"Pedimos su ayuda para poder salvar a nuestro pueblo de está maldición que nos ha estado atormentando desde hace meses, mi gente no puede salir tranquila por la noche por miedo a éste ente que solamente nos perturba y hace sufrir arrebatándonos lo que más amamos.

Por favor vengan lo antes posible, se los agradeceré inmensamente, en cuanto lleguen deben ir con la señora Vainilla ella les dará alojo en lo que resuelven esto, los estará esperando en la entrada.

Una vez mas, agradezco su ayuda.

Alcalde Tello"

—¿Qué será está vez? —preguntó algo seria una gata de color lila.

—No lo sé Blaze, pero esto es lo que nos dedicamos, y si necesitan nuestra ayuda debemos hacerlo —respondió el erizo albino.

—Silver, nos hemos estado esforzando mucho últimamente, la última vez casi perdemos a Rookie —no estaba contenta.

—Por eso se quedó en casa con Infinite —habló está vez un azabache grisáceo.

—Por favor Silver —dijo ignorando al otro.

—Ya estamos cerca Blaze, no nos echaremos para atrás —afirmó.

La gata solamente refunfuñó y se sentó en una madera.

【️...】️

—Es aquí, hemos llegado a Mapimi —dijo el albino.

A lo lejos vieron a una coneja junto a su hija, Silver tenía una corazonada sobre que ella era la señora que los estaba esperando.

—Vengan —ordenó comenzando a caminar y con los otros detrás de él — buenas tardes.

—Buenas tardes, ¿en qué les puedo ayudar? —preguntó con amabilidad.

—Somos a los que llamarón para liberar al pueblo de lo que los perturba.

—Entiendo, síganme.

Los tres la comenzaron a seguir dándose cuenta por el camino la cantidad de parejas que habían, mínimo unas ocho o nueve dejándolos confusos.

Al llegar a la casa de la coneja le pidió a la pequeña conejita que subiera a su habitación a jugar mientras ella atendía a los invitados.

—Díganos señora- —fue interrumpido.

—Vainilla está bien.

—Vainilla, ¿qué sucede en este pueblo?

—No nos dijeron mucho sobre lo que pasaba —agregó el grisáceo.

Ante ello la coneja suspiró, si quería que los ayudarán debía contarles todo.

—Verán, hay un ente que nos perturba durante las noches pero sobre todo a las parejas, el devastado.

—¿Devastado? —preguntaron los tres al mismo tiempo.

—Así es, hace un tiempo que comenzó a deambular por las noches sin dejarnos poder dormir tranquilos.

—¿Pero el devastado, qué es? —preguntó confundido el albino.

—Shadow, ese era su nombre.

Vainilla suspiró y miró hacia la ventana.

—Hace tiempo, Shadow llegó al pueblo con su pareja, Sonic. Ambos eran los mas queridos en el pueblo, la amabilidad de Sonic y la generosidad que Shadow brindaba los hizo ganarse el cariño de todo el pueblo, Shadow trabajaba mientras Sonic se quedaba en casa. Una pareja digna y hermosa.

Los tres escuchaban atentos pero la sonrisa que adornaba el rostro de Vainilla desapareció.

—Pero una noche, todo cambio. Shadow regresaba de trabajar y al entrar a su hogar lo que vió le desgarró el alma por completo, habían asesinado a Sonic en su hogar. La autopsia mostró que había sido apuñalado siete veces en el estomago, después de eso Shadow se negó a creer que su pareja había sido asesinada por lo que desapareció de Mapimi sin de dejar rastro alguno, por un momento el pueblo estuvo apagado pero al pasar los días ese acontecimiento se fue olvidando. Entonces en la noche se comenzaron a escuchar los lamentos de Shadow culpándose de no haber llegado a tiempo, por lo que cada vez que ve a una pareja se lleva a la mujer o al hombre, dependiendo, en venganza de no haber podido salvar a su novio. Solo Shadow podrá estar en paz si ve la tumba de su pareja.

—¿Por eso hay tantas parejas de día?

—Si, ninguna pareja puede salir de noche ya que corren el riesgo de que Shadow se lleve a uno.

—¿Y por qué lo llaman el devastado? —preguntó curioso el grisáceo.

—Cuando vió a su novio muerto quedo devastado, destruido, sin ganas de ver a nadie.

—Entiendo.

Esa situación estaría difícil, pero Silver estaba decidido a liberar al pueblo de el devastado.