Capitulo 7
8:50 pm, 6 de Agosto, dentro de la mansión
Salem y Nero se dirigían a los pasadizos de la mansión, en dónde posiblemente estarían los demonios. Salem se guiaba por su olfato, mientras que Nero la seguía a la par.
—Wow, hace tiempo que no cazabamos demonios, ¿Eh? —ella le sonríe con algo de entusiasmo y para aligerar el ambiente.
—Unas 5 semanas, para ser más exactos. —respondió mientras miraba a los alrededores.
—¿5 semanas? ¡Creí que había sido más tiempo! —ella se sorprendió bastante que su percepción del tiempo sea tan alterada. Juraría que habían pasado unos meses, antes de que Salem lo convenciera de convertirse en cazademonios.
Pasaron unos momentos de silencio, antes que el peliblanco dijiese algo.
—No me da buena espina tu amiga...
—¿A qué te refieres? —ella lo ve un tanto confundida, pues no pensaba que Emma caería tan mal. —¿Fueron las preguntas?
—Me refiero a que, tiene pinta de que hizo algo muy malo.
Ambos se detuvieron a la mitad del camino, algunos demonios se les atravesaron. Estos tenían 6 brazos y dos patas y sus apariencias eran casi humanoides.
—Ya era hora... —dijo el joven, con una leve sonrisa. La emoción ya lo estaba invadiendo, mientras sacaba su espada, la cuál funcionaba como un motor.
—¿Listo? —ella le cuestionó, mientras señalaba a los demonios con dos de sus dedos. Cuchillas demoníacas carmesí aparecían a sus costados.
—Claro que sí.
Ambos empezaron a atacar de manera sincronizada a los demonios. Está vez, estas criaturas eran normales, por lo tanto, no representarían problemas mayores. Mientras Nero usaba su espada y su pistola de dos balas, Salem usaba sus cuchillas rojizas flotantes, a veces sirviendo de escudo.
Una vez ambos terminaron con la horda de demonios, vinieron muchos más detrás de ellos. Sin embargo, todos ellos fueron descuartizados en cuestión de segundos, por un destello rojizo que pasó muy rápido entre ellos.
Se trataba de Kaege, quien había usado su velocidad y cuchillas de su antebrazo, para cortar a dichos demonios. Detrás de él, venía Ragen, aliviado de encontrar a los dos restantes.
—¡Hey, Nero! —lo llamó, quería saludarlo adecuadamente, ya que el anterior encuentro fue un tanto grotesco. Había pasado algo de tiempo desde la última vez que lo vió.
—Ragen... —él devolvió el saludo. —Pasó algo de tiempo.
—Si, te había dejado a cargo de mi hermana, y lo hiciste bastante bien. —dijo con una sonrisa mientras le daba pequeñas palmaditas a la cabeza de Salem, verla más fortalecida que antes lo hizo sentirse orgulloso. Ella reaccionó con una sonrisa alegre. —Muchas gracias.
—Aprende muy bien todo lo que le enseño, soy un buen maestro. —el bromeó al respecto, guardando su pistola. —¿Y como se metieron en este lío?
—Ibamos al local de Dante, y durante el camino, nos interceptaron unos demonios. —Kaege ahora tomó la palabra. —Pero, no solo nos atacaron demonios...una persona también estuvo involucrada.
—¿Una persona? —no era la primera vez que veía a personas trabajar con fuerzas demoniacas, Nero lo sabía de sobra.
—Una mujer que usaba armas. Ni idea de quién es, pero fue la que nos atacó. Y seguramente lidera a esos demonios en este momento. —informa Ragen, mientras miraba algunos cadáveres de demonios, los cuales ya se habían empezado a desintegrar.
—¿Y para qué iban a Devil May Cry? —les cuestiona Salem, un tanto preocupada.
—Solo para asegurarnos... —Ragen respondió, luego suspiró y continúa con la explicación. —Escuchen, Emma ahora no tiene la mejor de las situaciones. Hace unos días manifestó otra versión de si misma. La cuál interfirió bastante con el plan que teníamos inicialmente. Nuestro cometido, era avisarle a Dante sobre esto y que la proteja si es necesario. Aún si la propia Emma no estuviese de acuerdo.
Nero ahora estaba más que intrigado, la cercana de los tres demonios tenía bastante que ocultar.
—Pero claro, eso no fue posible, nos interceptaron a medio camino. Cómo si no quisiéramos que nos acerquemos a Dante...
—¿Quiénes? —cuestionó Nero.
—El clan Campbell. —le respondió Ragen, no tenía dudas al respecto. —Se enteraron de que estamos haciendo y ya están actuando...Requerimos un nuevo plan si esto sigue así. —el dijo eso último un tanto preocupado.
Salem al oír eso, pudo recordar el incidente con ese Liam. Pudo sentir que fue culpa suya al no poder detenerla a tiempo.
—¿A esos cabrones no les bastó con causar problemas en Fortuna? —el de cabellos blancos frunció el ceño al escuchar quienes fueron los responsables. Si bien, no los enfrentó directamente, también fue culpa de ellos el querer secuestrar a Salem esa vez. El miró a la chica y vió lo cabizbaja que estaba, le habló en tono suave. —Oye, descuida...—la agarró de los hombros, para reconfortarla. —Vamos a acabar con esos malnacidos.
