『️Capítulo 8』️
Soltó al albino y se acercó a la tumba, la acarició con la yema de sus dedos repasando letra por letra; era la tumba de Sonic. Realmente había muerto pero se negó a creerlo. Frotó sus manos en su rostro desesperado.
Observó al grisáceo y se dio cuenta de lo que había hecho. Había matado a alguien que estaba sufriendo, algo que no debía de pasar. Y a causa de su ira, le había quitado la vida.
—¡NO! —gritó alargando la vocal con dolor para después soltar un grito desgarrador que se había escuchado en todo el pueblo, alarmando a los habitantes.
El azabache estaba de rodillas derramando lágrimas, estaba devastado. Nunca fue su intención lastimar a los que sufrían.
Una luz blanca iluminó todo su alrededor haciendo que alzara su vista para observar de mejor manera, de entre luz salió a relucir el cuerpo de un erizo. Shadow se extrañó para después sorprenderse de a quien veía.
Su amado estaba frente a el, su radiante color azul, sus púas completamente lisas, su piel durazno y sus ojos de un color esmeralda brillante; estaba tal y como lo había conocido la primera vez.
Shadow sonrió feliz al igual que el cobalto, ambos corrieron para abrazarse llorando juntos, juntaron sus frentes mientras tomaban sus manos, ambos estaban felices.
Nuevamente estaban juntos.
El azabache se acercó al albino para acariciar su frente con la yema de sus dedos y se alejó. Poco después el albino fue despertando de a poco para acto seguido levantarse, y observar a la pareja de frente. El cobalto se retiró un poco y el azabache comenzó a levitar.
—Hiciste bien, la humanidad es malvada y a veces no permiten que los demás sean felices. Pero tú me has demostrado que eres capaz de dar todo por la persona que amas, Silver The Hedgehog, tú y tu pareja serán felices y nada ni nadie podrá separarlos y estarán juntos por el resto de sus vidas. Puedo sentir que ambos se aman con todo el corazón y lograrán llegar lejos, juntos —habló con una voz grave y seria.
Silver sonrió, a pesar de todo al final nunca fue malvado.
—Siempre te estaré agradecido, gracias por mostrarme la verdad —terminó para después bajar al suelo e irse con su amado, ambos cruzando la gran luz blanca.
Observó como ambos al estar en la luz juntaron sus frentes nuevamente, después aquella luz desapareció. Fijó su vista en Mephiles y fue rápidamente con él.
—Mephiles despierta —pidió.
El grisáceo poco a poco fue abriendo los ojos y observó al albino.
—¿Lo resolviste? —preguntó en un susurro.
—Sí, el Devastado ya está en paz —sonrió.
—Me alegra escuchar eso.
Mephiles se levantó con ayuda de su pareja y se apoyó de él, ambos observaron como la felina se levantaba con dificultad y masajeaba la zona donde se había golpeado.
—¿Lo exterminaste? —preguntó aguantando el dolor.
—Casi lo echas a perder todo Blaze, ¿cómo se te ocurre decirle eso? —preguntó molesto el albino.
—¿A qué te refieres? No estuvo para nada bien que se llevará a las parejas de los demás.
—No Blaze, si lo hacía era porque los estaba protegiendo y los había salvado.
—¿¡Qué!?
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