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He's An Angel Sent To Me

Estoy tan feliz por volver a leernos en otro one-shot, del que la verdad estoy muy emocionada, no sé si les vaya a agradar o no, pero aún así esto es para ustedes.

Lo dedico (como siempre) a todas mis hermanas fans de este shipp tan hermoso, enhorabuena espero lo disfruten.




































































"Todo hombre mata aquello que ama, unos lo hacen con una mirada cruel; otros con una palabra halagadora, el cobarde lo hace con un beso; y el valiente con un cuchillo."


























































Si alguien me hiciera la esperada pregunta de que daría por salir de este infierno, diría que quilates.

La maldita bebida se había caído en mi camisa verdosa y era irritante el sentir el abdomen mojado. ¿Cuándo putas madres va a acabar esto de tener que soportar a todo un instituto entero?

Baje mi vista hasta el lavamanos luego de hacer un gesto de fastidio en mi rostro que se reflejo en el espejo, a parte de que el jabón penetraba mi nariz por su olor tan intenso a perfume barato.

Eugh.

Salí del baño lo antes posible, parecía una cárcel de estúpido ebrios, y sin duda yo no iba a soportar eso, ya tenía con haber sentido la vergüenza que me hizo pasar la niña de ciencias al derramar su puto jugo en mi por accidente.

Con mi cara de amargura andante subí el pequeño escalón que dividía el baño con el living de aquella elegante mansion donde se llevaba a cabo la última fiesta del campus en el que estaba estudiando, en dos días las clases comenzarían de nuevo y ni unas escasas ganas de volver a leer mi libro de 1,600 páginas de Biodiversidad cultural se asomaban por mis neuronas.
Pero intente olvidar ese feo recuerdo cuando vi a Paul acercándose a mí enojado.

-¿Dónde estabas idiota? Me dejaste solo en medio de esa borrachera- rodee los ojos
-y sabes lo nervioso que me pone John ¿verdad?-

Ay Paul casi logro ver como una vena sale de tu bonita frente

-¿Pues qué querías que hiciera imbécil? ¡si la niña de lentes me mancho, acaso no has visto!- argumente apuntando a mi camisa recién enjuagada
-Bueno ya, no te esponjes nariz de algodón ¿Qué haces ahí? ¿Te vas a quedar parado hasta que envejezcas? Camina-
Agh, este idiota me tiene hasta las bolas. Pero aún así, Paul ha sido el único que ha estado ahí para mí desde que llegamos a este campus, compartimos dormitorio y aunque a veces tengo que soportar las largas noches donde me habla infinitamente de John Lennon y me muestra sus fotos, no deja de ser como un hermano.

Caminamos hasta donde la bola de universitarios se encontraban haciendo sus cochinadas y bailando como babosos, para tomar un ponche e ir directamente hacia a fuera, pues era tiempo de oler algo de aire libre, adentro olía peor que los conciertos de los The Beatles.

-¿Has pensado en empacar para cuando regresemos al infierno?- argumente mientras acomodaba uno de los botones de mi camisa para proceder a beber un poco de ponche

-mmm no, aunque tengo que hacerlo papá sugiere que me vaya con él a Alemania, saliendo siempre con el mismo chantaje de que Mike sí sigue sus pasos y yo no y blah blah- habló el pelinegro pasando una mano por su rostro

-¿Qué tal tú?-

-Mamá me hablo de que necesitaba terapia psicológica en vez de estudiar comunicación, me dijo que visitara un psicólogo en cuanto acabaran las vacaciones. Así que lo consulte con la almohada- mire fijamente hacia el césped observando como un pequeño grillo le saltaba a la falda a la misma chica que antes había derramado su jugo en mí, haha

-¿Y qué te dijo?-

-Que nunca hubo un ratón de los dientes debajo de ella-
Di un sorbo al ponche

-¡No idiota! Sobre el psicólogo-
Atino el pelinegro para proceder a darme un golpe en el brazo

-Aaah, que sí lo necesitaba-

Se quedo un silencio por un momento y de un instante a otro mi vista se perdió en aquellos chicos nuevos que habían llegado a la fiesta.

Entre ellos pude ver a George Harrison, quien de su mano traía a su novia Pattie

Maldita zorra, llegó ella y nuestras posibilidades de estar juntos se fueron.

Bebí otro poco del ponche mientras los seguía con la mirada lentamente, y sin darme cuenta la bebida se había terminado.

-Paul ¿quieres más ponche?- pronuncie ante el pelinegro quien de igual manera había terminado su bebida. Y lo mire con aburrimiento, ya quería que se fuera a otro lado este bueno para nada, quiero estar solo un rato

-No, mas bien ire un rato con Pete, a ver que me cuenta de John- habló pícaro

Bingo que al fin se va a ir, Krishna me escuchó

-Ve entonces maldito cochino-
-Sí sí, también te quiero-
Pronuncio

Rodee los ojos y suspire de alivio, por fin se había ido, iría adentro, no tenía nada que hacer pero me gustaba estar solo, podía burlarme a gusto de la gente si soportar comentarios de John Lennon por parte de McCartney.

Entre por aquella puerta de nuevo y me dirigí a la mesa de bebidas donde serví un poco más de ponche en el vaso que antes estuvo lleno. Para luego proceder a salir por la puerta trasera y quedarme a ver las estrellas por un largo rato. Había una bonita constelación que venía persiguiendo mi curiosidad ya hace varios días, pero que nunca tuve la oportunidad de tomarme el tiempo de decifrarla

Ojalá formara una planta de marihuana

En ese momento sentí como alguien me empujo por la espalda, haciendo que el vaso que sujetaba mi mano derramara un poco de su contenido.

-Puta madre- murmuré con una expresión de asco y al tiempo de fastidio ¿Qué problema tienen con tirarme bebidas?
-Lo siento, ¿Te lastime?-
Escuche una voz familiar que me hizo abrir los ojos como platos

Era George, aquel chico con el que no hablaba desde hace dos meses. Eramos tan unidos, pero para mi bonita suerte llegó Pattie a su vida y me convertí en polvo, lo que quería era olvidarlo e irme lejos de él, pero parece que el universo quería volver a verme a sus pies nuevamente.

El caso es que terminamos mal y le dije que no quería volver a verlo en mi sagrada vida.

-¿Te importa tanto?- respondi sin importancia, y ante esto pude ver como aquel chico atractivo dio un largo suspiro
-Sé que no es el mejor momento para hablar, digo, considerando que no nos hablamos desde hace mucho pero, ¿Aún sigues enojado por eso?- pronuncio acercandose a mi

Dios me pone nervioso

-No voy a contestarte eso, y ¿Qué haces aquí? Tu chicle debe de estar voceandote por toda la fiesta- hable sarcastico, comentario que hizo que el contrario emitiera una leve y atractiva risilla

-Ella se fue con sus amigas, iban a ir al mirador de la ciudad- argumento el colmilludo

-No has respondido mi pregunta ¿Qué haces aquí?-

-Tampoco has respondido la mía ¿Aún sigues enojado?-

Le regale una mirada de odio y me recargue en la pared presenciando como él hacía lo mismo.

-Supongo que... lo siento- suspiro y oculto sus manos en sus bolsillos

Mientras tanto yo solo observaba su bonito perfil que sin duda alguna desde que lo recuerdo me sigue encantando

-Fue bonito lo que fuimos mientras duró-

¿Y qué carajos hace aquí entonces? Es claro que solo dice que "lo siente" por quedar bien y en su tono de decir las cosas es notable

-¿Acaso fuimos algo?- hable sarcastico

Me divertía tratarlo así, hace tiempo sufri con el hecho de tener que soportar verlo rondando por la escuela tomado de la mano de aquella regalada, mi corazón se había destrosado enserio.

-Jamás cambiarás ¿verdad?- argumentó en tono de burla

Lo mire

-Ñop- hable cortante

De un momento a otro aquel chico que yacia posicionado a un lado mío ahora se encontraba frente a frente mirandome fijamente. Ahora que lo veo de cerca, ha cambiado bastante, pero aún así no deja de rejuntar los pedacitos de mi corazon roto cada que veo su mirada

-¿Ya no recuerdas lo que éramos? Eh, Gemas azules-
Ese apodo retumbo en mi cabeza después de ver como me acorralaba contra la pared quedando muy cerca suyo.

Bebí la última gota de ponche que quedaba en aquel vaso y lo aparte de mi mano dejandola libre, ya sabía sus intenciones, antes ya las había intentado conmigo y como un tonto caía en esas trampas.

¿Qué más daba si lo que quería era diversión y yo se la daba? Veremos cuál es el juguete que acaba destruido primero.

-No, recuérdame- hablé cruzando los brazos, y al tiempo dedicándole una mirada pervertida siguiendo su juego

Y sin alguna otra palabra, simplemente aquel colmilludo estrello sus labios contra los míos de una manera inesperada haciéndo que me ahogara en todos aquellos recuerdos que había pasado con su boca

¿Porqué volvia a hacer esto conmigo? ¿Porqué Pattie se fue y de un de repente le importo? Lo que fuera que estuviera tramando, tal vez era mi oportunidad de volver a los fetiches que un tiempo me hizo desarrollar aquel colmilludo

Después de unos segundo de haberme dejado llevar por el beso logre empujarlo y apartarlo de mi, experimentando así, las mismas preguntas que se formaban en mi mente

-¿Qué quieres George?- lo fulmine con la mirada mientras mantenía mi respiración en su estado normal

-¿No te gusta?, yo creí que también me extrañabas- argumento para acto seguido acercar sus labios a mi mejilla y comenzar a plantar cortos besitos por toda esta.

