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Capítulo 7

Un par de semanas han pasado desde que los McHall llegaron a la isla, desde ese entonces Ayleen ha aprendido a usar sus poderes y a controlar su ira, lo cual ha resultado muy bien, Shawn y Leith como parte de la guardia real se han vuelto muy cercanos a Ayleen. Dustyn se ha ido acostumbrando poco a poco al nuevo ambiente, Marie también ha comenzado a hablar mucho con la señora Black, pero no sale del castillo, se limita a dar vueltas por el jardín para despejar su mente. Desde el incidente con el minotauro no ha ocurrido ni uno más, pero las medidas de seguridad han incrementado en los alrededores del castillo e incrementarán más hoy, luego de la llegada del padre de Leith, Lester Black, él y la guardia real estaban en las montañas afinando sus habilidades con los elfos, quienes son grandes guerreros, cabe resaltar que Lester Black comanda a aquellos guardias.

Ayleen y su padre reciben a los guardias reales desde un balcón, los ven marchar hasta el frente del castillo, al formarse en filas de diez hombres se detienen a presentar sus servicios al nuevo rey.

— Rey Clive McHall, los servicios de la guardia real están a su disposición, al igual que nuestra lealtad incondicional. Aquí tiene a los mejores guerreros de toda la isla.

— ¡Au! ¡Au! — Dicen al unísono chocando las lanzas contra el suelo en repetidas ocasiones.

— Bienvenidos a casa. — Dice Clive. — Sus servicios son aceptados y serán recompensados.

El concejo de magia especificó lo que Clive debía decir ante la guardia, es una formalidad hacerlo luego de ser coronado. Shawn, al ser parte de la guardia real también está vestido con aquella armadura, Ayleen lo divisa entre los guardias, es el primero en la primera fila.

— Bien soldados, descansen, los que tienen turno ahora pueden tomar sus puestos, los demás vayan a casa, merecen el descanso.

Cada guardia toma el lugar que le corresponde, unos se quedan dentro del castillo, otros van a los alrededores, la mitad va a casa con sus familias.

Leith, Shawn, Lesster y Atticus se reúnen en la oficina del rey con Ayleen y su padre, tienen algunos temas pendientes de los cuales hablarán ahora mismo ya que, son urgentes.

— Majestad, alteza, es un placer conocerlos finalmente, lamento venir hasta ahora, pero era primordial terminar nuestro entrenamiento, protegerlos de la mejor forma posible es nuestra misión.

— Lo entiendo perfectamente, además Leith y Shawn tuvieron todo bajo control en este tiempo.

— Me alegra escuchar que nuestros muchachos siguen correctamente nuestros pasos ¿No Atticus?

— Ciertamente, es para lo que entrenaron todas sus vidas. — Dice con un rostro inexpresivo. — ¿Por qué no hablamos de lo importante?

— Por supuesto. — Dice Lesster. — Bueno, después de todo nuestro trabajo rindió frutos, los McHall han vuelto.

— Lo primero que debemos definir es la seguridad del rey.

— Obviamente yo seré quien esté a cargo de su seguridad, en mi ausencia nuestro tercer mejor guerrero estará a cargo de su seguridad. Dejaría al segundo, pero mi sobrino está a cargo de la seguridad de la princesa junto con Leith.

— ¿Me dejarán permanentemente cuidando de ella? - Pregunta Leith un tanto sorprendido.

— Si. — Replica Atticus. — ¿Algún problema?

— Creí que tendría otra misión.

— Tu misión ha concluido con éxito, ya no se requiere tus servicios en el protectorado, ahora es más importante la seguridad de la princesa.

— Es obvio que no quiere este trabajo, déjenlo regresar al protectorado. — Dice Ayleen tratando de ayudarlo.

— No es por contradecirla alteza, pero nuestra familia se ha encargado de la seguridad de la familia real por cientos de años, es preciso que él también cumpla con esta labor ahora que han vuelto, él debe honrar a nuestra familia ¿No es así Leith?

— Sí, es verdad.

— Ya es hora de que mi hijo regrese a la guardia real. — Lesster posa su mano en el hombro de su hijo sintiéndose muy orgulloso de él. — Siguiendo con la distribución de seguridad su esposa tendrá dos guardias mujeres por el día, su hijo también tendrá dos guardias por el día, esos guardias son parte de nuestro equipo élite, seleccionados con antelación por ser los mejores, así que estarán en excelentes manos. Por razones de seguridad vamos a cambiar sus habitaciones, entendemos la necesidad de Dustyn de dormir cerca de sus padres así que tendrán habitaciones contiguas en el ala norte del castillo, mientras que Ayleen tendrá su habitación en el ala oeste, cada habitación por las noches será resguardada por tres guardias y por el día por uno solo, en las diferentes alas del castillo habrá por lo menos cinco guardias por nivel ¿Alguna pregunta?

— ¿Qué pasa si quiero privacidad? — Dice Ayleen levantando la mano. — ¿Puedo pedirles que se vayan?

— Si están dentro del castillo puede enviarlos a la habitación conjunta en la que se encuentre, de estar afuera no podrán alejarse más de cinco metros de usted ¿Alguna otra pregunta?

Ayleen niega con la cabeza así que, Lesster prosigue.

En los alrededores del castillo habrá cuarenta guardias custodiando el perímetro, incluso se levantará un hechizo que no le permita entrar a nadie que no sea anunciado previamente, los únicos que podrán entrar sin previo aviso serán los guardias, los miembros de los concejos, el protectorado y ustedes.

— Esto está comenzando a verse como una cárcel. — Dice Ayleen suspirando con pesar.

— Es por su seguridad alteza, no queremos que ocurra otro incidente como el del minotauro, además usted puede ir a donde quiera, media vez sus guardias vayan con usted.

— Leith y Shawn ustedes deben acordar como cuidar de la princesa, dejo la decisión en sus manos.

— ¿Podemos decidir luego? — Pregunta Shawn.

— Sí, pero quiero sus propuestas por escrito lo antes posible

— Lo decidimos en casa. — Dice Leith.

— Bien, ahora el protectorado necesita un poco de ayuda majestad. — Dice Atticus.

— En ese caso ¿Ya puedo retirarme? — Pregunta Ayleen quien ya se aburrió de tanta charla.

— Si alteza.

— Atticus y Lesster hacen una pequeña reverencia antes de que la princesa salga de la oficina, Shawn y Leith la siguen muy de cerca.

— ¿Vas a vestir todo el día así? — Ayleen se voltea para ver a Shawn.

— ¿Me das permiso de cambiar de atuendo? Tengo que ir a casa a quitarmelo, la armadura no puede quitarse con magia.

— Por supuesto, Leith me cuidará mientras lo haces.

— Vuelvo en un santiamén. — Shawn desaparece dejando a Leith a solas con Ayleen.

— ¿Puedo preguntar algo?

— Sí, claro.

— ¿Por qué si tu padre es comandante de la guardia real tú no eres parte de ella, sino que trabajas en el protectorado con el padre de Shawn?

— Es algo un poco confuso de explicar.

— Intenta explicarlo, soy más lista de lo que aparento.

— Desde los cinco años somos entrenados como iguales en la guardia real, ambos tenemos las mismas responsabilidades y el mismo entrenamiento, al cumplir los doce hacemos una especie de competencia, el ganador es asignado a la guardia real, el trabajo más importante de todos, el perdedor es asignado al protectorado para ayudar con las labores de búsqueda y rescate de criaturas mágicas. Shawn ganó aquella competencia, así que se quedó en la guardia, yo obviamente fui al protectorado, donde he trabajado desde entonces, primero perfeccionando mi magia, luego mis habilidades de lucha.

— Luego tú vas a heredar el puesto del padre de Shawn en el protectorado y él heredará el de tu padre en la guardia ¿Cierto?

— Si, exactamente.

— ¿Qué pasa si Shawn y tú tienen más hijos? ¿Cómo deciden quienes heredarán los puestos?

— Es fácil, el primogénito de cada uno será quienes competirán por los puestos, los demás pueden decidir voluntariamente si formarán o no parte de alguna de las dos organizaciones.

— Si hubieses podido elegir ¿Que habrías escogido?

— Luego de haber perdido contra Shawn me sentía muy decepcionado, creí que el trabajo en el protectorado era poco importante, con el tiempo me di cuenta de que no era así, es el mejor trabajo que pude tener, gracias a ello pude conocer el mundo de los mortales, algo que muchas criaturas no han tenido el privilegio de hacer y estoy seguro de que desearían poder hacerlo.

— ¿A qué lugares fuiste?

— Eso es clasificado.

Ayleen hoy no lleva puesto el anillo de la verdad, es una lástima porque le habría encantado conversar con él de algo que ella considera "normal" ya que, todo en esa isla le resulta agobiante.

— Ya regresé. — Dice Shawn apareciendo en medio de ambos. — Ayleen ¿Hoy no tienes clase con Barry o Noah?

— No, el viernes fue mi última clase con ambos.

— ¿Eso quiere decir que ya eres oficialmente una maga?

— Sí, aunque debo practicar un poco más, aun me siento insegura al hacer hechizos.

— La inseguridad es tu peor enemigo, los hechizos no salen bien si dudas mucho. Solo imagina como quieres que salga el hechizo y pronuncia bien las palabras, eso te asegura un hechizo cien por ciento seguro.

— Gracias por el concejo Leith. — Sonríe. — ¿Qué les parece si vamos a desayunar?

Justo cuando se dirigen a la cocina ven a Marie apareciendo junto a Ágata ¿Todo este tiempo ha sido una maga? La mente de Ayleen se inunda con preguntas sin respuesta. Su madre le ha mentido todo este tiempo ¿Quién es ella realmente? ¿Por qué nunca le dijo nada?

— ¿Mamá? — Dice un tanto incrédula, esa incredulidad poco a poco se convierte en enojo. — ¡Nos has estado mintiendo todo este tiempo! ¿Quién carajos eres?

— Ayleen yo no... — Dice sin poder creer que eso esté ocurriendo, por fin su hija se dio cuenta de lo que realmente es, una maga como ella. — No es lo que piensas.

— ¿Que nos has estado mintiendo todo este tiempo? ¿Que tienes poderes al igual que yo? Todo este tiempo creí que me veías como un monstruo, por eso no hablabas conmigo y solo te mantenías al lado de Dustyn. — Algunas lágrimas corren por sus mejillas. — ¿Papá sabe lo que eres?

Marie se queda en silencio, está notablemente en shock, las palabras no salen de su boca por esa razón. Algunos objetos comienzan a levitar, es claro que el enojo de Ayleen está provocando eso.

— Asumiré el silencio como que papá no sabía nada sobre ti ¿Qué estabas pensando al ocultarme algo tan importante? Todo este tiempo que me sentí culpable por ser lo que soy, y resulta que tú eres igual a mí. No, tu eres peor, al menos yo no le oculto a mi familia lo que soy.

— Ayleen, cálmate. — Dice Shawn posando su mano sobre su hombro con un poco de temor.

Los objetos caen con violencia en el suelo, algunos se rompen en el impacto, Shawn teme que Ayleen se descontrole así que decide llevarla al calabozo, para que entre en una de las celdas anti-magia.

— Alibi deferatur. — La transporta sin previo aviso. — Entra a la celda Ayleen.

— ¿Por qué me trajiste aquí? — Dice muy molesta. — Estoy bien.

— No lo parece, vamos entra a la celda.

— ¡Solo estaba hablando con mi mamá!

— Hiciste levitar muchos objetos sin un solo hechizo, eso es mala señal, algo peor podría haber sucedido, entra allí.

Ayleen entra de mala gana a la celda, toma la silla que hay dentro para tirarla contra una de las paredes de la celda. Luego se sienta en el suelo para llorar, hay tanto en su mente ahora mismo que no puede calmarse. Shawn toma la llave de la celda para entrar, luego cierra nuevamente para que Ayleen no pueda salir. Ayleen se levanta para abrazarlo, llora sobre su hombro unos minutos antes de soltarlo.

— Lo siento. — Limpia las lágrimas en su rostro. — Lamento si te incomodé.

— No, está bien. Si necesitas otro abrazo puedo dártelo. — Sonríe.

— Gracias, pero ya estoy mejor ¿Puedes traer a mi mamá aquí? Si hablo con ella en otro lugar sé que las cosas se saldrán de control.

— Le diré a Leith que la traiga aquí.

Shawn sale de aquella celda, hace aparecer un trozo de papel y una pluma, escribe un mensaje que desaparece de sus manos quemándose, dos minutos más tarde aparece Leith junto a Marie.

— Vamos a dejarlas solas, estaremos afuera si nos necesitan. Esta es la llave de la celda. — Shawn le da la llave a Marie.

Al salir ambos chicos Marie se acerca a la celda donde se encuentra Ayleen.

— Lamento no haber sido honesta con ustedes.

— ¿Por qué lo hiciste?

Marie observa unos segundos a su hija, piensa la manera en cómo comenzar a contar su historia, esto es realmente difícil para ella.

— Yo era parte del protectorado, estaba en la división especial de protección, la familia de los McHall siempre ha sido vigilada con la esperanza de encontrar al descendiente que por fin tuviera signos de ser mago o maga, esa tarea era de vital importancia, ya que si los agentes de la noche lo encontraban primero lo usarían para llevar a cabo sus macabros planes. — Se detiene un segundo para pensar. — Por eso siempre los hemos vigilado y protegido, también los hemos mantenido ocultos de ellos. Hace dos generaciones de McHall al protectorado se le ocurrió la idea de casarlos con magas para saber si los hijos resultarían con magia, pero no fue así, entonces decidieron desechar esa idea. Cuando conocí a tu padre fue por accidente, yo lo estaba cuidando, no se suponía que él me viera, pero uno de los hechizos lo hice mal y pudo verme en un parque mientras lo observaba, cuando nos conocimos intenté alejarme, pero me enamoré perdidamente de él, rompí muchas reglas casándome con él, ya que en ese entonces se había abandonado el proyecto que te mencioné antes.

— ¿Hechizaste a papá para que se enamorara de ti?

— Absolutamente no, jamás le haría eso. Ambos nos enamoramos naturalmente.

— Segura que no te "enamoraste" de él porque es un descendiente de los McHall.

— Te juro que no.

— ¿Yo fui un experimento? ¿Me tuviste solo para saber si tendría magia?

— No, ya te dije que ese proyecto se abandonó, de hecho, se abandonó cuando tu padre cumplió los 20 años y no se manifestó magia en él. Pero... — Dice cabizbaja. — Con tu nacimiento algo cambió, eres la primera mujer McHall, todas las generaciones de McHall habían sido hombres hasta que naciste tú, cuando el protectorado lo supo se encargaron de darte una mejor seguridad y de vigilarte más de cerca, estaban ansiosos de que por fin serías tú el final de la maldición de diez generaciones. Aunque se dieron por vencidos cuando cumpliste veinte y no manifestaste magia, aun así, siguieron cuidando de ti por que tu hijo podría ser el que manifestase la magia.

— No se esperaban que yo manifestara los poderes un poco después... tu tampoco lo esperabas. ¿Por qué dejaste que casi me llevara el FBI con ellos?

— Intenté ir por ti, pero tu padre me detuvo, dijo que él se encargaría de que te dejaran ir, yo tenía miedo de que descubriese quien soy realmente así que me quedé en el motel con Dustyn, además el protectorado ya estaba al tanto de todo, por eso me quedé aún más tranquila. La única instrucción que recibí de ellos fue el volver aquí con Dustyn para ponernos a salvo, así que lo hice.

— ¿Por qué cuando llegamos aquí no nos dijiste la verdad?

— Porque tenía miedo, me daba miedo que tu padre no me amara por ser lo que soy, me daba miedo de que ambos me odiaran por lo que soy.

— De haber sabido que eras maga al igual que yo me habría sentido más normal y no un fenómeno.

— Lo lamento tanto...

— Dustyn es realmente hijo de tu hermana — Interrumpe. — ¿O acaso es tu hijo verdadero con otro mago y nos has estado mintiendo todo este tiempo?

— ¡Por supuesto que no! No es mi hijo, jamás le he sido infiel a tu padre. Mi hermana tuvo un hijo, su esposo murió cuando estaba embarazada, luego cuando él tenía tres años ella murió en una misión del protectorado, por eso me dieron la custodia de Dustyn, lo que dije es verdad, sus padres murieron y me dejaron como tutora legal.

— Al menos no mentiste en algo. — Seca sus lágrimas. — Te diré algo mamá, si tú no le dices a papá todo lo que me has dicho se lo diré yo, tienes dos semanas para hacerlo.

— Ayleen, no...

