Movía el pie con impaciencia esperando para ser entrevistado. Cuando la puerta se abrió de golpe y, por tercera vez, alguien salió llorando, poco a poco empecé a perder mi confianza.

Me enderecé la corbata y traté de concentrarme en las cosas positivas que vendrían si obtenía este trabajo. Apartamento más grande: Positivo. Más dinero para ir de compras: Positivo. Un gran presupuesto para la compra de alimentos: Positivo. Sí, este trabajo sin duda traería buenas cosas.

- ¿Jimin? - La señorita a cargo de guiarnos de paró delante de mí con una sonrisa nerviosa. Asentí con la cabeza y me levanté para seguirla a la misma habitación de donde los otros tres habían salido llorando.
Tenía la esperanza de obtener mejores resultados.

-Señor Min, su próximo entrevistado está aquí- Abrió la puerta y se inclinó antes de salir apurada. Tomé una respiración profunda antes de cerrar la puerta. Después de que la puerta se cerró, el hombre de la silla se dio a vuelta para mirarme.

¿Alguna vez has tenido un orgasmo sin tocarte a ti mismo? Bueno, este hombre parecía ser muy capaz de hacer que lo hicieras.

-Tome asiento- Asentí con la cabeza, me acerqué y me senté en la silla frente a su escritorio. Doblé mis manos en mi regazo a pesar de querer pasar mis manos por el acabado de cuero en los brazos de la silla.

-Es realmente un placer conocerlo. Mi nombre es Park Jimin. -Puse mi mejor sonrisa y extendí la mano para saludarlo. Él la miró antes de tomar mi currículo. Poco a poco retiré la mano y me aclaré la garganta. Así que el Sr. Orgasmo era grosero. Puedo tratar con personas groseras.

- ¿Cuánta experiencia en oficina ha tenido antes de esto? -Me enderecé en la silla y volví a sonreír.

- Trabajé como el cartero en la compañía de mi padre durante tres veranos y un amigo mío me dejó ser su asistente durante un año en su nueva compañía. - Él asintió con la cabeza y pasó a otra página.

-Veo aquí que se acaba de graduar de la universidad el año pasado. ¿Cómo fueron sus calificaciones en matemáticas? -Uf, odiaba las matemáticas, pero era tan condenadamente bueno en ellas. Hm, él debe querer darme un trabajo de lujo en contabilidad.

-Promedio perfecto los cuatro semestres. - Él gruñó, posiblemente en señal de aprobación, antes de golpear el archivo con mi currículo vitae al cerrarlo y dejarlo a un lado.

-Veo que también sabes Inglés... ¿Puedes empezar el lunes? -Sonreí y asentí con entusiasmo.

- ¡Por supuesto que puedo, Señor! ¿Qué voy a hacer? -Debe ser importante si quiere que empiece tan pronto.

-Vas a ser mi secretario personal.

¿QUÉ?

-Él quiere que yo sea su secretario. ¿Realmente valgo sólo eso? -Tomé el resto de mi cerveza y abracé a Sam.

-Probablemente sólo quiere empezar de esa manera. Sabes que eres bueno en otras cosas Jiminnie. - Lloré mientras miraba a Sam.

-Oh Dios, ¿ahora Sam habla? ¡Soy demasiado horrible para conseguir un trabajo de verdad y estoy tan loco que oigo que mi perro me habla! ¿Qué he hecho mal? -Tomé otra cerveza, tratando de no llorar.

-Ya, ¿Has olvidado que me invitaste a venir? Mira hacia acá cuando te hablo. -Suspiré con alivio cuando me di cuenta de que no era mi perro que me estaba hablando, sino mi amigo Seokjin.

-Oh, Jin. ¿Cuándo llegaste aquí? - Le sonreí y lo saludé con la mano, tratando de alcanzar la cerveza otra vez cuando él me la quitó.

-Has tenido suficiente. Oye, ¿le has dicho a tu padre que te dieron el trabajo? -Negué con la cabeza muy rápido y terminé con traumatismo cervical y un poco mareado.

- ¿Para qué? Para que pueda decirme que soy un niño y decir con su voz grave "Park Jimin, te dije que deberías haber ido a la universidad para ser abogado" No quiero escuchar eso de él, mientras mi orgullo sigue sangrando. -Jin rio y me acercó en un abrazo.

-Siempre puedes volver a trabajar para mí. -Negué con la cabeza y lo golpeé en la rodilla.

-No trabajaré otra vez para ti, viejo. - Frunció el ceño y me empujó.

-No soy viejo, más respeto, ¡Soy tu hyung! -Suspiré y señalé la puerta de mi apartamento.

-Puedes irte ahora. Estoy lo suficientemente borracho como para dormir. - Le oí suspirar antes de golpearme el trasero y salir. Me di la vuelta y enterré el rostro en el pelaje de Sam.

- ¿Alguna vez voy a ser rico Sam? - Él ladró y de forma bastante extraña, sonó como un no.

A regañadientes y después de mucha oración, me dirigí hacia el interior del gran edificio para comenzar mi primer día de trabajo. Y tengo que decir, que estaba vestido mucho mejor que la mayoría de las secretarias. Me subí al ascensor y apreté el botón del piso trece, haciendo una reverencia ligeramente a un par de hombres que ya estaban allí y me puse detrás de ellos.

-El hombre es malvado. ¿Has oído cómo despidió al chico de contabilidad la semana pasada? -Hm, bueno cada empresa tiene aquellos tipos malvados.

- Sí, todo el mundo oyó. Ni siquiera puedo imaginar cómo sería si tuviera que ir a casa y decirles a mi esposa embarazada y mis cinco hijos que perdí mi trabajo. Debe haber estado llorando.

Caray, algunas personas eran despiadadas. Espero no tener que encontrarme pronto con este tipo.

- Bueno, así es Min Yoongi. Probablemente se limpiaría los dientes con tus huesos si no fuera tan germen fóbico. - ¿Dijo Yoongi? ¡Ese es mi nuevo jefe! El ascensor se abrió y los hombres se bajaron en mi piso. Tragué saliva y me bajé para dirigirme a la recepción. La señora detrás me dio una gran sonrisa.

-Park Jimin ¿verdad? -Asentí con la cabeza, pero deseé en silencio ser otra persona en ese momento. Ella me entregó un pedazo de papel y un sobre. Miré hacia abajo al papel y vi el horario que era más largo que un menú para llevar.

-Ese es el horario del Joven Min. Ahora que usted es su nuevo secretario, tiene que comer, respirar y dormir con él. No hay excepciones ni excusas. El Joven Min es muy particular acerca de cómo se maneja todo, por lo que espera que conozca todas sus responsabilidades dentro de la primera semana que está aquí. En el sobre está la tarjeta de crédito que utiliza para gestionar sus gastos relacionados con el trabajo y que sólo puedes usar cuando se te indique. Ah, y aquí. -Abrió un cajón y me entregó una pequeña botella de desinfectante de manos. Lo levanté y lo miré, muy confundido.

-Um, ¿Para qué necesito esto? -Ella cruzó las manos encima de la mesa.

-El Joven Min es muy serio acerca de la higiene y la limpieza. Por favor, desinféctese las manos antes de tocar cualquier cosa de él. -Uh-huh. Asentí con la cabeza lentamente y lo guardé en el bolsillo.

- ¿Algo más? -Ella negó con la cabeza y se levantó. Caminó alrededor de la mesa y se puso a mi lado.

-Eso es todo. Lo llevaré a su oficina para que le diga lo primero que necesita. -La seguí hasta la puerta de ayer y suspiré. Cuando llegamos allí, ella sonrió y le hice una pequeña reverencia.

-Gracias. -Ella agitó una mano y me dio una pequeña sonrisa.

-No hay problema. Si tiene alguna pregunta sólo pregúnteme. Por cierto, soy Jisoo. -Le sonreí y estreché su mano.

- Lo haré. Gracias de nuevo. -Ella asintió con la cabeza y se dio la vuelta para regresar. Tomé otro respiro profundo y levanté la mano para llamar a la puerta. Un exigente "Pase" vino desde el otro lado de la misma. Me recordé a mí mismo que era un hombre de veintiún años y no una niña de cinco años y entré en la oficina.

- Buenos días, señor Min. - Él me miró por encima de sus gafas y se aclaró la garganta. Si no fuera tan intimidante, eso podría haber sido muy sexy.

- Jimin ¿verdad? - Asentí con la cabeza.

- Sí, señor. - Él asintió con la cabeza y miró hacia los papeles en su mano.

-Tráeme café. Crema y exactamente tres paquetes de azúcar. - Pestañeé un par de veces tratando de registrar el duro tono de su voz. El otro Jimin en mi cabeza quería decir: "¡Loco, ve tú por tú maldito café!". Pero este Jimin, quien quería su trabajo dijo:

- Sí, señor. Ya vuelvo. - Me volteé para irme cuando me llamó.

- Desinfectante de manos.

- ¿Perdón?

- Úsalo antes de tocar la taza. - ¡Este idiota hablaba en serio!

-Sí, señor, lo haré.

¿En qué me he metido?

Si estan leyendo esto por favor de todo corazón dejen una estrellita no saben cuanto motiva saber que a alguien le esta gustando la historia

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