¿Entonces me extraña?

-¿Qué te sucede? ¿Ya no te gusta como lo hace Pattie?- lo aparte de mi unos cuantos centímetros después de haber pronunciado lo anterior, queriendo sacar de mi el poco orgullo que me impedía perdonarlo y abrirle de nuevo las puertas a mi corazón

-Usted sabe señor Richard, lo mismo que yo, que las heridas del corazón no se curan. Pero se tratan, como dicen los facultativos- pronunció en un susurro que al momento de escucharlo supe que realmente era cierto.

Di un largo suspiro, realmente había planeado por mucho tiempo lo que diría en nuestro reencuentro, lo maltrataria y lo odiarla por el resto de mi vida pero lo veía y me era inevitable no resistirme a sus coqueteos. Era un devilucho.

-Sé bien lo que te gusta y sé no te importara guardarle unos secretillos a Pattie ¿O sí?- susurro en mi oído de una manera que me hizo estremecerme. Por más que yo quisiera no podía evitar que todo de él me recordara a lo que una vez llegamos a hacer, llegó a mi un escalofrio tremendo y este aumento cuando senti sus labios posarse en mis clavículas para seguido subir a mi cuello.

No pude evitarlo y solte un gemido leve, coloque una mano en su cabello y lo deje que hiciera su trabajo

Si no te quieren como tú quieres que te quieran, ¿qué importa que te quieran?

Había perdido mi dignidad y eso era cierto. Pero él también iba a perder eso y mucho más.

Solo me deje llevar por el momento y disfrute la sensacion que me ofrecia su respiracióntan cerca de mí. Luego abandonó ese trabajo y estrelló sus labios con los míos de una manera hambrienta. Invitaba a mi lengua a bailar en un vals que pronto se transformo en uno muy sucio.

Me acerco a él tomando mis caderas y yo presione más nuestros labios para hacer de este un beso más desesperado.

Sí lo extraño, y mucho, extraño todo de él, su voz, su cuerpo, su manera de seducirmeme y de convencerme tan rápido. Y es que soy consciente de que desde su abandono mi corazón se oscurecio un poco. Me había robado toda la magia que yo le ponía a la vida, convirtiendome así en un vago recuerdo que solo le regalo la poca luz que le quedaba. Sé que lo que estaba haciendo estaba mal, y de pronto recordé lo que una vez mi madre de niño me dijo: "Nunca tomes las cosas que no son tuyas"

Pero, ¿Cómo podía ser de Pattie si me deseaba tanto a mi?

Y de pronto, sentí como aquella necesidad de comportarme tan sumiso ante él me arañaba el alma, gritándome que la dejara libre, pues bien sé que me seduce tan rápido y no puedo evitar comportarme como un idiota pervertido que se deja hacer todo lo que a George le plazca. Y ese maldito Richard salió de mi dándole permiso para que hiciera conmigo lo que quisiera.

Mande todo al carajo, él busco fuego y lo encontro.

-George en cualquier momento va a llegar Pattie y nos va a descubrir... Ah...- gemí al terminar la oracion

-No me importa-

Mierda, a mi tampoco me importaba

Paramos cuando de nuevo el estúpido Paul metió su nariz en el asunto y me llamo, haciendo que nos separaramos al instante con las respiraciónes agitadas y las mejillas más rojas que un tomate. Maldecía con lo peor del mundo a Paul por haber interrumpido este momento del que yo no tengo culpa de que tenga uno igual con John.

-Ringo no vas a creer lo que...- sus palabras fueron frenadas en el momento en que nos vio a los dos a escasos centímetros de distancia

-No es lo que crees- hablé tratando de calmar mi respiración que se había agitado gracias al momento que segundos atrás había pasado con George

¿Cómo demonios sabía dónde estaba yo este imbécil?

-Como sea, ¿Ya viste la hora? Mi padre me estará buscando, vámonos- parloteo el peli negro sacando su celular de su bolsillo

Rápido y sin aviso tomo mi brazo y sin ni siquiera poder despedirme de George salimos enseguida de aquel sitio.

...

Mis ojos se abrían lentamente dándole bienvenida al nuevo día que se veía por la ventana disfrazado de aquellos rayos de sol que se asomaban de manera tímida.

Desperté con un dolor de cabeza gigantesco, no sabía la razón pero la cabeza no tardaba en explotarme. Rasqué mis ojos y me incliné de mi cama para poder estirarme plácidamente, realmente no quería ir a la Universidad, los dos últimos días después de aquella fiesta se habían pasado volando.

Me dirigí hasta el baño, y sin más me desnude completamente, literalmente, no dejé que se desperdiciara un segundo más y me adentré a la regadera.

-¡Mierda, Mierda, Mierda!- grité entre quejidos debido a que me había dado cuenta de que el agua estaba helada, y tendría que esperarme como una media hora a que se calentara.

Sin más, continué con mi ducha y ya una vez de haber acabado, salí de esta para rápido tomar el cepillo de dientes e introducirlo a mi boca después de haberle propinado un poco de pasta.

Escupí los restos de esta y enjuague mi boca rápidamente, salí del baño y con el paso alargado y cuidando que la toalla no se cayera de mi cintura me aproximé hasta mi habitación y tomé el outfit que rogaba al cielo porque no tuviera que arreglarle nada y que ya estuviera listo. Tomé la playera, me la coloqué y rápido la faje en el momento en que mi pantalón invadió mis piernas, abroche mi cremayera para después echarle otro vistazo al reloj y darme cuenta de que las clases comenzarían en menos de quince minutos. Me puse mis zapatos nuevos, y finalmente apliqué perfume sobre mi pecho, tome el cepillo para darle forma a mi cabello y salí disparado de la habitación.

Uno de los edificios lograba divisarse mejor por el vidrio de mi auto, y mientras me estacionaba me maldecía por ser tan terriblemente terco y no haber puesto una maldita alarma el día anterior.

Y de pronto lo recordé, luego de aquella noche ni un solo recuerdo había regresado a mi mente de esa extraño suceso, pareciera como si hubiera sido todo un sueño. Me dejé caer en el respaldo del asiento del auto cuando el momento de aquella noche regreso inesperadamente a mi memoria, era yo, o me había dejado seducir por los encantos de George, y lo peor ¡aún estando en mi juicio!. Una y mil dudas se asomaron por mi cabeza luego de que aquellos recuerdos aterrizaran en mi mente, solo espero no volver a encontrarmelo hoy.

....

-Paul, por favor cálmate ya no pierdas el tiempo en gente que no te valora, para John eres invisible- formule un gesto de asco después de limpiar una lágrima que caía de los ojos color hazel de aquel chico

-Yo sé que es una pérdida de tiempo, pero no soy invisible para él, es decir...- trago saliva -Lo amo y me duele porque...-

-Porque sabes que no vales nada para él- pronuncie con aburrimiento, Paul era más ingenuo de ningún otro ser y nadie podía hacerlo cambiar de un momento a otro

-¿Por qué eres tan cruel conmigo?- argumento pasando un pañuelo por su ya enrojecida nariz

Rodee los ojos

-Eres una perra- hablo sin más

-Cariño, deberías verme con una corona- pase una mano por su cabello delicadamente, peinandolo para atrás para acomodar los mechones despeinados que sin querer se le habían formado

-Necesitor ir al baño- parloteo, tomando todos los pañuelos que había usado a lo largo se su lloriqueo intenso

Bien, creo que iré a la biblioteca, hay un libro que he estado buscando toda la semana y no lo puedo encontrar y si no lo hago no aprobar ese examen que tanto me preocupaba.

-Si me necesitas estaré en la biblioteca- asintió, y en seguida se levantó, dejándome completamente solo.

Me levanté pesadamente de la solitaria banca donde me encontraba, tomé mi bolso de cuero donde cargaba mis libros y sujeté mi cámara contra mi pecho para comenzar a caminar hasta aquel enorme edificio que contaba con mi destino hacia la biblioteca. Unos cuantos pasos más y mis zapatos ya se encontraban resonando en el piso de madera de aquel pasillo tan acogedor. Pero detuve mi análisis de aquel lugar cuando para mi mala suerte volví a cruzarme con aquellos ojos oscuros.

Inmediatamente mi corazón se aceleró

-Hola Ritch- levanto una de sus manos en forma de saludo
-Hola- hablé sin mostrar emoción alguna
-Te estuve buscando toda la mañana, no te pude encontrar en tu aula ¿hay algo que contar?-

No pienso decirle ni loco que ahora mismo me acaban de cambiar a un aula del edificio vecino al de él, me torturaria tan solo con tener que ver todos los días su bonita cara.

-Por ahora no, ¿Tienes clase libre?- pregunté

-Sí, ¿ibas a algún lado?-

-A la biblioteca de tu edificio- carajo, lo acabo de arruinar todo

-¿Mi edificio? ¿Cambiaste de aula?- frunció el seño en señal de duda y se fue acercando más a mi

-No, lo siento es solo que hay más aulas relacionadas con tu carrera que con la mía aquí así que...-

-Mmm ya. Bueno, yo también voy a la biblioteca ¿vienes?- lo odiaba y me encantaba tanto al mismo tiempo, estaba bien todo ese mes en el que no nos vimos, reiniciaba mi vida dejando atrás todo lo que una vez me hizo pedazos, y él llega haciéndome caer en el mismo maldito hoyo.

No pronuncie nada, en cambio le hice saber mi respuesta asintiendo con la cabeza para comenzar a dar paso hasta aquel lugar del que ahora nos apuntamos ambos. Un silencio se formuló en el camino, dándome tiempo para poder darme una pequeña terapia para mis adentros

"Si él se acerca es para volver a jugar conmigo, ¿acaso tiene coherencia que de un día para otro sea invisible y luego visible? ¡No! Me quiere ver la cara de idiota, pero no voy a dejar que eso pase"

-¿Vas a dejar tu identificación?- su voz me saco de mis pensamientos de una manera inesperada

-Ah claro, respondí sacudiendo mi cabeza levemente para proceder a sacarla de mi bolsillo para entregársela al bibliotecario.

George había entregardo la suya antes que yo, haciendo que él se adelantara para poder ganar una habitación donde solo estaríamos él y yo

Soy un idiota, ahora no voy a tener escapatoria.

Tratando de hacer el menos ruido posible, seguí los pasos de aquel colmilludo hasta lograr estar dentro de la habitación escogida por el contrario, era algo pequeña pero acogedora, y el silencio le daba un toque misterioso a aquellas repisas llenas de libros de ciencia y humanidades.

Deje en aquella pequeña mesa mi maletín y mi cámara para proceder a buscar aquel libro que necesitaba, acción que Harold imitó. En uno de esos movimientos, inesperadamente llegamos a la misma sección, tal vez eran mis pensamientos los que estaban tan perdidos en la incomodidad que me hacía experimentar George, pero ya había recorrido más de diez libros de ciencia cuando ni siquiera mi vocación se inclinaba a esa rama.

Experimente una vergüenza entera cuando sentí mi mano tomar el mismo libro que había tomado el contrario.

-Creí que odiaba esta categoría- propuso dudoso, su voz era tan clara ante mis oídos, habíamos quedado tan cerca.

Trague saliva y dirigi mi mirada hacia la suya, nuestras respiraciones se entrelazaron y yo me perdí en sus pestañas, son tan largas, adornan perfectamente su rostro después de sus pobladas cejas.

-¿Tengo algo en la cara?- argumento en un coqueteo que lo insito a acercarse más a mi

Odiaba que actuara así, como si no supiera que es mi debilidad entera.

¡Belleza, eso es lo que tienes!

No espere otro momento más y dirigí mis manos al cuello de su camisa para juntar mis labios con los suyos en un instante, siendo correspondido por él.

Volver a besar los labios que prometí nunca volver a tocar por mi decisión me hacía querer matarme por dentro por no tener ni una pizca de orgullo en mi

Pero oh Geo, rompes mi corazón y aún así los pedazos te quieren

Se sentía tan... bien y mal a la vez

Estaba pecando porque juré muchas veces no volver a caer a sus pies. Aunque solo sea por diversión, me importan un carajo los sentimientos de Pattie. Tomó mis muñecas bruscamente dejándolas arriba de mi cabeza.
Luego sentí una pequeña exitación al sentir como una de sus piernas se introdujo en medio de las mías para así poder darle larga al beso.

Su lengua era como un laberinto en el que me encantaba perderme para nadar en su saliva y poder ser su alimento

En un segundo nos separamos por falta de aire

-¿Y Pattie?- pregunté para volver a recibir un beso de su parte luego de haber pronunciado el nombre de aquella rubia
-¿Qué tiene ella?- respondio

-Es ella o yo- agregue con la respiración agitada posicionando mis manos en su pecho luego de que este soltara mis muñecas

-Siempre fuiste tú- se acercó a mi cuello para sentir como lo lamia lentamente, a lo que me hizo soltar un tenue gemido

-¿Qué tal si seguimos en lo que tu amigo Paul no pudo dejar que pasara?- susurro en mi oído.

Sentí una pequeña mordida en mi mejilla seguido de unas manos posicionarse en mi espalda baja, hice lo posible por querer mantener una conversación con él y sin embargo me tenía tan sumiso que se vio imposible.

Lo que hoy siente tu corazón, mañana lo entenderá tu cabeza

En un momento desesperado acaricie los botones de su camisa para que en menos del tiempo esperado este se quedara sin ella, dejando caer la prenda al suelo, escabulló sus manos en mi espalda para despejar mi prenda superior como yo lo había hecho con él, en un segundo acarició mis piernas para después cargarme quedando con estas a sus costados, posición que hizo que comenzara a besar mi pecho de manera salvaje, sentía que iba a arrancarme la piel, sus afilados colmillos se sentían en cualquier contacto que tenían nuestras bocas.

Pero me encantaban sus mordidas

Aparto su rostro de mi cuello para darme oportunidad de besar sus labios desesperadamente, acariciando mi espalda mientras mi lengua exploraba cada rincón de su boca.

Parecía un maldito perro lamiendo a su amo. Pero daba igual por que eso es lo que era, su perra.

El calor intensificó y al tiempo me veía obligado a no tener que emitir ningún ruido, pues a nuestros inteligentes cuerpos se les había ocurrido calentarse en una biblioteca

-Ah...Geo...mmm- gemí desesperado cuando regresó a su anterior trabajo de moder mi piel.

Y para hacer la situación más interesante, baje de sus brazos tan rápido como llegue ahí y recuperando mi respiración lentamente lo aparte de mi, haciéndolo caer en millones de dudas.

-Si terminas con Pattie, podemos tener sexo hasta en las mañanas- argumente tratando de calmar lo agitado que me encontraba

-Sé que no está bien- hablé, al tiempo que formaba un puchero en mi labios mientras cubría los suyos con mi dedo índice, me acerqué a él, a estas alturas me quedaba bien en claro que realmente me deseaba más de lo que creí que alguna vez lo hizo

-Pero no me importa- susurre en su oído, y me aparte, dejándolo ahí, con la mirada perdida en la repisa y la respiración agitada.

Me vestí, tomé mis cosas y salí de inmediato de aquella habitación, no miré hacia atrás y sé que él tampoco lo hizo.

No tenía el libro que llegué buscando, pero recuperé un poco de dignidad.

Ya que no tenía el presupuesto adecuado para comprarme una nueva

....

Al día siguiente de lo sucedido no podía dejar de causarme gracia cada que recordaba su cara cuando lo dejé ahí, ay Dios pobre ingenuo, creyó que iba a caer así de fácil.
Hacía bastante frío aquella mañana, nueve am, hora exacta para salir a hacer las actividades físicas, por suerte mi profesor llevaba un tiempo faltando así que tenía esa clase libre por así decirlo, mis demás compañeros de la misma clase libre decidieron ir a la cafetería, yo decidí quedarme aquí, por ende me quedé solo, la verdad hacía un frío horrible y por lo menos el aula estaba un poco calientita.

Luego de sacar un libro de mi mochila para empezar a leerlo y pasar el rato, escuché unos pasos entrando al aula.

-Hola hermoso-

Levanté mi mirada de aquel libro y me dispuse a observarlo.
El colmilludo quien yacía en frente de mí, portaba un lindo suéter de cuello de tortuga negro, pantalones del mismo tono y unos Converse que adornaban tremendamente bien al atuendo.
Lo observé de pies a cabeza con una mirada de desprecio y fastidio, aunque en mi mente estaba rogándole a Dios que me diera fuerzas y no me dejara caer esta vez a sus pies.

Es que no ayudas en nada Harold, por favor deja de ser tan putas irresistible y también deja de ser tan guapo.

-¿qué quieres?- como pude trate de fingir mi fastidio y no mostrar que estaba babeando por él en mi interior, y juro que intenté apartar mi vista para no verlo porque Dios, cuando usaba esos suéters era mi debilidad entera.

-¿No puedo venir a ver a mi crush y no disimular nada que me gusta?-

-No- argumente volviendo a posar mi mirada en aquel libro

-Ash, no seas grosero, ¿porqué no estás en tu clase de deporte?- preguntó, yo rodee los ojos

-Tengo esta clase libre y mi compañeros fueron a la cafetería- que irritante y hermoso es este hombre al mismo tiempo

-¿Y tú porqué no estás allá? Te quedaste pensando en mí ¿verdad?, obvio- reí hipócritamente ante su comentario egocéntrico

-Porque tengo frío idiota-

-auch, eso dolió-
Reí bajo y continué con mi lectura.

Párrafo número seis se retiró porque sentí como George quitó el libro de mis manos y lo cerró bruscamente dejándolo en la mesa.

Solo lo miré fastidiado y tratando de tener paciencia.

Es que no eres tú, ni yo, son mis ganas de besarte

Se quedó un corto silencio en el aula, al ver que no decía nada, crucé mis brazos y dejé caer mi cuerpo al respaldo de la silla. Lo miré, queriendo decir con mi mirada un "¿qué quieres?" Pero él sólo puso su mirada psicópata que amaba tanto y se acercó, puso una ligera sonrisa que acompañó con un suspiro y pronto aparté mi vista de él para mirar mis uñas del aburrimiento.

Cuando de repente sentí su mano posicionarse sobre mi barbilla la tomó y levantó mi rostro para mirarlo.

Dios dame fuerza te lo ruego

-Tienes los labios rojos ¿a quién estuviste besando?-
Argumentó

-Ay ya George, no besé a nadie y... ¡¿y a ti qué te importa?!- pronuncie luego de apartar su mano de mi mentón de forma violenta y levantarme del asiento.

Suspiré

-sí me importa...-

Me tomó del brazo y me acercó a él bruscamente

-¿quieres que te recuerde que eres mío nada más?-

Me perdí en sus ojo y sus labios, y maldición, se había puesto esa colonia que tanto me encantaba oler cuando estábamos juntos.

-Ay qué imbecil eres-
Traté de sacar lo que pude de orgullo y le contesté, traté de safarme pero no podía con sus fuerzas.

-No me digas así que sabes lo que te puedo hacer...-

-Ah, y ahora llegas a amenazarme JAJAJA-

-Trato de cuidar las cosas que son mías-

Rodee los ojos

-George...-

-Y tú eres mío-

-Ay, ¡¿Podrías quitarte ese suéter por favor?!-
Trato de safarme de nuevo de él

-Quitamelo- me responde retante

Lo miro con odio y trata de besarme, pero me alejo. Hubiera querido quedarme ahí y hundirme en sus labios ¡Pero no¡

-Sueltame ya- le rogué rendido

-No-

-No seas infantil-

-¿Infantil yo? Jaja-

-Sí tú, va a venir alguien y nos va a ver-

-La verdad me importa una mierda quien nos vea-

Y lo sabía, siempre fue así, ni siquiera se porqué le dije eso.

Luego de eso pasó su mano por mi mejilla y corrió sus dedos hasta mis labios, no tardó en lamer los suyos y yo solo trataba de resistirme

"Ay porfavor bésame" gritaba mi subconsciente

"¡Pero no lo harás tú pedazo de idiota!" Gritaba el otro lado de mi subconsciente

-Me sigues amando-

"Y deseando también" ¡Cállate!

-Carajo George sueltame-
Se carcajeo

-¿Sabes porqué no lo hago?

-Habla-

-Por que sé que te encanto con este suéter y no puedes evitarme-

"Y también con tu cara me encantas" ya porfavor

-Sí ¿y qué?-

Se rió

-No puedes hacer nada-
me soltó

Lo miré mientras acomodaba mi respiración y mordía mi labio inferior.

Él no esperó otro momento y se lanzó a tomar mi rostro salvajemente para estrellar nuestros labios, yo intenté safarme, lo iba a empujar con mi manos pero él logró tomar ambas muñecas, traté te quitárselas y luego de rendirme porque sabía que no iba a poder más que él, las posicionó en su cuello.

Mi orgullo me dolía.

Y solo dejé que siguiera, estaba rendido

Él bajó sus manos a mi espalda baja y me juntó más a él, sentía su lengua jugar con la mía y dándole larga al beso, y cuando nos separamos mordió mi ya rojo labio

-Te dije-

-Me dijiste qué idiota-

-Que no te resistias-

Lo mire agitado y rendido, no podía hacer nada, me había besado y de tonto no pude con él

-Sí voy a terminar con Pattie, Cariño- me tomó la mejilla

-No quiero tu puta lastima, gracias- aparte su mano de mi rostro, luego tomó la mía y la besó

-Adios mi amor-

-Vete al carajo-
Rió en burla y se retiró

Dejándome ahí, con la respiración agitada, era su venganza por lo del otro día, maldito colmilludo sexy, me tiene a sus pies. Bueno, por lo menos se me había quitado el frío.

"¿Cómo puedo amar tanto a ese hijo de puta?" Me pregunté y no, no tengo la jodida respuesta

...

Después de lo sucedido en aquella biblioteca y el encuentro en el aula, los encuentros con George en el campus aumentaron de manera alocada, habían pasado ya tres semanas del regreso a clases y en más de una de esas ocasiones pudimos haber sido vistos por Pattie, pero en fortuna nunca lo hizo, a lo que me he puesto a pensar últimamente que las sospechas de Boyd sobre lo que solemos hacer George y yo han aumentado, ha discutido con George con frecuencia y en una de esas veces tuve la suerte de escuchar mi nombre venir de ella. Aunque cabe destacar que George y yo no comenzamos una relación estable, me sentía mal conmigo mismo, repito que Pattie no me importa y es más que cierto pero en realidad yo no me quedo con nada, solo soy el segundo lugar, y pensarlo me pone furioso, no quería volver a estar con George ni loco, pero si no era mío no podía ser de nadie.

Ese viernes por la tarde me había quedado solo en aquel instituto, Paul había salido con John, así es, por fin el universo quiso darles una oportunidad, ya llevaban varios días saliendo pero esta vez era especial porque Paul me contó que estaba dispuesto a decirle todo lo que sentía por él, y sé por instinto que John corresponderá porque George me ha contado como le habla de Paul, le encanta y quiere estar con él, sonreí al recordar lo último, sé lo mucho que John pone feliz a Paul y el tan solo pensar en que sin lugar a dudas este será el mejor día de su vida me pone a mi contento por el peli negro.

Pronto pude ver como aquel edificio en el que decidí entrar se iba quedando vacío con el pasar de los segundos, pues los estudiantes que yacían en este se habían ido lo antes posible, por mi parte yo entraría de nuevo a la biblioteca a recoger unos libros que había apartado ya en una de sus repisas, entre y pude ver como solo unos dos estudiantes de medicina eran quienes invadían el lugar leyendo pacíficamente al lado de una pila gigante de libros a su costado.

Entonces escuche unos pasos acercarse hasta aquella habitación luego de haber colocado unos cuantos libros en la mesa del lado. Regrese mi atención hacia la repisa y el sonido de los pasos intensificó inesperadamente, como si alguien estuviera corriendo

¿Se puede correr en la biblioteca?

Una extraña duda se asomó por mi cabeza pero despareció cuando aquella persona misteriosa decidió entrar a la misma habitación donde yo habitaba, sorprendida me miró, era Paty y parece que llevaba prisa, pues la biblioteca cerraría en unos cuantos minutos y desafortunadamente mi área no tenía permiso para dejar dentro de a los estudiantes de esta, y parece que la de ella tampoco.

No supe que decir, pues nunca planee en mi cabeza lo que le diría si me la llegaba a encontrar, la odiaba intensamente.

-Hola- pronuncie en seco, ella no contestó, dirigió su mirada hacia la sección que buscaba y se quedó pensativa, llevaba sus zapatos altos de tacón delgado en sus manos, los colocó en el piso de madera y luego se posicionó al lado mío para comenzar a buscar de manera desesperada.

Iba a tomar los libros que había dejado en aquella mesa, pero ella se había posicionado en frente de ella dejándome sin oportunidad de tomarlos.

-¿Podrías pasárme los libros que están en la mesa de tu costado?- argumente en un tono de voz nervioso

-¿Quién te crees que eres tú para hablarme?- argumento en un tono autoritario, pasándose frente mío haciendo que diera un brinco por su expresión inesperada

No sabía que necesitaba permiso para hablarle a las perras

-¿Perdón?-

-No te hagas el inocente que sé todo lo que les has estado haciendo a mi novio, no creas que hablándome bonito vas a convencerme de que no es cierto-

¿Lo que le he estado haciendo? Los únicos estúpidos son ellos dos

-No voy convencerte de que no es cierto porque lo es-
Agregue para seguido formular una sonrisa pícara en mis labios

-Y encima lo admites, que sin vergüenza-

-No lo entiendo ¿Hay algo malo en serlo?- parlotee inocente.

Observe su mirada de odio en aquellos ojos de zafiro, ¿acaso cree que se comparan con los míos? Se acercó a mi de manera amenazante haciéndome chocar en aquella repisa

-¿Crees que puedes llegar como si nada y robarme lo que es mío? Deja de manipular su mente, déjanos amarnos en paz-

Ella hizo lo mismo

-No, ¿Pero te digo algo? Él llegó a mi primero, además si te amara ¿habrías sospechado de todo lo que hacemos él y yo?- otra sonrisa se apareció en mi labios

Un maldito vistazo a su cara y veía una perra furiosa por un hueso que desde un principio fue mío

-Maldita sea esto no es justo, George tiene dueña y esa soy yo- dio un golpe a la mesa donde yacían aquellos libros

-¿Estas triste porque no puedes tener lo mío?-

-¿Yo triste por ti? Si para llegar a ser como yo te falta mucho- argumento en todo de burla

-A mi me importan una mierda tus putos kilometrajes, pero me conformo con el hecho de que tu novio me da más placer a mi del que alguna vez a ti te dio-

-No me hagas reír, eres un niño, no sabes nada de esas cosas-

-¿Yo un niño? ¿Quién es la que perdona al chico que le fue infiel más de una vez?-

-Porque yo lo amo más de lo que tú a él, y para el amor existen mil oportunidades, algo que tú no pudiste hacer, porque repito, no sabes nada-

Paty uno Richard cero

Eso realmente me había dolido, me había puesto a pensar si realmente fui yo el culpable que no pudo darle otra oportunidad

-¿¡Aún crees en esas cosas del amor verdadero y esa mierda!? Jaja, por favor Boyd te creí más original-
Me burle

-Además, en el lugar donde antes buscabas tus libros es justo donde lo hicimos-

Luego de eso fui testigo de cómo aquella rubia dejó caer una de sus manos sobre mi mejilla dejándome un ardor que al tiempo formuló una sonrisa en mi rostro. Una pequeña sensación de odio invadió mi cuerpo, cerré los ojos y apreté mi mandíbula para después en un acto de inconsciencia tomar de manera desesperada uno de aquellos zapatos que la rubia antes había dejado en el piso, ese mismo que logré encajar en su mano cuando se vio posada en una de las pequeñas mesas que la habitación tenía.

-¿¡Pero qué te pasa?! ¡Estás enfermo, mira lo que hiciste!- gritó asustada, arrancó el zapato afilado de su mano y la miró, estaba sangrando y en mi libro logró caer una gota de aquella sustancia roja.

En cuanto a mi, estaba asombrado, no sabía ni siquiera como me había atrevido a hacer eso, era claro que la odiaba pero... ¿Se lo merecía?

Sí, sí se lo merecía, se lo merecía por robarme a la persona que juré que sería mi vida entera.

Con un ceño vengativo y la respiración agitada volví a mirarla a los ojos después de unos segundos.

-Te aconsejaría que cuidaras tu espalda mientras ves la mía- la miré fulminante, sus ojos estaban llenos de lágrimas.

-Creo que a George amarte le parece agotador- argumente enojado, y en un movimiento rápido fui tomando los libros de aquella mesa que ahora me quedaba más cerca

-¡Así que me ama a mí!- le grité para seguido marcharme casi corriendo con aquel material cargado en mis manos

Pov's George

A estas alturas ya me había quedado claro que no servía para esta ingeniería, había arriesgado mi calificación en tan solo un día de retardo ¡Un día! De todas las peores reglas que pude haber roto se me ocurre romper la más sencilla y al tiempo la que trae sus peores consecuencias.

Frote mis sienes con algo de estrés y me incliné de mi cama, pronto volvería al instituto a pensar seriamente si pasar o no la noche velando con el estante de libros.

Doy un suspiro y trato de relajarme dejando caer mi espalda en la cabecera de aquella cama, sin embargo el inconfundible sonido de los zapatos de Pattie me saca de mi pleno momento para respirar. Me levanto y preparado para decir lo de siempre veo como entra sin ni siquiera tocar la puerta, acostumbra a hacerlo.

Entra desesperada, me levanto sorprendido al verla así luego de haber visto aquella herida en su mano izquierda

-¿¡Pero qué carajos?!- llevo mis manos a mi cabeza, quiero formular un gesto de asco pero lo evito, es la mujer más dramática del mundo

-¿Qué haces ahí? ¡Ayúdame inútil!-

-¡¿Con qué demonios te hiciste eso Anne?!-

-¡¿Pues y tú quién crees que fue?!, ¡Al estúpido enano de tu ex se le ocurrió encajar mi zapato en mi mano en uno de sus ataques enfermos!-

¿Cómo Ringo iba a ser capaz de hacer eso? Me quedaba claro que la odiaba y que nuestra separación lo había dejado destrozado. Pero tan solo pensar en aquel ojiazul la viva imagen de un Ángel viene a mi mente, Ringo es el ser más inocente del universo

-Ay Pattie, ya sé que lo odias pero ¿no pudiste haber inventado algo más creíble?-

-Ah, o sea que ahora lo invento, pregúntale si quieres a ver con qué mirada te responde -

-Bueno, ya no importa-

-¡Ay George me tienes harta!- su grito formuló un silencio en la habitación mientras se aproximaba a quitar el pañuelo que adornaba su cabello.

Yo rodee los ojos pues no era la primera vez que se ponía así, así que solo dejé que siguiera

-¡Siempre lo estás defendiendo, y aquí me tienes como tu estúpida obteniendo mi perdón cuantas veces quieres! Por una vez ponte de mi lado por favor- enrollo aquel pañuelo en su herida que se fue quedando cubierta por este

-Es que nunca lo haces, eres tan imbecil que siempre caes en sus tentaciones-

-¡Bueno y yo qué carajos quieres que haga! Pattie él te odia y tú a él ¿Crees que yo tengo la culpa de tu asquerosa actitud? "Ay quítate, no me toques" ¿Qué forma es esa de querer creerte mejor que todo mundo?-
Hablé imitando su tono de voz

-¡Pero si yo solo lo odio porque te quiero a ti! ¡Y así como soy me elegiste desgraciado! tú eres el culpable en todo esto-

-Ay sabes qué basta, yo me voy-

-¿Y te vas a ir así sin decir nada? ¡Regresa aquí Harrison!-

Mi nombre en su irritante voz fue lo último que escuché antes de salir de aquella habitación donde se había formado un ambiente de tortura, no sé cuando rayos se me había ocurrido tener una relación con una mujer, pero yo no servía para estar aguantando el tipo de novia en que se había convertido, había cambiado de máscara completamente.

Es triste no poder ser amado, pero es mucho más triste no poder amar

Estaba exhausto, exhausto de todo, luego de haber terminado con Richard me sentí el ser más horrible del mundo y al mismo tiempo estúpido porque nunca tuve el valor de regresar con él y pedirle que regresara conmigo, creí que solo sería cuestión de tiempo, pero lo menos que puedo hacer es olvidarme de él y ahora parece que esto es permanente, de verdad que no logro olvidar aquel momento

-Ringo, solo escúchame por fa...

-No ¿Sabes qué George? Está bien, vete con ella, ah y olvídate de mí por favor, vas a tener que hacer espacio en tu cabeza para los nuevos momentos que pases con Pattie

-Sabes que eso es imborrable

-Pues vetelos borrando, igual ella te los va a recordar, porque ojalá que se sepa el camino para encender tu piel,
y que te lo haga hasta quedarte sin aliento como solo lo solía hacer yo.

Da un suspiro, una lágrima se quiere escapar de sus ojos pero la evita

-Y ojalá también se sepa el punto exacto que te hace enloquecer, ojalá que te quiera como yo

-Nadie se va a igualar a ti

-Ah no de eso estoy seguro, porque sé que si se parece a mi, vas a querer regresar

Una lágrima estaba a punto de resbalar de mis ojos cuando de inmediato la limpie y acto seguido me levanté para dirigir paso hasta el baño, tal vez solo necesitaba lavarme la cara y olvidarme de todo ese mal rato que me había hecho pasar Pattie.

En un santiamén estuve en este y antes de entrar pude escuchar como eran evidentes unos gemidos acompañados de respiraciones agitadas provenientes de este.

-Dios, John no pares-

Hice una mueca de asco y abrí la puerta encontrándome la peor imagen que jamás podrán borrar mis ojos.

-¡¿Pero qué putas?!- me expresé en un tono sorprendido, estos momentos inesperado había aumentado últimamente

-¡John jamás creí que le harías esto a Paul!-

-Pues lo aprendí del mejor- me miró y enseguida procedió a vestirse tal y como lo hacía el contrario

Solo miré sus ojos azules que me miraban lujuriosos y vengativos, su mirada me quemaba así que cerré la puerta de aquel lugar para recargarme en la pared de al lado y esperar a que se vistieran para poder entrar y realizar lo que venía a hacer.

Pasaron unos segundos y aquel azulino salió disparado de donde se encontraba. Lo mire serio, ¿Qué era lo que quería entonces?

-Nos reconciliamos y me haces esto- rodo los ojos, tal vez esperaba que le dijera algo bonito

-Si no te importa no pienses en mí, piensa en tu amigo ¿En serio pudiste hacerle esto?- entre cerrando mis ojos lo mire

-Lo siento, él me provocó, y no estabas así que...- argumento en tono inocente

Tiene esa habilidad que hace que todo le salga tan "inocente" y Dios, me vuelve loco

-Richard deja de actuar como que no sabes cómo soy, estoy seguro de que si me vuelvo a acostar en tu cama esta me reconoce en seguida-

Su expresión cambió a un semblante enojado, me tiene loco cuando se pone así, siento que cuido de un niño que me hace babear cada que lo veo.

Me hace caer en una eterna ilusión de que todo vuelve a estar bien, ¡y luego tiene sexo con John en el baño!.

-Es más que claro que eres mío y me molesta tener que compartirte- desvío mi mirada de su rostro, es mi debilidad entera.

-¿Y tú crees que yo no siento nada cuando te besas con Pattie?- se cruza de brazos

-Es diferente- agrego rendido

-En qué es diferente dime. ¿Yo tampoco puedo reclamar lo que es mío?- se acerca a mí, su expresion se vuelve más fulminante y al tiempo me asesina con esos ojos.

Me quedo sin palabras y me hacer querer besarlo en ese instante

-Ella no te complace y lo que no te hace yo lo puedo hacer, pero que lastima que no puedo ser yo el merecedor de tus caricias- aparta su rostro de mi perspectiva para querer marcharse, sin embargo lo tomo del brazo quedando así más cerca de aquellos ojos que me tienen hipnotizado.

-Supe lo que le hiciste a Pattie-

-Y la serpiente ya fue a echar su veneno-

-No tenías porqué hacerlo-

-¿A no? Pues no es lo que tú le dijiste cuando llegó a separarnos, si no soy yo primero olvídate de mí George-
Se quiso safar de mi agarre.

"Olvidarlo" esa palabra resuena en mi cabeza después de un largo suspiro

-¿Y cómo quieres que nos olvidemos? Si nos quedamos con cuentas pendientes- agregue en un tono algo pícaro

-Pues arreglalas con Pattie-
Respondió con una sonrisa

Lo miré fulminante, es claro que Pattie había llegado a separarnos y yo de idiota caí, pero eso no borra el hecho de que aún lo amo y que jamás podré olvidarme de él.

-Cuidado con lo que me estas pidiendo, por que si es así te olvido y para siempre- le dedico una mirada y un tono de voz amenazante, quisiera poder seguir observándolo pero este se logra safar y se retira furioso

-¿De qué me perdí?- Agregó aquel castaño que por su acento y mirada era claro que no estaba en su juicio

-Eres un imbécil John-

....

Me había gastado medio cerebro en tan solo leer tres páginas de aquel libro que yacía frente mío, estaba desesperado, me gustaba la Bioquímica y era cierto, pero tal vez me faltó más tiempo en pensar antes en sus dolores de cabeza que traía incluidos

Por suerte aquél día sería uno de descanso, era el onceavo aniversario de aquel prestigioso campus y por ende se nos daría este día libre a los estudiantes, claro que habría una pequeña celebración entre nosotros.

Estaba pensando seriamente en si tomar la alternativa de quedarme aquí todo el día, encerrado en mi habitación, John estaría con Paul, Ringo no me habla y Pattie estaría con sus amigas probablemente.

Yo era el único estorbo ¿con quién estaría este día? Seguro hasta Stuart tiene a alguien. Me sentía como en San Valentin.

Pero no puedo engañar a nadie, no puedo parar de pensar en aquel ojiazul, aunque no seamos nada Dios, como lo he disfrutado últimamente, de verdad que nadie sabe complacerme como él lo hace, me tiene a su mereced. Pero al tiempo me da miedo dejar a Pattie, es decir la quiero y todo, pero no voy a separarme de ella hasta no tener las cosas arregladas con Ringo. Le tengo miedo a la soledad.
Agito mi cabeza y paso mis manos por mi rostro para borrar aquel pensamiento, ¿debería de salir un rato? Talvez me ayude por lo menos a olvidarme del estrés que me hace pasar esta carrerita.

Me levanto pesadamente de aquel asiento, estiro mi flacucho cuerpo y puedo oír como los huesos de mi espalda y tórax truenan, se siente bien. Me pongo mis zapatos, tomo la chaqueta y salgo de aquel lugar de inmediato, o más bien le llamaría cueva.

Quiero ver a Richard, aunque aún no puedo borrar de mi mente la imagen de él pegado a John completamente desnudo, quiero verlo, lo necesito. Antes de poder seguir con mi misión de encontrarlo, me aproximo a una de las mesas con postres que había en el pasillo de aquel edificio por razón del aniversario, y tomo una brocheta de aceitunas acompañadas con jamón.

Delicioso

Luego de recorrer un poco más aquel brillante piso, me encuentro con el par de tortolillos en una de esas mesas con muchos postres, John tenía un pastelito en sus manos y había embarrado un poco en la nariz del peli negro, a lo que este acerco su boca para retirarla

Que asco, me ha tocado ver sus cursilerías.

Pronto me acerco y afino mi garganta para interrumpir a propósito su bonito beso

-Hola George- pronuncia Paul aproximándose a abrazar al castaño

Sonrío sin ánimos y le dedico una mirada de flojera a John

-¿Otra vez comiendo?- accede al abrazo del chico

Lo miro con aburrimiento, lo odio pero lo quiero

-¿Y para cuando la boda?- le doy una mordida a una aceituna, y ante mi comentario Paul dibuja un leve sonrojo

-Lo mismo preguntaba yo de ti y Richard- sonríe y le da una mordida a su pastel, el peli negro ríe

-Por cierto ¿saben dónde está?-

-Ni idea- responde el castaño

-No sé, hace como dos horas lo vi saliendo de la sala de maestros, de ahí no sé más de él- encoge los hombros y se aproxima a tomar otro pastelito

-Bien iré a buscarlo, y ya deja de comer Paul no quieres estar como John a los treinta- tomo un pastelito para comenzar a marcharme

-¡Hey!- Logro escucharlo y solo una sonrisa se dibuja en mi rostro, me voy y levanto mi mano derecha para el dedo de en medio de espaldas, luego esta se interrumpe gracias al sonido que siento que sale del bolsillo de mi pantalón, tomo el dispositivo y me doy cuenta de que Pattie me está llamando, una mueca de desagrado llega a mi rostro y entro en la duda en si contestar o no, y en eso logro distinguir en una de aquellas solitarias bancas del edificio el pequeño cuerpo de aquel individuo a quien estaba buscando, sonrío involuntariamente y sin pensarlo cuelgo aquella llamada sin echar otro vistazo más.

Me acerco con lentitud hacia él y en cuanto se entera de mi presencia mi sonrisa se borra al ver como me dedica una mirada de odio y se levanta de su asiento tomando sus cosas ¿de verdad me odia tanto?

-Hey, espera ¿a dónde vas?- lo tomo del brazo

-A un lugar donde no estés- me mira agresivo

-¿Porqué te pones así bebé?¿Hice algo mal?-

-No me llames bebé- musitó después de apartar mis manos con violencia que se iban acercando a sus brazos

-Hey, ¿Porqué tan agresivo? ¿Qué pasa?- argumente de manera burlesca, exponiendo una sonrisa.

-No te hagas el que no sabes, George odio discutir contigo- suspira pesadamente

¿Lo que no sé? Me confunde

-Te va a sonar muy común pero, no tengo ni una sola idea de lo que me estas hablando, lo juro- le dedico la mirada más sincera que se me ocurrió, y parece que la entendió por que se relajó un poco

-¿No te has dado cuenta de todo lo que tu novia anda diciendo de mí?-

Suspiro y toco el puente me mi nariz con mis dedos

-De seguro tú le dijiste la mayoría de las cosas George te conozco-

Si fuera mujer diría que esta en sus días

-A ver yo no le dije nada, y por Dios Richard jamás creí que te importaría lo que dijera de ti-.

-Ah no, no me importa lo que diga o invente de mi, lo que me importa es que fue a echar ya su maldito veneno con mi maestro y como es una zorra logró convencerlo ¡y ahora estoy a punto de perder una materia!-

Me encanta verlo enojado, el azul en sus ojos se oscurece y me fascina

-¿Pues qué creías que iba a hacer? Si le encajaste un zapato en la mano-

-Ah, y encima la defiendes- exclama y en su tono noto que su molestia ha aumentado, me empuja y emprende a irse caminando de prisa. En cambio yo no me quedé parado y lo seguí tratando que alcanzar su paso.

-No te entiendo Henry, te enojas por algo de lo que yo ni enterado estoy y me reclamas a mí, ¡¿No crees que yo debería ser quien esté haciendo sus dramas por haberte encontrado revolcandote con John en el baño?!- me expresé resaltando lo último aún con más enojo en un tenue gritillo, tratando de alcanzar su paso pues este no ha parado y no planea voltear a verme

-¡Conmigo cuida tu tono y ya déjame en paz!- observo como lleva una de sus manos a su cabeza

-Ven acá- Antes de dar vuelta a uno de los pasillos lo tomo de los brazos sin dejar caer los libros que ocupan estos, haciendo que nuestras miradas choquen, no lo pienso otra vez y junto mis labios con los suyos, él parece no corresponder y como puede trata de liberar una de sus manos de sus útiles para querer golpearme, sin embargo tomo su muñeca y evito el golpe pero logra safarse del beso.

-George...-

-Yo no dije nada, lo juro- argumento, junto mi frente con la de él y trato de calmarlo, sé como hacer esto

-Perdón- susurro y me voy acercando a su cuello para sembrar un pequeño beso

-Ay ya, déjame enojarme a gusto- logro ver como se aleja y entra a una habitación, parece que era la suya, lo sigo hasta ahí y puedo ver como coloca sus libros en una pequeña repisa llena de estos mientras me voy recargando en la puerta que yace abierta

-¿Puedes irte por favor?- se cruza de brazos

-No, no me iré y lo sabes- me acerco a él y coloco mis manos en su cadera lentamente
-Mejor gasta tu saliva en otra cosa- le doy un beso en la mejilla
-No entiendo, estás con ella y tú sufriendo teniendome aquí- acerco mis labios a los suyos les regala un toque con sus dedos a los míos y corresponde al beso luego de comenzarlo, coloca su mano en mi cabello y nos acercamos aún más.

-Vete- me susurra

Lo abrazo fuerte y lo llevo a la pared, cierro la puerta y luego nuestros cuerpos se ven puestos en esta

-Ssh, parece que tu cuerpo me exige lo contrario-

Con cuidado vuelvo a su cuello, lo huelo y luego paso mi lengua con lentitud, y clavo una pequeña mordida después de este

"Solo deja que me lo grite tu piel"

-Ya sabes que conmigo no te falta amor- pronuncie cuando nuestros ojos se encontraron mirándose de nuevo

-¿Y si un día me falta?- me sigue la corriente

-Pues lo hacemos- nos hundimos en un beso profundo y sus dedos toman el trabajo de desabotonar mi camisa, siempre logro que caiga a mis pies.

Despejo la suya igualmente y resbalo mis manos frías por toda su espalda, haciendo así que se retuerza. Nuestros labios siguen en una valada lenta y suave, muerdo su labio y este saca su lengua para luego comenzar a jugar con la mía.

Por fin me decido por desvestirlo completamente tal y como él lo hace conmigo después, lo cargo en mis brazos y nos dirigimos a su cama en la que nos vamos hundiendo poco a poco al momento de vernos abrazados en esta, inicio besando todo su pecho enterrando succiones y besitos al mismo tiempo, evalúo su cuerpo, estudio su belleza. Escucho sus pequeños suspiros luego de sentir sus manos posicionarse sobre mi cabello.

Algún día moriré y será por su culpa

No esperé más y lo besé ferozmente, recibiendo de él unas pequeñas fricciones de sus dedos sobre mi cuello, sus labios eran suaves y daban vitalidad, lo tomé fuertemente contra mi y sin parar de besarnos, fui bajando una de mis manos hasta su cintura la cual traviesa, exploró su pecho y estómago.

Por su parte enrolló sus piernas en mi cintura y propine pequeñas mordidas en sus labios y los succione con delicadeza, al mismo tiempo que escuchaba sus pequeños gemidos reproducirse y ahogarse en mi boca.

-Aaah...Geo- susurró seductoramente, y me di cuenta de que mis intenciones ya lo estaban prendiendo, así que dirigí mis labios hacia sus clavículas las cuales mordí y dejé con moretones, escondí tímidamente mi cabeza en su cuello y en el transcurso pude sentir como su corazón latía rápidamente debido a la excitación.

Miré sus labios y los besé de nuevo, él, desesperado, continuó el beso enrolló ambos brazos en mi cuello, él sacaba su lengua que la deslizaba contra mis labios y en uno de esos pequeños toques logré tomarla entre mis dientes, acción que lo hizo soltar un tenue gemido. Nos separamos y nos miramos.

Ver su bello rostro tan cerca me era mas que fascinante, él conservaba una belleza que ningun ser en mi vida pudo poseer, y quería quedarme preso bajo esa mirada para toda la vida, preso de manera perpetua, me encantaba y me daba una vitalidad enorme, me hacia caer grogui ante esa mirada que él poseía.

-Te amou- le pronuncié

-Dios, yo no- sonríe

Toca mis labios con sus dedos de nuevo y luego de su acción beso uno por uno admirando como una sonrisa involuntaria se expone en sus gruesos labios, los cuales dirige a los míos besandolos lentamente, tomo sus piernas en un movimiento rápido y luego de llevar sus manos a su cabeza entro en él lentamente

-Eso dolió- me susurra

Sonrío y antes de seguir, levanto ambos cuerpos, para quedar sentados y tenerlo encima mío, lo miro y acaricio su pequeña cintura para luego bajar mis manos a su espalda baja, y más aparte huelo su piel tan natural

-Mmmm....- emito después de sentir su olor que me trae tantos recuerdos

-¿Porqué me hueles? Me haces esperar Harrison- su comentario me hace soltar una pequeña risilla

-Te estoy haciendo el amor maldita sea, no esperes otra cosa- ambos reímos

Luego de eso nos hundimos en uno de esos besos que llevaban veneno, las embestidas comienzan lentas y parece que él tiene el control. Extrañaba tanto eso, era familiar la sensación de volver a tocarlo. tenerlo para mi, quería estar con él siempre sin ninguna rubia que aguantar y tener que llevar a todos lados. Lo quería a él.

La velocidad de nuestros movimientos aumentó y enseguida nuestras respiraciones ya estaban más que agitadas.

-Mmm... había olvidado lo bueno que eras- pronunció sobre mi boca

-¿Cómo? Lo acabamos de hacer hace dos semanas-

-¿y? Necesitas recordarmelo siempre...Aah-

Me voy a sus hombros ya llenos de marcas mías que de tan solo verlas una excitación recorre mi cuerpo, nos abrazamos en plenas embestidas y yo voy rellenando los espacios sin succionar aún en estos, los muerdo y saben tan bien.
Las mordidas fueron subiendo de intensidad a tornarse mas profundas y excitantes, una de esas fue tan intensa que lo hizo rasguñar mi espalda incondicionalmente, dejando en el camino a este una delgada línea de la cual comenzó a brotar una diminuta gota de sustancia roja.

Regresé a su rostro divisando como muerde sus labios cuando genero las estocadas mucho más duras

-Ay, Aaah... Aaah, sigue-

En un beso apasionado pero tornándose sin freno nuestros cuerpos terminan acostados nuevamente y antes de comienzar a embestirlo de nuevo, el ojiazul estira su mano por accidente hacia la pequeña mesa que estaba al costado de nosotros, haciendo que golpee un vaso que se encontraba ahí y se tambalee ligeramente.

-¿Qué es esto?- pregunté

-Es una limonada que me compró Paul hace un rato antes de irse con John, es su bebida favorita- exclamó con la respiración agitada, su cabello comenzaba a pegarse en su frente y el calor no había tardado en hacerse presente.

-Ah mira toma limonada para acordarse de John- escucho como ríe

-¿Qué tal si nos divertimos con esto?- le sonrío pícaro

-¿Qué? No seas idiota...Aah- su respuesta fue interrumpida luego de que tomara un trozo de hielo que la bebida traía y lo comenzara a deslizar por su abdomen con mi boca, el inesperado cambio de las temperaturas lo hizo retorcerse y morderse los labios al mismo tiempo, mientras tanto y con ganas de seguir admirando esa reacción seguí deslizandolo hasta haber pasado sus piernas enteras.

-Ay, ah...- suspiró deliciosamente

Llegue a su tobillo y habiéndose derretido el pequeño cubo, comencé a lamer toda la sustancia que había dejado impregnada en su caliente piel.

-Mmmm....- lo escuché, y pude admirar como sus puños se adueñaban de las sábanas de aquel colchón, apretandolas fuertemente.

Entonces tomé un poco de la bebida y con cuidado me acerqué para pasar la sustancia de boca en boca, él la recibió y sin aviso pasó su lengua por los restos del líquido que había quedado en mis mejillas. Acerqué mi cuerpo al de él, y emiti un suave gemido al sentir su abdomen frío gracias a la bebida pasada, levante sus piernas hasta mis hombros y volví a mi trabajo anterior de entrar en él, pareció agradarle la sensación a lo que aumente mis movimientos y comencé a morder sus piernas con delicadeza.

-Auch, George, duele- musitó enojado en un gemido debido a las mordidas. Yo lo tomé con gracia y sonreí, pues aún así sabía que le encantaba que hiciera eso.

Me concentré en la velocidad y aumente los movimientos, me acerqué a él y lo besé, aunque se veía algo imposible gracias al movimiento de nuestros cuerpos

-Aaah Geo, no pares nunca por favor- y luego unos pequeños grititos se hacen presentes en su dulce boca y la habitación no tarda en llenarse de gemidos por parte de ambos. Él se inclina hacia adelante y coloca sus manos en la cabecera de aquella cama dejando su cuello caer detrás para darme más espacio y morderlo de nuevo. Acariciaba su cuerpo entero acercandome hasta su entrepierna desnuda, y al sentir mi tacto frío gracias a aquella bebida contra su erección lo hace estremecerse ante tal contacto haciéndolo soltar más gritos bajitos.

-Ah Ah Ah- me llenaba de ternura y excitación escuchar sus gemidos tan agudos y cortos.

Quería que gritara mi nombre, me encantaba cuando lo decía agitado y como si se tratase de un mandamiento divino, sus gritos aumentaban de volumen conforme a la velocidad que le brindaba, y aunque no quisiera hacerlo, mis caricias lo obligaban a llenar lo mas probable el edificio entero de este

-Harold...Aaah- gritaba mi contrario mientras yo obedecía enormemente aumentando el vaivén de las embestidas.

Lleve ambas manos a su pequeño y suave trasero y lo aprieto ligeramente contra mi, recorro su espalda y siento ligeros rasguños en la mía por parte de él

Creo firmemente en que estabamos al limite de la velocidad que la física pudiera proporcionarnos, pero amaba el contacto de sus labios en mi pecho.

-¡Aaah...Ya no puedo!- gemí con el rostro escondido en su cuello.

Las últimas embestidas fueron las mejores para luego terminar rendidos enrollados en el cuerpo de cada uno compartiendo ambas sustancias, me mira y siento como pasa su lengua entera por una de mis mejillas para luego pasar a mi boca.

-Te odio- exclamó con la respiración agitada, luego las compartimos cuando estrellamos nuestros labios y nos sumergimos en un beso.

-¿Porqué te fuiste con Pattie, George?- tomó mis mejillas y me dedicó una mirada suplicante.
Me sentía horrible ¿porqué lo tenía que hacer sentir así? Juro que había sido el peor error de mi vida, irme con ella

-Por favor no me recuerdes eso- tomo su mano y la beso

-Ya no puedo sentirme más culpable, cariño- acarició mi mejilla y nuestras respiraciones empezaban a calmarse

-Y yo siempre fui tuyo- pronuncié en un susurro

-La voy a matar por robarme mis cosas-

Ambos reímos

O al menos eso recuerdo, su risa fue lo último que escuché luego de caer en un profundo sueño.

....

Pov's Ringo

La placentera brisa que se lograba sentir fue un pequeño pretexto para poder decir el porque de que me había despertado, tallé mis ojos con ambas manos y me topé con un respiración caliente y pacífica en mi cuello que me hizo recordar rápidamente en que era George quien descansaba plácidamente en mi pecho después de lo sucedido.

Aclaré mi vista y me percaté de que la ventana estaba abierta y de aquí entraba la suave brisa del ambiente frío que se comenzó a formar, tomé el celular y marcaba la 01:30 de la madrugada, no habíamos dormido mucho.

Intenté estirarme pero fue un error pues al hacerlo un dolor inmenso recorrió todo mi cuerpo pero más específico en toda mi espalda que bajó hasta mi trasero, solté un gemido debido a esto luego de esta acción presencie como el colmilludo iba despertando de poco en poco.

-¿Estás bien?- formula una sonrisa en su rostro y cierra los ojos
-¿tú qué crees? Me duele el trasero-

Oigo su risilla aguda

Me acomodo de mejor manera a su lado y abrazo su delgada cintura, él cubre mi cuerpo con ambos brazos y nos quedamos acostados luego de haber soltado un largo suspiro.

-¿Quieres salir un rato?-
Argumento

-¿A dónde? Si es la una de la madrugada-

-Todos están despiertos a esta hora ¿no escuchas la música? Las bandas a penas se están presentando-

-¿Y a dónde más específico quiere ir su majestad?-
Pronuncia en un bostezo

-Mmmm no sé, a oler el césped o algo, no tengo sueño-
Escondo mi rostro en su cuello y voy plantandole besitos para luego escuchar un suspiro que sale de su boca. Llevo mi mirada a su rostro y me regala un corto beso en los labios.

-¿Entonces vamos?-

-Síi a ver que hay de comer-
Agrega con una risilla

Con toda la flojera del mundo me atreví a levantarme para después sentir un horrible mareo que se presentó a causa de haberme levantado rápido, mi contrario hace lo mismo y ambos nos levantamos abrazados para proceder a vestirnos.

Luego de esta acción, tomo una chaqueta y ambos salimos en seguida tomados de la mano.

El ambiente en aquel instituto era reconfortante, cierro los ojos y dejo salir un largo suspiro luego de haber escuchado la relajante voz de Frank Sinatra de fondo que me hace colocar mi cabeza en el hombro de Harold.

-¿Quieres una brocheta de aceitunas? Están deliciosas-
Me indica el contrario

-A ti todo se te hace delicioso-
Argumento mirando como coge dos brochetitas

-Sí y eso también te incluye en la lista-
Pronuncia mientras procede a masticar un trozo de queso que estas traían

Su comentario me hace estremecerme, le sonrío y me dirijo a él para regalarle un beso al que él accede tomándome de la cadera y hundiendo más nuestros labios, me hubiera gustado continuar pero había gente esperando en la fila para tomar uno de esos postres, observo como George toma dos más y nos retiramos.

-Ya no lo dejan a uno comerse a su chiqui a gusto-
Pronuncia, nos abrazamos y me hace rodar los ojos.

En esos momentos nuestros zapatos ya caminaban sobre el césped del enorme jardín de aquel campus, donde nos detuvimos para mirar el cielo.

Visualice a lo lejos un grupo de estudiantes presenciando el concierto que estaba dando una de las bandas de rock de la escuela, hubiera sido bueno ir pero con flojera no voy a aguantar

-Me gusta más cuando es de día porque me recuerda a tus ojos- murmura el colmilludo llevando una brocheta más a su boca

-Agh, ya vas a empezar-
Argumento en un ligero tono de arrogancia

Contemplo como sonríe de forma burlesca y en un movimiento se acerca a mi para tomarme y estrellar nuestros labios, haciéndome tambalear.

Pero nuestro beso se ve interrumpido gracias a la inconfundible voz de la rubia a la que odio tanto.

-¡George!-
Grita furiosa, nos separamos al instante y puedo ver como se ve algo agitada pues parece que iba corriendo

-¡Como puedes ser capáz de jugar con los sentimientos de las personas como a ti se te antoje, yo no soy ningún maldito juguete y Richard tampoco lo es!-
Mis oídos podían escuchar de manera más clara su voz, pues esta se iba acercando de prisa

Se detiene.

Ahora estamos a unos diez pasos de distancia.

Llevo mi vista a su mirada, es una mezcla de tristeza y enojo, su maquillaje se ve algo descuidado desde esta perspectiva, como si pareciera que estuvo llorando momentos atrás, esta algo despeinada y su mirada se va bajando para luego divisar en sus ojos unas pequeñas lágrimas.

La veo llorar y me mentalizo en todo lo que me he metido.

Volví a caer en el mismo maldito hoyo.

Ya sabía que lo había hecho, pero nunca había estado tan consciente hasta hoy. "Yo no soy un maldito juguete y Richard tampoco lo es" la pura verdad explicada desde la persona que más odiaba.

Escucho mi corazón romperse tan lenta y desgarradoramente, suelto su mano y me abrazo a mi mismo, al final del día solo me tengo a mi.

-¿Entiendes que todos estaríamos mejor si no estuvieras tú, Richard?-

-Pattie, ya no digas más estupideces ¿De verdad quieres seguir conmigo? ¿De verdad te hago feliz?-

-Dejanos estar juntos en paz- Toma mi mano de nuevo, su tacto es frío y su manos tiembla sobre la mía

La mirada de aquella chica se posa sobre la mía y siento como si nuestros colores no pudieran combinarse, simplemente no pueden. Me mira con odio y de algún modo ese odia llega a mí al instante.

Yo había ganado, el maldito trofeo era mío.

George se toca el puente de la nariz y retrocede unos pasos, Pattie comenzaba a acercarse y de alguna forma me asustaba, pero no retrocedí, me quedé ahí parado delante de él

-No, ya no- murmura dejando salir más lágrimas

-¿¡Y Entonces que carajos quieres!?-
Escucho a George contestar de una manera furiosa

-No era feliz contigo. ¡Pero si yo no lo soy él tampoco lo será!-

Y de una escena a otra pude divisar cómo la rubia alzaba su brazo y enfocar como su mano contemplaba un arma

¿Pattie con un arma? ¿Tiene coherencia que una persona posea un arma en una escuela?

-¡Pattie No!-
Su grito fue de las pocas cosas que alcancé a escuchar luego de que en mi mente todo pasara en cámara lenta

Perdí mi respiración un instante luego de ver como de aquella arma desprendió una bala silenciosa que iba dirigida hacia mi.

Pero la recuperé cuando reaccioné y logré apartarme antes de que esta me hiriera

Y adivinen qué

Yo no había sido el juguete que había sido destruido primero

Al lado mío yacía la horrible escena de George tirado en el césped que se comenzaba a tornar de un fuerte color rojo proveniente de su abdomen

-¡George!- escuché a Pattie gritar

Lleve mis manos a mi boca en una expresión de asombro. Quería llorar pero...

No sentí nada.

Mi desesperación desapareció en seguida y antes de que Pattie se dignara en acercarse, de nuevo todo pasó en cámara lenta.

Me arrodillé ante él, me tomaba las manos con fuerza y su voz comenzaba a cortarse

-Ring...gs-

-¿Viste que todo fue mi culpa?-

-¿De... de qué ha...hablas?

-Ay George, debiste tener una advertencia antes de besarme aquella noche, por que era peligroso-

Sus ojos empezaban a desprender unas pequeñas lágrimas que corrieron lentamente por sus delgadas mejillas

Formulo una cara de inocencia, me acerco a él y le regalo un frío beso.

Y de repente sus ojos cobrizos se quedaron mirando el cielo hasta la eternidad.

Bien, por lo menos se acordaría de mi.

Me levanto y me causa un poco de gracia la situación

Aaah ¡Gracias George! Me dejas en claro que al final la herida del amor la sana el mismo que la hizo

Y que bien lo hiciste.

-¿¡Qué haces ahí parado!? ¡Llama a emergencias!-
La voz de la rubia se quiebra y de sus ojos ya no pueden salir más lágrimas

-Esta muerto-

Alcanzo a escuchar como traga su saliva

-Lo mataste-

-¡George! ¡George No! ¡No me dejes! ¡No!-

-¡Cállate!- me mira con pánico

-¡No puedes matar a una persona y luego pedirle perdón! ¡No va a revivir y tú te vas a pudrir en la cárcel maldita asesina!-

Su cara de pánico no podía transmitirme más gracia

Luego pude divisar como un grupo de estudiantes alarmados se acercaron corriendo hasta nosotros para acercarse al cadáver.

-¿¡Pero qué diablos?!- Uno de ellos gritó

-¿¡Quién de ustedes lo hizo!?-

Dirigí mi vista hacia la rubia y la miré de forma burlesca, mientras ella lloraba asustada

-Las huellas en el revólver lo dirán todo-

Por mi parte metí mis manos en los bolsillos de mi pantalón y me fui de ahí sin preocupación alguna.

Sus sentimientos fueron el juego más divertido que he jugado en mi vida.

Y mi error no había sido tropesarme de nuevo, sino enamorarme de la maldita piedra.

Me habían quedado claras muchas cosas, como que el amor es ciego y los enamorados no pueden ver las hermosas locuras que ellos mismos cometen.

Y que aquel que ama, él mismo
se ata
y se mata.

...

Uff jaja.

¿Qué les pareció? ¿Les gustó o disgustó? Digan, digan

La verdad es que no sé si fue el mejor que he escrito pero me aseguré de que les gustara mucho porque es la conclusión de mi pequeña trilogía de one-shots Starrison.
No soy una escritora muy frecuentada pero intento que lo poco que escribo sea especial.

En fin, espero lo hayan disfrutado, no fue la cosa más fácil de escribir pero aquí lo tienen.

Espero volver a leernos muy pronto, besos y abrazos Mexicanos y nos vemos.

Peace and Love

*cambio y fuera*

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