— Si no puedes o no quieres decirle se lo diré yo, el merece saber la verdad.

— Yo lo haré, solo dame tiempo.

— Tienes dos semanas a partir de hoy, ni un segundo más.

Marie abre la celda para dejar salir a Ayleen, ella pasa de largo hacia la salida donde la esperan Leith y Shawn, la ven pasar muy molesta frente a ellos, así que la siguen de cerca para asegurarse que no escape o haga alguna locura. 

— Shawn ¿Puedes venir un segundo. — Grita la señora Black.

— Ahora voy mamá. — Grita de vuelta. ¿Puedes encargarte? — Le pregunta a Leith. 

— Sí, yo me encargo. 

Shawn sale corriendo por las escaleras para ir al encuentro de su madre, Ayleen continua caminando hacia el laberinto, allí se da cuenta de que la pérgola sigue totalmente destruida.

— ¿A quien puedo pedirle que venga a reparar todo esto? 

— Déjame, yo lo arreglo, solo aléjate un poco.

Ayleen obedece, da un par de pasos hacia atrás, Leith se pone en el centro de aquel lugar, justo donde estaba la pergola, sus ojos se tornan amarillos, levita a unos cuantos centímetros del suelo, pronto la pergola comienza a construirse por si misma al rededor de Leith, en unos segundos está como nueva, es exactamente como Ayleen la recuerda, Leith aterriza sobre el suelo de madera de la pergola, al terminar de revisar la estructura para asegurarse de que es segura mira a Ayleen nuevamente.

— ¿Qué dices? ¿Se ve bien?

— ¡Si! ¿Como hiciste eso? 

— Un mago nunca revela sus secretos. 

— Dime por favor, yo también quiero aprender a hacer eso. 

— La verdad es que no sé como lo hago. 

— ¿Como no vas a saberlo? — Ayleen cree que Leith miente.

— Verás, algunos magos tenemos algo llamado talento, mi talento es reparar cosas, no se como lo hago, pero si quiero puedo reparar cualquier cosa solo con desearlo. 

— ¿Shawn tiene algún talento también? 

— No que yo sepa, pero su madre puede leer mentes.

— Eso es impresionante ¿Yo tengo un talento? 

— No lo sé, eso debes descubrirlo tú misma.

— Menciona algunos talentos, quiero intentar descubrir el mio. 

— Déjame pensar... Algunos magos pueden transportarse sin necesidad de un hechizo, otros pueden controlar el clima que hay a su alrededor, unos pueden convertirse en otras criaturas o animales, los últimos que recuerdo ahora son los que pueden llegar a controlar a otros, son sumamente raros y son peligrosos.

— ¿Hacer encantamientos sin decir un hechizo cuenta? Así como hice levitar a ese minotauro sin hacer un hechizo.

— Si, puede que solo puedas hacer levitar cosas y ese sea tu talento o bien, quizás puedas hacer los encantamientos sin necesidad de hechizos, eso también se considera un talento.

— Alcalor me dijo que un día seré capaz de practicar la magia sin hechizos, supongo que ese es mi talento, pero aun no he podido desarrollarlo.

— Bueno, los dragones nunca se equivocan, y por tu gran talento en la magia puedo notar que ya te falta poco para hacerlo.

— Eso espero, ya me cansé de tener que aprender tantos hechizos, es agotador. 

Por alguna razón Ayleen se siente sumamente cómoda hablando con Leith, este de cierta forma le resulta familiar, pero quizás solo se parece a alguien que conoció, sobre todo por su manera de actuar con ella, es muy atento, divertido y sumamente sincero a la hora de hablar con ella.

— ¿Tú y yo nos conocíamos de antes?

— No, lo dudo mucho. ¿Por que lo piensas?

— Me resultas muy familiar, al hablar contigo siento que te conozco de toda la vida.

— Bueno, tengo un rostro muy común y mi mamá dice que soy muy sociable y una persona confiable, seguramente es eso. 

— Si, puede ser. — Dice aún muy pensativa.

— Ayleen. — Shawn aparece frente a ellos. — Te necesitan en el protectorado.

— ¿Para que me necesitan?

— Un agente de la noche logró llegar aquí, dice tener un mensaje para ti, pero no dirá nada más hasta que hables con él. 

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