—Lo sé... —ella asiente, evitó sentirse culpable ya que eso no ayudaría a seguir con el objetivo. Alzó su mirada y lo vió un poco más tranquila. —Estoy bien, descuida. —le sonrió amenamente.
—Oigan... —Kaege los llamó, notó que unos demonios iban en una dirección que no era la de ellos. —¿A dónde van estos?...
9:01 pm, 6 de Agosto, afuera de la mansión
Emma se había dirigido al patio, su arma reposaba en su hombro, mientras veía los alrededores, en busca de demonios y el posible origen de la emboscada.
Vio lo que eran sus jardines, y tres perros Doberman con collares dorados, mordian los cadáveres de los demonios. Ella al ver esto, sonrió con ligereza.
—¡Muy bien! ¡Ya tienen premio asegurado! —ella dijo mientras dirigía su vista a la entrada de la mansión, dónde se aproximaban más demonios.
Las puertas estaban abiertas, sin embargo, pudo notar que fue a la fuerza. Ella sabía que dejó pasar a Salem, cuando trajo al tal Nero. Por lo tanto, abrirla de manera abrupta no fue necesario.
—Tiempo establecido, 2 minutos. —se recordó a si misma, mientras de una maniobra, preparó su bastón para atacar.
Los demonios, ya lo suficientemente cerca, saltaron sobre ella. Sin embargo, Emma se ajustó los lentes y atacó, asegurándose de darles en el punto débil, el cuál vendría siendo la cabeza. Fue cuestión de unas cuantas maniobras con su bastón, para acertarles a varios a la vez.
No necesitó de patadas, más que unas pocas veces. Al recargar suficiente daño o golpe recibido por Silver Strike, aprovechó para hacer un ataque devastador al siguiente grupo de demonios.
De una sola voltereta con Silver Strike en horizontal, todas las cabezas de los demonios explotaron, con la onda expansiva que liberaba. Tenía una tonalidad morada.
—Dos minutos, terminados. —ella sonrie levemente, al haber acabado en el tiempo establecido por si misma. Luego de eso, sale de la mansión, dispuesta a buscar de dónde venían los demonios.
Justo en ese instante, una bala vino sin previo aviso. Pudo desviarla a tiempo con su bastón de combate, siendo que este, volvía a recargar energía del impacto. Miró a todas partes, en ningún lado pudo ver desde dónde le apuntaban.
Al ver que más balas se dirigían a ella de distintas direcciones. Se aseguró de detenerlas todas con el movimiento de Silver Strike, no le resultó de mayor dificultad, aunque se le notaba ligeramente enojada.
—Quién sea que esté disparando, realmente no se cansa... Y me está cabreando un poco. —siguió observando los alrededores, por si lograba ver al atacante.
Las balas seguían, ella no tenía problemas en protegerse de eso, pero lo que más la molestaba era el hecho de que esté nuevo atacante, no dé la cara.
Momentos después, sin poder predecirlo, sintió un dolor proveniente del brazo. Cuando miró, supo que había recibido un roce del balazo.
—No jodas... —le dolía, sin embargo, aún seguía manteniéndose de pie. Las balas cesaron y por un momento pudo ver a la atacante en el techo de un edificio cercano. Y al ser detectada, se dispuso a irse.
Emma no la iba a dejar escaparse tan fácilmente. Con todo y dolor de brazo, fue a perseguirla.
Ya encima del edificio, se dispuso a seguirla, corriendo y saltando de edificio en edificio. La misteriosa atacante no se quedaba atrás, era más rápida, tanto como Emma.
Una vez lo suficientemente cerca de su rango de alcance, Emma usó a Silver Strike y le lanzó en horizontal, esperando a que la empalase. Pero, no contaba con que aquella mujer lo atrapase a tiempo.
De una patada, le devolvió el Silver Strike de la misma manera que la de lentes se lo lanzó, sin embargo, está se hizo a un lado y lo atrapó. Estaba bastante extrañada, puesto que nadie antes había atrapado su arma de manera tan sencilla. No...nadie lo pudo manejar de esa manera, además de la propia Emma.
Al volver a ver a la atacante, ya no la vió en ningún lugar. Ahora se encontraba en la misma situación de antes, no sabía si volvería a atacar en ese mismo instante. Aunque después de unos segundos, decidió volver a la mansión, sin bajar la guardia, por si volvía a atacar.
9:05 pm, 6 de agosto, en el patio trasero de la mansión.
El grupo siguió a los demonios, sin que estos les prestase atención. Fueron directamente a la parte trasera de la mansión, en lo que parecía ser el sótano. Los cuatro se quedaron bastante intrigados.
—Algo los atrajo... —dedució Salem, su sentido del olfato detectaba algo inusual en aquel lugar. Estaba por ir a ver pero Nero la detuvo.
—Dejame esto a mi... —dijo para luego ir a ver, sin alertar a los demonios de su presencia. Bajó las escaleras y sin hacer el más mínimo ruido, se asomó un poco.
La escena que vió, lo dejó sin palabras. Los demonios estaban comiendo los restos de cadáveres humanos. Justo en el sótano de la mansión que pertenecía a Emma.
—¿Que carajos le pasa a esa mujer?... —murmuró para sí mismo. El horror y la incertidumbre era lo único que podía sentir internamente. Ya tenía una vaga idea de por qué Emma le daba mala espina.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro