Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 1


∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆

Flashback

Se oía un pitido muy fuerte, sus ojos se esforzaban por abrirse, parpadeando muchas veces. Durante esos instantes, pudo ver el cielo, no estaba tan claro como solía ver, pues había humo manchando ese panorama.

Una vez sus ojos fueron abiertos por completo, vio por un instante lo que había a su costado. Unos destrozos de lo que parecía ser un tren, pero ya medio incinerado. El olor a putrefacción era muy desagradable, y lo peor era que todo eso, estaba muy cerca. Lo suficiente como para solo dar unos pasos y quemarse. Al cabo de unos segundos de contemplar tal escenario, cerró sus ojos.

Fin del flashback

∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆

Una mujer rubia abrió sus ojos, los cuales eran de un verde oscuro. Se veía algo cansada y miraba a su entorno, intentando reconocer en dónde estaba. Luego de orientarse mejor, bostezó y acomodó su flequillo desordenado. Su abrigo de tonos pálidos era muy acogedor en ese momento, estirándose un poco, revisó el reloj en su pared y vio que eran exactamente las 5 de la tarde.

-Otra vez que me quedo dormida aquí, ¿Eh? -se dijo a sí misma, mientras estiraba un poco sus brazos. Le dolía casi todo el cuerpo, como si hubiera hecho sobreesfuerzo físico.- Juraría que leer no me cansa tan rápido... -de manera calmada, se levantó de aquel escritorio en el cual se había quedado dormida.

Observó que en el escritorio habían varios libros abiertos, y además, unos lentes que juraría que no necesita. "Tal vez los use para leer", pensó rápidamente tratando de encontrarle una explicación lógica a la mínima situación rara que se le presenta.

No dió más vueltas al asunto, y se fue directo a la cocina a beber algo de café. Su cocina se veía ordenada y lujosa como siempre, sin embargo, lo único que usaba de ahí, era la misma cafetera de siempre.

Una vez se sirvió su café, dió un sorbo, sintiéndose mejor y menos cansada que antes. Al rato, sintió algo de hambre y rápidamente abrió su nevera, esperando encontrar algún bocadillo preparado.

Suspiró un poco y paseó por su mansión, siempre las mismas habitaciones, los mismos pasillos y las mismas estructuras. Miró todo como si fuese lo de siempre, y claro, asegurandose que todo estuviese en orden.

-Todo está en orden...-suspira aliviada y sonrie de manera leve.-Aunque me siento algo sola, tal vez algún día consiga amigos o una pareja. -comenta de manera casual, mientras bebe otro sorbo de su café. - Ni idea de cómo consiga eso si no salgo...-

Se fue acercando a algún cuarto, realmente no tenía ni idea de a qué cuarto se dirigía. Pero en todos los cuartos iba a echar una ojeada, solo por si acaso.

Uno a uno, fue abriendo las puertas de dichas habitaciones, pero en ninguna, encontró algo fuera de lo normal. Hasta que solo le quedó una habitación por abrir. Abrió la puerta y ella echó un vistazo rápido a la habitación y no encontró nada fuera de lo normal. Pero rápidamente percató que habían unos papeles en el suelo, mal escondidos debajo de la alfombra.- ¿Y eso? -se acercó a sacar esos papeles, los cuales contenían unas cuantas fotografías de un lugar que posiblemente sea de barrios bajos, pero sobretodo, resaltaba un local de dicho lugar.- ¿Pero que?...-estaba bastante absorta en esos papeles, ella misma no tenía ni el menor conocimiento de dicha investigación que al parecer hizo en algún momento.-

Ojeaba con curiosidad esos papeles. Al parecer era algo de información sobre un negocio en particular, y al final de todo había una especie de nota, que se apresuró a leer.

"Espero que esto te sirva por ahora, digo, para que no pienses que no hago nada. No pude investigar más de cerca, a pesar de ser indetectable, no sabemos cómo funciona ese tipo. ¡Espero haber ayudado un poco! Con cariño, Salem."

-¿Qué? Pero, no conozco ninguna Salem...-tenia más confusión en su cabeza que antes, iba a tirar dichos papeles pero por si las dudas, decidió quedarselos.-

Pensó para si misma, que esto era una broma de muy mal gusto. Tomó su sartén y sin prisa ni calma, se fue de dicha habitación con aquellos papeles tan repentinos y raros.

-«Si hay una razón por la cual investigar a un negocio y a una persona, pues no se dicha razón.» -vió otra vez las fotografías de aquel negocio.- «Esto es absurdo, incluso se considera acoso de mi parte.» -pensó con clara irritación en sus pensamientos.-

Caminó de nuevo hacia la cocina y volvió a tomar su café. El café negro era algo que la calmaba con frecuencia, no sabía por qué, pero con tal de mantenerse tranquila, no iba a hacer tantas preguntas. Abrió la nevera y sacó un bocadillo preparado, acto seguido lo comió con ansias. Pues debido a ese susto de antes, no pudo comer cómo debe.

Iba a seguir ojeando dichos papeles, de no ser por qué fue salvada por el sonar del teléfono. Internamente agradecida, al menos por ahora. Acto seguido, contestó la llamada.

-¿Hola, soy Emma Swan, con quién tengo el gusto de hablar? -respondió con total calma, ignorando en ese momento aquel incidente.-

Desde el otro lado del teléfono, se oía una voz masculina. Parecía urgente, sin embargo, habló de algo que ella desconocía totalmente.

-Emma, soy yo, Ragen. Escucha con atención todo lo que te diré. -dijo dicha voz al otro lado del teléfono.-

Eso dejo a la mujer más que confusa, no conocía tampoco a ningún Ragen. Esto solo hace que su nerviosismo crezca, no tenía la menor idea de lo que sucedía.

-Los demonios que te persiguen desde hace tiempo, se han vuelto más recurrentes. Kaege y yo, hacemos todo lo posible para eliminar a algunos que aparecieron en algunas partes de la ciudad. -se le oye suspirar y continúa- Se que tienes una misión que irrumpir está noche, asegúrate de ya toparte con-...-la llamada fue cortada. Dejando a Emma más que confundida.-

-...¿Con quién? ¿Y de que misión está hablando? -cuelga la llamada, aún confusa- La gente hoy en día está loca...¿Y cómo que demonios? Eso ni existe. -toma algo de aire.- Debería tomar algunas pastillas...

Ella seguía sin saber de qué se trataba todo, tal vez de una especie de broma colectiva. O quizás la confundían con otra persona, aunque eso último se descarta de su mente, esa persona la llamó Emma. Ese era su nombre.

-Emma...-

Escuchó esa voz suya en su mente, era igualita a la de ella, pero más seria. Otra vez tomó aire y se sacudió la cabeza. Trato de olvidarse de eso al instante y siguió caminando hacia su dormitorio, realmente necesitaba un descanso.

-¡Emma! -

-Listo, ya me volví loca...-le faltaba el aire en sus pulmones, cambio su dirección a la cocina, intentando no caerse en el proceso.- Unos calmantes...¡Si! Eso es lo que tanto necesito...

-Eso no te va a ayudar en nada ahora. Mocosa, ni siquiera deberías estar aqui. -

-Claro, lo que digas... Tampoco tu deberías estar en mi mente, ahorita arreglo eso. -de la alacena, tomo algunas pastillas y consumió dos píldoras de dichas cápsulas rojas, con un vaso con agua que se sirvió de manera rápida y nerviosa. Una vez tragadas las pastillas, suspiró más tranquila.- Ahhh...Eso se siente mucho mejor...y ya no escucho nada...-sonrie aliviada al sentir paz interior.-

-...¿Ya terminaste tu jueguito? Escúchame bien, tenemos solo dos horas para presentarnos en esa misión. ¡No es momento de estupideces! -aquella voz le reclamó de manera poco paciente y muy irritada.-

Esa respuesta hizo que Emma casi se desmaye, por suerte, solo se cayó sentada. Cubrio su cara entre sus rodillas y abrazó sus piernas, internamente queriendo descansar tranquila.

-Esto no es real, nada de esto es real. Esto no es real...-se repitió muchas veces a si misma, autoconvenciendose de que todo estaba normal.-

-Ahora que tomaste mi lugar, entrégame el control del cuerpo, de lo contrario...Más te vale hacer todo lo que yo te diga, ¿Está claro? -

-¡Ni siquiera se de qué estás hablando! -exclamó con lágrimas brotando de sus ojos.- ¡Solo quiero estar en paz!

-Vas a estar en paz, luego de esta misión. Olvidarás todo esto de manera inmediata. Pero por ahora, haz lo que te pido.-

La mujer todavía estaba más que confundida, no comprendía del todo dicho asunto. Con voz temblorosa, preguntó.

-¿Que clase de cosa tengo que hacer? Por favor, solo quiero tener una vida normal...Busca otra persona, a mi no...-niega repetidas veces.-

-¡Te estoy pidiendo solo un favor! Haz lo que te digo, de lo contrario...-

-¡Y ya te dije que no! ¡No sé de qué trata todo esto, pero me niego a caer en la locura y hacer actos imprudentes por esto! -

-...No me dejas opción, tomaré el control...-

-¿Y-Y que piensas hacer? ¡No voy a-...!-

Sintió como de la nada, en un abrir y cerrar de ojos, ya se encontraba en un carro, con ropa cómoda pero elegante, sentada en el asiento trasero y sin saber a dónde iba.

-¿En dónde estoy?...-murmuró para si misma, mirando a los lados totalmente desconcertada. Vió las dos ventanas que tenía, no conocía ni siquiera a dónde estaba dirigiéndose.-

En eso el carro se detuvo, en un edificio de 4 pisos medio vacío, o eso aparentaba. El cielo era casi nocturno, al ambiente era medio pesado. Y Emma seguía con sus dudas.

-Disculpe, señor conductor. -ella vio al hombre que estaba conduciendo, aún con esa mirada dudosa.- Si no le molesta, ¿Sería tan amable de decirme a dónde me trajo? -cuestionó de manera educada y respetuosa.-

-¿Ya no lo recuerda? -suspira algo confuso dicho conductor.- Usted me pagó por adelantado y pidió que la trajera a este edificio, en la calle Northfield. -

-Calle Northfield...-suspira, entendiendo que dar vuelta atrás sería inevitable y raro. -Vale, muchas gracias. -abrió la puerta del auto, saliendo sin dejar de ver dicho edificio. Una vez cerró la puerta del auto, este se fue. Ella solo pudo seguir contemplando el edificio frente a sus ojos. -

Una vez terminó de asimilar el hecho de que iba a hacer una locura, avanzó hacia dicha estructura. Aún no sabiendo como entraría.

-Ya estoy aquí y...¡Y no sé cómo entrar! Perfecto...¿Cómo quiere que entre? La puerta es de madera, y no creo que pueda romperlo así como así. -puso sus manos en sus bolsillos de dicho saco largo crema que llevaba, pero notó algo inusual. En la mano derecha, sintió una llave de su bolsillo, lo cual de inmediato, se apresuró en sacar. -¿Una llave? -se cuestionó mientras veía la cerradura y la llave al mismo tiempo.- Si no funciona retrocederé, pero en caso de que funcione, esa mujer está loca... -

La cerradura pudo abrir con ayuda de la llave. Emma ya empezaría a creer que todo estaba calculado para esta misión, de la cual no tenía tanto conocimiento. Entró al lugar con mucha cautela, no estaba propensa a caer en trampas o cosas así.

-Este ambiente no me gusta para nada...Prefiero el ático de la mansión...-murmuró mientras ojeaba su entorno. La primera planta de ese edificio era muy desordenada y había abolladuras y rasguños de tamaño considerable al mediano. -«Las personas normales no serían capaces de eso, ¿Pero quién vive aquí?» -pensó para lo más profundo de sus ideas. -

Siguió adelante y subió las escaleras que llevaban al siguiente piso. Al menos, el segundo piso era menos rasguñado y descuidado que el primero. No encontró nada relevante, pero al subir al tercer piso, comenzó a escuchar sonidos grotescos y rugidos. Lo cuál hizo que Emma esté más que asustada.

-¿Pero que fue eso?... -cuestionó muy asustada.- Mejor me retiraré, si, eso es...Me retiro...-estaba dispuesta a bajar al segundo piso pero en las escaleras encontró a un ser que parecía demoniaco, como un monstruo con colmillos de brazos largos.-

Por más que la mujer no quiso gritar, gritó como nunca al encontrar dicha criatura, haciendo que el demonio la vea con sus ojos brillando de rojo, listo para cazarla. Emma subió escaleras arriba lo más rápido que pudo, sintiendo que en cualquier momento se tropezaria o algo, la sensación de miedo la invadía en ese momento.

Dicho demonio rugió fuerte, para alertar a sus compañeros demonios del tercer piso sobre la presencia de Emma, los cuales no dudaron en seguir su olor y atraparla.

Llegando al cuarto piso y último, este tenía puerta al menos, así que rápidamente entró al cuarto piso y una vez dentro, cerró la puerta con seguro, y de paso, poniendo algunas sillas y mesas que encontró en ese piso. Muy asustada, vió que tal vez no habrá vuelta atrás.

-Se acabó, este es el fin de mi vida...Ni siquiera pude disfrutarlo como se debe, ojalá hubiese tenido amigos, un novio, familia...-se dijo a sí misma todas estas palabras, mientras miraba como detrás de la puerta, los demonios ya estaban tocando y tratando de entrar.- Un momento...tal vez no me toque morir despedazada o algo...-pensó en saltar desde una de las ventanas que tenía ese piso. - Espero que con esto sobreviva o algo. -iba a correr hacia esa ventana, pero la voz de nuevo apareció en su mente.-

-¿Qué crees que estás haciendo? ¡¿Te dejo descuidada un segundo y ya piensas en lanzarte?! -

-¡Pero entonces dime qué debo hacer! ¡Esas cosas me van a comer y no esperes que me quede a aceptar mi muerte! -exclamó muy furiosa y asustada, sentía que esa puerta no resistiría más.-

-Hay otra solución, dame el control. Yo me voy a encargar de esto...-

-¿Estás loca? ¡Vamos a morir! ¡Si me aviento desde aquí, posiblemente sobreviva unos cuantos minutos más! -

-¡Eso es mil veces peor! Escucha, te lo repetiré por última vez...Déjame hacer esto, y si no me tienes fé...aunque sea, concédeme esto como última voluntad...-

Emma lo consideró un par de segundos, y con la tristeza y miedo en su rostro, aceptó ya no tener el control de su cuerpo. Por último, entró en un estado de inconsciencia.

Aquellos demonios, derribaron la puerta y ferozmente se abalanzaron hacia su objetivo. Desde afuera de dicho piso, solo se podían oír algunos golpes y quejidos graves provenientes de los demonios. Uno de ellos fue lanzaron de manera brutal desde la ventana. El origen de todo eso, fue una mujer rubia de coleta amarrada y lentes, que atacaba a dichos demonios con su bastón de combate de acero, agilizandolo de manera ágil y precisa. Acabando de empalar al último demonio que quedaba ahí, puso su bastón de combate en su hombro, dado por terminado su cacería, con una mirada más hostil.

-Je...No fue tan difícil. -dijo para luego caminar hacia las escaleras para dirigirse al tercer piso.- Ella no va a interferir...Otra vez...

Al irse, no se dió cuenta que Emma Swan estaba parada frente a los demonios, su ropa seguía igual, con la única diferencia que ella no era tan visible. Centraba su vista hacia los demonios en el suelo, con su mirada extraviada e incrédula. A medida que pasaban los segundos, su respiración empezó a entrecortarse, tuvo que optar por respirar por la boca para no perder el aire en su sistema.

-Esto no es real, esto no es real... -torció su vista. Acto seguido, se agarró ambos mechones rubios, tirando de ellos un poco y apretar un poco dichos lados de su cabello. -Los demonios no existen, esto nunca pasó... -eludió su mirada de los demonios, aún con su respiración entrecortada, sentía que le faltaba el aire.- Esto no, no es real...Todo viene de mi mente, tengo que ir a un hospital...

Agarró ambos lados de su cabeza, su sonrisa se torció, sus ojos mostraban desesperación y al mismo tiempo al borde del llanto. Echó una risa de manera irreprimible y nerviosa, mientras intentaba formular sus siguientes palabras.

-Los demonios...Son...Reales...-

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro