final sin importar qué pudiese ocurrir, fue por ello que unió sus labios con los de su hermano una vez más, jamás sería suficiente, jamás podrían estar saciados en su totalidad.
Fue un beso algo corto pero necesario para regresar todas aquellas fuerzas que necesitaban.
— Te amo, Hwa —soltó el menor con ojitos llorosos.— Si aún esto no funciona, estaré feliz de pasar mis últimos días junto a tí, siempre he querido esto. Jamás te olvidaré y aunque no funcione, seré feliz solo si tú lo estás —añadió limpiando las lágrimas fugitivas de los orbes de su mayor.— Puedo sentirte aquí —continuó posando una de las palmas contrarias sobre su pecho.— Así que no podrás mentir porque lo sabré. No me olvides, por favor...
San no esperó un segundo más y bebió el jugó hasta el final aunque escuchó a su hermano negar, ya era muy tarde, había tomado una decisión y si su hermano tenía un plan, solo quedaba que éste resultase y nada más.
San durmió así como su hermano había dicho que haría, su cuerpo no dolió y a pesar de escuchar los sollozos de su hyung, pudo sentirse tranquilo cuando antes de caer completamente dormido éste acarició sus cabellos y prometió que le encontraría a donde sea que fuese.
Sin embargo, cuando despertó, su hyung no estaba a su lado, el lugar estaba tintado de feos grises y no de colores como imaginó.
No pudo hacer más que llorar debido a que sólo podía escuchar el silencio mismo, estaba solo.
¿Su hyung le había mentido? ¿Dónde estaba?
— Seonghwa hyung...
Creo que de toda la primera parte este es mi capítulo fav.
¡Gracias por leer!
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