Capitulo 5
En un teatro, totalmente abandonada, cuyas paredes estaban muy deterioradas por el tiempo. Cuyos objetos en el interior, tenían más polvo, acumulado por el tiempo.
La calma era evidente, sin embargo, una melodía de piano, comenzó a resonar en el ambiente. Era cálmate y al mismo tiempo, tétrico. Debido a que, en el instrumento, no había nadie manejándolo como es debido.
Al menos para el ojo humano, los que si puedan verlo, sabrían que había alguien en el piano.
Las puertas se abrieron y una mujer de cabello rubio amarrado en una coleta, con lentes y un bastón de combate de acero. Se fue adentrando al lugar, de manera silenciosa.
Sin hacer el menor ruido, ella tomó asiento en una de las butacas. Esperando pacientemente, a que la criatura que estuviese en el piano, termine de tocar.
No obstante, a pesar de que la mujer no interrumpió en ningún momento. La melodía se detuvo y la atención de la criatura se dirigió a la fémina.
—¿Se le ofrece algo, estimada mademoiselle? —interrogó la criatura, la cuál, tenía cuernos y apariencia demoníaca.
—Oh, ninguna en particular, no era mi intención interrumpír su maravillosa sinfonía. —se disculpó de manera cortés. —Mi arrepentimiento, si así fue la situación. Sé que he llegado de manera tardía, y no al comenzar la función.
—Disculpas aceptadas. —aquél demonio, pudo visualizar el bastón de combate. A lo cuál, pudo comprender que aquella mujer, era una cazadora de demonios. —Debo intuir que no solo vino a escuchar sinfonías abandonadas.
—Acertaste, hay otro motivo, verás... —la mujer se cruzó de piernas, sentandose de una manera más cómoda. —Este lugar será reconstruido, a un teatro mucho más espacioso, llendo de elegancia y glamour. Ahora bien, la obra no podrá llevarse a cabo, debido a la entidad que toca instrumentos a ciertas horas del día. —ella explicó, para luego verlo, con una leve sonrisa. Refiriéndose al demonio.
—¡Solo estoy expresando mi talento a través del piano! Usualmente, hago una orquesta completa. ¡Pero, si has venido a terminar con mi vida, haré que contemples mi última sinfonía!
Dicho esto, el demonio sacó una batuta cubierta de fuego demoníaco. Con solo unos movimientos, hizo aparecer un montón de instrumentos, en el escenario.
—Estaré gustosa de deleitarme con ese gran repertorio. —ella contestó de manera respetuosa, mientras se levanta de su butaca y sacaba su arma. —Vamos a bailar. —ella bromea de manera sutil, mientras le apunta con su bastón.
Fue en ese momento, en que la melodía dió inicio. Comenzó a sonar "Macabre Danse" de los instrumentos recién aparecidos. Todos bajo la batuta y mando del demonio.
Por cada nota, la energía demoniaca en los instrumentos se acumulaba y salía disparado a modo de ataque hacia Emma. Aunque, no contaba con la increíble agilidad que ella posee. De manera sencilla, esquivaba los ataques.
Emma atacó a los instrumentos, una vez que estos recargaban energía demoniaca. Estos eran lo que la obstaculizaba entre el demonio y su rango de ataque. Una vez destruido hasta el último del repertorio, procedió a atacar al demonio con su arma.
No le costó tanto tiempo vencerlo, esto debido a su inutilidad en batalla. Y al ser ella una persona experimentada, lo acabó de unas cuantas estocadas.
—Trabajo terminado. —Ella mencionó con una sonrisa leve, mientras veía como el demonio se desintegraba. —Para ser honesta, tocaba muy bien el piano...
Volteó a ver el instrumento que aún seguía en pie, y sin dudarlo, tomó asiento para tocar el piano. Una vez con los dedos en las teclas, empezó a tocar una sinfonía rápida, su agilidad con los dedos era excepcional. Y al dar el gran final, solo se levantó, hizo una reverencia como si hubiera un público que la aplaudiera, y se marchó con su arma en mano.
Volvió a su mansión, ya con la paga hecha y habiendo completado otra tarea en su rutina diaria. Sin embargo, eso era lo último que haría hoy.
La rutina de Emma era bastante rara, puesto que no había descansos, y si los había, eran de solo unos minutos. La mujer estaba totalmente enfocada en su trabajo, al menos, la Emma de lentes.
Una vez en su oficina, se sentó y dejó su arma, llamada Silver Strike, al lado de ella. Revisó un par de papeles y fue tachando cada uno, lo de todos los días.
No prestó atención a lo demás, sobre todo cuando el trío demoniaco entró a su oficina, con unas expresiones preocupadas. Preguntándose si lo de Emma, era totalmente "normal".
—Emma...Ya dinos, ¿Que está sucediendo? —Ragen pudo sospechar, pero nada cerca a lo probable.
—Les dije que eso no es de importancia, cualquiera que haya sido el inconveniente, no va a suceder otra vez. —guardó algunos papeles en un cajón y al cerrar, ella levantó la mirada. —Descuiden, tengo todo bajo control. —sonríe levemente y continúa firmando algunas cosas.
—Niña...No vas a evadirnos está vez. —Kaege tenía los brazos cruzados, tomando la situación con seriedad. —Si algo te sucede, será mejor que expliques para solucionarlo, lo antes posible.
—Mejor dicho, ustedes deben explicarme algo. —Ella contraatacó, sacando un par de papeles, los que Salem había dejado anteriormente en ese salón. —Llegamos al acuerdo, de que yo me encargaría de investigarlo. ¿Por qué la repentina información?
Los tres se miraron entre si, había sucedido algo que hizo las cosas más apresuradas, como para tomar la desición de enviarle un adelanto. Aunque todavía no lo habían decidido, por lo tanto, miraron a Salem, ya que se suponía que ella le enviaría la información cuando ya estuvieran seguros.
Salem no tenía idea de cómo había llegado la información, a las manos de Emma, pero tuvo que explicarse.
—Verás...sucedió algo... —Salem estaba muerta de los nervios, no sabiendo como ella se iba a tomar lo que escucharía a continuación.
—Yo le explicaré... —Ragen la interrumpió, para luego, ver a Emma, la cual tenía sus brazos cruzados, esperando sus explicaciones. —Mientras tu ibas a investigar a Dante, nosotros decidimos buscar algo de información por nuestra cuenta, sobre Sparda, el caballero oscuro...Pero, durante nuestra investigación, tuvimos que separar nuestros caminos.
—A Salem le habían empezado a dar caza, algunos de los demonios al mando de ese clan. Al final, pudimos librarnos de esa cacería, y de los planes locos de la Orden. —Kaege finalizó la explicación. Recordaba muy bien lo sucedido, sin embargo, no tenía la paciencia necesaria de dar detalles.
—¿La Orden? ...No me digan, ¿Fueron a Fortuna?
—Eso, fue mi culpa. —esta vez Salem tomó la palabra, mostrándose culpable de que eso haya sucedido en ese lugar. —Yo fui la que se desvío ahí... No todo fue malo ¡Gracias a Nero, pudimos detener-!
—Espera...¿Quien es Nero? —Emma la interrumpió cuando mencionó ese nombre, el cuál nunca antes había oído. —Les había dicho, ¿No? Que no íbamos a involucrar a más personas...
—¡Lo sé! Pero, ¡Te aseguro que Nero nos puede ayudar en esto también!
Emma no tenía el humor suficiente para lidiar con las insistencias de Salem. Y tampoco el tiempo, para escuchar que ese tal Nero les iba a ser útil. Optó por una sola solución, verlo por si misma.
—Entonces, la conclusión de la reunión es esta. —ella ve a Ragen y Kaege. —Ustedes seguirán rodeando el perímetro, avísenme sobre cualquier rastro del clan Campbell. Y en cuanto a tí... —luego ve a Salem con seriedad. —Vas a traerme a ese tal Nero. Si dices que no será un obstáculo, que lo demuestre por si solo.
Ante tal pedido, Salem tuvo que aceptar, después de todo, aquel chico era importante para ella. Y sabe perfectamente que lo está arrastrando a esta situación. Sin más que aportar o decir, se va.
Ambos, Ragen y Kaege, se fueron a hacer su parte, no tenían la menor idea de los planes que tengan los Campbell. Cómo siempre y por más que le insistieran, Emma se guardaba todo para si misma y sola buscaba la solución más viable.
—¿Crees que esté poseída? —Kaege le cuestiona a su compañero.
—¿Tu lo sospechas? —lo voltea a ver. —Yo lo tengo más que claro, pero ya la conoces, no lo va a admitir. Ni aunque fuese el fin del mundo. —siguió avanzando.
—Lo sé, no ha cambiado mucho desde ese día...Tienes razón, no tenemos el tiempo para tratar de averiguar su condición. Deberá adaptarse... O esos bastardos le sacarán provecho.
—Confío en que pueda abrirse más con su nuevo amigo. —menciona en referencia a Dante.
—Solo está de aliado, recuérdalo.
—Cálmate. —rie un poco. —Lo que dice Salem es solo para molestar.
Luego de un rato de silencio, dice lo siguiente.
—Lamento que tuvieses que recordar lo que sucedió en Fortuna.
—Ya da igual...Solo haciamos nuestro trabajo, uno de los dos iba a salir vivo... —puso sus manos en los bolsillos de su chaqueta, parecía no importarle el tema por ahora.
Ragen dejó de cuestionarlo, tenían asuntos que atender, y vivir en el pasado no era el mejor sitio de trabajo.
Ambos salieron de la mansión, uno se fue usando sus alas, y el otro usaba su velocidad. No se percataron, que estaban siendo vigilados desde la distancia, con un francotirador.
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